Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 2: Viaje en Carro con Kiel y la Pandilla

“Bien. Creo que es hora de que cambiemos a las personas trabajando en los puestos,” dije. Kiel y su equipo también eran buenos en las ventas ambulantes, así que parecía una buena idea entregar los puestos en la ciudad del castillo a alguien más de la aldea. Ya estaban bastante bien establecidos, y si ocurría algún problema, podían reportárselo a Melty o alguien más a cargo de por aquí. La intención original había sido ayudar a los lumos que estaban ayudando a reparar los edificios. Después de regresar a la aldea, necesitábamos volver a reunirnos con los comerciantes. Tal como Melty había ordenado, teníamos que continuar fortaleciéndonos para estar listos cuando finalmente regresemos a casa.

“¡Nii-chan! ¡Nii-chan! ¿A quién llevarás esta vez?” gritó emocionadamente Kiel. “Buena pregunta… estamos planeando decidirlo después de hablar con Ren y Fohl.” Me

di la vuelta hacia Raphtalia. “Pero, cuando eso suceda, ¿te gustaría tratar de liderar tu propio grupo? ¿Como una forma de incrementar las unidades que tenemos desplegadas?” le pregunté.

“¿Eh? Es decir, si eso es lo que quiere que haga, Naofumi-sama, entonces puedo intentarlo… pero ¿de verdad cree que sea lo mejor?” respondió ella.

“Nii-chan, ¿no te das cuenta de que Raphtalia quiere estar cerca de ti?” dijo Kiel con una sonrisa de oreja a oreja. No estaba esperando que ella fuera la que iba a rechazar la idea.

“Dices eso, pero si llevo a Raphtalia conmigo, apuesto a que todos ustedes terminarán bromeando acerca de que nosotros estamos en una cita romántica y todo eso, ¿no?” respondí.

“¿Acabas de darte cuenta de eso? ¡Nii-chan, en serio, sí que puedes ser denso a veces!” se rio Kiel. Era verdad que yo no había estado prestando atención a tales conversaciones, pero parecía que Kiel y los demás ya lo habían estado haciendo por un tiempo. “¡Creo que Raphtalia preferiría que la lleves a una cita de verdad!”

“Kiel, por favor. ¿Puedes dejar de molestar a Naofumi-sama con estas cosas? Podrías terminar… creando el opuesto del efecto deseado, ¿bien?” dijo Raphtalia.

“¿Por qué? ¡Esta es tu oportunidad! Ah, pero ¿estás preocupada de que Sadina y todas las demás en casa hagan su movimiento una vez que regresemos? No te preocupes, podemos mantener el secreto. ¿O S’yne y las demás aquí son el problema?” continuó animadamente Kiel, todavía ignorando completamente el ambiente a su alrededor. La presión sobre nosotros de todos los demás recientemente estaba comenzando a volverse intensa. Melty siempre había sido de las que comentaba, y ahora también teníamos a R’yne haciendo comentarios irritantes acerca de Raphtalia y yo. A decir verdad, no era asunto suyo.

Muy bien, pensé. Necesitaba darle una pequeña lección a Kiel como castigo por todo esto.

“Tengo una idea. Esta vez, seremos tú y yo, Kiel, juntos hacia una cita especial, solo nosotros dos. Raphtalia, tú puedes ganar algo de experiencia liderando otra unidad, ¿bien?” declaré.

“¿Eh? Nii-chan, ¿de qué estás hablando?” preguntó Kiel, sacudiendo su cabeza.

“Ah… muy bien. Por favor cuide de Kiel,” dijo Raphtalia, suspirando mientras accedía a la idea. Ella parecía tener una idea de lo que yo estaba planeando—al menos eso no iba a terminar tan cursi.

“¡Detente ahí, cachorrita!” Agarré a Kiel y puse su brazo bajo el mío para que no pudiera escapar. Ella sacudió sus extremidades, pero no le sirvió de nada. “No puedes escapar. Inténtalo y tendré que castigarte,” le advertí.

“¡Raphtalia! ¡Sálvame de Nii-chan!” suplicó Kiel.

“Kiel, cariño, tú misma te lo buscaste,” la regañó Raphtalia. “Simplemente tendrás que vivir con las consecuencias.”

“¡Rafu!” ladró Kiel. ¿Acaso este era su recurso final, o tal vez alguna clase de broma?

Copiar a esa lindura de Raph-chan no le iba a conceder misericordia de mi parte. “¿Rafu?” La real estaba ladeando su cabeza de la confusión.

“Alguien más…” pregunté, mirando hacia la chica gato, quien todavía estaba observando desde su escondite. “Cian, pareces interesada en lo que hemos estado haciendo. ¿Te gustaría ir con nosotros? Mamoru dijo que estaría bien,” le dije.

“Así es,” me respaldó Mamoru. “Yo voy a ayudar un poco, pero tengo otras cosas que hacer. Cian, sé que te llevarás bien con Naofumi.”

“Bien, iré,” dijo ella, todavía de forma un poco tímida. De hecho, ella se veía exactamente como un gato asustado. A partir de todas esas observaciones desde lejos, sabía que Cian estaba muy interesada en todo lo que ocurría a su alrededor. Ella había estado comerciando con Mamoru en el pasado y ya se llevaba muy bien con Kiel y los demás— incluso aunque era muy tímida como para decirles algo más que un hola. Pero con un poco más de experiencia, Cian sería capaz de protegerse a sí misma o escapar si algo ocurría, tal como un ataque enemigo. Por supuesto, cómo entrenarla sería decisión de Mamoru, pero no parecía ser malo pasar algo de tiempo juntos comerciando por el bien de la amistad.

“Muy bien. Regresemos y decidamos a quién enviar junto con Ren y Fohl,” sugerí. Los otros expresaron su acuerdo—incluyendo a Raph-chan—y con ella sobre mi hombro abrí un portal que nos llevó de regreso a la aldea.

***

Regresamos a la aldea, discutimos el asunto entre manos, y decidimos a quién enviar.

Esta vez llevaría a Kiel, Cian, Raph-chan, Imiya—quien había estado fabricando accesorios en la aldea—y alguien que se encargue de nuestra comida, mientras que Chick tiraría del carro. Ella era una de las subordinadas de Filo. A excepción de Cian, se sentía que había reunido a jugadores importantes de varias posiciones clave dentro de la aldea. Después de encargarme de todos los reemplazos necesarios, nuestro carro partió hacia un área que se nos dijo era remota, incluso para Siltran. Nos dirigíamos hacia una aldea ligeramente apartada de una región rocosa donde monstruos peligrosos supuestamente deambulaban. El carro traqueteaba, avanzando rápidamente como solía ocurrir cuando un filorial tiraba de él. Con todas las vibraciones que tal velocidad generaba, esto difícilmente podía considerarse como un viaje tranquilo en el campo.

“Nii-chan, por favor… ¡perdóname!” suplicó Kiel. Nosotros estábamos sentados juntos al frente del carro, con ella en su forma de cachorra y todavía viéndose bastante incómoda. Al menos ella estaba sentada derecha, algo que incluso podría hacerla ver linda—o al menos bien entrenada. Eso por supuesto podía ser debido al traje de sirvienta que S’yne había fabricado para su uso cuando comerciaba. Por extraño que suene, le quedaba perfectamente cuando ella estaba en su forma de cachorra.

“¿Qué sucede?” le pregunté. “¿Hay algo que te molesta?” Yo simplemente la tenía sentada frente a mí, pero ella estaba sonrojada y acomplejada por eso.

“¡Nunca podré ser capaz de volver a mirar a los ojos a Raphtalia! ¡No después de hacer esto!” se quejó Kiel.

“Para ser honesto, no estoy seguro de lo que esperas que Raphtalia te hará,” respondí. Incluso Raphtalia no iba a estar celosa de algo como esto. Ella ciertamente no castigaría a Kiel por ello o hablaría mal de ella cuando no estuviera cerca. Ese no era el estilo de Raphtalia. Si lo hacía, yo perdería mucho del respeto que le tenía. Solo me quedaba creer que Raphtalia era mejor que eso. Ella había enviado a Kiel en esta aventura, diciendo que fue su culpa—eso no me había parecido una actuación.

“¡Claro, Raphtalia puede que no diga nada o que en realidad ni siquiera le importe, pero este no es mi lugar!” respondió Kiel. Entonces me di cuenta de qué se trataba todo esto. Raphtalia también había entendido mi posición. Desde mi perspectiva, estar demasiado concentrado en una sola persona potencialmente podía causar todo tipo de problemas. De seguro este era un problema difícil de resolver.

“Kiel, ¿por qué estás manteniendo tu distancia?” dije. Tal vez esto tenía algo que ver con los instintos jerárquicos de un perro. Para Kiel, Raphtalia y yo estábamos en una posición más alta que ella en la manada, y por lo tanto Kiel incluso podría sentir un poco de miedo de estar tan cerca de mí. Ella normalmente no se contenía en lo absoluto, así que estaba sorprendido de verla tan asustada por el solo hecho de estar sentada en frente de mí. Y eso que ella había estado muy feliz de burlarse de mí en la aldea. Primero necesitaba darle un poco más de su propia medicina.

“¿Qué sucede, Kiel? No hay razón para contenerse. Puedes acurrucarte conmigo, vamos,” dije, acercándola a mí. Ella dejó salir un grito agudo mientras yo acariciaba su pelo. Kiel tenía un pelaje muy agradable al tacto. Una sensación diferente de la suavidad de Raph- chan—tal vez un poco más duro, pero algunos probablemente lo preferirían así. Ella definitivamente era más agradable de tocar que el perro que mi amigo me dejó tocar una vez. Comencé tocando su hocico y después continué con sus orejas y garganta. Muy probablemente un perro real habría amado ser acariciado en el pecho, pero no estaba seguro en el caso de Kiel. Ella estaba usando su conjunto de ventas en este momento… así que probablemente lo mejor era no hacerlo. Tal atención podía ser considerada acoso sexual en esta situación.

“Eeh… se siente bien que me acaricies, Nii-chan, pero todavía tengo miedo de lo que vaya a pasar…” murmuró ella.

“¿Rafu?” Raph-chan estaba más que acostumbrada a que la acariciase y parecía confundida por la reacción de Kiel.

“Kiel, no seas tan cobarde,” dijo Imiya, sacando su cabeza del carro. “Y, Héroe del Escudo, ¿puede por favor dejar de jugar tanto con ella?” Tuve que mirar a mi alrededor para estar seguro de que habíamos dejado atrás a Raphtalia.

“Hola, Imiya. No tenemos que comenzar ahora mismo, pero más tarde quiero fabricar algunos accesorios nuevos. ¿Puedes ayudarme?” le pregunté.

“Si, por supuesto. Lo que sea que necesite… ¿Se enfocará en el diseño? ¿La funcionalidad? ¿O la calidad?” preguntó ella.

“Como dije, no quiero terminar pensando demasiado en ello. Solo quiero fabricar un montón de accesorios. Si es posible, me gustaría obtener algo que tendrá efectos cuando sea colocado en las armas de los héroes,” le dije. Eso pasaría con un simple prueba y error. Si hubiera una forma de conseguir instantáneamente el efecto deseado, ¿no sería ese un mundo perfecto? Si Teresa estuviera aquí, ella definitivamente habría disfrutado involucrarse en la fabricación de accesorios. “Una de las razones por las que nos estamos dirigiendo a nuestro destino actual es para extraer minerales,” continué. “Necesitamos descubrir qué clase de minerales y piedras preciosas puedes obtener aquí en Siltran.”

“Bien. Ayudaré cuando pueda,” respondió Imiya. También la acaricié, viendo que ya estaba acariciando a Kiel. Eso la hizo jadear, ponerse completamente roja, y totalmente rígida. Por supuesto, yo también le gustaba a Imiya. No podía hacerlas felices a todas, pero sí necesitaba ser más cuidadoso acerca de a quién acariciaba.

Por un momento me pregunté cómo reaccionaría Raphtalia si le hacía lo mismo. Sin embargo, no podía imaginarme bien acariciando a Raphtalia tan casualmente. Puede haberla tranquilizado un poco cuando ella era más pequeña, pero ahora raramente la tocaba. Sentía que casi había estado acariciando a Raph-chan como un substituto. Esto me dejó preguntándome por qué yo era capaz de acariciar a Kiel e Imiya con tanta facilidad.

La respuesta apareció en mi mente muy pronto, pero era un poco controversial. Era porque ellas tenían pelo sobre todo su cuerpo. Decidí que tendría que acariciar a Raphtalia una vez que la volviera a ver. Eso además callaría a todos a nuestro alrededor por un tiempo.

Lo haría parecer muy natural, y estaba bastante seguro de que no era algo grosero… yo había estado viviendo en este otro mundo ya por un tiempo, así que sabía cómo funcionaban las cosas. Por lo que sabía, acariciar niños no era grosero en Melromarc.

“¡Nii-chan! ¿Por cuánto tiempo vas a seguir acariciándome? ¿¡Y dónde crees que me estás acariciando ahora!?” gritó Kiel. Había estado tan concentrado en Imiya que mi mano se había movido inconscientemente para acariciar su pecho. Era bastante suave ahí, pero no había señales de pechos.

“Ah, lo siento. Ese es tu pecho, ¿cierto?” dije. Kiel comenzó a ladrar y después gruñir. Como temía, supongo que había llevado las cosas demasiado lejos—aunque eso no era suficiente para hacerme sentir amenazado.

Entonces me di cuenta de que Cian nos estaba mirando con una mirada fría en sus ojos.

“¿Qué sucede?” le pregunté. “¿Todavía no estás lista para jugar con nosotros?” Cian inmediatamente apartó la mirada de mí—pero siguió mirando de vez en cuando, como si de verdad estuviera interesada.

“¡Nii-chan, ponme atención! ¡Estoy enojada contigo!” insistió Kiel.

“Sí, estoy escuchando. Hah, dices que eres un chico, pero no te gusta que toquen tu pecho,” respondí.

“¡Nii-chan, eso fue un golpe bajo!” respondió ella.

“¿Qué esperabas? Los golpes bajos son mi especialidad,” contraataqué.

“Creo que usted se especializa más en devolver el golpe una vez que es golpeado,” intervino Imiya. Ella ahora de verdad estaba comenzando a sonar como Raphtalia.

“¡Imiya! ¡Por favor, cambia de lugar conmigo! ¡No puedo seguir dejando que Nii-chan me haga esto!” suplicó Kiel. Imiya solo pudo dejar salir una sonrisa incómoda en respuesta. Yo estaba más interesado en Cian ahora mismo. Ella todavía estaba manteniendo su distancia, como un gato que quería jugar pero que no estaba seguro. Me pregunto si podía usar sus instintos básicos de gato en su contra. Agarré una de las plumas sueltas de Chick mientras esta se desprendía de ella y después la agité en frente del rostro de Cian. La clave era hacerla parecer una presa débil. Hacer que un gato se interese en esta clase de juguete involucraba gatillar sus instintos innatos de cacería. Cian miró hacia la pluma mientras yo la agitaba, y entonces comenzó a concentrarse intensamente en ella. Imiya sintió lo que yo estaba haciendo y regresó dentro del carro. Ella era atenta y considerada en momentos como este. Kiel, mientras tanto, estaba observando con una expresión que evidenciaba no entender mis intenciones. Agité la pluma como si fuera una presa débil e indefensa justo en frente de Cian.

Vi el cambio aparecer en los ojos de Cian, como un gato regresando a sus instintos naturales de caza. Comencé a mover la pluma más rápido, agregando una estimulación mayor. Solo tomó un momento para que Cian saltara hacia el frente y agarrara la pluma con ambas manos. Ella estaba justo en frente de mí.

“¡Ah!” En el momento que Cian estuvo a punto de morder la pluma, ella recuperó el control y cubrió su rostro con sus manos.

“No hace falta ser tan tímida. Solo queremos llevarnos bien,” le dije.

“Bien,” respondió eventualmente ella, pero sí parecía haberse relajado un poco. Ella estaba mirando hacia mí con una expresión mucho más relajada que antes.

“¿Por qué quieres ser amigo de Cian también?” preguntó Kiel. “Ya tienes a Raphtalia.” “Kiel, realmente has dominado el arte de hablar de más,” la regañé.

“¡Nii-chan me está tocando de forma inapropiada de nuevo!” chilló Kiel. “Esto no es tu pecho. Es tu caja torácica,” expliqué.

“¡A mí eso me suena como mi pecho!” respondió ella. Cian dejó salir una sonrisa mientras observaba esto. Entonces Chick comenzó a chillar por algo.

“¡Rafu!” Raph-chan procedió a sacar un antídoto de nuestras cosas y se lo ofreció a Cian. “Esperen un momento…” Imiya volvió a salir para explicarlo. “Ella acaba de lamer una

de las plumas de Chick, ¿no? Puede haber toxinas en ella, así que Chick cree que ella debería tomar este antídoto, solo por si acaso.” Yo había olvidado completamente que Chick era una filorial que se especializaba en el veneno. Ella usaba todos los trucos que implicaban veneno: garras venenosas, escupir veneno, incluso magia de veneno.

“Veneno, ¿eh? Recuerdo haber visto a Filo pasar por una fase en la que ella quería escupir veneno,” recordé. “Como si no fuera suficiente problema con que ella ya tenga una lengua venenosa.” Tomé el antídoto de Raph-chan, lo mezclé con algo de miel sobre un platillo para que Cian pudiera tragarlo, y después se lo entregué. Cian pareció entender que yo lo había hecho más dulce para ella y simplemente se tomó un poco de ello.

Un momento después, ella había dejado completamente limpio el platillo. Parecía que le había gustado el sabor. Con Kiel también aquí, decidí preparar algunos postres para más tarde.

“¿A qué se refiere con eso de la lengua de Filo?” preguntó Imiya.

“Cierto, antes de que Filo conociera a Melty, ella era un poco grosera, y tal como Kiel, ella tampoco sabía cuándo cerrar la boca,” expliqué. El punto de inflexión para la lengua venenosa—el momento en que ella aprendió a controlar su cerebro de pájaro antes de hablar fue cuando un solo comentario suyo había hecho enloquecer a Motoyasu y despertado su amor incondicional por ella. Era un problema que todavía nos hacía la vida imposible. Ella era una cabeza hueca, pero tampoco era como si no tuviera la capacidad de aprender.

Reflexionando por un momento acerca de su historia, me di cuenta de que Filo había sido bastante desafortunada, tanto con Motoyasu como con la Dragona Demonio.

“¿¡Estás diciendo que yo también tengo una lengua venenosa!?” exclamó Kiel.

“En tu caso, solo dices un par de cosas de más. En el caso de Filo, ella no se puede contener,” expliqué.

“¿Cuál es la diferencia?” preguntó Kiel.

“Bueno, por ejemplo, escuchamos que una nación en el norte de Melromarc había derrocado a su rey debido a la profunda pobreza en la nación, pero que ese problema de pobreza no había sido resuelto. ¿Qué crees que dijo Filo?” pregunté retóricamente, antes de hacer mi mejor imitación de Filo. “¡Siento lástima por el pobre rey! Así que él solo estaba pensando en el bienestar de sus ciudadanos al final. ¿De quién es la culpa de que se estén muriendo de hambre ahora, eh?”

“Bueno, eso es bastante frío,” respondió Kiel, aparentemente tomada por sorpresa por la letalidad del veneno de esa ave. Aunque era cierto que Filo había aprendido mucho desde entonces.

“Hay cosas que piensas y después cosas que de verdad deberías decir. Es como cuando quieres que yo prepare algunas galletas para ti, pero no puedes reunir el valor para pedirlo. En cambio, armas un alboroto acerca de estar hambrienta. Entonces Filo aparece de la nada y dice, “Kiel solo está diciendo que tiene hambre porque quiere galletas.” ¿Entiendes?”

“Sí, creo que lo entiendo. ¿Es por eso que ella quería usar veneno?” preguntó Kiel. “Probablemente era a causa de que luchamos con las bioplantas y el Dragón Zombi en

ese entonces, así que el veneno se veía como una opción poderosa,” reflexioné.

“Ahora tenemos ambas cosas en la aldea,” respondió Kiel. “Pero Gaelion todavía está en el futuro.” Las bioplantas eran una cosa, pero también estaban Gaelion y el Dragón Zombi. Desde la perspectiva de Kiel y los demás que se unieron a nosotros después de que los derrotamos, ellos probablemente no eran criaturas tan aterradoras. Yo tampoco les tenía miedo, especialmente cuando se trataba de dragones. Ellos supuestamente eran bestias orgullosas, los dueños de las portadas de cada libro de fantasía, así que no entendía cómo las cosas habían terminado así. Los dragones de aquí no parecían ser más que bichos raros excéntricos.

“Filo pasó por una fase donde quería usar veneno, ¿saben? Así que, Chick, en cierto sentido, podría ser considerada como la filorial usuaria de veneno que Filo alguna vez quiso ser,” terminé.

“Ooh, escuchaste eso, ¿Chick?” dijo Imiya. Pero la filorial hizo un sonido extraño en respuesta. Filo básicamente era su jefa, así que debía ser extraño escuchar que Filo en realidad quería ser como ella. Era hora de cambiar de tema.

“Cian, ¿sabes algo acerca del lugar al que vamos?” pregunté. “Nop,” respondió ella.

“¿Mamoru no te lleva a otros lugares con él?” pregunté.

“Hemos estado jugando mucho en el castillo recientemente,” respondió ella. A partir de las interacciones que había visto de Mamoru con los niños, estaba claro que los estaba manteniendo a salvo en el castillo. Él casi lo estaba usando como alguna clase de orfanato. A partir de los daños que habíamos visto en la ciudad del castillo, no era difícil imaginar los peligros de dejarlos salir. “Él nos dejaba salir mucho más en el pasado, pero entonces… Ella dijo…” Cian repentinamente reaccionó, cubriéndose la boca y sacudiendo su cabeza. Casi parecía que ella pensaba que había dicho demasiado, pero yo solo podía imaginar de lo que estaba hablando. Tal vez ese ella era Holn, R’yne, o alguien así, advirtiendo a Mamoru que era demasiado peligroso dejar salir a los niños. O tal vez había una razón más oscura.

“Kiel,” la llamé. Después procedí a tomarla bruscamente y colocarla en frente de Cian. Kiel rápidamente entendió lo que yo estaba haciendo y comenzó a agitar su cola y lamer el rostro de Cian.

“¡Anímate, Cian! Hoy estamos de viaje con Nii-chan. ¡Quién sabe cuánto nos vamos a divertir! ¡La comida también será genial, lo prometo!” gritó y ladró ella. Kiel realmente se veía como una cachorra emocionada. Incluso al más serio de los teriántropos semi-humanos le costaría no sonreír al ver eso. Cian ya se estaba riendo.

“¡Oye, Kiel, ya basta!” se rio ella. Ambas comenzaron a reír juntas, un gato y un perro jugando juntos.

“Kiel está diciendo que necesitas disfrutar este viaje ahora que finalmente estás fuera del castillo,” le expliqué. “Y estoy de acuerdo con ella. ¡Tienes que divertirte!”

“Lo haré,” dijo Cian.

“¿Quieres sentarte aquí?” pregunté, apuntando hacia el lugar que Kiel acababa de desocupar—por supuesto, no por voluntad propia. La vista era bastante buena desde el frente del carro, y era el mejor lugar para enfrentar el mareo.

“No, gracias… es demasiado aterrador para mí,” respondió ella. “¿De verdad? Entonces parece que es tu turno, Imiya,” dije.

“¿Qué? ¿¡Espere!?” exclamó ella. Imiya estaba de pie justo donde la quería, así que la levanté y la puse en frente de mí. Simplemente la cambié por Kiel—no había nada sospechoso en ello. Y aun así Imiya se puso completamente rígida, tal como Kiel, tan pronto como la senté. Sus gemidos sugerían que ella de pronto se estaba sintiendo muy nerviosa.

Mientras nuestra conversación continuaba, se me ocurrió algo: Kiel y Cian no eran las integrantes de grupo normales para mí, y además eran chicas. Cuando veía esto objetivamente desde lejos, bien podría parecer que yo había escogido ir de cacería con un grupo de mujeres. Ese fue un grave error de mi parte. Me pregunto por qué no me di cuenta antes. Simplemente fue el resultado de querer molestar un poco a Kiel y escoger integrantes que pudieran manejar las cosas de forma óptima en nuestro destino. Yo ciertamente no había estado pensando en el género de Kiel o Imiya en mis elecciones. Podría enfrentar algunas repercusiones por esto, pero simplemente tendría que enfrentarlo cuando ocurriera.

Tal vez esto también fue porque puse a Raphtalia en otro grupo. Tendría que asegurarme de traer a Ruft o Fohl conmigo la próxima vez. Ruft estaba muy orgulloso de su propio pelaje, y de seguro me dejaría acariciarlo. Él no se iba a poner rígido como Kiel o Imiya. Pero Fohl… él podría salir huyendo.

Nuestro carro llegó a su destino sin ningún problema.

***

Comenzamos con nuestras ventas, mientras los esclavos encargados de la comida también comenzaban a vender algo de ella. Decidí mantener fuera del asunto a Kiel y desplegarla un poco más tarde. No nos habíamos encontrado muchos monstruos de camino a la aldea. Mostramos nuestros bienes y nos preparamos para cazar y recolectar minerales. Mostré el pase especial que Mamoru nos había proporcionado al jefe de la aldea, y él nos dio permiso para continuar. Nuestro carro ahora se estaba moviendo una vez más, traqueteando hacia lo profundo de las montañas. Chick no podía igualar la velocidad de Filo, pero de todas formas íbamos a buen ritmo.

“Bien. Antes de la puesta de sol tendremos algo de tiempo para cazar y recolectar minerales. Kiel, usa tu nariz para localizar algunas presas. Raph-chan y Chick, ustedes ayuden a Kiel, e Imiya, tú encuéntranos algunos minerales. Supuestamente por aquí hay agujeros de los que podemos extraerlos,” dije. Todos gritaron o graznaron su acuerdo, pero entonces Kiel dejó salir lo que pensaba.

“¿Estás seguro de que no me estás encasillando con eso? ¿Por ser un perro y todo eso?” preguntó ella.

“¿¡De qué estás hablando!? El maldito Motoyasu tiene un increíble sentido del olfato. Él podría localizar a Filo casi en cualquier lado,” le dije.

“No estoy segura de que me guste ser comparada con el Héroe de la Lanza,” respondió Kiel. Pero entonces ella comenzó a olfatear sus alrededores en busca de monstruos. Ya nos habíamos encontrado algunos en nuestro camino aquí. Había uno grande con forma de flor llamado enredadera glicinia y otro que se veía como un cúmulo de arena llamado caminante de arena rosa. La enredadera glicinia sería uno difícil de cocinar, pero probablemente podría porque era una planta. Pero yo la verdad no cocinaba ensaladas. El tallo era como la bardana, pero no parecía haber ninguna razón para intentar comerlo. Mientras tanto, el caminante de arena rosa era un monstruo mágico, muy parecido a los globos. La magia parecida a la de los golems encontrada en los minerales en ocasiones podía recolectar arena de las cercanías y convertirse en un monstruo. Los caminantes de arena rosa podían ser derrotados al causarles un impacto lo suficientemente fuerte—físicamente, o con magia—al mineral interno que contenía su magia intrínseca. Con mi actual grupo, teniendo a Imiya cargando su mano con magia y golpeando directamente su punto débil nos permitió derrotarlos rápidamente y sin pasar peligro alguno. Se veían muy duros y molestos de luchar de la forma convencional. Los minerales recolectados al derrotarlos también tenían muchos usos. Definitivamente íbamos a intentar fabricar accesorios con ellos más tarde.

El mismo principio parecía aplicar aquí como en cualquier otro lugar: mientras más nos adentrábamos en las montañas, más poderosos se volvían los monstruos. Yo realmente quería enfrentar a algunos que terminaran siendo una buena comida.

“¿Qué hay de mí?” preguntó Cian. Le había preguntado si quería quedarse en los puestos, pero ella decidió venir con nosotros, así que la traje. Tenerla en el grupo le daría algo de experiencia, así que ella solo tenía que permanecer cerca. Pero la mirada en su rostro decía que quería contribuir a la batalla.

Me di cuenta de que ni siquiera sabía en qué nivel estaba ella. A partir de su apariencia, ella probablemente no había recibido mucho entrenamiento. Nuestras ventas probablemente estaban ayudando un poco con eso.

“Cian, no queremos ponerte en peligro, así que solo permanece detrás de mí. Puedes luchar una vez que te vuelvas un poco más fuerte,” le dije. Ella no se veía feliz al respecto, pero ese parecía ser el mejor curso de acción. Mamoru habló acerca de cuidar a los niños, pero ciertamente no se estaba preocupando de sus niveles.

“Puedo olfatear que algo viene desde ahí,” dijo Kiel, yendo a buscar a los monstruos. Ella estaba cumpliendo muy bien su papel. En una ladera de una montaña rocosa nos encontramos con un escorpión llamado escorpión de caza verde primavera y una araña venenosa llamada araña venenosa de gris nieve. También había un monstruo volador de aspecto aterrador llamado iragrifo grafito. Chick inmediatamente se puso en guardia ante el escorpión y su veneno, y comenzó a luchar con él.

“¡Rafu!” Raph-chan la estaba ayudando. Estaba muy seguro de que ellas podían encargarse de él. Mientras tanto, el iragrifo grafito tenía electricidad recorriendo todo su cuerpo y usaba el magnetismo para levantar minerales desde las cercanías para atacar. También podía esconderse rápidamente bajo la tierra para esquivar nuestros ataques. Supongo que debí haber esperado esta clase de cosa de la nación que eventualmente se convertiría en Siltvelt. Ren y Rat me habían dicho que en el pasado Siltvelt tenía más monstruos únicos que las naciones como Faubrey y Melromarc—una mayor selección de monstruos usando ataques molestos como el veneno.

“¡Espera!” ladró Kiel.

“¡Te tengo!” intervino Imiya, con el par golpeando al estilo del juego de topos hacia el suelo mientras el iragrifo grafito sacaba su cabeza. Kiel estaba usando una espada de una mano e Imiya un martillo. Me tomé un momento para apreciar a la teriántropo topo Imiya golpear con un martillo a un monstruo del tipo topo—fue algo muy cómico.

Dejando eso de lado, estábamos derrotando a los monstruos uno tras otro, pero seguían apareciendo desde las montañas para atacarnos. El alboroto que estábamos causando solo estaba llamando a más de ellos para luchar. Yo estaba protegiendo a mi grupo para darle a Kiel y los demás algo de experiencia de combate, pero no estaba dando muchas órdenes. Ellas necesitaban algo de combate real.

“¡Imiya, ayúdame! ¡Encárgate del que va hacia ti!” gritó Kiel.

“¡Entendido!” respondió Imiya. “¡Como la fuente de tu poder, yo te lo imploro! ¡Permite que el camino verdadero sea revelado una vez más, y desentierra todo a mi alrededor!

¡Estallido de Tierra Drifa!” Ella parecía haber comprendido que no había fin para la marea de monstruos, y por lo tanto enterró sus garras en el suelo y después las levantó con fuerza. En el instante siguiente, parecía que toda la tierra bajo la cual el iragrifo grafito se estaba ocultando solo se levantó y giró en el aire. Terrones de rocas se esparcieron a todo nuestro alrededor por un momento y parecía que iban a volver a caer, pero entonces en cambio volaron hacia nosotros.

“¡Muro de Estrella Fugaz!” Desplegué una habilidad para proteger a todos mis aliados, deteniendo los ataques en camino. Esto estaba comenzando a volverse un poco peligroso.

“Parecen tener una fuerte defensa mágica. No puedo creer que estén atacando así,” dijo Imiya.

“Supongo que no podremos encargarnos de ellos tan rápido como esperábamos,” respondí. Mientras discutíamos la situación, repentinamente me di cuenta de que Cian ya no estaba detrás de mí. El iragrifo grafito sacó su cabeza para ver cómo había salido su contraataque y lo próximo que escuché fue el grito de Cian mientras cortaba hacia su garganta con el cuchillo que siempre cargaba para protegerse. El iragrifo grafito pronto murió, con sus ojos bien abiertos de la sorpresa.

“Eso es lo que necesitaban, ¿no?” preguntó Cian.

“Sí… supongo que sí,” dije. Parecía que necesitaba rehacer mi evaluación de la experiencia de combate de Cian.

“Kiel estaba atrayendo su atención, y lo vi apareciendo,” explicó ella. Cian después de todo podría tener talento para la batalla. Un poco de cuidado y atención y ella podría ser bastante fuerte.

“¡Gracias, Cian! ¡Nii-chan, vienen más!” gritó Kiel.

“Sí, los veo. Traten de derrotarlos por su cuenta esta vez,” le dije. “¡Por supuesto! ¡Imiya, vuelve a usar ese martillo!” ladró ella.

“¡Aquí voy!” respondió Imiya. Cada integrante de mi grupo actual parecía tener un buen entendimiento de las características de cada monstruo y respondía acordemente. Imiya encaró a un escorpión de caza verde primavera, cuidándose del veneno de su cola y golpeando sus pinzas con su martillo. Después Kiel arremetió con un corte para arrancarle la cola. Ambas atacaron el cuerpo para terminar con el monstruo. En cuanto a la araña venenosa de gris nieve, Kiel mantuvo su atención sobre ella mientras Imiya golpeaba con su martillo lo que podía—cabeza, cuerpo—para inmovilizarla y derrotarla. En cuanto al iragrifo grafito, Kiel ladró por los alrededores, usando su velocidad para saltar y prácticamente arrancarle la cabeza de una patada antes de que pudiera volver a ocultarse en la tierra.

Raph-chan y Chick todavía estaban luchando. La cola de Raph-chan estaba toda abultada mientras creaba ilusiones en las cercanías. El monstruo objetivo terminó golpeando el aire, persiguiendo su cola, y entonces Chick hizo un corte con sus garras para derrotarlo. Las cosas repentinamente parecían mucho más simples de lo que había esperado.

“Mmm. Todo está saliendo sin problemas, pero…” Algo me estaba molestando. Los monstruos seguían apareciendo, uno tras otro, y nuestro transporte ya estaba bastante lleno. “Creo que probablemente tenemos todos los ingredientes que necesitamos—o que al menos podemos transportar.” Había demasiados monstruos. Tenía que ser debido a las olas, pero las cosas no parecían ser mejores aquí que en nuestra época.

En ese momento fue cuando una nueva horda de monstruos apareció, bajando desde las profundidades de las montañas como si hubieran sido atraídos por el olor a sangre. Su líder era un ultros rosa ámbar, una enorme bestia león-perro de dos cabezas que estaba gruñendo y rugiendo mientras bajaba hacia nosotros. Kiel era la más cercana y yo estaba bastante seguro de que ella podría manejar a esta nueva amenaza.

Pero, en el instante siguiente, me di cuenta de que Kiel estaba respirando con dificultad. “Tengo que… tengo que…” jadeó ella.

“¡Kiel! ¿Qué sucede?” gritó Imiya. Kiel siguió respirando con dificultad, moviendo pesadamente sus hombros, y entonces rugió de la ira y arremetió para seguir luchando. En ese momento fue cuando Imiya corrió detrás suyo, balanceando su martillo por los alrededores ampliamente mientras se dirigía directamente hacia el ultros rosa ámbar. Pero no importaba cuán alto fuera su nivel; un ataque tan descontrolado sería esquivado fácilmente.

“¡Kiel! ¿Qué sucede?” grité. Ella solo siguió gritando. ¡Kiel había entrado en un completo frenesí! Por un momento me recordó a los problemas que Raphtalia había experimentado cuando ella era más pequeña.

“¡Kiel!” Imiya todavía estaba corriendo para tratar de ofrecer algo de apoyo, pero los otros monstruos se estaban interponiendo en su camino.

“¡Gah! ¡No tenía idea que Kiel sufría de esta clase de problema!” maldije. Nuestra formación había colapsado y el Muro de Estrella Fugaz también había desaparecido. Yo estaba desesperadamente tratando de encontrar una forma de proteger a Kiel y estuve a punto de darles órdenes a Raph-chan y Chick de ayudarla… cuando algo pasó sobre nosotros y saltó a una velocidad cegadora hacia la espalda del ultros rosa ámbar. Era Cian. Un momento después, ella había cortado la garganta de una de las cabezas. La bestia rugió, mientras una lluvia de sangre se esparcía a nuestro alrededor. Kiel todavía estaba gritando alocadamente, balanceando su arma, y de casualidad se incrustó en la otra cabeza del ultros rosa ámbar, matando a la bestia.

Kiel estaba cubierta de sangre, con sus hombros subiendo y bajando pesadamente, mientras Cian aterrizaba con una expresión genial en su rostro. Ellas eran como… básicamente como un perro y un gato. Pero este no era el momento para bromas.

“¡Retirada!” señalé. Chick y Raph-chan regresaron gritos de acuerdo. Metí los cadáveres de los monstruos dentro del carro, esperando que Chick pudiera jalar todo ese peso, y después me uní a Raph-chan, Kiel, y Cian.

“¡Rafu!” Raph-chan estaba sobre el hombro de Imiya, y yo le señalé que usara magia de ilusión para dirigir la horda hacia la dirección de Chick.

“¡Lo hice! ¡Lo derroté!” dijo emocionadamente Kiel, pero ella no parecía entender lo que estaba pasando y todavía estaba cubierta de sangre. Yo la tomé en brazos. Chick todavía estaba luchando como apoyo, cortando con sus garras y usando su pico mientras dejaba salir una neblina de magia púrpura y tóxica dentro de la horda de monstruos—una neblina que se estaba convirtiendo en una bola. Después ella retrocedió hacia nosotros y usó el Haikuikku para llegar rápidamente a nuestra posición. Inmediatamente después, con un gran sonido de explosión, esa bola púrpura explotó en medio de los monstruos. Cualquier monstruo cubierto del líquido púrpura que salió de ella también comenzó a estallar, causando una reacción en cadena fatal dentro de la horda. Tragué saliva. Ese fue un ataque realmente desagradable. Chick dejó salir un graznido de celebración. Sí, vaya. Yo estaba muy impresionado.

“Ese es el mejor ataque de Chick. Se llama Estallido Venenoso,” explicó Imiya desde el costado. “Cualquier monstruo derrotado por él se convierte en una bomba de veneno secundaria, causando daño adicional a otros monstruos alrededor.” Un ataque venenoso de reacción en cadena. Claramente era muy poderoso. “Algunas toxinas deberían permanecer en el aire por un tiempo, así que ahora podemos retirarnos.”

“Bien. Primero necesitamos concentrarnos en calmar a Kiel,” dije.

“Sí. Es hora de reagruparnos,” estuvo de acuerdo Imiya. Cian también asintió ante la propuesta, todos nos subimos en el carro, y entonces bajamos rápidamente la montaña.