Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 17

Capítulo 3: Campo de Batalla

Parte 2

 

 

Ya que es algo que aprendí de esa Eina después de todo, sin embargo, es natural.

Frente a sus ojos, sabia el hecho de que Bell estaba en caos cómo si lo tuviese en su mano.

Mientras ocultaba su risa dentro de su pecho, Freya coloco su codo suavemente sobre el cojín de su costado.

Para ser exactos, del diario de Eina.

El “libro” que estuvo leyendo hasta que Bell llego, y que ahora estaba oculto debajo del cojín era el “diario” de Eina que recuperó hace unos días. Allí estaba registrado justamente la primera batalla en el Calabozo de Bell Cranel y el cómico resultado que hizo reír a Eina. Al leer los registros de Bell como Aventurero y hablarlos como si ella misma los hubiera visto, Freya lo engaño.

Además, no era solo el diario de Eina.

Usando incluso la información de la “chica de la ciudad”(Syr) que murió dentro de sí misma, reprodujo la “historia”.

La “chica de la ciudad” del bar tuvo contacto con Bell y hablaron de varias cosas. Comenzando por historias de sus aventuras, su vida personal, las cosas que le gustaba o no comer, sus preferencias y hasta sus hobbies. Si quitamos a Hestia y su <Familia>, quien más conocía a Bell sin duda era la “chica de la ciudad”. Y entonces, esa información modelo la base (trama) de Freya, añadiéndole realismo.

Bell como un chico inocente y Bell como Aventurero.

Freya, quien poseía información de ambos lados de Bell, creo sencillamente la historia del “otro Bell”.

Para la Diosa quien había continuado interactuando más que cualquiera con el chico en el bar, y había continuado vigilándolo desde Babel, eso era algo que podía hacer.

–¿¡Q-Que hay de cuando alcance el Lv. 2!?

–El lugar fue el 5º Piso, tu oponente era un minotauro. Derrotaste a uno de los monstruos que escapo cuando los niños de Loki regresaban de una expedición. Sin embargo, creo que el registro debe estar en el Gremio.

–¿¡…!? ¿¡Y sobre el Lv. 3!?

–Derrotaste a <Phoebus Apolo>. El niño de Apolo ¿No?

–… ¿E-En el <Juego de Guerra>?

–¿<Juego de guerra>? No hubo nada como eso. Ishtar y Apolo intentaron arrebatarte y solo los aplastamos. Y más que cualquier cosa, ella era una “Diosa” después de todo, no podía dejar ninguna duda en Bell.

Freya quien era una Deus Dea (existencia superior) registraba todos los eventos que ella misma presenciaba. Si era esta situación—

Si esta está persona—

En el momento en que esa irregularidad se le añade—

La acción con más alta probabilidad de que Bell Cranel, quien es guiado por esos inciertos elementos, tome era—

Examinando, considerando y reflexionando sobre todos los casos, accidentes y disturbios que realmente ocurrieron, construía la “ruta que el Bell Cranel de un mundo diferente elegiría”.

Esa era una “ruta” que se acercaba a la verdad hasta el punto de hacer pensar a Bell que “probablemente fue real”. Incluso si mañana Bell corriera reuniendo pruebas, comenzando por el Gremio, los registros que ya estaban falsificados seguramente le darían el golpe final.

La gesticulación de la historia, la velocidad de su tono, el movimiento de la mirada, todas esas cosas también le daban realismo a la historia de un Dios.

El niño que estaba parado en este solitario “jardín en miniatura” definitivamente no podría ver a través de eso.

–¿Bell? ¿No solo yo, me dejarías escuchar también tu historia? No pienso imponerte al “Bell que conozco”.

–… S-Si…

Su voz tan hermosa como un cristal de relámpago, como el veneno de una bruja, corroía al chico sin que se diera cuenta.

—Ahora, Freya y Bell estaban jugando “ajedrez”.

Sobre este juego de mesa al que no estaba acostumbrado y ni siquiera sabía la derecha de la izquierda, Bell movía sus piezas desesperadamente. Con el fin de reafirmar su propio mundo. Con el fin de encontrar una apertura.

Mientras pensaba que inclusa esa figura era adorable, la Diosa estrecho sus ojos, le enseñaba la manera de mover las piezas hábilmente y lo guiaba.

“Por este lado no.”

“No puedes moverlo hacia allí.” “Así. Este es el mejor lugar.”

Haciendo eso, guio sus brazos y pies, induciéndolo.

Arrebatándole el margen a sus pensamientos y aplastando también el malestar que lo invadía, lo rodeo en su propio seno.

Sin dejarlo siquiera notar el “jaque mate”, lo haría suyo. Esa era la más amable manera de matar al chico.

El método para tener el alma de Bell Cranel, su cuerpo, también su mente, todo, en sus manos. Si era con ese fin, Freya no escatimaría incluso en estrategias fuera del tablero.

Por ese fin usara a sus dependientes, su <Encanto> e incluso rechazaría el tabú. Por ese fin existía el “jardín en miniatura”.

–…, …, ¿¡…!?

Dicho eso, hoy era el momento de detenerse.

El rostro de Bell estaba cambiando agitadamente. Acorralarlo demasiado desde el primer día era una mala jugada. No iba a estrangular su cuello directamente, el chico por su propia voluntad debía reclinarse en el pecho de Freya.

Mientras mirada el rostro de Bell, Freya hizo ese juicio.

–¿…? ¿Qué, ocurre?

–No, no es nada.

Bell levanto su rostro.

Freya quien estaba viendo su estado, mostro una sonrisa como si no pasara nada.

Había olvidado lo sensible que es este chico a las “miradas”.

Mientras ocultaba una risa, le mostro su piel que estaba un poco ruborizada para disimular.

–Esta noche creo que hace más calor de lo normal.

Como una reina imperturbable, Freya quito su cabello que colgaba sobre su pecho. En ese instante, el rostro de Bell se tiño de escarlata.

–¿…?

Ante su estado, Freya inclino la cabeza y lo notó.

Ahora mismo, el delgado vestido de noche que vestía estaba enormemente abierto en el área del pecho. Cuando quito el velo (su cabello) cubriéndolo, su profundo valle se volvió completamente visible. Ante las abundantes colinas de Freya que probablemente saldrían si cometiera un error, Bell, quien estaba petrificado, desvió su mirada con todas sus fuerzas.

Era un niño como este, ¿No?

Mientras pensaba que esa figura infantil también era divertida, se puso de pie.

–Alguien, tráigame un cambio de ropa.

Llamo en dirección de sus sirvientes que estaban a la espera fuera de la habitación. El resto seguramente lo prepararían por su propia cuenta.

En ese momento, su corazón juguetón brotó.

–Bell, me cambiare de ropa.

–¿S-Sí?

–Ayúdame.

–¿¡Heaaa!?

La voz del chico se volcó convirtiéndose en un grito histérico.

Freya reunió su cabello con una mano y le mostro el botón en su espalda.

–Este botón, no puedo desabrocharlo sola. No puedo girar mi mano hasta mi espalda.

–¿¡Eh, ah, uuh!?

–Por eso, ¿Podrías soltarlo? Si haces eso, el resto puedo hacerlo por mí misma.

–¿¡N-N-No puedo declinar!?

–No hay problema, pero Ottar que esta fuera de la habitación se va a enojar y mañana probablemente te encontraras con algo más cruel, ¿Sabes?

Bell, quien estaba tan confundido que envió a volar lejos su sentido común, palideció en un instante al recordar el “bautizo” de la mañana. Y entonces, pasando por una angustia sin fin, extendió su temblorosa mano hacia la espalda de la Diosa.

Freya se esforzó para no comenzar a reír.

–Esta situación es demasiado estimulante para ti, ¿Eh?

–¡U-Uuu…!

–¿O tal vez, no me queda bien?

Sus dedos que se extendieron con miedo, iban desabrochando uno a uno los botones.

Pegando una sonrisa en sus labios, cuando le pregunto con sus ojos entrecerrados, el chico respondió mientras soportaba su vergüenza.

–… Eso, es imposible. …… Te queda, bien. Ante esas simples palabras.

Aunque no era una doncella (pura), alrededor de su pecho se sintió dulce y sofocante.

–Nn.

Por eso, en el instante en que la temblorosa mano del chico cometió un error y tocó su espalda, una voz seductora se filtró desde sus labios.

Ante los hombros de Freya que se sacudieron, todo el cuerpo de Bell se paralizó.

El patético chico que se volvió consiente de que había cometido un error ante la suavidad de la piel de la Diosa, al instante alcanzo un rojo intenso—y superando el límite de su resistencia, escapó.

–¡L-L-L-Lo sientooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!! Corriendo con todas sus fuerzas.

Mientras su fuerte voz de disculpa resonaba, salió volando de la habitación de la Diosa.

Luego de que Freya, sorprendida, mostrara una expresión de sorpresa que no había mostrado ni una vez hasta ahora—

–Pft… ¡Ahahahahaha!

Comenzó a reír como un niño.

¡Gritando y llorando escapo desde la habitación de noche de Freya, la Diosa de la Belleza!

¡Esa clase de oponente, ya sea un Dios, o un niño, hasta ahora no había habido ninguno!

Mientras lágrimas aparecían en las esquinas de sus ojos, sujeto tanto su boca como su estómago, y comenzó girar como si bailara.

Y entonces, mientras ignoraba lo vulgar que eso podría ser, se arrojó sobre su cama.

–… ¿Freya-sama?

Finalmente, quien tímidamente mostro su rostro en la habitación fue Hörn. Seguramente había terminado de comprobar que Bell había desaparecido. En sus brazos cargaba el cambio de ropa de la Diosa.

Extrañamente, Ottar detrás de ella parecía estar indeciso sobre cómo debería moverse.

–Te prepare un cambio de ropa, pero…

–Déjalo.

–¿Eh?

–Ese chico lo elogio. Así que hoy dormiré con este.

Luego de balancear sus piernas un par de veces, el cuerpo de la Diosa quedo tumbado de espalda. Hinchando su bien formado pecho, tomo una respiración y la soltó.

Mientras cubría su rostro con su brazo derecho, extendió su brazo izquierdo hacia el techo, sonriendo como una chica.

Ottar vigilo en silencio a su Ama llena de dicha.

Y también Hörn, mientras apretaba su pecho, continúo mirando su figura.

***

 

 

La luna era hermosa.

Mirando hacia el cielo nocturno, no había nadie a su lado que pudiera comprender esas palabras.

Bajo la despejada noche de luna, justo lo contrario con el interior de su propio pecho, Hestia caminaba por los callejones de Orario.

Persuadiendo por la fuerza a Lili y los demás que intentaban detenerla, salió sola.

… Están observándome.

Incluso si no poseía los instintos de un Aventurero como Bell, Hestia sabía desde donde los vigilantes de la

<Familia Freya> estaban observándola. Honestamente, las existencias de los vigilantes le transmitían su presencia con la intención de darle una “advertencia”.

Como esperaba, diferente con lo que presupuso, su oponte pareció pensar en vigilarla día y noche.

¿Volvieron como esperaba?… No, seguramente sabían desde el principio lo que está dentro de mi mano. ¡Solo me moveré sabiendo que me descubrirán! ¡El volverme una tortuga es lo más improductivo!

Sacudiendo la cabeza, apretó su mano.

Para poder encontrar una apertura en el <Encanto> de Freya, Hestia continúo moviéndose todos los días.

Ahora mismo Bell continuaba expuesto a la soledad. Por sobre eso, declinaba actuar de acuerdo a las intenciones de Freya. Dicho eso, aun debía hacer el acto de los otros con Bell.

Habiendo renovado su decisión, Hestia uso la “ruta oficial” y no el “camino alterno” por el que paso antes con el <Tonto>.

No me importa si se lo informan a Freya, si van a detenerme inténtenlo, podrían matarme en 3 segundos,

¿Saben?

Estaba desesperada.

Luego de dialogar con los empleados que mostraban un rostro de duda ante Hestia quien fue tarde por la noche, les confió un mensaje por la fuerza y avanzo hacia el fondo tranquilamente.

En el subterráneo del Gremio estaba la <Cámara de oración>.

–Hestia. Cómo pensaba, ¿También eludiste el <Encanto> de Freya?

–… ¡…! Entonces, Urano, ¿¡Como pensaba también tú…!?

Hestia inclino su cuerpo hacia Urano quien habló claramente del <Encanto> desde el asiento del altar.

Encontrando la luz de esperanza de la que dependía desesperadamente, el Dios Principal y fundador de Orario, la emoción y excitación nacieron y sus ojos se humedecieron.

Mientras pensaba en lo sospechoso del Dios anciano que nunca intentaba abrir sus ojos, intento hablarle de lo que vendría después de ahora.

–Urano, entrégale esta nota a Hermes y formemos un plan contra Freya—

No lo haré.

Sin embargo, una voz seria y poderosa la interrumpió.

–¿Eh…?

–Aquí y ahora, esta Fels. Incluso si no son conscientes, aquellos que están bajo el <Encanto> ahora son lo mismo que un espía. Si escuchan alguna medida que romperá su “jardín en miniatura”, al instante le informaran a Freya.

–¿¡Que…!?

Sorprendida, Hestia miro de izquierda a derecha como si rebotara.

En los alrededores solo se expandía la oscuridad del altar. La figura del <Tonto> que era la mano derecha de Urano no se podía ver. Sin embargo, pareciendo seguir las reglas del <Encanto>, su ropa negra se agitaba dentro de la oscuridad, tenía esa corazonada.

Mientras la mitad de su rostro era iluminada por las cuatro grandes antorchas, la garganta de Hestia se sacudió.

–En Orario ya no hay lugar donde no estén sus “ojos” y “oídos”.

–N-No puede ser… Fue ingenua.

Había pensado que si era la <Cámara de Oración>, no llegarían los ojos de los vigilantes, y podría crear un plan en conjunto con Urano. Sin embargo, eso también había sido visto por Freya.

Esto le hizo darse cuenta de que no era una metáfora, todas las existencias en Orario eran sus enemigos. Después de atragantarse, como un mal intento, Hestia le dio voz a su propia opinión.

–Urano… incluso si es solo Orario, esto es una “invasión” del Mundo Inferior por parte de un Dios. Eso va en contra del acuerdo de los Dioses, ¿Verdad…?

–No podemos enviar de regreso a Freya al Cielo por nuestra propia discreción. Ella no está usando su

<Arcanum>.

Quería el punto de vista de uno de los Dioses que descendió primero al Mundo Inferior, pero las palabras de Urano fueron crueles.

–Más allá de dirigir sus <Familias> y acercarse al Mundo Inferior, está permitido ejercer las habilidades de cada uno. Si es Hefestos seria la “Herrería”, si es Soma sería el “Vino”… y la “belleza” de Freya también está dentro de ese rango.

El <Encanto> de un Dios de la Belleza que cautivaba incluso a los Dioses. Quien creería que eso ni siquiera era <Arcanum>.

Incluso con los mismos delgados brazos de un humano, la “Herrería” de Hefesto podía crear armas supremas. La “fabricación de vino” de Soma podía crear un Vino Divino.

La “Belleza” de Freya también era lo mismo.

El aspecto de la propia Freya no era una “técnica”, “penalizarla” sería difícil.

Extremando ese argumento, Freya causa un gran efecto en los alrededores con solo estar parada allí.

En consecuencia, era verdad que era problemático ponerles límite a sus acciones, pero ella esta vez esgrimió su poder cuanto quiso.

–¡Por eso, esta vez…! ¿¡No es una violación a las reglas…!? Enojada, Hestia termino queriendo señalar a Freya y gritarle.

Sin embargo, al mismo tiempo, como un <Deus Dea> sabía que debía tener en cuenta el “panorama general”.

Los mayores incentivos de los Dioses que descendieron al Mundo Inferior, eran el entretenimiento y matar el tiempo. No había nada errado en eso. Pero el objetivo original, no, el verdadero objetivo de los dioses—dejando de lado a los “Dioses Malignos” que desean la destrucción y el fin del mundo—era dar nacimiento al “elegido”.

Es decir, a un “Héroe”.

Las autoridades que cada Dios gobernaba, a veces se convertiría en una ayuda para los niños u otras se convertirán en pruebas. Y entonces, todas ellas mezcladas entre sí darían vida al caos, conectando a lo “desconocido” que ni siquiera los Dioses podían anticipar.

Aquel que superara ese “desconocido” seria quien salvaría al mundo y se convertiría en el “Héroe” que lograra la <Maquia> (salvación del mundo), eso era lo por lo que los Dioses estaban expectantes.

¡Pero, como pensé, como puedes considerar esto una “prueba”…! ¡No me digas que como con los Xenos, estás intentando hacer que Bell-kun lo supere por la fuerza, Urano…!

Aunque dijera eso, la lógica y los sentimientos eran cosas aparte. Si se trata de su propio dependiente más aún.

Hestia, quien sospechaba de sus motivos ocultos, miró fijamente al Dios anciano que seguía con sus ojos cerrados.

— —Hestia, estas equivocada en algo. A lo que deberías tener miedo no es al poder de su <Encanto>, ni a la ciudad que fue alterada.

–¿Eh…?

–Freya torció el mundo por el bien de una sola existencia, a esa verdad y a su “obsesión”.

–¡¡…!!

Frente a Urano, quien uso las mismas palabras que Hermes antes de la alteración de los recuerdos, Hestia abrió ampliamente sus ojos.

–Hasta ahora, Freya había respetado la vida del Mundo Inferior, ella misma había evitado más que nadie convertirse en una reina, aun cuando era asaltada por el veneno del aburrimiento, siempre mantuvo su orgullo y la promesa que se hizo a sí misma.

Torcer el Mundo Inferior e “invadirlo”.

Justo como dijo Urano, incluso para Freya eso debería ser un tabú.

O posiblemente se podría decir que eran los “modales” al divertirse en un juego.

Si lo consideraba inmediatamente, lo sabría. En un juego donde disfrutabas de la sensación de realismo, las tácticas y el factor suerte, ¿Qué pasaría si solo Freya continuara ganando sin esforzarse nada?

Simple. Seria aburrido.

Más aún si la manera en la que ganara era usando la seducción para tener cautivos a los otros Dioses. Algo como eso no podría llamarse un juego, no eran más que tácticas fuera del tablero. Si la propia Freya decía que iba a disfrutar del juego, un método de victoria como ese sería vacío en sí mismo y seguramente sería terriblemente ridículo.

Por eso, sin poner sus manos en el tabú, Freya mantenía los “modales” mínimos.

Con el fin de satisfacer su propia curiosidad, o posiblemente en el momento en que la dignidad de un niño fuera pisoteada, usar el poder de su <Encanto> seguramente sería natural. Aun así, absolutamente no usaría su propia “Belleza” para humillar a todas las personas, Dioses y al mundo mismo.

–Esa promesa y orgullo, esa Diosa la rompió por primera vez. Por un simple chico—solo por Bell.

Ante esas palabras, Hestia se estremeció. Sin duda fue justo como había dicho Urano.

Hestia y los demás lo habían malentendido. Incluso Loki quien posiblemente era quien más conocía a Freya. La medida de la “pasión” que Freya albergaba.

Su obsesión, violó el tabú, rompió los modales y puso en jaque a Hestia y los demás. Y entonces, casi la mayoría de los Dioses, terminaron en jaque mate.

Mientras su obsesión no desapareciera, esta situación nunca podría resolverse.

Los “Estándares Morales” … que hacen a Freya, Freya. Incluso eso lo deshecho, por Bell-kun…

Hestia, quien era una Diosa Virgen no se llevaba bien con Freya quien era una libertina.

En consecuencia, no se cruzaron mucho, pero en el Cielo, ser tratada hospitalariamente por los Dioses que la vieron por primera vez, había enviado a Freya a una vida como si estuviera dentro de una jaula.

Sin embargo, eso no significaba que “estuviera rodeada”, sino que estaba “sellada”, aunque un poco tarde, Hestia se dio cuenta.

Si fuera seria, seguramente podría controlar incluso el Cielo como el actual Orario.

–¿Qué debería hacer… en este caso…?

Siendo explicado por Urano, Hestia nuevamente entendió que la situación actual era desesperanzadora.

El único método en el que Hestia podía pensar para romper este estado era usar su <Arcanum> con la resolución a tener una muerte honorable y apuñalarse con Freya, haciendo que ambas sean enviadas al Cielo juntas.

Sin embargo, eso también seria interrumpido por los otros Dioses que estaban bajo el <Encanto>, tenía confianza en eso.

–……

Bajo su mirada a sus manos.

Allí estaba la nota que Hermes le había confiado sin despegarse de su cuerpo.

¿Cuándo es, ese momento, Hermes…?

Hermes le había dicho “Si ese momento llega, entrégamelo”.

Sin embargo, no sabía cuándo seria ese momento. Este “jardín en miniatura”—la “obsesión” de Freya parecía que la aplastaría sin permitirle un momento como ese.

Termino cargando una oscura sensación de desolación.

Hestia apretó firmemente en su mano derecha la nota que le cedió Hermes.

–… ¿Solo ese era tu asunto, Hestia? Siendo así, regresa. Ahora no hay nada que pueda hacer por ti.

–¡…! ¡Urano, espera!

Tal vez notando lo que estaba en su corazón, Urano declaro aun con sus parpados cerrados.

Hestia, quien estaba arrodillada, levantó su voz, pero la Voluntad Divina del Dios anciano no cambio.

–Incluso en una situación como esta, soy quien supervisa la ciudad. No tengo tiempo como para preocuparme solo por tus problemas.

–¡Urano…!

–Orario ya está en el final del otoño… y este año el frio será más duro que en años anteriores. Tenemos que preparar leña.

–¡…!

Ante Urano quien le ignoraba fríamente, Hestia perdió el aliento.

–Fels. Este año déjale la distribución de la leña a Hermes y los demás. Desde la oscuridad al lado del altar, el Mago de ropa negra apareció.

–No hay problema, pero… ¿A la <Familia Hermes>? Sin embargo, normalmente debería ser el trabajo de la <Familia Ganesha>.

–Ahora Ganesha y los demás no pueden moverse. Están siendo usados por Freya y los demás. Eso seguramente tú también lo sabes, ¿No es así?

–… Sí, así es.

Tal vez porque la regla de <Encanto> había sido tocada, Fels estuvo de acuerdo sin darse cuenta de la anormalidad.

Atónita ante esa escena, Hestia cerró su boca.

–Hestia. Ya vete.

Bajo esa orden de Urano quien no abrió sus ojos, Hestia se retiró en silencio.

Mientras sentía la mirada de Fels en su dirección, salió desde el altar subterráneo solo pudiendo quedarse callada.

***

 

 

La azul oscuridad se adelgazaba y hoy el sol ascendió nuevamente.

El lugar desde donde venía el sol de la mañana que atravesaba sus ojos, era el cielo oriental.

La batalla en el campo ya había comenzado. Dentro de los rugidos que el “campo de batalla” emitía, el grito del chico más nuevo estaba incluido.

Hedin, quien miraba fuera de la ventana al chico que luchaba con una expresión que aún no podía descartar la duda, inmediatamente regreso su mirada hacia delante.

–Lo siento por llamarte. ¿Podrías esperar solo un poco?

El lugar era la habitación de su Diosa dentro de la sede, el salón de audiencias que estaba justo al lado.

Quitando las excepciones, los Aventureros de Primera Clase habían sido llamados delante de Freya. Incluso estaba Ottar quien les cedió a otros miembros la vigilancia de la <Familia Hestia>.

La Diosa estaba sentada en un elegante asiento, adecuado para ser llamado trono. Sobre sus piernas cruzadas estaba extendido un libro.

–Lo mejor hubiera sido poder hacerlo ayer, pero había un libro que debía leer.

La Diosa dijo eso y el libro que justo término de leer—el “diario” de Eina, se lo entrego a Hörn que estaba esperando a su lado.

Con el fin de perfeccionar su dialogo con el chico, Freya había priorizado la lectura del registro de Bell Cranel—el grueso diario e informe que llegaba a las decenas de páginas—que la metódica Semielfa había construido. Frente a la Diosa que soltó un pequeño bostezo, aparentemente habiendo usado incluso su tiempo para dormir, los cuatro hermanos y Hogni apretaron sus pechos diciendo “¡Kuha…! ¡Freya-sama es linda desde la mañana……!”” y cayeron de rodillas dándole voz a su corazón.

Ottar quien tenía resistencia como su asistente no recibió daño y Hedin, dirigiéndoles una mirada como si mirara basura dijo, “Púdranse, bastardos irrespetuosos”

Poder ver la figura indefensa de la Diosa de la Belleza era uno de los privilegios de los líderes de la <Familia> y sus asistentes que la cuidaban.

–Entonces, comencemos la reunión. Sin embargo, por lo que ustedes me han dicho, creo que estamos avanzando como acordamos.

Lo primero fue la comprobación del estado actual y la dirección futura relacionada al “jardín en miniatura” que rodeaba al chico.

Ante la sonrisa de confianza de Freya, Alfrigg y los demás dijeron al unisonó “¡Si!”.

–Basándonos en el escenario que estableciste, Freya-sama, la posición de Bell Cranel dentro de la <Familia> está estableciéndose minuciosamente.

–Después de ahora también lo dejaremos bajo monitoreo normalmente y nos encargaremos de la eliminación de cualquier elemento peligroso.

–La Diosa Hestia y naturalmente los monstruos (Xenos) a los que tu <Encanto> no alcanzo.

–Además, a partir de hoy ese gato estará vigilando la <Señora de la Abundancia> Los cuatro Hobbits dieron un paso al frente e hicieron su informe fluidamente.

El siguiente en dar un paso al frente fue el Elfo Oscuro Hogni.

–¡D-Después de esto, también saldré al “jardín” y c-c-como ayer fortaleceré a Bell Clanelu5 de la misma forma!

¿¡Uu…!? Uu…

Hogni, con una fuerte timidez y una devastadora capacidad de entendimiento mutuo, también intento hablar normalmente en frente de la reina intento hablar, pero falló muchas veces. Mirando al Elfo Oscuro que colgaba su cabeza de vergüenza y desesperanza, Freya le dedico una sonrisa llena de bondad.

–Está bien, Hogni. Puedes hablar lentamente con tus propias palabras.

–¡F-Freya-sama…! ¡M-Muchas gracias!

Al lado de Hogni quien estaba profundamente emocionado, los cuatro hermanos chasquearon la lengua. Con un volumen perfecto que no mancharía los oídos de Freya.

Incluso siendo compañeros Aventureros de Primera Clase, los miembros de la <Familia Freya> tenían una mala relación.

5 Él se equivocó al decirlo

–B-Bell Cranel, es utilizable. Puede ver nuestros ataques y seguirnos. Aunque parece que sus técnicas son solo básicas… en el instante en que un peligro para su vida se acerca, despliega una respuesta inconsciente como un conejo desbocado. Eso, es poderoso en un combate. Es divertido golpearlo. ¡N-Naturalmente, siempre me estoy conteniendo!

–Fufu, ¿Entonces?

–S-Si… entonces, lo que le falta es experiencia en lo irrazonable y lo absurdo. Pero, si continúa luchando en el “campo de batalla”, eso también quedara cubierto.

–Ya veo. Siendo así, les dejo a ustedes el fortalecimiento de ese chico.

Mientras miraba con diversión al emocionado Hogni quien ahora hablaba rápido sin darse cuenta, Freya también miro fuera de la ventana donde podían escucharse los gritos de guerra.

En el “campo de batalla” solo la lucha entre Aventureros de Primera Clase estaba prohibida.

Que los <Einherjar> que fueron destacados no podían perder era una de las causas, pero la razón principal era no mostrarles una apertura a otras facciones con la derrota de un líder de la <Familia>.

Por eso, se podía decir que los Aventureros de Primera Clase casi no se reunían en el “jardín”. Y dentro de eso, el que creo la excepción era Bell Cranel.

Sin ningún precedente de que un Aventurero de Primera Clase se acercara y entrenara a alguien, era una pesadilla que superaba el honor. Desde ahora estará en su destino ser abatido por la mano de Hogni.

Solo en ese punto Bell estaba recibiendo la lastima de los otros miembros.

–Dejando de lado que su rápido crecimiento por su Habilidad sea incierto, después de esto, les encargo su entrenamiento. Después de todo, incluso si excluimos el arrebatarle su soltura mental con el entrenamiento, el hecho de que tenemos que avanzar en el asalto al Calabozo es real.

–¿Después de esto iremos en una Expedición?

–Si. Ese chico también, ya que es un “candidato a Héroe” después de todo.

Dándole una mirada al <Estado> de Bell, Freya quien estaba mirando a través de las características de su Habilidad <Deseo inquebrantable>, disfrazo su voz que no había cambiado nada hasta ahora y les ordeno con firmeza.

–Por eso, nunca deben asesinarlo. No deben, dejarlo morir.

Ante esa orden, Ottar quien estaba al lado de la Diosa, no movió ni una ceja.

“Por ejemplo, aunque muera, perseguiré su alma hasta el cielo”—sin decir nada ante ese cambio de opinión de su Ama con respecto a hace medio año, Ottar se convirtió en un sirviente modelo y aceptó su Voluntad Divina.

–Después, le añadiré cierta libertad a Bell. Encerrarlo en la sede seria sospechoso.

–“ “ “ “Si.” ” ” ”

–Pero le pondremos un vigilante y un guardaespaldas. Especialmente los niños que tienen una profunda relación con Bell pueden producir irregularidades. Si parece que es demasiado podría apilar el <Encanto>, pero… usarlo demasiado probablemente destruya a los niños. Manténgalo alejado de cualquier contacto sin falta.

Mientras que los demás aparte de Alfrigg y sus hermanos también respondieron al unísono, Freya mostro una sonrisa.

–También me quedare aquí por un tiempo y no en Babel. Al escuchar eso, el aire de la habitación se tiño de alegría.

Sin duda, los causantes eran los sirvientes que estaban a la espera junto a la pared.

Las chicas a quienes se les encargo el cuidado de su Ama y que no podían acompañarla hasta la parte más alta de Babel ahora parecían a punto de tomarse de las manos unas a otras.

Por el contrario, los que estaban en Babel seguramente estaba llenos de lamentos. Tanto era su respeto y amor por Freya.

La reunión después de eso avanzo sin contratiempos. Freya escucho los informes de sus dependientes y daba algunas órdenes.

El “jardín en miniatura” que la Diosa soñaba se había reforzado hasta no dejar ninguna imperfección.

— —Por último, tengo un punto que quiero informar por mí mismo.

Y entonces, mientras que la conversación se acercaba a su final, el Elfo Blanco que había estado en silencio, abrió su boca.

–¿Qué es, Hedin?

–La noche pasada, Bell Cranel me pregunto por “Syr-sama”.

Al instante, la tensión corrió por dentro de la habitación, incluidos los Aventureros de Primera Clase. Esa era una parte delicada. La sonrisa desapareció del rostro de la Diosa.

–¿Entonces?

–Le transmití que una chica como esa no está aquí.

–Ya veo. Entonces, ¿Por qué ahora me informas sobre eso?

–Quiero preguntarte sobre el trato relacionado a la “chica”. En esta ciudad, “Syr Flover” ya no existe. Hacia Hedin quien era tocado por el “escenario” del <Encanto>, Freya declaro cortantemente.

–Desde el principio nunca existió. Has que se integre de esa forma.

–Entendido.

Después de mirar fijamente por un tiempo a Hedin quien se inclinó respetuosamente, Freya, ya no como la Diosa tolerante, sino como la bruja caprichosa, levanto las esquinas de sus labios.

–Ahora que lo dices, Hedin. Desde antes de que el “Festival de la Diosa” comenzara, parece que estuviste haciendo cosas indiscretas… ¿Cuál era tu intención?

En esa voz estaba oculto el eco de un interrogatorio que decidiría su pena con un dedo. Hedin quien también recibía una mirada de odio desde Hörn, respondió sin miedo.

–Si hice algo impertinente, me disculpo. Si no podía comprobarlo con estos ojos, no podría aceptarlo como tu escolta. Y, además, como era demasiado cobarde, le hice el favor de entrenarlo.

–¿Por tu amor, es lo que quieres decir?

–Por mi devoción, es lo que quiero decir.

Sin desviar ni por un instante sus ojos, ante la mirada del Elfo quien no tenía ni la más mínima intención oculta, Freya deshizo su postura de interrogatorio como si lo divertido hubiera desaparecido.

Al instante el aire de la habitación se relajó.

–Concluyentemente, por mi falta de enseñanza, el conejo estúpido te causo tristeza y descontento, para compensarlo—

–No me importa.

–…

–No me importa.

Sin un momento de retraso, Freya cubrió las palabras de Hedin.

Todos los que estaban en la habitación gritaron en sus corazones “¡A nosotros si nos preocupa!” al unísono, pero nadie hablo.

Hedin, quien también se había quedado sin palabras por un instante, ajustando la posición de sus anteojos con su dedo, dijo como para recomponer su mente.

–Freya-sama, quiero que me dejes a mí la “enseñanza” de ese conejo estúpido. Nuevamente, el aire de la habitación se tensó como una cuerda estirada.

Esta vez Freya estrechos sus ojos, como si viera a través del corazón del Elfo.

–Estoy convencido de ser quien puede sacarle más brillo.

–¿Tu objetivo?

–Por tu bien.

Y entonces Hedin, con una voz y ojos despejados, declaró.

–Mi “devoción” te la ofrezco.

La tranquilidad llegó a la habitación, solo los gritos del campo de batalla separado por una pared resonaban. Freya quien estaba mirando fijamente a Hedin, después de un momento, respondió.

–… Está bien. parece que no estás diciendo mentiras. Te lo dejo a ti, Hedin.

Los niños no podían mentir frente a un Dios. Freya quien reconoció la “devoción” de Hedin le dio su aprobación.

Sin prestarle atención a la mirada del Boarman que miraba en su dirección, sin considerar al Elfo Oscuro quien estaba perplejo a su lado e ignorando magníficamente a los Hobbits quienes chasquearon sus lenguas abiertamente, Hedin le agradeció.

Y entonces dándose la vuelta, dejo la habitación más rápido que nadie.

***

 

 

La Rhomphaia6 que sencillamente vino a cortar mi cuello, me barrio sin ninguna piedad.

–¡Lento!

–¿¡Gaaa!?

Yo, quien fui golpeado fuertemente en el rostro por la empuñadura de su arma que podría usarse como un arma de asta larga o un Báculo, caí embarazosamente. Mientras colocaba mis manos temblorosas en el césped, tomando una posición en cuatro patas, escupí coágulos de sangre desde el costado de mi boca que se había roto.

–¿¡Estas durmiendo o que!? Levántate, ¿¡O quieres que corte tu cuello!? La voz enojada del Maestro caía sobre la parte posterior de mi cabeza.

Como si fuera llamado por el aura asesina que emanaba junto con ella, me puse de pie mientras me tambaleaba.

—Después de eso, los días extraños continuaron.

Por la mañana luchaba en el campo hasta el atardecer y por la noche charlaba junto con Freya-sama.

Con mis acciones limitadas, no tenía el derecho a negarme. En primer lugar, al estar levantándome temprano por la mañana y salir corriendo a luchar ya no me quedaba fuerza restante, y no tenía el espacio para realizar otras cosas.

–La espalda no es el único punto muerto.

–Pon atención a todas las direcciones.

6 Antigua arma usada por los tracios, consiste en una larga hoja ligeramente curvada de un solo filo y un mango un poco más corto que la hoja.

–Elimina todos tus puntos ciegos.

–Debes poder esquivar, atacar y defender al mismo tiempo.

–¡¡E-Eso es imposi—!!

–Si lo juzgas como imposible, allí llegara tu guillotina. Sean las garras o colmillos de un monstruo o la espada de una persona.

–¿¡—!?

Siendo destruido por la cooperación de Alfrigg-san y los demás, o siendo derribado por los cortes precisos de Hogni-san. Y, además, sin importar cuánto cayera, mis heridas y fuerza física serian curadas, y continuaría luchando como un guerrero al que no se le permitía morir.

–… Bell. Tienes el hábito de levantar tu brazo derecho, ¿Sabes?

–¿Eh…? Ah, si, cuando estoy impaciente parece que lo levanto… ¿No lo he arreglado?

Es lo contrario. Al estar demasiado consiente de corregirlo, en el instante de un ataque, el movimiento preestablecido de tu derecha será fácil de leer. Para apuntar a la Piedra Mágica de los monstruos no hay ningún problema, pero contra Aventureros de Primera Clase es mortal.

También hubo cambios inesperados.

En la cena de la noche donde todos los miembros se reunían, termine recibiendo consejos de Vanir-san.

–Deja ese habito. Intercambiando entre ataque y defensa, úsalo como “señuelo”. Es una “táctica” contra personas. No es algo que puedas usar muchas veces, pero frente a los Aventurero de Primera Clase, si no usas todo lo que tienes, no podrás ganar.

–V-Vanir-san, ¿Por qué…?

–… Sé lo que es odiar el temor a Hogni-san y los demás. Por eso, los guerreros que conociendo ese miedo y dolor continúan peleando, merecen mi respeto. … ¡Sin embargo, mi odio por ti no ha cambiado!

–Solo deja de lado las problemáticas muestras de afecto de Vanir.

–La verdad, pienso que eres genial, ¿Sabes? … Sin embargo siempre lo supe desde antes.

Vanir-san quien debería haberme estado mirando como un enemigo y también los otros miembros en algún momento parecían haberme reconocido.

Sin embargo, no conocía a estas personas que eran mi <Familia>… se volvió un sentimiento extraño.

–¿Quieres, salir al exterior?

–S-Si… ¿No se puede, Heith-san…?

–Nn, bueno, está bien, ¿No? Se lo transmitiré a Freya-sama y los demás.

–¿E-Está bien?

–Si. Los otros salen cuando quieren si tienen algún asunto. Pero, por favor muévete con alguien más sin falta,

¿Entiendes? Especialmente cuando vayas al Calabozo. Esta el caso en que te pusieron una <Maldición> sin que nos diéramos cuenta, no podemos permitir que ocurra algo extraño otra vez. ¡Rumores como “Su Sanadora es inútil~” me dañarían! ¡No aumentes mi trabajo! ¡¡Absolutamente!!

–E-Entiendo…

A mi salida de la sede se le agregaron condiciones, pero la recibí rápidamente.

Básicamente priorizar el “bautizo”. Yo, dentro del tiempo límite que me dieron corrí alrededor de la ciudad—y caí en la desesperación muchas veces.

Como pensaba, no había personas que conocieran al “yo de la <Familia Hestia>”. Incluso cuando planee contactar con Hermes-sama y Fels-san para que me dieran una solución fue inútil. Incluso cuando traje a colación la historia del espionaje en el 18º Piso y cosas como esas que solo yo y la propia persona conocía, al

instante pusieron un rostro de sospecha… no, más bien mostraron “apatía”. Justo como si les hubieran colocado una “Magia” que no les permitía reconocer las palabras de Bell Cranel. Por otro lado, también intente buscar desesperadamente pistas sobre Syr-san de quien no conocía su ubicación, pero, no hubo avances.

Incluso me dirigí al Calabozo, pero fue inútil. Aunque dependiera de la fina esperanza de poder hacer contacto con Wiene y los demás Xenos, tal vez asustados de la <Familia Freya> que formaba el equipo, los monstruos armados o monstruos que hablaran no aparecieron. ¿O quizás, Wiene y los demás también eran una “ilusión” que yo cree?

Sin siquiera vigilarme, Vanir-san y los demás que me acompañaban me dejaron hacer lo que quisiera hasta que estuviera satisfecho. En todo caso, parecía como si se compadecieran de mí.

Mi corazón parecía estar a punto de romperse, no, probablemente ya estaba roto.

Más que ser destrozado en el “bautizo”, la verdad de que nadie “me conociera” estaba lastimando mi cuerpo y mente.

Cuando la ciudad se hundió en la oscuridad, solo pude ver desde la distancia la <Mansión de la Chimenea> donde una cálida luz se filtraba desde la ventana.

Sentí como si mi mirada se cruzara con la de alguien (Kami-sama) que estaba parado alrededor de la ventana, pero incluso eso probablemente fue mi imaginación.

Mi cuerpo, mi mente, y mi alma… estaban siendo acorraladas.

–Bienvenido, Bell.

Dentro de eso, las conversaciones nocturnas en la habitación de la Diosa eran el único momento en que podía descansar.

Porque, después de todo, allí se me permitió ser el “yo de la <Familia Hestia>”. Freya-sama me aceptaba con sus ojos bondadosos.

Cuando hablaba del “Bell Cranel de la <Familia Hestia>” que nadie recordaba, a duras penas podía mantenerme a mí mismo. Podía soportar el dolor, la amargura y la soledad.

La noble Diosa no se reía de mi historia. No mostraba un rostro de sospecha. Asintiendo, e inclinando su oído, solo ella sabía sobre mí.

Solo ella, ella.

–Este, Freya-sama… ¿Donde debería sentarme…?

–Desde hoy siéntate a mi lado.

–¿¡Eeeh!?

–Porque tu asiento habitual ya fue retirado.

–Q-Que injusto…

De esa manera, Freya-sama también era maliciosa.

La verdad es que no era solo una Diosa Sagrada, pero quitaba una a una las paredes de mi corazón.

Golpeando el sofá, y sin poder oponerme terminamos hablando a una distancia en que si cometía algún error nuestros hombros se tocarían.

Por su tono sin reservas, atábamos un nudo diferente con el de un sirviente y su señor o una madre con su hijo.

Y, además, mientras que la sensación de distancia, y nuestra relación iba cambiando, repentinamente me di cuenta.

Al lado de Freya-sama… a su lado, me sentía muy cómodo.

***

 

 

–Bell, ¿Estás cansado?

–¿Eh…?

Hoy también teníamos nuestra conversación nocturna que repetíamos todos los días.

Yo, quien había terminado de luchar en el campo como siempre y había venido a su habitación como siempre, fui golpeado con la guardia baja por el señalamiento repentino de Freya-sama.

–Tu rostro se ve más vacío de lo normal.

–V-Vacío…

–Aunque hablamos, tus respuestas son vagas, me pregunto si tu cansancio se está acumulando. Diciendo eso, coloco su rostro contra el mío.

–¿¡Eeh!?

Cuando me distancie nerviosamente completamente rojo hasta el cuello, Freya-sama mostro una expresión maliciosa mientras se reía.

Sin duda, el “bautizo” de hoy fue más duro de lo normal. Con Hogni-san, Alfrigg-san y los demás no fue así, pero sentía que la dureza de los ataques del Maestro estaba aumentando gradualmente. Naturalmente, también estaba la razón de que el cansancio hasta ahora se estaba acumulando, sin embargo…

¿Por qué debía enfrentarme a esto todos los días? Quería poder gritar eso.

Pero, yo, quien estaba usando incluso ese bautizo como un espléndido “escape de la realidad”, no podía odiar a Freya-sama.

El matarse unos a otros sin piedad me hacía olvidar la soledad y la desolación. Repentinamente tuve una idea aterradora.

Si me reuniera con la persona que anhelo, Aizu-san, en este estado y me rechazara… ¿Qué demonios debería hacer?

En la esquina de mi campo de visión, Freya-sama estaba mirando en mi dirección. Pero no podía darle una respuesta.

La llama sagrada que continuaba ardiendo en mi espalda también parecía estar debilitándose suavemente—

***

 

 

–Bell.

En ese momento, Freya atacó.

Mirando el rostro del chico debilitándose poco a poco, jadeando de dolor, y de pie en el desfiladero de la angustia, tiró el “anzuelo” que había preparado.

–Por una vez, ¿Intentarías deshacer la <Maldición>?

Volteándose repentinamente, sus ojos rojo rubí se abrieron ampliamente.

Mientras comprobaba en detalle los movimientos de su expresión dentro de su corazón, le dijo con una voz preocupada.

–No pienso negar al “tú de la <Familia Hestia>”. … pero, el tú de ahora, parece estar sufriendo. Pareces querer liberarte de esa soledad.

–¡…!

–Incluso si solo lo compruebas por una vez. ¿Intentarías aceptar la curación de la <Maldición>? Se sacudió.

La expresión de Bell, sus emociones se sacudieron.

Estaba queriendo aferrarse a la luz de la salvación que lo liberaría de la prisión de la soledad.

—Había una “condición de victoria” en la que Freya creía. Esa era el colapso del <Deseo Inquebrantable>.

Crear una “grieta” en el amor que repelía el <Encanto> de la Diosa de la Belleza.

La Habilidad de este chico es una irregularidad del Mundo Inferior. Pero no es perfecta, dependiendo de su estado mental se volverá inestable.

El <Deseo Inquebrantable> no era una Habilidad invencible. Mejor dicho, era muy frágil.

La razón por la que esta Habilidad se mantenía firme era por la blancura del alma de Bell, o posiblemente por su transparencia. Incluso si este poder apareciera en otra persona, seguramente al instante se volvería inútil. El mantener tus sentimientos por un solo camino era algo sumamente difícil.

Por eso, si el chico dudaba, aunque fuera un poco de sus sentimientos, si albergaba la duda de que “los recuerdos mismos que lo llevaron a tener ese anhelo eran falsos” un “agujero” de abriría en su corazón.

Mi condición de victoria, es hacerlo aceptar que su “trayecto” es una <Maldición>.

Con ese fin, a través de Heith preparo de antemano la palabra clave llamada “Maldición”.

¿Habría alguna persona que no se sacudiría ante la salvación que colgaba delante de sus ojos? Al menos para los habitantes del Mundo Inferior era imposible. La semilla de la duda ya estaba plantada.

La preservación del “jardín en miniatura” era una preparación encubierta con ese fin. Siendo aislado por la reacción de los alrededores, desgastando su fuerza física restante con el “bautizo” durante el día y arrebatándole también el espacio para pensar. Y entonces, por la noche Freya lo curaría convirtiéndose en “la única que lo comprendía”, haciéndolo inclinar sus oídos solo a sus propias palabras. Y entonces, con palabras dulces, jalaría el gatillo.

Si Bell aceptaba que sus propios recuerdos—emociones—y su anhelo—eran una “maldición”, haría que se derrumbara.

Como verter agua en un castillo de arena, fácilmente.

Si terminaba así, Bell ya no podría defenderse de su <Encanto>.

Después solo tenía que cambiar un poco la dirección de sus sentimientos.

Era imposible que lo retorciera como a los otros. Solo un poco, solo un cambio.

Con solo eso, Bell será liberado de las ataduras de su anhelo, de la maldición dorada, y podría ver solo a Freya.

–Y-Yo……

Mientras miraba a Bell estar en conflicto, Freya hizo los cálculos.

Tras preguntarse a sí misma si podría obtener el resultado que deseaba, se afirmó que era posible. Con todo el conocimiento de un Dios, lo juzgo de esa manera.

El alma transparente del chico, sin enturbiar su brillo, sin que cayera, podría obtenerlo tal como era ahora.

Esa “desviación” no es más que un error de cálculo. Claramente, y sin falta, haré que sea así.

Si lo hago, Bell me aceptará. Se volverá mío.

No mi “          ”, sino que aceptara mi “amor”—

¿De verdad?

En ese momento—

Sintió como si algo se extendiera como una ola.

Al darse cuenta, Freya ya estaba colocando su mano derecha en su oído. Sintió como si el fondo de su corazón crujiera. ¿Tenía dolor?

No, fue su imaginación.

Porque ya había decidido que robaría a este chico.

–Yo… estoy bien. No recibiré, la curación…

–… Ya veo, lo siento. Dije algo excesivo.

Ella, cuya conciencia se había descarrilado, sonrió como si no fuera nada cuando él respondió.

No había necesidad de estar nerviosa. Evidentemente, Bell ya estaba perdido. Desde ahora lentamente debía ponerlo en jaque. Aún tenía mucho tiempo.

Por eso, Freya puso fin a su charla nocturna más temprano que otras veces y despidió a Bell.

–…

Sus sirvientes que entraron a la habitación terminaban los preparativos para que fuera a la cama. Mientras estaba sentada en el sofá, Freya miraba el vino que le habían preparado.

Sentía que la superficie del líquido que se agitaba dentro del cristal reflejaba a alguien que no era la Diosa.

Tonterías. Freya rio.

¿Que se supone que es eso?

No pudo contener su risa.

Al instante bebió completamente muchas copas de vino.

—Dentro de sus sirvientes solo Hörn miraba su estado con asombro, pero Freya no se dio cuenta.

–Freya-sama.

–… ¿Qué, Ottar?

En ese momento, Ottar a quien se le permitió estar como su sirviente, abrió su boca.

–Es un informe de Allen quien está vigilando el bar. Mia no muestra señales de moverse. Pero, como esperábamos, parece que el hada está desaparecida..

Freya miraba al Boarman que informaba de una manera extremadamente metódica.

–Parece que está confirmado. Como pensaba, escapo fuera de la ciudad junto con la niña de Hermes.

–Fue mi error. Luego de hundir a Bell Cranel junto con <Tempestad>, ya que recibiría la alteración por tu propio poder, la arroje lejos y la deje allí. … En ese momento <Perseo> también estaba allí.

Freya y los demás se habían dado cuenta que desde el último día del “Festival de la Diosa”, “dos ciertos Aventureros” estaban ocultando su paradero.

Al mismo tiempo que eso, ya que existía la posibilidad de que destruyeran su “jardín en miniatura, estuvo alerta.

–Con seguridad, es el trabajo de Hermes… dándose cuenta de que usaría mi <Encanto>, quizás hizo que escaparan de la ciudad incluso si solo eran ellas dos.

–Me disculpo.

Llego la disculpa de Ottar.

Freya no pensó en intentar culparlo. Aunque solo sean dos, debería elogiar a los Aventureros que escaparon de la ciudad dentro de ese tiempo límite. Además, si dijera que era un error de Ottar, sería también su propia negligencia la que le permitió a Hermes esa “travesura”.

–Continua y extiende el “cerco”. Ryuu y los demás regresaran a la ciudad tarde o temprano. O posiblemente, ya estén aquí.

–Si.

Ahora no podía dejar que estorbaran.

Incluso si eran esa dos con quienes antes había jugado como la “chica”. Con una voz sin sentimientos, tranquilamente dio su orden.

–Justo como planificamos, me encargare de eso junto con el caso de Anya (la gata perdida). También saldré.

La Diosa se acercó caminando a la ventana, y miro hacia la luna congelada en azul.

Danmachi Volumen 17 Capitulo 3 Parte 2 Novela Ligera

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