Wortenia Senki (NL)

Volumen 14

Prólogo: Este es el Lugar…

lejos de los pilares de barrera que protegían las ciudades y carreteras.

Sin embargo, este lugar era aún más desolado que la mayoría. No había hierbas que crecieran aquí que pudieran ser usadas para medicina, y no había monstruos alrededor que necesitaran ser matados. Como resultado, ningún mercenario o aventurero vendría voluntariamente a este lugar. Los únicos que lo harían eran aquellos que buscaban un lugar oscuro para permanecer ocultos de miradas indiscretas, como las figuras en esta colina ahora mismo.

En el frente había un hombre con los brazos cruzados mientras miraba hacia el cielo. Tenía 180 centímetros de altura, y llevaba una armadura de cuero y una máscara para ocultar sus rasgos, ambos de color negro oscuro.

Incluso con sus rasgos ocultos, su aire amenazador era palpable a su alrededor, como una espada que brilla en la noche. Este hombre claramente había sobrevivido a más campos de batalla que la mayoría de las personas. Debajo de su armadura, que había sido fabricada con las mejores técnicas de la Organización,

innumerables cicatrices acribillaban su cuerpo, desde heridas de bala hasta laceraciones e incluso una cicatriz de los fragmentos de un cohete disparado en su dirección. Era un guerrero experimentado de lo que alguna vez fue.

El nombre del hombre era Samuel Kinkaid. Dirigía a los perros de caza en esta incursión en particular.

Una noche completamente oscura. Me recuerda aquella vez.

Cierto recuerdo surgió en la mente de Samuel. Era de antes de que hubiera sido convocado a esta Tierra. En ese entonces, había sido parte de una operación encubierta en Afganistán dirigida por los Estados Unidos de América, la superpotencia mundial. Había sido capitán en la Fuerza de Reconocimiento del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y había estado involucrado en una operación de infiltración con sus compañeros de escuadrón para recopilar información crucial.

El Afganistán actual no es un país rico. O más bien, no podía volverse rico.

El país que se convertiría en Afganistán ha existido desde la antigüedad, pero solo tomó ese nombre a mediados del siglo XIX. Sin embargo, una porción de su tierra había sido hogar de la civilización del valle del Indo, una de las cuatro grandes civilizaciones del mundo antiguo. También es una región relativamente grande, aproximadamente dos veces más grande que Japón, pero es igual en tamaño a sus vecinos Irán y Pakistán, por lo que no es especialmente extensa. Y además, estudios recientes han identificado reservas de petróleo.

Dado que Afganistán es un país sin salida al mar, el transporte se limita a viajes terrestres y aéreos, una gran desventaja. Volar es, con mucho, el modo de viaje más rápido, pero cuando se trata de transportar grandes cantidades de suministros, los barcos siguen siendo preferibles.

Afganistán es un país multiétnico, lo que ha provocado conflictos entre su población. Pero hay muchos países en Asia central y en todo el mundo que comparten este problema. Y aunque está lejos de ser perfecto, tiene sus puntos buenos. Por ejemplo, tiene los

Budas de Bamiyan, un sitio del patrimonio cultural del período del Antiguo Oriente que atrae a turistas de todo el mundo. Si hicieran uso de estos activos culturales y su abundancia de recursos subterráneos, igualarían el éxito financiero de sus vecinos del Medio Oriente.

Pero Afganistán es algo más que sitios de patrimonio cultural y petróleo. A lo largo de su larga historia, su tierra fue manchada con la sangre de su pueblo mientras luchaban contra una multitud de

invasores. Su pasado está plagado de muchas dinastías y países que tomaron el control de la tierra, siendo el primero el Imperio aqueménida persa, que reinó sobre el Antiguo Oriente.

A finales del siglo XIX, Afganistán logró su independencia del Imperio Británico. Desde entonces, han pasado por muchas revoluciones, solo para que la Unión Soviética, que compitió con los Estados Unidos por el control del mundo, devastara su tierra.

Después de eso, cayeron bajo el control de facto de los talibanes, una organización islámica fundamentalista.

Al recordar el país al que había servido durante años, Samuel sintió un pequeño nudo en la garganta. Había ido a Afganistán bajo las órdenes de su tierra natal, y la razón por la cual no era nada admirable. De hecho, Estados Unidos fue muy criticado por sus operaciones en Afganistán. Las personas que nunca habían salido de su zona de confort y que ignoraban el peso de la realidad denunciaron en voz alta sus acciones. Pero esas personas no sabían nada de la crueldad del mundo o su frialdad. Sólo los que estaban allí podían saberlo.

Alguien tuvo que caminar penosamente a través de la suciedad y el lodo, por lo que Samuel no se arrepintió de nada de lo que él y sus camaradas habían hecho en ese entonces. Después de todo, habían estado defendiendo su tierra natal. Aún así, después de presenciar la vida cotidiana de la gente de Afganistán, Samuel no podía negar que se sentía en conflicto.

Tal vez eso se siente como una contradicción, y eso es exactamente lo que es. Si alguien quiere llamarme hipócrita, bueno, no se equivoca.

Por otro lado, esto era parte de lo que lo hacía humano. En realidad, compartía la responsabilidad por la difícil situación en la que se encontraba Afganistán en ese momento, aunque deseara no hacerlo.

No importa lo que piense, no cambiará el hecho de que las potencias mundiales

jugaron con ellos y, durante muchos años, no pudieron lograr la paz que necesitaban para desarrollarse financieramente… por más triste que sea. Quizás lo que Samuel sintió fue lástima. Pero como soldado, sus instintos lo obligaron a tomar decisiones en una fracción de segundo.

Al final, ser débil deja a uno a merced de aquellos más fuertes que

ellos, ya sean individuos o países enteros. Aquellos que no eran lo suficientemente brillantes como para saber que estaban siendo engañados estaban condenados a bailar con la melodía del manipulador astuto.

Incluso aquí, en este otro mundo, esa verdad todavía sonaba verdadera. Aquí no existían ideales como la paz nacional y los derechos humanos. Era una tierra de carnicería donde los países

luchaban sin parar por su propio beneficio. Si ganaban, obtendrían gloria y prosperidad. Si perdían, el país mismo podría ser borrado del mapa. La supervivencia del más fuerte reinaba.

En ese sentido, este mundo no era diferente de los campos de batalla que Samuel conocía. Los lugares en los que luchó fueron también espacios donde los tópicos de paz e igualdad no tenían sentido. Sin embargo, las similitudes no terminaron ahí.

El nivel de vida aquí es como en la Edad Media. Incluso ese país devastado por la guerra está mejor. Si nada más, tienen electricidad y automóviles. Hay un mundo de diferencia, pero…

En este mundo, pensarían que la electricidad era simplemente energía, y la taumaturgia verbal tenía hechizos que usaban rayos. Pero incluso si pudieran conjurar rayos y usar electricidad hasta cierto punto, solo podrían usarla como un arma para matar a un enemigo. No podían usarlo como una herramienta para mover las cosas como lo hacía la sociedad moderna. Lo más cercano que tenían era la taumaturgia, que usaba el prana como fuente de energía.

La falta de modernidad aquí hizo que Samuel sintiera casi nostalgia.

Esto realmente me recuerda a Afganistán.

No todas las carreteras de Afganistán estaban pavimentadas, ni había muchas luces en las calles. Además, Samuel recordó a

Afganistán en una época de guerra, durante la cual el suministro

eléctrico de las ciudades era limitado. Muchos de los soldados a los que se enfrentó se escondieron en cuevas que salpicaban el páramo o en escondites en lugares remotos. Lugares como esos solo tenían la luz de la luna y las estrellas parpadeantes como fuentes de luz. Entonces, a pesar de lo diferente que era

Afganistán de aquí, Samuel se sintió como en casa, parado aquí en la noche oscura.

Sí, es similar. Algunas cosas son diferentes, pero…

Muchas cosas eran diferentes: la comida, la ropa y el lenguaje por nombrar unos pocos. Se podían enumerar innumerables diferencias. Este mundo estaba detrás del de Samuel en casi todos los campos imaginables. Los niveles de vida eran bajos, y la química no se había descubierto todavía, por lo que estaba claro que era mucho menos desarrollado aquí.

Pero este mundo está mucho más allá del mío en algunas cosas. Como la magia.

El campo de la traducción de idiomas es particularmente avanzado. Los de otro mundo podían comunicarse sin ninguna dificultad, lo que llevó a muchos a creer erróneamente que la gente aquí hablaba el mismo idioma. Sin embargo, ese no era el caso. El ritual de invocación incluía un hechizo que permitía a sus mentes interpretar instintivamente las palabras.

La Organización incluye a personas de todas las etnias, desde estadounidenses como Samuel hasta chinos y japoneses. Un miembro era de Uganda, en la costa oriental de África, y hablaba swahili. Aun así, la Organización, con su composición multicultural y multilingüe, nunca ha tenido dificultades para comunicarse.

Hoy en día, los teléfonos inteligentes vienen equipados con aplicaciones de traducción, y la gente podría llevar diccionarios portátiles en sus bolsillos. Pero incluso con esos avances, este mundo todavía era superior. Ninguna aplicación o diccionario puede traducir automáticamente las palabras de otra persona sin ningún tipo de clics o acciones adicionales, ni tampoco puede permitir que uno converse como si estuviera hablando en su lengua materna.

Sin embargo, la mayor diferencia entre los dos mundos era el hecho de que Samuel podía operar por la noche sin gafas de visión nocturna.

La taumaturgia, ya sea verbal o marcial, es bastante conveniente. Realmente no me sienta bien que no sé qué principios hacen que haga las cosas que hace, sin embargo.

Las gafas de visión nocturna generalmente aplicaban un filtro verde porque estaba configurado en el color en la longitud de onda media de la luz visible, y era el color más fácil de percibir para el ojo humano. El mismo razonamiento explicaba por qué era mejor mirar algo verde cuando los ojos estaban cansados.

Aunque no llevaba gafas de visión nocturna en este momento, Samuel podía ver su entorno perfectamente bien y a todo color.

Incluso los dispositivos de visión nocturna más avanzados harían que la visión se sintiera apagada, pero no había tal problema con la taumaturgia.

El único defecto que tenía la taumaturgia era que había que aprenderla. Además, consumía el prana de uno. Como Samuel aún no había obtenido el uso del sexto chakra, el Chakra Ajna, no podía reforzar su vista de manera consistente. Si eso era todo en lo que se concentraba, el efecto podría durar dos días, suponiendo que no estuviera haciendo nada más. Sin embargo, si reforzaba su cuerpo para el combate, era dudoso que el efecto durara medio día. Aún así, los aspectos positivos superaron con creces los negativos.

Podemos usar la taumaturgia para reforzar nuestros ojos, así que todo va bien para nosotros. Sin embargo, los soldados normales tienen que llevar antorchas.

Solo un pequeño porcentaje de personas podría usar la taumaturgia. Los que no pudieron tuvieron que arreglárselas con un nivel de vida similar al del siglo XV hasta principios del siglo XVIII. Para ellos, las velas y las antorchas eran las principales fuentes de luz. En otras palabras, dado que no conocían la conveniencia de la bombilla, los humanos aún luchaban por operar afuera después del anochecer. Uno podía llevar lámparas o velas, pero no eran necesariamente baratas, y la mayoría de los plebeyos creían en conservar los pocos recursos que tenían. Simplemente se acostaron temprano. Se levantaban al amanecer y terminaban su trabajo y se iban a casa al atardecer. Luego comerían sus cenas y se irían a dormir. Casi nadie holgazanearía afuera por la noche, especialmente en una noche tan oscura y sin luna.

Una vida de trabajar al amanecer y volver a casa al atardecer…

La sociedad moderna tenía televisores y computadoras, por lo que no había escasez de cosas que hacer sin importar la hora. Si uno de repente tenía hambre en medio de la noche, era bastante fácil conseguir algo en una tienda de conveniencia las veinticuatro horas o en un restaurante. Quizás esas no fueron las comidas más saludables, pero estaban llenando.

Las cosas eran diferentes en este mundo. No había televisores ni computadoras, ni tiendas para satisfacer el hambre de medianoche. Para empezar, la mayoría de la gente no sabía leer y escribir, así que no podían entretenerse con libros. Para ellos, rara vez había una razón para encender una lámpara o vela costosa por la noche. Los únicos que realmente requerían luz en ese momento eran los viejos y enfermos, que requerían cuidado constante.

Esto significaba que Samuel y sus hombres no se encontrarían con interrupciones innecesarias.

Eso es algo a lo que nosotros, las personas modernas, que hemos estado atados por los grilletes del tiempo desde nuestro nacimiento, no podemos acostumbrarnos.

Samuel entendió la idea de llevar un estilo de vida saludable, pero después de haber servido como soldado durante años, honestamente no distinguía mucho entre el día y la noche. A excepción de los ricos y poderosos, que podían permitirse un reloj de cuerda, la mayoría de la gente confiaba en el sol para saber la hora.

Todos estos factores hicieron de esta noche la oportunidad perfecta. Su objetivo era la propiedad del Conde Winzer, ubicada dentro de la ciudadela de Galacia. Tendrían que cruzar las murallas para infiltrarse en la ciudad. Eligieron la ruta menos llamativa que pudieron y memorizaron la ruta a la propiedad del Conde Winzer.

Pero incluso el plan más cuidadosamente preparado podría encontrar desarrollos inesperados. Alguien podría lesionarse o enfermarse, lo que requeriría una visita nocturna a un médico. Un borracho podría tropezar por un callejón, o un ladrón merodeando por las calles podría cruzarse en su camino. Por supuesto, Samuel realmente no pensaba que se encontrarían en tal situación.

Hablando honestamente, esos escenarios eran casi imposibles. Bueno, incluso si sucede, todos tenemos la experiencia suficiente para actuar sin dudarlo para silenciar a los testigos.

Samuel sonrió amargamente. Esa era una conclusión obvia, dado su pasado. Cualquiera que tuviera la mala suerte de encontrarse con los Perros de Caza sería eliminado de inmediato, como les sucedió a todos los que pusieron sus ojos en lo que no debían ver. Esa era otra verdad más que era cierta sin importar en qué mundo estuvieras.

Samuel no estaba orgulloso de eso, pero sus manos ya estaban manchadas con la sangre de muchos. Ya sea que haya usado una pistola, un cuchillo o sus propias manos, se mantuvo firme en el campo de batalla bajo las órdenes de su tierra natal. Las vidas que había tomado se aferraron a él con el paso del tiempo, coagulando como sangre y manchándolo permanentemente.

Después de eso, cuando Samuel fue convocado a este mundo, siguió luchando por la Organización, para defender las vidas y el honor de sus camaradas. Esa determinación lo llevó a matar a muchos enemigos, y no solo a oponentes armados. Incluso había matado sin piedad a mujeres y niños. Su máxima prioridad siempre era cumplir con las misiones que le habían asignado. Si fuera necesario, se rebajaría a cualquier medio, sin importar lo sucio que fuera.

Esta vez no fue diferente. Aún no estaba claro si su misión tendría éxito o fracasaría, pero de cualquier manera, los cadáveres se acumularían. Otro cuerpo o dos ni siquiera sería una gota en el balde.

Aún así, Samuel realmente esperaba que no aparecieran tales testigos. Aunque era despiadado, no tenía el tipo de mentalidad retorcida que disfrutaba el acto de asesinar. Mataría sin piedad cuando fuera necesario, pero no estaba lo suficientemente retorcido como para querer cometer un asesinato sin sentido.

Además, actuar innecesariamente podría atraer más peligro más adelante. Silenciar a alguien fue fácil, pero eso podría producir más testigos presenciales.

Alguien podría encontrarnos silenciandolos. Suena como algo sacado de una película de suspenso.

De hecho, tal cosa sería un cliché en una película.

Nadie estaría caminando afuera en una noche sin luna. La hora de acostarse temprano es conveniente para nosotros; los mantiene fuera de nuestro cabello. El único otro problema es el tiempo.

Samuel miró a Galatia. Su plan esta vez era fácil.

La preciada unidad ejecutiva de la Organización, los Perros de Caza, estaba formada por seres de otros mundos al mismo nivel que los aventureros de más alto rango. Todos habían aprendido

innumerables tácticas y técnicas de soldados y policías veteranos. Y ese entrenamiento había incluido infiltración y sabotaje. Eran para la Organización lo que los Boinas Verdes eran para los

Estados Unidos, o lo que el Grupo de Fuerzas Especiales era para Japón. Desde su perspectiva, atacar a un gobernador regional y quitarle un objeto específico no era una tarea sencilla, pero siempre que tuvieran el momento adecuado, podrían hacerlo sin falta.

Sin embargo, los Perros de Caza no eran todopoderosos. Samuel temía una cosa sobre todo: las coincidencias. Uno podía prepararse y lidiar con lo inevitable, pero las coincidencias eran

inevitables. Como un simple hombre, lo mejor que podía hacer era prepararse para todas las contingencias posibles y hacer todo lo posible para tener éxito.

De cualquier manera, nuestra principal prioridad es recuperar el arma de fuego. No podemos fallar.

Su misión era recuperar un arma. No sabían qué tipo de arma era o cómo llegó a este mundo, pero sabían que el Conde Winzer definitivamente tenía un arma de fuego en su poder.

Un revólver normalmente tenía cinco balas. Si era una automática,

mientras no fuera un modelo modificado con un cargador largo o algo así, probablemente tenía algunas docenas de balas. Como arma antipersonal, era toda una amenaza. Por otro lado, su amenaza era bastante limitada. Las armas solo se volvieron peligrosas cuando estaban cargadas con municiones. Ciertamente, aún podrían usarse como armas contundentes incluso sin balas, pero ahí no radicaba su valor.

Por eso las armas de fuego se convirtieron en el arma principal de la guerra moderna. Eran más fuertes que espadas y cuchillos. Sin embargo, eso solo se aplicaba si la munición era abundante, barata y fácil de producir. Ningún lugar aquí había alcanzado una tasa de producción que pudiera manejar la producción masiva de balas.

La Organización lo sabía, pero de todos modos envió frenéticamente a los Perros de Caza a recoger esta única arma de fuego. Eso fue porque su objetivo era administrar los estándares tecnológicos de este mundo.

Hay casos reales de esto en el pasado. No puedo culpar a la Organización por estar nervioso.

Samuel pensó en una lección de historia mundial que había tenido en la escuela secundaria. Su escuela no era una institución de alto rango; era mediocre en el mejor de los casos. No era exactamente la escuela delincuente sin ley que se ve en las películas, pero tenía compañeros de clase que habían sido suspendidos o expulsados por posesión de drogas o armas. Algunos de ellos incluso habían muerto antes de que Samuel se graduara.

Esto significaba que muy pocos estudiantes escuchaban en clase.

Y dado que los estudiantes estaban tan desmotivados, los profesores también se mostraban desapasionados con las conferencias. La historia mundial era la única clase en la que eso era diferente. El maestro siguió usando alegorías para atraer el

interés de los estudiantes. Eran una persona un poco peculiar e

idiosincrásica que recorría Japón durante sus vacaciones y visitaba antiguos campos de batalla. A menudo se descarrilaban durante

las conferencias y contaban a la clase historias sobre las particularidades de Japón.

Un día, el maestro les contó cómo los comerciantes de Europa occidental habían introducido el arcabuz en Japón a mediados del siglo XVI. Su barco quedó atrapado en una tormenta y se encontraron en la isla japonesa Tanegashima en la provincia de

Satsuma. Vendieron dos arcabuces al señor de la isla, Tokitaka Tanegashima, quien hizo que sus herreros trabajaran en copiarlos. Después de eso, el arcabuz se convirtió en un arma común en Japón. El Teppouki, un libro de historia que detalla la genealogía de las armas de fuego en Japón, dice que los mercaderes portugueses trajeron el arcabuz a Japón en 1543. Después de eso, el arcabuz se convirtió en una de las principales armas del arsenal japonés, junto con la katana y el arco y flecha.

Existe la teoría de que los mercaderes y piratas japoneses que navegaron cerca de Asia y llegaron al sur de Filipinas trajeron armas de fuego a Japón incluso antes. Si la teoría es creíble, el hecho es que se produjeron grandes cantidades de réplicas del arcabuz durante el período de los Reinos Combatientes en Japón. Se dijo que al final del período, había varios cientos de miles de arcabuces en Japón.

Si se puede confiar en el Teppouki, en solo cincuenta años un solo arcabuz se convirtió en tantas armas de fuego. Es un buen ejemplo de cómo no se sabe qué podría desencadenar una innovación tecnológica.

Quizás todo esto fue simplemente un milagro que ocurrió por coincidencia en el único país que es Japón.

Al mismo tiempo, España y Portugal estaban en la era de los

descubrimientos y exploraban el mundo en busca de riquezas y gloria. Los tratados de Zaragoza y Tordesillas demostraron cuánto poder tenían España y Portugal. Estos tratados farisaicos dibujaron una línea en el mapa del mundo, dividiéndolo en dos para decidir qué país obtuvo qué tierra. Hicieron todo esto sin ninguna consideración por las personas que viven en estas tierras.

Los blancos de la época eran descarados. Las enseñanzas de la Iglesia afirmaban que ellos eran el pueblo superior elegido y bendecido por el Señor. Construyeron enormes galeones para cruzar el mar, decididos a levantar el velo de misterio que se cernía sobre el mundo.

Armados con la tecnología más avanzada de la época, tenían la intención de conquistar el mundo y conquistar todo lo que se

interpusiera en su camino. Tenían barcos poderosos, habilidades de navegación superiores y armas llamadas arcabuces. Otros países ni siquiera sabían qué arma era, al igual que Japón.

Samuel no creía que ningún país en este mundo tuviera las mismas condiciones que Japón en ese momento. Desde la guerra de Onin, Japón había estado en el período de los Reinos

Combatientes, lo que había estimulado la producción de armamento. Esas circunstancias particulares los llevaron a replicar el arcabuz y producirlo en números que coincidían con otros países. Eso podría suceder aquí también.

Aún así, dudo que la gente aquí pueda hacer las mismas cosas que los japoneses del período de los Reinos Combatientes. Las armas que llegaron aquí fueron revólveres y rifles automáticos, y su estructura es mucho más complicada que el arcabuz.

Con toda honestidad, Samuel no sabía si era posible que produjeran en masa estas armas de fuego. Algunas personas podrían llamarlo racista por pensar así. Y es cierto que despreciaba a la gente de este mundo, llamándolos bárbaros incultos. Pero eso no quería decir que estaba subestimando sus habilidades. Las batallas que había librado en Afganistán le habían enseñado muy bien a no subestimar a sus enemigos. La gente aquí puede ser tecnológicamente inferior a la de Rearth, pero para ser justos, sería un error asumir que es completamente imposible para ellos replicar un arma de fuego.

Dicho esto, si la Organización realmente no subestima a la gente de este mundo,

desearía que nos permitiera usar las armas de fuego que tenemos.

La guerra moderna se construyó en torno al uso de armas de fuego. También incluía cuchillos, técnicas de artes marciales con

las manos desnudas y la bayoneta de un arma, pero las armas de

fuego eran los jugadores principales. En los campos de batalla donde el uso de armas de fuego no estaba restringido, se esperaba que tanto los aliados como los enemigos portaran armas. El combate cuerpo a cuerpo se limitaba a los casos en los que uno no podía usar un arma de fuego, como si hubiera perdido su arma o se hubiera quedado sin balas.

En este momento, Samuel y sus subordinados no estaban equipados con armas o explosivos como C4. Todo lo que tenían eran cuchillos y espadas.

Las espadas y las lanzas son obviamente armas útiles, especialmente aquí donde el combate grupal con armas anticuadas es la norma. Puedo entender por qué nos prohibirían usar armas para evitar que esa tecnología se filtre. Y nuestro plan funcionaría bien incluso sin ninguno. Fuimos entrenados en tácticas de guerrilla y otras formas de guerra no convencional, por lo que ningún nativo aquí puede igualarnos. Pero…

El nivel cultural en este mundo estaba en algún lugar entre la Edad Media y los primeros tiempos modernos. El análisis de Samuel fue a partes iguales, el desprecio de alguien de otro mundo y el análisis sereno de un soldado.

La guerra moderna no era como las guerras en el período de los Reinos Combatientes de Japón, cuando tenían que establecer una posición en el campo y luchar en formación. La creación de armas de fuego cambió la calidad de la guerra. O mejor dicho, lo hizo el avance de las armas de fuego.

El arcabuz utilizado en el período de los Reinos Combatientes separaba la pólvora de las balas, lo que significaba que los arcos, las espadas y las lanzas todavía tenían un lugar en el campo de batalla. Después de todo, cargar armas de pedernal como el arcabuz requería tiempo y esfuerzo. Uno tenía que usar una varilla llamada palo de cántaro para insertar la pólvora en el cañón y luego insertar la bala. Además de eso, la calidad tanto del metal como de la pólvora era mala y el alcance efectivo del arma era relativamente limitado. De todos modos, tenían un alcance mayor que los arcos, y el atronador estallido de la explosión de la pólvora sacudió y desmoralizó al enemigo. Como resultado, el arcabuz pronto se volvió bastante omnipresente.

Un factor importante detrás de eso fue que las armas de fuego eran mucho más fáciles de usar que las espadas o las lanzas. En ese momento, los guerreros y los caballeros eran soldados de carrera, pero la mayor parte del ejército estaba formado por reclutas.

La mayoría de esos reclutas trabajaban en profesiones no relacionadas con asuntos militares. Enseñarles cómo empuñar una espada o preparar un arco fue difícil. El manejo de armas, sin embargo, era mucho más simple en comparación. Todo lo que había que hacer era cargar una bala y luego apretar el gatillo.

Por supuesto, cualquiera podía apuntar y disparar, pero acertar era un asunto completamente diferente. Disparar con precisión a un objetivo no era tan simple como podría parecer. No obstante, la facilidad de apretar un gatillo de alguna manera aligeró la carga de la culpa por matar al enemigo, y entrenar a los soldados para usar armas fue más fácil que enseñarles a usar arcos y espadas.

Pero el mayor beneficio fue que cualquier persona podía usar armas, sin distinción de género o físico. Usar una espada o un arco requería fuerza muscular, por lo que las personas con físicos más grandes tenían una ventaja. Los hombres como Samuel eran más preferidos que las mujeres. No se trataba tanto de una cuestión de discriminación, sino de la diferencia física fundamental entre hombres y mujeres. Sin embargo, nada de eso fue un problema con las armas. Mientras uno pudiera apuntar y disparar, eso era todo lo que se necesitaba. A un niño le costaría matar a un hombre con una espada o un arco, pero incluso un bebé podría matar a un adulto con un arma de fuego.

A pesar de la singularidad de la pistola entre las armas, la historia mundial revela que, desde la invención del arma de fuego, los países de todo el mundo la han tratado de forma muy similar a un arco o una espada. Esto se debía a que los cañones de la época estaban construidos de tal manera que, tras efectuar el primer disparo, había que limpiar el cañón y luego cargarlo con más pólvora y balas para volver a disparar. Por no hablar de que las armas eran caras, y la pólvora y las balas también requerían tiempo y dinero para su producción.

En los Estados Unidos de hoy en día, uno puede comprar una bala producida en serie por tan sólo un dólar. Pero antes de la

Revolución Industrial, cada bala tenía que hacerse a mano en un taller. Las pistolas no podían ser un arma primaria como lo son hoy. Además, su estrategia consistía en acortar la distancia utilizando armas a distancia como arcos y pistolas, y luego decidir la batalla mediante ataques cuerpo a cuerpo.

Estos fueron los antecedentes de la invención de la bayoneta.

Pero todo cambió cuando un genio entró en escena. A mediados del siglo XIX, Alfred Bernhard Nobel inventó un detonador inflamable llamado dinamita. Esto llevó a la invención del cartucho, una forma de munición que unificaba el proyectil y la pólvora. Esto hizo que se pudiera disparar y cargar con facilidad. Después de pasar por tantos desarrollos y modificaciones, las pistolas tenían una ventaja abrumadora sobre las espadas y los arcos.

A ese profesor le encantaba hablar de la Guerra de la Independencia, del Salvaje Oeste y del período de los Estados en Guerra de Japón.

En aquel momento, las lecciones de aquel profesor le habían parecido aburridas, pero ahora Samuel deseaba haber escuchado con más seriedad.

Es irónico. Sólo después de ser convocado aquí vi lo bendecido que fui en aquel

entonces. Tener el tiempo libre para estudiar…

Las cosas que había aprendido entonces le habían ayudado a sobrevivir después de ser convocado. Los conocimientos básicos que había adquirido en la escuela primaria y secundaria eran especialmente prácticos.

La sensación de que alguien se acercaba por detrás sacó a Samuel de sus pensamientos.

“¿Está terminado el chequeo?” Samuel preguntó a la figura sin volverse a mirarlo. Era uno de sus camaradas de los días oscuros que había pasado en Afganistán. Samuel reconocería su presencia con facilidad.

“Sí, Capitán Kinkaid. No hay problemas que se interpongan en nuestro camino. Podemos partir cuando usted dé la orden”.

Samuel asintió. “Entendido. Pero no podemos movernos todavía”.

El hombre que estaba detrás de él vaciló un poco. “¿Todavía no hemos recibido la señal?”, preguntó.

“No, todavía no”, respondió Samuel, mirando en dirección a Galatia. Es la oportunidad perfecta, pero la pregunta es cuándo recibiremos la señal para entrar.

Samuel había recibido órdenes de atacar la finca del Conde

Winzer hacía varios días. Él y su unidad habían estado en plena labor mercenaria en los reinos del sur, así que fueron elegidos para la tarea porque estaban cerca de la ciudad. Unos días después, se reagruparon con los refuerzos de la Organización y elaboraron el plan de ataque para esta noche.

Tenemos todo nuestro equipo, y tenemos la suerte de tener una noche tan oscura. Y justo cuando nos preparamos para la salida, recibimos la orden de permanecer en espera.

Era, en una palabra, tentador.

Pero si, como ella dijo, esta orden vino de él, realmente no hay mucho que podamos hacer.

La imagen de una mujer de ojos azules y pelo largo y plateado pasó por la mente de Samuel. Era una mujer muy hermosa, pero no una con la que Samuel quisiera involucrarse. Era un verdadero y puro guerrero que siempre luchaba en el frente. Se enorgullecía de sí mismo y de su capacidad para sobrevivir a la guerra. Esa mujer era todo lo contrario a él. Su papel era permanecer envuelta en la oscuridad, intimidando y extorsionando constantemente a la gente. Ese era su trabajo como oficial de inteligencia, pero

igualmente, Samuel quería tener el menor contacto posible con ella.

Desafortunadamente para él, no tenía otra opción. Ella era su superior en la Organización. Y Samuel tampoco era un miembro de bajo rango. Como oficial superior de los Perros de Caza, tenía la máxima autoridad como comandante en el campo. Estaba a cargo tanto de su unidad personal como de una fuerza de reserva de aproximadamente cien hombres. Ella estaba dos rangos por encima de Samuel. Si Samuel fuera coronel, ella sería general de división. Ella era, de hecho, la comandante suprema de los Perros de Caza. Pero ella siempre se quedó atrás, manipulando a la gente desde las sombras, y él no se atrevía a desafiarla.

Sin embargo, esta vez, en lugar de quedarse atrás como siempre, se había metido en esta operación personalmente. Sólo ese hecho había alertado a Samuel de que algo era diferente en esta situación.

Sí, algo está fuera de lugar en esto.

Se había infiltrado en Galatia por su cuenta. Si entraba en las murallas de forma segura, podía decidir qué camino seguiría la operación.

Todo esto es asumiendo que esa persona realmente regresó, sin embargo.

Hace más o menos un año, un rumor se había extendido entre la Organización, un rumor sobre cierto hombre. El propio Samuel dudaba de su validez, dado lo absurdo que era.

El regreso de un héroe…

Samuel nunca había oído hablar del hombre de ese rumor. Había desaparecido en el intersticio del espacio-tiempo hacía cincuenta años. Pero sus logros no se habían desvanecido en el tiempo transcurrido. En todo caso, se habían vuelto más vibrantes. Al fin y al cabo, fue una pieza clave en la fundación de la Organización.

Pero de cualquier manera, esto significaba que las manos de Samuel estaban atadas.

¿Obtenemos el visto bueno o nos van a decir que está cancelado? Solo puedo esperar que no tengamos más irregularidades en esta operación.

Samuel rezó en silencio, mirando el oscuro cielo cubierto por una cortina de pesadas nubes que ocultaban la luna y las estrellas.