Kenja no Mago (NL)

Volumen 1

Prologo: El Inicio de la Novela

“Ah, se acabó.”

Escuche a mi superior diciendo que había terminado su trabajo.

Bueno, a mí aún me falta bastante.

“Oh, ¿Cómo va todo por ahí? Si ya has terminado, ¿Quieres ir a tomar algo?”

“Estoy jodido, me va a tomar un tiempo terminar todo. Así que ve por tu cuenta.”

“Bien, entonces me voy. Recuerda no sobre exigirte.”

“Sí, gracias por tu arduo trabajo.”

Mi superior se fue a casa primero.

Podría haberme preguntado si necesitaba ayuda…

Una vez que todos se fueron, yo era el único que quedaba en la oficina.

No me molestaba la soledad, pero todo el trabajo que aún me quedaba por hacer me desanimaba.

Bueno, no tengo familiares esperando por mí ni tampoco una novia. Puedo ver los DVDS que he grabado o jugar los videojuegos que tengo pendientes.

Me estoy sintiendo miserable…

Seguí trabajando, ligeramente deprimido por mi escasa vida social. Eran más de las diez de la noche cuando terminé mis deberes.

“Ah… Finalmente he acabado.”

Como llevaba mucho tiempo pegado al ordenador, me puse de pie para desentumecer mi cuerpo.

“¿Qué debería hacer?”

No puedo decidir si ir a un restaurante a cenar o comprar algo y comer en la casa. Cuando miré hacia arriba, vi un cielo estrellado, aunque estaba un poco borroso por las luces neón de la ciudad.

De repente, me pareció extraño que estuviera en el planeta Tierra y que los humanos viviesen allí.

No sé por qué pensé eso, pero la idea se arraigó en mi mente.

A pesar de que me sentía extraño, seguí avanzando hacía la estación del metro.

“¡Oye! ¡Muévete, es peligroso!”

Escuché una voz así…

No tengo otro recuerdo después de eso.

***

Un anciano solitario caminaba por una carretera.

Parecía rondar los sesenta años y su apariencia era la de un mago. El hombre miró al cielo antes de murmurar lo siguiente:

“Parece que va a llover…”

Apresuró su paso, sin despegar su mirada del cielo, pensando que no faltaba mucho para que el agua empezara a caer.

No mucho tiempo después, empezó a llover.

“Si ha llovido… Hay un bosque más adelante, ¿Podré refugiarme allí?”

Dicho eso, el hombre aumentó su velocidad de nuevo.

Cuando por fin llegó al bosque, se quedó sin palabras al ver la escena tan trágica frente a sus ojos.

“Esto fue hecho por… un monstruo…”

El hombre creía con firmeza que aquello no podía ser obra de nadie más que de un monstruo.

Había un carruaje destrozado y algunos cuerpos esparcidos por todo el lugar.

“Qué tragedia…”

Por lo que podía ver, no debería haber sobrevivientes. Fue un acontecimiento horrible.

La lluvia, que había empezado a caer con furor, se sumaba a la miseria de aquel lugar.

“Al menos daré mis condolencias.”

Cuando el hombre comenzó a recoger los cuerpos y los restos del carruaje, escuchó un ruido.

“¡Bua, bua!”

Un bebe llorando.

“¿¡Qué!? ¿Un bebe? ¿Dónde está?”

El hombre se abrió paso entre los restos del carruaje intentando encontrar de donde provenía aquella voz. Entonces, debajo de los escombros del vehículo, encontró al pequeño empapado y llorando bajo la lluvia.

“Oh… es un milagro… que hayas sobrevivido al ataque de un monstruo.”

Un par de segundos después de haber recogido al bebe, procedió a envolverlo en una tela que llevaba consigo y le aplicó un hechizo de curación. El pequeño dejó de llorar y se quedó dormido.

“Qué chico tan resistente.”

El anciano miró a su alrededor y empezó a registrar las pertenencias de los cadáveres, con el propósito de identificarlos. Pero, por desgracia, no encontró nada relevante.

“¿Acaso me estás pidiendo que lo críe?”

Murmuró mientras miraba el cielo oscuro.

“… Esto puede ser un regalo del cielo…”

La mirada de aquel hombre se volvió decidida, poco antes de que empezara a caminar hacia su casa.