Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 13: Cómo Matar a un Dios

 

 

“Naofumi-sama,” me llamó Raphtalia, así que me di la vuelta hacia ella. Me pregunté si iba a decir que todo esto era demasiado peligroso y que deberíamos huir, pero a partir de la mirada en su rostro… ella también estaba lista para luchar. A su lado, Fohl se veía igual. Él dejó salir un grito para animarse a sí mismo, ya en su forma de teriántropo y listo para luchar.

“Vaya, tienes algunos amigos interesantes. ¡Pero no es como si fueran a hacer alguna diferencia! Atacar a un dios es el epítome de la estupidez, y ustedes van a presenciar el resultado,” se burló el Cabeza de Gato. Él rápidamente se apartó de nosotros, pero se veía listo para atacar.


“Acceso… Ilusión de Espadas… actualizar,” dijo el Cabeza de Gato. Innumerables espadas aparecieron flotando en el aire a todo su alrededor. Él se veía como un usuario de armas flotantes. Yo activé mis propios dos escudos flotantes y di un paso al frente. “¿Listos para jugar? ¡Que comience este combate de exhibición!” gritó el Cabeza de Gato. Sin embargo, incluso antes de que él hubiera terminado, Ren y yo estábamos corriendo hacia el frente. Y también había completado mi magia antes de tiempo.

“¡Es mi turno!” dijo la Dragona Demonio dentro de mi cabeza. La forma en que ella podía acortar la recitación mágica para mí era muy conveniente, incluso si odiaba la forma en que en ocasiones hablaba dentro de mi cabeza.

“¡Aura Superior Total!” grité. Coloqué el Aura sobre mí y todos mis aliados, buscando incrementar nuestras estadísticas tanto como fuera posible.

“¡Aquí voy! ¡Hoja Instantánea, Bruma!” exclamó Raphtalia, guiando el ataque. Ella sacó su katana de su vaina y liberó su habilidad directamente hacia aquel que se hace llamar Dios mientras estaba en estado Haikuikku. Ella también estaba usando fuerza vital, así que no tenía dudas de que su ataque destruiría la misma clase de barrera que habían usado los enemigos jurados de S’yne… ¡pero no lo hizo! Con un choque, la extraña barrera recibió el ataque por completo, pero se mantuvo firme.

“He incrementado el coeficiente de penetración. No puedes esperar penetrar un Escudo Dimensional con eso,” respondió el Cabeza de Gato. Él estaba manteniendo el ritmo de Raphtalia en estado Haikuikku con facilidad y usando el lomo de una de sus espadas flotantes para golpearla casualmente en el estómago. Eso fue todo lo que se necesitó para mandar a volar a Raphtalia y hacerla gruñir del dolor.

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“¡Raphtalia!” grité, atrapándola y absorbiendo el impacto. La diferencia de fuerza entre nosotros de pronto quedó en evidencia. Incluso si nuestros métodos de incremento de poder estaban un poco restringidos, esto todavía era extremo. Mandar a volar a Raphtalia de un solo ataque… ¿¡Qué demonios estaba pasando!?

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“Hemos tenido quejas acerca de la violencia contra las mujeres,” dijo el Cabeza de Gato. “Por supuesto, también hay algo de demanda por tal contenido, pero la moderación es la clave.” Raphtalia estaba tosiendo y escupiendo sangre.

“Raphtalia, ¿estás bien?” le pregunté, sanándola al mismo tiempo.

“Estoy… bien. Usted ha hecho que se vaya el dolor. Pero…” logró decir ella. “Interesante. Todavía puedes hablar.” Repentinamente, aquel que se hace llamar Dios

estaba justo a nuestro lado, balanceando una espada en su mano. Yo apenas logré poner mi escudo y los escudos flotantes a tiempo; ambos escudos flotantes fueron destruidos instantáneamente, y una increíble onda de choque me golpeó. No pude evitar gruñir y después fui mandado a volar tal vez diez metros a través del aire, todavía sosteniendo a Raphtalia. No podía creerlo. Este no era como ningún ataque que hubiera recibido antes. Había sido mandado a volar incluso más lejos que cuando el Dragón Demonio me atacó usando todo el poder del Escudo del Odio.

“¡Naofumi!” gritó Ren, perplejo. “¡Nii-san!” gritó Fohl.

“¡No se distraigan!” dijo el Cabeza de Gato. “¡Este todavía es un campo de batalla! Aun así, es mejor que limite mi fuerza al menos a la mitad de ese último, o podrían morir demasiado pronto.” Más rápido de lo que el ojo podía ver, aquel que se hace llamar Dios se movió hacia Ren y Fohl y realizó el mismo ataque simple y casual con el que nos había atacado a Raphtalia y a mí. Eso fue todo lo que se necesitó para manarlos a volar, también rugiendo del dolor. Sin embargo, ambos lograron recuperarse y aterrizar listos para lo que pudiera pasar a continuación.

“Cielos. Creo que aun así usé demasiada fuerza. Si no me contengo un poco más, esto no va a ser divertido,” se quejó el Cabeza de Gato, despreciándonos. Este tipo era un verdadero peligro. Él había anulado uno de los ataques imbuidos con fuerza vital de Raphtalia. Si ni siquiera teníamos una forma de causar daño, entonces las cosas no iban nada bien para nosotros.

“¡Espada de Estrella Fugaz X! ¡Cien Espadas X!” Ren no se había dado por vencido, ya que liberó sus propios ataques a distancia hacia aquel que se hace llamar Dios. En respuesta, el Cabeza de Gato ni siquiera trató de esquivarlos, solo se quedó ahí de pie pensando mientras los ataques iban hacia él. Las habilidades de Ren lo alcanzaron momentos después, pero desaparecieron completamente dentro de su barrera. Cuando luchamos contra los enemigos jurados de S’yne en el pasado, y ellos habían usado barreras similares contra nosotros, Filo había dicho algo acerca de que era como patear el océano. Había una posibilidad de que lo que nosotros considerábamos una barrera en realidad era algo como la habilidad Espejo Transportador, enviando los ataques recibidos hacia algún otro lugar. Eso podría explicar la forma en que parecían simplemente desaparecer. Si él podía desplegar eso en cada dirección a su alrededor… sería inútil atacarlo. Dejando tales defensas de lado, debía preguntarme si realmente había algo que pudiéramos hacer contra alguien que podía golpearme con tanta fuerza.

La brecha de poder era demasiado grande. Aún peor, el terreno no ofrecía ninguna forma de escondite o escape. Estábamos dentro de la ola, lo cual quería decir que los portales estaban fuera de la mesa. Maldije en voz baja; parecíamos estar completamente acorralados—y mucho más rápido que en cualquier otra ocasión. Sentí la urgencia de regañar a Ren para dejar salir mi enojo, pero quejarme de la situación no iba a cambiarla.

Me pregunto si había alguna forma de salir de esta conversando.

“Oye, apuesto que tu audiencia se está aburriendo de verte dándonos una paliza,” dije, provocándolo un poco mientras me paraba en frente de Raphtalia para protegerla.

“Algunos podrían sentirse así, pero una carnicería unilateral también es bastante popular. Estoy seguro que seres primitivos como ustedes entienden el encanto. En fin, no tengo ninguna intención de escuchar lo que tienes que decir, y no necesito escucharlos suplicar por su vida. Solo los hará verse más patéticos,” dijo el Cabeza de Gato, alardeando para su audiencia en vez de hablando conmigo. Él claramente no estaba interesado en nada de lo que yo podría tener para decir—o lo estaba pretendiendo para agregar tensión, y más tarde cambiar de idea.

Entonces era mejor algo entretenido… tal vez si ordenaba a Fohl matar a Ren, haciéndolos luchar… estaba seguro de que a la audiencia le gustaría eso. Parecían ser un montón de escorias que disfrutarían ver en primera fila el lado desagradable de los humanos. Eso podría darnos algo de tiempo, pero no era una respuesta definitiva y probablemente no saldría bien para Ren o Fohl. Todo lo que haría algo así sería complacer a aquel que se hace llamar Dios, lo cual nos dejaría en la palma de su mano. Incluso si yo sobrevivía, no tendría el derecho de seguir llamándome héroe después de hacer algo así. Podría haberlo hecho en el pasado, pero no ahora.

Mientras estaba desesperadamente tratando de pensar en qué hacer, me di cuenta de que mi escudo estaba palpitando.

“¿Qué es esto?” dije. Raphtalia, Ren y Fohl también estaban mirando hacia sus armas. Ellas estaban respondiendo a algo, pero no sabía qué. Entonces el libro de armas se abrió, mostrando el arma y habilidad que estaba causando la reacción.


—Escudo 0

Nop, esa no me parecía una buena idea… pero tenía que haber una razón para que ese nombre apareciera en un momento como este. Lo pensé bien. Kizuna, el Héroe de la Herramienta de Cacería, había usado un arma con las mismas habilidades que este escudo para superar varios desafíos e incluso retrasar el arribo de las olas. Eso probaba que tenía alguna clase de poder que iba más allá de las estadísticas. Además, recordaba lo que había pasado en el santuario filorial justo antes de nuestro pequeño viaje al pasado—el texto que Rishia leyó ahí. Esta arma es extremadamente efectiva contra aquellos que poseen eternidad… para defenderse de aquellos que se hacen llamar Dios. Eso parecía indicar que definitivamente tenía alguna técnica para oponerse a estos supuestos dioses. Considerando cómo iban las cosas, decidí que valía la pena intentarlo.

Para maximizar cualquier oportunidad que esto fuera a darnos, necesitábamos lanzar un ataque sorpresa. Si él evitaba nuestro ataque con esa velocidad que nos había mostrado, no importaba si teníamos un ataque que podía derrotarlo—ni siquiera seríamos capaces de darle.

“¡Ren, Raphtalia, Fohl!” grité, indicándole con mis ojos no dejar que se supiera lo que claramente acabábamos de descubrir al mismo tiempo. Todos asintieron en respuesta, esperando mi orden. Primero miré hacia Fohl y grité el nombre de una habilidad que podía usar.

“¡Apoyo de Transformación en Bestia!” Ante mi grito, Fohl comenzó a cambiar a su segunda forma. Después le señalé a Raphtalia con mis ojos que se quedara junto a Fohl. Ella respondió asintiendo.

“Parecen haber entendido la brecha de poder que existe entre nosotros, pero aun así necesito dar un buen espectáculo. Recientemente han aparecido más personas de las esperadas, lo cual está poniendo a todos a la defensiva. Eso no es muy divertido de ver. Ahora, si tan solo pudieran seguir el juego…” Aquel que se hace llamar Dios se movió casi instantáneamente frente a mí, balanceando sus espadas flotantes y dando una estocada con la espada hacia mi pecho. Él probablemente estaba pensando que, al derrotarme a mí, el especialista en defensa, los demás serían presa fácil—una demostración de fuerza audaz. Sin embargo, su ataque me proporcionó una abertura. “No hay nada que puedas hacer,” continuó el Cabeza de Gato. “¡Tienes que aprender que todo esto es inútil!” Yo rápidamente levanté mi escudo y desplegué mis propias habilidades.

Mis escudos bloquearon todos los ataques de aquel que se hace llamar Dios. Él gruñó de la sorpresa mientras lo hacían. Un momento después, una luz brillante salió del Escudo 0, y el poder comenzó a reunirse en su interior.

¡Eso era! Celebré en silencio. Parecía estar funcionando. Solo necesitaba aguantar. Procedí a también cambiar el escudo que tenía equipado al Escudo 0. Este además era completamente diferente del normal, brillando como si hubiese recuperado alguna clase de poder original.

“¿Qué es esto?” El Cabeza de Gato se congeló por un momento mientras yo detenía sus ataques.

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“¡Estás completamente indefenso!” respondí. Usé la mano con mi escudo para agarrar la ropa en frente del pecho de aquel que se hace llamar Dios. Él volvió a gruñir. Sus hojas voladoras me atacaron desde todas direcciones, pero las detuve todas con mis nuevos escudos flotantes y las mandé a volar. La fuerza de sus ataques era completamente diferente a como era antes de cambiar al Escudo 0, como plumas acariciando mi escudo.


Ren estaba arremetiendo a una velocidad increíble, rugiendo mientras lo hacía. Las espadas apretadas con fuerza en sus manos estaban brillando con la misma luz que mi escudo.

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“No sé qué trucos estás usando, pero es mejor que no creas que ganaron solo por esto,” dijo el Cabeza de Gato. Él tomó mi mano y parecía estar tratando de romperla, pero ni siquiera hizo cosquillas. Él envió sus hojas flotantes hacia Ren, quien todavía estaba cerrando la brecha rápidamente. Ellas iban a golpear a Ren desde cada dirección, probablemente causando la muerte incluso si una sola de ellas daba en el blanco. Pero Ren usó sus dos espadas, una en cada mano, para desviar las hojas en camino, y después apuntó sus armas hacia aquel que se hace llamar Dios, a quien yo todavía estaba sosteniendo.

“¡Espada 0! ¡Mi maestría es mucho más baja que la de Naofumi, pero aquí vamos!” Él cambió una de sus espadas a la hoja de los materiales del Fénix y la otra a la Espada 0, preparando una habilidad mientras se acercaba. Con un sonido muy satisfactorio, la barrera del Cabeza de Gato fue cortada en dos. Ren cortó hacia su espalda. Después le cortó un brazo a nuestro enemigo. Yo recientemente había estado entrenando con Ren en preparación para luchar contra enemigos con armas flotantes, pero no había esperado que diera frutos tan pronto.

El Cabeza de Gato jadeó y gritó mientras miraba hacia abajo para ver el brazo cercenado y la sangre saliendo a chorros.

“¿Qué está sucediendo? ¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo? ¡Esto es imposible! ¡Imposible!” rugió el Cabeza de Gato. Él estaba mirando a su alrededor, claramente en shock debido al repentino dolor. Basándome en su reacción, él no parecía tener mucha experiencia en combate—pero si de verdad estaban cerca de un poder absoluto, tendría sentido que nunca hubiera experimentado una batalla real.

Este repentino dolor parecía ser una buena lección para él. Necesitábamos acabarlo de una vez mientras todavía estaba pasmado.

“¡No! ¡Los cazadores de dioses! ¿Son ustedes?” preguntó el Cabeza de Gato.

“Tal parece que estas armas funcionan,” comenté. Nosotros nunca nos habíamos encontrado a alguien haciéndose llamar cazador de dioses. Me pregunto si esta era la cosa que estaba en la pared de Fitoria. El color, la altura, todo se veía diferente, pero tal vez esos solo eran cambios que sucedían mientras la descripción era transmitida en el tiempo. Pero creía recordar a Fitoria diciendo también que la criatura en la pared no era nuestro enemigo. Eso de seguro no significaba que Fitoria estaba del lado de aquellos que se hacían llamar Dioses. Estaban sucediendo muchas cosas sospechosas, pero Fitoria también nos había proporcionado los materiales para estas armas. Era demasiado pronto para sacar conclusiones.

“¡Nii-san!” gritó Fohl.

“¡Naofumi-sama!” Raphtalia todavía estaba con él. Fohl había terminado su transformación en bestia y estaba brillando de un color azul, arremetiendo con Raphtalia sobre su espalda.


“¡Háganlo! ¡Atáquenlo con todo lo que tengan!” grité. Reuní toda la fuerza que tenía y arrojé al Cabeza de Gato herido hacia ellos. Ren también liberó un ataque de continuación, balanceando poderosamente su Espada 0.

“¡Si acabamos contigo, acabaremos con todo esto! ¡Hoja del Vendaval del Fénix X!” gritó Ren, arremetiendo hacia el frente como un ave en llamas.

“¡Terminaremos con esto aquí! ¡Estocada de la Hoja del Destino de los Ocho Trigramas!” gritó Raphtalia, liberando un ataque especial de Emperatriz Celestial.

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“¡Puñetazo Terremoto X!” rugió Fohl, golpeando el suelo con sus puños con suficiente fuerza para agrietar y dividir el suelo debajo de nosotros. Todo su entrenamiento estaba dando frutos en la liberación de estas habilidades, y el poder de las armas 0 de seguro estaba potenciando sus efectos. Todos sus ataques en camino procedieron a chocar con todo contra el indefenso sujeto que se hace llamar Dios. Él tosió sangre y gritó algo apenas legible, algo acerca de unos asesinos, incluso mientras era destrozado por la unión de los ataques.

 

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 21 Capítulo 13 Novela Ligera

 

“¡Así es! ¡Estamos haciendo esto para matarte!” le dije. Nosotros seguíamos encontrando enemigos que consideraban todo como un juego. Por un momento me pregunté si lo estaban tratando como un juego al enviar a los renacidos. Todo esto acerca de la audiencia… podía imaginarlos disfrutando estas cosas como alguna clase de espectáculo o documental.

“¡Cómete esto!” El enorme puño de Fohl transformado en bestia bajó con todo el peso posible combinado con el Guantelete 0. Aquel que se hace llamar Dios dejó salir un grito final y después fue aplastado, provocando un desagradable sonido líquido.

¡Pero era demasiado pronto para bajar la guardia—no se iba a repetir lo que pasó con Perra!

“¡Todavía no hemos terminado! ¡Fohl, Raphtalia, Ren! ¡También tenemos que destruir el alma!” grité. Todos gritaron en respuesta, activando la habilidad 0 en sus armas que eran efectivas contra enemigos del tipo espíritu y después atacaron una vez más con toda su fuerza. Todo lo que quedó después de que terminamos fue un cráter agrietado dentro del suelo transparente y el cadáver hecho pulpa de aquel que se hace llamar Dios.

“Lo derrotamos,” dije. Él estaba muerto, bien muerto. Mientras yo murmuraba estas palabras, el poder comenzó a desaparecer del Escudo 0. Eso parecía confirmar que solo era efectivo contra enemigos específicos. Aun así, no podía procesar lo fácil que parecía haber sido esto. Habíamos estado en peligro real por un momento, pero al final, habíamos ganado con mucha facilidad. Esto además nos decía que podíamos derrotar a aquellos que se hacen llamar Dioses. Esas eran buenas noticias. También habíamos aprendido que había muchos de ellos. Esta sería una información importante para lo que venía.

Mientras yo estaba pensando, los héroes que estaban luchando para derrotar a la propia ola y sus aliados se habían dado cuenta de lo que estaba pasando. Gritos como “¡ganaron!” junto con muchos otros gritos sin palabras llenaron el aire. Algunos de ellos incluso estaban rugiendo.


En el instante siguiente, el suelo debajo de nosotros desapareció y comenzamos a caer. “¡Nii-san! ¡Yo puedo ayudarnos a aterrizar! ¡Déjame encargarme de esto!” dijo Fohl. “Está bien. ¡Escudo de Ataque Aéreo, Segundo Escudo, Tercer Escudo!” grité, creando

múltiples escudos para ser usados de plataformas por Fohl. Él permaneció en su transformación en bestia y saltó entre las plataformas, atrapándonos antes de aterrizar de vuelta en el suelo. También podíamos escuchar gritos de celebración provenientes de cada uno de los anillos flotantes. La grieta de ola además claramente se estaba encogiendo por sí sola. No íbamos a tener que hacer nada más; se estaba cerrando. El ambiente era uno de total celebración—tanto que la batalla básicamente se había detenido.

“¡Podemos celebrar una vez que la ola haya terminado!” grité. Eso regresó a la realidad las personas celebrando, y volvieron a concentrarse en la batalla para prevenir más daño causado por las olas. El Héroe del Arco de esta época y su grupo, quienes habían estado siendo parte del evento creado por aquel que se hace llamar Dios, también parecían estar priorizando la huida. Con sonidos de agrietamiento mientras todo el espacio cedía, el Héroe del Arco y los demás desaparecieron. Supongo que eso significaba que habían escapado.

“¡Naofumi-sama, lo hicimos!” celebró Raphtalia.

“Eso se sintió genial,” estuvo de acuerdo Ren. Ambos se veían felices. Por un momento habíamos estado en problemas, pero al final lo habíamos derrotado.

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