Wortenia Senki (NL)

Volumen 14

Extra: El Sueño de Veronica Kozlova

Una vez concluida su reunión con Koichiro, Verónica fijó su mirada en la espalda de Zheng Motoku mientras éste la conducía por el pasillo hasta una habitación del Mars Pavilion.

Nada ha cambiado. Él es el mismo que era esa noche que pasamos juntos.

A simple vista, el cuerpo de Motoku parecía extremadamente delgado, pero Verónica sabía que bajo su uniforme de mayordomo había músculos tan duros como el acero.

Había habido un momento en sus vidas en el que los dos hacían el amor con frecuencia. No había un centímetro del cuerpo de Motoku que los pálidos dedos de Verónica no hubieran tocado, y lo mismo podía decirse de Motoku y su cuerpo. El mejor recuerdo de Verónica fue cuando se alojaron en una posada y vieron una lluvia de meteoritos desde la orilla de un lago. Sólo recordar los dulces momentos de esa noche era suficiente para hacerla enrojecer.

¿Estoy siendo demasiado emocional?

Verónica se sintió un poco disgustada consigo misma. Ya no era una jovencita ahogada en sueños románticos. Sin embargo, nadie podía culparla por esas emociones. Después de todo, había sido agente de la SVR y había trabajado con los servicios de inteligencia, encontrando a menudo todo tipo de secretos de Estado. Por ello, tenía que ser muy prudente a la hora de entablar relaciones sentimentales.

“Trampa de miel” era la palabra utilizada para describir a un agente femenino que seducía a un objetivo masculino para sacarle información. Sin embargo, la seducción no se limitaba a las mujeres. Si el término se aplicaba sólo a las mujeres, ciertamente había casos en los que los operativos masculinos seducían a objetivos femeninos para obtener información. Por esta razón, cualquier persona afiliada a una agencia de inteligencia era entrenada para evitar ser presa de tales tácticas. El entrenamiento también le daba a uno un ojo agudo para evaluar a las personas. Durante el tiempo que Verónica trabajó en la SVR, no había tenido ningún amante del que hablar. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya tenido ninguna relación. Era una mujer hermosa y los hombres acudían a ella como abejas al néctar. Pero pasar tiempo con los hombres y entablar una relación con uno es muy diferente.

Todo se reducía a si una deseaba casarse y tener hijos con esa persona. Cuando vivía en su antiguo mundo, Verónica nunca había conocido a un hombre que le hiciera desear ese compromiso.

Pero si es con Motoku…

A Verónica le costaría detallar en qué se diferenciaba Zheng Motoku de los demás hombres, pero podía decir con certeza que definitivamente había algo en él que lo diferenciaba de cualquier otro hombre vivo. Ese “algo” le mostraba a Verónica un sueño que una vez había desechado: una vida tranquila junto a un marido querido, rodeados de sus hijos.

Sin embargo, ese sueño nunca pudo hacerse realidad.

Él es la única felicidad que he sentido al ser convocada a este mundo.

Algunas personas nunca conocieron al amor de su vida, así que, en comparación con ellos, Verónica era afortunada y privilegiada. Sin embargo, ser arrastrado a este mundo era lo mismo que ser arrojado al infierno, especialmente para Motoku y Verónica, dos figuras de mando en la organización que manipulaba el continente occidental desde las sombras. Dada su posición, lo máximo que podían hacer era reunirse en la oscuridad de la noche para una cita secreta. Nunca podrían casarse.

“¿Qué pasa, Verónica? ¿Tienes algo en mente?”

Motoku, que iba delante, se había detenido en algún momento y se había vuelto para mirarla. Habían llegado a su destino: la gruesa puerta de roble que tenían delante.

“No es nada, Motoku”, dijo ella, sacudiendo la cabeza. “Vamos, entonces”.

Verónica se mordió la lengua, sabiendo que decirle a Motoku lo que sentía sólo le causaría problemas innecesarios.

-FIN DEL VOLUMEN 14-