Last Round Arthurs (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: No Entregues Tu Vida

Parte 2

 

 

Los motivos de Vivian, los motivos de Nayuki, el secreto de Rintarou. Incluso si se abrió camino a través del ruido—

Estoy obteniendo lo que merezco. Todo esto es mi culpa. ¡Es por eso que necesito arreglar esto yo mismo!


No pudo involucrar a Luna en esta batalla. Llámelo como quiera, Rintarou se dirigía a una lucha personal, una forma desesperada de represalia, revancha, venganza.

Nayuki no volvería. Sus acciones no significaron nada, pero no se detuvo.

No podía detenerse. Como si pudiera detenerse alguna vez.

“¡Aaaaaaaaaaaah!”

Rintarou atravesó los rascacielos, volando entre ellos, antes de llegar a una torre notablemente más grande y nueva.

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Era el ayuntamiento, el departamento central para la administración de la isla artificial de Avalonia.

Para el ojo entrenado, era obvio que había otro ayuntamiento perfectamente superpuesto a éste, en la parte inferior del planeta, el inframundo.

Esos dos edificios estaban divididos por los límites entre los mundos. Los humanos normales no podían pasar por encima de esta división, y mucho menos percibirla, pero ciertamente había un segundo edificio allí.

Y era claramente visible para Rintarou— “¡AAAAAAAAAAAAAAH!”

Cayendo del cielo, Rintarou desenvainó sus espadas rojas y blancas, balanceándolas en forma de X mientras saltaba a la entrada del ayuntamiento.

¡Boooom!

El vidrio se rompió por todas partes. Las espadas de Rintarou atravesaron los límites del mundo que dividían los dos ayuntamientos, dejándolo deslizarse hacia la parte inferior a través de una fisura.

Con su impulso adicional, se deslizó diez metros por el suelo, la suela de los zapatos y las rodillas raspando por la fricción.

Cuando levantó la cara, no había ni un solo empleado normal o humano en el suelo que se extendía ante él…

“¡¿Qu-Quién eres tú?!”

“¡¿Cómo entraste aquí?!”

En cambio, había una multitud de hermosas mujeres que vestían la misma ropa que Nayuki y Vivian.

La dama del lago parpadeó ante Rintarou, su repentino intruso. Se puso de pie tambaleándose frente al grupo que estaba boquiabierto.

Su voz retumbó, lo suficientemente fuerte como para llegar a los abismos del infierno. “Tráiganme a Vivian.”

“… ¿Eh? ¿Q-Qué estás…?”

“¿No está ella aquí? En algún lugar de este lugar… Dile que Rintarou Magami… que Merlín ha venido a matarla”.

Fue como si todo el infierno se desatara para la Dame du Lac al escuchar su tono egoísta.

“Oye, tú… ¿No sabes que esto es tierra sagrada? ¡Prohibido el paso! No se permite la entrada a humanos inmundos del mundo exterior”.

“¿Y crees que podrás ver a Lady Vivian? ¿Para matarla? ¡Alguien está siendo estúpido…!”

“¡Hyah-ha-ha! ¡Hiiiiiilarante! ¡Apuesto a que no tienes idea de quiénes somos! ¡Hyah-ha-ha-ha-ha!”

“Oh, Dios… Parece que tienes algo de poder, pero somos la Dame du Lac, seres nobles de sangre mitad humana, mitad hada. Somos superiores a los humanos. Te pondrás en ridículo si sigues así”.

La Dame du Lac miraba a Rintarou como si fuera un payaso. Lo recibieron con curiosidad, desprecio y burla.

Rintarou no tenía los ojos puestos en esas mujeres, ignorándolas y dirigiéndose hacia el fondo del piso.

“¡Oye…!”

“¡D-Detente ahí mismo! ¡No des otro paso! ¡Considere esta su última advertencia!”

“¡Fuera de mi camino!” Escupió Rintarou. “¡Tengo negocios con Vivian, esa ramera! Puede que sean sus secuaces, pero preferiría no maltratar innecesariamente a ninguna chica. Si no quieren lastimarse, dé un paso atrás”.

Hasta ese momento, la dama del lago lo miraba con incredulidad. Ahora cambiaron todo sobre su actitud y comportamiento.

“Supongo que necesitas que te enseñen una lección o dos…” “¡Ha-ha-ha! ¡Todos los humanos son idiotas que no conocen su lugar!” Se interpusieron en el camino de Rintarou y lo rodearon.

Diecisiete en total. Cada uno de ellos era un mago orgulloso que contaba con un maná increíble.

Rodeado por todo este poder, la desesperación era el único estado de ánimo apropiado para esta situación.

Sin embargo, Rintarou no desaceleró su paso en absoluto. Incluso en esta circunstancia, no estaba interesado en una sola de ellas…

“Oh bien. En realidad, no les quitaré la vida. Solo vayan a dormir.”

Al actuar de manera superior, aparentemente les había estropeado el estado de ánimo.

“Parece que alguien necesita ser castigado y enseñarle algunos malditos modales”.

“No es necesario que llames a Vivian. Podemos encargarnos de esto por nuestra cuenta”.

“Hee-hee-hee. ¡Pensar que tendrá que luchar solo contra nosotras!” “Eres solo un humano. No eres nuestro enemigo”. “Ha-ha-ha. Seré fácil contigo… pero no vengas llorando si mueres”.

Con esa advertencia, cada una de las Dame du Lac aumentó sus poderes y recitó sus palabras mágicas. Una cantidad destructiva de poder comenzó a expandirse en la habitación, un Aura aplastante.

Finalmente, sus manos desataron un torrente de llamas ardientes, un vacío arremolinado de llamas agudas, ventiscas bajo cero, tsunamis, truenos y relámpagos, y todas las fuerzas de la naturaleza, tratando de tragarlo por completo.

“Hmph. Entonces eres estúpido”.

En ese momento, Rintarou hizo su movimiento. En pocas palabras, sus acciones fueron mínimas, limpias.

Se acercó a ellas y blandió sus espadas.

Eso fue todo. No hubo trucos ni ilusiones.

Siguió repitiendo sus movimientos a una velocidad más allá de la comprensión humana, diecisiete veces. En un abrir y cerrar de ojos, había cortado a los diecisiete.

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¡Fwsht! Sus espadas brillaron con un rayo de luz.

“¡¿Gah?!”

“¡¿Ahhhh…?!”

Un latido después, hubo una onda de choque, estallando con fuerza. Los gritos eran apenas audibles por encima del viento rugiente.


Sus espadas produjeron un torbellino, absorbiendo vetas de sangre mientras los cuerpos golpeados de la Dame du Lac fueron volados sin piedad, chocando contra el techo y las paredes, rodando por el suelo…

“… Hmph.”

El lugar estaba en silencio. No había nadie que pudiera pronunciar una palabra.

Rintarou azotó sus espadas por el aire. No había una sola gota de sangre sobre ellas por la velocidad de sus ataques. Compuesto, dejó el lugar atrás.

Rintarou caminó por el ayuntamiento que la Dame du Lac controlaba en el inframundo.

Caminó hasta el último piso. Muchas Dame du Lac lo atacaron en su viaje hasta allí, tratando de frustrar su progreso.

“Fuera de mi camino.”

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“”””¡¿AAAAAAAAH?!””””

Un solo corte de su espada atravesó la multitud reunida como papel.

Con su poder abrumador, Rintarou derribó a todos los que estaban allí para mantenerlo alejado de su objetivo mientras continuaba hacia el piso superior. Siguió subiendo las escaleras.

Caminó por todo el edificio, pisoteando las capas de trampas mágicas bajo sus pies como hormigas.

Nadie detuvo a Rintarou. No pudieron detenerlo.

No importa cuántos hombres de paja formaran una pared, no era nada contra la pesada armadura de un tanque.

Los testigos dijeron que había marchado hacia adelante como el diablo.

En cierta oficina en el último piso del ayuntamiento en el inframundo, Vivian estaba realizando sus deberes habituales.

Estaba pérdida en sus pensamientos mientras sus ojos escaneaban los documentos que había recibido de sus subordinados. Se habían abierto camino en el gobierno de todos los países del mundo a través de su parte inferior.

Hmm… Las áreas postindustriales —Japón, América, Europa— están bien en la actualidad.

En cuanto al Medio Oriente… supongo que haré que continúen sus guerras para modificar el equilibrio de poder entre sus países y por razones económicas.

Sobre la sequía en la región sur de los estados del norte… Hmm… No tenemos recursos para ayudarlos… Tendremos que dejarlos estar por el momento. Perdón.

Incluso si la población cae, no les llevará mucho tiempo recuperarse…

Vivian concluyó sus órdenes escritas, determinando el estado general del mundo en el futuro.

Los líderes en la sombra en cada país fueron Dame du Lac. Los líderes seguirían las órdenes de Vivian en lo que respecta a la política y la administración de sus países. Ni siquiera se dieron cuenta de que estaban siendo manipulados por magia.

En este día, ella continuaría manteniendo el equilibrio del mundo.

Así, la Dame du Lac había guiado y gestionado en secreto el planeta durante generaciones.

  • De vez en cuando, los humanos necesitan la guerra. De lo contrario, se encaminarán hacia su propio declive sin avances… Estos niños son pocos.

Pero parece que han estado mostrando señales preocupantes, actuando de maneras que superan nuestras expectativas… Estoy empezando a tener la esperanza de que la Catástrofe llegue antes…

Vivian suspiró.

Fuera de su oficina, hubo pasos pesados de alguien acercándose…

¡BAAM! Una chica ensangrentada entró tambaleándose en la habitación, aferrándose al marco de la puerta, todavía por el shock.

“¿Emelda? ¿Qué demonios te pasó?”

“¡Estas son malas noticias! ¡Lady Vivian…! Ese hombre… ¡Rinta—!”

¡BAAM! Alguien la pateó violentamente por detrás mientras intentaba transmitir su mensaje. Se tumbó en el suelo de la oficina.

“… ¿Qué pasa, Vivian?”

El que había aparecido detrás de ella era—

“Rintarou Magami— ¡¿Merlín?!”

Colgando sus dos espadas mientras sus brazos colgaban sin fuerzas a los costados, emitió un Aura oscura que congeló el aire a su alrededor. El chico ensució el lugar con su ira.

Rintarou.

Había llegado a la cima desde el primer piso del edificio. No le habían infligido una sola herida. Sus respiraciones eran uniformes… No había matado a una sola persona.

“… ¡Gh!… ¿Has venido hasta aquí con esa cara aterradora? ¿Qué pasa? ¿Puedo ayudarle?”

Por un momento, su rostro se arrugó en estado de shock, pero no le tomó tiempo recuperar la compostura. Ella contuvo sus emociones con una sonrisa.

“No puedo creer que entraste aquí sin una cita… Y todo violento también… Ojalá tuvieras más tacto y sentido común…”

“No tengo ningún uso para la charla, maldita perra”.

Rintarou miró a Vivian mientras le lanzaba la punta de su espada roja con su mano derecha.

“Esto es para Nayuki… Esto es para Nimue. Te escucharé si quieres disculparte o suplicar por tu vida… después de que te haya degollado”.

Estaba más furioso, más enérgico que nunca.

Extendida en el suelo, Emelda se esforzó por respirar, retrocediendo ante su poder. Asfixiada, comenzó a echar espuma por la boca antes de desmayarse, con los ojos en blanco hacia la parte posterior de la cabeza.

“… Haah… ¿Por qué sabes eso, Merlín?”

Vivian se levantó de su asiento, haciendo comentarios desagradables.

“Nayuki Fuyuse… Nimue dejó de ser humana y se convirtió en parte de la Dame du Lac… Fue entonces cuando partió de la providencia del mundo, por lo que nadie tendría ningún recuerdo de ella. Todos los rastros de su vida desaparecieron y el mundo se sincroniza para mantener la coherencia…”

Comenzó a caminar en silencio, mirando a Rintarou como si se estuviera burlando de él. Ella le dio vueltas lentamente, en el sentido de las agujas del reloj, en la amplia oficina.

“…”

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Rintarou mantuvo sus espadas bajas mientras se fijaba en su objetivo y comenzaba a acechar a través de la habitación con ella. Continuó manteniendo una distancia fija de Vivian.

“¿Y estás buscando venganza? Ella no debería ser más que una traidora para ti. Ella es la persona detestable que te selló y te mató”.

“…”

Avanzando poco a poco a través de la habitación, los dos continuaron dando vueltas en círculos.

Mientras mantenían una distancia fija, se vigilaban el uno al otro sin bajar la guardia… y seguían merodeando.

Last Round Arthurs Volumen 4 Capitulo 2 Parte 2 Novela Ligera

 

“En todo caso, preferiría que te sintieras agradecido por haber lidiado con ese fracaso”.

“…”

Continuaron caminando.

“¿Te molestó? Puedo entender eso. Incluso entre las Dame du Lac, era la más bonita, por supuesto… y valiente y devota… Era la más adecuada para satisfacer los deseos carnales de los hombres… No te culpo por perder los estribos”.

“…”

  • Siguieron moviéndose.

“Hee-hee-hee. Si ese es el caso… Puedo seleccionar un miembro al azar de la Dame du Lac o dos que rivalicen con su belleza… Te las daré como sus devotos esclavas… ¿Qué les parece? ¿Podrías guardar tus espadas? Hee-hee-hee…” Vivian se rio entre dientes mientras estaba completamente compuesta…

De repente, Rintarou se detuvo… y le espetó. “Cállate. Deja de tonterías.

Te mueres aquí”.

La columna vertebral de Vivian se bloqueó en su lugar, congelada como si la hubiera cortado con una cuchilla de hielo.

“… Oh, bueno, parece que no tengo muchas opciones…”

Ella pareció no perder la compostura, mirando a Rintarou como si fuera un niño travieso.

“Merlín… planeaba tratar contigo algún día, pero… bueno, esta es una oportunidad lo suficientemente buena como cualquier otra”.

“…”

“Te diré una cosa. ¿Sabes por qué no te he hecho nada hasta ahora? …

Eso fue porque te uniste al grupo del Rey Luna”.

“…”

“La Batalla de Sucesión del Rey Arturo es una ceremonia mágica que requiere el entrelazamiento de humanos y humanos. Eso significa que cualquier intervención de la Dame du Lac tiene efectos adversos en el ritual en sí, ya que no somos humanos… Me gustaría evitar la interferencia tanto como sea posible… particularmente antes de la búsqueda de los cuatro tesoros”.

“…”

“Sin embargo, parece que la restricción ya se ha eliminado. Así que te ejecutaré aquí y ahora… ¿Estás listo?”

Rintarou había estado callado hasta entonces. “¿Sí?” Sonaba harto. “¿Crees que puedes eliminarme? Que broma.”

“Siempre necesitaste tener la última palabra. ¿Lo has olvidado? Incluso si fueras Merlín en una vida pasada, ahora eres solo un humano, después de todo. Y yo soy la Dame du Lac, no una imitación, sino el antepasado original. Entre nosotros dos, hay una gran diferencia indiscutible…” Vivian se rio diabólicamente.

Shing. Lanzas de hielo aparecieron detrás de Rintarou.

Se dio cuenta de que la temperatura había bajado al cero absoluto. La sangre de su cuerpo comenzó a solidificarse.

“¡¿Eh?!” Rintarou trató de obligarse a sí mismo a moverse, presa del pánico.

Snap. Su brazo derecho se rompió y cayó al suelo.

“Hee-hee-hee. ¡Me sorprende que no te hayas dado cuenta! ¡Ya activé mi magia! ¡No hay forma de que alguien como tú pueda ver a través de mi Engaño!”

Las manos y piernas de Rintarou estaban encerradas en un iceberg que seguía creciendo ante sus ojos. Sus movimientos habían sido completamente sellados.

“Tendrás todo el tiempo en el infierno para lamentar tus acciones, ¡por malinterpretar tu lugar en este mundo y tratar de desafiarme, Merlín!”

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Vivian levantó las manos. Lanzas de hielo cayeron sobre su cabeza como una tormenta repentina.

¡CRAAAAAAAAASH! Sonaba como un cristal rompiéndose.

Todo el cuerpo de Rintarou se rompió en pedazos, esparciéndose por el suelo.

“¡Ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡Qué lamentable!”

Sucedió en ese momento.

…Thump.

Mientras sus cacofónicas carcajadas sonaban por la habitación, su brazo derecho… cayó al suelo.

“… ¿Eh?”

Era un corte limpio en el codo derecho que goteaba sangre y ensuciaba el suelo. Se dio cuenta de que la oficina no estaba helada por las lanzas de hielo o congelada en su lugar.

Los pedazos destrozados de la carne de Rintarou ni siquiera estaban en el suelo.

Vivian no pudo procesar la situación. Junto a ella, Rintarou envolvió su brazo derecho alrededor de sus hombros, acercándola para susurrarle al oído.

“Me sorprende que no te hayas dado cuenta. Ya activé mi magia. No hay forma de que alguien como tú pueda ver a través de mi Engaño”.

Se dio cuenta de que Rintarou ya había experimentado su Transformación Fomorian, quemando el aire con su Aura inhumana.

“Uh… ¡Ah!”

“Tenías razón en una cosa… La ‘gran diferencia indiscutible’ entre nosotros”.


Finalmente, su mente se puso al día con la situación. “¡Ah! ¡Gah…! ¡Aaaaaaaaaaaaah!”

Ella acunó su brazo derecho, chillando como un sapo aplastado.

“¡Toma esto!” Rintarou le dio un rodillazo a Vivian en el estómago y la envió volando.

El impacto le rompió los intestinos y la columna vertebral, aniquilando a Vivian.

“¡Gah! ¡Augh! ¡Aaaaaaaaaaah…!”

Su cuerpo fue lanzado de costado a través de la oficina, chocando contra la pared y saltando hacia atrás. Cortó sangre, tirada por el suelo.

“…Hey, hey, hey. Eso no es ni una décima parte del tormento que le infligiste a Nayuki… No empieces a gritar y a hacer un gran escándalo…”

Rintarou caminó tranquilamente hacia Vivian, quien probó el suelo sin gracia. Las espadas en su mano suelta brillaron siniestramente mientras se acercaba.

“¡Eek! ¡N-No te acerques más…! ”

Vivian se había puesto blanca como una sábana, estremeciéndose mientras desesperadamente retrocedía hacia el suelo. Mientras gateaba como una oruga, se encontró apoyada contra una pared destrozada.

“…” Rintarou la miró como si fuera basura y se acercó a ella, angustiosamente lentamente.

“¡No te acerqueeeeeeeeeees!”

Estimulada por su propio pánico, Vivian liberó toda la fuerza de su maná. Cantando, filtró su Aura a través de todo su cuerpo y espíritu. Creciendo en la habitación fue una helada infernal, más grande que cualquier otra en esta batalla. El frío ártico brilló, solidificándose como espadas y un vórtice de muerte que asaltó a Rintarou.

Vivian, sin duda, estaba dando todo para llevarlo a cabo.

¡Clic! Rintarou chasqueó los dedos, levantando un fuego negro que ardió sobre su cuerpo. Sus llamas lamieron la habitación, quemando la escarcha ártica. Fue la magia oscura Fomorian Black Flame, que quemó la magia con su resplandor oscuro.

“¿Qué…?” Vivian estaba incrédula cuando esta escena se quemó en sus ojos.

Fueron las plantas de sus pies las que quedaron grabadas en su cerebro a continuación.

La patada frontal áspera de Rintarou la golpeó como un ariete en la cara.

Presionada entre la pared detrás de ella y su pie, su rostro fue aplastado.

Su tremenda belleza ya no era reconocible.

“¡Ah! ¡Aaaaaaaah!”

Su nariz chorreaba sangre mientras usaba la mano que le quedaba para agarrarse la cara hinchada y se retorcía sin atractivo en el suelo.

M-Merlín… ¡¿No puedo creerte…?! Los pensamientos de Vivian daban vueltas entre sus gritos.

¡Esto es impensable…! ¡¿Cómo recuperaste tanto poder?! ¡Si esto continúa, las cosas saldrán de acuerdo con los planes del dios maligno…! Y a-antes de que eso suceda… me matarán aquí… ¡No!

No le quedaban fuerzas. Era casi como si su cuerpo se hubiera desmoronado.

Vivian se dio cuenta… de que estaba completamente equivocada.

No era ajena a los poderes de Merlín de la era antigua… por eso había hecho que Nimue lo atrapara cuando menos lo esperaba. ¿Por qué demonios había sido tan engreída? ¿Dónde se había equivocado? ¿Por qué se había vuelto demasiado confiada después de superarlo en maniobras una sola vez?

¡Ese monstruo había sido degradado a humano! No debería haber podido tocar a alguien como ella.

“Supongo que eso es todo lo que has logrado”. Rintarou hervía, incapaz de contener su ira y desprecio, mientras miraba a Vivian. “Así que nadie mató a Nayuki, ¿eh…? Mierda… ¿Por qué…? ¡¿Por qué no pude… protegerla…?!”

La rabia de Rintarou estaba dirigida más a sí mismo que a Vivian.

Pero ya era demasiado tarde.

“… Voy a arreglar las cosas, Vivian”.

Él tiró de un puñado de su cabello, levantando su cabeza para hacerla mirarlo mientras ella se retorcía en el suelo. Dejó su espada contra su cuello.

“¡¿Aaaah?! Pa-Pa-Para…”

“¿Crees que puedes detenerme? Sigue soñando…”

“S-Si me perdonas… yo… ¡ya sé! ¡Te daré el derecho de salirte con la tuya con mi cuerpo por una noche…! ¡E-Eso debería ser suficiente…!”

“Como si quisiera dormir con una bruja sucia como tú”.

“¡Soy el eje de la Batalla de Sucesión del Rey Arturo…! ¡Si muero, n-nada saldrá del ritual…! ¡¿Estás seguro de que quieres hacer esto…?!”

“Eso sería molesto… pero no puedo perdonarte. Tendrás todo el tiempo en el infierno para lamentar haber puesto una mano sobre mis amigos…”

La desesperación se apoderó de Vivian cuando Rintarou pareció insensible a sus ruegos.

No sirvió. Merlín tenía la intención de matarla.

Aunque Vivian había sido decapitada por Sir Balin en la antigüedad, solo la había decapitado a ella. Solo su cuerpo corpóreo había muerto.

Por eso se había recuperado… pero no podía imaginar que Merlín se detuviera allí, viendo que estaba furioso.

No había duda de que destruiría el concepto mismo de Vivian.

¡No, no! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir!

¿Cómo podría encontrar su fin de esta forma espantosa? ¡Se suponía que debía guiar al mundo por la eternidad como la Dame du Lac! ¡Esto era imposible! ¡Absurdo!

Sin importarle a Vivian, Rintarou intentó cortar su espada a través de su cuello en un suspiro.

“¡E-Espera! Nayuki… ¡Nimue todavía está viva…!” Vivian se las arregló para soltar un chillido de desesperación.

Su mano se bloqueó en su lugar antes de que pudiera mover su espada.

“… P-Pero… s-si yo muero aquí… ¡ella lo estará por siempre…! ¡Así que hagamos un trato…! ¡¿Harás un trato conmigo…?! ¡Ughuh…!”

“Habla”, ladró, mirándola y agarrándola por el cuello. Ella estaba suspendida en el aire, sus dedos en su garganta.

“N-Nimue todavía está viva… N-No morimos fácilmente… Sabes esto… ¿no es así?”

“Seguro, ¿entonces?”

“Soy una auténtica semi-hada, nacida entre un humano y un hada de alto orden… pero… cough… las otras Dame du Lac eran todas originalmente humanas… ¿Sabías eso…?”

“…Uh huh.”

“Tomaría a las niñas humanas con la disposición adecuada y las asimilaría a mi hogar convirtiéndolas en hadas… Son semi-hadas artificiales… Cada una tiene algo que gobierna su existencia llamado Fairy Crystal Core… que está dentro de sus cuerpos…”

“… Yo también lo sabía”.

“Las hadas son parte del mundo natural… lo que significa que la Dama du Lac comparte esa misma propiedad… Incluso si mueren… pueden ser restauradas… mientras su Fairy Crystal Core esté vivo… ¡aunque puede llevar algún tiempo…!”

La hoja de la espada de Rintarou mordió aproximadamente una pulgada en el cuello de Vivian. La sangre brotó de su piel.

“¡Aaaaaaaaaaaah!”

“¿Me estás tomando por tonto? ¿Crees que no sé qué destruiste el Fairy Crystal Core de Nayuki? … Tienes que morir”.

Rintarou terminó de hablar. Apretó la mano y alzó la espada. “¡P-Por favor espera! ¡Todavía hay otra forma! ¡Si tienes el Santo Grial!” “!” Detuvo su mano antes de que la hoja la atravesara.

“S-Sí… el Santo Grial… uno de los cuatro tesoros del Rey Arturo… En el pasado, se llamaba el Caldero de Dagda… ¡Es una copa de vida que le da al portador una fortuna ilimitada…! ¡Si solo tienes su capacidad para crear vida, puedes resucitar el Fairy Crystal Core y restaurarla…!”

Rintarou le susurró. “¿En serio? En otras palabras, la búsqueda de los cuatro tesoros se anunciará pronto”.

“¡S-Sí! ¡Tendrás la oportunidad de adquirir el Santo Grial!”

Vivian parloteó como si estuviera en lo cierto.

“La Batalla de Sucesión del Rey Arturo es una ceremonia mágica lanzada en esta isla artificial de New Avalon… ¡para comenzar específicamente la búsqueda de los cuatro tesoros…!

“Esta isla fue creada para servir como un lugar para el ritual… ¡Once Reyes acompañados de sus Jotas competirían, desencadenando la búsqueda de los cuatro tesoros…!”

“Ya veo. Es por eso que no hemos recibido un anuncio oficial para la misión. Reducir nuestro número fue parte de la ceremonia”.

Bueno, él podría aceptar eso. La búsqueda estaba naturalmente reservada a los “elegidos”.

“En nuestro plan original… no teníamos la intención de pedir a los Reyes que buscaran el Santo Grial…”, gimió Vivian, mirando a Rintarou.

“Lo sabía. Incluso Arturo no pudo conseguirlo. Así es como dice la leyenda. Eso significa que los Reyes no podrán tenerlo en sus manos como sus descendientes. Aunque la búsqueda es de cuatro tesoros de nombre, solo hay tres tesoros involucrados en la búsqueda: la Espada Sagrada, la Lanza Sagrada y la Piedra Sagrada. Esa es mi suposición… ¿Me equivoco?”

“T-Tienes razón… Para el Santo Grial, detendríamos inmediatamente su búsqueda tan pronto como comenzara. Ese fue el arreglo. Los Reyes buscarían tres tesoros en efecto… y el que tuviera los tres recibiría una réplica del Santo Grial y se convertiría en el ganador de la batalla de sucesión… No había necesidad del verdadero, de acuerdo con nuestras reglas”.

“Una réplica, ¿eh?” Rintarou dejó que sus hombros cayeran exasperado.

“Tuvimos que incluir una búsqueda del Santo Grial en esta ceremonia, ya que había cuatro tesoros en la era antigua que respaldaban el reino de Logres… Sin embargo, fue el único tesoro que el Rey Arturo no pudo localizar. Eso significa que no es necesario que lo suceda…”

“…”

“Pero podemos emitir la búsqueda del Santo Grial para esta circunstancia especial, ¡por el bien de Nimue! ¡Lo instalaré solo para que emprendas la misión! ¡Soy la hechicera principal que controla esta ceremonia mágica…! ¡Así que por favor perdóname la vida…!”

Rintarou miró a Vivian.

Para ser honesto… esto es estúpido. ¿Tiene la cabeza vacía? Esto no es

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un “trato”…

La búsqueda del Santo Grial fue básicamente como jugar un videojuego que era imposible de ganar. Dado que la Dame du Lac estaba a cargo de realizar pruebas a los humanos, ellos no pasaron por las pruebas ellos mismos. Simplemente no tenían la capacidad para ello. Eso significaba que Rintarou necesitaba intentarlo él mismo si quería encontrar el Santo Grial.

El rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda lo habían intentado como su última y más grande misión… Muchos caballeros famosos habían querido el Santo Grial, pero… muchos hombres no regresaron, perdiéndose en la ruta estéril. La Mesa Redonda se había debilitado, contribuyendo a la destrucción del reino.

Solo había uno que había obtenido ese Santo Grial: el único caballero que había completado la misión… Ese era el peligroso decimotercer asiento de la Mesa Redonda: Galahad, el inmaculado paladín.

Aunque nadie sabía por qué, Sir Galahad había obtenido el tesoro, solo para regresar al cielo con él.

Incluso si Rintarou hubiera sido Merlín, asegurar el Santo Grial era casi imposible.

¿Cómo podía Vivian llamar a esto un “trato” cuando se basaba en adquirir lo inviable?

Existe la posibilidad de que esto sea una trampa. Probablemente esté tratando de deshacerse de mí haciéndome ir a un juicio absurdo… Si intento esto, es posible que nunca vuelva a casa…

Pero…

Todo lo que puedo hacer… es intentarlo.

Nayuki había muerto pensando en Rintarou.


No había forma de que él pudiera abandonarla… No había forma de que ella pudiera morir sin ser vengada. Incluso si terminaba a dos metros bajo tierra, necesitaba salvar a Nayuki. Eso era lo mínimo que podía hacer.

Por eso Rintarou aflojó su agarre en el cuello de Vivian, dejando que su cuerpo se estrellara contra el suelo.

“Si muy bien. Te dejaré vivir…”

Rintarou escupió de mala gana: “Intentaré la búsqueda del Santo Grial”.

Rintarou dejó el ayuntamiento en el inframundo y regresó al mundo real.

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