Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 17

Capítulo 1: Y Entonces, la “Invasión” Comienza

Parte 3

 

 

–¿¡Q-Que!?

Dos lugares.


Dentro de la amplia ciudad, claramente se escuchó un “estruendo” diferente al del festival desde el sur y el suroeste, Hestia al instante miro hacia arriba.

La conmoción que resonaba bajo las nubes estaba cargada de miedo y desesperación.

–Mis dependientes atacaron a tus niños.

–¿¡Que…!?

¡No juegues conmigo!

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¿¡Por qué!?

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La voz enojada que Hestia intentaba soltar fue bloqueada por las siguientes palabras de Freya.

–Y, ya terminó.

Justo después de emitir esa fría voz, las conmociones del sur y el suroeste regresaban a la calma rápidamente como olas retirándose. Justo como si declararan el final de una batalla instantánea.

Hestia se congeló.

Aun congelada, intento negarlo.

–¡M-Mientes… eso no puede ser…!

–Es verdad. Además, mira—llegaron.

Su intento por escapar de la realidad tampoco fue admitido por Freya. Cuatro sombras a alta velocidad volaron hacia los pies de Hestia.

–¿¡~~~~~~~~~~!? Impactando cerca.

Ante los objetos que cayeron en frente provocando un fuerte sonido de ruptura, Hestia cubrió su rostro con su brazo.

Después de ser bañada por una nube de polvo y los fragmentos del empedrado que se dispersaron, lentamente abrió sus parpados y contuvo el aliento.

Una Gran Espada. Una Katana.

Una Espada Mágica. Y un Abanico.

Las inconfundibles armas de sus dependientes, albergando el pesar de sus dueños, regresaron hacia su Diosa.

–Estos… ¿¡Son de Welf-kun y los demás…!?

La Gran Espada de Welf, la Katana de Mikoto, la Espada Mágica de Lili y el Abanico de Haruhime.

Incrustadas en el suelo dejando un espacio entre sí, las armas rotas eran justo como “lapidas”.

Ante la escena que hablaba perfectamente sobre el final de sus usuarios. Hestia levanto su rostro mientras perdía la voz. En la dirección de su mirada, estaban cuatro Hobbits parados sobre el tejado de un edificio, y un Catman que cargaba una Larga Lanza plateada—las figuras de los atacantes que seguramente arrojaron las armas eran a penas visibles.

Las figuras de Welf y los demás no se veían por ningún lado.

–… No, puede ser…

Aunque lo negara, aunque intentara escapar, la golpeó. La dura realidad.

Diferente al “enfrentamiento” que tuvieron con la <Familia Apolo>, fueron aplastados unilateralmente. La abrumadora diferencia de poder.

La escala como facción.

Lo absurdo después de lo absurdo.

Frente a las reglas de los fuertes a la que los débiles no podían oponerse, Hestia se quedó parada sin poder hacer nada.

Y entonces—

— —¿¡Bell-kun!? El último.

El gigantesco Boarman que apareció desde algún lugar arrojo en medio de las armas enterradas eso que estaba cargando en su hombro.

La conciencia del chico de cabello blanco que fue arrojado al piso estaba cortada.

No se movía ni un milímetro. Habiendo destrozado sus ropas, no vestía nada en la parte superior de su cuerpo, dejando solo la parte de su brazo desgarrada. Sus ojos ocultos por su flequillo solo albergaban un oscuro silencio.

Hestia intento correr hacia él.

Pero justo antes de llegar, fue obstaculizada por la Gran Espada del Boarman.

–¿¡…!?

–Es inútil, Hestia. Ya no puedes tocarlo por tu cuenta.

El brusco guerrero mostro su Gran Espada que sostenía con una mano frente a los ojos de Hestia, como una línea de barrera.

Ante esa masa plateada que se interponía entre ella y Bell, Hestia al instante dejo de moverse y mientras tanto, Freya se acercó caminado con compostura hacia el lado del chico.

Freya ocupo el lugar donde originalmente debería estar Hestia.

–¡¡FREYAAAAAA…!!

–También puedes hacer ojos como esos, ¿Eh, Hestia? ¿Pero no te lo dije? Te lo arrebatare por la fuerza. Abriendo ampliamente sus ojos azules llenos de llamas, expuso su furia de Diosa.

Borrando su expresión, Freya no parecía preocupada.

–El “juego” ya termino. El “tiempo de Syr”, termino.

–… ¡Entonces, como esperaba, la chica del bar era una Diosa! Ha, es algún tipo de chiste, ¿¡No!? ¡Ya que fuiste rechazada por Bell-kun, armaste todo esto! ¡Y te haces llamar la “Diosa de la belleza” que gobierna sobre el amor!

Debido al estado de Bell la noche anterior, Hestia había descubierto fácilmente lo que había pasado con Syr. Y con eso, provocó a Freya.


No, más concretamente, ahora Hestia solo podía burlarse.

Esa era una irritación hacia los otros que no era propia de Hestia, la exposición de sus sentimientos sin un destino, una “pobre perdedora” sin esperanzas.

El duelo ya estaba decidido hasta ese punto.

–Así es. Fue inútil como Syr. Por eso, ya estoy bien con cualquier método. En contraste, Freya seguía sin mostrar ninguna expresión.

Sin mover ni un milímetro su hermoso rostro que estaba fuera de este mundo, y con una voz indiferente, extendió su mano.

Y entonces con esa mano, agarro el cabello atado de Hestia.

–¿¡Uaaa—!?

–Por eso, usando cualquier medio, hare a Bell mío.

Al mismo tiempo que Ottar se retiraba junto con su Gran Espada, Freya acerco hacia si misma el rostro de Hestia arrastrando violentamente el manojo de cabello negro que sujetaba.

Eso era crueldad.

Teniendo una diferencia corporal como la de un adulto y un niño basándose en su exterior, Hestia no podía resistirse.

Mientras sentía las emociones como hielo que se filtraban desde los dedos que sujetaban su cabello, el rostro de Hestia se torció por el dolor.

Desde una distancia en la que podía sentir su aliento, Freya miro el rostro de Hestia.

–Hestia, deshaz tu “promesa” con Bell.

–¿…?

–Que termines las preparaciones para la <Conversión>, es lo que te estoy diciendo. Hestia, quien por un instante no pudo entender lo que estaba diciendo, lo notó.

Al lado de Freya, el <Estado> de Bell quien estaba tirado en el piso, se estaba manifestado.

–Añade a Bell a mi <Familia>.

Ante esa demanda, Hestia miro de regreso a sus ojos plateados.

–¿¡Realmente piensas que lo haré…!?

–Entonces, matare a tus dependientes.

Ante esa declaración, todo el cuerpo de Hestia se congeló.

–Los regresare al Cielo uno a la vez. Por cada vez que niegues mi petición, a tus niños que ahora están capturados—

–¿¡Que…!?

–Si el número de bendiciones disminuye, tú también podrás comprenderlo, ¿No?

Frente a la mirada de Hestia quien abrió ampliamente sus ojos, Freya no mostro ni un cambio en su semblante. Era una Voluntad Divina absoluta.

–Si incluso así no lo deshaces… si te alineas con esa pretensión de que, no importa ya que los niños nacerán otra vez… no se puede hacer nada, solo te “enviare de regreso” a ti. Incluso si lloriqueas, al final Bell será mío. Por eso está “petición” es mi último favor, concesión y mi “indulgencia”.

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Freya dijo eso con el rostro de un Dios que había descartado su humanidad. Con una voz como el frio viento de un día de invierno, declaró.

–¿¡…!?

Era seria. Freya era seria.

No podía dudar de su Voluntad Divina. Si Hestia se oponía, al instante daría la orden a sus dependientes para que mataran a Welf y los demás que tenían capturados.

Realmente ya no pensaba elegir los métodos.

–Al final, el resultado será el mismo. Así que elige sabiamente Hestia.

*Gikiri*

Dentro de las tumbas de armas que estaban clavadas al piso como si rodearan los alrededores, una grieta corrió por la Gran Espada.

El intervalo entre respiraciones de Hestia comenzó a estrecharse.

Ante la inminente encrucijada su respiración se volvió irregular y el sudor corrió por su piel.

¿Qué debería elegir?

No quiero elegir.

¡Tener que poner en la balanza a mi <Familia>!

¡No quiero entregar a Bell-kun a nadie!

Pero, pero, pero, si no elijo, la <Familia Hestia>—

Con su garganta seca y la fuerza que parecía abandonar su cuerpo, Hestia colgó su cabeza. Sin embargo, Freya no permitiría ni siquiera eso.

Tirando del cabello que seguía agarrando, obligo a Hestia quien gemía a mirarla a los ojos.

–Muy bien, elige. ¿Bell o tu <Familia>? La sentencia de una Reina.

Era una elección que esta vez no podría rechazar.

Los ojos de Hestia temblaban de humillación, odio, miedo y tristeza.

Tomando su falta de respuesta como un rechazo o posiblemente para darle un “ejemplo”, Freya estrecho sus ojos fríamente e intento ordenar que terminaran con su <Familia>.

— —Cada vez que veo una escena como esta, me hace considerar si existe algo más aterrador que una escena de carnicería entre Diosas.

En ese momento—

La voz del delicado hombre, jovial y despreocupada, pero que no podía ocultar su tensión fue arrojada hacia ellas.

–… ¿H-Hermes…?

–Hola, Hestia. Lo siento. Llegue tarde a nuestra reunión.

Con su tono de siempre, Hermes le mostro una sonrisa a la sorprendida Hestia.

En lugar retrasarse, Hermes seguramente corrió.

Buscando a Hestia quien no apareció en el lugar de reunión.

Impulsado por un desagradable presentimiento, examino cuidadosamente la poca información y llego hasta este lugar desde el centro de la ciudad donde los gritos resonaban.

–Este es una atmosfera bastante seria, pero primero, ¿Qué tal si sueltas tu mano, Freya-sama? Acciones violentas como esas dañaran tu imagen. Y estaré triste.

–…

Hermes inmediatamente miro a Freya.

Al mismo tiempo, dejo correr su mirada rápidamente por los alrededores.

Las armas que estaban clavadas al piso como lapidas, el Boarman que aguardaba tranquilamente, y tanto Freya como Hestia. Comprendiendo la situación y viendo quien estaba tomando el control de este lugar, intento convertirse en el “mediador”.

–Hermes. Si interfieres conmigo, también te aplastare. Sin embargo, Freya se negó.

Aunque soltó su mano desde el cabello de Hestia, su Divinidad que rodeaba los alrededores no se debilitó. Como una Reina que no prestaba oído a lo que le decían.

En el fondo de su capucha que ocultaba su hermoso rostro, sus ojos plateados emitían una luz fría que no había visto ni una vez hasta ahora.

Mientras mantenía su sonrisa, Hermes sentía el sudor acumularse en su nuca. Mientras se retiraba tambaleantemente un paso de Freya, se paró entre ambas Diosas. Solo Ottar vigilaba en silencio a los Dioses que dibujaban un triángulo.

–No hay necesidad de que medies o intervengas. Si intentas darme problemas, te regresare a ti primero al Cielo.

–… Viendo la situación, finalmente comenzaste a moverte intentando arrastrar a Bell-kun, ¿Eh?

–Así es. Por eso ya no puedo detenerme, lo comprendes, ¿No es así?

Llevar este caso a un <Denatus> o escapar con Bell-kun hasta el Gremio, no permitiré nada de eso.

Eso era lo que decían los ojos de Freya. Incluso la violencia con la que originalmente podrían detenerla nunca funcionaria tratándose de Freya. Eso es porque ella y su <Familia>, eran los <más fuertes de la ciudad>.

Al menos ahora, en este lugar no había nadie que pudiera detenerla.

Hermes también comprendía eso, así que simplemente se encogió de hombros.

–Entiendo. Sin duda no puedo detenerte. Está bien si te llevas a Bell-kun.

–¡…! ¡¡Hermes!!

Naturalmente, la voz de Hestia se endureció ante esa declaración de rendición, pero en las palabras de Hermes había una continuación.

–Pero, para añadir a Bell-kun a tu <Familia>… para hacer la <Conversión>, tendrás que esperar un poco más

¿No?

–¿Por qué?

–Uh-oh, por favor no hagas un rostro aterrador como ese, Freya-sama. Particularmente no tengo pensado darte problemas como dijiste hace un rato.

Haciéndose el tonto, Hermes levanto sus manos y dando una vuelta completa, incluso le mostro una sonrisa. Sin embargo, solo sus ojos anaranjados no estaban sonriendo.

–Pero, solo ha pasado medio año, desde que Bell-kun entro a la <Familia> de Hestia.

–¡…!

–Para que los dependientes hagan la <Conversión> a una <Familia> en particular, es necesario que pase más de 1 año. ¿No es esa una de las reglas del Mundo Inferior que nosotros los Dioses decidimos?

–…

–Cuando la facción a la que pertenece desaparece, no hay ese límite, pero no quieres enterrar a Hestia si es posible, ¿No es así? Si esto se puede terminar tranquilamente, no debería haber nada mejor que eso.

En ese momento, por primera vez Freya cerro su boca.

Hermes hablo con fluidez de una forma ordenada, lógica y apelando a sus emociones.

Hasta el final, siguiendo las reglas y normas no escritas, el mediador explicó la validez de su “intervención”. Ese era el ritmo de Hermes.

El personaje de soporte entre todos los Dioses tenía que hablar con fluidez y sin usar mentiras, agotar sus técnicas de conversación usando apropiadamente los hechos y la realidad.

–No hay problema incluso sí te quedas con Bell-kun. Si quieres puedes tratarlo como “medio ingresado”. Intentare explicárselo al Gremio.

–¿¡Que…!? ¡Espera, Hermes! ¡Eso es—!

–Hestia~ Reconoce que ya perdiste. Por nuestra vieja amistad, estoy intentando preparar un “terreno común”~ Hermes contuvo con uno de sus dedos a Hestia quien intentaba abalanzarse sobre él.

Y entonces Hestia, con un dedo apuntando a su nariz, se dio cuenta.

Hermes, quien miraba hacia ella con una mirada honesta mientras mostraba una sonrisa superficial, estaba intentado ser su “aliado”.

Originalmente Hermes no era alguien en quien creyera desde el fondo de su corazón. Pero ahora que no podía hacer nada con su propia fuerza, Hestia solo podía confiar en él.

–¡¡…!!

La lógica y sus sentimientos eran cosas aparte. Pero por el bien de sus otros dependientes, Hestia bajo la mirada, mientras apretaba sus dientes hasta el límite y sus puños temblaban.

Ese silencio fue un asentimiento hacia el “terreno común” que Hermes preparó.

–… Está bien. Sin duda no deseo que haya sacrificios innecesarios. Seguiré tu propuesta, Hermes.

–Si, gracias, Freya-sama. Diosa del amor y la misericordia.

Después de pensarlo un poco, Freya dio su decisión sin mover una ceja ante esta situación y sus propios sentimientos.

Ignorando los halagos que Hermes le ofrecía en agradecimiento, llamó a su dependiente con un corto “Ottar”.

Haciendo que su seguidor Boarman que había estado esperando en silencio cargara a Bell, le dio la espalda a Hestia y Hermes.

–¡Bell-kun…!

–Aguanta por ahora, Hestia.

Mirando la figura del chico que se alejaba junto con la Diosa y su acompañante, Hestia intento dar un paso, pero Hermes agarro su hombro.

–Incluso si te opones a Freya-sama aquí, eso se volverá en tu contra. Pero si tienes medio año, puedes armar un “plan”.

–¿Plan…?

–Si. El Gremio, otras facciones, la opinión pública, cualquier cosa esta bien. De cualquier manera, aumenta tus aliados y arrebata a Bell-kun de Freya-sama. Esa persona sin duda es una reina invencible, pero por esa misma razón, tiene muchos enemigos.

Freya quien había cometido tiránicas atrocidades, no tenía una causa justa que pudiera ser aceptada por los ciudadanos.

Sin importarle las críticas o la animadversión de otros, había llegado a arrebatarlo por la fuerza. Quien debería ser compadecida, aunque sea un poco, sin duda era Hestia. Con eso, si su oponente fuese una reunión de malas personas sin ninguna excusa como <Evilus> seguramente sería justificado, pero—aunque en realidad Freya solo destruyo y robó esa facción negra porque había niños que le interesaron—la <Familia Hestia> era una facción puramente blanca.

Y más que cualquier cosa, Bell Cranel era una celebridad (el súper novato) que hacía hervir a la ciudad constantemente.

Ante una <Conversión> que el mismo no deseaba, los ciudadanos y ni que decir sus colegas y los otros Dioses, sin ningún error mostrarían su descontento.

¿Entonces qué pasaría si Hermes arrojara un “fuego” allí? Con el caso de la destrucción total de la <Familia Ishtar> incluido, si se le permitiera un acto violento más, la tiranía de Freya se volvería imposible de frenar—si los hiciera pensar eso, incluso el lento Gremio tendría que moverse.

–Además tienes muchos más aliados de los que piensas, Hestia. Si un caso como este se deja pasar, sin ningún error Hefesto y sus alrededores enojados se opondrán a Freya-sama.

Hefesto había levantado su facción y se había acercado hasta la <Familia Freya>.

Sin duda podía imaginarse fácilmente a su amiga, quien odiaba profundamente las cosas torcidas, dar un paso a la acción.

Aunque su poder de combate era poco, Takemikazuchi también sería igual.

–Y entonces, la participación de Hefesto y otras facciones se convertirá en el estímulo que moverá la situación sin falta.

Llevándolo al extremo, si obtuviera la cooperación de la <Familia Loki>, estarían bien incluso si ocurriera una batalla como el peor “enfrentamiento”. De cualquier manera, si tenía el tiempo podría preparar los métodos para arrebatarle de vuelta a Bell.

Era lo que Hermes le estaba diciendo.

–… Hermes, ¿Por qué? Volver a Freya tu enemiga por nosotros…

–Incluido el caso de los Xenos, quiero compensarlos por los varios problemas que les he causado, entonces,

¿Podrías aceptarlo?

Ante las palabras del hombre quien estaba dispuesto a una cooperación total, Hestia dio voz a sus dudas incluyendo también su confusión.

Era imposible que él, quien se avocaba a la “neutralidad”, sin intentar quedar bien con Freya, ayudara a Hestia solo porque son viejos conocidos.

–Tú no eres así de loable.

Cuando le respondió de esa manera, Hermes jugo con su sombrero con plumas y después de un momento, mostro una sonrisa irónica.

–Porque yo… creo que lo mejor es que Bell-kun este a tu lado, Hestia. Eso es por su bien, ¿Sabes?

Ajeno a Hestia quien abrió ampliamente sus ojos, Hermes añadió “Realmente es solo eso” sonriendo irónicamente una vez más.

Luego de ocultar sus ojos una vez más bajando el ala de su sombrero, a continuación, levanto su rostro con una expresión seria.

–Por eso, esta vez estaré de tu lado. Incluso si tengo que enemistarme con Freya-sama—

El hombre que se autonombro el Dios protector de los comerciantes intento hacer una promesa, pero justo en ese momento—

–Olvide decir una cosa.

En un lugar a cierta distancia, Freya se detuvo.

Hestia y Hermes levantaron sus rostros con sorpresa y retomaron su tensión. Habían hablado en voz baja.

Y no debería haber escuchado su conversación de ahora.

Pero la espalda de la Diosa de la Belleza que se detuvo, incluso sin dirigir sus ojos u oídos hacia ellos, estaba parada tranquilamente como si hubiera visto a través de todo.

–Como vamos a realizar la <Conversión> después de medio año, tendré que recibir una “compensación”.

–¿C-Compensación…?

–Si. Con el fin de hacer mío a Bell, primero retorceré a todo al resto. Ante esas palabras—

Hermes, quien estaba al lado de una confundida Hestia, se puso rígido.

–Protege tu promesa, Hestia.

Parecía que ya no existía nada dentro de su mirada además de Hestia.

Girando solo su rostro, Freya apunto con sus ojos a la Diosa de las Llamas Sagradas y junto con Ottar que cargaba al chico, esta vez desapareció.

–No puede ser—

El mediador se quedó mirándola, aterrado.

En este momento, Freya sin duda había “superado” los pensamientos de Hermes.

***

 

 

El cielo color ceniza crujía.

Convirtiéndose en un espejo de la ciudad que se movía como una turbulencia. La situación cambiaba agitadamente.

–¡Diosa Freya! ¿¡Qué demonios significa el alboroto de antes!? El líder del Gremio, Royman Mardeel, grito.

Agitando la carne de su abdomen que lo había hecho merecer el título de “cerdo del Gremio” a pesar de ser un Elfo, se acercó caminando hacia la Diosa que acababa de aparecer.

–¡Ya escuché que tus dependientes armados actuaron con violencia! ¡Provocar un “enfrentamiento” justo en medio del “Festival de la Diosa”, sin importar cuando contribuyeras a la prosperidad de Orario, no podemos ignorar—!

Incluso si se tratara de la mayor facción de la ciudad, si hacían algo arbitrario el Gremio también debía preparar una penalización.

Cuando Royman, quien era la fuerza principal en la administración de Orario insinuó eso—

–Silencio, Royman.

— —¿Hah?

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Freya dio un paso.

Mientras que Royman y los múltiples funcionarios del Gremio estaban pasmados, la Diosa que había apuntado directamente al centro de la ciudad detuvo sus pies.

–En lugar de eso, reúnan a las personas en la Plaza Central. Sus ojos plateados brillaron misteriosamente por un instante.

En el momento que Royman se dio cuenta que era su Encanto ya era demasiado tarde.

Los cuerpos de los empleados que estaban a su alrededor temblaron antinaturalmente, quedando en un estado de trance como si sus almas hubiesen dejado sus cuerpos.

–Niños, Dioses, tantos como sea posible. Después, hagan que mi voz llegue a cada rincón de la ciudad.

–“ “ “ “ “ “Entendido…” ” ” ” ” ”

Sin relación a si eran hombres o mujeres, los empleados se dispersaron por los alrededores como respondiendo a la petición de la Diosa de la Belleza.

Los únicos que quedaron en ese lugar fueron solo Freya y Royman que estaba arrodillado en el piso.

–¿¡Guuuuh…!?

–Desviar tu conciencia de mi Encanto por medio del dolor… contrario a tu fea apariencia por la que te insultan como cerdo, como esperaba eres bastante sobresaliente, Royman.

Fue un juicio instantáneo.

Royman agarro con sus manos la carne que sobresalía de su abdomen hasta casi desgarrarla en pedazos, y mientras sus ojos se tornaban rojos de sangre, se opuso a la “Belleza” de Freya.


Sin embargo, eso fue todo lo que pudo hacer.

Sin compañía, solo, mientras era observado desde arriba por la Diosa que ocultaba su cuerpo con una túnica, chilló como una bestia.

–¡Diosa, Freya……! ¿¡Por qué… demonios…!?

Su razón e instintos estaban siendo tragadas por la hechizante luz plateada sin poder resistirse.

Mientras su conciencia restante era corroída por gusanos, los ojos de la Diosa llenos de un color cruel, respondieron.

–Lo de siempre. El simple capricho de un Dios. Sin embargo, sus vibrantes labios continuaron.

–Por mucho tiempo me estuve conteniendo, sobre lo que más quiero. Pero ahora, con el fin de tener eso en mis manos, decidí que ya no me contendría. Solo eso.

Así es.

La Diosa siempre se estuvo conteniendo.

Desde que se encontró con Bell, en el <Festival de Monstruos>, durante el descubrimiento de su Magia, su marcha de la muerte por los Pisos Intermedios, el <Juego de Guerra>, mientras que Bell iba creciendo, continuó como una observadora, y no intento interferir. Incluso con la <Familia Ishtar> y el incidente de los Xenos, no hizo contacto directo con el chico.

Siempre, siempre, resistiendo, soportando, no intento arrebatarlo. Pero ahora ya no había necesidad de contenerse.

Desde el frente, usando cualquier método, podría hacerlo suyo. Después de todo, las “cadenas”(Syr) que la ataban ya no existían.

–¿¡…!?

Mirando los ojos de la Diosa que lo miraba hacia abajo, Royman lo comprendió.

—La “invasión” comenzará.

Con su ultimo fragmento de conciencia restante, solo eso comprendió.

Él, quien entendió perfectamente el significado de que Freya se moviera, gimió y se ruborizó y mientras palidecía, sintió el miedo.

–Por eso, ya no elegiré la manera de hacer las cosas.

***

 

 

–¡¡Hestia, aumenta tu Divinidad!! Un grito desgarrador resonó.

Quien soltó ese grito descartando cualquier compostura, no fue ningún Aventurero, sino Hermes.

–¡¡Con todo lo que tengas, hasta el límite!! ¡¡Si no lo haces, traspasara incluso tus facultades!!

–¿Q-Que estás diciendo, Hermes…? ¿¡No dijiste que preparara un plan…!? Ante la contundencia de Hermes, Hestia fue atacada por una increíble confusión.

Con un rostro de desesperación que nunca había visto antes, Hermes sacudió su cabeza y sujeto los hombros de la Diosa.

–¡¡Esa etapa ya terminó!! ¡Ya no tiene significado!

–¿¡…!?

–¡Lo interprete mal! ¡Ah, la juzgaste mal! ¡¡Ambos lo hicimos!! ¡La “obsesión” de Freya-sama frente a Bell- kun, su “obstinación (apego)”! ¡¡Desde ese momento donde envió a Ishtar al Cielo, siempre la malinterprete!!

Los sentimientos que se arremolinaron por mucho tiempo en el fondo del corazón de Freya. Esos no eran “celos” ni “odio”.

–¡Por un único “Odr”, descartó su orgullo, su reputación e incluso la “regla” que se impuso a sí misma, y

piensa atentar contra el Mundo Inferior mismo!

Por ese “único deseo”, podría destruirlo tranquila y fríamente.

–¡Freya-sama va en serio! ¡Ya no se detendrá! ¡¡Nadie puede detenerla!! Ni que decir “medio año”, ya no había nada de tiempo.

Cuando Hermes estaba apelando de esa forma hacia Hestia quien titubeaba—

–¡Hermes-sama!

Desde arriba de sus cabezas, Asfi descendió rápidamente frente a Hermes y Hestia.

–¡La <Familia Freya> ataco a la <Familia Hestia>…! ¡Aisha, Falgar y los demás están heridos! ¡Incluso Lyon…! ¿¡Que, demonios está ocurriendo!?

La Ryuu inconsciente estaba siendo cargada en los brazos de Asfi quien aterrizo desde el cielo por medio de sus

<Talaria>.

Ella también estaba en caos. Olvidar volverse “invisible”, y volar por el cielo sin preocuparse por ser vista por las personas dejaba en claro la escala de su agitación.

Mirando hacia ella, lo que Hermes arrojo no fue una explicación, sino una orden.

–¡Asfi, escapa!

–¿¡Eh…!?

–¡Solo tú que puede volar por el cielo podría escapar! Lleva a tantos como sea posible—no, es inútil, ¡No lo harás a tiempo! ¡Junto con Ryuu-chan, escapen de Orario!

–¿¡Q-Que estás diciendo, Hermes-sama!?

Ante la orden de su Dios que torcía amargamente su rostro, Asfi intento reprocharle, pero—

–¡¡ESCUCHA LO QUE TE DIGO!!

–¡¡…!!

–¡No lo pienses! ¡Obedéceme! ¡Sera demasiado tarde! ¡Distánciate, aunque sea un poco de Orario! ¡Vete, Asfi!—¡¡Te lo pido!!

–…… Entiendo.

Frente a la Voluntad Divina de Hermes, no, ante su “desesperada petición”, solo pudo asentir.

Retirándose por la confianza entre Amo y seguidor, voló hacia el cielo y se fue alejando hacia más allá de las murallas de la ciudad a máxima velocidad.

Hestia quien miró sorprendida la escena, cuando regreso su mirada hacia Hermes, él estaba escribiendo algo apresuradamente en un pedazo de pergamino roto.

–¡Si el momento llega, entrégame esto!

–¿U-Una nota…? Además, ¿¡Para ti mismo……!?

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–¡Es inútil si me la entregas inmediatamente! ¡Si pierdes la oportunidad, me volveré tu enemigo! Arrojando su pluma roja, empujo el pedazo de papel cortado hacia Hestia.

El sudor rodaba por sus mejillas. Su voz era de urgencia.

Y su impaciencia no tenía fin.

Saltándose cualquier explicación, confiándole solo “lo necesario”, aulló.

–¡¡Ahora, dentro de Orario la única que puede oponérsele, eres tú, solo tú (la Diosa Virgen), Hestia!! El rugido de un Dios.

Hestia abrió sus ojos hasta el límite.

¿Qué ocurriría a partir de ahora? Una aterradora “hipótesis” surgió en su mente.

–Hermes… no me digas que……Freya—¿¡…!?

Su voz que temblaba inconscientemente no alcanzo a preguntarle al hombre. El sonido de una “manecilla” se escuchó.

El sonido de las largas y cortas manecillas del reloj superponiéndose, deteniéndose justo arriba, como si miraran el cielo.

Y entonces, las cortinas de la ‘invasión’ se alzaron.

《A partir de ahora, les contare una aburrida historia.》Hestia tembló.

Hermes contuvo el aliento.

Delante de donde los ambos Dioses se dieron la vuelta. Desde el centro de la ciudad, su “hermosa voz” resonó.

***

 

 

《Originalmente, aquí debería haber una Diosa de la Abundancia más.》En la Plaza Central.

Ahora, en la parte central de la ciudad donde se erigían las cuatro “Torres de la Abundancia”, Freya hilo sus palabras.

–¿Freya-sama…?

–La proclamación de cierre del <Festival de la Diosa> debería ser al final del día, ¿No es así?

–Me pregunto, ¿Qué está ocurriendo?

Guiados por los manipulados Royman y los demás, las personas comenzaron a reunirse en la Plaza Central continuamente.

Sin seguidores o guardaespaldas, sola en la “Torre de la Abundancia” del norte.

Parada en el altar abierto como un balcón, la Diosa vistiendo una túnica y una capucha, observo fijamente a la muchedumbre debajo de sus ojos.

《Una Diosa de la Belleza igual que yo, Ishtar. Yo la envié de regreso al Cielo.》Freya estaba tranquila.

Aunque indiferente, aun así, tenía una cierta santidad.

Todos fueron tragados por su atmosfera tranquila y se le quedaron viendo fijamente perdiendo sus palabras.

《Prisionera de una tonta enemistad, se rebajó a una bestia y perdió su dignidad. Era muy desagradable, hasta el punto en que ya no podía tolerarla. Por eso, la hice desaparecer.》

A los pies de Freya, en una ubicación que no podía ser vista por las personas, un altavoz de gran tamaño hecho de Piedras Mágicas estaba instalado en el “altar”, extendiendo su hermosa voz hasta cada rincón de Orario.

Sin excepción, todos y cada uno, escuchaban su voz.

Excluyendo la voz de la Diosa, el sonido desapareció de la ciudad.

La multitud que llego hasta casi enterrar la gigantesca Plaza Central, justo como niños de la tierra a los que se les concede un oráculo, miraron hacia arriba a la Diosa como si fuesen jalados hacia ella, y la escucharon atentamente.

《Y entonces, ahora estoy intentando volverme una existencia igual de desagradable que ella.》Se burló.

Con una voz de auto desprecio.

Frente a la Diosa de la Belleza que se burlaba de su misma, los habitantes del Mundo Inferior quedaron conmovidos.

Incluso los Dioses que estaban en medio de la ciudad dudaron de sus ojos.

《Aceptare el abuso. Incluso su desprecio. Pero no me disculpare. Porque, después de todo, ya lo decidí.》Los ojos de la Diosa miraron hacia Babel.

Como si se lo confesara incluso al distante mundo celestial, conectó sus palabras sonoramente.

《Después de todo, ya sé lo que quiero.》

《Después de todo, encontré algo irremplazable.》

《Ya estoy bien solo con eso.》

Como si cantara, como si temblara, pareciendo feliz, y pareciendo triste.

Ante esa declaración de la Diosa, los Dioses y las personas que habían perdido sus palabras, finalmente notaron su anormal atmosfera.

Pero, fue demasiado tarde.

Las manos de la Diosa retiraron la capucha que cubría su rostro.

–Finalmente, puedo conocer algo más que el “amor”. Lo que apareció, era el rostro de la “chica”.

Cabello gris y ojos grises.

Olvidándose incluso del tono de la Diosa, era la voz de la chica. Una gota se deslizo desde esos ojos.

Mientras mostraba una hermosa sonrisa, sus lágrimas corrían por sus mejillas. Esos eran los vestigios de la “chica” que la “Diosa” debería haber enterrado. La manifestación de “su” corazón.

El tiempo de la ciudad se detuvo. Todos se quedaron sin palabras. El cielo, se dividió.

Como si la bendijera, o posiblemente como si la maldijera, una luz descendió desde el espacio entre las nubes.

–Por eso, quiero que entiendan. Al sur de la ciudad.

En el centro del campo de batalla, los dependientes de la Diosa se postraron como si le ofrecieran su lealtad.

–Por eso, no lo dejare libre. En el lado norte de la ciudad.

Mientras tiraban al suelo al chico y los demás que habían perdido la conciencia, los Aventureros de Primera Clase miraron la torre que se erguía en el fondo de su campo de visión.

–Por eso, atentare contra el mundo (ustedes). El Elfo Oscuro entrecerró sus ojos.

Los cuatro Hobbits se quedaron en silencio.

El Catman estrecho sus ojos como para aplastar sus sentimientos. El Boarman cerro sus ojos.

El Elfo Blanco solo centro su mirada. Todos aceptaron la decisión de su Ama.

–Esa maniaca del sexo, ¿¡No me digas…!?

Ante esa “señal que debería evitar” el color de los ojos de Loki cambió.

–¡Aizu, mira eso!

–¿¡…!?

Aizu y las demás que perseguían al chico sintieron el inusual fenómeno y se detuvieron.

–¡¡HESTIAAAAAA!!

–¿¡——!?

Junto con el grito de Hermes, Hestia desplegó su Divinidad al máximo. Las personas.

Los Aventureros.

Los Dioses.

Todo fue inútil.


Sin siquiera permitirles oponerse, ese momento llego. Y entonces—

–Póstrense.

Los tímpanos de todos estallaron. El sonido de toda vida tembló.

Sus ojos grises albergaban un “brillo plateado” y la voz de la chica, convirtiéndose en “cadenas plateadas”, lo cubrieron todo.

–¿¡Que—!?

En una colina muy distante de Orario. Asfi quien abrazaba a Ryuu, lo captó.

El instante en que la Divinidad Plateada que no debería ser perceptible se convirtió en una luz con forma de domo gigante y cubrió Orario.

Solo ella percibió el instante del Encanto extremo.

Las personas sanas y también los que perdieron la conciencia, todas las “almas” siendo violadas. Invadiendo, torciendo y unificando.


—Haz lo que yo digo. (Demanda de falsificación).

¿La chica o la Diosa?

La tranquila voz que ya nadie distinguía resonó. Ese día, Orario se “transformo”.

Danmachi Volumen 17 Capitulo 1 Parte 3 Novela Ligera

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