Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 3: Trauma por la Ola

“Bien, Kiel… ¿hay algo que quieras decir?” le pregunté.

“Bueno…” comenzó a decir ella. Nos habíamos retirado a una ubicación segura, y después de esperar a que Kiel comenzara a recuperar la compostura, yo había decidido sentarla y preguntarle lo que estaba pasando. Para alcanzar ese punto, requirió que Imiya y Raph-chan la tranquilizaran y que yo preparara una mezcla de hierbas sedantes. Cian, por su parte, estaba sentada dentro del carro, bostezando, como si acabara de terminar un gran trabajo. “Ganamos, ¿no?” continuó finalmente Kiel.

“Ese no es el problema. Estoy más preocupado por la forma tan desquiciada con la que arremetiste hacia ese ultros rosa ámbar,” dije.

“¡Me excedí! ¡Lo siento, Nii-chan!” se quejó Kiel. Yo suspiré. Era evidente que ella estaba tratando de ocultarlo.

“Kiel, si no hablas, entonces más adelante habrá problemas… No debería tener que decirte eso, ¿o sí?” dije.

“Así es, Kiel,” me respaldó Imiya. “No fuiste tú misma en ese momento.” Ella una vez más estaba probando ser muy parecida a Raphtalia. A pesar de que Imiya tenía una voz más suave, ambas se tomaban las cosas muy en serio. Raphtalia podía ser muy intensa, pero eso era debido a mí. Sentía que estaba comenzando a superponer a Imiya y Raphtalia en toda clase de formas.

“Eh… ¡pero Nii-chan! Luché bien, ¿no?” preguntó Kiel.

“Si te refieres a arremeter hacia el enemigo en un estado semi-desquiciado, seguro.

¿Quién sabe lo que habría pasado si Cian no hubiera estado ahí?” respondí. No importaba el nivel al que había llegado Kiel; ella simplemente no era tan resistente como alguien como yo. Si ella recibía un mal golpe, entonces las cosas podrían terminar con más que una simple herida. “Cian, realmente salvaste el trasero de Kiel ahí atrás. Gracias.”

“Kiel lo está pasando peor que yo. Puedo darme cuenta incluso sin entender lo que ella está diciendo. Ella ha sufrido alguna clase de trauma,” respondió Cian. Mamoru me había dicho que Cian había perdido a sus padres en la batalla. Kiel también había sufrido a causa de las olas y los cazadores de esclavos, y aquellas experiencias compartidas probablemente estaban ayudando a unirlas. Recordé que, alrededor del tiempo que comenzamos a restaurar la aldea, Raphtalia había sido la responsable del cuidado mental de Kiel y los demás. Yo había creído que el trabajar todos juntos les había permitido superar esos problemas, pero parecía que algunos todavía permanecían.

“Kiel, tienes que entender lo que ocurrió ahí atrás. En el momento que viste a ese ultros rosa ámbar, simplemente perdiste la calma y arremetiste sin pensarlo,” le dije. Ella solo gimió. Kiel normalmente solo dejaría atrás cualquier trauma del pasado con un estallido de energía. Y este era un problema que potencialmente cualquiera en la aldea podía enfrentar. Incluso si todavía no aparecía, algo podría gatillarlo en el futuro. “Basándome en lo que Raphtalia me dijo…” Recordé lo que ella había dicho. El monstruo jefe de la primera ola, un cerbero, había asesinado no solo a los padres de Raphtalia, sino que a muchos otros aldeanos. Eso quería decir que muy probablemente los aldeanos restantes entrarían en pánico cuando vieran a cualquier tipo de canino con varias cabezas.

“Estoy bien, ¿sí? ¡Bien!” dijo Kiel, todavía tratando de zafarse de esto.

“¿Rafu?” dijo Raph-chan, ladeando su cabeza y sacudiéndola con preocupación en su voz. Kiel pareció asentir en respuesta. “¡Rafu!” Con una nube de humo, Raph-chan activó su magia de ilusión y repentinamente se convirtió en un perro completamente negro de tres cabezas que estaban mirando hacia Kiel. Me pregunto si esta era la misma criatura que había destruido Lurolona durante la primera ola. Tan pronto como Kiel vio a la criatura, sus ojos se abrieron por completo, con su rostro expresando una mezcla de hostilidad y miedo, y comenzó a temblar en el acto.

“¡Rafu!” Raph-chan terminó la transformación y suspiró pesadamente. “Kiel, ¿lo entiendes ahora?” le pregunté tranquilamente.

“Sí, creo que sí,” respondió ella, aparentemente viendo el problema. Por un momento tuve que preguntarme cómo Raph-chan había sabido exactamente en qué convertirse para activar el trauma de Kiel. Tal vez ella solo había tomado la descripción que le había proporcionado Raphtalia.

Dejando eso de lado, me di cuenta de que este podría ser un enorme problema. Si todos en la aldea tenían esta debilidad cuando se trataba de enfrentar a caninos de varias cabezas— lo cual no era muy extraño en un mundo de fantasía—podía crear una gran abertura en nuestras defensas. Algunos de ellos probablemente estaban cerca de superarlo, así que parecía una mala idea volver a sacar el tema. Pero, por otro lado, no teníamos idea de qué podía pasar en el futuro.

“Imiya, tú mantuviste la calma porque no estabas en ese entonces en la aldea, ¿cierto?” le pregunté.

“Así es…” respondió ella. Aunque Imiya igualmente había sido una esclava, así que bien podría tener su propio trauma escondido.

“Si hay algo que creas que puede activar un evento similar para ti, Imiya, por favor házmelo saber. Tenemos que estar preparados para cualquier cosa,” le dije.

“No… no me gustan mucho los soldados de Melromarc, pero estoy bien. Ya lo he superado,” respondió ella.

“Y la razón por la que no te gustan es… Ah, no preguntaré. No hay necesidad de forzarte a recordar algo que no quieres,” le dije. Cuando yo estaba comprando los esclavos de Lurolona, la aldea de Raphtalia, había causado que el precio de ellos subiera hasta las nubes y eso había llevado a que los cazadores de esclavos nos atacaran. Kiel se había defendido, e Imiya también había dado una buena pelea, así que yo había creído que ella ya había superado la peor parte de su trauma.

“No, realmente estoy bien. Ya lo superé, gracias a la ayuda de todos. Además, creo… que podría aligerar la carga sobre mí si hablo de ello,” dijo Imiya, continuando incluso aunque yo le había asegurado que no era necesario. “Los cazadores de esclavos llegaron a mi aldea… y asesinaron a mis padres, justo frente a mis ojos…”

“Ya veo,” logré decir.

“Mi mamá estaba embarazada… Ni siquiera llegué a saber si sería un niño o una niña.

Y los soldados simplemente se rieron mientras ellos…” Imiya finalmente se detuvo.

“No puedo imaginar lo difícil que fue. Hiciste bien en sobrevivir. Eso fue más que suficiente,” le dije. Acaricié un poco la cabeza de Imiya y le di un abrazo. Todos en la aldea normalmente eran tan enérgicos que yo tendía a olvidar que todos tenían estos traumas y heridas en su pasado. Todos ellos habían vivido sus propias dificultades para llegar a este punto—sus vidas fueron más difíciles que la mía. Todo lo que me había pasado a mí fue ser acusado por algo que no hice. Ver a tus padres siendo asesinados en frente de tus ojos, como Imiya… ni siquiera podía imaginarlo.

Me pregunto si pensar de esta forma era un indicador de lo mucho que yo había crecido como persona. No había nada más arrogante que pensar que eras el único que estaba sufriendo. Fue gracias a Raphtalia, Atla… y todos los demás… que yo había logrado recuperarme a tal punto que podía preocuparme por los demás.

“Ah… Héroe del Escudo…” Probablemente ahora la estaba abrazando con demasiada fuerza, ya que Imiya hizo un sonido de vergüenza y se encorvó un poco. “Usted me ayudó a encontrar a mi tío y mis otros parientes, y ahora estoy bien. Ya lo superé,” dijo ella.

“Si ese es el caso, está bien. Si te vuelve a molestar, házmelo saber,” le dije.

“Ahora mismo estoy muy feliz. Esa es la verdad, y es gracias a usted y todos los demás,” respondió ella. Imiya me mostró una sonrisa y se apartó de mis brazos. En ese momento sentí el peso de todo ello abrumándome una vez más. Me había decidido a terminar la lucha, por el bien de todos en la aldea, y ese no era un peso ligero de cargar.

“En cualquier caso, tenemos que preguntarle a cada individuo si quiere tratar de superar su trauma o solo evitarlo,” dije. No había la necesidad de presionarlos para abrir viejas heridas. Yo no era un monstruo. Aquellos con traumas tenían tanto derecho de vivir como cualquier otro. No me importaba si elegían superar o evitar, siempre y cuando les permitiera seguir adelante.

“¡Nii-chan! ¡Ahora lo entiendo! ¡Yo quiero volverme lo suficientemente fuerte como para protegerlos a todos, sin importar lo que pase! ¡Así que voy a superar esto!” dijo Kiel con un ladrido, el cual entonces se convirtió en un interminablemente largo aullido. Parecía que ella estaba lista para el desafío.

“Cian, gracias por todo,” dijo Kiel, ofreciendo su mano con una sonrisa.

“No fue nada…” respondió Cian, todavía de forma un poco tímida. Ella además parecía entender lo que significaba un apretón de manos, ya que lo aceptó gentilmente.

“¡Nii-chan! ¡Creo que nos hemos hecho muy buenas amigas con Cian!” ladró Kiel.

“Sip, eso parece,” dije con una sonrisa. Yo en realidad estaba sorprendido de lo fuerte que era Cian en comparación a lo que había esperado. También lo ligera que era de pies— ella realmente había sido de mucha ayuda. No estaba seguro de cómo reaccionaría Mamoru, pero con el entrenamiento apropiado Cian podía ser realmente poderosa. “De todas formas ya tenemos los materiales e ingredientes que necesitamos… Deberíamos regresar y discutir este problema en casa.”

“Sí… bien,” respondió Imiya. “Me habría gustado extraer algunos minerales más, pero ¿qué opina?”

“Hemos terminado de cazar. Podemos venir y extraer algunos minerales si tenemos tiempo más adelante,” le dije. “Cuando lo hagamos, tal vez traeremos a un grupo de lumos con nosotros—personas que realmente puedan luchar contra uno o dos ultros rosa ámbar sin problemas.” La especie lumo era buena con sus manos y excelente para cavar agujeros; en general eran muy útiles. En un mundo de fantasía normalmente pensarías que los semi- humanos como los enanos serían mejores en cosas como esta, pero los lumos eran tan buenos que ya estaba listo para abandonar esas preconcepciones. En este mundo había verdaderos enanos, pero no muchos; si recuerdo correctamente, el mundo de Kizuna tenía más. Nosotros definitivamente no teníamos ninguno en la aldea.

Regresamos a la aldea cercana, ayudamos con las tiendas, y regresamos a casa.

***

“Ya veo… eso suena terrible,” simpatizó Raphtalia. Habíamos llegado a la aldea después del anochecer, comimos nuestra cena, y yo ahora estaba explicando cómo el trauma de Kiel había reaparecido. Aquellos originarios de Lurolona tenían miradas en sus rostros como si pensaran que podría pasarles a ellos, mientras que todos los demás estaban mirando con miradas gentiles de preocupación.

“Raphtalia, ¿qué hay de ti? ¿Crees que lo mismo podría pasarte?” le pregunté.

“Creo… que estoy bien. Creo,” respondió ella. Nosotros habíamos luchado contra algunos monstruos que entraban en esa categoría—los perros del karma eran los primeros que se me venían a la mente.

“¡Rafu!” Raph-chan decidió usar la misma prueba de fuego, activando magia de ilusión para volver a convertirse en un cerbero. Ella instantáneamente recibió una reacción de la mitad de los esclavos de Lurolona. Miré hacia Raphtalia, y ella estaba frunciendo un poco el ceño mientras miraba hacia Raph-chan, pero no sabía exactamente cómo tomar esa reacción.

“Bien. Algunos ajustes a la ilusión, y podría ser una buena prueba,” dijo Raphtalia. Después ella murmuró algo suavemente para sí misma acerca de que Raph-chan había sacado esta criatura de sus recuerdos. Eso tenía más sentido. Yo tenía mis propios problemas con parásitos como Gaelion y la Dragona Demonio merodeando en mi mente, así que tal vez Raph-chan podía hacer lo mismo con Raphtalia. En cualquier caso, Raphtalia no estaba teniendo una reacción intensa, así que parecía haberlo superado.

“Raphtalia, ¿cómo lo superaste?” le preguntó Kiel a Raphtalia, apegándose a ella. “Hablamos de esto cuando regresamos a la aldea por primera vez, ¿no? Te dije que

superé mi trauma un poco a la vez después de que Naofumi-sama me compró,” respondió

Raphtalia.

“Lo recuerdo… ¡pero creí que yo también lo había superado, y mira lo que pasó! ¡Así que ahora no estoy tan segura!” se quejó Kiel. Raphtalia también tenía una mirada seria en su rostro.

“Es una pregunta difícil,” intervino Ren, con sus brazos cruzados mientras trataba de pensar en una solución.

“Un trauma obtenido en batalla en ocasiones puede ser superado a través del valor,” agregó Fohl. Él tenía experiencia como gladiador y parecía estar pensando en soluciones relacionadas a eso. Pero la diferencia fundamental en la percepción del combate podría dificultar ese enfoque. Incluso si los aldeanos entendían que esto era una lucha para guerreros valientes, eso podría no ofrecer una solución para los problemas en sus mentes. Los hakuko y los guerreros de Siltvelt tenían una clase de coraje vikingo acompañado por músculos donde deberían estar sus cerebros.

“Estuve pensando en esto mientras regresábamos a la aldea,” dije. “Y tengo una propuesta para cualquiera todavía sufriendo de un trauma.” Miré hacia aquellos que levantaron sus manos en respuesta. “No creo que superar esto, como Raphtalia lo ha hecho, sea la respuesta para todos. Quiero que piensen por su cuenta acerca de cómo quieren lidiar con este trauma.” Tenían que haber otros con traumas similares al de Kiel y todos ellos sufrían de síntomas diferentes.

“Nii-chan, ¿qué tal si tratamos de enfrentarlo?” preguntó Kiel.

“El tratamiento probablemente involucrará algo de entrenamiento muy estresante, mezclado con una dosis de drogas,” respondí. Tendría que consultarlo con Rat. No era su especialidad, pero ella probablemente sabría más que yo—y dar un mal tratamiento fácilmente podía tener terminar en el efecto deseado opuesto. “Es como ser acorralado por heridas mentales que creíste estaban sanadas. No tienen que tratar de resolverlas si no quieren, y si es demasiado difícil para ustedes pueden detenerse en el camino. Esta clase de problemas normalmente se resuelven con el paso del tiempo más que nada.” No queríamos causar más daño—o colapsos mentales, para ser honesto. Todos aquellos a los que mi propuesta parecía aplicar comenzaron a pensarlo.

“Oye, Naofumi,” dijo Melty mientras observaba desarrollarse la escena. “Tú tienes tu propio trauma, ¿no? ¿Con los filoriales?” No me quedó más que gruñir. Esa fue una observación dolorosamente astuta. La causa había sido ser pisoteado casi hasta la muerte por una horda de filoriales que Motoyasu había traído a la aldea. A Ruft no había parecido afectarle hasta ahora, pero tan pronto como lo escuchó, su rostro comenzó a verse como esa famosa pintura el grito. Él y yo compartíamos el mismo trauma. Ver a demasiados filoriales juntos todavía era suficiente para causarme un temblor en el ojo.

“Si quieren superarlo o solo dejarlo ser por ahora, tienen que tomar su propia decisión y apegarse a ella,” dije.

“Entiendo,” respondió Kiel. “¡Pero yo quiero superarlo!” Ella levantó su puño hacia el aire con esta declaración. Aunque todavía estaba en su forma de cachorra, así que se veía más linda que determinada… pero eso no era razón para aguar su desfile de la determinación.

“Bien. Pero si tus síntomas parecen ser muy malos, podríamos tener que tomar la decisión de detener el tratamiento. ¿Entiendes?” le pregunté.

“¡No hay problema! ¡Voy a superarlo, ya lo verán!” respondió ella. Muchos de aquellos sufriendo el mismo trauma se unieron a su grito de resolución.

“Lo cual me lleva a ti, Rat. ¿Tienes alguna idea acerca de cuál es el mejor tratamiento para esto?” pregunté.

“Pensé que esto recaería en mí eventualmente,” respondió Rat.

“Por supuesto. Es la oportunidad perfecta para que demuestres lo que puedes hacer. ¿O tal vez debería estar preguntándoselo a tu ancestro, Holn, para probar lo mucho mejor que es que tú?” la provoqué. En ese momento Holn regresó con Mamoru. Ella no se quedaba aquí en la aldea todo el tiempo.

“Tan proactivo como siempre, Archiduque,” dijo irónicamente Rat. “He leído algunos artículos sobre el tema, eso es todo, pero si la alternativa es pedirle ayuda a Holn, entonces puede contar conmigo.”

“¿Eso quiere decir que tienes algunas ideas?” pregunté.

“La terapia de sueño podría ser una buena solución. Si eso no da resultados, intentaremos algo cercano a lo que usted sugirió,” dijo Rat.

“¿Sueño? ¿Te refieres a la hipnosis?” pregunté. Había visto la hipnosis en los mangas; era algo muy usado.

“No exactamente. Estoy hablando de un tratamiento que usa la magia,” respondió Rat. Es decir, dah, por supuesto, ya que estábamos en un mundo mágico. ¿Por qué no habría tratamientos mentales que usen magia? “Involucra principalmente el uso de la magia de ilusión—algo que tenemos en abundancia aquí.”

“Bien.” Miré hacia nuestros principales usuarios de magia de ilusión: Raphtalia, Ruft, y ambas Raph-chans.

“¿Qué necesitas exactamente que hagamos?” Raphtalia levantó su mano y preguntó por todos ellos.

“Básicamente ustedes recitan magia de ilusión sobre la víctima con el trauma mientras duerme y dirigen su sueño hacia el momento que causó dicho trauma. Después preparan un final más apropiado para su pesadilla,” explicó Rat. La magia de ilusión definitivamente era conveniente.

“¿Qué clase de final?” preguntó Raphtalia.

“Tú compartes la misma herida, así que de seguro tienes alguna idea. Lo importante es sanar. La eliminación de los miedos difiere para cada individuo,” dijo Rat. Así que tomar el momento del trauma y guiarlo hacia un mejor final… como derrotar al cerbero, o ser salvado por alguien, o una reunión con los fallecidos… algo así. Entendía lo que ella estaba diciendo, pero sonaba muy difícil de lograr.

“Tú eres un héroe de otro mundo, ¿no? Tienes acceso a magia de ilusión mucho más poderosa que las demás personas, así que inténtalo,” sugirió Rat. Raphtalia tendía a concentrarse en el combate físico, pero como un héroe ella además tenía acceso a la poderosa magia de clase Superior. La bendición de la Dragona Demonio además parecía haber desbloqueado restricciones por las que ella había estado sufriendo. Esta podría ser una buena oportunidad para poner en práctica su magia.

“Haré lo mejor que pueda,” respondió ella.

“Raphtalia, ¿vas a ayudarnos con magia?” preguntó Kiel.

“Así es,” respondió amablemente ella. “No estoy segura de cuánto seré capaz de ayudar, al menos al comienzo, pero haré todo lo que pueda.”

“¡Bien!” dijo felizmente Kiel. Parecía que Raphtalia iba a estar trabajando en sanar el trauma de Kiel y los demás. Todos confiaban implícitamente en Raphtalia, así que parecía un buen plan. Yo solo esperaba que funcionara.

Sin embargo, esto me hizo recordar algo.

“Oye, Rat. Si tenías este truco bajo tu manga, ¿por qué no lo usaste en mí?” le pregunté. “Usted se recuperó bastante bien sin eso, Archiduque,” respondió ella. ¡Tal vez después

de dormir acurrucado con Raph-chan! ¡Y yo no estaba hablando de eso! “Archiduque, ¿qué clase de buen final desearía para tal sueño?” preguntó Rat, con una ceja levantada. ¿Uno en el que yo encare a los filoriales y los ahuyente? ¿O tal vez todos ellos convirtiéndose repentinamente en parte de la especie Raph? Pero entonces simplemente despertaría y me daría cuenta de que todo fue un sueño, lo cual difícilmente curaría algo. “Hay un gran elemento personal en esta clase de tratamiento. No creí que haría mucha diferencia para usted, Archiduque, y por lo tanto no lo tomé en cuenta,” explicó Rat. Me pregunto por qué recientemente habíamos estado enfrentando tantos problemas en los que yo no podía hacer nada o en los que era completamente inefectivo. Estaba comenzando a sentirme inútil.

“No me gusta mucho esa explicación,” respondí, “pero entiendo. ¡Todo el que quiera intentar superar su trauma, por favor que se concentre en su recuperación!” declaré. Hubo varios gritos de acuerdo. Y así, desde esa misma noche, Raphtalia, Ruft, y toda la especie Raph comenzaron a realizar los experimentos de sanación de traumas.

“En fin, eso nos da una pista de cómo resolver los problemas de Kiel. Ahora bien…” murmuré. Era hora de abordar lo que había surgido antes de ir a cazar. Por suerte, teníamos a muchos testigos a nuestro alrededor en este momento. Me acerqué a Raphtalia, pero por alguna razón ella se apartó de mí cuando me vio acercarme.

“¿Qué pasa?” pregunté.

“No estoy segura. Ahora mismo hay un aura muy desagradable saliendo de usted, Naofumi-sama,” admitió Raphtalia. ¿Eso fue otro indicador de sus instintos? O tal vez alguna clase de premonición de un luchador.

“Estás imaginando cosas,” le dije.

“Para nada. Esa precisa respuesta que acaba de darme suena a que está pensando en algo. Si usted no estuviera planeando algo, normalmente solo me diría que yo estoy demasiado tensa y que necesito relajarme un poco,” dijo ella. Nosotros pasábamos mucho tiempo juntos, así que ella me podía leer claramente como un libro. Era una señal de la confianza entre nosotros, lo cual me gustaba, pero tampoco necesitaba que ella me diera demasiados consejos indeseados.

“Estoy en el límite aquí. Recientemente todos me están presionando. ¡Por favor dame un descanso!” le dije. Raphtalia inmediatamente se sonrojó.

“¡Naofumi-sama! ¿¡Qué va a hacer exactamente debido a la presión de otras personas!?” preguntó Raphtalia, adoptando una ligera postura de batalla con su katana lista. ¡No podía creer que ella estuviera lista para atacarme! ¿¡Acaso yo le desagradaba tanto!?

“Oye, Ren. ¿Crees que Iwatani-sama esté teniendo otro de sus episodios de locura? ¿O tal vez la presión de todos a su alrededor finalmente se volvió insoportable?” reflexionó Eclair desde un costado. Ren no parecía tener una respuesta. Melty se veía muy sorprendida, Ruft se veía perplejo, y la especie Raph estaba conteniendo su aliento. Wyndia tenía una mirada fría en sus ojos.

“¡Nii-chan, estás actuando de forma extraña ahora mismo!” ladró Kiel. “¡Kiel! ¡Silencio!” le ordené.

“¡Ah, el corazón de Nii-san está confundido!” se lamentó Fohl. “Atla, ¿qué debería hacer yo por él en esta situación?”

“¡Fohl!” respondí. “Si Atla estuviera con vida, ella estaría tratando de involucrarse en esto—y tú estarías viendo eso con celos, ¿no?”

“¡Cierto, por supuesto! Pero esperen… ¡esto es como la vez que trataste de llevarme a la cama! ¡Nii-san, de nuevo te estás comportando como un loco!” razonó Fohl.

“¡No es como esa vez!” respondí. Nunca iba a poder superar eso. Además, me estaba enojando mucho con las personas que yo esperaba estuvieran de mi lado en esto—las personas que querían que esto ocurriera—ya que ahora todos estaban en mi camino.

Seguí avanzando paso a paso hacia Raphtalia, casi como si estuviera esperando una pelea.

Imiya intervino y dijo, “Permítanme ayudar con esto… A partir de cómo estaba actuando el Héroe del Escudo más temprano, creo que entiendo lo que él va a hacer.”

“¿Más temprano?” preguntó Raphtalia. “En cierto momento tuve una horrible premonición. ¿¡Qué fue lo que te hizo!?” Casi sonaba como si ella hubiera desarrollado alguna clase de sexto sentido.

“¡Rafu!” Raph-chan se encogió de hombros.

“Si escuchas la historia completa, creo que lo entenderás,” dijo Imiya, “pero mientras más personas sepan la verdad, menos impacto tendrá esto…”

“Imiya, ¿puedes decirme cuál es la situación? ¿Qué está pensando Naofumi-sama? Por favor, solo dímelo,” sugirió Raphtalia.

“Ah, bien. Esto es lo que ocurrió.” Imiya se acercó a Raphtalia y susurró suavemente en su oído. Raphtalia había estado de pie con su rostro rojo y su katana lista para ser desenfundada, pero entonces sus ojos se entrecerraron, y eventualmente cambió a una mirada de su típico ligero disgusto. Ella bajó su guardia y se acercó, susurrando suavemente.

“Bien, Naofumi-sama… solo para confirmarlo, usted no está planeando hacer… algo como lo que Sadina quiere de usted, aquí conmigo, en frente de todos, ¿cierto?” preguntó Raphtalia.

“No, por supuesto que no. ¿Realmente crees que me gustan esa clase de cosas?” respondí. ¿Un poco de educación sexual para las masas? Solo un verdadero pervertido haría eso. Seguro, todos los cuatro héroes sagrados venían de mundos diferentes, pero eso no quería decir que no teníamos un entendimiento claro de la moral. Raphtalia suspiró del alivio al escuchar esto. ¡Ella no podía haber estado pensando que yo haría algo así! Todos han estado de mi lado todo el tiempo acerca de nuestra relación. ¿Qué pasaría si nosotros hiciéramos algo así?

“Creo que entiendo la situación,” dijo Raphtalia. “¿Qué planeaba hacer exactamente?” “Solo esto.” Estiré mi mano y acaricié la cabeza de Raphtalia. Se sentía diferente de

cuando la había acariciado antes. Ella había sido una niña en ese entonces; ahora era más

alta, y su cabello era muy suave. Raphtalia había estado un poco indecisa acerca de esto al principio, pero ahora sus mejillas estaban comenzando a sonrojarse un poco. Ella incluso se estaba inclinando hacia mí.

“¡Oh, cielos! ¡Alerta de pareja cariñosa!” Kiel ya se estaba dejando llevar.

“En serio… ¿a qué están jugando…?” Melty también parecía haberse dado cuenta de lo que estaba pasando, y suspiró, pero parecía dispuesta a dejarlo pasar.

“En serio. Solo es una caricia inofensiva. Dejen de hacer tanto alboroto por eso,” murmuré.

“Es porque usted no lo explicó apropiadamente, Naofumi-sama,” me regañó Raphtalia. “Esto sería inútil si hubiera tenido que explicarlo. Pensé que Kiel, al menos, entendería

mis intenciones, tal como Imiya,” destaqué. Este no era un caso de ser idiota; ella estaba

alcanzando los niveles de Motoyasu de ignorancia.

Seguí acariciando a Raphtalia mientras reflexionaba acerca de la situación. Por supuesto, yo no podía acariciar su pecho como lo hice con Kiel. Es decir, era una opción, pero claramente sería considerado como acoso sexual, y algo dentro de mí me estaba conteniendo. Acariciar su pecho en frente de todos sería un error. En el caso de Kiel, había sido la clavícula de un perro. Algo totalmente diferente. Los pechos de Sadina—bien, ese no era un buen ejemplo. Acariciar su cuello como hice con las Raph-chans e Imiya también se sintió un poco mal. Eso me hizo mover mis ojos hacia su cola. Parecía un muy buen lugar para acariciar. Raphtalia se dio cuenta de mi mirada y colocó sus manos sobre su cola.

“Eso podría ser demasiado… Solamente puede acariciar mi cabeza,” dijo ella.

“Ah, bien,” respondí. Tal vez los semi-humanos tenían ciertas restricciones acerca de dejarse acariciar la cola. Podría ser peor que sobar sus pechos.

“A lo que me refiero es… que esa clase de cosa… sería mejor cuando estemos solos… es decir, juntos, pero solos…” tartamudeó Raphtalia, sonrojándose cada vez más. Había visto a semi-humanos entrecruzando sus colas, como las parejas humanas se tomaban de las manos, esto en Siltvelt. Cuando yo había tenido que desfilar alrededor de la ciudad en esa celebración, recuerdo a una pareja así mirándome y poniéndose muy cariñosa porque el Héroe del Escudo estaba bendiciendo su unión. Creo que esa vez yo casi había vomitado. Esos dos tenían sus colas entrecruzadas, y habían sido semi-humanos. Tal vez sostenerse de las colas era como sostenerse de las manos—pero yo no tenía una cola para hacerlo. Una caricia de cola bien podría ser acoso sexual.

“¡Rafu!” Raph-chan sintió que yo todavía tenía ganas de acariciar y ofreció su cola hacia mí.

“Ah, bien. Gracias,” respondí, sintiendo que no me quedaba más opción que acariciar la cola ofrecida. La sensación suave y abultada de ella me recordó a cómo solía ser Raphtalia.

“Entiendo lo que quiere conseguir con esto, Naofumi-sama… así que entremos a la casa ahora, ¿quiere?” sugirió Raphtalia. Increíblemente, ella tomó mi mano, y ambos nos dirigimos de regreso a nuestra casa como una pareja íntima. Una vez que estuvimos solos en la habitación—aunque nos mantuvimos en guardia por los posibles mirones en la ventana— ella también me dejó tocar un poco su cola. Esperaba que esto dejara felices a todos.

Esa noche, antes de ir a dormir, Kiel y los demás habían molestado a Raphtalia por ello y tratado de descubrir qué habíamos hecho juntos. Nosotros no habíamos hecho nada, más allá del tema de la cola, pero Raphtalia logró evadir tales preguntas.