Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 8: Los Problemas del Héroe del Escudo

 

 

Un atisbo de la vida del día a día regresó a la aldea por un tiempo.

La sanación de Raphtalia y la magia de ilusión de Raph-chan ayudaron a tratar el trauma de Kiel, y las simulaciones de batalla con el cerbero también parecían estar teniendo un efecto positivo. Estábamos poniendo en marcha un plan completo que incluía permitir a aquellos que todavía estaban sufriendo considerar la modificación de Holn. Piensa estaba desesperado por aplacar su descontento interno, y no parecía que fueran a hacer algún movimiento en un futuro cercano. Melty y los demás estaban manipulando la situación, de la mejor forma posible. Con Natalia siendo una residente de Siltran por el momento, le dificultaba todavía más a Piensa enviar héroes a la batalla. Solo teníamos que rezar para que no cometieran un error estúpido.


***

 

 

Una noche, cuando habíamos terminado nuestras ventas del día y yo estaba sugiriendo a Raphtalia regresar a la aldea, me di cuenta de que Cian—quien también había estado con nosotros—estaba mirando hacia mí como si quisiera decir algo. Por un momento miré confundido hacia Raphtalia.

“¿Qué sucede?” le pregunté a Cian. No hubo respuesta, y ella solo miró hacia abajo. Tal vez necesitaba hablar de esto con Mamoru.





“¿Qué está pasando?” dijo Kiel, acercándose. Ella el día de hoy había ayudado de nuevo a traer muchos clientes.

“Tú eres el Héroe del Escudo del futuro, ¿cierto?” preguntó finalmente Cian. “Sí,” respondí.

“Igual que Mamoru, ¿cierto?” dijo Cian, buscando una confirmación.

“Es decir, claro—yo soy el Héroe del Escudo. Al menos eso es lo mismo,” le dije.

“¿Y has logrado solucionar el trauma de Kiel?” continuó Cian. Miré hacia Kiel. Parecía que estábamos progresando en esa dirección. No estaba seguro de exactamente cuánto, pero parecía sabio dar una respuesta concisa ahora. Cian tenía algo en mente.

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“Sí,” conformé.

“Eso quiere decir… ¿que también puedes salvar a Mamoru?” preguntó Cian.

“¿Salvarlo?” respondí. De seguro Mamoru era quien estaba salvando Siltran. Entonces recordé algo acerca de todo el asunto de la violación de la seguridad de Holn. Cuando le pregunté si podía lidiar con Holn, él casi había comenzado a hiperventilar como Kiel. Y había sospechado que había algo más ocurriendo, y ahora parecía que Cian conocía la verdad y estaba buscando hacer algo al respecto. Mamoru cuidaba muy bien a estos niños, y ellos eran muy enérgicos y les gustaba ayudar. También habían ayudado mucho con las ventas. Él había forjado una buena relación con ellos. “¿Por qué me estás pidiendo esto a mí?” pregunté. “De seguro estarías mejor pidiéndoselo a Holn o R’yne, ¿no?”

“No creo que ellas puedan ayudar. Ver a Fohl me hizo pensar que solo otro Héroe del Escudo podría hacer algo al respecto,” respondió ella. Parecía estar ocurriendo algo con Fohl, pero él parecía tener problemas para lidiar con ella, sin siquiera saber por qué. “Ahora voy a regresar al castillo. Una vez que caiga la noche, ¿podrías llevar el amuleto que Holn te dio e ir a verme en secreto?” preguntó Cian. Parecía que ella quería mostrarme algo. Cian normalmente no hablaba tanto y era muy tímida—aun así, yo parecía agradarle mucho.

“Claro, supongo que puedo hacerlo,” respondí, todavía un poco inseguro de lo que estaba pasando.

“Gracias. Pero no lleves a muchas personas. Especialmente no a esa persona que se parece a Raphtalia,” dijo Cian.

“¿Te refieres a Natalia?” pregunté. Ella asintió. Me pregunto por qué Natalia en particular sería un problema. Ella parecía tener un grado de inflexibilidad nivel Eclair, así que tal vez era eso.

“Puedes llevar a Fohl y Raphtalia,” continuó Cian. Raphtalia, Fohl, y yo. No estaba seguro de cómo estaba haciendo sus elecciones, pero en cuanto al combate, ese no era un mal grupo.

“¿Rafu?” preguntó Raph-chan.

“Claro. Tú eres buena ocultándote, así que también puedes ir,” respondió Cian, acariciando a Raph-chan mientras se acercaba hacia ella.

“Dafu,” dijo Dafu-chan. Parecía que ella también había recibido el permiso de unirse a nosotros.

“¿Qué hay de mí?” preguntó esperanzadamente Kiel.

“Tú siempre haces mucho ruido, así que definitivamente no. Tampoco lleven filoriales,” dijo Cian, cruzando sus brazos en frente de ella para rechazar completamente a Kiel. Ambas todavía no podían entender todo lo que decía la otra, pero estaban alcanzando un entendimiento mutuo.

¡Pero ella estaba siendo bastante estricta respecto a quién llevar! Este no era un evento donde había restricciones para los miembros de grupo, pero tenía que haber una razón para esto.

“Mmm,” reflexioné.

“Nii-chan, ¿en qué piensas?” preguntó Kiel.

“No sé exactamente qué quiere decirnos Cian, así que esta no es una decisión fácil. Pero, considerando nuestra relación con Mamoru y Siltran, no podemos permitirnos decirle que no,” razoné. Por la forma en que estaba actuando Cian, este parecía ser un problema bastante serio. Sentía que dejaríamos algo importante de lado si lo ignorábamos. Si iba a ser un problema, necesitábamos abordarlo ahora mismo. “Bien,” accedí finalmente. “Te iremos a ver más tarde.”

“Bien. Tengan cuidado con los guardias y sistemas de seguridad. Tienen que asegurarse de no ser vistos, sin importar qué,” destacó Cian.

“Claro, estaremos bien,” dije, de forma un poco despreocupada. Regresamos a la aldea, y después llevé a los aliados de Mamoru de vuelta al castillo para cambiarlos por Melty y los demás. Melty estaba de muy buen humor, ya que la restauración de Siltran iba muy bien.

Después de eso regresamos una vez más a la aldea. Terminamos de cenar, y luego reuní al grupo que Cian había solicitado—Raphtalia, Fohl, las Raph-chans, y yo—y nos colamos a través de las puertas del castillo de Siltran. Raphtalia y las dos linduras tenían magia de ocultamiento, y con nuestro nivel y entrenamiento físico, no fue problema escalar los muros. Bajamos al otro lado y llegamos a nuestra ubicación objetivo, el jardín del castillo, para encontrar a Cian esperando por nosotros.

“Aquí estamos,” dije, manteniendo baja la voz. Los oídos de Cian se levantaron y ella miró en nuestra dirección.

“Esperen. No salgan todavía,” dijo ella, apuntando hacia el muro del castillo mientras Raphtalia estaba a punto de terminar su magia de ocultamiento. Había un buen número de aves volando en círculos fijos sobre los muros del castillo. Que hubiera aves de noche definitivamente estaba fuera de lugar.

“Esos deben ser familiares,” dijo Raphtalia. Entonces la seguridad del castillo también usaba familiares.

“Si ven a alguien, hacen un sonido de alarma. Así es como están configuradas,” dijo Cian.

“Bien. ¿Entonces qué quieres que nosotros hagamos?” pregunté.

“Solo traten de hacer el mínimo de ruido posible. Tengo una muy buena idea de dónde están,” respondió Cian. Si ella podía sentirnos incluso a través de la magia de ocultamiento patentada de Raphtalia, eso quería decir que ella tenía que tener unos sentidos muy sensibles. “Estás ahí, ¿cierto, Fohl?” dijo Cian.

“Así es,” respondió vacilantemente él. Cian no podía verlo, pero aun así estiró su mano para tocar la suya, y después comenzó a caminar. Fohl no parecía muy feliz con esto, pero nosotros la seguimos. Fohl parecía tener alguna clase de problema con Cian. Él cuidó tanto tiempo a Atla que no debería tener problemas con cuidar niños. Me pregunto de qué se trataba.

Avanzamos a través del castillo de Siltran mientras reflexionaba al respecto. Estaba bastante silencioso, considerándolo todo. En la aldea, el alboroto nocturno estaría recién comenzando. Algunos de los aldeanos entrenarían después de la cena, o tomarían un baño, o charlarían con sus amigos acerca de su día. Yo había creído que Mamoru estaría haciendo lo mismo con sus amigos a esta hora del día. Miré a mi alrededor una vez más. Este lugar estaba demasiado tranquilo.

Al pensar en nuestra llegada, me di cuenta de que lo mismo podía ser dicho acerca de la ciudad del castillo de Siltran. Había habido algo de actividad, pero no había parecido que las personas estuvieran disfrutando sus vidas… solo descansando, esperando por algo. Era una sensación extraña. Incluso para una nación pequeña, la cual fácilmente terminaba en medio de un conflicto, parecía haber demasiada tensión en el aire. Casi parecía que estaban mostrando un espectáculo para nosotros, animados cuando estábamos nosotros cerca, pero apagados cuando nadie estaba mirando.

Seguimos caminando a través del castillo.

“Esperen aquí un momento. Por ningún motivo deben hacer ruido más allá de este punto,” nos advirtió Cian. Ella soltó la mano de Fohl y después presionó una parte de la pared que hasta hace solo un momento se había visto como un callejón sin salida. Con un sonido pesado, aparecieron escaleras, dirigiéndose hacia abajo. Esto recientemente se estaba convirtiendo en un patrón, especialmente si esto también era obra de Holn. Ella también había hecho modificaciones al castillo.

Entonces lo que se veía como un monstruo—podría haber sido Chick en una forma ligeramente más desarrollada—sacó su cabeza desde la escalera y miró hacia Cian mientras dejaba salir un sonido.

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“Fijia, buen trabajo vigilando,” dijo Cian. El monstruo llamado Fijia levantó un ala en respuesta. Yo tenía toda clase de preguntas, pero se me había dicho no hacer ruido. El pájaro ya estaba piando lo suficiente.

“Lo sé. Vamos a entrar,” dijo Cian. Siendo apresurada por esta criatura Fijia, Cian comenzó a bajar las escaleras, indicándonos que la siguiéramos. Procedimos a caminar cuidadosamente detrás suyo. Fijia presionó la pared una vez más y la entrada se cerró detrás de nosotros, y luego regresó a su lugar y comenzó a acicalar sus alas. Cian se despidió de Fijia y comenzamos a bajar. A mí todavía me daba curiosidad el ave. Yo nunca antes había visto algo así. Raphtalia parecía estar pensando algo similar y haciéndose las mismas preguntas. Sin embargo, Cian seguía avanzando, aparentemente sin la intención de permitirnos perder el tiempo hablando.

Un momento después, se sintió como si hubiéramos pasado a través de alguna clase de membrana. Miré hacia mis alrededores para ver a Cian dándose la vuelta e indicando la forma de una hoja con sus dedos. Esa era la señal para sacar el accesorio que Holn nos dio. Tal vez era alguna clase de llave para atravesar toda la seguridad. El pasillo mismo era muy parecido al de la base oculta que Holn había creado para sí misma en nuestra aldea, con una secuencia de pasillos y habitaciones. Ella parecía haber empleado mucho tiempo en esta, ya que pasamos varias puertas a lo largo del camino, pero Cian solo las ignoró y continuó. Una de ellas se veía como una celda de prisión, con un agujero para mirar dentro de ella. Miré dentro y vi a alguien que se veía como un teriántropo durmiendo, roncando sonoramente. Eso solo hacía a esto todavía más confuso. Ni siquiera podía diferenciar qué clase de teriántropo era. Se veía como una oveja, pero tenía colmillos y músculos como los de un lobo. Tal vez alguna clase de quimera humana. Aunque era algo extraño de ver aquí—después de todo, todavía estábamos en Siltran.

Seguimos caminando silenciosamente hacia adelante, y entonces Cian se detuvo.

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“Caminen exactamente donde yo lo hago,” nos dijo ella, como murmurando para sí misma, y después avanzó. Puse a las Raph-chans sobre un escudo flotante y seguí a Cian, colocando cuidadosamente cada pie, uno después del otro. Raphtalia y Fohl luego tenían que seguirnos, pero esto iba a ser una verdadera molestia. Decidí cubrir el suelo con un Escudo de Ataque Aéreo y hacerles más fácil avanzar. Activé uno para ellos, y me siguieron justo detrás. Había otra puerta con una abertura, así que también la revisé. Esta vez había un monstruo que se veía como un águila suspendida dentro de uno de esos tanques de cultivo. Era roja, pero de un rojo feroz y ardiente.

“Ahora necesitan agacharse…” dijo Cian, apuntando hacia el frente. Al principio no vi nada de importancia, pero entonces me di cuenta de que había cables delgados suspendidos en el aire. Podría haber tenido efectos de corte, pero eso era inútil en mi contra. Yo simplemente podía pasar a través de ellos, si es que así lo quería. Sin embargo, si estaban conectados a alguna clase de alarma, estábamos acabados. La seguridad aquí era estricta.

Atravesamos las trampas puestas delante de nosotros y seguimos hacia el frente. Eventualmente apareció una niña, que parecía estar en guardia. Ella también se veía familiar. Ella tenía un aire de despreocupación a su alrededor, un cabello color azul pálido… y una mochila en su espalda.

“Buenas noches, Fitoria,” dijo Cian, levantando su mano para saludar. Escuchar ese nombre me hizo volver a mirar de la sorpresa. Ella sí se veía como una versión más joven de la Fitoria que conocíamos. Casi fue suficiente para hacerme soltar un ruido de sorpresa, pero lo contuve. Fitoria pudo haber sentido algo venir de nosotros, ya que ladeó su cabeza hacia un costado y estiró su mano hacia mí. Logré esquivar su mano.

“¿Qué estás haciendo?” preguntó Cian, observando a Fitoria mientras tocaba el aire y miraba a su alrededor con atención.

“Es como… si hubiera algo aquí,” respondió Fitoria.

“¿Como qué? ¿Un hombre invisible? Solo regresa a tu puesto,” dijo despreocupadamente Cian.

“Bien,” accedió Fitoria, aparentemente todavía sospechando mientras se daba la vuelta. Eso estuvo cerca—¡y yo todavía estaba sorprendido de haber encontrado a Fitoria aquí! Esto era más que alguien parecido a ella. Ella tenía plumas en su espalda y todo. Estaba seguro— bastante seguro—de que no estaba equivocado.

Cian estaba pisando fuerte, tal vez tratando de hacer algo más de ruido para cubrirnos a nosotros. Todavía incapaces de hablar de algo, seguimos a Cian. Eventualmente, ella nos llevó a una cierta habitación.

“Hola, Cian. ¿Dónde has estado?” Era Mamoru. Él estaba en la habitación, mirando hacia Cian con una mirada gentil.

“Quería tomar algo de aire fresco, así que salí a caminar en los jardines,” respondió Cian.

“Ya veo. Pero hoy es un día de moldeado, así que necesitas llegar a tiempo,” dijo gentilmente Mamoru. La escena en la habitación nos proporcionó al resto de nosotros una sorpresa mayor que solo habernos encontrado a Fitoria. A la derecha de Mamoru, había incontables tanques de cultivo, y dentro de ellos estaban los niños que Mamoru cuidaba. Ellos tenías los ojos cerrados, como si estuvieran durmiendo. A su izquierda, había un monstruo con forma de ave como el de las escaleras, pero este se veía un poco más humano. Justo en la parte de atrás, había un tanque más grande que los demás, con una solitaria chica flotando en su interior. Ella tenía un rostro parecido al de Fitoria, tal vez mezclado un poco con el de R’yne. Ella también se parecía a S’yne y Filo. Me pregunto quién era.

También me pregunté para qué demonios era todo este lugar. “Oye, Mamoru,” dijo Cian.

“¿Qué sucede?” preguntó Mamoru. Él estaba tratando de guiarla hacia uno de los tanques, y Cian claramente había reunido el valor para hablarle.

“Quiero que regreses a ser el viejo Mamoru,” continuó Cian. “Puedo notar lo triste que estás. Es por eso que queremos volvernos más fuerte y es por eso que te pedimos que nos dieras esta fuerza. Si los experimentos no van bien, entonces podemos pedir la ayuda de alguien más aparte de Holn…” Pero Mamoru sacudió su cabeza, con una expresión inmensamente triste en su rostro.

“Sé lo que tratas de decir,” le respondió Mamoru. “Pero no podemos. Eso no es una opción.” Lo que él dijo, combinado con su tono gentil, creó un ambiente extrañamente tenso. “Este es el momento más importante. Si podemos superarlo, ya nadie tendrá que sufrir. Podemos superar el conflicto… sin tener que hacer ningún sacrificio.” Estaba seguro de haber escuchado un sonido como el de una pieza encajando dentro de mi cabeza. “Hoy vamos a estar practicando la transformación de teriántropo. Entra aquí… yo te ayudaré. Todos están esperando.” Pero Cian sacudió su cabeza.

“Mamoru, no voy a decir que no quiero ser fuerte. No creo que sea algo malo. Pero ¿esto de verdad te hará volver a sonreír como antes? Recientemente solo pareces estar sufriendo más y más…” dijo Cian.

“Está bien, Cian. Solo haz lo que digo,” respondió Mamoru.

“Lo siento, Mamoru. ¡Necesito que pienses en el futuro!” exclamó Cian. Entonces ella miró en nuestra dirección. Mamoru hizo lo mismo, preguntándose qué estaba pasando. Esa parecía ser nuestra señal. Yo asentí hacia Raphtalia e hice que cancelara su ocultamiento.

“Pareces estar realizando algunos experimentos bastante oscuros aquí abajo,” dije sarcásticamente. Mamoru se veía como si hubiese sido golpeado en el estómago.

“¡Cian!” rugió él hacia ella. Pero Cian solo estaba rascando su cara, tan inmutable como un gato puede ser. “¿Qué has hecho? ¡Lo has arruinado todo! ¡Estamos acabados!”

“Exactamente, ¿por qué acabados? ¿Debido a tus experimentos humanos en niños? ¿O porque ahora Natalia va a enterarse de todo esto?” pregunté. Estaba comenzando a ver por qué Natalia había sido enviada aquí desde Q’ten Lo—y no era acerca de Holn saliéndose del camino de un héroe o que el Héroe del Arco estuviera planeando algo horrible. Era porque Mamoru estaba dando pasos sobre aguas que era mejor no tocar como un Héroe del Escudo. Tal vez él había sido corrompido por la Serie Maldita. Cian había dicho algo acerca de regresar a ser el viejo Mamoru. Basándome en lo que había visto en los otros héroes, podía darme cuenta de lo que estaba sucediendo aquí. Por ejemplo, Ren había comenzado con un fuerte sentido de la responsabilidad, pero en muchas formas, había sido demasiado fuerte. Eso le había impedido involucrarse demasiado en los asuntos de los demás, junto con el miedo de empeorar las cosas al involucrarse. Es por eso que él había comenzado solo… o solo con un pequeño grupo de luchadores de élite, personas en las que podía confiar el poder proteger. Al final, a pesar de haber superado la arrogancia derivada de su historial de juegos, cuando lo dejé a cargo de la aldea, la responsabilidad lo había abrumado, dejándolo enfermo en cama.

En el caso de Itsuki, su exagerado sentido de la justicia le había jugado en contra, haciéndolo perder el control, impidiéndole pensar en la situación de los demás y solo seguir lo que creía era su propia justicia. Él al final perdió su individualidad como resultado de un arma maldita. Mientras era tratado para eso, él había tenido tiempo para pensar y madurar, y ahora se había tranquilizado mucho.

Motoyasu… ni siquiera valía la pena considerarlo. Él era el peor del grupo por mucho. Aunque, ahora, tenía que admitir que él además era el que más quería salvar a otras personas, creer en otras personas, el más fuerte. Por supuesto, también había problemas con su enfoque, pero él no esperaba mucho de las personas. De hecho, a Motoyasu solo le importaban Filo y los filoriales y se estaba convirtiendo en un problema para todos.

Incluso yo ahora tenía una personalidad totalmente diferente en comparación a cuando fui invocado. Y Cian quería que Mamoru regresara a cómo había sido antes.

“Este lugar solo ha sido una sorpresa tras otra,” comenté.

“Usted lo ha dicho,” estuvo de acuerdo Raphtalia. “De todo tipo. ¿Puedes por favor explicar todo esto?” le preguntó ella a Mamoru.

“Lo siento, pero eso no es asunto suyo,” respondió él. “¡Incluso si son héroes del futuro!” Alarmas comenzaron a sonar dentro de la instalación, y las puertas detrás de nosotros se abrieron de golpe. R’yne entró y entonces sacudió su cabeza mientras rápidamente se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.

“Miren esto. El gato está fuera de la caja, ¿eh?” dijo R’yne. “¿Tú también estabas en esto?” le pregunté.

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“De una forma indirecta,” respondió R’yne. Ella no se veía muy feliz al respecto, pero tampoco se veía lista para dar un paso al costado, convirtiendo su conjunto de costura en un par de tijeras y sacando sus alas. No parecía que fuéramos a ser capaces de evitar una batalla. “Ustedes definitivamente ayudaron manteniendo la atención de Natalia en Holn.”

“¡La alianza entre nosotros termina aquí!” exclamó Mamoru.

“Tranquilízate. Nosotros solo queremos hablar. ¿Podemos comenzar con eso? Éramos amigos hace solo un momento,” dije. Mamoru había sido muy cooperativo, casi desde el primer momento. Había algo turbio ocurriendo aquí, pero podíamos superarlo.

“¡No puedo detenerme ahora! ¡Todos necesitan esto!” desvarió Mamoru.

“¡Escúchame!” grité en respuesta. Pero Mamoru cambió a un escudo con un aura sospechosa a su alrededor y estaba jugando con algo en su campo de visión. Parecía que después de todo él había tenido algunas armas ocultas—como algo de la Serie Maldita.

Después el líquido de los tanques de cultivo que contenían a los niños comenzó a burbujear. En ese mismo momento, Cian cayó al suelo, agarrándose su pecho. Luego todos los niños comenzaron a transformarse… siguiendo exactamente el mismo proceso que Sadina y Fohl siguieron cuando se transformaron en teriántropos. De inmediato me pude dar cuenta de que esto era algo que se les estaba haciendo en vez de algo que hicieron voluntariamente.

Cian siempre había tenido algunas cosas ligeramente sospechosas a su alrededor. Por ejemplo, la vez en la que ella se movió a una súper velocidad hacia la espalda del ultros y cortó su garganta. Esa clase de comportamiento, casi instintivo, en realidad no concordaba con su nivel y experiencia de combate. Eso quería decir que ella era capaz de apoyarse en alguna clase de instinto especial en batalla. Esa había sido una señal de su modificación humana—ella había sido configurada para usar inconscientemente tales habilidades.

Mientras observaba a Cian convertirse no en un gato, sino en un tigre blanco— exactamente la misma forma que un teriántropo hakuko—mis suposiciones se convirtieron en convicción. Los otros niños también estaban cambiando, en teriántropos shusaku, genmu, y aotatsu.

El Héroe del Escudo anterior a mí había hecho un estupendo trabajo. Una de las cosas que hizo fue actuar como un intermediario para los semi-humanos y los humanos. Yo no sabía exactamente cuándo había sido eso, pero probablemente fue en la época en que Faubrey fue fundado. El nombre Faubrey me sugería que los cuatro héroes habían trabajado juntos para fundar la nación. En cualquier caso, esto definitivamente era algo que ocurrió después del periodo que estábamos visitando actualmente.

También estaba la fundación de la nación de Siltvelt y el afecto que las cuatro razas principales mostraban por él. Pero, en esta época, esas cuatro razas ni siquiera existían. Había algo que me molestaba un poco acerca de los rasgos de las cuatro razas principales de Siltvelt—la pregunta de qué clase de semi-humanos eran exactamente. Yo había conocido a una gran variedad de semi-humanos y teriántropos en mi tiempo aquí. Cada raza tenía rasgos que apuntaban a un solo animal. Raphtalia era una tanuki, Sadina una ballena asesina, Kiel un perro, e Imiya un topo. También había muchos otros, y todos ellos habían sido animales que yo reconocía.

Como excepción dentro de las cuatro razas principales de Siltvelt, era fácil decir tigre blanco para los hakuko, pero algo parecía extraño en eso. Ya había habido enemigos como el Fénix y la Tortuga Espiritual que habían estado arraigados a la mitología china, y los hakuko parecía seguir esa línea—como el mítico tigre blanco byakko. En cuanto a los shusaku, genmu, y aotatsu, también estaba el legendario suzaku, genbu, y seiryu. Pero si seiryu era el dragón, ¿en qué convertía eso a los otros dragones? Tal vez excepciones a la regla. Después de todo, ellos podían incrementar sus números sin intervención. Este era otro mundo, lo cual quería decir que las criaturas de su linaje también podían existir aquí. Había habido kappa en Q’ten Lo y yo ni siquiera había parpadeado—yo ya estaba mucho más allá del punto de preocuparme por tales cosas.

Parecía que mi pensamiento original acerca del tema—que razas que vivían en el mundo de la Espada y la Lanza habían venido a asentarse en Siltvelt después de la fusión de mundos—había sido incorrecto.

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“Fohl,” dije. “¿Qué?” preguntó él.


“Ya he descubierto por qué te sientes extraño cerca de Cian,” le dije. Tenía sentido si ella era su ancestro—por supuesto, de parte de su padre.

“Nii-san… este no es el momento,” respondió Fohl.

“No esperaba menos de Naofumi-sama,” intervino Raphtalia. Cian terminó su transformación con un rugido y miró a su alrededor. La situación no era especialmente prometedora.

“Cian, ¿puedes escucharme?” pregunté, pero ella solo rugió furiosamente hacia mí en respuesta. Parecía una transformación de teriántropo incompleta y fuera de control. Cian claramente estaba tratando de contener su agresión, agarrando su brazo derecho con su mano izquierda con la fuerza suficiente para sacar sangre.


“¡Confundir Objetivo!” dijo Mamoru, apuntando un dedo hacia nosotros. Todos los niños inmediatamente enfocaron su agresión en nosotros y comenzaron a cerrar la brecha. Parecía que incluso si perdieron el control una vez transformados en teriántropos, Mamoru tenía una habilidad que podía usar para hacerlos atacar a un objetivo en específico. “¡Vamos, Fimonoa!” Con ese grito, las aves de tres alas que habíamos visto de camino aquí aparecieron a su alrededor. Entonces me di cuenta de que ellas eran—familiares. Así que él tenía una habilidad para invocarlas, igual que yo con Raph-chan.

Miré a mi alrededor, descubriendo que estábamos rodeados por los aliados de Mamoru. “¡Escudo de Estrella Fugaz, Escudo de Ataque Aéreo Flotante, Segundo Escudo

Flotante!” Invoqué algunas barreras y desplegué algunos escudos, solo en caso de que

fuéramos atacados. La pregunta ahora era, ¿cómo demonios íbamos a salir de esta situación? “¿Naofumi-sama?” preguntó Raphtalia, queriendo saber qué hacer.

“Nii-san,” dijo Fohl, esperando lo mismo, incluso mientras ambos se preparaban para lo peor.

“Mamoru, ¿de verdad quieres luchar contra nosotros?” le pregunté. Yo no veía ninguna razón para seguir adelante con esto. Las circunstancias parecían diferentes que con los renacidos, y se sentía más como si él hubiera perdido el control porque sus secretos habían sido expuestos.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 21 Capítulo 8 Novela Ligera

 

“¡Dafu!” dijo Dafu-chan, subiéndose a mi hombro y haciendo gestos agresivos hacia Mamoru. Raph-chan también estaba sobre el hombro de Raphtalia, advirtiendo a los supuestos atacantes.

“Por supuesto,” respondió Mamoru. “Ustedes ya lo saben todo.”

“Hah. Mamoru, estás olvidando algo importante,” dije. “Has estado demasiado preocupado de Natalia… pero ¿de verdad crees que Raphtalia es más débil?” Ciertas cosas pueden haberse perdido a lo largo del camino, pero Raphtalia todavía era la Emperatriz Celestial del futuro. Sin mencionar que, él tenía que saber que nosotros teníamos una piedra de sakura del destino. Entendiendo perfectamente lo que yo estaba haciendo, tanto Raphtalia como Fohl cambiaron sus armas a la Katana y los Guanteletes de Piedra de Sakura del Destino, respectivamente. Estas armas anti-héroes no habían estado disponibles en el mundo de Kizuna, pero parecía que volver en el tiempo no era suficiente para detenerlas.

Con esto, podríamos ganar incluso si las cosas decantaban a disparar habilidades entre nosotros, lo cual quería decir que la experiencia sería un factor decisivo. Podíamos interferir con los modificadores de sus armas, pero el problema eran las estadísticas puras, como aquellas ofrecidas por el método de incremento de poder del látigo que no podían ser anuladas hasta que la barrera de la piedra de sakura del destino estuviera activa. Mamoru obviamente estaba preocupado de que nosotros llegáramos a ese punto.

“No activarán su barrera de pacificador,” dijo Mamoru, levantando su escudo y desplegando algo de un color extraño desde él. Parecía que él tenía contramedidas listas. “Con la preparación adecuada, todavía podemos luchar contra ustedes.” Ellos ya tenían algunas medidas para enfrentar la piedra de sakura del destino—por supuesto que sí, o las cosas no habrían llegado a este punto. Nosotros solo habíamos venido porque Cian lo había pedido, pero terminamos descubriendo algunos horribles secretos.

“Ma, mo… no… no sigas…” logró decir Cian a Mamoru después de controlar sus instintos violentos.

“Todo está bien, Cian. No voy a castigarte por algo como esto. Solo estabas pensando en mí. Todo está bien,” dijo Mamoru, pero había algo así como lástima en sus ojos mientras miraba hacia ella. Cian no iba a llegar a él.

O tal vez sí. Tal vez era por eso que se sentía tan lleno de culpa.

Estábamos enfrentando niños teriántropos, quienes se veían listos para atacar en cualquier momento, a los familiares de Mamoru, y la chica que se veía como Fitoria. Detrás de nosotros, bloqueando nuestra ruta de escape, estaba R’yne. No parecía que aquí abajo pudiéramos usar portales, así que incluso escapar significaría abrirnos paso a la fuerza.

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“Nii-san,” dijo una vez más Fohl.

“Fohl, sé que no quieres hacer esto. Yo tampoco quiero. Pero no veo una forma de salir de aquí sin luchar un poco,” le dije.

“Pero…” comenzó a decir él, y en ese momento Mamoru levantó su mano y dio una orden.

“¡Ataquen!”

Íbamos a tener que luchar.

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