Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 17

Capítulo 5: Al Final de su Mundo

Parte 4

 

 

Él viene.

El chico, viene hacia aquí.

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Freya quien observó esa escena al compartir sus 5 sentidos con Hörn quien libero su Magia—torció claramente su rostro.

–Ottar.

–Si.

–Salva a Hörn. No permitiré que desaparezca y regrese al Cielo de esta forma. Mientras estaba sentada en su silla, le ordenó a su asistente que estaba en espera.

–Si, absolutamente no lo permitiré. Hacer algo como esto… tengo que castigarla con mis propias manos. Por eso, tienes que salvarla sin falta.

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–Sin embargo, tú protección, Freya-sama…

–No hay problema. No necesito a otros niños. Haz que todos se retiren y vete.

–… Si.

Frente a esa conclusión de su Ama, Ottar salió de la habitación.

A continuación, sintió como sus guardias y asistentes se iban distanciando de la habitación. En la habitación divina donde todo sonido desapareció, solo quedo ella.

Hacia este lugar donde solo estaba ella, él vendría.

–Bell…

***

 

 

Corre. Corre. Corre.

Mientras la cargaba con sus ojos cerrados, sacudiendo sus brazos que colgaban, corrí con toda mi fuerza.

Lo que sentía en mis hombros y mi espalda, eran los gritos y la violenta lucha de espadas que aún se desarrollaba en el ala este. Avanzando por el lado oeste de la mansión donde estaba la <Sala de Meditación>, usando los pasillos que se extendían desde el piso de arriba, corrí hacia el anexo del norte como si rodeará el jardín.

Que nadie apareciera era antinatural. Lo sabía.

Intencionalmente habían despejado el camino. Como esperaba, mis movimientos ya habían sido filtrados. Me estaban invitando.

Aun así, no me detuve.

Por ahora, arroje lejos mi miedo e inseguridad y avance hacia adelante.

–¡…!

Faltaba muy poco para llegar a mi objetivo.

Subí corriendo las escaleras que continuaban hasta el piso más alto las cuales me había acostumbrado a cruzar hasta hoy y en ese momento, esa persona apareció como si cubriera mi camino.

El Boarman de cabello color cobre y un aterrador cuerpo gigantesco.

–Entrega a la chica.

–¡…!

El Aventurero más fuerte de la ciudad que me contuvo con un solo golpe, Ottar-san, declaró mientras me miraba hacia abajo.

Dejé de respirar ante la presión de alguien opresivamente fuerte, pero, aun así, cuando reajusté mi agarre sobre Hörn-san intentando cubrirla—

–No la matare. Es la decisión de la Diosa.

–¿Eh…?

–Esa chica vivirá.

Eran las palabras del guerrero taciturno.

Pero, ya que era ese guerrero, sentí que podía confiar en sus palabras.

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Después de permanecer en silencio cruzando miradas con sus ojos color oxido que no mentían, tomé mi decisión. Yo, quien no conocía las características de esta Magia y no podía usar Magia Curativa, no podía curar la herida de Hörn-san. Creyendo en Ottar-san, me acerqué caminado y se la entregué.

Sus robustos brazos cargaron a la ligera chica.

–Ve. Delante, la Diosa te está esperando. Ottar-san solo me informo eso.

Tras verlo pasar junto a mí y bajar las escaleras, me dirigí hacia el frente.

Subí las escaleras que me quedaban. Dejando de correr, subí peldaño a peldaño como para endurecer mi resolución.

Repentinamente.

Recordé un cuento de Héroes—<Fulland del Agua y la Luz>.

El Espíritu quien continúo ocultando su verdadero nombre, murió. La Santa termino llena de lamentos y arrepentimientos.

Y el Caballero sufrió por su propio pecado.

¿Y entonces, ahora?

¿Quién era el Caballero, quien el Espíritu y quien la Santa?

¿Quién no logro alcanzar su deseo?

¿Quién obtuvo el “amor”?

¿A quién no se le concedió el [                                  ]? Realmente, ¿Quién fue el más lamentable? Yo no era el Caballero (Fulland).

Pero, iré a comunicarle a la “Santa”—a la “Bruja”.

Los sentimientos que ahora albergo en mi pecho.

— —Viniste, ¿Eh, Bell?

En el piso más alto.

Abriendo las puertas de par en par, al llegar a la habitación ella me estaba esperando sola.

En el centro de la habitación, habiendo quitado el sofá en el que ambos habíamos hablado muchas veces, y también la mesa redonda de patas simples, ella estaba de pie.

–Tu motivo es bastante claro incluso sin tener que preguntarlo, ¿No es así?

Su tono, e incluso la atmosfera que la cubría, era diferente de la que tenía hasta ayer.

No como la Diosa afectuosa que me entregaba calidez, sino que me miraba como una reina fría.

–A pesar de que si me hubieras aceptado sin darte cuenta de nada… te habría abrazado a mi lado por siempre y te habría llenado de “amor”    Hörn también hizo algo excesivo.

Su mirada plateada era brillante, pero aun así fría y severa.

Ahora era como una niña a la que le habían arruinado su juguete preferido, o incluso como una tirana arrogante. Aun así, desbordaba un enorme carisma.

Sus dos facetas positiva y negativa.

Cruel y desenfrenada, la Diosa de la Belleza absoluta.

Frente a ese Ser Divino que, aunque se parecía a la “chica” del bar en mis recuerdos no era igual que ella—yo, sin acobardarme, abrí la boca.

–Tú, eras Syr-san, ¿Cierto?

Ante eso, sin mover ni una ceja, respondió.

–Si, la que jugó con ustedes en el bar, sin duda era yo. Respondió como si eso fuera algo trivial.

–Pero, estas malentendiendo algo. La chica llamada Syr no existió desde el principio.

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–…

–Hay una chica con el mismo nombre, pero.  tomé su verdadero nombre “Syr”. Lo que ustedes vieron fue mi

actuación, una ilusión.

Frente a esa declaración que debería ser impactante, extrañamente incluso para mí mismo, mi corazón estaba sereno.

–¿Qué quieres decir?

–Es justo como dije. Estaba realizando un juego de rol… un simple juego. Borrando mi Divinidad y usando la imagen de la “chica”, estuve pretendiendo ser un niño con el fin de matar el aburrimiento.

–¿Juego de rol…?

–Si. Allí me reuní contigo, Ryuu y las demás. Todo a lo largo del juego.


Con una mirada despejada, como si hablara sobre algo trivial, estrecho sus ojos.

–Lo construí todo, ustedes fueron simples “piezas”. Syr desde el principio nunca existió. Fue un simple capricho mío.

Por eso, tu resolución de salvar a la chica (Syr) está mal enfocado. Dirigiéndome hacia ella quien me transmitió eso indirectamente, la llame.

–Syr-san.

–… Deja de llamarme por ese nombre.

–No quiero.

–…

–Syr-san.

Cada vez que llamaba su nombre, la expresión de la Diosa se torcía por la irritación. Ahora, mientras miraba sus ojos teñidos de un color plateado, solté mi pregunta.

–Entonces, ¿Por qué estabas llorando en ese momento? El día del banquete de la abundancia.

Bajo el cielo color ceniza que incluso ahora parecía que comenzaría a llorar, la lastimé y ella derramó lágrimas. Sus ojos se abrieron ampliamente.

–¿Por qué hasta hoy, siempre me has ayudado?

En el momento en que, sonriendo salía volando del bar. En el momento en que me sentí derrotado por la gran altura en la que estaba mi anhelo. En el momento en que, por los Xenos, estaba congelado sin saber que hacer. Siempre apareció a mi lado, en algunos momentos con una sonrisa, en otros con una ruta de escape, y en otros dándome calidez.

Y siempre preparándome un almuerzo y entregándomelo.

Una montaña de “¿Por qué?” se metieron dentro de esas pocas palabras.

–… La razón por la que te ayude siendo Syr, fue con el fin de hacerte crecer. Me enamore a primera vista de tu “alma”. Cultivaría ese brillo transparente, y después de que tu cuerpo y alma crecieran hasta como me gusta, pensaba cosecharte.

–….

–El Grimorio, y también el amuleto que te entregue durante el <Juego de Guerra>, además de todo aparte de esos… fue con el fin de hacerte crecer y protegerte.

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Sus palabras no estaban equivocadas.

Gracias a las múltiples ayudas que me dio, supere muchas batallas y estaba parado aquí y ahora como Aventurero de Segunda Clase.

No estaba equivocada. Pero, no era la verdad.

–Las lágrimas que viste… solo fueron porque estaba siguiendo mi rol de “chica de la ciudad”. En ese momento, si era Syr, tenía que derramar lágrimas. Por eso llore de acuerdo al juego.

Al instante respondí.

–Mientes.

–¡…!

–En ese momento, estabas lastimada. Esas lagrimas fueron reales, tanto que me quede paralizado. Lo negué.

Sin importa cuán doloroso sea, sin importar cuánto intentara socavar su propio pecho, con el fin de no dejar que esas lagrimas fueran una mentira, reafirme a la chica llamada “Syr Flover”.

Incluso si era una actuación o una ilusión, no importaba.

–Syr-san, estaba allí.

En el fondo de la gran ventana las escasas nubes temblaron.

La luz de la luna que entraba a la habitación escuchaba tranquila y cuidadosamente.

Después de que mi fuerte negativa resonó, la habitación teñida de un blanco azulado se llenó de silencio, y su rostro continuó torciéndose más y más.

Y entonces, ya frustrada por mi quien no cambiaba nunca mi expresión ni desviaba la mirada, pareció perder los estribos.

Sacó un cierto algo desde su bolsillo.

–¡…! ¡Ese broche…!

Un accesorio en par. No la parte del “caballero” que yo tenía, sino la del “espíritu”. Eso era algo que le había regalado a Syr-san.

–El primer presente que Syr recibió de ti… fue agradable.

Mi mirada fue atraída hacia ese adorno de plata lleno de decoraciones azules.

Ella sonrió.

Y cuando levantó el adorno que sostenía en su mano derecha como si fuese a colocarlo en su propio cabello—

–Pero, ya no lo necesito.

Lo arrojó.

Delante de mí quien abrió ampliamente sus ojos, se convirtió en un sinnúmero de pedazos después de ser arrojado al piso con todas sus fuerzas.

El sonido de ruptura que casi perforo mis oídos era justo como el grito de una chica.

Mientras el flujo del tiempo se hacía más lento, los fragmentos azules que se habían hecho añicos se esparcieron por el piso, arrebatándome las palabras.

–El juego se acabó. No hay significado en ir junto a tus palabras groseras. Uno de los pedazos cayo a sus pies.

Y ella, sin ninguna clase de afecto—

–Syr ya no existe. La chica, murió.

Levantó ligeramente uno de sus pies y lo aplastó.

Mi tiempo se detuvo ante ese fragmento del broche siendo pisado, al imaginarme que eran los recuerdos que tenía con Syr-san—la sangre se subió a mi cabeza.

Los ojos de un Dios que reía con regocijo verían a través de ti, agitarían el interior de tu pecho y manipularían tus sentimientos.

Arrojando fuego a mi corazón sereno como si fuese interesante. En el truco de una Diosa. Sobre la palma de una bruja.

Ya no importaba.

Descartando mi tranquilidad, le grité.

–¡Te equivocas! ¡Syr-san está viva! ¡Syr-san, eres tú! ¡Quieres que te salve, me lo dijiste!

–Eso fue porque las emociones de Hörn se mezclaron. Al estar conectadas por Magia, unas impurezas como son los deseos de un niño se mezclaron en mi Voluntad Divina, solo eso. No he pensado ni he dicho que quiero ser salvada.

Ella, quien conocía todo lo ocurrido al compartir sus 5 sentidos por el efecto de la Magia, declaró.

Sonriendo como si creyera que estaba en una posición superior. Como si se burlara de un niño tonto indignado, estrecho sus ojos.

–Además, “salvarme”… ¿Con que boca lo dices? Originalmente quien rechazo a Syr fuiste tú, ¿No es así?

Sus labios mostraron una sonrisa de burla.

Eso era el núcleo de todo. La arrogante verdad de la que el hombre llamado Bell Cranel era culpable. Mi respuesta frente a su sólido argumento—fue afirmarlo con todas mis fuerzas.

–¡¡Así es!! ¡¡Te rechace!!

–¡…!

Sin importarme sus ojos plateados que se abrieron con sorpresa, comencé a caminar. El broche roto esparció sus fragmentos por los alrededores, y construyo “un camino”. Un camino por el que no pisaría los fragmentos de mis recuerdos, una ruta directa.

Tras avanzar con grandes pasos por ese camino, me pare delante de la sorprendida Diosa.

–¡Tu confesión! ¡Tus sentimientos! ¡¡Nadie más que yo te lastimo!!

A una distancia en la que si me moviera mis labios llegarían fácilmente, le arroje mis sentimientos.

–¡Yo te hice eso! ¡Por eso, te detendré!

–¿¡…!?

–¡Por eso, te salvare! ¡Este rol no se lo entregare a nadie!

Lo que ardía en mi pecho era determinación. Lo que guardaba, era un voto no muy diferente a la obstinación de un niño.

No podía compensar las lágrimas que derramó. Pero, podía protegerla de que lastimara a alguien o que ella misma se lastime.

¿Yo era la causa? ¡Así es! ¡Lo provoqué al lastimarla!

¿Alguien tan miserable como yo no tenía las cualidades para hacer algo? ¡No bromees!

¡Incluso si me despreciaban, incluso si me odiaba a mí mismo, cruzarse de dedos y no hacer nada era aún más inútil, eso lo sabía!

¡¡Ni compensación, ni redención, ni nada!!

¡¡Quien acabo por lastimarlos junto con ella, quien rechazo sus sentimientos, fui yo!!

–… ¿Comprendes lo que estás diciendo? ¿Dices que salvaras unilateralmente con tus propias manos a la mujer que rechazaste una vez? ¿Sin darle amor, ni regresarle nada?

Lo siguiente que dejo escapar después de quedarse parada sorprendida, fue un claro odio. Resoplando por la nariz, ridiculizándome llena de desprecio.

–Pero que “ego” más cruel. Incluso dentro de los Dioses no existen hombres como tú. Realmente eres un “hipócrita”, ¿No es así?

–¡Si eso es así, lo que hiciste también fue por tu “ego”!

–¡…!

–¡Con el fin de volverme tuyo, a Orario, los involucraste y retorciste a todos!

Independientemente de que la sangre fluía de la herida que sus burlas provocaron en mi pecho, al reabrirla completamente y apuntarle con un espejo, su sangrado también era fuerte.

Ya lo sabía. Ella me arrojaba sus deseos unilaterales y yo escupía argumentos vacíos. Lo que ambos estábamos esgrimiendo era un cruel y grotesco egoísmo.

El dado que arrojamos hace mucho que estaba roto. Sin importar cuánto quisiera “amor” o cuanto deseara [                                                                                                                                     ], nuestros egos chocaban, lastimándonos entre nosotros y solo derramando sangre y lágrimas.

Ya estábamos en un punto en que no podíamos retirarnos. Mis ojos y sus ojos plateados se miraban entre sí.

–… No importa cuánto grites, el hecho de que estaba jugando no cambiara. Syr es mi “mentira”—

–¡Es imposible que crea que esa confesión apasionada fuera “mentira”!

–¿Que?

Cuando le grite eso medio por impulso, por primera vez, sus ojos plateados temblaron tímidamente.

–¡Incluso si repites que todo fue un juego, eso no hará que Syr-san no exista! ¡A quién le importa tu orgullo! No olvidare ese día.

Sus lágrimas en ese momento, y mis propios conflictos y arrepentimientos no podré olvidarlos en toda mi vida.

¡Después de todo, sin importar cuanto lo deseemos, incluso si rogáramos rehacerlo, lo que ocurrió ese día nunca desaparecerá!

–¡Eso no fue mentira, fue “real”! ¡Eso nadie lo puede negar! ¡¡Ni siquiera tu misma!!

Frente a mi quien continuaba gritando, por un instante su blanca piel y sus mejillas se tiñeron de rojo.

En el momento en que pensé eso, torció su hermoso rostro y como si no pudiera aguantarlo más, me empujo lejos con uno de sus brazos.

Sin tambalearme, retrocedí varios pasos y continúe mirándola.

–… Que desagradable. Si, muy desagradable. Es la primera vez que me hacen sentir así. Declarando con un rostro ya sin su sonrisa, sus palabras cargaban una furia tranquila.

El odio de una diosa, o su Divinidad, hacían temblar mi piel.

Ahora mismo había algo claramente ofensivo.

Dirigiéndome hacia una Diosa de la Belleza que incluso los Dioses temían, le hable bruscamente. Si Hermes- sama me viera, no hay duda de que se desmayaría.

Aun así, la Llama Sagrada que llevaba en mi espalda, y los sentimientos que ocultaba en mi pecho nunca se doblegaran.

–Detenerme, y salvarme… dices cosas buenas, pero, entonces, ¿Cómo lo harás?

–…

–Lo había supuesto, pero mi <Encanto> sin duda no funciona contigo Bell. Aun así, Orario aun esta torcido. Si doy la orden, todos en esta ciudad se volverán tus enemigos. Incluso la <Familia Hestia>… o la <Princesa de la Espada>.

Arrojo la realidad hacia mi quien cargo hacia adelante solo con mis sentimientos.

Sin importar que tan tranquilo me declarase, mi corazón corría salvajemente. Y como si viera a través de mis latidos, agudizo sus ojos y me informó de la dura verdad.

–Si no tengo que elegir los métodos, podría romper tu corazón completamente.

No había exageración en las palabras de ella, quien tenía la autoridad sobre todo Orario. Una línea de sudor frio que no podía ocultar corrió por la parte posterior de mi cuello.

–Que tú me salves es—

En el momento en que dijo hasta allí— Algo “extraño” ocurrió.

Fui yo quien lo notó primero.

— —¿Esta caliente?

Mi espalda, ardía.

El <Estado> que había sido renovado por las manos de la Diosa de la Belleza—como si quemara la piel de la falsa <Bendición>, la <Bendición> de las llamas sagradas dejo escapar un gemido.

— —

Al instante, Freya-sama se quedó sin aliento y el color de sus ojos cambió.

Se giro abruptamente y delante de su línea de visión, estaba el exterior de la ventana. El paisaje nocturno de Orario, lleno de “luces”.


–No me digas… ¿Hestia?

En algún momento, incontables “llamas desde las chimeneas”, estaban sacudiéndose dentro de la ciudad.

***

 

 

–¿¡Huh…!?

Lo “extraño” comenzó en una esquina de la ciudad.

Bajo la Sede del Gremio, en el <Cámara de las Oraciones>.

En el altar de piedra, Fels se arrodilló colocando una mano en el piso.

–¿¡Mi cuerpo arde…!? ¡A pesar de que no hay llamas, parece que estoy ardiendo…!

Mientras empujaba su cabeza con su otra mano, alzó la voz como si estuviera siendo quemado por el fuego. Mirando el estado del Mago, Urano murmuro tranquilamente con sus ojos cerrados.

–La “<Autoridad> de las Llamas Sagradas” se ha activado.

–¿Llamas Sagradas…? ¿¡Que significa eso!?

Tal vez comprendiendo el peligro directamente, en el fondo de su capucha negra la luz plateada destellaba como chispas.

Una de las reglas determinadas por Freya, “Acciones o palabras que puedan destruir el <Jardín en Miniatura>“ fue tocada. Fels quien estaba bajo el <Encanto> levantó su brazo derecho y apunto un Ítem Mágico en dirección al Trono Divino.

–Es inútil. Fels. Ya es demasiado tarde. Ustedes que se han convertido en títeres del <Encanto> no pueden detener las llamas que se propagan.

Sin embargo, Urano no vaciló.

Como el cielo que mira el Mundo Inferior, tranquilamente comenzó a “revelarle el secreto detrás del truco”.

–Aquellos que están bajo el <Encanto> reaccionaran ante cualquier signo o palabra determinada, eliminando cualquier foco de peligro, si decimos eso… solo tenemos que incluir una señal que solo nosotros entendamos.

–¿¡Que…!?

–Una “señal” trivial que, ni hablar de los niños, incluso en el cielo solo aquellos que vienen del mismo lugar podrían notar.

Cuando Hestia visito el altar, las “preparaciones” ya estaban terminadas.

Mientras Fels estaba escuchando con atención, los 2 Dioses se pusieron de acuerdo. Por eso Urano dijo. “Ahora, no puedo hacer nada por ti”.

Ahora aun no puedo hacer nada, espera hasta que ese momento llegue.

–En nuestra reunión anterior supe que Hermes le había entregado un mensaje a Hestia. Más allá de que los métodos eran limitados, fue toda una apuesta, pero… le entregue los “leños” a Hermes y los demás.

–¿¡”Leños”…!? ¿¡Que quieres decir con leños!?

Simples leños que el Gremio preparo y que les cedió a la <Familia Hermes>. Esos por si mismos no tenían ningún poder especial. Fels quien estaba atado por las reglas tampoco sospecho nada.

Urano, no, Hestia aplico el “truco” a partir de ahí.

Todo fue el resultado de la Diosa que siguiendo los preparativos de Hermes hizo su resolución, entendió correctamente la Voluntad Divina del Dios anciano y continúo tomando acción sin rendirse.

–En los leños que se llevaron a la ciudad—Estaba el <Ichor> de Hestia.

***

 

 

–En serio… fue una cuerda floja peligrosa, ¿Eh…?

Bajo un cielo frio hasta el punto donde no sería raro incluso si nevara, Hermes se acercó a la pared y suspiro.

En su campo visual, por las calles, se desbordaban los habitantes de Orario que se arrodillaban empujando sus cabezas.

Dioses y Aventureros sin excepción. Inclinándose contra la pared igual que Hermes o mostrando un rostro como si soportaran un dolor de cabeza.

Y entonces, desde las ventanas de las casas que se alineaban a ambos lados de la calle, la luz de las “chimeneas” se desbordaba.

–“Construye una chimenea” despreocupadamente… creo que ha salido bien, ¿Cierto? Las notas que Hermes recibió de Hestia fueron 2.

Una fue la nota que el mismo escribió en donde decía “Transforma a Orario en un <Chimenea>“. Y lo que estaba escrito en la otra fue el “lugar donde se mantenía el <Ichor> de Hestia”.

En remplazo de Hestia quien no podía moverse por estar bajo vigilancia, seguramente Asfi llenó un Ítem Mágico con su sangre y volviéndose invisible, se lo llevo. En el bar subterráneo ubicado en las afueras que Hermes visitaba diariamente, fijado debajo de la mesa más en el fondo.

Los Ítems Mágicos de Asfi eran conocidos por los miembros de la <Familia>. Incluso si invadía con su “invisibilidad” la base donde estaban guardados los leños, la posibilidad de que la sintieran era anormalmente alta. Si fuese reportada por los miembros que estaban bajo el <Encanto> todo habría terminado allí. Por eso, Hermes realizo los toques finales.

Aplicó una gota del <Ichor> de Hestia que habían guardado en todos los leños que trajo desde el Gremio.

–Incluso si tenía una “sensación extraña”, no sabía nada sobre la situación… ¡Al moverme siguiendo los trazos de Asfi, el <Jardín en Miniatura> seria destruido, nunca dude en primer lugar…! ¡El reconocimiento erróneo y los reseteo, no ocurrirán…!

Mientras torcía su rostro y derramaba sudor, Hermes sonrió de oreja a oreja.

Hermes, para que su “sensación extraña” no se convirtiera en “dudas”, había estado conteniendo sus pensamientos desesperadamente.

En este punto del tiempo había terminado de corroborar que sus recuerdos no estaban siendo borrados.

En consecuencia, no pudiendo tocar las reglas de este <Jardín en Miniatura> ni la existencia de la “mente maestra”—estaba intentando no tocarla—la acción de “construir una chimenea” no podría ser reconocida como el origen de “la destrucción del <Jardín en Miniatura>“.

Pongamos un ejemplo.

Digamos que una “Espada Llameante” destruiría al “Rey Demonio”.

Pero, si no sabía de la existencia misma del punto débil del “Rey Demonio”, incluso si le decían “prepara una Espada Llameante”, solo inclinaría la cabeza diciendo “¿Por qué?”. Si no comprendía la relación entre lo primero y lo segundo nunca mezclaría directamente el “destruir al Rey Demonio” con “preparar una Espada Llameante”.

Hermes, sin investigar sobre la “sensación extraña” que estaba sintiendo, siguió en silencio una “dirección desde el exterior”. Haciendo que Lulune y los demás llevaran los leños con <Ichor>, y ordenando que le ellos mismos les prendieran fuego. Todo era justo como Asfi había escrito en la nota.

La distribución de leña era algo que se realizaba cada año y era planificado por el Gremio. Ante esa escena que no se desviaba de la normalidad, los habitantes de Orario que estaban bajo la influencia del <Encanto> no los detuvieron ni sintieron ninguna sensación de extrañeza.

–Bueno, incluso después de haber estado en jaque mate… hay cosas que puedo hacer…

En la esquina de su campo visual, Lulune y los demás que habían terminado de distribuir los leños estaban sentados sufriendo.

Mientras pensaba en lo malo que fue el hacerles cargar con una parte de la “conspiración” a sus dependientes sin que ellos supieran, Hermes quien siguió jugando fuera del tablero, mostro una sonrisa de satisfacción cubierta de sudor.

***

 

 

–Si hubiera convertido completamente a los habitantes de Orario en esclavos, Freya no nos habría dejado ningún camino.

La voz de Urano resonó en el altar subterráneo.

Personas, Aventureros y Dioses, si los hubiera convertido en devotas muñecas que solo escuchaban ordenes, la victoria de Freya seguramente no se sacudiría.

Hermes se volvería las manos y pies de la Reina sin tener ningún pensamiento extraño, Hestia quien estaba sola no habría podido moverse, y Asfi también habría sido capturada.

–Sin embargo, Freya no lo hizo. O más correctamente, no pudo hacerlo. Orario es la <Ciudad del Héroe>, que perdiera ese significado sería el equivalente a la destrucción del Mundo Inferior.

Al convertir en simples muñecas a todos los Aventureros fuera de la <Familia Freya>, podrían las 3 Grandes Misiones—¿Podría el Dragón Negro ser subyugado?

¿Era posible atacar el Calabozo usando esclavos que solo seguían ordenes? La respuesta era, no.

Al convertir a todos en marionetas, al transformar el mundo en un <Jardín en Miniatura> perfecto, el <Héroe> que los Dioses querían no nacería. Y Freya también sabia eso.

También era uno de los Dioses que amaban el Mundo Inferior, no un “Dios Maligno”. Con el fin de evitar la destrucción del mundo, no torció el mundo.

–Y si el Mundo Inferior es destruido… también perdería a Bell Cranel a quien pudo tener en sus manos. Mejor dicho, Freya quien quiere alzar como un <Héroe> a ese chico, necesita mantener el sistema de la <Ciudad del Héroe>.

Y el resultado de eso, era este.

Aunque los limitaba, los habitantes vivían libremente, ese era el Orario actual que fue distorsionado. Y esa “distorsión” era la única apertura que Urano y los demás podían aprovechar.

–¿¡De que estás hablando, Urano!?

Bajo el altar, Fels estaba desconcertado. El poder del <Encanto> que se le aplico también estaba fuera de control.

Viviendo 800 años, el antiguo Sabio lleno de sabiduría, era impotente ante lo “desconocido”. Ahora no podía comprender las palabras ni la Voluntad Divina de Urano.

Su mano levantada, como si la Maldición y su alma se enfrentaran entre sí, temblaba rechinantemente.

–¿¡Que estas intentando hacer ahora!?

Frente a esa pregunta, el Dios anciano declaro seriamente.

–Lo que comenzara a partir de ahora, es la reproducción del <Templo> donde cierta Diosa vivía en el Cielo. Aumentando su Divinidad hasta el punto de cubrir Orario, destruirá el mal.

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–¿¡…!?

–Su nombre es Hestia. Su <Autoridad> es el <Fuego Protector> y el <Fuego Sagrado Eterno>—

—La diosa del “Altar” que gobernaba las llamas.

Los parpados del Dios anciano que habían permanecido cerrados, se abrieron lentamente.

–“Convirtiendo a Orario en una Chimenea”—en su <Altar>. El final del “silencio” que había pactado con la Diosa.

Tras revelar sus ojos de Dios, que rememoraban al cielo azul, levantó las comisuras de su boca.

–Se acabó el tener que ajustarnos a tus “lloriqueos” Freya.

El Mago de ropa negra que no entendía nada y no podía hacer nada, se quedó sorprendido. Pero, mirando hacia arriba a ese Dios, y poniendo todas las emociones de sus 800 años, susurro.

–Ese rostro sonriente tuyo… es la primera vez que lo veo, Urano

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***

 

 

–¡¡Que friooooooooooooooooooooooooooo!!! En el cielo.

A una altura de 3 Km.

A una altura muy distante de la superficie, Hestia estaba siendo sacudida por el viento que soplaba.

–¡¡Por favor quédate quieta, Diosa Hestia!! ¡Incluso yo solo he volado contadas veces a esta altura después de todo!

–¡¡Incluso si dices eso, el frio es frio, Asfi-kun!! ¡Ya estamos en invierno, es la estación donde todos usan la chimenea! ¡Vamos, mis dientes también están castañeando! ¡¡Mira, mira!!

–Eso es porque viniste con tu ropa de siempre, ¿¡No es así!?

–De cualquier manera, está bien, ¿¡Sabes!? ¡Sería extraño que tú y yo combináramos!

–¿¡Realmente está bien de cualquier manera!?

Mientras hacían ese alboroto, Asfi quien cargaba a Hestia descendía.

Había dos razones por las que ambas estaban a una altura donde podían ver de cerca incluso las nubes que flotaban.

La primera era con el fin de asegurarse completamente.

Con Hestia (el objetivo de vigilancia) desapareciendo sin que se dieran cuenta, la <Familia Freya> ahora debía estar en un gran alboroto.

Incluso si no sabían que escaparon al cielo, el poder visual de un Aventurero de Primera Clase que había Aumentado de Nivel era una amenaza. Además, como el efecto del <Casco de Hades> “volvía invisible a quien lo lleve y su equipamiento”, Asfi quien solo tenía un Ítem Mágico para uso personal, no podía “volver invisible” a Hestia.

Por lo tanto, escondieron sus figuras a una altura en la que no podrían ser atrapadas ni siquiera por el poder visual de un Aventurero de Primera Clase usando incluso las nubes.

Por cierto, la débil atmosfera, el violento viento, y las coletas de Hestia que golpeaban los anteojos de Asfi, habían vuelto extraña la tensión de ambas.

Y entonces la segunda razón.

–¡Diosa Hestia, llegamos a Babel!

Era con el fin de llegar al techo de Babel.

Extendiendo grandemente las alas equipadas en su <Talaria>, Asfi aterrizo en el techo de Babel justo como informó.

Después de una sensación extraña similar a flotar, cuando Hestia quien estaba siendo cargada por ella abrió sus parpados que había mantenido fuertemente cerrados… lo que se extendió en su campo visual fue un cielo nocturno de otoño sin ninguna interrupción.

En el techo de Babel no había ningún adorno.

Aunque estaba cubierto por grandes lozas, no había ninguna barandilla que evitara que cayeran. En primer lugar, no se pensaba que las persona vinieran hasta este lugar.

Lo que había era solo el cielo estrellado que parecía poderse alcanzar si se extendía la mano y un viento frio.

–Ah~~ Yo misma lo sugerí, pero, qué bueno que llegamos~

–La <Familia Freya>… parece que no se ha dado cuenta, ¿Eh?

Al lado de Hestia quien estaba frotando sus brazos, Asfi miro las escaleras que eran la única entrada hasta el techo.

Ya que la habitación más alta de Babel le pertenecía a Freya, actualmente la <Familia Freya> residía allí. Ya que las encontrarían sin falta si subían la torre, Hestia le sugirió la ruta aérea que solo podrían elegir ya que estaba con ella.

Hestia quien fue bajada por Asfi miro los alrededores.

–Es hermoso, ¿Cierto? … Seguro no tenemos el tiempo libre para estar diciendo esas cosas, ¿Eh? Alrededor de la torre se extendía el hermoso paisaje nocturno de Orario.

Podría decirse que ese paisaje que solo se podía ver desde el lugar más alto de Orario era la escena más lujosa de la ciudad. Dentro de las luces de las Lámparas de Piedras Mágicas que se desbordaban como un joyero volteado, Hestia estrecho los ojos al ver las luces de las chimeneas que las familias encendieron, y desató su cabello.

–Diosa Hestia. Dijiste que viniéramos hasta aquí, pero… aun no entiendo bien que vas a hacer…

Asfi quien vino hasta la cima de Babel confiando en lo que dijo la Diosa, pregunto tímidamente.

¿La maldición de Hermes y los demás realmente podrá deshacerse? ¿Qué pasara con Orario? Su voz no podía oculta su inseguridad.

–Nnn… lo que gobierno, si tengo que decirlo con franqueza, son las “llamas”, pero… bueno, es algo simple,

¿No?

–¿Ha?

–Diferentes a las <Llamas de la Forja> de Hefesto, son las <Llamas del Hogar> mejor dicho… de cualquier manera, como las técnicas marciales de Take, el <Vino> de Soma y la <Belleza> de Freya, no es mucho lo que puedo hacer aquí en el Mundo Inferior.

Al presentársele esos ejemplos concretos que no entendía muy bien, el rostro de Asfi comenzó a teñirse de dudas.

Mientras hablaba implícitamente de la causa por la que no podía reunir miembros para su <Familia> hasta que Bell ingresó, la Diosa dejo caer su largo cabello negro desatado hasta su cadera.

–Pero, si preparo un <Altar> de esta manera, hay cosas que también puedo hacer. En ese momento—

Cuando le pareció ver que Hestia tranquilamente levantaba su brazo derecho hasta la altura de su pecho—una larga y fina luz escarlata comenzó a ascender desde la ciudad.

Decenas y centenas de pilares de luz.

Eso era el aliento de las llamas que ascendía desde las chimeneas en los hogares a los que la <Familia Hermes> había distribuido los leños.

Asfi abrió ampliamente sus ojos.

Esa luz, aunque su color era diferente, la recordaba.

La cálida luz que fluía escasamente desde su espalda cuando se actualiza su <Estado>—la luz del <Falna>.

–Instalando muchas “chimeneas” en la ciudad y colocándolas en formación. Y echar mi <Ichor> en todas las “chimeneas”. En otras palabras, convertirlas en un “intermediario”. Esas innumerables luces son equivalentes a mis dependientes. Si es con esto, puedo recrear el <Templo> de Hestia (la Diosa de la Chimenea) que está en el Cielo.

Entonces Asfi se dio cuenta.

Su calidez normal había desaparecido de la voz de Hestia.

Lo que había allí era una <Divinidad> que había eliminado cualquier humanidad.

Un Aura divina se elevaba desde su pequeño cuerpo, y Asfi retrocedió inconscientemente por el miedo.

–Soy la Diosa Virgen. No me someteré ante el poder del <Encanto>, me niego rotundamente a eso. El mal es la lujuria, lo correcto es la pureza. Ahora, limpiare la maldición del <Encanto> que fue aplicado en esta tierra. En resumen, destruiré el mal, con las llamas de la purificación.

Su voz se emitía claramente.

Podía escucharse como un hechizo o una oración.

Sus ojos que miraban la ciudad hacia abajo ya distantes de los de una persona, eran de otro mundo, algo Divino.

Como si respondieran a su llamado, el sinnúmero de pilares de luz que ascendían bajo su mirada brillaron con un color rojo intenso, y las ondas de su Divinidad quemaron el campo visual de Asfi.

–¿¡E-Esto es…!?

Ante la intensa Luz Divina que sopló como una ráfaga repentina, la humana cubrió su rostro con su brazo al instante.

Los “leños” que habían sido distribuidos por la orden de Hestia y a través de las instrucciones de Asfi se convirtieron en llamas, aumentando el Aura Divina de la Diosa.

Si existiera una persona que poseyera los ojos de un ave volando por el cielo, seguramente se daría cuenta.

Las luces de las chimeneas que estaban en Orario como hogueras, aumentaron su brillo y comenzaron a construir una “formación” similar a un Circulo Mágico.

La gigantesca ciudad circular rodeada por una muralla se convirtió en una gigantesca “chimenea”, y la luz de las llamas comenzó a desbordarse.

–No dirás que esto es una falta a las reglas, tramposa. Esto es un principio que los Dioses decidieron, nuestras pasajera misión y responsabilidad.

Ese era un “entendimiento tácito”.

La ley no escrita tomada por los Grandes Dioses que temían la “invasión” y el “control” del Cielo, que los guiaba en el Mundo Inferior.

Una “Diosa Virgen” que podía repeler el abrumador poder del <Encanto>, era un dispositivo de seguridad y al mismo tiempo tenía el rol de contratacar frente a una Diosa de la Belleza. Cuando había un peligro para el mundo, esa Autoridad—que no era su <Arcanum>, sino la “cosa” que ella misma gobernaba—se le permitiría activarla completamente.15

–… Distanciarte de Babel para rodear a Bell-kun fue un error, Freya.

El tono de Hestia al dirigir su mirada hacia <Fólkvangr> en el lado sur de la ciudad regreso por un instante a su tono normal.

–Te fuiste y dejaste expuesto el “Centro del <Altar>“.

15 Perdón que diga esto, pero que sacada de no sé dónde se mandó Oomori aquí. Deus ex machina en su máxima expresión.

Babel era el centro de Orario.

Y la <Torre Divina> más cercana al cielo. La luz de las llamas aumentó.

La tierra se sacudía tranquilamente.

La ciudad misma parecía haberse convertido en el “pedestal de las Llamas Sagradas”.

En las calles, los bares y las plazas, mientras los niños y los Dioses se derrumbaban, la Diosa declaró.

–Te mostrare la ceremonia secreta de la Diosa de la Chimenea que no conocías. Esa era su “carta de triunfo” que solo los Dioses del Olimpo conocían.

Era su mayor secreto, un milagro muy inferior que no llegaba al <Arcanum>.

Delante de la mirada de atónita Asfi, la Diosa oscilo horizontalmente su brazo derecho tranquilamente.

 

–<Dios Aedes Vesta>.

Una absurda Aura Divina que difería del basto Poder Mágico, dejo escapar un rugido.





–¡¡—————————————!!

El cuerpo de Asfi quien presencio con sus propios ojos ese poder se inclinó hacia atrás hasta el límite. Lo que había nacido era una luz que destruía el mal.

En resumen, las <Llamas Purificadoras>.

La ilusión de ser quemado por las llamas resonó en los oídos de todos los que cayeron bajo el <Encanto>, pero sin duda fue calidez lo que reverberó hacia el fondo de sus cuerpos.

La Luz Divina se difundió, y el brillo de las llamas envolvió la ciudad.

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