Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 7

Capitulo 91: El Ex-Señor Demonio Y La Malicia, Al Descubierto

Rápidamente después de entrar en Megatholium, notamos una atmósfera extraña.

“El lugar parece estar desierto”.

Megatholium era una ciudad-estado, y su población lo reflejaba.

Era temprano en la tarde, lo que significaba que la gente estaba entrando en el ritmo de las cosas. La avenida principal, sin embargo, estaba completamente vacía.

“Algo pasa. Este lugar parece un pueblo fantasma.” “¿Fueron a alguna parte…?” remarcó Ginny. “…O…”

“Tal vez se están escondiendo en algún lugar, preparándose para pelear”. Justo cuando Verda terminó la oración de Olivia, eso se hizo realidad. “¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargh!”

Una horda de enemigos armados saltó de los edificios circundantes. Sus ojos brillaban de color azul, y una insignia del mismo tono palpitaba en sus pechos. Eran marionetas sin voluntad propia. Lizer los había manipulado con su Original para que su alcance fuera mayor. Estaba dentro del ámbito de la razón asumir que planeaban atacar, pero…

“¿Q-Qué está pasando aquí…?” “¡¿Por qué son todos niños…?!”

Eso fue correcto. La horda estaba compuesta por niños.

Lizer priorizó los derechos y la felicidad de los niños por encima de cualquier otra cosa en el mundo. Así que nunca los obligaría a hacer esto… o eso pensé.

Este giro tenía que ser obra de Mephisto.

Mientras mis amigos estaban allí, nerviosos, levanté la voz.

“¡Incluso si nuestros enemigos son niños, debemos derrotarlos y seguir adelante! ¡Superar esta adversidad es nuestro único camino hacia el futuro que buscamos!”

Luego descendieron sobre nosotros, innumerables niños; pobres e indefensos niños convertidos en muñecos.

“¡Eek…!” María gritó.

Mientras sostenía a la niña asustada para protegerla, hablé suavemente. “No temas. No te ocurrirá ningún mal.”

Tan pronto como dije esto, lancé el hechizo de defensa Mega Wall. Un momento después, estábamos cubiertos por un escudo protector de media cúpula.

“Déjame esto a mí”, le dije.

Estos niños controlados por las extrañas habilidades de Lizer eran difíciles de tratar. No era solo su gran poder, era el hecho de que podían despojarte de tu libre albedrío con un solo toque. Si eso sucediera, comenzaríamos a derribar a nuestros propios aliados o, en el peor de los casos, nos mataríamos unos a otros por completo.

Sin embargo…

“No permitiré que me pongas un solo dedo encima”.

Usé magia de viento contra los niños entrantes. El vendaval levantó un vórtice y arrastró a muchos de ellos.

“¡Sabía que Ard podía hacerlo! Incluso esto no es nada para él…” susurró Ginny.

“Hacerlos volar, pero también asegurarme de que nadie salga lastimado,

¿eh? Tienes habilidad.”

Podrían haber sido enemigos, pero también fueron víctimas. Justo antes de que los niños estuvieran a punto de caer al suelo, lancé un hechizo flotante para evitar que se lastimaran. Esto fue por consideración a mis oponentes… y a María.

“¿Por qué está pasando esto…?”

No es que nada de lo que hiciera pudiera aliviar sus crecientes preocupaciones. María claramente esperaba una explicación, pero nunca me creería en su estado actual. Y… no tuve tiempo de aclarar la situación ahora.

“Hmph. Ciertamente, las cosas no van a ser fáciles para nosotros”.

Los atacantes parecían aumentar con cada segundo que pasaba. Era difícil no dejar un solo rasguño en la abrumadora oleada de niños. Si continuábamos así, eventualmente me equivocaría en alguna parte y lastimaría innecesariamente a las jóvenes víctimas.

Como si previera esto, Olivia me llamó. “¿No deberíamos encontrar una nueva ruta?”

Asentí una vez. “Despejaré un nuevo camino desde aquí. Por favor, tenga cuidado con sus pasos”.

Luego lancé un hechizo debajo de nosotros. El camino empedrado se rompió abruptamente y formó un pozo gigante. Justo cuando estábamos a punto de caer—

“¡¿Eh?!” María exclamó mientras todos caíamos en picado.

Inmediatamente llené el agujero para bloquear la persecución del enemigo mientras una sensación de caída me envolvía. Después de eso, lancé magia flotante sobre todos para suavizar nuestro aterrizaje. El descenso no fue particularmente accidentado… y aterrizamos a salvo en las alcantarillas.

Pronto me volví hacia María. “… ¿Qué viste?”

El rostro de la niña estaba pálido, expresión perturbada. Ella guardo silencio por un momento. “Todos estaban allí… pero ¿por qué… se veían tan aterradores…?”

Por “todos”, debe haberse referido a sus amigos… ¿Obligó Lizer a sus otros amados hijos a atacar?

“¿Por qué está pasando esto…? ¿Qué les pasa a todos…?”

No sé lo que está pasando Esto es una pesadilla, parecía decir con los ojos.

“…Oye. Um, ustedes saben, ¿no? ¿La razón de todo esto?”

Si quería una explicación, era nuestro deber dársela. No habíamos tenido tiempo antes, pero ahora sí. Incluso si la verdad era difícil de tragar, tenía derecho a saber.

“… Todo es obra de Sir Lizer”.

“¿Qué?” Los ojos de María se agrandaron.

Elaboré. “Entiendo que esto puede ser difícil de creer, pero es la verdad. El desastre en la ciudad tuvo que haber sido querido por él. No hay lugar para la duda”.

No fue porque el diablo lo estaba controlando. Todo esto era Lizer.

Incluso para alguien tan diabólico, Mephisto nunca movía a la gente por la fuerza. Lo recordé una vez diciéndome que sólo obtenía satisfacción de una tragicomedia cuando había una emoción real detrás de ella. Por eso estaba seguro de que enviar niños como vanguardia fue idea de Lizer. Esto incluía a los otros niños del orfanato que tanto él como María atesoraban. Supongo que, al final, nadie le importaba excepto ella.

Pero… a la misma María le costó mucho aceptar esto. “¡Eso no es cierto…! ¡Él nunca…!”

Para María, Lizer era un alma honesta, como los campeones de los cuentos de hadas. Ella no creería que él era el responsable del desorden en la ciudad solo porque le dije que ese era el caso.

…Es por eso que esta chica pronto experimentaría un sufrimiento terrible. Su futuro me dolía.

“… Inicialmente me dije a mí mismo que no debo colocar una carga pesada sobre un niño tan pequeño como tú”, dije. “Sin embargo, te necesitamos. Debes ver la situación con tus propios ojos… y tomar una decisión.

¿Seguiría junto a nosotros o no? Estábamos en una encrucijada. “¡Ayúdame!” gritó una voz en las oscuras alcantarillas.

Muy pronto, la fuente apareció a la vuelta de la esquina frente a nosotros. “¡Huff, uff, uff…!”

Era un hombre adulto que vestía ropa de lino raída y hecha jirones. Parecía una especie de vagabundo. Vino corriendo hacia nosotros. Su rostro estaba marcado con puro terror, y corría como si lo estuviera persiguiendo un monstruo.

“… Lo siento, no ‘como si’ lo estuvieran persiguiendo. Lo es” corregí en voz baja.

Momentos después, algo más se apresuró a doblar la esquina: un monstruo babosa gigante que se arrastraba por la pared mientras perseguía a su presa. Fue mucho más rápido de lo que sugería su apariencia carnosa.

“¡Eeeeeeeek!”

El hombre no podía esperar derrotar a esta criatura, pero era como una plaga para nosotros.

“Flare.” Lancé una bola de fuego, con cuidado de evitar al hombre. El feroz ataque lo golpeó de lleno y la enorme babosa fue incinerada.

“¡¿Q-Qué?!” Miró hacia atrás y lanzó un grito de sorpresa al ver morir a la criatura.

Me acerqué al hombre. “¿Puedo preguntar por qué estás en la alcantarilla?”

“… ¿Eh?”

Su expresión casi preguntó en voz alta, ¿De qué estás hablando? “¿’Por qué’? Aquí es donde terminan todos los adultos. Incluso tú—” Ahí es donde se detuvo. Vio a María y levantó una ceja.

“¿Qué hace un niño aquí…?”

“…Quiero escuchar más sobre la situación.”

El hombre nos contó todo lo que sabía. Era la locura y la malicia de Lizer.

“Una vez que un ciudadano pasa cierta edad, lo arrojan a las alcantarillas. Sin excepciones. Luego… se ven obligados a vivir en este infierno infestado de monstruos hasta el día de su muerte.”

“¿Q-Quién haría algo tan horrible…?” preguntó María.

El hombre frunció el ceño y miró al niño con ojos llenos de envidia, celos y odio. No era la mirada que normalmente le darías a un niño.

Cada vez más temerosa, María se escondió detrás de mí. El hombre chasqueó la lengua antes de responder.

“El rey. Todo esto fue idea suya”.

María se quedó helada. “¿Qué…? ¿L-Lizer hizo esto…?” “Sí es cierto.” Su breve respuesta estaba cubierta de odio.

La pura intensidad de sus emociones sirvió como prueba suficiente. Su cinismo era evidencia de las acciones inhumanas de Lizer.

Pero María se negó a creerlo. “¡Lizer… nunca…!”

El hombre volvió a chasquear la lengua. “… De todos modos, gracias por ayudarme”.

Con eso, se fue… todavía enfadado por María.

Olivia habló en voz baja mientras lo veíamos irse. “… Entonces los niños viven cómodamente en la superficie mientras que los adultos se ven obligados a pasar el resto de sus vidas aquí”.

“Bueno, eso suena como él”, comentó Verda.

Para Lizer, los adultos eran la encarnación del mal. Ellos eran los que le habían quitado todo, por eso los odiaba. Los brutalizó sin un solo pensamiento de su humanidad. Escondió desesperadamente este lado de sí mismo de María. Era una prueba de su propia corrupción.

“Lizer… ¿Pero por qué…?”

María estaba sorprendida por la inconcebible verdad… pero su fe en él se estaba resquebrajando. Lizer había sido la salvadora de María. Para ella, él era el más santo de los santos.

Y ahora, esa imagen se estaba desmoronando.

“Todo esto es una mentira…” Cerró los ojos y se tapó los oídos para escapar de esta realidad, pero se deslizó entre sus dedos.

…Al pasar por las alcantarillas, rescatamos a varias personas más. Nos agradecieron con lágrimas en los ojos, entonces…

“¡Si alguna vez salgo de aquí, voy a matar a ese rey…!”

Todos decían lo mismo…

“¡Voy a vengar a mi hermana mayor…! ¡El rey va a pagar…!”

…Expresaron su odio por Lizer.

“………” María siguió caminando con nosotros. Su expresión estaba vacía, y era imposible saber cómo se sentía realmente.

“Hey, María. ¿Estás bien?” preguntó Sylphy.

Ella no respondió. Continuamos por las alcantarillas en silencio… “Esta escalera nos llevará al palacio”.

…Habíamos llegado a nuestro destino. La escalera nos condujo a una sala de almacenamiento y, desde allí, nos encontramos en un largo pasillo.

“… Es bastante tranquilo aquí”. Lancé magia de detección y detecté solo una forma de vida. Lo más probable es que Lizer.

“No puedo confirmar ninguna otra presencia en el palacio además de él”, dije. “Pero…”

Será mejor que tengamos cuidado. Incluso si no detectamos nada, alguien podría estar disfrazado.

Asentí a Olivia. “Sir Lizer probablemente esté en un pasillo del primer piso en el ala este”.

Avanzamos lentamente, manteniéndonos atentos a nuestro entorno. Se podía oír caer un alfiler en el silencio.

Pronto nos encontramos… con una vista espantosa.

“¡¿Qué—?!” Las cejas de Sylphy inmediatamente se unieron.

No, no era solo ella. Todos teníamos miradas de angustia: María, yo y todos los demás.

“¡¿Son esos cadáveres de niños…?!” Ginny exclamó mientras empezaba a sudar frío.

Pequeños cuerpos yacían inmóviles ante nuestros ojos. Sus causas de muerte fueron extrañas.

Parecían ser funcionarios públicos. Cada uno era duro como la piedra y, por sus expresiones, parecía que les habían arrancado el alma.

“¡Eran tan jóvenes…! ¡Esto es asqueroso…!” Olivia gritó, sonrojándose de ira.

Sylphy, Ginny y yo sentimos una oleada de justa indignación…

Pero, ¿qué estaba pensando María a través de todo esto? ¿Qué tipo de emociones se agitaron en esta joven pálida que temblaba?

…Solo podía rezar para que no sucediera lo peor. Manteniendo nuestro ritmo actual, nos acercamos a la señal de vida, presumiblemente Lizer. Cuanto más nos acercábamos, más cadáveres encontrábamos. Entonces—

“¡A-aaaaaaaaaaaaaaaah!” gritó un niño.

En medio del largo pasillo había un anciano… apretando la cabeza del niño con ambas manos—

“No, esto tampoco lo es”.

En ese momento… un aura de color blanco puro fue succionada de la boca del chico y absorbida por el cuerpo de Lizer. El niño se convirtió en un cadáver como todos los demás… y fue arrojado contra la pared.

“¿Li… zer…?” La voz de María resonó por el pasillo. “¡¿Oh?!” Reaccionó rápidamente, girando para mirarnos. Bastante seguro—

—este hombre, Lizer Bellphoenix, se había convertido en un monstruo.