Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 16

Extra 1: Desempeño Del Grupo- La Esposa Rutim Y Las Cuatro Hermanas Ruu

Temprano en la tarde del nueve del mes ceniciento, Ama Min Rutim visitó la casa principal de Ruu. Al llegar, y antes de entrar, la primera persona con la que se topó fue la hija mayor, Vina Ruu.

“Oh, ¿qué te trae por aquí, Ama Min Rutim? Se supone que no debes estar de servicio hasta mañana, ¿no es así?”

Por alguna razón, Vina Ruu estaba afuera de la casa, sentada apoyada contra la pared y deliberando sobre algo. Con un asentimiento dirigido hacia la niña, Ama Min Rutim señaló la tabla de tracción que había arrastrado hasta aquí.

“Verás, los Rutim lograron derribar un buen giba regordete por primera vez en mucho tiempo, así que vine a entregárselo a Asuta”.

“Ooh… Tal vez esta no sea la forma correcta de decirlo, pero me sorprende que Dan Rutim estuviera dispuesto a dejar ir un giba de tan alta calidad…”

“Bueno, atraparon otro que era igual de bueno, por lo que decidieron enviar uno al clan Fa”.

Pronto pasaría un mes desde que terminó el período de descanso de Rutim, por lo que no les faltaría carne giba en el corto plazo. Desde esa perspectiva, tenía sentido que Dan Rutim quisiera entregarlo, incluso con la gran captura que era. El clan Fa entraría pronto en su propio período de descanso, por lo que tendrían cada vez más problemas para suministrar suficiente carne giba para todas sus necesidades.

“Un giba es menos sabroso cuando no tiene mucha grasa… Sin embargo, no es que me haya preocupado por cosas como esa antes de que Asuta me enseñara cómo hacer una buena comida”.

“Gordo, ¿eh…?” Vina Ruu repitió con una mirada triste en sus ojos. “Ama Min Rutim, tienes la cantidad justa de grasa para una mujer, ¿no? No muy poco, pero tampoco demasiado…”

“¿E-Eh? ¿De qué demonios estás hablando?”

“Bueno, quiero decir, tengo más grasa que la mayoría de la gente…”

Si bien fue un poco grosero hacerlo, Ama Min Rutim le dio a Vina Ruu una revisión completa. No se veía demasiado gorda en lo más mínimo. Por supuesto, tampoco era delgada, pero tenía un cuerpo verdaderamente saludable con curvas femeninas que seguramente serían atractivas para muchos hombres. Como compañera, Ama Min Rutim ciertamente no pensó que tuviera nada de qué preocuparse en términos de su apariencia.

Además, Vina Ruu poseía una increíble cantidad de encanto y atractivo sexual. Obtuvo una gran cantidad de interés del sexo opuesto no solo en todo el asentamiento en el borde del bosque, sino también en la ciudad postal. Su mirada caída y somnolienta, sus labios carnosos y su rostro hermoso, pero de alguna manera todavía infantil, servían para desviar a los hombres.

Normalmente, Vina Ruu debería preocuparse por atraer demasiada atención masculina. Después de todo, ni siquiera se podía contar con los dedos de las manos la cantidad de veces que ella había rechazado propuestas de matrimonio en el transcurso de los últimos cinco años.

“Es vergonzoso cuando miras así…”, dijo Vina Ruu, retorciendo su cuerpo y luciendo preocupada. Incluso si no fuera su intención, esa acción era otra que le haría ganar más atención por parte de los hombres.

“Mis disculpas. Pero eres lo suficientemente hermosa como para que cualquiera esté celoso de ti, Vina Ruu. Por supuesto, los estándares de belleza pueden variar de un país a otro”.

Vina Ruu se quedó en silencio cuando escuchó eso.

“Pero aun así, ese hombre de Sym dijo que se sentía atraído por lo que había dentro de ti en lugar de tu apariencia, ¿no es así? No creo que haya nada de lo que debas preocuparte.”

“¿Cómo sabes eso, Ama Min Rutim?”

“Oh, lo siento. Por casualidad escuché a Lala Ruu y Asuta discutiéndolo”.

Después de dar un largo y pesado suspiro, Vina Ruu estalló en un puchero infantil. “No es que me importe tanto cómo me vio ese hombre… Simplemente me hizo notar que tengo demasiada carne y grasa en mis huesos…”

“Ciertamente no lo creo. Incluso si no eres demasiado flaco, ciertamente tampoco eres gordo”. Luego, con una mirada un poco preocupada, Ama

Min Rutim agregó: “Entonces, eh… por favor, no intentes obligarte a perder peso, ¿de acuerdo?”.

“¿Qué te hace pensar que me gustaría hacer eso?” Vina Ruu replicó con una mirada disgustada, pero pronto fue reemplazada por una expresión cansada. Con toda probabilidad lo estaba haciendo inconscientemente, pero agarró el brazalete enjoyado alrededor de su muñeca izquierda. Según Asuta, era un regalo destinado a evitar el desastre, que le dio el oriental Shumiral.

“Te preocupa si deberías o no casarte con ese hombre, ¿no?”

“De ninguna manera mi padre aceptaría eso… Los Ruu son uno de los clanes líderes, y tienen que servir como ejemplo para la gente del borde del bosque…”

“¿Es esa tu verdadera preocupación? ¿Cómo debes comportarte cuando Donda Ruu se niega?”

Vina Ruu se mordió la lengua.

Inclinándose frente a la niña, Ama Min Rutim la miró a los ojos.

“Creo que esa es probablemente la forma correcta de abordar las cosas. Dado que el hombre está preparado para dejar de lado a su dios Sym para casarse contigo, debes pensarlo seriamente independientemente de si finalmente decides aceptar o rechazar su propuesta.

“No sé lo que es correcto, sin embargo…”

“Se trata de lo que sientes que es mejor. Deberías elegir lo que te haría más feliz, Vina Ruu”.

Vina Ruu le devolvió una mirada de reproche a Ama Min Rutim. “Es demasiado difícil para mí decidir… Después de todo, lo que me hace más feliz puede ser malo para mi familia y para los demás…”

“No creo que eso sea cierto. Lo que hará más felices a las personas que se preocupan por ti es verte feliz”.

Ante eso, la expresión de Vina Ruu cambió completamente de nuevo. Ahora, tenía el aspecto de una niña preocupada que había sido separada de sus padres. “Últimamente, ni siquiera puedo decir qué es lo que quiero… Estoy seguro de que Lala y Asuta también deben haber hablado de eso, ¿Verdad?”

“Bueno, sí, lo hicieron”.

Aparentemente, cuando se despidió del oriental Shumiral, Vina Ruu había expresado su admiración por el mundo exterior. Sin embargo, había renunciado a ese deseo y decidió vivir como una persona del borde del bosque.

Ciertamente era algo para una persona del borde del bosque querer ver lo que había más allá. Por lo que Ama Min Rutim sabía, no había nadie más así por ahí. Y luego, quién debería enamorarse de ella, sino un hombre de muy, muy lejos, Shumiral.

Eso debe haber causado que Vina Ruu se cuestionara terriblemente. Era posible que pudiera sacarla al mundo, si ella se lo pedía. No pudo haber sido fácil para ella descubrir cómo debería considerar a alguien como él… y después de agonizar profundamente por eso durante mucho, mucho tiempo, Vina Ruu había decidido firmemente seguir viviendo en el asentamiento al borde del bosque. .

Normalmente, ese habría sido el final de las cosas. Pero inesperadamente, ese hombre Shumiral no pidió llevarse a Vina Ruu con él, sino que dijo que se casaría con la gente del borde del bosque. Él mismo debe haberse angustiado mucho por eso, y en vista de lo difícil que sería que Vina Ruu se casara con su familia, ya que ella era miembro de un clan líder, decidió abandonar a su dios y su tierra natal.

Es natural que eso deje a Vina Ruu sintiéndose confundida, pensó Ama Min Rutim mientras seguía mirando la cara preocupada de la otra chica. Mientras Vina Ruu jugueteaba con las puntas de su cabello castaño, dio otro profundo suspiro.

“No hay forma de que pueda elegir el camino correcto si ni siquiera sé cómo me siento, ¿verdad? ¿Qué significa amar a alguien para empezar…?”

“Me imagino que nadie puede darte una respuesta clara a esa pregunta”.

“¿En serio…? Pero Ama Min Rutim… ¿no te casaste con Gazraan Rutim porque lo amas?”

“Sí. Pero descubrí lo que Gazraan sentía por mí algún tiempo antes. Si no lo hubiera hecho, estoy segura de que no habría pasado nada y habría renunciado a casarme con él”, respondió Ama Min Rutim, sintiendo que sus mejillas se calentaban. “No dudo de mis sentimientos por él ahora, pero nunca me di cuenta de cuáles eran hasta entonces. De hecho, incluso pensé que sería mejor si Gazraan se diera prisa y se casara con otra mujer”.

“¿En realidad? Encuentro eso difícil de imaginar, mirándote ahora…”

“Eso es comprensible. Pero estoy tan contenta de que Gazraan se haya abierto a mí primero. Solo la idea de una vida sin él a mi lado es suficiente para que me duela el corazón ahora”, dijo Ama Min Rutim, y luego se llevó ambas manos a las mejillas. “Lo siento. Debo haber sonado realmente vergonzoso en este momento. Probablemente pienses que soy un tonto si sigo así.”

“Por supuesto que no. Pero para que seas tan abierto sobre todo eso por mi bien… Eres muy amable, Ama Min Rutim…”

“Bueno, somos parientes y eres importante para mí”.

“Pensé… que tal vez me odiabas…”, dijo Vina Ruu con una mirada un poco preocupada, sus ojos vueltos hacia arriba mirando a Ama Min Rutim.

Por un momento, Ama Min Rutim no tuvo idea de lo que quería decir, pero luego entendió y dijo: “Ah, ¿te refieres a cómo rechazaste una solicitud para casarte con Gazraan? Ninguno de nosotros está preocupado por eso en absoluto. Y además, después de eso, pensé que era obvio que solo querías casarte con alguien que realmente fuera adecuado para ti.”

“Si…”

“Gazraan y yo solo pudimos finalmente encontrarnos después de todo tipo de apretones de manos. Sospecho que es un hecho que las personas se preocuparán excesivamente cuando elijan a alguien con quien pasar su vida. Así que creo que está bien si te toma un tiempo superar tus luchas, tratando de encontrar la solución adecuada a este problema y aferrarte a un futuro feliz para ti”.

“¿Es normal preocuparse? Ni siquiera había pensado en eso…”

Después de mirar al suelo por un momento, Vina Ruu finalmente miró directamente a Ama Min Rutim.

“Ama Min Rutim… Estoy seguro de que si fuera un hombre, me habría enamorado de alguien como tú… Tan modesto y, sin embargo, resuelto también… Eres increíblemente encantador”.

“¿Eh? No, solo soy bueno haciéndome ver de esa manera. Durante mucho tiempo, mi familia estuvo preocupada por lo que sería de mí porque mi personalidad era muy intensa, ¿sabes?”

“¿En serio…? Definitivamente es difícil de creer… Pero gracias. Me siento un poco más a gusto ahora, escuchándote decir que está bien preocuparse…” Vina Ruu respondió con una hermosa sonrisa. “Seguiré pensando en ello durante los próximos meses, hasta que mi cerebro se agote… Y trataré de averiguar qué debo hacer…”

“Cierto. Y cuando las cosas se pongan difíciles, siéntete libre de hablar conmigo”.

En ese momento, hubo una conmoción alrededor de la entrada del asentamiento.

Había un carro tirado por totos rodando, lo que significaba que Asuta y las mujeres Ruu habían regresado de la ciudad postal.

“Oh, ¿ya es tan tarde? Tengo que manejar las hojas secas de pico…”, dijo Vina Ruu, poniéndose de pie lentamente. Pero luego, de la nada, envolvió sus elegantes brazos alrededor de Ama Min Rutim en un abrazo.

“¿V-Vina Ruu? ¿Qué es?”

“Nada… De repente sentí tanto cariño por ti… Tal vez como la hermana mayor, ¿me atraen las mujeres confiables?” Vina Ruu se apartó a regañadientes de Ama Min Rutim, con las mejillas enrojecidas como las de una doncella enamorada. “Lo siento… Um, la próxima vez que pases por el asentamiento de Ruu, me encantaría que pudiéramos hablar mucho más…”

“C-Correcto”, Ama Min Rutim asintió en respuesta, pensando para sí misma que los hombres probablemente no podrían tener suficiente de esos ojos llorosos.

Con eso, Vina Ruu desapareció por el costado de la casa, y el carro de totos se acercó a Ama Min Rutim.

“Oh, eres tú, Ama Min Rutim. Me preguntaba quién era”, dijo Asuta con una mirada preocupada, ahora sosteniendo las riendas después de haberse bajado del asiento del conductor. “Esa fue Vina Ruu contigo, ¿no? ¿Ocurría algo?”

Naturalmente, Asuta debió haberlo visto todo cuando se acercó. Por alguna razón, las mejillas de Ama Min Rutim se sonrojaron cuando respondió: “Solo estábamos hablando un poco”.

“Oh, ¿Ama Min está aquí?”

“Ah, tienes razón. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías encargarte del trabajo en la casa?”

Morun Rutim y Tsuvai se bajaron del carro y se acercaron mientras hablaban. Ambos habían estado ayudando en los puestos del clan Ruu, Morun Rutim comenzando cuando el sol alcanzaba su punto máximo y Tsuvai desde temprano en la mañana.

“Bueno, nuestro clan persiguió a este espléndido giba, y me enviaron a preguntarte si nos lo comprarías, Asuta”.

“¿Eh? ¿En serio? ¿No se supone que los giba alrededor del asentamiento de Rutim son bastante delgados en este momento?”

“A veces, giba regordeta y saludable como esta pasea cerca. Sin embargo, yo no soy un cazador, así que no sé exactamente los detalles.”

“¡Una giba gorda como esta sería de gran ayuda! Hemos estado comprando carne de Gaaz y Ratsu y similares, pero me he estado preocupando un poco por nuestras reservas”.

Hubo un brillo en los ojos de Asuta. Hoy era el cuarto día desde que había reabierto sus negocios en la ciudad de correos, y con cada día que pasaba, parecía estar lleno de más vigor e impulso.

“Por favor, ve y míralo en la cocina. No es una giba tan grande, pero creo que debería tener mucha grasa”.

“¡Gracias! ¡Bueno, entonces, ocupémonos de eso de inmediato!”

Los dos movieron la bolsa de cuero de la tabla de tracción al carro. Mientras tanto, las mujeres restantes salieron del vehículo. Eso incluía a Li Sudra y Lala Ruu, que habían estado ayudando con los puestos de Asuta, así como a Sheera y Reina Ruu, que estaban a cargo de los puestos de Ruu.

Reina Ruu fue la última en descender, y cuando Ama Min Rutim vio a la niña, inclinó la cabeza y dijo: “¿Oh? ¿Qué pasa, Reina Ruu? Te ves bastante desgastado… ¿Te sientes mal de alguna manera?”

“Ah, Ama Min Rutim… No, estoy bien, solo estoy un poco cansada, mentalmente…”, respondió Reina Ruu con una sonrisa extrañamente preocupada. Mientras tanto, el resto del grupo rodeó la parte trasera del edificio. Asuta había regresado a la casa del Fa hace cuatro días, pero había pasado por el asentamiento de Ruu después de un trabajo como este para dar lecciones de cocina.

Todavía pareciendo preocupada, Reina Ruu se acercó a Ama Min Rutim.

“Verás, este noble que visitó el puesto siguió hablando conmigo y se negó a irse. Me cansé mucho de tratar con él”.

“¿Un noble visitó los puestos? ¿Podría ser el de Banarm?”

Se había enterado de eso por Rau Lea. Aparentemente, mientras trabajaba en esa cena en la ciudad del castillo, Reina Ruu hizo que tanto un joven noble como un chef que había conocido se enamoraran de ella.

Sin embargo, Reina Ruu negó con la cabeza, “No. No era el de Banarm, sino uno que vive aquí en Genos. Pertenece a la casa de Saturas que gobierna la ciudad postal, y creo que dijo que su nombre era Leeheim.”

“¿La casa de Saturas? ¿Qué quiere un hombre así contigo, Reina Ruu?”

“Bueno, él también estuvo en la cena el otro día, el resto de nosotros que cocinamos con Asuta les presentamos al final. Desde entonces, parecía estar tratando de hablarme mucho… Hoy se quedó junto a mí todo el tiempo que estuve trabajando en el establo, y siguió parloteando una y otra vez”.

“Oh, Dios mío”, fue todo lo que Ama Min Rutim pudo decir, con los ojos muy abiertos. “Entonces, además de ese noble de Banarm y el chef de la ciudad del castillo, ¿ahora es un noble de Genos? Eres una mujer muy encantadora, por supuesto… pero es inaudito que un noble de Genos se obsesione tanto con una mujer del borde del bosque”.

“Eso es seguro. ¿Qué demonios está pensando? Reina Ruu parecía claramente preocupada. Sin embargo, eso no fue una verdadera sorpresa. Si Ama Min Rutim estuviera en la misma posición, probablemente habría pasado corriendo ese escenario y se habría enojado o comenzado a reír o algo así.”

“Bueno, no puedo imaginarme a un noble de Genos pidiéndole a una mujer del borde del bosque que se case con él, así que la forma en que estaba tratando de mostrar afecto por ti me parece más que poco sincero”.

“Sí, eso es exactamente correcto. Aunque sería un problema mucho mayor si en realidad me estuviera pidiendo que me case con él, por supuesto…”

“Entonces, ¿qué tipo de persona es este noble?” Ama Min Rutim preguntó, ganando su curiosidad, solo para que Reina Ruu estallara en una expresión infantilmente malhumorada.

“Es un joven que ciertamente encaja en el molde de un noble, con la cabeza grasosa y todo. Trata de mantener las apariencias frente a mí, pero tiene una mirada realmente altiva en sus ojos. Y además de eso, no puede ocultar lo débil y frágil que es, como si fuera a colapsar en el acto si lo abofetearas…”

“Ya veo. Eso ciertamente suena desafortunado.”

“Sí, es un desastre”, respondió Reina Ruu tan rotundamente que Ama Min Rutim no pudo evitar que se le escapara una risita. “No es cosa de risa para mí. No puedo ser demasiado franco con un noble como él, así que realmente es un problema”.

“Mis disculpas. Entiendo cómo te sientes”, respondió Ama Min Rutim, borrando la sonrisa de su rostro mientras miraba a Reina Ruu.

Mientras que Vina Ruu era un poco más alta que Ama Min Rutim, la segunda hija, Reina Ruu, era más que un puño más baja. Sin embargo, ella era tan encantadora como su hermana mayor. Su cabello negro, raro para el borde del bosque, estaba atado y colgaba a ambos lados de su cuello, y sus ojos azules brillaban intensamente en su pequeño rostro. Aunque era bajita, tenía una complexión maravillosa, por lo que ciertamente no había escasez de hombres en el borde del bosque que querrían casarse con ella.

“Aun así, solo demuestra lo encantadora que eres, Reina Ruu, que un noble de Genos intente cortejarte tan audazmente. ¿No puedes estar feliz por eso, al menos?”

“No me siento feliz por nada de eso. Si hubiera visto a Vina Ruu primero, estoy seguro de que se habría enamorado de ella en su lugar”. Reina Ruu tenía diecisiete años al igual que Ama Min Rutim, pero aún mantenía su discurso formal cuando hablaba con la niña. Por eso se había referido a un miembro de su propia familia usando el nombre de su clan. Aunque Sheera Ruu de las sucursales era mayor, Reina Ruu hablaba casualmente con ella. Ama Min Rutim siempre sintió que la segunda hija de Ruu no necesitaba actuar tan formalmente con ella, especialmente considerando que los Ruu eran su clan de padres.

“No estoy muy seguro. Tú y Vina Ruu son bastante encantadores, pero sus personalidades son muy diferentes. No creo que haya ninguna garantía de que un hombre que se enamoró de ti sienta lo mismo por ella.”

“Bueno, eso todavía no cambia el hecho de que es una molestia. Con mi estado de ánimo actual, que los hombres desarrollen sentimientos por mí no es precisamente bienvenido”.

“¿Eh? ¿Incluso los hombres del borde del bosque?”

“Así es. Por ahora, quiero dedicar todo lo que tengo a entrenar mis habilidades culinarias, por lo que los hombres que intentan cortejarme no son más que un dolor”.

Su forma de pensar iba muy en contra de las costumbres del borde del bosque.

“Pero casarse y tener hijos es un trabajo crucial para nosotras las mujeres. Hacer una buena comida es importante, pero no hay comparación entre los dos”.

Reina Ruu se mordió infantilmente el labio. Dado que, para empezar, tenía una apariencia juvenil, eso solo la hacía parecer más joven.

“Quiero decir… así es como me siento honestamente. Puede que vaya en contra de las costumbres del borde del bosque, pero no puedo imaginar no ser fiel a mí mismo”.

“Eso ciertamente es un problema. ¿Qué es exactamente lo que te hace sentir de esa manera?”

“Eso es…” Reina Ruu comenzó a decir, y luego su mirada cayó al suelo. “No lo sé exactamente… Pero quiero volverme más hábil incluso que Asuta”.

“¿Más hábil que Asuta? Eso… suena como un camino bastante difícil de recorrer.”

“Soy muy consciente. Pero si no puedo hacer eso, entonces no sé cómo dejar de sentirme así”, afirmó Reina Ruu infantilmente, pero no había vacilación alguna en sus ojos. Ama Min Rutim pensó para sí misma que tal vez tenía una voluntad aún más fuerte que su hermana mayor.

“Ya veo… En ese caso, supongo que no tienes más remedio que continuar por el camino que crees que es el correcto”, respondió Ama Min Rutim, a lo que los ojos de Reina Ruu se abrieron de par en par por la sorpresa.

“¿No vas a amonestarme? Esperaba que dijeras algo sobre cómo un miembro de la casa principal Ruu no puede ser tan egoísta”.

“No soy de los que dan demasiado valor a lo que es normal y esperado. Creo que mientras no rompas las leyes del borde del bosque, debes seguir tus sentimientos por encima de todo”, dijo Ama Min Rutim, sacando un poco la lengua. “Hasta que se decidió que me casaría con Gazraan, a mis padres siempre les preocupaba que tuviera la intención de vivir mi vida sola. Pero todo lo que quería era escuchar a mi corazón más que a las costumbres del borde del bosque”.

“¿En serio…? Siempre pensé que no tenías problemas para conciliar lo que quieres con lo que exigen nuestras costumbres.”

“Sabes, le dije a Vina Ruu exactamente esto hace un rato, pero simplemente soy bueno para hacer que se vea de esa manera. No estoy ni cerca de ser tan perfecto”.

“Eso realmente es una sorpresa. Parece que no te entendí bien, Ama Min Rutim”, admitió Reina Ruu, y luego estalló en una sonrisa tan encantadora como la de su hermana mayor. “En ese caso, ¿puedo pedirte que mantengas esto entre nosotros? No quiero preocupar a mi familia”.

“No le diré una palabra a nadie. Y estaré esperando ansiosamente el día en que sus esfuerzos den sus frutos”.

“Gracias”, dijo Reina Ruu, sonriendo dulcemente.

Un momento después, dos pequeñas figuras regresaron desde la parte trasera de la casa: Tsuvai y Lala Ruu.

“¿Hasta cuándo vas a seguir hablando, Reina? Asuta y los demás ya comenzaron a prepararse para mañana”.

“¡Eh, ¿en serio?! ¡Lo siento, vendré enseguida! Hasta luego, Ama Min Rutim…”

“Cierto. Estoy de servicio mañana, así que estaremos trabajando juntos en los puestos y practicando cocina”.

“Sí, estoy deseando que llegue”, respondió Reina Ruu, su tono cambió para sonar un poco más maduro. Pero justo cuando Ama Min Rutim se sentía muy caliente por alguna razón u otra, Tsuvai la llamó.

“Ama Min Rutim, Asuta siguió adelante y compró esa carne de antes. Recibí un pago de él, así que apresurémonos”.

Morun Rutim se quedaría en el asentamiento de Ruu y practicaría un poco de cocina, además de ayudar a preparar la cena, por lo que Ama Min Rutim asintió y dijo “Bien”, solo para que Lala Ruu interviniera.

“Umm, en realidad hay algo que quería discutir contigo, Ama Min Rutim. Lo siento, pero ¿podrías matar el tiempo en la casa de Shin Ruu, Tsuvai?”

“¿Eh? Pero casi nunca he hablado con Shin Ruu”.

“Todavía está en el bosque. Pero deberías poder ayudar a Mida y Ryada Ruu con el trabajo de la casa, ¿verdad?”

Tsuvai instantáneamente pareció disgustado cuando escuchó esa sugerencia. “Mida y yo cortamos nuestros lazos de sangre, por lo que sería un mal ejemplo si nos vemos tan casualmente, ¿no es así…?”

“Eso no es cierto en absoluto. Perteneces al clan Rutim mientras que Mida es miembro de Ruu, por lo que sin duda aún eres pariente. Y no hay nada de malo en que los parientes tengan una agradable conversación amistosa. Tú y Mida, y Yamiru Lea en el clan Lea, todos se esfuerzan por vivir adecuadamente como personas del borde del bosque, por lo que no tienen nada de qué avergonzarse”.

“Realmente no me sentí avergonzado de nada para empezar”.

“Lo sé, así que adelante y date prisa en llegar a la casa de Shin Ruu. Te devolveré a Ama Min Rutim lo suficientemente pronto”.

Aunque parecía increíblemente renuente, Tsuvai comenzó a caminar. Aun así, Ama Min Rutim se sintió aliviada al ver que las dos chicas que tenían más o menos la misma edad se llevaban sorprendentemente bien. Ambos eran de mal genio y francos, por lo que tal vez su naturaleza sin reservas los hizo hacer clic.

“Entonces, ¿de qué querías hablar conmigo?” Ama Min Rutim preguntó mientras veía salir a Tsuvai.

Lala Ruu agitó su brillante cabello rojo y dijo: “Ah… ¿Podríamos pasar a ese árbol? Siento que alguien podría salir de repente y escucharnos si nos paramos frente a la casa”.

“Muy bien.”

Tal como la niña había pedido, caminaron a la sombra de un gran árbol al costado de la casa principal. Sin embargo, incluso después de mudarse allí, Lala Ruu todavía no hablaba sobre su negocio.

“Es inusual que quieras hablar conmigo. ¿Tiene algo que ver con los negocios en la ciudad postal?” preguntó Ama Min Rutim, aunque supuso que tenía que ser otra cosa.

Como era de esperar, Lala Ruu negó con la cabeza y dijo: “No. Umm, si no tienes ganas de responder, no tienes que hacerlo, pero… ¿alguna vez has peleado con Gazraan Rutim?”

“¿Hemos peleado? No, no que yo pueda pensar.”

“Cierto, ustedes dos tienen personalidades tan relajadas… Pero, ¿y antes de casarse? ¿Tus opiniones chocaron más que ahora?”

“No estoy seguro. Por supuesto, hubo pequeñas cosas en las que diferimos, pero Gazraan y yo, naturalmente, parecemos pensar de manera similar”.

“Ya veo… Así que realmente es mejor casarse con alguien así, ¿eh?”

“Oh, no”, respondió Ama Min Rutim. “Ese tipo de cosas varía de persona a persona. Mientras coincidan en lo que más importa, en la base de su ser, nada más es importante. E incluso si Gazraan y yo pensamos igual, nuestras personalidades y temperamentos son muy diferentes”.

“¿En serio? Sin embargo, ustedes dos parecen tan similares entre sí”.

“Yo no diría eso. Gazraan y yo somos buenos para hacer que se vea de esa manera”.

Ama Min Rutim nunca imaginó que estaría diciendo casi lo mismo tres veces en un día. No era como si en particular intentara ocultar cómo se sentía, pero su familia le había enseñado a tratar a los demás con cortesía, y tal vez había tenido demasiado éxito en eso.

“Aun así, no es como si ustedes dos pelearan regularmente ni nada…”, dijo Lala Ruu con un suspiro, luciendo deprimida.

Su cabello rojo brillante estaba recogido en la parte superior de su cabeza, y acababa de cumplir trece años. Parecía que su feminidad se mostraba primero en su altura, ya que era bastante delgada, y Ama Min Rutim sintió que la forma en que la niña siempre estaba animada y abierta como un niño era su mayor encanto. El hecho de que ella estuviera actuando tan inusualmente baja sugería que estaba lidiando con preocupaciones aún mayores que sus hermanas mayores.

“Verás, siempre estoy peleando con este chico, Shin Ruu… En realidad, en lugar de una pelea, es más solo que me enoje y le grite”.

“Ya veo. Así que por eso estabas preguntando, ¿verdad?”

“Si. Pero Shin Ruu es un buen cazador a la edad de dieciséis años y, además, es el jefe de una sucursal responsable de su familia de cinco. No parece correcto que una mujer más joven como yo le esté gritando. Realmente no quiero hacer que Shin Ruu se vea mal si puedo evitarlo…”

“La reputación ciertamente es importante. Especialmente con los hombres del borde del bosque, ya que toman fuerza de su orgullo como cazadores”, declaró Ama Min Rutim, pero luego agregó: “Sin embargo, la reputación y el orgullo pueden parecer similares, pero no son lo mismo. La reputación es una palabra que se refiere a cómo te ven los demás, mientras que el orgullo es un asunto personal”.

“¿Eh? Lo siento, no lo entiendo. Tal vez eso es un poco demasiado complicado para mí”.

“No es nada complicado. Lo que quiero decir es que lo importante es cómo se siente Shin Ruu. Si él piensa que eres más valioso e importante que cualquier otra persona, entonces no debería haber ningún problema sin importar lo que le grites.”

“¿Eh? Pero, ¿no debería ser más considerado con alguien importante para mí?”

“¿Crees que estás siendo irreflexiva con él, Lala Ruu?”

“¡Por supuesto que no! Pero siempre lo golpeo con mis opiniones y sentimientos personales…”

“Si nuestras opiniones y sentimientos difieren, entonces no me gustaría ocultárselo a Gazraan o que me lo haga a mí”.

“Sí… pero no le gritas, ¿verdad, Ama Min Rutim?”

“Eso es cierto. Pero trato de expresar mis sentimientos lo mejor que puedo”, explicó Ama Min Rutim, con una sonrisa. “No eres del tipo que oculta sus sentimientos, ¿verdad, Lala Ruu? Eso puede llevarte a gritar sin querer, pero por otro lado, también puede ayudarte a transmitirle tus sentimientos, así que no creo que tengas nada de qué preocuparte”.

“¿Ya sabías sobre Shin Ruu, Ama Min Rutim?” preguntó Lala Ruu, sus mejillas se pusieron adorablemente rojas de una manera que era muy fácil de leer.

“No”, dijo Ama Min Rutim con un movimiento de cabeza. “Pero soy muy consciente de lo serio que eres. Estoy seguro de que estarás bien.”

“¡No, no lo haré! ¡Soy tan inmadura, solo una niña que ni siquiera puede controlar sus propias emociones!”

“No. Si le dijeras a alguien cómo te sientes acerca de algo y se molesta por eso, estaría equivocado”.

“¡Eso no puede ser correcto!”

“Si eso es lo que te preocupa, ¿por qué no consultar con él directamente?

¿No sería ese el método más seguro?”

Lala Ruu parecía completamente desconcertada. “¿C-Consultar con él?

¿Cómo podría mencionar algo así?”

“No hay necesidad de ser indirecto. Solo tienes que decírselo como lo hiciste conmigo antes. Entonces tus sentimientos deberían transmitirse bien.”

“¡¿Eh?! Decirle algo así a Shin Ruu… sería tan vergonzoso”.

“Te sientes inquieto y ansioso, ¿no? Creo que la mejor manera de superar eso es ser abierto sobre tus sentimientos. Y creo que transmitir tus sentimientos es algo en lo que eres muy buena, Lala Ruu”.

Lala Ruu agachó la cabeza mientras se cubría la boca con las manos. Su rostro se había puesto tan rojo como su cabello. Estaba segura de que crecería tan hermosa como sus hermanas mayores en los próximos años. Ese hombre del que se había enamorado era un tipo bastante afortunado.

“La gente se siente igualmente atraída por lo que es similar a ellos y por lo que es diferente. ¿Quizás ese chico Shin Ruu es del tipo que no deja que sus emociones se muestren tanto?”

“S-Sí. Me sorprende que lo supieras. Pero tienes razón, Shin Ruu es bastante malo siendo abierto con sus sentimientos”.

“Se dice que nosotros, la gente del borde del bosque, descendemos de una mezcla de sangre Sym y Jagar, después de todo. Quizás es por eso que la mayoría de nosotros estamos divididos en uno de dos extremos, ya sea no dejar que nuestras emociones se muestren mucho o ser muy abiertos con ellas. Así que sospeché que existía la posibilidad de que si ese chico era malo mostrando sus sentimientos, alguien tan abierto como tú podría ser muy valioso para él”, explicó Ama Min Rutim, una vez más sonriendo. “Y lo que es más, creo que le entristecería ver que tratas de reprimir tus sentimientos por él. Entonces, en lugar de preocuparte solo, creo que deberías compartir lo que sientes con él”.

“Eres increíble, Ama Min Rutim… Puede que seas la única mujer que he conocido además de Sati Lea que puede hablar de algo tan difícil”.

“¿En serio? Solo soy alguien que tiene problemas para mantener la compostura, así que trato de expresar lo que siento con la mayor precisión posible”.

“¡No, eres realmente increíble! ¡Estoy muy contenta de haber hablado contigo, Ama Min Rutim!”. Lala Ruu declaró, un brillo brillante en sus ojos azules. “Lamento haberte detenido cuando estabas a punto de irte. Supongo que deberías irte antes de que Tsuvai se canse de esperar, ¿eh?”

“Cierto.”

Ama Min Rutim no solía tener la oportunidad de hablar con las hermanas Ruu, pero ciertamente se estaban abriendo a ella hoy. Ciertamente había sido un día inusual para ella.

Después de eso, siguió a Lala Ruu hasta la casa de Shin Ruu… solo para encontrar allí a más personas de las que esperaba. Estaban Tsuvai y Mida, así como ese cazador de Masara, Jeeda y la hija menor de Ruu, Rimee Ruu, formando una multitud bastante inusual.

“¡Ah, Ama Min Rutim! ¡Mucho tiempo sin verte!” Rimee Ruu exclamó, sin reservas como siempre.

“Estás bien.” Ama Min Rutim le devolvió la sonrisa. Al mismo tiempo, se dio cuenta de que Lala Ruu miraba a Jeeda con el rabillo del ojo.

“Me preguntaba por qué no estabas en la casa principal, pero ¿qué estás haciendo en un lugar como este?”

“Los he estado ayudando a cortar leña. No veo por qué querrías quejarte de eso.”

Este cazador extranjero, Jeeda, se dirigía a la ciudad postal junto con Asuta y sus compañeros chefs para actuar como guardaespaldas. Dado que el carro estaba lleno con seis personas en él, en su lugar había montado en un totos del clan Ruu, y parecía que se había dirigido a la casa de Shin Ruu tan pronto como regresó al asentamiento. Mientras tanto, el totos Ruuruu estaba atado a un árbol cercano y masticaba hojas.

“Podrías ayudar a alguna otra casa a cortar leña. Pero este tiene tanto a Ryada Ruu como a Mida, por lo que no les faltan hombres”, dijo Lala Ruu en un tono que no era demasiado agradable. Ama Min Rutim pensó que debía haber albergado algún tipo de rencor contra Jeeda.

Unos momentos después, Rimee Ruu tiró del dobladillo de la ropa de Ama Min Rutim y explicó: “Mira, Jeeda golpeó a Shin Ruu hace un tiempo, por lo que a Lala realmente no le gusta. Pero Shin Ruu ha estado practicando muy duro para poder enfrentarse a Jeeda en un concurso de fuerza una vez que sus heridas hayan sanado”.

“¡Rimee! ¡¿Sobre qué estás susurrando?!”

“Nada. Honesto. Pero ya sabes, Jeeda tiene dificultades para relajarse con mucha gente alrededor. Probablemente por eso vino a la casa de Shin Ruu en lugar de a la casa principal, ¿verdad?” Rimee Ruu dijo mientras se escondía detrás de la espalda de Ama Min Rutim. “Además, los otros hombres aún no han regresado, por lo que debe haber elegido esta casa porque Mida y Ryada Ruu están aquí. Nuestro padre le permitió tener una espada, por lo que podría dar un poco de miedo si pasara el rato en una casa con solo mujeres alrededor”.

“No estaba pensando en nada tan complicado…”, respondió Jeeda de mal humor, con un brillo en sus ojos amarillos, pero era muy posible que hubiera dado en el clavo. A pesar de tener solo ocho años, Rimee Ruu era sorprendentemente hábil para intuir cómo se sentía la gente.

“¿Ya te vas, Tsuvai?” Mida intervino de repente justo cuando Lala Ruu estaba a punto de decir algo de nuevo con el ceño fruncido. Tsuvai parecía aún más disgustada que Lala Ruu y Jeeda mientras miraba a su antiguo hermano mayor con esos grandes ojos suyos.

“Ama Min Rutim ha vuelto ahora, así que me iré de inmediato. Todavía hay trabajo que manejar en casa, después de todo.”

“Está bien…”, murmuró Mida, sus mejillas regordetas temblando. Al darse cuenta rápidamente, Rimee Ruu inclinó la cabeza.

“Oye, Ama Min y Morun Rutim se turnan para estudiar cómo cocinar, ¿por qué no lo haces tú, Tsuvai?”

“¿Eh? ¡Mi trabajo es contar dinero! Ya he aprendido en su mayoría a manejar los puestos, entonces, ¿de qué te quejas?”

“¿Mmm? Pero Reina dijo que sería de gran ayuda si todos supieran cómo hacer el plato myamuu. Y todavía solo puedes hacer hamburguesas giba,

¿verdad?”

“Lala Ruu aquí tampoco puede hacerlo… entonces, ¿por qué tengo que ser el único practicante?”

“Pero Lala está ayudando a Asuta. Los puestos de Ruu se hicieron cargo de ese plato myamuu, así que ¿no sería bueno si los tres ayudantes del clan Rutim pudieran prepararlo?”

“Ah, pero…” Ama Min Rutim comenzó a interponerse. Si bien Rimee Ruu tenía razón, a Tsuvai se le había encomendado la difícil tarea de administrar el dinero. Actualmente, Asuta y Tsuvai eran los únicos que podían calcular fácilmente cosas como cuánto dinero se necesitaba para hacer cien comidas y cuánto beneficio se podía obtener de ellas.

Dado que el número de puestos se había elevado a cuatro después de la reapertura comercial, se habló de atraer a más personas. Si eso sucediera, no habría necesidad de que Tsuvai se obligara a sí misma a mejorar sus habilidades culinarias.

Ama Min Rutim tenía la intención de decir todo eso, pero Rimee Ruu volvió a tirar del dobladillo de su ropa y la miró fijamente con esos grandes ojos, lo que hizo que se mordiera la lengua por reflejo.

¿Podría ser…? pensó para sí misma, y luego decidió decir algo más.

“Naturalmente, sería útil si Tsuvai se volviera más hábil en la cocina, pero no me sentiría cómodo tratando de forzarla a esforzarse… Después de todo, ella maneja la difícil tarea de calcular el dinero… ”

En respuesta, Tsuvai se enfadó y dijo: “Oye. No es que me importe si las cosas son un poco difíciles para mí, ya sabes. Pero quien realmente lo tendría difícil es Asuta, quien tendría que intentar enseñarle a alguien tan sin talento como yo”.

“Ciertamente no te llamaría sin talento”.

“¡Estoy hablando de cuando se trata de manejar la estufa! No lo había hecho en absoluto hasta hace poco, por lo que es natural que no tenga ninguna habilidad en eso… Pero, por otro lado, nadie puede vencerme cuando se trata de calcular el dinero. ¿No es más simple hacer que todos se encarguen del trabajo en el que son buenos?”

“Eso es ciertamente cierto, pero tampoco creo que sea correcto dejarte solo a ti todos los cálculos de dinero. Después de todo, si te enfermaras o lesionaras y tuvieras que tomarte un tiempo libre, todos estaríamos en un gran apuro”.

“¡Hmph! ¡Como si me fuera a enfermar!”

“Aun así, no sabes lo que puede deparar el futuro, ¿verdad? Y todavía tienes solo doce años, así que creo que es demasiado pronto para decir que no tienes talento para manejar la estufa… También te casarás algún día, así que ¿no sería esa una buena razón para mejorar tus habilidades culinarias?”

“No hay forma de que alguien sin un nombre de clan pueda casarse…”

“El jefe de nuestro clan, Dan, quiere darles a usted y a Oura el nombre de Rutim lo antes posible. Y dado que se le ha confiado la importante tarea de manejar el trabajo en la ciudad de correos, dudo que ese día esté muy lejos”.

Tsuvai miró a Ama Min Rutim con una mirada como si tuviera cecina atrapada en su garganta. “No me importa particularmente de una forma u otra. Pero si el jefe del clan quiere que haga algo, entonces debería decírmelo”.

“Eso es cierto. Entonces, cuando volvamos, ¿qué tal si consultamos con nuestro jefe de clan, Dan? Estoy seguro de que será una buena charla para ti”, concluyó Ama Min Rutim, solo para que Mida volviera a hablar.

“Entonces… ¿Tsuvai podrá visitar mucho más el asentamiento de Ruu?”

“¡Oye! Déjame decirte ahora, ¡no vengo aquí a jugar! ¡No esperes que me desvíe para charlar así todo el tiempo!”

“Está bien…”, respondió Mida con un débil balanceo de su gran cabeza, pero parecía haber una luz muy feliz brillando en sus ojos.

Entonces, Ama Min Rutim sintió un tercer tirón en el dobladillo de su ropa. Cuando miró hacia abajo, encontró a Rimee Ruu luciendo aún más feliz que Mida.

“Sabía que podía contar contigo, Ama Min Rutim”, susurró la joven al oído de Ama Min Rutim mientras se inclinaba. La mayor de las dos sonrió forzadamente, sintiendo que debería agradecerle a la hija menor de Ruu. Después de todo, si no hubiera sido por las indicaciones de Rimee Ruu, no se habría dado cuenta de cómo se sentía Mida.

Realmente, estas cuatro hermanas Ruu…

Una vez más, Ama Min Rutim no pudo evitar sentir que todos eran personajes, sin mencionar que también eran maravillosamente encantadores. Y su impresión de ellos estaba a punto de volverse aún más profunda. A partir de ese día, cada vez que se quedaba en el asentamiento de Ruu, hablaba con quienquiera que compartiera la habitación hasta que se dormían, y había peleas sobre quién podía estar con ella.

Sin saber nada de ese futuro por venir, Ama Min Rutim regresó a casa junto a Tsuvai, llena de una vaga sensación de satisfacción.