Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 9: Confundir Objetivo

 

 

“¡Raphtalia!” dije, haciéndole señas con mis ojos.

“¡Lo sé!” respondió ella dentro de los rugidos de los niños. Necesitábamos encargarnos de ellos sin hacer nada… fatal. Raphtalia balanceó su katana hacia el primero de los teriántropos arremetiendo. “Siento mucho esto. ¡Podría doler un poco!” Ella cortó con su hoja a una velocidad increíble, apuntando directamente hacia el líder de los atacantes. Pero el niño shusaku esquivó hábilmente sus intentos de golpearlo. Luego ellos descendieron sobre Raphtalia para desatar una lluvia de violencia.

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“¡Escudo de Ataque Aéreo!” grité, bloqueando los ataques sobre Raphtalia.

“¡No puede ser!” Raphtalia todavía estaba procesando que ellos hubieran esquivado sus ataques. En cuanto a velocidad, Raphtalia definitivamente se veía que podía moverse más rápido, pero ellos aun así habían logrado esquivar su ataque. Me pregunto si esto era debido a los fortalecimientos de las habilidades físicas por sobre depender en las estadísticas. Tal vez algo incorporado a los teriántropos fortalecidos.

“Ellos se mueven tal como Atla y Sadina,” dijo Raphtalia.

“Sí, hacen exactamente lo mismo,” respondí. Sadina pasó mucho tiempo puliendo sus habilidades, pero todavía era impresionante cuando ella esquivaba ataques en su robusta forma de teriántropo de ballena asesina.

“Pero no se vio tan hermoso como cuando Sadina lo hace o Atla lo hacía,” agregó Raphtalia.

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“¡Los shusaku pueden sentir el viento y el fuego instintivamente, Nee-san!” gritó Fohl. Eso tenía sentido—ellos eran sensibles a los movimientos del aire y por lo tanto detectaban los cambios en la presión del aire causados por la katana de Raphtalia y esquivaban acorde. Eso de seguro era algo súper humano. Ciertamente no deberían estar haciendo cosas como esa.

“¡Por aquí! ¡No se olviden de mí! ¡Choque de Tijeras!” gritó R’yne, arremetiendo hacia mi Escudo de Estrella Fugaz junto a uno de los familiares alados de Mamoru. Se escuchó un sonido fuerte. Ella liberó una ráfaga de plumas desde sus alas extendidas que también se estrellaron con mis barreras. Esas alas eran bastante útiles. Había estado esperando que S’yne las aprendiera antes de que algo así sucediera.

Fohl también lo estaba pasando mal, con una mirada de dolor en su rostro mientras luchaba contra los niños atacantes. Aunque él no parecía estar tomándolo muy en serio, ya que los niños que mandaba a volar rápidamente se recuperaban y volvían a atacarlo.

“¡Escudo de Ataque Aéreo! ¡Segundo Escudo! ¡Tercer Escudo!” Mamoru lanzó su propia sucesión de habilidades hacia Fohl, quien había dado un paso fuera del rango protector del Escudo de Estrella Fugaz. Escudos aparecieron en los brazos de Fohl, su espalda, y piernas, tratando de acorralarlo.

“Oye, ¿estás olvidando que yo también soy el Héroe del Escudo? ¡Segundo Escudo, Tercer Escudo!” dije. Moví mis escudos flotantes para darle a Fohl algo de protección, poniendo atención a interferencias de algo como Cambiar Escudo. Con un gruñido, Fohl saltó hacia el costado, tratando de alejarse de los escudos enemigos. En ese mismo instante, Mamoru comenzó a recitar algo de magia.

“¡Espíritus! ¡Mundo! Él Héroe del Escudo les suplica. Entrelacen mi magia opuesta y el poder del héroe. Como la fuente de su poder, el Héroe del Escudo se los implora. ¡Concedan a los demás una fuerza inquebrantable!” comandó Mamoru. Yo nunca antes había escuchado ese encantamiento. Mamoru recitó muy rápidamente, e incluyó frases con las que yo no estaba familiarizado, lo cual quería decir que no podía bloquearla con la Forma del Rasgo de Dragón. Aun así, se sentía similar a la magia que yo había usado en el pasado, pero la forma en que él la recitó era totalmente diferente.

Algo que una vez leí en un libro de magia pasó por mi mente. Hace mucho tiempo en este mundo, había habido una categoría de magia llamada magia ancestral. Era una de esas historias donde una técnica poderosa se había perdido con el tiempo en vez de ser pasada a la próxima generación.

“¡Es mi turno!” dijo la voz de la Dragona Demonio dentro de mi cabeza, y en ese mismo instante un desglose de la magia que había usado Mamoru fue desplegado en mi campo de visión. La Dragona Demonio era muy molesta, como un parásito indeseado dentro de mi escudo, pero tenía que admitirlo, ella podía ser de mucha ayuda en ocasiones como esta. El análisis de la Dragona Demonio fue que Mamoru había usado una magia de aura dirigida que incrementaba todas las estadísticas, magia de héroe de nivel Superior. No podía permitir eso sin alguna clase de respuesta.

“Yo, el Héroe del Escudo, le ordeno al cielo y a la tierra. Libero los lazos de la verdad, los reconecto, y expulso el pus. Poder del Rasgo de Dragón, doy forma al poder al fusionar la magia y el poder de un héroe. La fuente de tu poder, el Héroe del Escudo, ahora te lo ordena. Reconsidera el estado de todas las cosas una vez más y proporciona todo a mis aliados. “¡Aura Superior Total! ¡Aura de Poder Emancipadora Total!” Ahora ambos habíamos recitado auras sobre todos nuestros aliados.

“Oh, miren eso. Recitaste tu magia después de Mamoru, pero se activó al mismo tiempo, lo cual quiere decir que eres un mejor mago,” comentó despreocupadamente R’yne, cortando con sus tijeras. Poderosas ondas de choque comenzaron a golpear mi Escudo de Estrella Fugaz.

“Podría tener algunos trucos de magia bajo la manga,” dije burlonamente. Trucos mágicos como una extraña personalidad abordo que aparecía de la nada y ayudaba. Pero no iba a revelar eso. No quería seguir dependiendo de ella, pero cuando se trataba de reducir el tiempo de recitación, no había razón para no usarla.

“¡Escudo Bumerang!” Mamoru liberó su ataque físico de respaldo. Raphtalia cortó hacia abajo con su katana, tratando de rechazar el escudo. Entonces me di cuenta de que Mamoru estaba sonriendo.

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“¡Raphtalia! ¡No lo hagas!” grité. Ella dejó salir un sonido de confusión. En el mismo instante que grité “Muro de Estrella Fugaz,” Mamoru gritó “¡Cambiar Escudo!” Desplegué un Muro de Estrella Fugaz e intercepté el bumerang en camino. Inmediatamente se convirtió en algo como mi escudo de cuerda y rebotó. El escudo volador también tenía incrustada una esfera conteniendo un líquido misterioso, el cual se esparció sobre la barrera y se endureció. Mamoru hizo un sonido de molestia.

“Ambos somos Héroes del Escudo, ¿cierto? ¿Creíste que no vería a través de eso?” le pregunté. Yo también tenía algunos trucos propios de Cambiar Escudo, pero solo los había realizado usando el Escudo de Ataque Aéreo, y ni siquiera tenía el Escudo Bumerang. Así que no podía hacer lo mismo.

Podría hacer algo similar usando mi Escudo de Disco Volador, pero eso era un poco humillante. Yo principalmente lo usaba para jugar con Gaelion y los demás en la aldea—esa sí que era una forma extrema de usar un disco volador. Pero de todas formas no podía ser usado con Cambiar Escudo.

“Querías sacar del tablero a Raphtalia, pero tendrás que hacerlo mejor que eso,” comenté. Mamoru dejó salir una sonrisa burlona. Incluso si la piedra de sakura del destino eliminaba cualquier habilidad activada, él claramente había estado esperando restringir a Raphtalia usando ese líquido endurecedor. No iba a ser tan fácil.

“¡Entonces solo los abrumaremos!” exclamó Mamoru. Todos sus familiares tomaron una formación defensiva y él comenzó a recitar algo de magia.

“¡Espíritus! ¡Mundo! Él Héroe del Escudo les suplica que rompan estas cadenas. ¡Oh, escuchen nuestra plegaria! Entrelacen mi magia opuesta y el poder del héroe. Como la fuente de su poder, el Héroe del Escudo se los implora. ¡Desgarren a mis oponentes con hojas de aire puro!” gritó Mamoru. Sus familiares estaban piando.

“¡Rafu, rafu, rafu!” dijo Raph-chan.

“¡Dafu, dafu!” agregó Dafu-chan. Ambas comenzaron a usar su propia magia. Una solicitud de magia cooperativa rápidamente apareció en mi campo de visión. Desde que yo comencé a usar magia de nivel Superior, había tenido casos de no ser capaz de usar magia cooperativa efectivamente cada vez.

“Ya veo. Eso de seguro es un problema con el rendimiento de quienes colaboran contigo.

¡Aquí es donde entro yo!” dijo la Dragona Demonio dentro de mi cabeza, ofreciendo una explicación que no pedí y después ayudando con mi recitación. Sentí como si algo que no había estado funcionando por una razón desconocida de pronto había encajado en su lugar.

“Toma dos poderes e imbúyelos con ilusiones para confundir a todos nuestros enemigos, convirtiendo el destino de la derrota en un futuro de victoria… ¡Rasgo de Dragón! ¡Escucha nuestra petición y concédela! ¡Como la fuente de tu poder, nosotros te lo imploramos!

¡Permite que el camino verdadero sea revelado una vez más! ¡Muéstrales a nuestros enemigos ilusiones para confundirlos!” grité.

“¡Rafu, rafu, rafu!” se unió Raph-chan. En el instante que terminamos el encantamiento, un viento comenzó a soplar a nuestro alrededor. La personalidad parasitaria de la Dragona Demonio nos estaba haciendo saber que creía que los familiares de Mamoru estaban tratando de usar magia de viento de ataque.

“¡Mamoru! ¡Por favor, detente!” Cian agarró a Mamoru desde atrás en un intento de detenerlo, pero no lo logró y él liberó la magia de combo.

“¡Corredor Tornado!” gritó Mamoru. Sus familiares instantáneamente liberaron innumerables tornados pequeños.

“¡Nee-san! ¡Cuidado! ¡Golpe Tornado de Ataque Aéreo X!” gritó en respuesta Fohl. “¡Hah! ¡Caída sin fin!” Raphtalia respondió con su propia habilidad, ambos golpeando

los tornados y evitándolos. Ellos fueron capaces de manejar tanto los tornados altamente

cambiantes como los ataques salvajes de los niños.

La magia en realidad fue más débil de lo que esperaba. Parecía que la magia principal de Mamoru se trataba más de impedir los movimientos de sus enemigos que causar daño. Después de todo, ambos éramos Héroes del Escudo—no había forma de evitar ciertas cosas. Sin embargo, el siguiente problema que él iba a enfrentar era una falencia fundamental en su selección de magia.

“¡El Vacío es Forma, Ilusión!” grité.

“¡Rafu!” agregó Raph-chan. Completamos nuestra magia combinada y la liberamos. Podía darme cuenta de que esta era una versión fortalecida del Vacío es Forma que habíamos usado antes. La dirigimos hacia los aliados de Mamoru, los niños, y R’yne.

“Ah, wah… Naofumi, estás jugando sucio…” R’yne puso una mano sobre su frente y se quejó.

“Desafortunadamente para ustedes, yo no puedo usar magia de ataque gracias a este escudo. Incluso mi magia combinada tiende a resultar así,” respondí. Podría no ser tan efectiva contra otros héroes, pero todavía era magia combinada imbuida con el poder de las Raph-chans y mío. Iba a tener algún grado de efecto.

“Mamoru puede atacar, ¿no?” logró decir R’yne. Ella todavía seguía con eso. Ambos éramos Héroes del Escudo, así que no tenía idea de por qué yo no podía luchar—al menos un poco.

Los niños parecían haber perdido su objetivo y ahora estaban rugiendo y perdiendo el control por los alrededores. Lo que en realidad había pasado es que ellos todavía estaban viendo a sus objetivos—nosotros—pero un gran número de nosotros. Este era el poder ilusorio de las Raph-chans.

“¡Todavía no he terminado! ¡Cian! ¡Suéltame!” gritó Mamoru. Cian gritó y después débilmente dijo el nombre de Mamoru mientras él la arrojaba hacia un lado. “¡Ustedes solo conocen a un Héroe del Escudo especializado completamente en la defensa! ¡Así que ahora les voy a mostrar un estilo de lucha que nunca antes han visto!” Mamoru cambió el escudo en su brazo hacia uno completamente negro. Yo nunca había visto uno como ese. Tenía forma de cruz, como una versión oscura del Escudo del Corazón de la Tortuga Espiritual. Pero podía sentir algo desagradable proveniente de él—algo similar a la ira. Tenía un muy mal presentimiento acerca de esto. ¡Definitivamente no era un escudo ordinario!

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 21 Capítulo 9 Novela Ligera

“¡Mamoru! Parece que ahora vas a luchar en serio,” dijo R’yne, preparándose. “Naofumi, es probable que quieras huir.” Ella no parecía ser capaz de moverse, tal vez todavía atrapada por las ilusiones. R’yne no sabía cuáles eran los reales y estaba basando sus acciones en lo que Mamoru estaba haciendo, viendo que él no estaba siendo afectado.

“¡Escudo Guardián! ¡Reacción de Odio!” Mamoru activó otra habilidad. Raphtalia y Fohl fueron afectados por la Reacción de Odio y comenzaron a sacudir sus cabezas una y otra vez para tratar de escapar de ella.

“Es verdaderamente desagradable que sus habilidades sean usadas contra nosotros, Naofumi-sama,” dijo Raphtalia.

“Reacción de Odio es una habilidad que atrae la atención del enemigo, ¿cierto? ¿Qué sucede cuanto te afecta?” pregunté.

“En realidad, incrementa un poco el ataque mientras baja la defensa. También dificulta apartar la mirada de alguien,” dijo Raphtalia. Yo no sabía eso, pero podía notar que cualquier diferencia que estuviera haciendo era menor.

“También puede interrumpir la recitación de magia,” comentó la Dragona Demonio dentro de mi cabeza. ¡Estaría mejor con menos interrupciones como esa!

“Primero necesitamos encargarnos de Mamoru. ¡Raphtalia, Fohl!” grité. Ellos respondieron afirmativamente y saltaron hacia el frente, comenzando a atacar a Mamoru con cada una de sus armas. Ellos estaban usando fuerza vital y blandiendo armas hechas de la piedra de sakura del destino, así que probablemente harían más que solo picar un poco. Aunque estaba seguro de que ellos se contendrían para solo noquearlo.

“¡Hoja Espiritual, Corte de Alma!” Ese fue el ataque de Raphtalia.

“¡Golpe Paralizador de Ataque Aéreo V!” agregó Fohl. Mamoru recibió la katana de Raphtalia con su escudo indestructible y después agarró el brazo de Fohl y lo mandó a volar. Yo parpadeé, sin estar seguro de lo que había pasado. “¡Todavía no estoy derrotado! ¡Lo siento, pero no dejaré pasar esta oportunidad! ¡Palma Residual V!” gritó Fohl mientras se recuperaba de inmediato, cambiando a su propia forma de teriántropo y arremetiendo hacia el frente. Él había formado clones semitransparentes que luchaban a su lado. Ellos parecían ofrecer ataques físicos. Los dos Fohls fantasmas adicionales igualaron los movimientos de Fohl y lanzaron sus ataques de continuación hacia Mamoru. Ese era un ataque bastante conveniente. Recientemente no había esperado mucho de él, pero tal vez tenía que reconsiderar eso. Mamoru se defendió de todos los ataques, pero con poderosos sonidos de impacto. Él estaba dejando fluir su fuerza vital hacia sus pies. Esas técnicas eran las mismas que nosotros usábamos.

“¡Mi turno! ¡Combinación de la Hoja del Destino de los Ocho Trigramas! ¡Formación Uno, Formación Dos, Formación Tres!” Raphtalia estaba justo detrás, haciendo ataques de continuación a la perfección detrás de Fohl. Su selección fue una edición de tres ataques sumamente más poderosa que su Hoja del Destino de los Ocho Trigramas. Un ataque muy sorprendente. La combinación casi se veía como excesiva, pero Mamoru recibió los ataques de Raphtalia con su escudo mientras dejaba a Fohl golpearlo en el cuerpo.

Él gruñó un poco ante eso, y algo de sangre salió de su boca. Tal vez vacilando un poco ante esa reacción, Raphtalia y Fohl retrocedieron de un salto. Yo observaba el desarrollo de la situación, tal vez esperando—de una forma un poco ingenua—que esto sería suficiente para derrotar a Mamoru. Pero aparte de la sangre, nada más cambió.

“¿Eso es todo? ¿Eso es lo mejor que tienen? ¡Si quieren detenerme, es mejor que traten de matarme!” rugió él, provocándonos aún más. Yo volví atrás en mis ideas y miré hacia el escudo de Mamoru. Tenía una gran gema en medio, como el Escudo del Corazón de la Tortuga Espiritual. Pero noté que tenía una luz púrpura sospechosa parpadeando ahí. Tampoco me gustaba mucho eso. El daño que le causamos a Mamoru estaba siendo sanado gradualmente. No sabía si era un efecto del escudo o alguna modificación física que él había realizado en sí mismo en esta extraña instalación, pero definitivamente iba a ser una molestia enfrentar eso.

Habíamos comenzado a luchar, pero también le había hecho una promesa a Cian; no podíamos permitirnos matar a Mamoru. Había estado esperando solo noquearlo, pero cuando pensaba en los enemigos con los que habíamos luchado en el pasado… iba a ser difícil contenerse. Él no era alguien a quien pudiéramos incapacitar al despojarlo de su arma, como habíamos hecho con Takt. Y si bien las armas de piedra de sakura del destino podían anular sus ataques hasta cierto grado, ellas no podían atravesar efectivamente su escudo. Podríamos ser capaces de anular su incremento de poder, pero Mamoru no parecía muy selectivo acerca de la magia en ese aspecto, así que crearía una abertura para que él utilice.

“¡Si no pueden hacer algo mejor que esto, están acabados! ¡Confundir Objetivo!” gritó Mamoru, activando su habilidad para darle órdenes una vez más a los niños sin control—tal vez finalmente perdiendo la paciencia con nosotros. ¡Pero en vez de atacarnos, los niños rugiendo comenzaron a atacarlo a él! Los niños confundidos todavía estaban sufriendo de las ilusiones que habíamos liberado sobre ellos, viendo copias de nosotros a todo su alrededor.

¡Y por lo tanto Mamoru les había ordenado atacarlo a él mismo—su aliado! Todos ellos lo rodearon, pero él soportó todos sus ataques.

Pueden haber perdido toda la razón, o pueden haber entendido lo que estaban haciendo, ya que los niños tenían lágrimas bajando a través de sus mejillas mientras atacaban a Mamoru. Yo miré al igual que mis aliados, cada uno de nosotros horrorizado por lo que estaba sucediendo aquí.

“¿En qué está pensando?” preguntó Raphtalia. Yo también estaba analizando sus acciones, y estaba comenzando a preocuparme. Esto tal vez era algo que solo un Héroe del Escudo podía entender.

“Incluso si tú eres el Héroe del Escudo del futuro, no hay forma… ¡de que conozcas este escudo! Con todo tu sarcasmo, subestimas el peso de ser el Héroe del Escudo. ¡Tú nunca alcanzarás este nivel! ¡Ahora enfrenta su poder!” rugió Mamoru. La luz alrededor de la gema del escudo de Mamoru ahora estaba brillando intensamente, incluso mientras los niños seguían golpeándolo. Ese fue el momento en que finalmente se me acabó la paciencia.

“¡Eres más arrogante de lo que creí!” grité. Él lo hacía sonar como si yo fuera un despreocupado que se burlaba de todo. Puede que haya comenzado a pensar que tal vez no lo había pasado tan mal comparado con lo que habían sufrido Raphtalia, Kiel, e Imiya. Pero aun así había sufrido. Mi irritación comenzó a desbordarse, y perdí el deseo de contenerme contra Mamoru. Ahora que lo pienso, me di cuenta de que Cian nos había traído aquí para presenciar el lado negativo de Mamoru. Eso fue todo lo que pasó. Y aun así ahora todo había estallado en un gran problema.

Necesitamos priorizar qué era lo que estaba planeando Mamoru. Yo había sido una especie de gamer en Japón, y por lo tanto varias opciones se me venían a la mente. Yo además era un Héroe del Escudo. Así que eso me proporcionó con los patrones de ataque más probables que él podría estar usando—incluso si existían ciertos escudos a los que yo no tenía acceso.

“Raphtalia, Fohl. ¡Retrocedan!” grité. Raphtalia sonaba sorprendida. “Nii-san, deberíamos continuar con el ataque,” dijo Fohl.

“Atacarlos entre todos no funcionará ahora contra él. ¡Solo retrocedan!” les dije. Cuando di esa orden, Mamoru liberó un aura siniestra con un grito ensordecedor. El aura envió a los niños a volar lejos de él y eso también canceló sus órdenes de objetivo. Mientras los niños comenzaban a perseguir una vez más las ilusiones que habíamos creado para ellos, Mamoru corrió hacia el frente para defender a R’yne. Después él apuntó su escudo brillando siniestramente en nuestra dirección.

Parecía que una de mis corazonadas había estado en lo correcto.

“¡Fimonoa!” gritó Mamoru. Todos sus familiares tipo ave piaron una vez más, incluyendo a la chica llamada Fitoria. Ella cambió a su forma de ave. Todos se acercaron a Mamoru y extendieron sus alas. Después las alas de las aves también comenzaron a sacar chispas, extendiendo una barrera chispeante a su alrededor—casi como si estuvieran absorbiendo el calor proveniente de Mamoru. Parecía que él estaba usando la energía liberada para reducir el daño a sus aliados. Eso podría ser conveniente.

“Naofumi-sama, esto es… ¿¡lo que creo que es!?” preguntó Raphtalia.

“Sí, Mamoru va a usar alguna clase de ataque especial. ¡Retrocedan!” dije una vez más. No sabíamos qué clase de poderoso ataque iba a liberar, así que tratar de esquivarlo sería arriesgado. De todas formas, no había mucho espacio para moverse dentro de esta estrecha

habitación, así que Mamoru simplemente podía redirigir el ataque incluso si tratábamos de salir del camino.

Yo estaba suponiendo que la habilidad que Mamoru estaba tratando de liberar involucraba acumular poder a través de los ataques que había recibido con el escudo y liberarla después de cargar cierta cantidad de energía—un poderoso ataque especial. De nuevo estaba sintiendo envidia. En términos de los ataques que yo podía usar, dentro de aquellos que no tenían repercusiones severas, la Doncella de Hierro prácticamente era mi única opción, y difícilmente valía la pena. Nunca podría mantener un combate mientras usaba algo como el Sacrificio de Sangre.

Con respecto al Escudo del Odio, la maldición que tenía era demasiado poderosa; tal vez podría usarlo como un escudo flotante, pero si usaba el escudo real, sabía que terminaría tragado por la ira. Mi única opción sería cambiar al Escudo de la Compasión antes de terminar completamente fuera de control. Así de peligroso era el Escudo del Odio luego de ser fortalecido por la Dragona Demonio, incluso después de usar fortalecimientos para bajar sus estadísticas a propósito.

Di un vistazo para ver que un apartado sellado por el Escudo de la Compasión de nuevo estaba activo gracias a la Dragona Demonio—o tal vez por el propio Escudo de la Compasión. Yo había fracasado en superar mi odio completamente, lo cual quería decir que había sido incapaz de desbloquear completamente el poder de la compasión. Eso podría tener sentido. El Escudo del Odio tenía un poderoso contra efecto llamado Llamas Malditas Oscuras S, pero solo podían ser activadas al ser atacado.

Mi envidia surgió una vez más. Ambos éramos Héroes del Escudo, y aun así él tenía acceso a toda clase de ataques.

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“¡Lo siento, pero no me uniré a tu lamentable fiesta!” grité. “¡Cambiar Escudo!” Envié mis dos escudos flotantes hacia Mamoru y sus subordinados, convirtiéndolos en el Escudo del Odio y el Escudo de la Compasión. Había logrado esto antes porque la Dragona Demonio estaba conmigo, así que no podía estar seguro de si funcionaría de nuevo, pero valía la pena intentarlo.

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“¡Rafu!” dijo Raph-chan.

“¡Dafu!” agregó Dafu-chan. Ellas de nuevo estaban sobre mis hombros, y sentí algo similar a cuando había hecho esto con la Dragona Demonio. ¡Las Raph-chans sí que podían ser de utilidad!

“¡Esto acabará con ustedes! ¡Sobrecarga Kármica!” gritó Mamoru. Llamas negras salieron desde su escudo, formando una sola línea parpadeante que vino directamente hacia nosotros. Levanté mi Escudo de Piedra de Sakura del Destino y junté mis escudos flotantes del Odio y de la Compasión para tratar de bloquear el ataque. Inmediatamente gruñí cuando me dio de lleno—¡era poderoso! Había estado esperando redirigirlo hacia un costado, pero era demasiado poderoso como para hacerlo con facilidad. Había recibido el ataque con los Escudos de la Compasión, del Odio, y de la Piedra de Sakura del Destino, y aun así la luz todavía estaba parpadeando alrededor de los bordes para quemar mi piel. Esto era mientras yo estaba usando el Escudo de Piedra de Sakura del Destino, con sus efectos incrementados contra los héroes. El poder puro de este ataque no podía ser subestimado.

“¡Naofumi-sama!” gritó Raphtalia. “¡Nii-san!” gritó Fohl.

“¡Quédense detrás de mí!” les dije. Un ataque de este poder, con el calor que irradiaba, me recordó un momento del pasado—el momento cuando el Fénix se autodestruyó. El momento en que di un paso hacia el frente, para protegerlos a todos, y después Atla había aparecido justo cuando me di cuenta de que yo no iba a ser capaz de lograrlo.





Dejé salir un rugido a través de mis dientes apretados, rogando que el Escudo del Odio y el Escudo de la Compasión fueran suficientes. No podía volver a sufrir una derrota como esa. Defendería a aquellos detrás de mí, sin importar qué. Yo era más fuerte de lo que era en ese entonces… y había jurado protegerlos a todos. Superaría cualquier prueba que tuviera que enfrentar para lograr eso. Si lo que la Dragona Demonio dijo era cierto, que fallar a la hora de superar mi odio estaba conteniendo mi poder, entonces también superaría eso.

Las dos emociones parecían estar luchando entre sí—perdonar a alguien, mientras estabas enojado con ellos, y bañar de odio a mi enemigo que debía ser derrotado, sin lugar para la compasión. ¡Aun así, si ellos me permitirían protegerlos a todos, eso era lo que iba a usar!


Continué con mi rugido, y el Escudo del Odio y el Escudo de la Compasión comenzaron a girar juntos. Blanco y negro… mientras giraban, se acercaron al diseño del Escudo de Piedra de Sakura del Destino y su estilo de yin-yang. Usé el escudo resultante para recibir de lleno el ataque. Todavía gritando, vi que mis escudos flotantes del Odio y de la Compasión finalmente fueron capaces de destruir en pedazos el ataque de Mamoru.

“¿Qué? ¡Imposible! ¿¡Cómo fuiste capaz de bloquear eso!?” gritó sorprendido Mamoru.

La luz negra que él emitió finalmente desapareció.

“Oye, predecesor…” rugí, respirando con dificultad mientras el humo se despejaba. “¡Es mejor que no me subestimes! ¿Qué quisiste decir con el peso de ser el Héroe del Escudo?

¡Patético! ¡Si crees que sufriste, entonces no tienes idea de lo difíciles que pueden ser las cosas!” ¡Era peor que Ren! Si él iba a quejarse de lo difícil que era ser un héroe, no iba a llegar muy lejos en el futuro. Él no tenía idea de la cantidad de mierda que yo había sido obligado a atravesar. Ya había perdido la cuenta. Había más estrellas en el cielo que momentos de dolor que yo había sufrido. Pero cargaba el dolor del Héroe del Escudo, por Raphtalia, por Atla, por todos. ¡No necesitaba sacar mi propia arma maldita y ser parte de este espectáculo patético!

“Mamoru, cuando dijiste que era el fin, ¿a qué te referías? ¿Cuál es el problema? Tienes que dejar de juzgar a las personas tan apresuradamente. Solo da un vistazo a tu alrededor.

¡Vamos!” rugí. Justo detrás de él estaba Cian, tratando desesperadamente de controlar su forma de teriántropo, y a su alrededor estaban los niños fuera de control y R’yne. Además, había muchas otras personas en esta instalación subterránea.

Mamoru todavía se veía sorprendido de que yo hubiera resistido su ataque especial. Si él no comenzaba a mostrar algo de decoro, yo le ordenaría a Raphtalia atacar su preciado tanque en la parte trasera.

“¿Qué clase de héroe eres?” pregunté. “¿Del Arco? ¿De la Espada? ¿De la Lanza? ¿Es esta la mejor forma de luchar para ti?” Mamoru dejó salir un gruñido. Ambos éramos Héroes del Escudo, y había una diferencia en la forma en que luchábamos, pero yo todavía no podía creer que esta era la mejor situación para Mamoru. Si lo era, entonces lo había sobreestimado considerablemente. Si ese resultaba ser el caso, tendría que reportarlo a Natalia.

“Bien… parece que hemos perdido,” dijo R’yne. Ella parecía haberse recuperado de los efectos de la ilusión y se sentó en su lugar con sus manos levantadas.

“¡R’yne, no te rindas!” dijo Mamoru.

“Mamoru, ¿no puedes verlo? Naofumi está teniendo cuidado de no destruir esas cosas preciadas para ti,” respondió R’yne. Ella apuntó hacia el tanque de cultivo en la parte de atrás.

“Por favor, Mamoru… por favor. No sigas luchando…” logró decir Cian, todavía tendida en el suelo, pero de todas formas estirando su mano hacia él.

“Pero… pero…” tartamudeó Mamoru, pero él también dejó su postura de batalla y cambió su escudo. Parecía que la lucha había terminado, al menos por ahora.

“Nii-san cree en ti… y todavía quiere seguir haciéndolo,” dijo Fohl. Mamoru no respondió. “Por favor, dinos lo que está sucediendo. Haremos lo que podamos para ayudar.” Fohl miró hacia el Escudo de la Compasión flotante mientras hablaba. Si el hermano de Atla estaba dispuesto a ir tan lejos, supongo que podía negociar un poco, en el nombre del Escudo de la Compasión.

“Entonces averigüemos los detalles,” dije. “¿Cómo has cambiado? ¿Qué te ha estado consumiendo de esa forma? No desperdicies lo que Cian trató de hacer aquí,” le dije.

“Naofumi-sama, no sea así,” me regañó Raphtalia.

“Nii-san… ¿no puedes ser un poco más gentil?” agregó Fohl. Iba a tener que tomar eso en consideración; aunque esto parecía adecuado para mí. Además, todavía estaba bajo los efectos del Escudo del Odio.

“¡Hah!” resoplé. “Yo solo soy un héroe a medias sarcástico que se toma muy a la ligera sus responsabilidades, ¿no? ¿Entonces qué esperan de mí?”

“Si tuviera que escoger uno, ahora mismo yo diría que usted es el Héroe del Espejo, Naofumi-sama,” dijo gentilmente Raphtalia.

“¿Entonces sí lo entiendes?” respondí. Raphtalia sabía cómo lidiar conmigo, le concedería eso. Sabía que estaba actuando como un niño malhumorado. Pero esa simplemente era mi personalidad. No podía quedarme tranquilo hasta devolver un poco el golpe. Necesitaba decir lo que sentía.

“Bien… R’yne, Cian, todos… lo siento mucho,” dijo Mamoru. Después él comenzó a curar a cada uno de los niños. Lo que sea que estaba haciendo revirtió la transformación de teriántropo, devolviéndolos a la normalidad, pero todavía estaban inconscientes. Luego él regresó a cada niño a su propio tanque de cultivo vacío. “Por favor, ¿pueden ayudar?” preguntó Mamoru. “Si no los ponemos de vuelta en los tanques, les tomará más tiempo recuperarse.”

“Bien,” dije finalmente. Tratar las heridas y la recuperación de la fuerza física eran dos cosas diferentes. La Sanación Superior podía curar las heridas, no la energía. Otras magias podían ser más útiles en ese aspecto, pero al mismo tiempo incrementarían la carga sobre mí. Además, los niños habían estado en medio de ser modificados, lo cual quería decir que darles el tratamiento equivocado simplemente podía arruinarlo todo. Lo mejor sería si Mamoru podía sanarlos con la tecnología que tenía aquí. Ayudamos a llevar a cada uno de los niños en el suelo a sus tanques de cultivo.

“Héroe del Escudo de… Kiel…” logró decir Cian mientras la levantaba. “Aquí estoy,” respondí.

“Mamoru… no es una mala persona… Perdónalo,” logró decir Cian. “Sentimos haberlos atacado… Por favor, perdónalo…”

“Nosotros fuimos… los que tuvimos la culpa,” dijo otro niño. Cada uno de ellos, apenas conscientes, estaba diciendo lo mismo. Eso me golpeó con fuerza. Los niños claramente eran las víctimas aquí, pero todos ellos todavía estaban tratando de proteger a Mamoru. Eso no solo me decía lo querido que era Mamoru—o había sido en algún momento—sino cómo los niños todavía confiaban en él, incluso después de este incidente. Me recordaban a las mujeres que Kyo y Takt habían tenido a su alrededor, pero había una diferencia fundamental.

Esas perras habían dado órdenes. Estos niños estaban suplicando y rogando.

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Las mujeres de Takt nos habían ordenado dejar de golpearlo. Estos niños nos estaban pidiendo, rogando, no castigar a Mamoru. Teníamos que lidiar con esto desde una perspectiva de diálogo. Eso también era lo que Cian había querido.

“Naofumi-sama…” dijo Raphtalia.

“Nii-san…” dijo Fohl. Ambos también estaban ayudando a cargar a los niños mientras tenían miradas de preocupación en sus rostros.

“¡Rafu!” dijo Raph-chan.

“¡Dafu!” dijo Dafu-chan. Las dos linduras también parecían entender la gravedad de la situación, ya que tenían miradas de sentimientos encontrados.

“Mamoru…” Cian regresó a la normalidad de su forma de teriántropo y miró hacia Mamoru.

“Cian, también tenemos que tratarte,” dijo Mamoru, pero Cian sacudió su cabeza.

“Estoy bien… no es necesario.” Cian había usado su poderosa capacidad mental para evitar perder el control. Todos los otros niños lo habían perdido completamente, pero ella no. Esa era prueba suficiente de su increíble fortaleza mental.

“Entonces, una última cosa…” Mamoru operó la terminal y los tanques conteniendo a los niños se llenaron de líquido. Los niños sufriendo rápidamente dejaron de hacerlo, y flotaron en cada uno de sus tanques como si solo estuvieran durmiendo. Todo el dolor de momentos atrás había desaparecido.

“Ahora que hemos acabado con eso,” destaqué, dándome la vuelta hacia las dos personas que no habían terminado lastimadas. “Vamos a escucharlos a ustedes. Mamoru. R’yne.”

“¿Finalmente terminaron de hacer las preguntas?” Me di la vuelta hacia la voz para ver a Holn entrando, como si fuera lo más normal del mundo. “Ah, no se preocupen por la aburrida yo. No tengo intenciones de luchar contra ustedes.” Ella levantó ambas manos para probar su punto.

“¿Por qué no estoy sorprendido de verte aquí? ¿Tú sabías de todo esto?” pregunté. Ella me había dado ese accesorio con forma de hoja porque había esperado este desarrollo.

“Claro que sí. Por supuesto, fue por eso que causé ese alboroto en tu aldea. Eso también fue debido al trauma que carga Mamoru. También fue por eso que te di ese accesorio de hoja.” Considerando lo similar que había sido esto a esa vez, pensé que estaban relacionados. “Esperaba este enfrentamiento, así que quise entrenarte para ello. Ahora, Héroe del Escudo del futuro, escucha lo que tiene que decir Mamoru.” Sacudí mi cabeza. Ella era una maestra de la manipulación. Mamoru frunció el ceño ante la actitud de Holn, pero tomó una gran bocanada de aire y comenzó a hablar.

“La razón por la que nos apartamos tanto del camino…” murmuró él antes de comenzar a compartir los que claramente eran recuerdos dolorosos. “El comienzo fue… cuando Filoria murió, supongo.”

“¿Filoria?” pregunté.

“Sí,” respondió él. Ese nombre me sorprendió—le faltaba una sola letra para ser filorial. Tal vez era el nombre de aquella persona flotando en el tanque de la parte trasera de la habitación. Tal vez él había imitado las acciones de Rat. Los familiares de Mamoru, ahora convertidos en pequeñas aves, se reunieron sobre sus hombros, piando. Mamoru los acarició gentilmente con una evidente delicadeza.

“Todavía no los he presentado, ¿cierto? Estos son mis familiares, Fimonoa, Fijia, y Fitoria. Filoria fue quien les puso esos nombres. Son familiares provenientes de ella,” explicó Mamoru.

“¡Rafu!” dijo Raph-chan. “¡Dafu!” dijo Dafu-chan.

“A pesar de que ellas no tienen el mismo nivel de consciencia, puede que sean como esos familiares que amas tanto, Naofumi,” dijo Mamoru. Raph-chan se bajó de mi hombro y fue a saludar a Fimonoa y las demás. Eso tenía sentido. Tal como yo había creado a Raph- chan como un familiar a partir del cabello de Raphtalia, Mamoru había creado estos familiares de uno de sus aliados. Mamoru todavía estaba acariciando a sus familiares, sonriendo… pero con una mirada triste en su rostro.

“Ya veo,” dijo Raphtalia, aceptando la situación.

“Filoria era muy especial,” continuó Mamoru. “Ella fue invocada aquí como el Héroe de las Garras desde el mismo mundo del que proviene R’yne.”

Era la historia de la fallecida usuaria de las garras de las armas vasallas y cómo Mamoru había perdido a alguien imposible de reemplazar. Después de que Mamoru fue invocado aquí como el Héroe del Escudo, él comenzó sus actividades en Siltran y más tarde conoció a Filoria, quien había sido invocada aquí para ser el Héroe de las Garras. Filoria al principio había estado sorprendida de ser invocada a otro mundo, pero se adaptó rápidamente y pronto se había convertido en la mano derecha de Mamoru en batalla. Al luchar por una nación tan pequeña y débil como Siltran, Mamoru no había tenido otros aliados. Él había atravesado estos tiempos difíciles combinando su fuerza con la de la chica llamada Filoria.

“Conocí a Mamoru cuando vine a buscar a mi hermana perdida,” dijo R’yne. “Para mí también fue bastante increíble. Mi adorada hermanita de pronto desapareció, y cuando descubrí en dónde estaba… ella era el Héroe de las Garras en un mundo completamente diferente.” Filoria también era la conexión que juntó a R’yne y Mamoru. Filoria había sido invocada aquí desde otro mundo para ser el Héroe de las Garras. El mundo del que ella vino era el mundo de R’yne, y la hermana de Filoria era R’yne… Era una relación bastante compleja. Tal vez era similar a la situación en la que estaba Shildina. Parecía probable que ella no había sido invocada antes porque Shildina había estado en Q’ten Lo, y una vez que se fue, ella había sido invocada al mundo de Kizuna como el Héroe del Ofuda.

“Luchamos por la atención de Filoria por un tiempo, ¿no, R’yne?”

“Eso me trae recuerdos,” respondió R’yne. “A decir verdad, nosotros no comenzamos con el pie derecho.” Ambos parecían estar disfrutando este viaje al lago de los recuerdos. De seguro era un desarrollo interesante. Ellos no se habían visto exactamente como una pareja feliz. Ahora sabía por qué R’yne se estaba quedando en este mundo—para llevarse a casa a su hermana. Tal vez ella incluso iba de un mundo a otro, solo para ver a su hermana de vez en cuando.

“En ese entonces… las cosas eran difíciles, pero todos realmente creíamos que trabajando juntos íbamos a superar cualquier cosa,” continuó Mamoru. El cambio se dio cuando lucharon contra el Suzaku, una de las bestias guardianas. “La batalla tomó lugar cerca de la propia ciudad del castillo de Siltran. Estábamos desesperados por mantener a raya a nuestro enemigo, pero no nos estaba yendo bien… y el Suzaku estaba a punto de atacar a algunos de nuestros aliados que no pudieron escapar a tiempo.” Mamoru había dado un paso al frente para defender a los ciudadanos de Siltran, pero había sido incapaz de detener el poderoso ataque del Suzaku, y esas personas estaban a punto de ser asesinadas.

“En ese momento fue cuando Filoria dio un paso al frente para defenderlos a todos…” dijo R’yne.

“Fue nuestra culpa,” dijo Cian. “Queríamos apoyar a Mamoru, así que nos habíamos escabullido y escondido para ver la batalla.” Parecía que esta chica llamada Filoria había usado su cuerpo para proteger a Cian y los otros niños de la ira del Suzaku. “Filoria nos empujó hacia Mamoru tan fuerte como pudo… y entonces, justo frente a nuestros ojos…” Cian apenas pudo terminar, eventualmente logrando decir que Filoria había sido golpeada por el fuego abrasador del Suzaku y simplemente se convirtió en cenizas.

“Después de eso,” dijo Mamoru, con su voz temblando a causa de los recuerdos que no quería revivir, “de alguna forma, logramos derrotar al Suzaku…” se pausó él. “Yo estaba enamorado de ella. Ella y yo logramos ganarnos la aceptación de R’yne, y después de la batalla contra el Suzaku, estábamos planeando casarnos.”

“Solo un poco más y habría logrado ver a mi hermana en su día de bodas,” dijo R’yne. La felicidad encontrada en el campo de batalla se había convertido en desesperación. Me recordaba tanto a Atla que me dio dolor de cabeza por un momento.

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“Pero la tristeza no iba a terminar la batalla. No iba a terminar las olas,” continuó Mamoru. “No podía permitir que hubiera otra Filoria. ¡No podía permitirme permanecer tan débil! Es por eso que… comencé a buscar más poder.” Parecía que él estaba muy consciente de que se había salido del camino, pero al mismo tiempo no quería perder nunca más a alguien—sin importar lo que tuviera que hacer. Yo había tenido pensamientos similares después de perder a Atla y los demás. “Sin importar lo que tuviera que hacer, sin importar las consecuencias, no me importaba. Para no volver a perder a nadie, para defenderlos a todos, para evitar que alguien más muriera… necesitaba fuerza. Holn comenzó a enseñarme todo tipo de cosas… y yo empecé a usar alquimia para modificarlos a todos.”

“Así es,” intervino Holn. “Yo le he estado enseñando varias cosas.” Todo esto habría sido difícil solo para Mamoru. Pero me pregunto si eso significaba que él lo estaba haciendo por su cuenta, solo dentro del rango que Holn le enseñó, o si Holn solo estaba ayudando a cubrir los errores de Mamoru.

“¿Entonces has estado modificando a los ciudadanos de Siltran para que puedan sobrevivir las futuras batallas?” pregunté.

“Así es,” admitió eventualmente Mamoru. “No quería perder a nadie más. Quería que ellos fueran capaces de enfrentar cualquier posible peligro.” Su voz estaba temblando.

“Nosotros también nos sentimos responsables… así que le pedimos a Mamoru que lo hiciera. Queríamos hacer lo que sea para ayudarlo… queríamos animarlo, de cualquier manera posible,” agregó Cian.

“Eso explica por qué has estado modificando a Cian,” dije. “Pero no te contuviste, ¿o sí?”

“Descubrimos que los materiales de las bestias guardianas—Byakko, Suzaku, Genbu, y Seiryu—incluyendo algunos que recibimos de R’yne y otros mundos—proporcionarían increíbles modificaciones. Así que empezamos a usarlos en los niños. Les tomó un poco de tiempo acostumbrarse a los cambios, pero renacieron como razas nuevas. Sumando el proceso de transformación en bestia, a la cual solo unas pocas razas tenían acceso, debería hacerlos todavía más fuertes.”

“Héroe del Escudo del futuro,” dijo Holn, dando más detalles a la explicación. “Cuando vi los factores de Kiel, entendí lo que estaba ocurriendo. Ustedes tienen todo tipo de razas en el futuro con acceso a las transformaciones de teriántropo, ¿correcto? Creo que probablemente la mayoría de ellas son el resultado del trabajo que Mamoru y la aburrida yo estamos haciendo aquí.”

“Lo cual significa que… todos en este mundo que pueden transformarse en teriántropos tienen los factores que tú y Mamoru introdujeron, ¿y esos factores serán pasados a sus hijos, creando a todos los teriántropos en el futuro?” pregunté.

“Ese probablemente es el caso. Es por eso que dije que no era divertido,” respondió Holn. Así que a esto se refería cuando habló acerca de la molestia de darse cuenta de algo que ella simplemente tenía que hacer. Era como si los resultados de su propia investigación hubieran regresado al pasado para conocerla. Algunas personas terminarían más motivadas al saber los resultados, pero para Holn… ella quería enfrentar lo desconocido, algo sin tener idea de si fallaría o lo lograría, y era por eso que no le gustaba.

Era como apostar para ella. Un juego donde definitivamente ibas a ganar podría ser divertido por un tiempo, pero solo ganar todo el tiempo eventualmente se volvería aburrido. Para alguien que vivía del placer de ganar o perder, eso sería muy aburrido.

“También hay otras cosas, pero no podemos permitirnos perder tanto tiempo. Mejor sigamos con la conversación,” sugirió Holn.

“¿Entonces qué hay de eso?” Apunté hacia la parte trasera de la habitación, hacia el tanque que estaba separado de los tanques de los niños.

“Eso… es mi intento, por cualquier medio… de recuperar a mi Filoria…” dijo Mamoru.

Otro desarrollo increíble asomó su cabeza, pero este también podía entenderlo.

“Entonces mientras estabas realizando tus experimentos en los niños y los ciudadanos de Siltran, también estabas buscando formas de revivir a alguien,” dije.

“Así es. Pero no es fácil. Filoria fue asesinada por una de las bestias guardianas, el Suzaku… lo cual significa que normalmente el Suzaku absorbería su alma y la usaría en la barrera que protege el mundo,” explicó Mamoru. Yo recordaba a Ost diciendo que la Tortuga Espiritual tenía propiedades similares—que aquellos asesinados por las bestias guardianas servían para proteger el mundo. “Pero no podía darme por vencido. Fui capaz de obtener parte del Suzaku… una parte en la que estaba el alma de Filoria, antes de que se fusionara con el mundo.” Parecía que él había obtenido el poder de la barrera. Eso era algo que de seguro haría enfadar al Espíritu del Escudo—tal vez eso mismo fue lo que hizo que viniera Natalia. Si nosotros tuviéramos acceso a esa técnica que usaron los enemigos jurados de S’yne—ser capaces de traer a alguien de regreso siempre que tuviéramos su alma— podríamos haber sido capaces de resolver el problema de Mamoru. Aun así, incluso eso podría ser complicado si parte del alma había sido absorbida. “Así que he estado analizando los factores del Suzaku y descubriendo gradualmente cómo traer de vuelta a Filoria antes de que su alma absorbida sea fusionada completamente con el mundo. Por suerte, aquí tenemos algo del material genético de Filoria… en la forma de Fimonoa y las demás,” continuó Mamoru. No pude evitar chasquear mi lengua de la molestia y la frustración.

“Nii-san…” dijo Fohl. Todo esto me estaba haciendo sentir horrible. Era como si esto fuera un destino común del Héroe del Escudo, un horrible rito de iniciación que todos teníamos que atravesar. ¡Perder a un compañero importante con una bestia guardiana! Era como si el mundo se estuviera burlando de nosotros.

“Es casi igual. Parece alguna especie de broma,” dije. “Una horrible coincidencia.” La historia se repetía. Ninguno de nosotros necesitaba eso. “Cian,” dije, logrando aplacar mi irritación.

“¿Qué sucede?” preguntó ella.

“Este realmente es un destino muy extraño,” reflexioné. Cian probablemente era un ancestro de Atla y Fohl. Cian había visto el dolor en mi propio corazón y me había pedido ayudar a convencer a Mamoru para que se detuviera.

Eso todavía podría haber sido mejor para mí. Atla había sido golpeada por el ataque del Fénix, pero ella no había muerto de inmediato. Yo había sido capaz de absorberla con mi escudo, previniendo que el Fénix me la arrebatara y proporcionándome una oportunidad de volver a verla. Pero no podía estar seguro de que no hubiera tomado la misma ruta que Mamoru si mis circunstancias hubieran sido iguales, por ejemplo, si alguien como Raphtalia hubiera sido borrada de la existencia por una bestia guardiana en un acto de sacrificio como Filoria. Me recordaba a cuando Takt nos atacó por primera vez. Si Raphtalia hubiese sido asesinada en ese momento… Eso me hizo estremecer. Incluso aunque veníamos del futuro, no teníamos forma de saber si Mamoru finalmente tendría éxito en revivir a su amada fallecida. Yendo más allá, nosotros no teníamos idea de si el deseo de Cian podría volverse realidad y si Mamoru regresaría a su antiguo ser. Pero eso no me iba a impedir intentarlo. Cian había venido conmigo porque Mamoru estaba demasiado perdido.

“Mamoru. Estás olvidando algo importante,” le dije. “¿Cuál es el método de incremento de poder del escudo? La confianza, ¿cierto? Los ciudadanos de Siltran creen en ti. Es por eso que están ofreciendo sus cuerpos y buscando poder. ¿Qué va a pasar si les pagas mostrando duda y preocupación?” El Héroe del Escudo se hacía más fuerte creyendo en las personas y que ellas creyeran en él. Tomando las expectativas de otros y luchando junto a ellos. Admito que pensé que era algo cursi, pero ahora no me iba a ocultar detrás de eso.

Yo había decidido derrotar a otros que querían lastimarme a mí o a mis amigos y proteger el mundo. Puede que no sea la Dragona Demonio, pero todavía estaba dispuesto a apuntar una poderosa ira hacia mis enemigos.

Cian comenzó a hablar. “Filoria dijo que era extraño que Mamoru siempre estuviera en las líneas frontales. Que su propio mundo estaba sufriendo a causa de las olas, y por lo tanto no podíamos solo dejárselo a los héroes. Pero nosotros éramos débiles… y por lo tanto todo lo que podíamos hacer era huir,” dijo Cian. Era por eso que ella había buscado esta nueva fuerza. Siltran era una pequeña nación que siempre había sido acosada. Proclamó a Mamoru como su héroe y decidió luchar junto a él. “Pero incluso después de incrementar nuestros niveles y habilidades… todavía no podíamos igualar a los peleadores de Piensa y el Héroe del Arco.”

“¿De verdad?” pregunté. En nuestra época, no solo estaba limitado a los aldeanos— prácticamente todos podían volverse fuertes con algo de entrenamiento.

“Sin importar lo mucho que incrementes el nivel de alguien, al final su naturaleza innata va a salir a la luz. Héroe del Escudo del futuro, ¿sabes de lo que estoy hablando?” preguntó Holn. Lo pensé por un momento. Decidí que era mejor referirme a Sadina como un ejemplo, ya que ella tenía los instintos de combate más refinados de mis aliados. En términos de rendimiento en batalla, ella era al menos cinco veces más fuerte que cualquiera en el mismo nivel. Si ella luchaba contra Raphtalia al mismo nivel… estaba seguro de que Sadina ganaría. Sin dudas. Raphtalia y Sadina habían entrenado juntas antes de llegar a este mundo, y Sadina nunca había sudado defendiéndose de la poderosa ráfaga de ataques de Raphtalia. La Anciana del Hengen Muso había dicho que aparte de usar el Estilo Hengen Muso para controlar la fuerza vital, ella no tenía nada que enseñarle a Sadina.

Y esto era contra Raphtalia, quien fue escogida por la katana de las armas vasallas y era excelente en batalla. Kiel e Imiya simplemente no tendrían oportunidad contra ella bajo cualquier circunstancia que pudiera imaginar. Sin importar lo mucho que se esforzaran para alcanzar ese mismo nivel, siempre habría una brecha entre ellas.

En el caso de Siltran, estábamos hablando de ciudadanos del tipo herbívoro casi sin instintos de batalla. Mis aldeanos estaban logrando resultados porque yo los estuve entrenando desde los cimientos, pero no podía asegurar lo que pasaría si ellos luchaban con personas fortalecidas de la misma forma que lo estaba haciendo Mamoru.

“Incluso si usamos el método de incremento de poder del látigo, es difícil alcanzar a aquellos que han sido fortalecidos por un largo periodo de tiempo. Aún peor, tales fortalecimientos prácticamente no son heredados y desaparecerán completamente después de tres generaciones,” agregó Holn. Así que la primera generación era fortalecida por el héroe y obtenía una gran fuerza. La segunda generación era entrenada y criada por la primera, alcanzando un nivel razonable de fuerza. Pero para la tercera generación, alcanzamos un punto donde ellos ni siquiera conocen las dificultades de la primera. Dicen que la riqueza solo dura tres generaciones. Pero ¿quién no querría que una era de paz no durara más tiempo? Podía entender por qué Mamoru había estado modificándolos a todos para hacerlos más fuertes, incluyendo su deseo de paz en sus acciones.

“Mamoru, no había dicho esto, pero déjame decírtelo. Obtener mis respuestas del futuro es muy, muy aburrido. Pero puedo decirte que ellos van a estabilizarse muy pronto. Ya no necesitarán una supervisión permanente,” dijo Holn.

“Ya veo,” respondió finalmente Mamoru. Parecía que no iba a pasar mucho antes de que las cuatro razas principales de Siltvelt nacieran en este mundo.

“Mamoru. ¿Qué diría Filoria si ella pudiera verte ahora? ¿No deberías estar tratando de ser la clase de persona que la haría orgullosa?” le pregunté.

“Eso es gracioso, viniendo de usted, Naofumi-sama. ¡Mire lo que le ha hecho al pobre Ruft!” dijo Raphtalia.

“Nee-san, por favor, no es el momento,” intervino Fohl. Aunque era verdad; yo probablemente no estaba haciendo que Raphtalia se sintiera especialmente orgullosa de mí.

“Dicho eso… Sí creo que Naofumi-sama tiene lo necesario para guiarnos a todos como el Héroe del Escudo. Miren la forma en que buscó a Kiel,” continuó Raphtalia.


“Él puede ser demasiado directo,” dijo Fohl. “Advertírselo es un trabajo difícil.” Miré hacia los tanques de cultivo y los niños flotando dentro de ellos. Todos parecían estar durmiendo plácidamente.

“Éticamente hablando, creo que no tienes nada a tu favor,” dije, “pero en vista del futuro, esta es la única opción posible. Si tienes que beber veneno, ¿por qué no beberte todo el vaso?” Los ciudadanos de Siltran le habían pedido esto a Mamoru, buscando crear los cimientos de una era de paz. Ellos ya habían tomado la decisión de ser más que daño colateral a ser protegido.

Estaba impresionado. A partir de lo que había visto, las subordinadas de los renacidos tendían a no hacer mucho por su cuenta. Eran un montón de perdedoras irresponsables. Ellas además usaban la autoridad que les concedían los renacidos para tratar de hacer las cosas a su manera, lo cual era la razón de que no pudiéramos razonar con ellos. Kizuna también había tenido problemas con ellos en su mundo. Al menos en la situación de Mamoru los ciudadanos de su nación estaban dispuestos a sacrificarse un poco.

“Oye, Mamoru. Nosotros vamos a seguir esforzándonos. No vas a volver a sufrir de esa forma, lo prometo. Así que incluso si no puedes volver a sonreír como lo hacías… puedes apoyarte en nosotros, un poco más de lo que lo haces ahora…” dijo Cian. Mamoru miró hacia el suelo. Ella tenía razón. Mamoru puede haber pensado que confiaba en ellos, que creía en ellos, pero en realidad, no era así. “Tal vez no pueda ser tan fuerte como lo era Filoria, pero… hasta que ella regrese con nosotros, haré todo lo que pueda para ayudarte. Yo quiero ser… tus colmillos, Mamoru.” No estaba seguro de lo que significaría eso para Mamoru. Raphtalia había dicho que quería ser mi espada, y Atla había dicho que quería ser mi escudo. Cian, mientras tanto, quería ser los colmillos de Mamoru—al menos hasta que esta Filoria volviera a la vida.

“Todos… no sé qué decir…” Mamoru cayó de rodillas, llorando, y entonces Cian lo abrazó y también comenzó a llorar.

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