Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 21

Capítulo 11: Las Imitaciones (Mejoradas)

 

 

Sin embargo, nuestros preparativos fueron rápidos. Todos en la aldea, incluyendo a los héroes Ren y Fohl, tenían mucha experiencia en batallas contra olas para este momento y siempre estaban listos para otra batalla. Habíamos incrementado nuestra fuerza de numerosas formas desde la última de ellas. Eso quería decir que deberíamos ser capaces de terminarla muy rápidamente.

“¡Nii-chan! ¡Nosotros también vamos a mostrarte lo poderosos que nos hemos vuelto!” dijo Kiel con un rugido de emoción.

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“Bien. Esfuérzate,” le dije. A su lado, Ren estaba apretando con fuerza su espada y concentrándose. Después él miró hacia arriba y habló.

“Naofumi,” comenzó él.

“Oye, no te me pongas tan rígido. Ya colapsaste una vez por el estrés,” le recordé.

“Lo sé,” respondió él, mirando hacia donde Eclair estaba de pie junto a Melty. Eclair dejó salir un suspiro y se acercó para poner una mano sobre el hombro de Ren.

“Tenemos a Iwatani-sama de nuestro lado. Nosotros solo tenemos que hacer nuestra parte,” le dijo Eclair.

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“Eso también lo sé. Solo hacer nuestra parte. Aquí no tenemos a Itsuki o Motoyasu, pero tenerte aquí con nosotros, Naofumi… eso es tranquilizador,” admitió Ren. Para ser honesto, yo estaba más preocupado por lo que estaba pasando en el futuro con esos dos que fueron dejados a cargo. Podríamos regresar para encontrarnos con un verdadero infierno. Itsuki había avanzado mucho, así que el problema muy probablemente sería Motoyasu. Solo nos quedaba rezar para que Basura estuviera haciendo buen uso de Filo. De hecho, Filo podría ser de quien tuviéramos que preocuparnos más después de que Motoyasu la estuviera persiguiendo todo el tiempo.

“¡Ah, esperen! ¡Holn dijo que fabricó unas aburridas y geniales armas que me mostró en el laboratorio!” dijo Kiel, Y así, Kiel salió corriendo hacia el laboratorio y regresó junto a Rat, Mikey… y las armas ancestrales que habíamos encontrado en las ruinas filoriales, las cuales parecían ser imitaciones de las cuatro armas sagradas.

“Ella no se contiene con nada, ¿no creen?” dijo Rat, dejando salir un suspiro. En sus manos ella estaba sosteniendo el arma ancestral (con la forma de una lanza) que el sumo sacerdote había usado.

“Raph,” dijo Mikey, quien estaba sosteniendo tres más de ellas. Él se las entregó a quienes eran buenos en batalla, incluyendo a Eclair y Dafu-chan.


“Estas funcionan con poder mágico, ¿cierto? Ni siquiera pueden ser usadas,” dije. “¿Qué espera Holn lograr con ellas?”

“No me mire a mí,” dijo Rat. “Ella comenzó a jugar con todas ellas por su cuenta. Incluso hay un manual de cómo usarlas aquí mismo.” Rat balanceó la lanza que estaba sosteniendo y la convirtió en una espada. “Succiona demasiado poder mágico para que yo la use. Bueno, ella parece haberlas modificado para que todos sean capaces de usarlas.” Rat procedió a leernos el manual de instrucciones que Holn nos había dejado. Ella había modificado las réplicas de las cuatro armas sagradas, permitiendo que fueran usadas imitaciones de habilidades consumiendo solo una pequeña cantidad de poder mágico. El poder estaba basado en el volumen de poder mágico al cual el usuario tenía acceso. Así que aquellos con más poder mágico podían utilizarlas mejor. Si había un problema, era que no podían alcanzar el mismo nivel de poder de ataque que las armas sagradas o vasallas reales. Tampoco podían igualar las armas fabricadas a partir de los mejores materiales, como las armas de las bestias guardianas o las armas legendarias, pero si las considerábamos como armas sagradas inferiores, de seguro podríamos darles algún uso. Ellas eran capaces de recrear habilidades hasta un cierto grado, pero no podían igualar a las reales.

“¡Ah!” exclamó Kiel. “Nunca antes había visto algo así! Nii-chan, ¿esto es lo que ves todo el tiempo?”

“Holn dice aquí que es ligeramente diferente,” respondió Rat, revisando el manual una vez más. “Una versión simplificada.”

“Para ser honesto, estoy más impresionado por esto que por su trabajo modificando a Mikey y Kiel,” respondí. Me hacía preguntarme cómo hacía ella las cosas, ya que había modificado armas como estas y después las había dejado ahí tiradas en el laboratorio.

“Ella probablemente no disfruta investigar algo que otras personas ya han creado,” dijo Rat.

“Tú eres igual, ¿no?” comenté, causando que ella frunciera el ceño y chasqueara su lengua.

“Supongo que sí. Es por eso que entiendo su necesidad de jugar con estas cosas en su tiempo libre,” respondió Rat. En este caso, parecía que teníamos algunas armas versátiles que eran un poco suaves cuando se trataba de su daño.

“Hola, Naofumi. ¿Estás planeando usar estas durante la ola?” preguntó Melty, viéndose un poco preocupada.

“No creo que debamos contenernos,” respondí. “Si empiezan a verse demasiado peligrosas para usar, arrójenlas lejos. Eso debería bastar.” Los demás dieron gritos de acuerdo. Eclair convirtió la suya en una espada y la balanceó.

“Creo que yo también puedo manejar una de estas,” dijo Eclair. “Ren, yo también estaré haciendo mi parte, así que por favor no te sientas muy presionado.”


“Bien,” respondió él. “Pero por favor ten cuidado. No tengo una impresión muy buena de esas armas.” Yo entendía a lo que se refería. El sumo sacerdote había estado balanceando esa cosa como un lunático, y ahora nosotros mismos la íbamos a usar.

“Ellos parecen querer acabar con las olas…” dijo Natalia mientras observaba este intercambio, todavía sospechando de nosotros.

“Yo creo que ellos están tratando de completar sus deberes de héroes proactivamente,” dijo en apoyo el Dragón de Agua.

“Parece que algo sucedió con Mamoru,” dijo Natalia, yendo directamente al grano. “¿Tienes algo que reportarme?”

“Nop,” respondí casualmente. “Solo fui a escuchar sus preocupaciones. Ser un héroe es difícil.” Yo no estaba mintiendo. Nosotros habíamos escuchado los problemas de Mamoru y lo habíamos ayudado a encontrar una solución, eso fue todo. “Tú eres una pacificadora, Natalia, así que tal vez proporcionar algo de atención mental para los héroes de armas sagradas podría facilitar tu trabajo a largo plazo,” sugerí.

“Es una sugerencia audaz, Héroe del Escudo del futuro, pero no te equivocas,” dijo el Dragón de Agua, escogiendo estar de mi lado en esto. “Ser un pacificador es más que solo matar héroes descontrolados. Tienes que ayudar a los héroes a transitar el camino correcto por el bien del mundo.” Casi sentía pena por Natalia.

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“Muy bien. Aprenderé lo que pueda de él,” respondió ella, con una mirada de molestia en su rostro y un tono en su voz que se parecía al de Raphtalia.

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“¡Dafu, dafu!” dijo Dafu-chan, aparentemente contraatacando. Tal vez ella tenía un problema con el Dragón de Agua.

“¿Qué fue eso? ¿Crees que la estoy mirando en menos, haciendo estas declaraciones sin esforzarme en nada?” respondió el Dragón de Agua. “La estoy supervisando. Eso es lo que estoy haciendo.”

“¡Dafu, dafu, dafu!” continuó agresivamente Dafu-chan. Recientemente ella siempre parecía estar buscando pelea. Entendía que a ella probablemente no le agradaban mucho Holn o el Dragón de Agua, pero eso me hacía preguntarme cómo fue su vida. Ella era pensamientos residuales materializados en este mundo—eso ya lo sabíamos—pero me pregunto por qué todavía no tomaba su forma de Emperatriz Celestial. Tal vez no tenía suficiente energía.

“Oh cielos…” Raphtalia tenía una mirada de sentimientos encontrados en su rostro. Esperaba que ella no estuviera a punto de contarle todo a Natalia. Igual podría terminar siendo un error, pero si se lo reportábamos ahora, entonces de verdad todo terminaría. Dafu- chan también tenía que entender eso, así que con algo de suerte todos mantendrían la boca cerrada. Raphtalia parece haber entendido lo que yo estaba pensando, ya que ella se acercó a mí y me susurró, “Sé lo que quiere decir, Naofumi-sama, y no voy a decir nada, pero esto no es lo ideal.” Ella estaba preocupada de que Natalia se molestara por ser dejada en el limbo. Ella tomaba muy en serio su misión, pero también era extremadamente intensa. Puede ser una buena pacificadora, capaz de mantener a raya a los héroes, pero con las olas ocurriendo, era difícil para ella realizar ese trabajo.

“Pacificadora, ¿cómo vas a manejar esta ola?” le pregunté.

“Ayudaré por el bien del mundo, siempre y cuando ninguno de los héroes se salga de control. Mi arma también debería ser capaz de ayudar,” dijo Natalia. Ella estaba usando un arma de piedra de sakura del destino, junto con técnicas derivadas de aquellas piedras, las cuales proporcionarían excelentes efectos contra héroes de otros mundos.


“Muy bien. Terminemos con esta ola juntos,” dije. Mirando hacia el tiempo hasta la siguiente ola en mi campo de visión, vi que solo quedaban algunos minutos. Armé el grupo, como siempre, y realicé las comprobaciones finales en preparación para la llegada de la ola.

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“Nii-san,” dijo Fohl, acercándose.

“¿Qué sucede?” respondí, esperando que fuera corto.

“Mucho pasó anoche. Estuve ahí para presenciar el comienzo de los hakuko,” declaró él.

“Sí, tienes razón,” respondí. Ahora sabíamos de dónde venían las cuatro razas principales de Siltvelt, incluyendo a Fohl. También los filoriales. Parecía probable que Mamoru y los demás los sacarían a la luz después de que los mundos fueran fusionados. Aquellos del mundo de la Espada y de la Lanza pensarían que habían venido del mundo del Arco y del Escudo, y aquellos del mundo del Arco y del Escudo pensarían lo opuesto. Ese era uno de los beneficios de estar en un tiempo caótico. Y era muy impresionante. Esto era lo que significaba dar un vistazo detrás del velo de la historia. Tendríamos que contarle todo esto a Melty más temprano que tarde.

“Fohl, trata de llevarte bien con Cian,” le dije. Después de todo, ella era su ancestro distante.

“Entiendo a lo que te refieres…. Pero no soy bueno interactuando con otros. Nosotros los hakuko somos bastante temperamentales,” respondió él. Eso era cierto; ellos podían ser bastante salvajes. Pero Fohl no era un hakuko de sangre pura. Él también estaba continuando el linaje de su madre humana.

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“Creo que Atla se habría llevado muy bien con ella,” comenté.

“Nii-san… Admitiré que Atla era bastante temperamental… pero pensándolo bien no quiero admitirlo. Ella también era una hakuko… pero en Siltvelt, Atla fue…” murmuró Fohl para sí mismo. Parecía que tal vez él estaba comenzando a admitir que Atla había sido bastante temperamental. Ahora mismo sonaba como si estuviera a punto de sufrir un ataque de pánico.

“¿Es grosero comprara a Cian con Atla?” reflexioné. “Nii-san, ¿a qué te refieres con eso?” preguntó Fohl.

“¿De verdad tengo que decirlo?” respondí. Fohl apartó la mirada ante mi pregunta. Él tenía que entenderlo—Cian era mucho más dócil de lo que había sido Atla alguna vez. Ella era una gata. No un tigre sin control. Podría convertirse en un tigre en un futuro, pero ahora mismo era una gata.

“Trataré de hablar con ella… sin tomar en cuenta la conexión con los hakuko,” respondió eventualmente Fohl, bastante incómodo. Eso sonaba bien para mí. Fohl era bueno cuidando personas. Cian además parecía sentir algo en él, ya que no estaba en guardia a su alrededor. Fohl era una persona fácil a la hora de encontrar la distancia correcta a mantener con él.

En ese momento Melty y Ruft se acercaron.

“No sabemos lo que va a ocurrir durante esta ola, pero puedes dejarnos la retaguardia,” dijo Melty.

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“Claro. Ustedes encárguense de eso,” dije. Ruft también era un muy buen luchador, pero era mejor dejarlo protegiendo a Melty que ponerlo en las líneas frontales.

“El análisis de los monstruos que enfrentaremos, buscar las formaciones de combate más eficientes, hay todo tipo de cosas por hacer. No tenemos a mi madre o mi padre aquí con nosotros, pero trabajaré para mantener los daños al mínimo,” me aseguró Melty.

“¡No hay nada de qué preocuparse!” intervino Ruft. “¡Ahuyentamos a Piensa, así que podemos con esto! ¡No hay nada que no podamos superar siempre y cuando lo tengamos a usted con nosotros, Naofumi-sama!”

“Tú lo has dicho. Pasado, futuro, no me importa. Las olas no nos detendrán,” declaró Melty. En ese momento fue cuando la ola comenzó. Ya que era un héroe, yo tenía que ayudar con los problemas de este mundo, y eso era minimizar los daños de las olas.

Mi campo de visión cambió mientras éramos instantáneamente teletransportados hacia donde la ola estaba ocurriendo.

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