Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 5

Capítulo 66: El Ex-Señor Demonio Y La Asamblea De Las Cinco Potencias

 

 

“… Así que ha llegado el día”, murmuró la Reina Rosa, frunciendo el ceño en el comedor durante el desayuno.

A pesar de que había pasado un tiempo desde que nos sentamos, el plato que tenía ante ella permaneció prácticamente intacto. Quizás ella no se sentía bien. Su rostro estaba un poco pálido.


“Debes comer algo. De lo contrario, no podrá pasar el día”, advirtió el primer ministro Valdr, pero parecía preocupado por el bienestar de la reina. “Estoy seguro de que Su Majestad lo sabe… esta reunión es una reunión de líderes mundiales. Si llegas con un aspecto tan frágil como ahora…”

“Lo sé. Haré todo lo posible para interpretar el papel de una reina endurecida a la que nadie se atreverá a despreciar. No hay nada que temer.”

… Observar este intercambio me devolvió a mi antigua vida. Siempre tenía que actuar como un rey confiado con todos, a pesar de que carecía de ambición y me parecía más a una niña. Con frecuencia no cumplí con las expectativas y me encontré regañado por Olivia y otros en mi círculo íntimo.

Bueno, eso fue en mis primeros días. Al final, incluso yo me había adaptado a mi papel de rey.

… Irónicamente, había decidido reencarnar porque me convertiría en lo que otras personas imaginaron para mí.

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Seguí comiendo mientras pensaba en esto.

Casi no quedaba nada en mi plato, pero Rosa no había comido ni la mitad del suyo. Realmente no se veía muy bien, y no parecía que tuviera mucho apetito. La gravedad de la próxima reunión podría haber estado pesando sobre ella. Era como mirar a mi antiguo yo…

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Así que, naturalmente, le lancé un salvavidas.

“Su Majestad. Si no se siente bien, es mejor si no se obliga a comer. Es crucial alimentarse antes de un evento crítico, pero cualquier otra cosa podría hacer más daño que bien”.

Rosa y Valdr me miraron y continué.

“Espero que perdone a este simple plebeyo… pero creo que es importante defender mi posición en ocasiones. Esta reunión es una ocasión trascendental. Sin embargo, el destino de la nación no está en riesgo aquí. Deberías tratarlo como una reunión y actuar de manera irresponsable en un grado razonable”.

Los dos no dijeron absolutamente nada.

El silencio de Rosa era una cosa. Incliné la cabeza hacia un lado cuando Valdr se negó a hablar más. Esperaba que me explotara en la cara y me gritara que nunca me perdonaría mi humilde actitud de plebeyo o algo así. Todo lo que hizo fue cerrar los ojos sin decir palabra. Un ceño fruncido se arrugó en su frente. Rosa miró fijamente a la mesa, claramente decidida a no decir nada. Sus reacciones fueron indudablemente extrañas.

Sentí una pizca de confusión… cuando finalmente Rosa rompió el silencio. “… Estoy preocupada por Ireena”, admitió en voz baja.

Eso explicaba su mala salud. No era solo la presión de la reunión lo que la estaba afectando. Estaba preocupada por su amiga.

No es que hiciera más fácil comentar. Si tuviera que decir algo, diría… “Solo podemos confiar en que encontrará su camino”.

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“…Sí.”

“Ireena es fuerte. Estoy seguro de que aparecerá en cualquier momento…”

Estaba a punto de vocalizar algunas ilusiones… cuando mis sueños se hicieron realidad.

La puerta del comedor se abrió con un chirrido y mi querida amiga se paró frente a nosotros.

“¡Ireena!” Grité por reflejo.

Ella no miró hacia atrás a su yo habitual, pero… “Perdón por preocuparte. Ahora estoy bien.”

La vida había vuelto a sus ojos.

Imaginé que se había encontrado con algún tipo de respuesta. Mi corazón se regocijó por su recuperación.

Rosa parecía sentir lo mismo.

“Has venido. El desayuno es tu favorito, Ireena”.

“Oh, tienes razón. Hee-hee, esto es justo lo que me apetecía”.

Rosa la miró y sonrió. Sin embargo… la reina todavía se veía terrible. De hecho, parecía estar empeorando. ¿Podría asistir a la reunión a este ritmo?

… Bueno, eso no fue ni aquí ni allá. Después de todo, nuestro enfoque estaba en Ireena. Sentada a mi lado, me miró y susurró en voz baja.

“Viviré la vida al máximo. Por su bien y el mío…. Creeré en la belleza de la humanidad”.

Parecía segura de sí misma. No pude evitar sonreír.

Si. Ese es el espíritu.

Celebré la recuperación de mi amigo y comí un bocado de mi desayuno.

Estaba delicioso, a pesar de que se había enfriado…

***

 

Ahora que Ireena había regresado, podíamos continuar con la tarea que teníamos entre manos. Rosa había hecho arreglos para un guardia de reemplazo en caso de que Ireena no pudiera salir de su habitación… pero ahora todo había vuelto a su horario.

El reloj siguió avanzando. La campana marcó la hora. Para los ciudadanos, esto indicaba que era casi mediodía, pero para nosotros tenía otro significado.

El encuentro de las Cinco Potencias.

Fue un gran evento que probablemente pasará a la historia. El escenario se instaló en la mayor casa de culto de Megatholium, la Catedral de Var Felte. Estaba en una cuadra cerca del corazón de la ciudad conocida como el Sector Santo.

Var Felte era diferente de las otras casas de culto del mundo.

La mayoría de las iglesias eran solo lugares para ofrecer oraciones, mientras que Var Felte tenía múltiples propósitos. Su edificio ocupaba casi

la mitad del Sector Santo y servía como el corazón de la nación santa de Megatholium. En el centro de la catedral más grande del mundo había una serie de instalaciones necesarias: el palacio de justicia y el parlamento, incluido un pequeño edificio utilizado para celebrar debates. Aunque la estructura era simple, estaba rodeada por las otras instalaciones y protegida por magia de defensa. Además, el perímetro estaba custodiado por los Caballeros Sagrados, y el riesgo de que algo saliera mal era mínimo.

… Mientras escuchábamos a nuestro guía explicar estos hechos, entramos en la instalación, donde nos llevaron por el pasillo a una habitación designada.

“Uf. Bueno, entonces comencemos esta batalla decisiva”. “¡Puedes hacerlo, Rosie!”

“Sí, entonces lo haré… Ahora, entonces…”

Rosa parecía lista, giró el pomo y abrió la puerta.

La habitación era espaciosa con una mesa redonda en el centro. Los otros líderes ya estaban sentados en su lugar.

“Ah, así que finalmente quisiste unirte a nosotros. Los Lavillianos son unos perezosos”, maldijo un hombre, mirándonos de arriba abajo.

Él era un enano. Parecía tener unos sesenta años, pero los enanos parecían mayores que su edad real, así que imaginé que era unos años más joven. Su nombre era Buffer Zelanon.

Como su nombre real era tan largo, casi siempre usaba un alias. La República de Goldenia era uno de los vecinos poderosos de Laville y Buffer era su jefe de estado.

“Como el que guía este continente, soporto el peso de mi autoridad, lo que ralentiza mi paso. No puedes sofocar tus celos, Buffer. ¿La vida como un gobernante de poca monta de una nación de mierda y selvática? Eso debe ser fácil, de hecho. Ojalá pudiera quitarme esta carga”.

“…Ya veo. En ese caso, ¿por qué no me corto las manos y los pies? Entonces te sentirás más ligero”.

Rosa y Buffer se dispararon dagas.

No era inusual que hubiera rencor entre las naciones vecinas. Laville y Goldenia no fueron una excepción, y se habían enfrentado en el pasado por varias razones. Si el Papa no los hubiera convocado y Lars al Ghul no estuviera en movimiento, estas dos naciones nunca hubieran considerado un tratado de paz. Ni en un millón de años.

… Había otro par de esos.

“Ho-ho. Ustedes dos se llevan tan bien como siempre. Hasta que la muerte los separe, Laville, Goldenia”, deseaba una mujer que hablaba la lengua franca del continente con un tono único.

Se rumoreaba que era una elfa de más de setenta años. Dado que los elfos permanecieron siempre jóvenes, ella parecía ser la imagen misma de una hermosa doncella.

Ella era Eljuna Vyheim, emperatriz del Imperio Vyheim. Sus ojos parecían estar congelados en una sonrisa perpetua, y escondió su boca detrás de un abanico mientras se enfocaba en el hombre sentado frente a ella.

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“Sería bueno si nuestras naciones pudieran vivir en armonía. ¿No está de acuerdo, Sir Zelos?

“…… Hmph,” respondió la persona bestia provocada.

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Esta hermosa figura en el mejor momento de su vida era más un soldado que un líder nacional. Emitía un aura similar a Olivia, y recordé que había oído que compartían un antepasado. Tal vez por eso él mismo no era un seguidor del Credo Unido. Al parecer, se adhirió a la Orden del Lobo Negro que adoraba a Olivia en su lugar.

Su nombre era Zelos vel Zine. Fue presidente de los estados federales de Saphiria.

“Bueno… creo que ya es hora de que tome asiento”. Rosa se dejó caer. El primer ministro Valdr acercó el asiento a ella.

Ireena y yo permanecimos de pie detrás de ellos como guardias. “… Parece que alguien no ha llegado todavía”, comentó la reina.

“Hah. Bien podría hacernos un favor y quedarse en casa. No estoy de humor para ver esa cara. Dame un Lavillian cualquier día”, respondió Buffer.

“Maleducado. Esa persona tiene una o dos cualidades positivas… Aunque debo admitir, ninguna me viene a la mente”, agregó Eljuna.

“… Estoy de acuerdo con Sir Buffer. Si Su Eminencia estuviera aquí, le habría propuesto comenzar sin él”.

Todos parecían incómodos. A pesar de que tenían relaciones difíciles entre sí, esto era algo en lo que todos podían estar de acuerdo.

El gobernante de una determinada nación era infamemente detestado en todo el continente, pero… nunca imaginé que fuera tan malo.

Solía haber gente así, en la antigüedad. Y con eso, me refiero a mí.

… Parecía que nuestras situaciones eran similares, pero… ¿era un revolucionario como yo… o un rey bárbaro como se rumoreaba?

Me di cuenta de eso en el momento en que entró sin previo aviso. “Uf.”

Creí escuchar una voz desde el pasillo. A eso le siguió una explosión a pequeña escala. Nuestros ojos se dirigieron hacia la puerta, que ahora tenía un enorme agujero… y surgiendo de las cenizas había un hombre con una voz emocionada que estaba lamentablemente fuera de lugar.

“¡Hola, chicos! ¿Los asuste? ¡Apuesto a que sí! ¡Heh-heh-heh! ¡Solo quería darles una sorpresa!”

Agitó los brazos para despejar el humo mientras entraba en la habitación. Las mujeres más hermosas de todas las razas lo atendieron.

“… Tú nunca cambias”. “Ugh. Eres muy molesto.”

“Me alegra verte en la nube nueve… Ojalá despegaras a los cielos”. “ Tch.”

No fueron solo los líderes. Todos los presentes, incluso sus ayudantes y guardias, lo miraron con desdén.

Aun así. el hombre no mostró la menor preocupación, esbozándonos una sonrisa arrogante.

Al parecer, tenía poco más de treinta años, pero su apariencia y comportamiento no eran muy adultos. Era un orco… tal vez incluso medio elfo. Su piel era de color verde oscuro, pero le faltaban colmillos. Sus rasgos faciales eran más andróginos y refinados que los de un orco típico.

Su nombre era Dread Ben Hurr, el hombre que unió a innumerables tribus en una sola nación y reinó como líder de la Federación Asylas.

“¡Perdón por llegar tarde, chicos! ¡Tuve que responder al llamado de la naturaleza! Tengo que preparar la mente y el cuerpo antes de una gran fiesta, ¿sabes? ¡No sean tímidos! ¡Hee-hee-hee-hee!”

Su habla inmadura y su malevolencia inocente me recordaron a Verda.

Pero… aunque la científica loca nació como una pervertida, yo tenía algunas sospechas sobre este tipo Dread.

Por un lado, parecía que estaba montando un espectáculo para parecer loco. Por otro lado, podría ser un déspota loco.

… Debe haber notado que lo estaba evaluando, porque se centró en mí.

“¿Mmm? ¡Vaya, vaya, vaya! ¡Mira lo que trajo el gato! ¿Este chico bonito debe ser el rumoreado Ard Meteor?”

“…Ese soy yo.”

“¡Aha! ¡Lo sabía! ¡He escuchado historias de tu heroísmo!” “…Eres demasiado amable.”

“¡Apuesto a que las damas están sobre ti! Quiero decir, ¡eres un buen partido! ¡Te ves bien! ¡Y naciste en una buena familia! Apuesto a que piensas que mis sirvientes sexuales son basura humana. ¿Cierto? ¡Sin calidad! ¡Sin cantidad! ¿Cierto? ¿Cierto? ¿Cierto? ¿Cierto? ¿Cierto?

¿Ciertooooooo?”

Me estaba presionando con su interrogatorio. El pavor hizo girar la cabeza una y otra vez.

Y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas…

Sus ojos se pusieron en blanco. Fue realmente espeluznante. Hacía que todos sintieran náuseas.

Mientras tanto, todavía estaba evaluando al hombre que tenía delante.

¿Estaba loco? Tal vez solo estaba fingiendo ser uno…

“Aaaaaah. Tus ojos me están cabreando. Suficiente. Te triturare”.

En ese mismo momento… Dread golpeó con su mano derecha. “¡Estás bromeando!” ladró Buffer con los ojos muy abiertos.

El terror había desatado la magia de ataque, un círculo mágico formándose en la punta de sus dedos. Un segundo después, una bola de fuego gigante zumbó hacia nosotros.

“Qué violento”, observé, encogiéndome de hombros mientras me enfrentaba a Dread y nuestra agitada audiencia.

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Había lanzado magia de defensa, creando una barrera transparente sobre nosotros y proporcionando protección. La bola de fuego de Dread se estrelló contra él, detonando… pero ni siquiera arañó nuestro escudo.

“¿Lanzar magia de defensa de alto nivel sin cantar nada? No está mal.”

En realidad era un hechizo de bajo nivel, pero no estaba dispuesto a corregirlo.

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Dread y yo nos enfrentamos, entrecerrando los ojos a través del humo ondulante. Todavía estaba ansioso por irse, sin importarle la posibilidad de destruir el lugar.

“En ese caso, me pondré un poco más serio con este próximo…” Los otros cuatro líderes estallaron de rabia.

“¡Oye, deja de jugar, idiota…!”

“No te permitiremos continuar con tu salvajismo”.

“Si no se sienta en silencio, emplearé algunas ideas propias”. “… Sigue adelante y sigue así, si tienes un deseo de muerte”.

Buffer se echó el mazo al hombro. Eljuna mantuvo su bastón listo. Rosa y Zelos desenvainaron sus preciadas espadas. Los guardias los rodearon protectoramente.

Incluso cuando se enfrentó a la ira de los cuatro líderes, Dread no se acobardó en lo más mínimo. Hizo girar la cabeza.

“¿Huuuh? ¿Están del lado de Ard? Bien… Sea así…” La boca de Dread se torció en una amplia sonrisa. “¡Creo que sería maravilloso si todos murieran!”

Básicamente, con una declaración de guerra, fue a lanzar otra técnica:

“Eso es suficiente”, tronó una voz digna.

La temperatura en la habitación bajó instantáneamente, lo cual fue una ilusión, por supuesto.

El recién llegado irradiaba asesinato. Eso detuvo a todos en seco. Incluso pavor.

“¡Aw! ¿Se acabó el tiempo?” Hizo un puchero de decepción y miró a nuestra llegada más reciente.

Fue el Papa, Lizer Bellphoenix. Estaba en su atuendo formal. Su presencia hizo que todos comenzaran a sudar frío, menos a mí. Esperaron en silencio sus próximas palabras.

Habiendo ganado toda su atención, suspiró.

“… Pido disculpas por mi tardanza. Si hubiera llegado un poco antes, este alboroto nunca habría ocurrido”, dijo, entrando más en la habitación.

Se sentó a la cabecera de la mesa.

“Dejaremos lo pasado en el pasado… y comenzaremos la reunión de inmediato”.

No importaba si no estaba de acuerdo. Una vez que este hombre tomó el control, no hubo lugar para la discusión. Como Papa y Apóstol Legendario, la palabra de Lizer era ley.

Buffer, Eljuna, Rosa, Zelos. Los líderes de las cuatro grandes potencias depusieron las armas a regañadientes y se echaron hacia atrás en sus asientos. Dread dio un giro de 180 grados y se dejó caer con indiferencia, silbando una alegre melodía. Luego, me miró.

“Recordaré tu nombre y tu rostro. A cambio… me encantaría que hicieras lo mismo por mí”.

Esbozó una sonrisa inquietante y satisfecha de sí mismo. No hubo ni una pizca de camaradería. De hecho, fue… francamente mortal. Su expresión me dijo que algún día me mataría.

“… Eso ciertamente es algo”.

Siempre hubo al menos uno como él en cada época. En los viejos tiempos, los idiotas se peleaban conmigo por cosas estúpidas. Es por eso que no le di a Dread un segundo pensamiento.

Lo que importaba aquí era la reunión. ¿Qué tipo de detalles se incluirían? Observé el proceso, profundamente interesado en sus asuntos…

***

 

La reunión de las Cinco Potencias puede haber comenzado con una explosión literal, pero la discusión transcurrió excepcionalmente sin incidentes…

Se acabó sin fanfarrias. No pasó nada. En absoluto.

Primero, describieron las condiciones del tratado, pero el contenido era tan satisfactorio que nadie tenía nada que decir sobre ellos… Lo que siguió fue un intercambio de información como cualquier otro.

“Estemos atentos a Lars al Ghul”. “Sí.”

“No debemos romper el tratado”. “Acordado.”

Después de unas horas de esto… la campana sonó al mediodía. “Suspiro. Bueno, entonces concluye nuestra reunión”.

Fue anticlimático por todas las cuentas.

“… Eso fue… diferente de lo que esperaba,” ofreció Ireena algo decepcionada.

Asentí. Fue algo bueno que lo superamos sin tener ningún problema.

… Bueno, supongo que se podría decir que aún no había terminado.

“Bien entonces. Se llevará a cabo una ceremonia en la plaza central como se discutió”.

Terminaríamos después de que hubiéramos terminado con la ceremonia. Nos levantamos y salimos de la habitación para dirigirnos al final.

Luego, mientras caminábamos sucesivamente… “…… Ard Meteor. Ireena Litz de Olhyde”.

Alguien nos llamó. Flanqueado por guardaespaldas masculinos estaba el presidente de los estados federales de Saphiria, Zelos.

“¡¿Qu-qu-qu-qu-qué podemos hacer por usted?!” Ireena chilló, sin experiencia en el trato con dignatarios extranjeros.

El rostro de Zelos estaba en blanco. “… Transmítame un mensaje a Lady Olivia: soy el aliado de su señoría”.

Parecía haber mucho contenido en esa oración. Sin embargo, antes de que pudiera preguntarle el verdadero significado, se alejó.

“¿Q-Qué fue eso?”

“… ¿Quién sabe? En cualquier caso, le entregaremos su mensaje a Lady Olivia”.

Después de eso, dejamos la catedral y nos dirigimos a la plaza central sin tener que lidiar con nadie más.

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Como estaba a una distancia considerable, cada nación había decidido ir en carruaje como medida de seguridad. Nos dispusimos a abordar nuestro propio vehículo como ciudadanos de Laville. Ireena entró primero, seguida de Valdr y yo, con Rosa última.

… Qué orden tan extraña para abordar. El monarca normalmente tomaba la delantera.

Lo cuestioné cuando estaba a punto de subirme cuando…

“… Ard, escucha.” Rosa tiró de mi manga y susurró cerca de mi oído. “…

¿Recuerdas mis palabras la noche que llegamos?”

“… Creo que dijiste que protegiera a Ireena pase lo que pase”.


¿Por qué me estaba preguntando esto ahora?

“Escuche atentamente. No rompa esa promesa. Es a Ireena a quien debes proteger. No me importa si me dejas a un lado. Protege a Ireena”.

Luego me metió en el carruaje, poniendo así fin a esta conversación.

… No había duda de que nos dirigíamos hacia el final del juego. Recé para que el proceso fuera pacífico.

Y… deseaba que mi predicción se demostrara errónea. Cerré de golpe la puerta del carruaje.

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