Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 6

Capítulo 79: El Ex-Señor Demonio Se Lanza Hacia Adelante

Después del ataque a la frontera, Ireena y yo decidimos regresar al pueblo por el momento. Unos días después… Olivia decidió pasar y visitarnos durante nuestras vacaciones de verano.

Allí, en mi puerta, tenía su expresión amarga habitual.

“Lo primero es lo primero… Elrado se presentó a la escuela de verano”. “Oh. De ninguna manera. Eso me hace feliz de escuchar”.

La escuela de verano era para estudiantes que tenían que tomar una licencia durante el año escolar y les permitía recuperar los créditos perdidos. Elrado debió haber decidido que no iba a suspender. Ahora esperaba el nuevo año escolar incluso más que antes.

Sin embargo, las buenas nuevas no fueron lo único que Olivia trajo consigo.

“La reina te ha convocado para discutir la batalla del otro día”. “¿Para conferirme otra medalla?”

“No. Es una hazaña digna de reconocimiento nacional, pero todavía estamos en el meollo de la misma. Ni siquiera podemos permitirnos un segundo para felicitarlo”. Ella se encogió de hombros. “La reina y yo vamos a tener una reunión con los otros aristócratas influyentes. Únete a nosotros.”

“Okay. … ¿Ireena también puede asistir?” No tuve el corazón para dejarla en el pueblo.

Olivia asintió en silencio, y los tres estuvimos en su carruaje en poco tiempo, rumbo a la capital real. Al llegar, nos dirigimos directamente al castillo. Junto a Olivia e Ireena, recorrí sus vastos pasillos y entré en la sala de reuniones.

“¡Oh! ¡Has venido! ¡Estuviste muy espléndido en esta última batalla, Ard!” La reina Rosa me prodigó elogios desde su asiento de honor en la mesa redonda. Acomodado a su lado estaba el primer ministro Valdr, quien me miró en silencio.

Por lo general, esto era cuando hacía un comentario mordaz o me regañaba de alguna manera… pero el incidente en Megatholium debe haber cambiado su opinión sobre mí. Finalmente se dio la vuelta y se concentró en los dos frente a él… Duque Gerald y su hijo, Elrado.

“No esperaría menos de los Spencer”, dijo Valdr. “Cualquier otra familia habría fracasado estrepitosamente, pero tú nos has llevado a la victoria. Es una hazaña digna del más alto honor”.

Estaba tratando de recalcar a los otros aristócratas que el duque debía agradecer todo esto. Parecía que estaba ocultando mis contribuciones debajo de la alfombra… pero eso no era exactamente exacto. Esta era la forma en que Valdr me ayudaba. Si un plebeyo se destacaba, terminaría en la lista de vigilancia de los aristócratas. Sintieron la necesidad de martillar cualquier cosa que sobresaliera en su lugar.

Valdr debe haber estado tratando de salvarme de eso. Presentes en la reunión, Elrado, Ginny y Sharon no dijeron nada, aparentemente todos en la misma página. Ireena, Olivia y yo nos unimos cuando la reunión comenzaba a decidir nuestros próximos pasos.

La reina Rosa hizo rodar la pelota. “Incluso el enemigo entiende cómo ocurrió esta batalla. Aunque han sido derrotados… Asylas se niega a negociar o retractarse de su declaración de guerra. Nuestro enemigo tiene la intención de luchar hasta el final”. Nos miró a todos y presionó un dedo delgado contra la mesa. “Le estoy pidiendo su opinión sobre cómo proceder”.

Esto era serio. Dirigiría el destino de la nación. No podían simplemente decir nada.

Un noble anciano levantó la mano. Este hombre era el jefe de un marqués de larga data. Sus ojos inteligentes se entrecerraron. “Un pacto de no agresión puede ser prudente”.

“¿Oh? ¿Qué te hace pensar eso?”

“No creo que este sea un caso en el que Asylas sea imprudente. Incluso su rey salvaje no actuaría tan tontamente”.

Rosa asintió con la cabeza… pero Valdr parecía en conflicto mientras jugueteaba con su barba. Habló.

“… Tengo algunas dudas al respecto”.

“Hmph. ¿Quieres decir que crees que Asylas se ha vuelto loco?”

“Sí. Compartí su sentimiento hasta hace poco, pero después de presenciar su comportamiento en la Reunión de las Cinco Potencias… mi opinión ha cambiado”. Valdr frunció el ceño. “No puedo evitar pensar que sus acciones recientes han sido impulsadas por algún tipo de locura. No sería extraño que se volviera loco”.

…Mmm. Podría trabajar con esa información. Me había encontrado cara a cara con Dread Ben Hurr durante la cumbre, pero me parecía un rey loco.

¿Y si su locura no fuera innata sino algo que había adquirido con el tiempo? Parecía que estábamos mejor asumiendo que había un misterioso titiritero moviendo sus hilos.

El marqués se aclaró la garganta. “Incluso si Asylas ha actuado de manera irresponsable, mi opinión sigue en pie. Quiero un pacto de no agresión”, respondió. “Si el principal autor de este incidente fue o no la facción Anti- Laville encabezada por Megatholium, no sería prudente que actuamos con violencia. Ya hemos establecido que Asylas está listo para la batalla. Y si peleamos en su propio terreno, debo decir que será bastante aleccionador”.

“¿Quieres decir que la violencia solo resultaría en más víctimas?”

“Si su Majestad. Entonces, aunque podría poner al Duque Gerald y las otras familias bajo más presión para defender nuestras fronteras, no debemos contraatacar. Y… tenemos un Apóstol Legendario de nuestro lado”, respondió el marqués, volviendo su mirada hacia Olivia.

Supongo que se sintió aliviada de que no hubiera nadie de la Orden del Lobo Negro alrededor. Estarían totalmente en contra de que su dios viviente fuera enviado al campo de batalla para proteger su país. Sin embargo, al ver que los participantes aquí eran no religiosos o seguidores de Verda, todos la miraron con esperanza.

Olivia se cruzó de brazos y suspiró. “Soy básicamente uno de los gobernantes de la nación en este momento, así que supongo que tengo el deber de cumplir con sus expectativas. Pero no puedo ayudarte en este momento. Tengo otras cosas de las que ocuparme”.

Cabezas inclinadas en la sala de reuniones. Yo no era diferente. ¿Qué podría ser tan importante para dejar de lado nuestra situación actual? Tenía que saber la respuesta.

“¿Qué tipo de negocio podría ser ese?” Yo pregunté. “¿Nada relacionado con la papa, confío?”

“Obviamente no. Dar prioridad a las patatas sobre una situación como esta sería… ridículo”.

Oye. ¿Por qué hiciste una pausa? ¿Y por qué estás sudando?

“… No me digas que en realidad se trata de patatas. ¿En un momento como este?”

“Dije que no lo es. Recibí una llamada de Verda. Quiere que le ayude con algún dispositivo mágico en el que está trabajando o algo”.

¿Verda la llamó? … Bueno, esto fue una sorpresa. Nunca imaginé que Olivia daría prioridad a una solicitud de Verda en estas circunstancias.

“Sé lo que estás pensando. Sé que no es propio de mí. Debería ignorarla”. “Entonces, ¿por qué vas?”

“Mis sentidos de soldado están gritando peligro. Por eso decidí ir a ayudarla”.

…Eh. Entonces, eso fue todo.

Su intuición rara vez se equivocaba. Si había algún problema, casi siempre lo sabía. Entonces, si Olivia estaba diciendo que tenía un mal presentimiento, no tuve más remedio que respetar eso. Y los aristócratas no tenían la influencia para detener a un Apóstol Legendario, así que…

“Muy bien. Como casa que protege estas fronteras, me aseguraré de que mis hechos queden registrados en la historia”, afirmó Gerald.

El ambiente en la habitación cambió. Estaba claro que ahora había un curso de acción definitivo.

… Una estrategia defensiva no era necesariamente mala. Laville y Asylas estaban casi igualados en términos de fuerza nacional, aunque teníamos una ligera ventaja. Después de todo, cuando los ejércitos estaban a la par entre sí, el asaltante a menudo se consideraba el más débil. Asumiendo que estaríamos peleando en nuestra tierra, Laville tendría influencia, aunque solo fuera un poco. En condiciones prolongadas, los recursos del atacante se reducirían y ya no podrían continuar la lucha.

Si nos enfocamos en la defensa, eventualmente todo terminaría. Y todos lo sabían.

No hubo ningún problema con este plan, pero… “Yo estoy en contra.”

La atención de todos se volvió hacia mí cuando levanté la mano en silencio. Mis amigos, Ireena, Rosa, Ginny y Elrado, me miraron con buena voluntad… pero la mayoría de los demás fruncieron el ceño, como si advirtieran al plebeyo que se quedara callado.

Aun así, diría mi pieza. “Esperarlos es un plan de acción, pero llevará demasiado tiempo… Más tiempo significa más víctimas, y no puedo soportarlo”.

Su reacción no fue buena, por decir lo menos.

“Tch… Escupir un chorrito infantil de todas las cosas…”

No estaba tratando de parecer infantil. Solo decía que permanecer a la defensiva sería una pérdida de tiempo.

“Si peleo, todo esto terminará en diez días. Lo juro por Dios. Prometo poner fin a esta guerra en ese lapso”.

Ellos se burlaron de mí.

“¡Hah! ¿Crees que puedes hacer eso en diez días?”

“Un hijo de los Grandes Héroes, eh. Supongo que no piensa lo mismo que nosotros, los mortales no iluminados”.

“¿Y exactamente cómo piensa lograrlo? ¿Estás diciendo que entrarás en la nación enemiga y hablarás con ellos directamente?”

Le sonreí al hombre que pronunció esta última declaración. “Bingo.”

Me miraron con escepticismo, pero los participantes que estaban familiarizados conmigo comenzaron a entusiasmarse con la idea, comenzando por Ireena. Los demás me miraron con escrutinio, pensando lo mismo: Ahora no es el momento de bromear. No seas ridículo.

Miré a cada uno de ellos.

“Yo, Ard Meteor, entraré en Asylas y pondré fin a esta guerra”. Para llevar mi punto a casa, hice una declaración audaz.

“Esto no es solo un sueño o una ilusión descabellada. Sé que puede suceder y nadie me disuadirá”.