Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 7

Capitulo 86: El Ex-Señor Demonio Y El Reencuentro En El Laberinto

La Armadura del Señor Demonio. El nombre común de las 666 piezas de poderoso equipo mágico que había forjado cuando era Varvatos.

Según la leyenda moderna, los había creado antes de mi reencarnación, preocupado por el destino del mundo, y los dejé atrás pensando en las generaciones futuras.

Tenían la mitad de razón.

Era cierto que había preparado la Armadura en caso de que se produjera el peor de los casos, si los Dioses Malignos revivieran mientras yo no estaba. Y realmente dispersé las piezas por todos los rincones del mundo. Esta, sin embargo, era solo mi forma de terminar el trabajo que había comenzado.

Para dejar las cosas claras, hice la Armadura del Señor Demonio para matar a un solo Dios Maligno, para eliminar eternamente este mundo de mi enemigo acérrimo, Mephisto Yuu Phegor, después de la muerte de Lydia.

… Pero no logré matar a Mephisto, sino que lo sellé para siempre… lo que significaba que la Armadura del Señor Demonio había logrado su propósito previsto.

“¡Ya veo! ¡Si podemos tener eso en nuestras manos, podría darnos una oportunidad de pelear!” exclamó Verda.

Estábamos en el laboratorio de investigación de Verda en un rincón de la antigua capital de Kingsglaive. Su voz rebotó en las paredes.

“…Creo recordar que había un laberinto no muy lejos de aquí que debería tener tres piezas de armadura. Si podemos usar esos…”, reflexionó.

Podría sacarnos de esta situación, pero—

“Mmm. Eso suena demasiado fácil.” Sylphy no parecía convencida.

Oliva asintió. “Sí. Demasiado simple… Apuesto a que Mephisto tiene algo que ver con esto. Como si estuviera tratando de atraernos allí.”

Todos deben haber tenido el mismo pensamiento en su mente: estábamos bailando en la palma de la mano de Mephisto y moviéndonos según su voluntad. Por ahora.

Hice contacto visual con Olivia, luego con Sylphy y Verda. “Incluso si seguimos su guion, no le daremos el final deseado. ¿Cierto?”

Los tres asintieron vigorosamente. Sabía que podía contar con ellos… Miré a Ginny, que yacía inmóvil en el suelo.

“Salvaremos a Ginny y derrotaremos a Mephisto Yuu Phegor. Y para lograr eso… bailaremos con su melodía”.

Y luego, una vez que esto terminara, le cortaría las manos y le arrancaría la tráquea.

Verda asintió cuando vio que había tomado una decisión. “Tengo que quedarme aquí y cuidar a Ginny, así que ustedes tres deberían ir al laberinto sin mí… ¿Estarán bien?” nos preguntó con una mirada seria, lo cual era raro en ella. Asentimos en silencio.

Seríamos Olivia, Sylphy y yo. Nadie dijo una palabra. Solo la determinación silenciosa ardía dentro de nuestros corazones—

***

Dejando a Verda y Ginny en el laboratorio, partimos de Kingsglaive.

El laberinto en cuestión estaba ubicado dentro de las montañas, e incluso a un ritmo rápido, nos llevaría un día completo llegar allí.

Sylphy expresó su escepticismo. “¿No hubieran sido más fáciles las cosas si tratáramos de localizar la Armadura del Señor Demonio desde el principio? Entonces recuperaríamos nuestra magia, además de una potencia de fuego asesina: golpear dos pájaros de un tiro. Mucho mejor que los artilugios de Verda.”

Ella tenía un punto. Después de perder nuestra magia, nos unimos para completar los brazaletes de Verda. Después de todo, recuperar nuestra magia y arreglar la situación eran las únicas dos cosas en nuestras mentes.

Este nuevo objetivo, sin embargo, tenía más sentido para Sylphy. Sin embargo…

“No. Descarté la idea de recolectar la Armadura del Señor Demonio una vez que lo pensé. Es una tontería intentarlo, para ser franco”.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?” preguntó Sylphy, confundida.

Dejé escapar un profundo suspiro antes de responder. “La razón es simple. No podemos usar la Armadura del Señor Demonio.”

“¡¿Qué?!” Sylphy fanfarroneó.

Olivia, por otro lado, apenas reaccionó. Ella debe haber concluido lo mismo que yo hice antes.

“¡¿Q-Qué quieres decir con que no podemos usarlo?!”

“…Descubrí algo cuando usé la Armadura del Señor Demonio en mi batalla contra Elzard…” Hice una pausa. “Está optimizado para su uso por los pueblos antiguos. El hombre moderno, incluido yo mismo, no está equipado para manejarlo”.

No tenía la intención de hacerlos de esta manera. De hecho, lo hice para que cualquiera pudiera usar la Armadura siempre que cumpliera una condición específica… pero la magia había retrocedido más de lo que esperaba, ya que la concentración de maná atmosférico disminuyó con los años. Las personas antiguas y modernas ya ni siquiera estaban en el mismo campo de juego. Como resultado, nadie en la actualidad podría usar la Armadura del Señor Demonio.

“Entonces, para que los humanos modernos lo usen, necesitaríamos reescribir y recalibrar sus atributos técnicos… Pero ahora que hemos perdido nuestra magia, eso también es imposible”.

“B-Bueno, soy del pasado, así que… Oh, espera. Yo también perdí mi magia, eh…”

Esto fue exactamente por lo que descarté la posibilidad de buscar la Armadura.

“¡Eso significa que no tiene sentido encontrarlo! ¡Incluso un arma omnipotente es un pedazo de basura si no podemos usarla! ¿Por qué estamos arriesgando nuestras vidas por este esfuerzo? ¡No lo entiendo!”

Bueno, pude ver por qué ella podría llegar a esta conclusión. ¿Por qué arriesgar el cuello por algo inútil? Incluso Olivia no parecía tener una respuesta a esta pregunta. Al igual que Sylphy, me miró con ojos dubitativos.

“…Tengo una idea que puede permitirnos activarlos. Solo una teoría, así que no estoy seguro de si tendremos éxito. Pero… la probabilidad no es cero.”

Una probabilidad distinta de cero era nuestro único rayo de esperanza.

…Solo podía rezar para que lo que Mephisto tenía bajo la manga no fuera algo que arruinara este sueño.

“En cualquier caso, todo lo que podemos hacer es depender de los factores indeterminados de la Armadura del Señor Demonio”.

“Cierto… Bueno, incluso si podemos usar la Armadura, es difícil decir si nos dará algún tipo de ventaja… Odio decirlo, pero tengo mis dudas.”

“¡N-No hay manera! Quiero decir, tenemos a Ard de nuestro lado… ¡y yo también estoy aquí! ¡Tener en nuestras manos esa Armadura básicamente garantiza nuestra victoria!”

Sylphy hinchó el pecho, sonriéndonos… pero me di cuenta de que era un farol. Sin embargo, elegiría su bravuconería sobre el pesimismo puro.

“…Estuviste en el Ejército Campeón de Lydia durante unos seis años,

¿verdad?” preguntó Olivia.

“Sí. ¿Qué pasa con eso?” Respondió Sylphy.

“…Entonces no conoces su verdadero terror. Todo sucedió después de que desapareciste, pero…”

Imaginé que Olivia estaba reproduciendo mentalmente las mismas imágenes que yo: el infierno que nos hizo pasar el diablo. Todos lo habían despreciado, juraron venganza y sintieron puro terror y desesperación cuando él torció sus planes fuera de sus manos.

Yo no fui la excepción.

“Según la autobiografía del gran Señor Demonio… la batalla para derrotar a este Dios Maligno se libró en una escala nunca antes vista”.

“…Sí. Como dice el registro, era la guerra, todo o nada. Los Reyes Celestiales obviamente lucharon como soldados, pero incluso los funcionarios civiles, aquellos que normalmente se quedaban fuera del campo de batalla, nos apoyaron en la retaguardia. Dimos todo lo que pudimos”.

“Para dividir nuestras fuerzas, teníamos… cien mil combatientes de la Unidad del Juramento de Sangre Loca de Sir Alvarto, ciento cincuenta mil de los Mártires de Ojos Azules de Sir Lizer, setenta mil del Escuadrón de Investigación de Magia Especial de Lady Verda, y noventa mil de Lady Cazadores de demonios de Olivia: soldados de infantería. Agregando a los miembros sobrevivientes del Ejército de la Campeona Lydia, funcionarios civiles, etcétera… el total general es de aproximadamente quinientos cuarenta mil. Esta asamblea militar extraordinaria se movilizó solo para derrotar a Mephisto Yuu Phegor”.

Los recuerdos me inundaron. Mi piel estaba pegajosa por el sudor. Eso no fue una batalla, ¡sino una masacre!

“…Estábamos unificados, un grupo de inadaptados trabajando como un todo. Fue la primera y última vez que nos juntamos… Pero aun así…”, Olivia se desvaneció.

No pudimos ganar. No pudimos destruirlo. Incluso al final, Mephisto Yuu Phegor nunca perdió la sonrisa.

El diablo con la sonrisa de un ángel. Atravesó el ejército más grande que el mundo jamás había visto y lo derribó.

“…El Señor Demonio había sacrificado todo. Esto incluía a los subordinados que lo habían admirado y a sus camaradas que confiaban en él, incluso un enemigo con el que pretendía pelear en una batalla a muerte… Usó su propia vida como un peón. Hizo todo lo que pudo… Pero al final, su recompensa fue diferente de lo que esperaba”, expliqué.

Durante esa batalla devastadora, me di cuenta de algo: No podemos matar a este monstruo.

Por eso había elegido tomar la ruta de escape, sellarlo, en lugar de intentar deshacerme de él por completo… ¿Pero fue eso realmente una victoria?

No. Estaba más cerca del fracaso. Las cosas no habían ido exactamente a mi manera.

Si eso era cierto, Mephisto Yuu Phegor era básicamente invencible.

Yo continué. “Podríamos lograr una victoria superficial contra él, pero en realidad nunca ganaremos. En cualquier situación, Mephisto Yuu Phegor siempre será el que llegue a la cima al final”.

No pudieron hacerle probar la amargura del arrepentimiento. No pudieron hacerle experimentar el terror de la destrucción. Por eso nunca venceríamos esta pesadilla.

Sin embargo—

“Debemos ganar, incluso si es solo superficial”.

“…Cierto. Pero, ¿cuáles son nuestras posibilidades reales?” preguntó Olivia.

Asentí. “Me pregunto si hay alguna esperanza de victoria en esta situación. Todo esto es un juego para Mephisto Yuu Phegor. Y se autoimpuso un límite de poder para sacar el máximo provecho de él”.

“Espera. ¿Estamos tomando su palabra en eso? Si nos acorrala en un rincón…

“No lo hará. El hombre nunca rompe sus propias reglas, sin importar las circunstancias. Se negará a faltar a su palabra, incluso si eso significa la muerte… siempre y cuando sigamos las mismas reglas.”

Mephisto era diferente a nosotros: no tenía ningún interés en ganar poniéndose un paso por delante de sus oponentes. De hecho, no le importaba ganar o perder; solo buscaba un resultado que fuera personalmente divertido para él… incluso si eso significaba su propia destrucción.

Era un loco, hasta el punto de la catástrofe.

“…En cualquier caso, reunir la Armadura del Señor Demonio debería ser nuestra principal prioridad. Es muy obvio que no va a ser fácil”, reflexioné.

La Armadura en cuestión estaba en una habitación oculta dentro del laberinto. Tendríamos que encontrar un pasadizo especial y bien escondido para llegar allí. Básicamente, una vez que encontremos esta ruta secreta, estaríamos limpios. Después de todo, no había nada particularmente peligroso en el corredor en sí.

…Sin embargo, una vez que llegamos al laberinto y dimos un paso dentro del pasaje oculto…

“Ah, como sospechaba”, murmuré, mirando el espacio oscuro.

El aire en el corredor era extraño. Se suponía que el área estaba libre de amenazas, solo una línea recta que te llevaría a la Armadura… pero eso ya era todo en el pasado.

Esto tenía las huellas dactilares de Mephisto por todas partes. No había duda de que el laberinto había sido manipulado, una trampa explosiva.

“Mantente en guardia. Este lugar es un campo minado. Considere esto no diferente a cargar en el fragor de la batalla.”

Olivia y Sylphy asintieron, lo que no era sorprendente ya que estas dos tenían mucha experiencia en su haber. Sintieron un miasma distinto en el laberinto. A este ritmo, estaríamos bien…

…o eso pensé.

“¡¿Aaargh?!” Sylphy dejó escapar un grito cuando el agua de repente cayó sobre ella desde el techo.

… ¿Cuántas trampas fue eso ahora? ¿El séptimo?

Los trucos de Mephisto estaban ingeniosamente escondidos y encontrarlos todos era casi imposible.

Sin embargo, a pesar de los múltiples contratiempos, sobrevivimos a cada uno. Obviamente. Después de todo, solo eran bromas infantiles.

“¡Ugh! ¡¿Qué es esto?! … ¡ACHÚ!” Sylphy pateó el suelo, empapada hasta los huesos.

Olivia intervino irritada. “… Es tan molesto”.

Sus orejas y cola de bestia se movieron. Actualmente estaba cubierta de pies a cabeza con un líquido blanco turbio… No quería acercarme más. Apestaba.

Me imaginé que era algún tipo de producto lácteo. De cualquier manera, estaban empapados en él.

“¡Ese maldito renacuajo! ¡Le voy a dar una paliza la próxima vez que lo vea!”. Sylphy gritó, sus mejillas de color rojo brillante.

Su actitud no mostraba signos de nerviosismo.

…Fue una prueba más de su astucia. Sylphy estaba jugando directamente en las manos de Mephisto.

“No debes dejarte engañar, Sylphy,” dije, recogiendo un guijarro a mis pies y parándome frente a ella. “Su comportamiento infantil puede parecer inocente, pero debajo de él yace pura maldad, te lo mostraré”. Lancé el guijarro, lejos y largo.

Plink. Tan pronto como golpeó la tierra… “¡¡Graaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!!”

Parte del suelo se convirtió en lodo. Un monstruo gigante levantó la cabeza. La criatura viscosa y escamosa engulló el guijarro y desapareció en el suelo… y las lanzas silbaron desde las cuatro direcciones. Las llamas brotaron de las paredes de piedra segundos después.

Mientras observábamos cómo se derretían las lanzas, me volví hacia Sylphy.

“Cuando se trata de dioses malignos, su maldad e intelecto son, con mucho, los más horribles. Mephisto Yuu Phegor es experto en manipular el corazón humano. Los dioses malignos pueden guiarte directamente a la palma de su mano, hacerte bailar con su propia melodía… y hacerlo con una sonrisa. Es por eso que debemos estar atentos a su amenaza en todo momento. De lo contrario…”

Ellos entendieron sin que yo lo deletreara. Si no lográramos comprender cómo operaba Mephisto aquí, se apoderaría de nuestros corazones, nos haría perder la calma y bajar la guardia… antes de llevarnos a una muerte cruel. Miraba y se reía como el diablo que era.

“Deberías mantener la guardia alta cada vez que este corredor se vea como debería. Esa es una prueba de que estás perdiendo el enfoque… Está bien, vamos”.

Sylphy asintió sin decir una palabra. La preocupación estaba de vuelta en su rostro. Ella era una veterana experimentada que había sobrevivido batallas en el pasado antiguo; una advertencia era todo lo que necesitaba. De hecho, Sylphy nunca volvió a bajar la guardia después de eso. Superamos varias de las cobardes trampas de Mephisto, y pronto… quedó claro que nos acercábamos a nuestro destino.

—El repentino eco de su voz fue toda la prueba que necesitábamos.

“Hey, chicos. ¿Qué te parece mi atracción casera?”

Nos detuvimos en seco y miramos al espacio vacío. Él no puede ser encontrado en ninguna parte. Ni siquiera podíamos sentir su presencia. Era solo una voz incorpórea o…

“Ustedes dos.” “Uh-huh.”

“Recibido fuerte y claro”.

Cada uno de nosotros se preparó para la batalla: nuestros sentidos en alerta máxima.

La voz inquietante volvió a hablar. “La prisa hace el desperdicio, como dicen. De peor calidad. Si no cumple con su cuota, conoce el ejercicio. Así que aquí es donde termina la zona de diversión. De ahora en adelante, me entretendrás.

Un instante después, una masa amorfa de oscuridad se retorció y finalmente tomó forma humana. Tres personas. Túnicas oscuras cubrían sus rostros y cuerpos. Desenvainaron sus espadas y…

“¡La risa! ¡Pasión! ¡Lágrimas! ¡Teatro! Muéstrame el drama.”

Como si la voz de Mephisto fuera su señal, los tres asesinos cargaron hacia adelante.

“¡Gh…!”

Fueron rápidos. Antes de que tuviéramos la oportunidad de reaccionar, los enemigos estaban parados frente a nosotros con sus espadas desnudas brillando. Usé la hoja hecha a mano de Verda para lidiar con el que estaba frente a mí.

“¡Hah…!”

Alterné entre esquivar, golpear, esperar una apertura. Sonidos metálicos resonaron en la penumbra y chispas iluminaron nuestros rostros.

…Era una mujer. Su capucha me impedía distinguir todos los detalles, pero su rostro era claramente femenino. Y uno joven, además.

Aun así, eso no significaba que podía ser fácil con ella. “¡Muy impresionante…! ¡Tienes mi admiración!”

Este asesino es fuerte.

No podía darme el lujo de prestar atención a cualquier otra cosa que sucediera a mí alrededor. Si apartaba la mirada de mi oponente incluso por un segundo, me cortaría la cabeza. Mi lucha contra este enemigo sería feroz y…

Ya sea por alguna extraña coincidencia o por el destino, me habían separado de mis camaradas y salí a un espacio abierto. Temía una posible emboscada, pero ninguna me esperaba. Sólo éramos el asesino y yo.

“¡Es como si estuviéramos en una arena de duelo…! ¡¿No estarías de acuerdo…?!”

Seguí hablando durante nuestra pelea en un intento de despistar al oponente. Una batalla no se trataba solo de espadas y magia; las palabras eran tan afiladas como cuchillos.

“Eres hábil con la espada. Es notable. ¿Quién te enseñó?”

Es difícil predecir cuándo tendrás la oportunidad de atacar. Esta vez no fue diferente. No había dicho nada en particular… pero mi oponente se estremeció.

Esta era mi oportunidad.

Apunté un golpe a su cuello. Un movimiento ultrarrápido pero mínimo. Sin embargo, pensé que no la derribaría tan fácilmente. Mi enemigo pateó el suelo y saltó hacia atrás. La punta de mi hoja rozó su piel… y solo hizo una línea muy delgada en su cuello.

Casi la tenía.

Aun así, pude vislumbrar el interior del corazón de mi enemigo. Ella aterrizaría pronto, así que yo—

“… ¿Qué?”

Mis pensamientos se paralizaron mientras mis palabras tropezaban.

Allí frente a mí. Mi enemigo había aterrizado, y algo, una ráfaga de viento, tal vez, le había quitado la capucha y dejado al descubierto su rostro.

“¡N-No puede ser…!”

El sudor brotó de mi frente y mi corazón latía con fuerza.

…El asesino frente a mí. Conocía esa cara. No hubo duda. Estaba seguro de ello.

“¡Ayúdame, Ard…!”

Mi mejor amiga, Ireena, me suplicaba temerosa con lágrimas en los ojos…