Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 11

Capítulo 63: Una de las Tres Grandes Familias Nobles

 

 

Era la hora del almuerzo en el Instituto. Para Alus, Loki y el grupo habitual, hacer uso de la cafetería no era tan inusual.

En el pasado, Alus tenía la costumbre de comer con una mano mientras trabajaba en su investigación. Siempre tenía un libro o un papel en la mano mientras se llenaba la boca con un sándwich usando la otra mano. En comparación con eso, el ambiente que rodeaba sus comidas ahora había cambiado bastante. Alus y Loki eran una cosa, pero las otras dos que los acompañaban estaban muy animadas.





La fama de Tesfia y Alice había ido en aumento desde que se inscribieron y se revelaron sus rangos. Ahora todo el mundo en el Instituto las conocía, no sólo sus compañeros. Siempre que había mucha gente, alguien solía hacerles un hueco. Alus y Loki se sentaban cerca de ellas, como si quisieran aprovecharse de ello.

Aun así, en el pasado había habido muchos que se habían comportado de forma distante con ellos, y habían mirado de forma extraña a Alus especialmente. Al menos sus compañeros habían dejado de tener esa actitud. Aunque había abandonado el torneo, la actuación de Alus en él y su simulacro de batalla con Elise habían tenido mucho que ver en ese cambio.

Había otra chica pequeña, que estaba en una posición diferente a la de Tesfia y Alice, que se había abierto paso entre Alus y sus compañeros. Su alegría y su carácter amistoso hacían difícil que a alguien le cayera mal Ciel. Gracias a que ella se relacionaba casualmente con Alus, los demás compañeros se habían acostumbrado también a él.

Y hoy también estaba en perfecta forma. “Por cierto, Alus, ¿te estás perdiste durante tantas clases por el ejército?” No se molestó en decir nada al preguntarlo directamente. Tal vez también intentaba cambiar su imagen, ya que llevaba el cabello recogido en la parte posterior de la cabeza. Por otra parte, muchas chicas se atan el cabello cuando comen pasta o sopa.

Como alguien reacio a los esfuerzos adicionales, incluso ir tan lejos le parecía a Alus una molestia. Si tuviera una diadema u horquilla, daría su primer paso como un caballero considerado, sin embargo los cerdos volarían antes de que Alus se volviera tan considerado.


En el menú de hoy había un sándwich para Alus, y pasta con marisco para Loki. Tesfia tomó el guiso especial de carne con pan, Alice una tortilla y una sopa de verduras, y Ciel un pequeño plato de hamburguesa.

A simple vista, todo parecía delicioso. Después de todo, la cafetería del Segundo Instituto Mágico tenía una gran variedad de menús, con chefs de primera clase que controlaban el sabor y a veces incluso cocinaban. Por supuesto que sería popular.

Tras una breve espera, quedó disponible una mesa para seis personas. Alus y Loki se sentaron en un lado, mientras que Tesfia, Alice y Ciel lo hicieron en el otro. Además, Felinella podía considerarse uno de los miembros habituales del grupo, pero rara vez comía en la cafetería. La razón era clara, ya que cada vez que aparecía se armaba un alboroto. En cambio, almorzaba en su aula con sus amigos de confianza.

Pero dejando eso de lado, en cuanto a la pregunta de Ciel… Si estuviera relacionada con el ejército, Alus no podría decir nada, pero al ver su sincera curiosidad, le dio una respuesta sencilla. “Bueno, algo así. Para que sepas, no puedo decirte nada sobre lo que es.”

Como siempre, había algo en Ciel que la hacía difícil de apartar. Ni siquiera su actitud tan brusca hacía que uno se sintiera incómodo. Como alguien que era su opuesto en virtudes, Alus no podía evitar sentir que tenía un carácter dulce.

“Qué grosero. No soy tan insolente como para pedir tanto.” Se quejó Ciel con un mohín, como si le hubiera leído la mente. A pesar de su apariencia mansa, podía ser sorprendentemente aguda.

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Dicho esto, no quería que siguiera indagando. “Ciel, si sigues perdiendo el tiempo hablando, no vas a terminar antes de que termine la hora de comer.”

“Pero mi boca es pequeña, así que como despacio.”

“Yo también. Fia siempre me apura.” Alice simpatizó con Ciel.

Ninguna de las dos tenía una gran cantidad de comida en su plato. Y su ritmo de comer también era lento. Alus sintió que podía entenderlo. Cuando miró, vio los platos vacíos de carne y pan apilados unos encima de otros, y Tesfia miraba el menú desde la distancia. “Parece que sigue pensando en comer.” Observó.

“Bueno, ya sabes… no podré concentrarme en las clases de la tarde si no lleno mi estómago ahora.”

“No he dicho que no puedas.”

“Sí, por favor, adelante. Aunque no creo que pueda comer tanto.” Loki, que había terminado su propia comida, estuvo de acuerdo con Alus.

“Después de esto también hay clases prácticas, ¿no?”

“No tienes que inventar excusas. Come si quieres.” Dijo Alus con exasperación. Luego apartó la mirada de Tesfia y miró el documento que tenía en la mano. Quería ser al menos algo productivo, aunque no querer perder el tiempo también era una excusa en cierto modo, ya que no le importaba especialmente en este caso. Si realmente no le gustara bien podría apartarse de todo esto y no molestarse en ir a la cafetería.

De repente, Alus tuvo la idea de que tal vez sólo llevaba los documentos consigo para que pareciera que les seguía la corriente. Pero incluso si ese fuera el caso, sería un poco embarazoso, así que nunca lo admitiría.

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Fue entonces cuando alguien le llamó por detrás. “Qué comida tan maravillosa.”

Esa voz clara era hermosa y agradable al oído. Mientras Alus se imaginaba a la dueña de la voz, pudo oírla acercarse y reírse justo detrás de él. Cuando se asomó, ella lo estaba mirando y le hizo una leve reverencia, haciendo que su cabello rubio se balanceara. “Hola, Alus.”

“Sí, qué casualidad.” Respondió sarcásticamente.

“Ah, ja, ja, puedes decir eso otra vez… Lo siento, pero es mi misión.” Susurró Lilisha, lo último lo dijo mientras se encogía de hombros.

Al parecer, estaba cerca para poder vigilar a Alus como parte de su misión. Nada bueno vendría si seguía preocupándose por ello, así que Alus dejó escapar un pequeño suspiro y lo aceptó con un ligero asentimiento.

A continuación, Lilisha se dirigió a Tesfia con una sonrisa. “Oh, ¿aún no te has saciado?

¿No has engordado mucho estos últimos días?” Habló en el mismo tono despreocupado que había utilizado en la habitación de Alus, pero sólo después de mirar a su alrededor para asegurarse de que nadie más estaba escuchando.

“¡Claro que no!”

“¿Sabías que hay una herramienta útil para momentos como éste? Se llama bascula, ¿has oído hablar de ella?”

“¡Claro que la conozco!” Tesfia fulminó a Lilisha con una mirada furiosa. Habían discutido hace apenas unos días, pero parecía que aún quedaban muchas chispas entre ellas, listas para volver a encender el fuego.

Alice tosió, mientras la cafetería amenazaba con convertirse en un campo de batalla, y Ciel le frotó la espalda.

“Ustedes prometieron tener un duelo. ¿No puede aguantar hasta entonces, señorita Lilisha?” Dijo Loki en tono exasperado, pero como sus burlas ya estaban en pleno apogeo, sólo la escuchó Alus.

Las dos realmente tenían una relación terrible. A este paso, nada cambiaría incluso después del duelo. De cualquier manera, Alus no quería verse envuelto en ello.

Las discusiones entre las dos continuaron durante varios minutos. Finalmente, la cara de Tesfia se puso roja y el maná empezó a rebosar en su cuerpo. Estaba totalmente preparada para lanzarse al vacío. Mientras tanto, Lilisha parecía preparada para enfrentarse a ella si lo hacía.

Alus deseaba poder calmar a las dos chicas salvajes, incluso tenía ganas de rezar a un dios en el que no creía. Si un solo hechizo se disparaba ahora, las cosas irían de mal en peor.

El uso innecesario de la magia en el Instituto era una de las violaciones más graves de la política. Por eso era de sentido común que cualquier estudiante recurriera a los duelos disfrazados de simulacros de batallas para resolver este tipo de disputas.

Alus comprobó cuánto tiempo quedaba para el almuerzo, recogió su vajilla y se levantó. Ya era hora de ir a la siguiente clase. Siguiendo su ejemplo, Loki también se levantó, al igual que Alice. Al ver eso, Ciel se llevó a la boca la comida que le quedaba y también se puso de pie.

“Si van a luchar, háganlo sin involucrar a nadie.” Espetó Alus, decidido a no verse envuelto, y comenzó a alejarse. Si aquí se desataba una batalla mágica, todos podrían verse obligados a compartir la responsabilidad.

Eso ayudó a enfriar un poco a Tesfia, aunque seguía pareciendo molesta. Se levantó, ignorando a Lilisha.

Lilisha seguía mostrando una expresión intrépida, pero abandonó la actitud provocadora y se levantó de la silla.

Las dos chicas empezaron a caminar al mismo tiempo, negándose a mirarse y dando grandes zancadas.

Mirándolas con consternación, Alus habló. “¿Cambiaste tu carácter, Lilisha?”

“¡¿—?! ¿Qué? Eres un bromista, Alus. A fin de cuenta, de alguna manera soy una noble.” Lilisha mantuvo la cabeza alta, caminando con calma y elegancia, aunque era cuestionable si debería haber dicho ‘de alguna manera’.

Entre sus amigos la veían como una noble elegante, aunque algo habladora. Y recordando su actitud y comportamiento cuando transmitió el mensaje de la directora, se había comportado como una noble modelo. Sin embargo, al enfrentarse a alguien como Tesfia, lo iba a tener difícil.

Cerca de la salida había una larga fila de estudiantes esperando para devolver sus bandejas. El grupo se puso en la fila y, tras despedir a Ciel, cuya fila avanzaba más rápido que la de los demás, Alus y el resto se encaminaron hacia la salida para dirigirse a su siguiente clase.

Sin embargo, allí… Alus y los demás quedaron atrapados en la multitud. Todo el mundo se apresuraba a pasar por la salida, así que no podían moverse. O eso parecía, pero la verdad era algo diferente.

Después de un poco de conmoción, la multitud se separó, revelando dos figuras, un hombre y una mujer adultos. Les seguía uno más… Un chico. A juzgar por su comportamiento tranquilo y sereno, probablemente era el hijo de una familia noble y los dos adultos debían ser sus ayudantes.

Se dirigían en línea recta hacia Alus. Como iban en contra de la multitud, eran ellos los que habían bloqueado el flujo de tráfico.

Hablando de una cosa egoísta cuando hay tanta gente. Alus los miró con frialdad.

“Discúlpenos. Permítanos pasar.” Incluso ahora, los dos asistentes se abrían paso para dejar paso a su señor. Se movían con brío, guardaespaldas experimentados en ello, lo que naturalmente atrajo la mirada de Alus.

El asistente masculino, por lo que Alus pudo ver, parecía bien tonificado y en forma. Su esmoquin ligeramente grande podría estar camuflando un cuerpo robusto. Estaba limpio y su atuendo estaba bien puesto, sin holguras. Su pulcro cabello gris oscuro y sus ojos afilados le daban la impresión de ser alguien voluntarioso y frío.

En cuanto a la asistente femenina, su ropa parecía más formal, casi como un frac. Era alta y delgada, y aunque su peinado era sencillo, destacaba su color azul añil. La forma en que se inclinó ante los estudiantes con una mirada clara puede haber sido su forma de disculparse por sus métodos agresivos.

Ambos eran jóvenes, todavía veinteañeros, y sus habilidades se distinguían a simple vista.

Por su forma de comportarse, estaba claro que eran guardaespaldas profesionales.

Desde detrás de los dos adultos, se oyó el ligero repiqueteo de los zapatos del chico que se acercaba. Al principio, Alus pensó que podría ser un estudiante, pero no llevaba uniforme. En su lugar, llevaba una chaqueta de abrigo bien confeccionada con un color base blanco. No era llamativo ni estaba extravagantemente decorado, pero sin duda era un traje con clase teniendo en cuenta la calidad del material y el sentido del diseño.

El chico tenía el cabello rubio de longitud media. Su flequillo le llegaba hasta las cejas, lo que le daba elegancia a su expresión. Sin embargo…

Hay algo sospechoso en este tipo. Esa fue la primera impresión de Alus. No era ni mucho menos un buen juez de carácter, pero al haber crecido en el ejército rodeado de adultos, había adquirido un sentido para ese tipo de cosas.

Empezaba a ser uno de los mantras de Alus que debía desconfiar de cualquiera que fuera noble. Por no mencionar que la actitud de Lilisha parecía demostrar que su intuición era correcta. Su anterior comportamiento noble y su actitud sociable habían desaparecido, sustituidos por la cautela y una fría mirada de disgusto mientras miraba al muchacho.

En cuanto a Tesfia… sus ojos estaban muy abiertos y se quedó helada. Tal vez fuera un conocido suyo de la sociedad noble. En cualquier caso, las reacciones de las dos nobles dejaban claro que Alus debía ser cauteloso.

El chico no se inmutó ante sus reacciones, manteniendo una sonrisa tranquila mientras se acercaba. Cada uno de sus movimientos era tan refinado que, de hecho, casi se sentía mal. En cierto sentido, la propia ausencia de algo fuera de lugar se sentía fuera de lugar. Normalmente, la forma de caminar de una persona mostraría su forma única de respirar y su ritmo. Eso era natural.

Saikyou Mahoushi Volumen 11 Capitulo 63 Novela Ligera

 

Sin embargo, el chico no tenía eso. Era como si imitara a la perfección el concepto de perfección. Por eso, Alus pudo ver que todo en él era falso. No era que no tuviera aperturas. Simplemente había eliminado por completo cualquier rastro de su propia personalidad o antecedentes. Era algo espeluznante, como si otra cosa hubiera tomado la forma de un humano.

Alus entrecerró ligeramente los ojos y siguió observándolo. Basándose no sólo en Tesfia y Lilisha, sino en todos los demás que hacían ruido, estaba claro que no era un simple muchacho noble. Oyó que se decía Womruina entre varios de los presentes… así que ese era su nombre de pila o su apellido.

Pero no era un nombre familiar para Alus. Aunque parecía que sólo él y Loki no lo reconocían.

El muchacho se detuvo unos pasos delante de Alus. Sus ayudantes se detuvieron igualmente detrás de él y se inclinaron al unísono, y él mismo lució una sonrisa impecable. “Es un placer conocerte, Alus Reigin. He oído hablar de tus hazañas.” La forma en que lo expresó parecía insinuar que conocía los antecedentes de Alus y que era el actual número 1 del ranking. En cualquier caso, parecía ser un invitado desagradable.

“¿Y quién eres tú?” Alus respondió sin rodeos con un rostro inexpresivo. Eso debería transmitir al menos que no se sentía demasiado acogedor.

En ese momento, una aterradora cantidad de presión se abatió sobre Alus. Parecía que el asistente masculino estaba liberando su maná.

Loki reaccionó inmediatamente y contraatacó emitiendo su propio maná. Tesfia seguía congelada y Alice miraba desde lejos. Pero en algún momento, Lilisha había desaparecido. Su misión era observar a Alus, por lo que supuso que podría haberse marchado para no verse envuelta en problemas innecesarios, pero eso no importaba ahora.

Por el momento, se desentendió de la presión del hombre. “Lo siento, pero tengo clases.” Dijo, y comenzó a caminar. Si intentaban interferir no le importaría usar la fuerza, pero era mejor abstenerse de hacerlo en público. La limpieza era un problema demasiado grande.

Mientras tanto, la otra parte dejó de sonreír y levantó ligeramente las cejas en señal de ligera sorpresa. Parecía que por fin se había dado cuenta de que Alus realmente no le conocía. “Oh, vaya, discúlpame. Soy Aile von Womruina.”

“Nunca he oído hablar de ti.”

El chico sólo sonrió irónicamente ante la inabordable respuesta. “Supongo que a nuestra familia Womruina aún le queda un largo camino por recorrer. ¿O tal vez simplemente no te importa?” No parecía que estuviera molesto con Alus. En todo caso, parecía que estaba disfrutando. Habló amablemente con una brillante sonrisa.

“Podrías decir eso. Te agradecería que me dejaras paso ahora.”

Los estudiantes que miraban en silencio murmuraban en el fondo. Aparentemente, la familia Womruina estaba muy por encima de ellos. Ver que Alus no lo trataba como un igual sino como alguien que estorbaba llenó de asombro la cafetería.

Pero Aile era fuerte por derecho propio. Aunque probablemente sabía que Alus era el número 1 del ranking, no flaqueó en lo más mínimo. Continuó con audacia, como si se encontrara con una celebridad. “Esperaba que pudiéramos encontrarnos al menos una vez. Pero nunca imaginé que estarías aquí en el Instituto. Si ese fuera el caso, tal vez debería haber asistido a clase con más seriedad.”

“Así que, técnicamente, eres un estudiante.” La mirada de Alus se volvió inconscientemente más aguda.

Aile respondió encogiéndose de hombros. “Tengo mis circunstancias… Bueno, todavía estoy registrado. No es que me moleste especialmente irme, pero creo que sería mejor conseguir los papeles necesarios si pudiera. No quisiera que los que sólo juzgan a la gente por sus títulos piensen que soy analfabeto.”

“¿Cómo vas a graduarte así?”

“La familia Womruina está contribuyendo al desarrollo del Instituto mediante importantes donaciones, ya ves.” Dijo con descaro. Pero a Alus no le importó especialmente. Era incluso racional.

Aunque Alus fuera especial, los que tuvieran talento podrían adquirir suficientes conocimientos estudiando por su cuenta, y al final las cualidades que se exigían a alguien podían cambiar dependiendo de si iban al Mundo Exterior o no.


En todo caso, Alus acaba de reconocerlo como un método posible, aunque no había forma de que Berwick aceptara que comprara sus créditos. Si lo hacía, Berwick perdería su capacidad de negociar con Alus para que aceptara misiones. Por no mencionar que los sobornos podrían ser fácilmente expuestos. Y en el peor de los casos, su identidad podría ser revelada.

Finalmente, Sisty no lo permitiría. Aile probablemente se había ganado a algunos profesores más influyentes.

“Entonces, ¿qué asuntos tienes conmigo?” Preguntó Alus, dejando claro que no tenía tiempo que perder.

“Ah sí, bueno… ¿Por qué no hablamos en un lugar menos concurrido? Cilcila.”

Una vez pronunciado su nombre, la asistente se adelantó y le susurró al oído. Después de unas palabras, se dio la vuelta para guiarla.

Alus se resignó a seguirlos, cuando Aile se dirigió de repente a alguien que no era él. “Hola, Tesfia. Ha pasado mucho tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos?” Llamó a Tesfia con su impecable sonrisa.

Eso provocó que un silencioso sollozo saliera de los labios de Tesfia. Se agarró a los bordes de la falda y bajó la mirada. Su rostro estaba pálido y sus hombros temblaban como si intentara recuperar el aliento. Estaba claro que le ocurría algo anormal.

“¿Cómo has estado?” Continuó Aile.

Cuando Tesfia consiguió por fin levantar la cabeza, exprimió desesperadamente sus palabras. “¡Por qué! ¡Por qué estás aquí!”

“Esa no es forma de saludar a alguien. En realidad soy un estudiante de este instituto. ¿No lo sabías?” Sin embargo, no parecía molesto. En cambio, la calmó como si fuera una niña.

“¿Qué, se conocen?” Dijo Alus.

“¡—! ¿No lo sabes? No, es mejor que no…” Las últimas palabras de Tesfia fueron terriblemente débiles. Entonces agarró el hombro de Alus para susurrarle al oído: “Los Womruina son una de las tres grandes familias nobles.”

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“Es la primera vez que oigo hablar de ellos.” Sabía que las familias Fable y Socalent eran dos de ellas, pero sinceramente era la primera vez que oía hablar de la última. Eso era en parte porque Alus no tenía mucho interés en la nobleza, pero también porque la definición era vaga.

Las tres grandes familias nobles tendían a cambiar con los tiempos. La historia de una familia tenía sorprendentemente poco impacto en el conjunto. En cambio, eran sus logros los que jugaban un papel importante.

También había casos de familias que se autoproclamaban como grandes, o en los que una pequeña facción se tomaba la libertad de ascender a una familia a lo más alto de la lista por sus propios intereses, así que era bastante complicado. En cualquier caso, para ser reconocido por todos los demás, se necesitaba tanto capacidad como influencia.

En ese sentido, a nadie le cabía duda de que la familia Fable era la primera y la más importante. La actual jefa de la familia, Frose, tenía las habilidades y los logros que respaldaban eso. No sólo era una de los antiguos Tres Pilares, sino que también había servido como instructora y comandante durante un largo periodo de tiempo, entrenando a capaces Maestros Mágicos. Por último, seguía teniendo una gran influencia en la sociedad noble y en la política.

En términos de logros, la familia Socalent no era diferente. Aunque no le importaba mucho el prestigio, el extraordinario ascenso de Vizaist en una sola generación era definitivamente digno de su título noble.

Sin embargo, las circunstancias eran diferentes con los Womruina. La familia era prima lejana de la de Cicelnia y se remontaba a la realeza. Su fundador abandonó la lucha por la sucesión como gobernante y descendía de la realeza, habiéndosele concedido un título especial entre los nobles.

Aunque las cosas cambiaron con el tiempo, los Womruina nunca se habían quedado fuera de las tres grandes familias nobles. Tenían un pasado distinguido y poder económico y político, pero su mayor factor era su potencial bélico. Incluso en comparación con el jefe de la familia Fable, que había servido como comandante, y el jefe de la familia Socalent, que era un oficial en activo, los Womruina tenían una influencia considerable en el ejército. Habían producido muchos Maestros Mágicos capaces en su época, y muchos de los altos mandos tenían profundos lazos con ellos. Tenían un ejército privado, y como se podía deducir de los seguidores de Aile, su fuerza militar pura superaba la de las otras dos familias.

La actual familia Womruina tenía dos hijos. Aile era el segundo hijo y, por tanto, el segundo en la línea de sucesión.

Tesfia le hizo a Alus este rápido resumen. “Son nobles especiales, y ni siquiera nuestra familia puede compararse con ellos. Las Womruina son la antigua realeza.”

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“Hm, es así.” Tesfia se quedó blanca como una sábana, pero Alus le respondió con indiferencia. No era que su actitud fuera a cambiar después de escuchar eso. De hecho, le resultaban desagradables los nobles que no hacían más que presumir.

“Eso lo resume todo. Ahora, ¿has terminado de susurrar? Me voy a poner celoso, Fia.” Aunque Aile no debería haber sido capaz de escuchar, había adivinado más o menos de qué estaba hablando Tesfia. Esperó a que terminaran y se deslizó hacia ellas.

“Discúlpame, Alus Reigin.” Dijo, antes de extender la mano de forma casual… y agarrar el hombro de Tesfia. Su mano bajó entonces hacia su cintura y acercó a la fuerza su delicado cuerpo.

“¡Ah…!”

El cuerpo de Tesfia se puso rígido y finalmente miró al más alto Aile. Sus ojos parecían mostrar no sólo una pérdida de voluntad, sino también de su vigor.

Debajo de su flequillo, la miró a los ojos como un depredador a su presa. Murmuró: “Vaya, parece que mi pertenencia se ha ensuciado.” Colocó suavemente su mano derecha sobre la barbilla de ella. Para ser un hombre, sus dedos eran sorprendentemente finos.

Mientras tanto, Tesfia era incapaz de oponerse a él, como si estuviera petrificada. La mirada de Aile la inmovilizaba, impidiéndole siquiera apartar la vista. Y a medida que su rostro se acercaba… su cuerpo congelado era incapaz de detenerlo. Su mano izquierda que acariciaba su cabello rojo también parecía haber agarrado firmemente su corazón.

Era la presión del nombre de la familia Womruina, y Aile le parecía aterrador a Tesfia. Desde el momento en que nacieron como nobles, pertenecían a una jerarquía que unía hasta el corazón. Era una forma de sentido común que se les había sido inculcado. Por eso, aunque entendiera por qué se congelaba, no podía rechazarlo. Su propia familia era su cadena.

Todo aquello con lo que había nacido y crecido le pesaba ahora, conteniéndola. Aunque intentara escapar, una fuerza inesperada mantenía su mandíbula en su sitio y ninguna palabra podía salir de sus labios. No podía rechazar lo que se le acercaba.

“¡¡—!!” Aile reaccionó inesperadamente a algo.

Cuando Tesfia cerró los ojos, pudo oír el sonido seco de la mano despiadada que le sujetaba la barbilla y una mano más poderosa que la apartaba de Aile.

“¿Podrías no ensuciar mi pertenencia?”

Tesfia se apresuró a abrir los ojos y vio la cara de Alus, con los labios torcidos en una sonrisa sarcástica. Le pareció que tenía un aspecto mucho más villano que el de Aile… pero lo más importante es que acababa de llamarla su pertenencia.

“¡¿Q-Quééééééé?! ¡¡¡A quién llamas tu pertenencia!!!” Objetó Tesfia en voz alta, con la cara roja como una remolacha. “¡Hey, suéltame” También golpeó ligeramente la mano de Alus que la sujetaba por el hombro.

A continuación, se empujó a sí misma. Afortunadamente, Alice estaba allí para atraparla. Tesfia se había recuperado, pero su cuerpo seguía temblando. Sólo con pensar en lo que había sucedido, el miedo le subía por la espalda. Se acercó el brazo al pecho y lo apretó con tanta fuerza que empezó a palidecer.

A pesar de las desagradables sensaciones que había tenido, su cuerpo no se movía lo más mínimo… Sabía lo que le iba a pasar, pero había sido incapaz de rechazar los labios que se acercaban. Era como si estuviera paralizada… Sin fuerzas. Estaba frustrada.

Antes de saber lo que estaba pasando, Tesfia sintió algo caliente en su mejilla. Frotó su dedo contra ella. “¿Eh…?” Era una gran lágrima. Desagradable, pensó, y se la limpió.

Pero una vez que la presa se rompió, sus lágrimas fluyeron sin fin. Que casi le robaran un beso era humillante. Sin embargo, el miedo a que alguien en quien no confiaba se acercara así por la fuerza era aún mayor.

De repente, Alice la abrazó. Su mejor amiga, que era sólo un poco más alta que ella, estaba mirando intensamente a Aile de una manera que nunca había visto antes. También estaba Loki. Y aunque Ciel se había ido antes, si hubiera estado aquí probablemente habría hecho lo mismo.

Mientras tanto, Aile se deshizo de sus miradas, su sonrisa artificial se hizo más grande, mientras se dirigía tranquilamente a Tesfia. “Eso es inteligente. Puede que nuestro compromiso se hiciera cuando éramos jóvenes, pero ¿realmente pensabas que se había anulado?”

Tesfia volvió a temblar al desenterrar viejas heridas. Se congeló de nuevo.

“Después de eso, tu madre quiso revocar el compromiso de forma unilateral, pero

¿pensaste que eso pondría fin al asunto? No hay manera de que sea así, no importa lo que digan los de la familia Fable.”

“…”

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Alus no pensó mucho en lo que Aile tenía que decir. Sabía que eso era común entre los nobles. Pero cuando vio las lágrimas de Tesfia, pensó que descartarlo simplemente como algo que ocurría todo el tiempo sería duro. Además, pensó en lo que acababa de decir y hacer. Bueno, supongo que no es un error. Después de todo, estoy destinado a guiarla. En definitiva, con su “pertenencia” se refería a su alumna, pero no sabía por qué lo había dicho así.

Finalmente, pareció hartarse de pensar demasiado en ello. “Eso no importa.” Y entonces dijo su conclusión de una manera verdaderamente Alus. “Tienes negocios conmigo, ¿verdad?

¿Por qué no renuncias a ir a otro sitio y te explicas aquí? No tengo tanto tiempo, ya ves.” “Lo que sea. Como dijiste, mi negocio es contigo.”

“Ya estás dejando escapar tu refinada máscara.”

Aile mantuvo su sonrisa ante la flagrante provocación de Alus. Su sonrisa era casi como un abismo, o tal vez sólo estaba vacía de emociones humanas. “Sin embargo, permíteme comenzar con la situación de Fia. Es cierto que la carta de disculpa de la señora Frose y la solicitud de anulación del compromiso llegaron a nosotros. Pero, ¿qué tan estúpida puede ser? Era un compromiso oficial, ya ves. Ella lo había aceptado inicialmente, por no hablar de lo mucho que la familia Fable puede ganar con ello.”

Con una mirada cómplice, continuó: “Por supuesto, puedo entender tus circunstancias. Si te casaras con otra familia, la familia Fable terminaría con la generación de Frose. Por eso digo que no me importa casarme con tu familia. Podrías dar a luz a un nuevo heredero.”

Entonces Aile se inclinó y le susurró a la temblorosa Tesfia: “Ni siquiera la familia Fable querría convertirnos en enemigos, ¿verdad? Dudo que sea una elección que quieras hacer. No te preocupes, estoy seguro de que serás una buena esposa. Así que por qué no me muestras más de esa bonita cara tuya…”

Al acercarse a su rostro, susurró en voz aún más baja: “Esto me hace recordar. ¿A quién le hiciste una promesa y qué cuando eras pequeña?” Aile extendió la mano hacia Tesfia, que se había vuelto a congelar. Sin embargo, su mano se detuvo antes de llegar a su cabello. “…”

Miró fijamente a la persona que le había agarrado la mano. No era Alus, sino la mejor amiga de Tesfia. “¿Y quién eres tú?”

“Soy Alice. ¡Alice Tilake!” Alice gritó con rabia.

“Nunca he oído ese nombre… ¿Ni siquiera eres una noble? En ese caso, ¿puedes mantenerte al margen? Alguien de baja cuna como tú no debería ni siquiera tocarme. Harías bien en no meter las narices en los asuntos de los nobles.”

“No seas ridículo. Eso no importa.” Alice echó humo.

Pero Aile sólo le dedicó una sonrisa escalofriante. “Señorita Alice, harías bien en no pensar que los Womruina son el mismo tipo de nobles débiles que estás acostumbrada a ver. Se lo advierto ahora. Todavía quiere asistir a este instituto, ¿no es así? Entonces, no te metas.”

“¡Dije que eso no importa! ¡No importa quién sea!”

“No, al menos, eso no funcionará con Fia mientras sea noble.” Dijo Aile con una sonrisa y una mirada de suficiencia mientras seguía acercándose a Tesfia. “Ya no tienes que perder el tiempo estudiando magia. Tampoco saldrás al Mundo Exterior. Sólo tendrás que permanecer a mi lado.”

“¡—!” Los ojos de Tesfia se abrieron de par en par, pero parecía que no podía procesar inmediatamente lo que él había dicho. Por supuesto que no podía. Si eso ocurría, el sentido de su vida le sería arrancado. Después de todo su duro trabajo, había desafiado a su madre a una apuesta y finalmente había ganado su derecho a continuar en el Instituto. Si se lo quitaran, perdería sus objetivos y sería un simple pájaro en una jaula.

Mientras miraba el muro de hielo que era la sonrisa de Aile, su temblor se convirtió en resignación y aceptación, desapareciendo la luz de sus ojos.

Al ver eso, Aile volvió a acercarse a ella. Cuando Alice intentó intervenir de nuevo, sintió un dolor ardiente en la garganta. Antes de que se diera cuenta, el asistente masculino de Aile se había puesto detrás de ella y le estaba tocando el cuello. Pero sólo la tocaba con cuatro dedos. Ni siquiera estaba apretando… pero fue suficiente para que Alice tosiera y se arrodillara.

“Te lo advertí. Conoce tu lugar.” Aile miró fríamente a Alice. Luego dijo: “¿Qué significa esto?”

De repente y sin hacer ruido, apareció una figura junto a Aile, sin dejar a sus asistentes tiempo para reaccionar. Alus sujetó con fuerza la muñeca de Aile. “Si vas a detener a otros por la fuerza, deberías estar preparado para que te lo devuelvan. Estoy a cargo de su entrenamiento, así que no puedo pasar por alto más de esto.”

“Pensar que me van a dar un sermón. En realidad, soy un año mayor que tú, para que lo sepas… De todos modos, ¿podría liberarme?”

Mientras hablaban, el agarre de Alus en la muñeca de Aile se hizo más fuerte, la presión iba más allá del nivel que podría pasar como una broma.

Aile debía de sentir bastante dolor, pero se mantuvo perfectamente sereno.

Cuando hizo una señal a sus ayudantes con los ojos, Loki se puso sin palabras en el camino de la ayudante femenina llamada Cilcila, sujetando su AAR en forma de cuchillo con un agarre invertido.

Al mismo tiempo, el hombre que tocaba la garganta de Alice se volvió incapaz de mover las piernas, como si estuvieran inmovilizadas. La chica que había desaparecido al principio, Lilisha, había regresado, y ahora tenía un fino hilo como una cuerda de piano enrollado alrededor de su cuello.

El intrincado hilo ondulante que se extendía desde los dedos de Lilisha desprendía un agudo brillo. Probablemente cortaría muy bien. Si el hombre se movía sin cuidado, podría perder la cabeza. Aun así, no retiró sus dedos del cuello de Alice.

“Oh, Dios. Bien. Hagamos una tregua.” Dijo Aile. Miró al asistente masculino, que obedeció la voluntad de su señor y retiró sus dedos del cuello de Alice. Al momento siguiente, el hilo que rodeaba su propio cuello se fundió en el aire y desapareció.

Tras confirmarlo, Alus hizo una señal a Loki con los ojos y la hizo retirarse. Al mismo tiempo soltó la muñeca de Aile. “Lo siento… es lo que me gustaría decir, pero parece que no te tenemos el suficiente respeto para ello. No me importa si eres uno de los tres grandes nobles, o Womruina o lo que sea, pero no soportaré más de esto.” Dijo Alus, mirando directamente a Aile.

Sin embargo, el propio Aile miraba a otra parte. “¿Qué hace aquí la hija menor de los Frusevan? ¿Quién la ha metido en esto?”

“Parece estar bien informado, como se espera de alguien de la familia Womruina. ¿Sr. Aile, no? Es un placer conocerle, es lo que me gustaría decir… pero no es que quisiera encontrarme así. Por eso me fui al principio. Pero luego tuvo que ir y causar tal conmoción.”

“Pensar que protegerías a alguien de la familia Fable.” Dijo Aile tras una pausa.

Lilisha no dijo nada y se limitó a encogerse de hombros.

Entonces Aile se dirigió finalmente a Alus. “Aparte de eso, Alus, profesor de Fia y de esa chica de allí, te agradezco tu clase. Quizás la próxima vez te enseñe cómo tratar a las damas.”

“No, gracias. Puede que esté lejos de mi área de experiencia, pero creo que lo hago mejor que tú.”

“Oh, ¿quizás fue una falta de investigación por mi parte? Bueno, no he venido aquí hoy para enfadarte. Realmente tengo algo que decirte.” Aile se frotó la muñeca que le habían agarrado antes, mientras miraba a una deprimida Tesfia con una sonrisa inocente.

“Entonces dilo para que puedas irte.”

Aile dejó escapar una risa poco disimulada, y respondió a Alus en voz baja: “Ja, ja, sólo puedes hablarme así porque tienes el más alto rango en Alpha. Espero que entiendas que el segundo hijo de Womruina se desvive por dar cancha.”

“Como dijo Sir Alus, no habrá una segunda vez. Entienda que cualquier otra grosería será lo mismo que ponerse en peligro.” Dijo Loki bruscamente.

A pesar de ello, Aile se rió. “¿Grosero, dices? Eres muy gracioso. Pero supongo que soy yo quien pregunta, así que discúlpame, Alus. Se ha vuelto demasiado ruidoso para transmitir mis asuntos.”

“Entonces, ¿qué vas a hacer? No me importaría que te fueras.”

“Perdóname, pero creo que sería mejor si hablamos en un lugar tranquilo. Cilcila.” Sin esperar a que Alus respondiera, Aile instó a la mujer llamada Cilcila a que guiara el camino.

Aile era realmente un tipo egoísta, pero cuando el asistente masculino apareció a su lado, Alus decidió seguirlo. Pero tenía algo que hacer antes de eso.

Al ver que Alice se sujetaba la garganta con dolor, y que Loki apoyaba a Tesfia, lo pensó por un momento. Tesfia era una chica sensible, y ahora su habitual alegría había desaparecido, ya que parecía estar sufriendo una crisis mental.

Se preguntó qué decirle… pero después de pasar unos segundos pensando, se dio cuenta de que no debía hacer algo con lo que no estaba familiarizado. Así que sacudió la cabeza y sólo dijo una cosa. “Bueno, finge que un perro callejero te ha mordido y aguántate.”

“¡¡¡—!!!” Aile reaccionó a esto.

Incluso Loki estaba exasperada por sus insensibles palabras. Le había dicho a Aile que él era mejor tratando a las mujeres, pero no podía soportar esto.

“Entonces, ¿a dónde vamos?” Preguntó Alus.

Pero no fue Aile quien respondió. “El salón del cuarto piso.” Le dijo Cilcila.

Creo que eso requiere el permiso de Sisty… pensó Alus, mientras miraba a Aile y a sus ayudantes. Hablando de eso, ¿habían dicho siquiera a Sisty que estaban de visita? Si los Womruina eran tan problemáticos como parecían, probablemente tenía las manos llenas preparando la tormenta de quejas que le traería la asistencia de Aile al Instituto por primera vez en un tiempo.

“Está bien. Pero tengo que revisar a las dos víctimas, así que adelante.”

“Por supuesto… pero esto también concierne a Fia, así que ¿estás seguro de que no deberías traerla?”

“¿Lo dices en serio?”

“Era sólo una broma. No me importa. Siéntase libre de tener una larga charla y calmarse. Parece que hay algo de confusión por ahí. Pero intenta no hacerme esperar.” Terminó Aile, mientras se marchaba con la asistente femenina. El asistente masculino que esperaba detrás de Alus hizo una ligera reverencia y siguió a su maestro.

Después de verlos salir, Alus se dio la vuelta. “Gracias, Lilisha.”

“No podía ser de otra manera con la forma en que iban las cosas. Aun así… nunca esperé que alguien de la familia Womruina viniera al Instituto. Ah, y para que lo sepas, me escondí al principio para evitar cualquier problema. Puede que Aile von Womruina haya actuado como si me conociera, ¡pero no tengo ninguna relación profunda con él!”

“Bien, lo entiendo. Pero realmente ayudaste. Si no, Alice habría estado en peligro.” Dijo Alus, mientras examinaba las marcas de los dedos en el cuello de Alice. Las cuatro marcas sangraban internamente. Alus no sabía cómo lo había hecho, pero si no se hubiera hecho bien, su arteria podría haberse cortado. “Son aún más imprudentes de lo que imaginaba.”

“No querrás convertir a los Womruina en un enemigo.” Le dijo Lilisha. “Ni siquiera hay que subestimar a esos dos asistentes.” Luego explicó que el asistente masculino no había reaccionado mucho al recibir un hilo alrededor de su cuello. Incluso con su vida en juego, probablemente no habría dudado en matar a Alice si su amo se lo hubiera ordenado. Su lealtad era anormal.

“De cualquier manera, se evitó el peor resultado. Alice, ve a la enfermería. Dejar tu cuello sin tratar no es una buena idea. Traeré a Tesfia más tarde.”

“S-Sí. Gracias, y a ti también, Lilisha.”

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“No necesitas agradecerme. No estaba tratando de salvarte a ti o a la Sra. Tesfia. Pasarían cosas terribles si Alus se desbocara, así que tuve que intervenir.” Pero incluso mientras Lilisha hablaba, su mirada se desviaba con simpatía hacia Tesfia de vez en cuando.

Sin embargo, Alus se opuso. “No hables como si fuera una especie de alborotador.” “Oh, ¿me he equivocado?”

“Si lo dijera en serio, habría terminado antes de que alguien tuviera tiempo de hacer un escándalo.”

“Entonces tomé la decisión correcta.”

“Puede ser. Pero tampoco han vuelto a la normalidad.” Alus miró a Tesfia. Estaba aturdida por el shock mental. En todo caso, estaba peor que antes. No respondía y sus temblores no cesaban.

Alus bajó la cabeza para ver cómo estaba Tesfia, y luego gimió. Sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos estaban en blanco. Ni siquiera intentaba ocultar sus ojos llorosos. Sus brazos colgaban sin fuerza a los lados. Eran los síntomas de alguien en estado de shock que revivía un trauma pasado. Era como una muñeca viviente en trance.

“Patético… Simplemente le dejé hacer lo que le dio la gana.” Dijo Alus en un tono amargo y auto ridiculizante, sus palabras desaparecieron en el aire. Habría sido fácil si hubieran usado algún hechizo llamativo. Él se habría limitado a percibirlos y a aplastarlos. De ese modo, Tesfia y Alice no habrían resultado heridas. Cuando se enfrentó a los hechos, no pudo negar que había dudado porque estaba en el Instituto.

“Lo siento, pero Lilisha y Loki, ¿pueden ayudarnos?” Preguntó Alus a las dos chicas, con la mano en la cabeza de Tesfia.

A continuación, le secó lenta y suavemente las lágrimas con el pulgar. Su estado se asemejaba a los síntomas de alguien con una enfermedad mental, pero sus ojos vacíos mostraban débiles signos de influencia del maná. Al hablar de hechizos que influían en la mente, el elemento oscuro fue su primer pensamiento. Sin embargo…

“Esto no es magia. Es una forma de hipnosis.” El maná era sólo el desencadenante final. Fue la experiencia traumática impresa en el subconsciente la causa principal del daño psicológico. Puede que supiera cómo tratar las heridas comunes en el Mundo Exterior, pero no sabía cómo tratar heridas psicológicas como éstas.

Y dejando de lado el trauma mental de Tesfia, Alus se preguntaba si debía meter la cabeza más en esto. Aile había mencionado un compromiso con Tesfia, lo que significaba que era un problema entre las familias Fable y Womruina. Un problema entre nobles, lo que significaba que no había lugar para que él interfiriera.


Aun así, no podía negar sus sentimientos. Había pasado mucho tiempo guiando e instruyendo a Tesfia, e incluso se había involucrado en su apuesta con Frose. Y no estaba seguro de si debía desechar las conversaciones sobre el futuro de Tesfia como algo ajeno a él.

Fue entonces cuando se acordó. “¿Puedes no ensuciar mi pertenencia?” Entonces suspiró. Aunque la actitud de Aile le había sentado mal, había metido la pata, y realmente tenía ganas de chasquear la lengua. Su elección de palabras era una cosa, pero se había involucrado en ese momento.

“¿Ahora qué hago…?” Alus soltó a nadie en particular.

“Debe hacer lo que desee, Sir Alus. Sin embargo, la actitud de ese hombre fue grosera, y sobre todo… desagradable. Eso es suficiente para sentirse mal por cualquiera, incluso por la señorita Tesfia.” Como compañera, Loki podía simpatizar con muchas cosas.

Aunque Alus no era el más sensible con las chicas, tenía algunas reservas sobre Aile y la familia Womruina. “Estoy de acuerdo. Aceptar su invitación es molesto, pero debería ir a arreglar las cosas. Después de hacer algo con Fia.” Concluyó, rascándose la cabeza.

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