Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 17

Capítulo 1: Y Entonces, la “Invasión” Comienza

Parte 1

 

 

Después de rechazar sus “sentimientos”.

Bajando su cabeza, comenzó a correr y se marchó de allí. Al instante intenté perseguirla, pero no pude.

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Mientras rechazas el favor de una persona, esperas detenerla. Que irracional, cruel y contradictorio. No tengo las calificaciones para eso, la voz en mi corazón me insultó magníficamente.

El cielo gemía como si se lamentara. La lluvia comenzó a caer.

Mientras las gotas de agua golpeaban todo mi cuerpo, yo, no me moví ni un paso desde ese lugar.

–… Debería ir… donde Ryuu-san y las demás… hacia donde están… Aizu-san y los demás… No sabía que era lo que tenía que hacer.

Murmurando en desvarió, finalmente partí hacia el parque.

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Completamente empapado, mientras arrastraba irrazonablemente mi cuerpo que parecía derretirse y desaparecer dentro de la lluvia.

Y entonces, llegue al lugar donde me separe de Ryuu-san y las demás quienes detuvieron a la <Familia Freya>, el segundo distrito en el lado noreste de la ciudad.

–¡Bell Cranel, estas bien! No pudimos contener a <Vana Freya> y los demás y estábamos preocupadas…

–Todas, estaban heridas, no pudimos perseguirlos… lo siento.

Estando bajo la cornisa de una casa en ruinas, Asfi-san, y Aizu-san me notaron, además Ryuu-san y las demás estaban recibiendo tratamiento por parte de Kami-sama y Hermes-sama.

Runoa-san y Chloe-san habían perdido la conciencia con sus uniformes del bar cubiertos de sangre, Anya-san colgaba su cabeza como si su brillantes habitual fuese mentira, y estaba sentada como un cascaron sin alma.

–Bell… ¿¡Y Syr!?

Presionado por Ryuu-san quien, aunque estaba herida, era la única que podía hablar—

–… Syr-san… está bien. … La <Familia Freya> también, ya está bien. Solo pude responder eso.

Fuera de eso, no tenía como responder. En realidad, esa Syr-san era falsa.

Lastime a la verdadera Syr-san.

¿Como debería explicárselo?

En este momento, no tenis la habilidad para explicarle todo.

–… ¿Bell? ¿Qué ocurre?

Aizu-san extendió suavemente su mano hacia mi quien estaba de parado sin moverme.

Me estremecí mirando sus dedos que intentaban calentar mi mejilla fría y húmeda por las muchas gotas de lluvia.


Reaccionando exageradamente, retrocedí.

–¿Bell…?

A pesar de que no había nada de que sentirme culpable, no pude mirar el rostro de Aizu-san. No, no era así. No quería que esos ojos dorados me vieran.

No quería ser tocado, por la existencia que anhelaba.

Por añorar demasiado un anhelo (a ti), el estúpido bastardo sincero (Bell Cranel) lastimó a alguien importante. Aizu-san abrió ampliamente sus ojos, confundida.

Realmente quería morir por hacer que ella, quien no tiene ninguna relación, mostrara ese tipo de expresión.

–Bell-kun…

Mirándome así, Kami-sama no dijo nada.

O posiblemente, ¿Sus ojos divinos vieron a través del corazón de este niño tonto y comprendieron todo?

–… Sea poco o mucho, todos están heridos. Además, refugiémonos de la lluvia antes de que nos enfermemos, dejemos descansar a Ryuu-chan y las demás.

Hermes-sama también hizo esa propuesta sin hacer alusión a nada. Llevando a Ryuu-san y las demás, dejamos atrás las lluviosas calles.

—Eso fue ayer.

***

 

 

–……

La mañana del tercer día del “Festival de la Diosa”.

La lluvia que había caído como un mar de lágrimas se había detenido. En su remplazo, ahora nubes de color ceniza cubrían el cielo.

Miraba ese cielo nublado sin realmente mirarlo desde el pasillo de la <Mansión de la Chimenea>.

Después de llevar a las heridas Ryuu-san y las demás hasta la <Señora de la Abundancia>, regresamos a nuestra sede de una vez junto con Welf y los demás que estaban trabajando en el bar en remplazo de Anya-san y las demás.

Al ver las figuras de Anya-san y las demás que cargábamos, la propietaria Mia-san mostro una expresión aterradoramente seria. Escuchando toda la historia desde la boca de Hermes-sama—el ataque de la <Familia Freya>—torció su rostro y parecía estar pensando en algo.

… Es inútil. No puedo pensar en nada.

Desde el pasillo que daba hacia el patio de la mansión, el cielo parecía estrecho, aunque mirada hacia arriba. A pesar de que debería pensar, mi corazón y mi cuerpo pesaban como el plomo.

Elegir, rechazar, aunque lastime a esa persona, yo mismo resulte lastimado, a pesar de que no debería tener la calificación para eso.

Pero, esa expresión suya que vi al final estaba grabado a fuego en el fondo de mis ojos—

–Bell.

–… ¿Ryuu-san?

Dándome la vuelta hacia la voz que me llamó, allí estaba parada Ryuu-san vistiendo su uniforme del bar.

–… ¿Tus heridas, están bien?

¿Por qué estás aquí?

¿Por qué apareces delante de mí?

Mis labios evitaron inconscientemente esas preguntas.


–Si… <Dáinsleif> que estaba peleando conmigo al parecer estaba conteniéndose y no me causo una herida

mortal. Sin embargo, el daño causado por ser cortada por su Arma Maldita tomara un tiempo para que se cure… Parece que Ryuu-san lucho contra Hogni-san al igual que yo.

Tal vez porque sus heridas aun no estaban cerradas frunció el ceño como si soportara el dolo cuando coloco su pecho por sobre su uniforme.

Sin embargo, eso también fue solo por un pequeño instante. Levantando su rostro, sus ojos de hada me atravesaron.

–Bell. Ayer, ¿Que ocurrió?

–…

–No es que no te crea. Pero, ¿Como sabes que Syr está segura? En primer lugar, ¿A donde demonios fue Syr? Y más que cualquier cosa, ¿¡Por qué la perseguía la <Familia Freya>…!?

Ryuu-san hizo una pregunta tras otra, lo que era extremadamente natural.

No le explique correctamente lo que ocurrió luego de que nos separáramos de ella y las demás, ya que no había podido ordenar mi propio corazón. Y para ser honesto, incluso ahora estaba igual.

Pero… ya no podía quedarme en silencio.

Mientras pensaba desesperadamente que era lo que debería decirle, comencé a explicarle con gran dificultad. El hecho de que la <Familia Freya> no estaba apuntando a Syr-san.

La “persona idéntica a Syr-san” que Ryuu-san y las demás vieron, no era Syr-san.

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–¿¡Una falsa Syr…!?

A la mitad, Ryuu-san se sorprendió varias veces, pero me presto su oído hasta el final sin interferir. Y entonces, le informe sobre eso.

–Syr-san… se me declaro… y yo… la rechace…

–Qu—

Como si se hubiera congelado, el tiempo de Ryuu-san se detuvo por un momento.

Olvidándose incluso de respirar, se quedó de pie sin moverse, y al instante siguiente, sujeto mis hombros.

–¿¡Por qué!?

Mis tímpanos temblaron.

El agudo y desgarrador eco golpeó todo mi cuerpo.

Esa fuerte voz, era tan grande y violenta como nada que hubiera escuchado hasta ahora. Demasiado sorprendido, mi cabeza se quedó en blanco y Ryuu-san me pregunto con vehemencia.

–¿¡Por qué la rechazaste!? ¡Los sentimientos de Syr! ¡Su determinación!

–¡¡…!!

–¡Tú! ¡¡Si eres tú!! ¡No se suponía que hicieras eso…!

–…

–Entonces, todos… yo también…

Su agitada voz gradualmente fue perdiendo su ímpetu y finalmente se hizo tan pequeña y efímera hasta casi desaparecer.

Sus ojos azul cielo, me reflejaban como si me culparan, o posiblemente como si se aferraran a mí.

Frente a frente a una distancia en la que podría tocar sus labios si quisiera, si nos vieran desde un lado pareceríamos amantes—o posiblemente como una pareja justo antes de separarse.

Sus delicados dedos se enterraron en mis hombros.

Apreté mis dientes, soportando desesperadamente el impulso de bajar mi rostro, y estrujé una respuesta.

–Hay, una persona a la que anhelo… siempre, he observado a esa persona…

–¡¡…!!

–Quiero alcanzarla… y cuando la alcance, quiero transmitirle mis sentimientos. Por eso, no puedo aceptar… los sentimientos de Syr-san.

Sin importar cuán doloroso sea, era algo que debía decirle.

Las manos de la sorprendida Ryuu-san perdieron su fuerza y se despegaron de mis hombros. El silencio inundo el lugar.

Abrió su boca muchas veces.

Pero mientras enterraba en muchas tumbas las palabras que nunca se convertían en voz, bajo su mirada.

–… Es obvio. ¿Por qué no lo pensé? Así como Syr tiene sentimientos por ti, es natural que tengas sentimientos por alguien… no es nada extraño…

Las palabras que se filtraban de sus labios ligeramente temblorosos no me criticaban. Mejor dicho, mostraban comprensión y me apoyaban, como si no hubiera nada de malo. Eso era excesivamente doloroso.

–… Lo siento. Me alteré. No pensé… en tus sentimientos… No pude responder nada.

Ryuu-san estrecho sus ojos y frunció el ceño dolorosamente, sujetando su pecho con ambas manos como si suprimiera un violento torrente de emociones.

La mirada de ambos cayó al piso. Solo estábamos los dos en el pasillo que había retomado su tranquilidad. Las agujas del reloj se movían dejándonos atrás.

Quien rompió ese largo estancamiento, como esperaba, fue Ryuu-san.

–Bell… yo, iré a buscar a Syr.

–…

–Normalmente, sería el momento en que vendría al bar. Aun así, no ha venido. Probablemente ocurrió algo. Por eso… iré a buscarla.  x

No conoces la residencia de Syr-san. Sería lo mismo que buscarla aleatoriamente. Aunque le diga eso, la voluntad de Ryuu-san no se sacudirá.

Girando solo su rostro hacia un lado, como si buscara la figura de alguien importante, miro fijamente el cielo gris cubierto de nubes.

–Tú… ¿Qué harás?

Ryuu-san regreso su mirada en mi dirección y después de vacilar algunas veces, me pregunto con una voz ronca.

Ciertamente debería preocuparme por ello.

Pensando en Syr-san, tenía que moverme con cuidado. Si no lo hacía, nuevamente la lastimaría.

Aun así, torcí mi rostro como un tonto y respondí.

–Yo también… iré.

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***

 

 

Las calles estaban envueltas en bullicio.

Lamentablemente el cielo estaba nublado, pero cada una de las Calles Principales mostraba actividad en su centro intentando disfrutar del último día del “Festival de la Diosa”. Como lo indicaba el nombre de “Banquete de la Abundancia”, el trigo, las verduras, las futas y variados tipos de cosechas deleitaban los ojos de las personas también hoy.

–Siendo el tercer día, parece que finalmente podremos disfrutar del festival, ¿Eh? Mirando esa escena desde un lado, Lili murmuro enfurruñada.

A su lado Welf, Mikoto y Haruhime quienes la acompañaban, le regresaron una sonrisa irónica.

Hasta ayer, la <Familia Hestia> estaba siendo presionada por su trabajo a medio tiempo en la <Señora de la abundancia>. Más que por Syr quien tenía el día libre, estuvieron trabajando días consecutivos sin tiempo para descansar para cubrir el espacio dejado por Anya y las demás. Después de ser liberados de ese arduo trabajo, más severo que una exploración del Calabozo, podía decirse que era inevitable soltar un pesado suspiro, incluso fuera alguien además de Lili.

Mia tampoco era tan demoniaca como para hacerlos trabajar hasta el último día del festival—no debería serlo.

–Anya-sama y las demás regresaron, pero… todas, estaban heridas, ¿No es así?

–… Si. En ese estado, no creo que puedan trabajar mucho. Mientras respondía a las palabras de Haruhime, Lili frunció el ceño.

La razón oficial por la que Lili y los demás fueron liberados era porque Anya y las demás regresaron, pero realmente no era un momento para estar haciendo negocios.

–Quien ataco a Anya-sama y las demás fue la <Familia Freya> y Bell-sama también estaba envuelto…

–Paree que Syr-dono tampoco regreso al bar. Bell-dono fue a buscarla junto con Ryuu-dono quien vino antes a la mansión…

Mientras le regresaba un asentimiento a Lili, Mikoto tomó la palabra.

Cuando les preguntaron a Hestia y Bell que había ocurrido el día anterior, aunque les dieron un resumen, la articulación de ambos era mala. Especialmente la de Bell a quien parecía costarle hablar. Era difícil pensar que nada había pasado.

Dejaron pasar a Ryuu a la mansión y aceptaron en silencio que saliera con Bell, pero Lili, Haruhime y Mikoto mostraban expresiones atribuladas.

–Hey, ¿No buscaremos también a esa camarera?

Welf, que había permanecido en silencio hasta ahora, abrió la boca. Mientras reunía las miradas de Lili y las demás, dio su opinión.

–Dejando de lado a Bell, nosotros también estuvimos a su cuidado varias veces. Incluyendo a esa mujer y también el bar. … Además, hay algo que me preocupa.

Welf, diferente con Lili y las demás, había conjeturado la razón por la que el chico, que era como su hermano menor, estaba de mal humor. El mismo había sido quien le propuso a Bell que aclarara la situación como un hombre. Igual que las partes involucradas, también sentía algo de culpa en su conciencia.

Sin embargo, más allá de eso, el hecho de que la <Familia Freya> se involucrara lo había atrapado. Pensó en quien podría ser Syr, pero estaba vacilando entre la duda y el miedo.

–… Ahora no parece que podamos disfrutar del festival solo con Lili y las demás, ¿Eh?

–Si, también pienso lo mismo. Lo siento porque estabas divirtiéndote, Haruhime-dono, pero…

–No, está bien, Mikoto-sama. Podremos escuchar la orquesta del festival el próximo año después de todo.

Lili y Mikoto asintieron y Haruhime quien hasta ahora había estado encerrada en el Distrito del Placer también sonrió y les dio su aprobación.

–Lo siento, chicas. … Muy bien, ¿Intentemos preguntar honestamente primero?

Welf y las demás comenzaron a moverse por las animadas calles, buscando a alguien que hubiese visto a la chica de cabellos gris.

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***

 

 

–… Las nubes son desagradables.

Hestia estaba caminando sola por las calles de Orario.

Sus dependientes también habían salido y el cuidado de la mansión estaba a cargo de Takemikazuchi y los demás. Aunque se estuvo intercambiando con Miach y Hefesto, terminaron haciéndole algo malo por varios días a causa de su trabajo a medio tiempo en el bar. Takemikazuchi y los demás se rieron diciendo, “Ya que no tenemos reservas como para disfrutar comiendo en el festival, lo mejor es abstenerse de preocupaciones

mundanas”.

Mientras pensaba en cosas incoherentes como esas, Hestia no podía quitarse la tensión de su propio rostro.

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Ayer le pregunte a Hermes… la verdadera identidad de esa chica Syr-kun…

Hestia, quien se encontró por primera vez con la chica a la que llamaban “Syr”, le pregunto sobre qué demonios era esa existencia que se asemejaba a una “Diosa” a Hermes.

Según su suposición, era “Magia de transformación (en dios)”. Una “Magia secreta” con el único fin de convertirte en un Dios.

Llegando hasta la posición de un Dios sin subir las escaleras establecidas, un “deseo” diferente y sin límite. No podía creerlo, ese pensamiento incluso ahora estaba enterrando el pecho de Hestia.

Bajo los límites de la Magia, y sin poder usar el <Arcanum>, una persona podía convertirse temporalmente en un Dios.

Una razón irracional que se desviaba de las leyes y la providencia, una irregularidad que hacía temblar su cuerpo.

–Pero… El verdadero problema no está allí. Hestia imaginaba algo aterrador.

Si hasta hoy la “Syr” que estuvo en contacto con Bell era un “dependiente” que se había convertido en una Diosa aún estaba bien.

–Pero, ¿Y si era la propia “Diosa” quien hasta ahora estuvo en contacto con Bell? Y por sobre eso, ¿Y si estuvo esperando a que el chico madurara?

¿Y si Bell había continuado reflejándose en los ojos plateados de esa Diosa de la Belleza?

“Estúpida, date cuenta. Esa mujer protegió al chico, ¿Sabes?”

Esas fueron las palabras que Loki le dijo en el Denatus. En ese momento le había advertido sobre Freya.

Hestia también había estado alerta hasta hoy, y tras pasar por los sucesos con la <Familia Ishtar>, aumentó aún más su sensación de peligro, pero—

–Esa Freya, hace mucho que no se “entrometía”. Por eso también pensé que probablemente fue mi imaginación.

El Silverback con el que se enfrentaron durante el <Festival de Monstruos>. El Minotauro que se volvió la oportunidad para su <Aumento de Nivel>. Sin duda había oportunidades.

Una presa a la que una Diosa de la Belleza apunta nunca podrá escapar.

Escucho que los dependientes que fueron arrebatados de sus Dioses por sus susurros de amor, eran incontables. Comparado con esa historia, la actitud de Freya hasta ahora había sido demasiado pasiva.

¿Realmente estaba apuntando a Bell? Hestia no estaba segura.

–… Pero, si siempre estuvo cerca de Bell, no tenía necesidad de moverse como una “Diosa”.

A los ojos de Hermes y los demás, “Syr” no podía ser juzgada como una Diosa o una dependiente. Él dijo que solo Loki quien tenía una larga relación con ella podría diferenciarlo. El bar <La Señora de la Abundancia> era justamente como la caja de un gato que no podía ser observado si la Magia no se deshacía y la tapa no era abierta.1

¿“Syr” era una Diosa o una dependiente?

Con el fin de comprobar eso, Hestia salió a la calle.

Con el fin de conocer los detalles, pretendía encontrarse con Hermes.

Aparte de él, pensaba intentar escuchar a otros Dioses que se hayan encontrado cara a cara con Syr, como Deméter. Ya que Deméter estaba en el <Festival de la Diosa> como era de esperar, seguramente sería algo para unos días después, pero en el peor de los casos, tenía que preguntarle la vedad a Loki incluso si tenía que deberle un favor.

–De cualquier manera, primero reunámonos con Hermes… En ese momento—

–Hestia.

Como el viento.

Como si obstruyera su camino.

La voz de la Diosa de la Belleza llego desde el frente.

–………

1 Referencia al ‘gato de Schrödinger’

Los pies de Hestia se detuvieron.

Justo como si fueran cosidos al piso de piedra, se detuvo en ese lugar con movimientos antinaturales.

–…… Freya.

Al igual que en algún momento del <Festival de Monstruos>, la Diosa de la Belleza vestía una túnica de color azul marino.

Ocultaba su blanca y lustrosa piel y cubriendo con una capucha su hermoso cabello plateado mientras dejaba flotar una sonrisa en sus labios.

Y con respecto a esa sonrisa y sus ojos de plateados, siendo una Diosa también eran algo misteriosos.

¿Por qué, está aquí?

¿Esto es coincidencia? ¿De verdad—?

Dentro de la mente de Hestia que se quedó parada sin moverse, sus pensamientos que saltaban como fuegos artificiales corrían en todas direcciones.

Sin percibir la existencia de la gota que corría por su mejilla, Hestia, sin ser consciente de que estaba sudando, en ese momento se dio cuenta.

En los alrededores no había presencias humanas hasta el punto de ser antinatural.

Aunque toda la ciudad estaba animada por el “Festival de la Diosa>, esa zona estaba vacía justo como si hubiera una barrera que aleja a las personas.

Los ojos de la Diosa de la Belleza que podían <Encantar> todo tenían unos sospechosos vestigios plateados.

–… ¿Me, necesitas para algo…?

Mientras sentía la sequedad de su lengua, preguntó. Freya respondió en seguida.

–¿Podrías darme a tu dependiente—a Bell?

–¿Qué?

La sorpresa duro solo un instante.

Más que estar asustada de que el peligro se materializara, las emociones de Hestia estallaron al instante.

–¿¡¡Que estás diciendo!!? ¡Está claro que no puedo hacer eso!

Era correcto decir que la sangre se le subió a la cabeza. Hestia vertió su rechazo a esa petición que le fue declarada sin un cambio de expresión con un ímpetu que daba la impresión de le estaba atacando verbalmente.

–Hey, Hestia. Tú me agradas.

Aun así, mientras mostraba una sonrisa calmada, Freya se mantuvo tranquila.

–¿…?

–En algún <Banquete de los Dioses> te lo dije. Probablemente yo te desagrade, pero te respeto como una Diosa. Es verdad, ¿Sabes? La llama sagrada eterna que gobiernas, tiene más valor que cualquier tipo de oro. Incluso estaría bien decir que es algo a lo que le temo.

Ajena a Hestia quien dudaba de esa confesión repentina, Freya hablo francamente de sus pensamientos y entonces—

–Por eso, no quiero hacer algo violento, ¿Sabes? Expuso su “verdadera personalidad”.

–¿¡—!?

Sus dos lados.

Mientras gobernaba el amor, su “carácter como Diosa” era más cruel y desenfrenado que cualquiera.

–No quiero volverme como Apolo. Intentando borrarte de la superficie por una farsa (amor trágico) cómica. No quiero ser como Ishtar, siendo demasiado fiel a su lujuria, una bestia que carece de elegancia. Pero, si no puedes aceptarlo tranquilamente, no pienso elegir mis métodos. Porque, después de todo, eso es lo que más quiero.

La Voluntad Divina plateada hablada fluidamente como una canción.





Sus ojos de reina se volvieron arcos y junto con una sonrisa, miraba a Hestia apuntándole con una flecha absoluta que no permitiría una negativa.

*Dokun*

El pecho de Hestia temblaba produciendo un sonido incontrolable. Su sonrisa fría y hermosa.

Esa era su advertencia final.

Más bella que nadie en el Mundo Inferior, y más rica que cualquiera, la Diosa que poseía la <Familia> más poderosa pronuncio ese edicto real irrazonable y, aun así, un trato profundamente misericordioso.

En la esquina de la calle que se había quedado en silencio, entre las Diosas que cruzaban miradas mientras mantenían la distancia, la invisible Divinidad de Freya comenzó a erosionar a Hestia sin ningún sonido.

–Por eso, Hestia. ¿Podrías entregarme a Bell? Ante ese ultimátum, la respuesta de Hestia fue—

–Me niego.

Estaba decidido desde el principio.

–¿Por ningún motivo?

–Por ningún motivo.

–¿De verdad?

–¡¡De verdad!!

Alzando las esquinas de sus ojos, le arrojo esa única respuesta.

–¡Bell-kun es mi dependiente! ¡Es mi preciado niño! ¡¡No se lo entregare a alguien como tú!! Esa era la única escama inversa de Hestia.

El sentimiento más fuerte que tenía, su más fuerte deseo de monopolizar, el más profundo amor.

Su amor hacia su propio chico no perdería contra nadie en el Cielo o el Mundo Inferior e incluso en el Calabozo, la Diosa de la Llama Sagrada lo dejo en claro.

La divinidad que Hestia disperso empujo de vuelta la divinidad de Freya.

— —Ya veo. Entonces, no se puede hacer nada.

Las emociones desaparecieron desde el rostro de Freya.

No estaba triste ni irritada frente a las voluntades divinas de ambas enfrentándose decisivamente, como si simplemente lo lamentara—como si hubiera comprendido desde el principio que sería así—levantó una de sus manos.

Sus inmaculados dedos, se chasquearon.

El fuerte sonido resonó a través de la silenciosa calle. Y lo que fue invocado justo después—fue un trueno.

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–¿¡…!?

No cayó desde arriba de su cabeza—el destello del trueno se elevó de golpe desde la superficie. Recibiendo la “señal” de su Diosa, la “señal de humo” corrió por el cielo de Orario.

La “orden” que el dio Elfo blanco dio alcanzó a los “más poderosos guerreros” que se ocultaban en la ciudad.

Dirigiéndose a Hestia quien dirigió su mirada hacia el cielo sorprendida, Freya declaro borrando cualquier rastro de compasión.

–Te lo arrebatare por la fuerza.

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