Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 5

Capítulo 65: El Ex-Señor Demonio Antes De La Reunión

Un buen hombre había tenido un final trágico.

Nadie lo consideró de importancia en el gran esquema del mundo.

El sol salió con un nuevo día, aunque la oscuridad se apoderó de nosotros. Y… una nueva mañana siempre llegaba al amanecer.

Los pájaros cantaban. La luz del sol caía sobre la ciudad.

La ventana ofrecía una vista de las actividades de la madrugada.

Imaginé que los rostros de los peatones brillarían como cualquier otro día. Excepto que no se pudo encontrar a un hombre entre la multitud.

… Habían pasado dos días desde aquella miserable noche. Estaba en el comedor de la mansión, desayunando con Rosa. Ireena estaba ausente.

Durante esos dos días, Ireena se había encerrado lejos del mundo, encerrándose en su habitación tan pronto como regresamos a la mansión. Aunque la conozco desde hace todos estos años, nunca la había visto así. Sabía que Rosa se sentía igual. Inicialmente se sorprendió por su melancolía… pero me presionó sobre lo que estaba pasando con Ireena.

Después de que le expliqué lo que había sucedido, la respuesta de Rosa fue breve.

“…Ya veo.”

Eso fue todo. Quiero decir, ¿qué más podría haber dicho?

Rosa y yo decidimos darle espacio a Ireena. Creeríamos que se recuperaría por sí misma si pudiera.

“… Dime, Ard.”

Los cubiertos tintinearon contra la porcelana en el comedor. Rosa estaba tratando de hablar sobre eso.

“Mañana es la asamblea. Sin embargo… creo que sería mejor que Ireena no participara”.

Dejé de comer y la miré unos segundos. “Si ella está ausente, no puedo servir como tu guardia. No tengo que explicar por qué, ¿verdad?”

Rosa negó sombríamente con la cabeza.

Si Ireena fuera solo una estudiante más, habría asistido a la reunión como guardia de Rosa. Sin embargo, ese no era el caso: el estándar social de Ireena no era ordinario, por lo que no podía apartarme de su lado.

Ella era descendiente de los Dioses Malignos, lo que la convirtió en el objetivo de los demonios… en particular, Lars al Ghul, el sindicato del crimen. Creían que los dioses malignos podrían resucitar si sacrificaban su alma en una ceremonia. En estas circunstancias, tuve que vigilar a Ireena las veinticuatro horas del día. Era mi responsabilidad soportar.

“Los que se esconden en Megatholium han sido sometidos… pero debemos permanecer vigilantes”, dijo.

“Sí. Pueden estar disfrazados, esperando la oportunidad adecuada para atacar”.

Podrían estar planeando un acto de terrorismo durante la conferencia… o… usar eso como señuelo para secuestrar a Ireena.

“Supongo que los demonios tienen dos objetivos principales. Uno es causar terror. El otro es secuestrar a Ireena. Estoy haciendo todo lo posible para evitar ambos objetivos, pero… si tuviera que tomar una decisión, siempre elegiría a Ireena”.

“En efecto. Si mañana no está mentalmente allí, haremos que un apoderado me proteja en tu lugar. Quédate a su lado”.

Yo acababa de empezar a asentir en respuesta a Rosa. La puerta del comedor se abrió de golpe, dejando paso a un sirviente frenético.

“Ha llegado un invitado”.

Rosa y yo intercambiamos una mirada, experimentando una sensación de déjà vu.

Como para recrear su visita de unos días antes… cierto hombre hizo su entrada.

“Pido disculpas por interrumpir su comida de la mañana una vez más. Tengo poco tiempo estos días. Espero que me perdonen.”

Lizer Bellphoenix. Su Eminencia entró en el comedor y miró a Rosa a los ojos.

“… Lo siento, pero ¿te importaría salir un momento?”

“Entendido. Por favor, tómese el tiempo que sea necesario, Eminencia”. Rosa se puso de pie, atendiendo su petición y saliendo del comedor.

Después de confirmar que se había ido, Lizer se sentó en una silla y dejó escapar un gemido.

“Uf. Estos deberes papales son demasiado para que este viejo cuerpo los soporte”.

“… ¿No es eso necesario para construir tu visión ideal de la sociedad?” “En efecto. Por eso no puedo detenerme ni comprometerme”.

Nuestras voces eran amables, pero nuestras miradas eran aceradas. Me quedé mirando el rostro arrugado de mi antiguo subordinado.

“¿Tu visita de hoy tiene algo que ver con el incidente anterior?”

“Sí. Esperaba visitarlo inmediatamente después de que se resolviera el caso… pero me temo que me puse al día con los negocios”.

“Puedo imaginarlo. Tiene mi más profundo agradecimiento por tomarse el tiempo de su apretada agenda”.

“No pienses en eso. Hablar contigo hace que valga la pena”.

Volvimos a mirarnos el uno al otro, dejando que el silencio nos invade. Era casi sofocante aquí. Podrías cortar la tensión con un cuchillo. Nuestros pelos se erizaron.

Lizer rompió el silencio.

“Escuché los detalles del caso de mis subordinados. Permítame agradecerle por su arduo trabajo”.

“Gracias. Me alegra escuchar tus elogios”.

“Sí… no estoy aquí para escuchar un resumen del caso. Vengo a hacerte una pregunta”.

“… ¿Qué podría ser eso?” Mis cejas se fruncieron.

Me evaluó. “Ahora que ha experimentado todo esto, ¿ha cambiado su opinión?”

Tan pronto como expresó esto, estaba seguro de una cosa: él era el que estaba detrás de todo esto.

Desde nuestro reencuentro hasta este mismo momento, había estado bailando en la palma de su mano.

“… ¿Usaste la vida del Sr. Bordeaux solo para preguntarme eso?” “¿Responder una pregunta con una pregunta? Eso no es cortés”.

“Sabía que algo andaba mal cuando descubrí la identidad del Sr. Bordeaux. No hay forma de que su conspicua presencia escape a tu atención. Conocerías su verdadero yo con una sola mirada. Lo dejaste solo a propósito, todo para poder usarlo como peón. Ese fue el propósito de este incidente”.

Lizer no dijo nada. Simplemente me miró fijamente mientras lo golpeaba verbalmente.

“Me enorgullece decir que los ciudadanos de Megatholium disfrutan de uno de los estándares de vida más altos del mundo”, dijo. “Nuestras leyes lo aseguran. Nuestro sistema educativo no deja nada que desear… Aun así, los resultados son los mismos que ha experimentado”.

Sus ojos brillaron. Fue un destello peligroso que reveló su yo interior.

“Yo también tenía esperanzas, esperanzas de que se demostrara que estaba equivocado. Espero que la gente tome la decisión correcta. Pero al final, esta fue su decisión”.

“………”

“Como ciudadano de Megatholium, Bordeaux era un verdadero santo. Podría curar cualquier dolencia. Ni siquiera solicitó el pago. Estaba lleno de amor y caridad. Incluso podrías llamarlo un paradigma de la humanidad”.

“………”

“Todos lo amaban y respetaban. Incluso los del mercado negro. Incluso aquellos que cometieron delitos sin pestañear. Todos tenían un cierto grado de respeto por él… que es lo mismo para ti, Ard Meteor, y para Ireena Litz de Olhyde. Tus situaciones actuales son idénticas. Y es por eso…”

“………”

“Por eso puedo decir esto con certeza: un día, enfrentarás el mismo destino. Los humanos son criaturas repugnantes. Incluso si están locamente enamorados de ti, se volverán contra ti en el momento siguiente, cuando se den cuenta de que ambos son mutantes”.

“………”

“Así que tal vez te extendieron su bondad, o formaron vínculos contigo, o expresaron su amor por ti. Al final, los sentimientos discriminatorios prevalecerán sobre los positivos. Esa es la naturaleza humana. Temen a lo desconocido. Lo desprecian. Quieren deshacerse de él. Esa es la verdadera esencia de la humanidad. Por eso siempre habrá tragedia en este mundo. Sin embargo, si apareciera un salvador…”

“Gracias por compartir su opinión”.

No me importaba nada más que tuviera que decir.

Lizer Bellphoenix… Pensé que había cambiado cuando nos reunimos, pero estaba equivocado. No era diferente de antes. Había permanecido igual todo este tiempo. Lizer era un hombre que podía desconectar la compasión y la moral si eso significaba apegarse a sus principios. Si ese núcleo no cambiaba… cualquier discusión no tenía sentido.

Como si captara mis sentimientos, Lizer suspiró y se puso de pie en silencio. “… No olvides cómo te hizo sentir este incidente”.

Y con eso, Lizer se iba.

Lo llamé con voz fría. “Ya veo. Entonces, tal vez los humanos sean patéticos. Sabes… creo que deberíamos detestar el egoísmo. Debemos despreciar a los que usan a otros y arruinan vidas para su propio beneficio”.

“Debo estar de acuerdo. Sin embargo… piensa en cómo esas palabras también se reflejan en ti”.

Lizer escupió esto y se retiró una vez más.

***

Al final de nuestra conversación, la comida en mi plato se había enfriado, tan fría como mi corazón. Para distraerme de este sentimiento de irritación de la discusión, le di un mordisco.

“…Mmm. Hace mucho, mucho frío”.

Después de la comida, salí del comedor y me dirigí a la habitación de Ireena. Por alguna razón, tenía un deseo insaciable de hablar con ella. Quería ver su cara.

“… Ireena”. Me paré frente a la puerta y llamé. “Es Ard. ¿Podríamos hablar un rato? Incluso solo un poquito”.

Sin respuesta. Ella no debe haberse recuperado todavía.

… Eso fue justo.

Me paré frente a la puerta cerrada y recordé esa noche. Uno a uno, los civiles se alejaron del lugar del incendio. Mientras tanto, los Caballeros Sagrados llegaron y se pusieron a trabajar.

No quedaba rastro de su existencia en este planeta. Se había derrumbado bajo el fuego.

Para apagar el fuego, los caballeros habían desarmado el edificio mientras contemplamos el edificio en llamas. Nunca olvidaré la expresión del rostro de Ireena, la desesperación absoluta por el estado de la humanidad… Ese sería un recuerdo oscuro que llevé dentro de mí por el resto de mis días.

“… Ireena. Por favor. Al menos bebe un poco de agua. Debes cuidarte a ti misma”.

Estaba a punto de retirarme a mi propia habitación, cuando… “Adelante…”

Podía escuchar la frágil voz de Ireena desde el otro lado de la puerta. Me detuve un momento y luego volví a su habitación. Agarré la manija, la giré… y abrí la puerta.

“Perdóname,” dije mientras entré y miré a Ireena. Se veía un poco demacrada pero no enferma.

… Imaginé que su mente estaba en mayor riesgo que su cuerpo. Sentada en posición vertical en la cama, apretaba una almohada mientras miraba al suelo. Sus ojos hinchados ni siquiera miraron en mi dirección, incluso cuando empezó a hablarme.

“Oye, Ard. Dime la verdad.” “…Está bien.”

“¿Murió el señor Bordeaux?” “…Sí. Él lo hizo.”

Ireena apretó su agarre sobre la almohada mientras hacía otra pregunta. “Pero no han pasado tres días y tres noches desde que murió, ¿verdad?” “…Eso es correcto.”

“En ese caso, ¿no podemos traer de vuelta al señor Bordeaux?”

Asentí con la cabeza e Ireena me miró por primera vez. Había un pequeño rayo de esperanza en sus ojos hundidos.

“Oye, Ard. Trae al señor Bordeaux…”

“No tendría sentido”, interrumpí, rechazando su idea.

Me dolió. Honestamente… quería hacer realidad la dulce ilusión de Ireena. Pero eso fue imposible.

“Ireena. Déjame adivinar. Quieres que resucite al Sr. Bordeaux para que podamos animarlo y convertirnos en su sistema de apoyo. Quiere persuadir a los ciudadanos para que regresen y lo devuelvan a su vida feliz”.

“… ¿No puedes hacer eso? Sé que puedes hacerlo, y bien”.

“Sí. Pero… todo lo que puedo hacer es crear una fachada agradable para borrar las mentiras, una forma de felicidad que es muy superficial”.

Aunque me dolió admitir esto, le dije a Ireena la verdad. Ya no podíamos permitirnos el lujo de alejarnos de la realidad.

“Como dijiste, puedo resucitar al señor Bordeaux. Pero… ¿es eso lo que quiere? Cuando lo vimos por última vez, parecía angustiado, pero parecía que estaba íntimamente familiarizado con esta emoción. Su corazón ya debe haberse roto en ese momento”.

“………”

“Pasó toda su vida amando y salvando a la gente… pero siempre fue traicionado al final. Tan pronto como su identidad saliera a la luz, la gente lo temería, lo perseguiría y lo expulsaría. Sin embargo, quería creer en ellos. Quería creer que lo aceptarían a tiempo”.

“………”

“Pero el constante rechazo agotó su mente… y fue entonces cuando su corazón se partió. Solo quedaba la desesperación, y su amor por la gente… no se encontraba por ninguna parte”.

Las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos mientras me miraba. Sus labios color melocotón temblaron… pero permaneció en silencio.

Verla así me rompió el corazón, pero tenía que seguir explicándole esto.

“El Señor Bordeaux no quería reconciliarse… De hecho, ni siquiera quería vivir. ¿Y la gente? Están ahí afuera, celebrando la derrota de la entidad extranjera. No tienen la menor intención de reconciliarse o coexistir… Solo hay una forma de unir los dos, y es mediante el uso de la magia para lavarles el cerebro”.

“…Eso es…”

“Está mal. Lo sé. Sin embargo, esa es la única manera de que sus sueños se hagan realidad: mediante el uso de la magia para controlar al Sr. Bordeaux y la gente de Megatholium y construirles una vida feliz … No sería diferente a un niño pequeño jugando con muñecas … En cuanto a mí , Ireena, eso es lo último que deseo hacer.”

Lo había hecho antes, en mi vida anterior. Lo había hecho hasta el momento de mi muerte. Había construido el mundo de mis visiones. Pero la verdad era que era un repulsivo juego de fantasía. No volvería a hacer eso. Siempre.

“… ¿Entonces qué hago?”

La voz de Ireena estaba tensa. Sus labios temblaron y las lágrimas escaparon de sus ojos húmedos. “Entiendo. Sé que todo es inútil y no hay nada que podamos hacer. Pero… ¡pero es demasiado! ¡No puedo creer que ya no esté con nosotros…! ¡Eso…! ¡Eso…! ¡Eso no está bien…!”

Enterró la cara en la almohada y todo su cuerpo tembló.

… Odiaba admitir que no estaríamos tan heridos si esta tragedia no nos recordara a nosotros mismos. Tal vez nos habríamos sorprendido, pero no pasaría mucho tiempo antes de que siguiéramos con nuestras propias vidas, aceptándola como una sola tragedia entre muchas. Después de una buena noche de sueño, simplemente nos hubiéramos ido.

Sin embargo… Bordeaux se parecía demasiado a nosotros.

Éramos irregulares como él y adorados como él. Nuestras situaciones eran esencialmente las mismas.

Y por eso nos habíamos visto en él. Nos preguntábamos si algún día experimentaríamos la desgracia que había caído sobre Bordeaux. Nuestros corazones carcomían buena voluntad, justa indignación y simpatía.

Pero… por dolorosa y desgarradora que fuera la situación, tuvimos que superar esto.

Incluso si nos golpeara el dolor, incluso si detestamos la crueldad de la humanidad, el mundo seguiría moviéndose. Y teníamos que seguir viviendo en él.

“… Ireena. ¿Recuerdas sus últimas palabras?”

Ella asintió con la cabeza, el rostro aún enterrado en la almohada.

Continúe. “Era un mensaje para Carmilla… nuestra compañera de clase, un demonio. Dijo que no debe olvidar su amor por la humanidad. Seguir creyendo en la gente… Sin embargo, no puedo evitar pensar que su mensaje también era para nosotros”.

Silenciosamente miré la forma inmóvil de Ireena.

“Amar a las personas y creer en ellas… Podemos llevar a cabo su voluntad por el resto de nuestras vidas”.

Realmente no estaba seguro de si mis palabras habían llegado a Ireena.

Independientemente, el tiempo no nos esperó. La mañana se convirtió en tarde, luego se convirtió en noche.

Y fue un nuevo amanecer.

Recé para que un rayo de sol entrara en su corazón.

Era la mañana de la asamblea de las Cinco Potencias.