Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 10

Capítulo 80: Cazando al Dragón de tierra.

Parte 1

 

 

“Y pues ese sería el resumen del asunto”, explicó un pueblerino anciano, mientras los miembros de Roaring Mithrils y Pacto Carmesí asentían en comprensión.

De momento, se encontraban en un pueblo al pie de las montañas, a unas dos horas de la capital. A diferencia de la geología típica de tales sitios, el suelo aquí no era una extensión rocosa sino una extensión exuberante y fértil. Algunas de las montañas detrás del pueblo estaban un poco escasas, pero en su mayoría, eran muy verdes y llenas de árboles. Por supuesto, esto probablemente tenía sentido si se trataba del hábitat de un dragón de tierra, ya que las áreas más estériles tendrían un suministro de comida menos estable…


La fuente de la conmoción actual era probablemente la llegada de los dragones antiguos, los cuales habían asustado al dragón de tierra, lo habían hecho salir de su casa en lo profundo de las montañas, y lo habían hecho moverse a otro sitio. Esta era la suposición de Mithrils, basada en lo que habían escuchado al tomar la misión, en lo que Pacto Carmesí había reportado durante su larga caminata, y en lo que el anciano acababa de contarles. Como era de esperarse, Pacto Carmesí estaba de acuerdo.

La solicitud de exterminio había nacido aparentemente después de que este pueblo hablara con el lord local. Incluso considerando que había pasado un día entero desde la aparición de los dragones antiguos en esta área, seguía siendo alarmantemente rápido. No estaba claro si esto era porque el lord se preocupaba mucho por sus súbditos o porque temía las consecuencias de dejar las cosas ser y que el rey se enterara de que había dragones cerca de la capital. En todo caso, el lord parecía una persona muy responsable.

Dicho eso, no era de sorprenderse que la infantería local no hubiera sido despachada para encargarse del asunto del dragón. Los soldados eran entrenados con otros humanos como su enemigo teórico principal, así que enviarlos contra monstruos probablemente resultaría en graves heridas. En lugar de perder a sus soldados, en quienes había invertido gran cantidad de tiempo, dinero y entrenamiento, era más económico contratar a algunos cazadores por veinte monedas de oro—una miseria para los fondos de cualquier lord. Incluso considerando la pérdida de la ganancia por las ventas de las partes de dragón, el lord fue sabio al poner las vidas de sus soldados por sobre lo demás. Era probablemente un buen gobernante.

Además, este era un buen trato incluso para los cazadores. El lord, considerándolo todo, había tomado la decisión que haría a todos felices.

“Muy bien, parece que ya entendemos el asunto.

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¡Andando!”.

Ya era bastante tarde por la mañana cuando pasaron por el gremio, y ahora ya estaba entrando la tarde. Si podían enfrentar a su enemigo mientras el sol seguía en lo alto, podrían ser capaces de terminar la misión antes del final del día, incluso si significaba acampar por la noche. Por supuesto, si empezaban la búsqueda inmediatamente pero no podían localizar al dragón antes de que oscureciera, podían pasar la noche planeando qué hacer el día siguiente.

Por ahora, Gren decidió, era momento de hacer su primer movimiento.

***

 

 

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Algo se acerca…

Dado el tamaño de su oponente, había pocas probabilidades de pasar por alto al dragón o de ser vistos primero por él y caer víctimas de un ataque sorpresa en esta aventura. Aun así, ya que era la primera vez que se encontrarían con tal criatura, y no deseando arriesgarse a peligros innecesarios al trabajar junto a otro grupo, Mile tenía su magia de vigilancia activa. Ahora, recibió un sonido indicando cuatro criaturas, siguiéndolos a una distancia fija.

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A juzgar por esta reacción, son humanos, probablemente niños. ¿Qué hacemos…?

Probablemente estaban siguiendo a los grupos con la esperanza de presenciar a unos cazadores habilidosos batallando contra un dragón. Este era un espectáculo que los niños de un pequeño pueblo podrían ver sólo una vez en sus vidas, así que su presencia no fue una sorpresa.

Si fueran orcos u ogros contra los que iban a batallar, Mile habría alertado a los demás de inmediato y alejado a los niños. Después de todo, no se sabía qué podía pasar si se encontraban con un enjambre de enemigos. Sin embargo, sin importar el tamaño del enemigo actual, era sólo uno. Además, no era el tipo de oponente que tendría los medios para tomar a los niños como rehenes o usarlos como escudo. Con Pacto Carmesí y Roaring Mithrils atacando juntos a la criatura, seguramente podrían mantenerla a raya, y siempre y cuando los niños se mantuvieran a una buena distancia, prácticamente no estarían en peligro alguno.

Además, si Mile activaba su lattice barrier en los niños antes de que la batalla empezara, el peligro pasaría de casi no existir a no existir en lo absoluto.

No debería haber problema…

Mile, quien no tuvo amigos en su aburrida vida pasada, sentía algo de empatía por los juegos y aventuras de los niños. Ella siempre quiso embarcarse en alguna especie de emocionante aventura. Este era el por qué Mile, quien no sentía tanta seriedad con su trabajo como cazadora en comparación a los demás miembros de Pacto Carmesí, aparentemente siguiendo la corriente por puro hábito, era la que más disfrutaba su vida diaria de entre las cuatro.


Parece que no piensan regresar…

Ahora que habían llegado tan lejos, viajar de regreso a casa podría ser peligroso para los niños. Por lo tanto, si Mile notaba que los puntos de luz que representaban a los niños se alejaban, tenía la intención de actuar como si los hubiera visto para que viajaran junto a ellos. Asimismo, si se detenían de repente, o se separaban rápidamente por alguna razón, tenía la intención de ir tras ellos, ya que esto podría significar que encontraron algún monstruo o se toparon con algún otro peligro.

Me sorprende que puedan seguirnos el paso. Supongo que así son los niños criados en el campo…

Aunque Mile estaba impresionada por el ritmo de sus admiradores, esto sólo era posible porque el grupo entero había ajustado su velocidad para acomodarse a los miembros con menor capacidad física, es decir, Pauline y Reina. La alta velocidad de movimiento normal que Pacto Carmesí podía lograr se originaba porque Mile podía guardar todas sus cosas para poder caminar con las manos vacías, lo cual normalmente las hacía más rápidas que cualquier otro grupo de cazadores con un montón de cosas por cargar. Sin embargo, sin la asistencia de Mile, y en circunstancias como estas, Pauline y Reina tenían una abrumadora desventaja, siendo ambas de piernas cortas y no muy atléticas.

En otras palabras, no solo ellas dos eran más débiles que unos niños de pueblo, sino que moverse por el bosque las hacía aún más lentas. Qué lástima…

***

 

 

“Oscurecerá    pronto.    Probablemente    deberíamos    buscar    dónde acampar…”, murmuró Gren.

“Oh”, respondió Mile, por reflejo.

Ella hasta ahora notó que tendrían que armar un campamento antes de continuar su búsqueda del dragón de tierra. Sería ineficiente regresar al pueblo sólo para dormir. Entonces, ¿qué pasaría con los niños que los estaban siguiendo?

¡Aborten la misión! ¡Aborten ya!

Mile dudaba mucho que los niños hubieran recibido el visto bueno de sus padres antes de embarcarse en su pequeño viaje. Ningún padre permitiría algo así. Esto significaba que ellos habían dejado el pueblo sin permiso. Y si no regresaban antes del anochecer…

¡Aborteeen!





“A-Acabo de notar algo pequeño siguiéndonos. Deben ser niños humanos…”.

Ajá…

A juzgar por la imperturbable expresión de Mile, el resto de miembros de Pacto Carmesí sólo podían asumir que ella, de hecho, había sabido de esto desde hacía un rato y no había dicho nada a propósito.

“¡¿Qué?! ¿Serán niños del pueblo? ¡Maldición, deben habernos seguido! Esto es malo”.

Gren parecía bastante enojado. No podía abandonar a los niños, pero aunque quisieran regresar al pueblo ahora, pronto oscurecería. Moverse por el bosque, sin caminos para seguir y con niños, sería difícil y peligroso. Roaring Mithrils podían estar seguros de poder protegerse de los monstruos que pudieran atacar desde los árboles o desde detrás de rocas en la oscuridad de la noche, pero grupo de rango A o no, mantener protegidos a unos niños era cuestión aparte. Además, hacer un viaje redondo hacia el pueblo les costaría bastante tiempo, algo que no compensaría la recompensa prometida.

Gren apretó sus dientes, pero la posibilidad de ignorar a los niños y pretender que no los había visto jamás entró en sus cálculos.

“Maldición, tendremos que    llevarlos       con    nosotros.

¡Discutiremos los detalles luego!”.

Todos asintieron, y el grupo se dio media vuelta sin ninguna objeción. Pronto, los niños llegaron a la vista, y Gren empezó a llamarlos. Justo entonces, conforme el grupo comenzó a acercarse a los niños, una sombra gigante apareció.

“¡¿Qué…?! ¡¿Un dragón terrestre?!”.

Sin duda, no era un dragón de tierra, sino uno terrestre, uno que cavaba túneles bajo la tierra (como un topo, aunque con varias diferencias). Estos dragones eran conocidos por localizar a su presa caminando sobre el suelo por las vibraciones para luego salir de repente, aplastándolos con sus grandes y poderosos brazos que habían evolucionado por cavar túneles. Entonces, devorarían a su presa. Justo ahora, este dragón terrestre estaba moviendo sus masivas extremidades.

Era demasiado tarde.

Aunque los magos comenzaran sus conjuros ahora, jamás terminarían a tiempo.

El cuerpo de Mile se congeló momentáneamente con repentina conmoción, incapaz de reaccionar. Sin importar cuán habilidosa físicamente fuera, en realidad, carecía de la experiencia en batalla para reaccionar a esta situación. No había habido muchas oportunidades en las que de verdad estuviera a mitad del campo de batalla y no solo jugando.

Y aunque ninguno de los guardias delanteros de Mithrils eran malas personas, tampoco eran tan compasivos como para poner en juego sus vidas por la vida de unos niños hijos de extraños.


Si ellos, con su distinguido rango A, seguían viviendo, podrían salvar muchísimas vidas en el transcurso de sus carreras. Dejarse asesinar por el bien de un montón de niños de pueblo—unos completos extraños—no salvaría a nadie. Y aunque ellos intervinieran, era muy probable que su sacrificio fuera inútil, resultando en la muerte tanto de ellos como de los niños… Sin duda, era casi seguro.

Nadie movió ni un músculo.

Esto era lo correcto. Era la decisión correcta para cualquier cazador, una de la que nadie se podría quejar ni por la que los podrían criticar.

Sin embargo, había alguien entre ellos que vivía su vida no como cazadora, sino como caballero—y no como un caballero de los que existían, sino como el ideal caballeresco que ella mantenía en su corazón. Jamás se molestaría en pensar sobre si llegaría a tiempo o sobre si perdería su vida.

Ella se arrojó hacia adelante, por reflejo, tan rápido como pudo. Era su deber.

No hubo tiempo de sacar su espada. Simplemente corrió, metiéndose directamente entre los niños y los brazos listos para golpear en cualquier segundo del dragón.

Por instinto, levantó su brazo izquierdo.

Y entonces, el brazo del dragón se abalanzó sobre ella.

Sin importar cuan fuerte fuera su extremidad artificial, era apenas una extremidad.

Había un hombro humano normal apoyando a la extremidad. Y un torso.

Y una espina dorsal. Dos piernas.

Entre un montón de carne destrozada su extremidad artificial se mantendría intacta.

Mavis, quizás con demasiada fe en las habilidades de su brazo, no tomaría estas realidades en cuenta. Mile, sin embargo, podía imaginarlo claramente.

Ella gritó.

¡Bwoom!

Mithrils, las miembros de Pacto Carmesí, y los niños, todos cayeron al suelo, mirando fijamente, con ojos como platos y sin decir palabra alguna, como se dirigía hacia abajo el brazo del dragón terrestre.

Y ahí se encontraba Mavis, parando el brazo del dragón con el suyo.

“¿Qué…?”, un murmuro de confusión salió del grupo.

Aun enfrentando al dragón, Mavis dijo a los niños: “¿Sabían? ¡¡Siempre y cuando haya sangre viajando por las venas de un cazador, no habrá nada que no puedan lograr!! ¡Raaaah!”.

Con un grito atronador, hizo a un lado el brazo del dragón y rápidamente sacó su espada.

¡True Godspeed Blade!”.

¡Shunk!

¡Bwoom!

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¡Gwush!

La espada de Mavis cortó una línea horizontal en el torso del dragón, en línea con su altura. Luego, una fireball de Reina y un icicle javelin de Pauline llegaron justo después.

Aunque los intestinos del dragón salían de su abdomen cortado como resultado de la espada de Mavis, los ataques mágicos parecían haber tenido relativamente poco efecto en él. Esto no era una sorpresa, por supuesto, ya que los hechizos habían sido recitados en silencio y en pánico, enfatizando la velocidad por sobre el poder. Aun así, fue suficiente para comprar tiempo para que el joven espadachín y lancero de Mithrils avanzaran, tomando a los niños, y llevándolos de regreso con el grupo. Por lo tanto, el ataque fue al menos suficiente para lograr su objetivo principal.

“¿C-Como…?”, murmuró Mile, desconcertada.

Esto desafiaba las leyes de la física.

Escuchándola, las nanomáquinas hablaron directamente en sus oídos:

¿ACASO CREYÓ QUE NOS TOMARÍA SIQUIERA 10 SEGUNDOS CREAR UNA EXTREMIDAD ARTIFICIAL NORMAL? En lugar de ofrecer una explicación, parecía que ellas trataban de presumir un poco. INSTALAMOS AMORTIGUADORES DE INERCIA, UN SISTEMA DE TRANSFERENCIA DE ENERGÍA CINÉTICA, UN ESPARCIDOR DE ENERGÍA HIPERESPACIAL, Y SISTEMAS SECUNDARIOS CONECTIVOS DE REFUERZO PARA TODO EL CUERPO DE LA SEÑORITA MAVIS, Y…

¡N-No quiero que me cuenten todo eso!

Con ira desenfrenada, el dragón terrestre pasó a atacar, pero Roaring Mithrils y Pacto Carmesí, ahora recuperados de su estupor, se movieron juntos para atacar también.

“¡¿Crees que vamos a dejarte terminar esto sin que tengamos un turno?! ¡Raaaaah!!”.

“¡Ice Spear!”.

“¡Ice Javelin!”.

“¡Ice Arrow!”.

“¡Técnica especial, Godslayer Blade!”.

El dragón quedó atrapado en un ataque de pinza entre los tres magos de Mithrils y Mile. Luego Mavis, Reina, y Pauline atacaron dos y tres veces.

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La magia de hielo era la preferida aquí, por el bien de preservar la piel del dragón y poder venderla a un mayor precio. Aun así, la fireball previa de Reina podía dejarse pasar. Fue un ataque a alta velocidad por el bien de proteger a Mavis y a los niños, así que tenía sentido que ella usara su magia más poderosa. Además, una quemadura como esa estaba dentro de los límites aceptables para vender. Era raro encontrar piel sin daños en primer lugar. Sería irrazonable que un comprador esperara algo perfecto producido luego de una cacería de dragones.

Tras rescatar a los niños, el espadachín y el lancero regresaron a la batalla, sólo para desplomarse con decepción al ver al dragón ya en el suelo. A esto, Mile hizo una cara sarcástica.

Ah… Ellos querían al menos darle un golpe. Casi nunca se tiene la oportunidad de luchar contra un dragón…

***

 

 

“¡Entonces la información era totalmente incorrecta!”.

Después, Mile guardó al dragón en su inventario, y el grupo comenzó a armar un campamento. Mientras Mile servía las comidas preparadas de siempre al grupo, todos hablaron entre ellos, reflexionando sobre lo sucedido durante el día.

Aparentemente, los miembros de Mithrils tenían sus dudas sobre las capacidades de almacenamiento de Mile. No estaban preparados para verla guardar un dragón entero, ni para que sacara una tienda de campaña, ya armada, pero Gren lo dejó pasar con un: “Bueno, me lo esperaba de ustedes…”.

De momento, Reina discutía sobre poner una queja al gremio por información falsificada.

“Digo, los testigos que tenían eran unos pueblerinos que jamás habían visto a un dragón. Si reportaban: ‘oigan, vimos un lagarto grandote saliendo del suelo’, normalmente asumirías que se trata de un dragón de tierra. Casi nunca se ven dragones terrestres apareciendo cerca de asentamientos humanos… Fue un simple error”.

Gren habló sin muchas preocupaciones, pero el hecho era que habían escuchado que este era un dragón de tierra y habían ignorado la posibilidad de un ataque subterráneo, pensando que sería imposible que pudieran ser emboscados. En el peor de los casos, el grupo entero podría haber sido aniquilado.

“Eso me recuerda, cuando estábamos en aquel sitio de excavación, y vimos salir del suelo a unos dragones, tú también pensaste que eran dragones de tierra, Reina, hasta que comenzaron a hablar. Y luego, los atacamos de repente”. “Em…”.

Eso sin duda era lo que había pasado. Reina titubeó al recordar esto.

“Bueno, si bien es cierto que ya no hay nada que podamos hacer, también es cierto que había una gran discrepancia en la información, en cuanto al objetivo. No cabe duda de que nos puso en un gran aprieto. Por otro lado, aunque había gran riesgo de un ataque sorpresa, los dragones terrestres tienen menos poder que los dragones de tierra, tanto en ofensa como defensa. Entonces, creo que probablemente podemos perdonar ya que era un oponente menos poderoso, y de todos modos la recompensa será la misma”.

“Si lo tiramos en cara, puede que consigamos una tarifa de disculpa, pero no fue intencional o siquiera un error por parte del gremio, y no fue un crimen o malicia por parte de ninguna parte—ni los pueblerinos que lo reportaron, ni el lord que le dijo al gremio, ni el gremio que despachó la misión. Entonces no lograríamos nada si hacemos que busquen un culpable… ¿O me equivoco?”.

Roaring Mithrils tenía sus propias motivaciones para su viaje actual, pero las ganancias no eran una de ellas. Podían permitirse perdonar. Pacto Carmesí, igualmente, no cazaba por dinero, viajando meramente para entrenarse y hacerse de una reputación. No deseaban actuar de ninguna manera que pudiera ser indecorosa.

“Entendido. Bien por nosotras”, dijo Reina.

“Em, pensé que yo era la líder…”, murmuró Mavis con tristeza.

Por supuesto, Mavis estaba de acuerdo con la decisión, pero como líder del grupo, había esperado poder al menos discutirlo con todas y anunciar la decisión ella misma, como representante…

“Mavis, por cierto—”.

Quizás escuchando su murmuro, Gren repentinamente se giró hacia Mavis.

“Pensé que eras una humana normal—la única como nosotros—pero supongo que realmente eres como ellas…”.

¡¿Qué?!”,   gritó   Mavis,   como   si   Gren   hubiera   implicado   algo impensable.

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“¡¿P-P-P-P-Por qué tenías que decirlo así?!”, gritó Mile.

Las cosas comenzaron a caerse a pedazos. Mientras tanto, ocho pares de ojos se fijaron en Mavis, resplandeciendo. Ojos que parecían ver a un héroe de leyenda aparecer frente a ellos.

Ah, aquí vamos de nuevo…

Ella era popular con jovencitas y jovencitos.

Reina y Pauline miraron fijamente con cansancio a Mavis.

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