Last Round Arthurs (NL)

Volumen 4

Capítulo 1: Y Entonces, Fue Olvidada

Parte 1

“Heh… Bueno, ¡fue un gran éxito!”

Después de que literalmente todo lo imaginable salió mal, todos los candidatos presidenciales terminaron sus discursos. Tan pronto como pusieron un pie en la sala del consejo estudiantil, Luna se había atrevido a declarar su victoria.

“¿Lo llama un éxito, Su Majestad?” Rintarou refunfuñó, frente a una computadora de escritorio y agarrando el mouse con una expresión sombría. Estaba trabajando silenciosamente en algo. “¿Puedes señalarme la parte en la que obtuvimos incluso la más pequeña de las victorias? Díselo a tu estúpido vasallo, por favor…”

“¡¿No lo entiendes?! ¡Dar una buena impresión es una buena impresión!” Luna empujó su dedo justo frente a la nariz de Rintarou. “¡Después de todo esto, imagino que seré la única cosa en sus cabecitas!”

“Creo que ya casi se han hartado de ti”.

“¡Heh-heh-heh! ¡¿Viste eso?! ¡Los otros pobres candidatos no pueden tocarme! Ninguno de ellos se destacó, ¡y no creo que ninguno de los estudiantes sea capaz de recordar sus nombres o caras!”

“Creo que estás un poco conmovida”.

“Además, todas sus programas eran tan poco originales y egoístas: ¿’Embellecer el campus’? ¿‘Configurar un buzón de sugerencias’? ¡No puedo creer que piensen que tienen una oportunidad!”

“¿Cómo vas a cumplir tus promesas? Comprometerse a implementar los fines de semana de tres días y abolir las pruebas de mitad de período podría darle una ventaja… pero no hay forma de que realmente puedas hacer que eso suceda”.

“¡Eres tan tonto! ¡Yo, Luna Artur, nunca mentiría! Haré que suceda… ¡Mírame…! … Pero recuerda, no especifiqué una línea de tiempo para esos tontos. En otras palabras… ¡tengo una década… o dos… para cumplir mis promesas…! ”

“W-O-W.”

“¡Quiero decir, los políticos mienten sobre sus programas todos los días! La historia no nos ha enseñado nada. ¡Qué vergüenza si te engañan! ¡Así que no hay problema!”

“Ni siquiera vayamos allí…”

“¡Además, me imagino que nadie es tan estúpido como para votar por mí en mi campaña! ¡Lo más importante es mostrarles que puedo brindarles un gran espectáculo! ¡¿No lo entiendes?! ¡Están votando por mi potencial!”

“Bueno, supongo que lo entiendo, en teoría…”

“Si lo entiendes, ¡date prisa y termina tu trabajo! ¡Chop-chop! ¿Has terminado los carteles que te pedí?”

Con aspecto molesto, Rintarou volvió a mirar el monitor. El software de edición de imágenes mostró un cartel electoral con una foto de Luna.

Su imagen había sido muy editada, suavizada y mejorada con sus habilidades. Como ya era bonita, parecía una diosa en esta imagen. De hecho, era un 120 por ciento más hermosa que antes.

En la foto, Luna estaba vestida con un traje de baño, como si esto fuera completamente normal, mostrando una pose sexy para hacer que los chicos pubescentes se volvieran locos. Ella estaba armando su apariencia para este póster, un movimiento calculado.

“Supongo que es demasiado tarde para esto, pero ¿estás segura de que quieres llegar tan lejos…?”

Rintarou se encogió mientras miraba su espantosa creación.

Este cartel desagradable era como una de las obras maestras de Miguel Ángel: algo que trascendía el tiempo y el espacio para capturar las almas de las personas. Era como una ilusión óptica, lista para succionar al espectador si se presentaba la oportunidad.

“¡Oye! ¡Eso es bastante bueno! ¡No está nada mal, Rintarou, para un trabajo en progreso!”

“¡¿Qué?! ¡¿Qué más quieres que haga?!”

“¡¿Eh?! ¿Estás totalmente despistado? Pechos, ¡duh! ¡Enormes melones! ¡También podrías hacerlos más grandes!”

“¡Oh vamos! ¡Tienes que estar bromeando! ¡¿Desde cuándo eres una estafadora?!”

“¡Alguien tiene una gran boca! ¡Cuanto más grandes sean las tetas, mejor, obviamente! ¡Las tetas siempre ganan! A algunos les gustan las pequeñas, a otros les pueden gustar alegres, pero a la mayoría de los hombres les encanta un pecho enorme, ¡estadísticamente hablando! ¡Es la verdad innegable! ¿Capisce? ¡Ahora, vuelve a editar! ¡Estoy segura de que puedes hacerlo, Rintarou!”

“Uh, bueno… supongo… puedo, pero…”

“¡Confío en ti! ¡Tengo que conectarme con la gente! ¡Creo que es hora de que yo también esté del lado bueno de las chicas! ¡Está bien, consejo estudiantil! ¡Desplázate y reúne a algunos chicos calientes!”

“”””¡Aye, aye!””””

Con Luna como líder, los miembros salieron de la habitación como una estampida. El espacio finalmente quedó en silencio.

“Aaaah…”, suspiró Rintarou, volviéndose hacia la pantalla.

Con su mano en el mouse, comenzó a trabajar en la edición del pecho de Luna.

Clic-clic-clic… La habitación estaba en silencio excepto por el clic del mouse y el rasguño de su lápiz mientras se deslizaba por la tableta. Añadió una nueva capa sobre sus senos y se puso a trabajar en el renderizado.

“…”

Las elecciones presidenciales para el próximo mandato les habían surgido, y Rintarou se había visto arrastrado lentamente a la campaña, obligado a participar en estas actividades incomprensibles.

Míralo ahora: incluso si esto fuera solo una imagen, se había visto reducido a juguetear con el pecho de una estudiante y amiga…

“¡¿Qué diablos estoy haciendo?!”

¡Crash! Rintarou arrojó el ratón a una pared, dejando escapar su voz interior.

“Vamos, vamos, Rintarou. Cálmate.”

“Así es. Aquellos que están cortos para la ira tienen un camino corto”.

Felicia y Sir Gawain le dieron una palmada en la espalda.

Ella vestía su uniforme escolar y él vestía un traje.

“Espera… ¡¿Por qué estás aquí?!”

“Usamos magia para crear la ilusión de que somos estudiante y maestro en la Escuela Camelot y nos infiltramos en esta escuela”, explicó Felicia.

“Así es. A petición de su señora… Luna. Era un trabajo para alguien que podía realizar sus actividades en secreto sin llamar la atención de nadie. ¿Y quién mejor que nosotros?”

“… ¿Una solicitud de Luna? …Eh. Supongo que no es solo una tonta. Ella viene en embrague cuando la necesitamos”. Rintarou sonrió. “Al ver cómo han ido las cosas, sospeché sobre eso… sobre la posibilidad de que alguien en esta escuela esté moviendo los hilos de la Batalla de Sucesión del Rey Arturo… Eh. Luna debe haberles pedido a ustedes que investiguen. Creo que estaba equivocado—”

“¡Nuestro papel es deslizarnos por la escuela, tirar sigilosamente los carteles de los otros candidatos y colocar la foto de Luna en su lugar!”

“¡Sería horrible si alguien nos viera! ¡Debemos lograr esto en secreto!”

“¡Bien! ¡Fui el idiota por pensar que ella ha cambiado!” Rintarou gimió, agarrándose la cabeza.

“¡Hee-hee-hee! ¡Luna es tan generosa! ¡Dijo que nos recompensaría con diez centavos enteros por cada póster eliminado!”

“¡Así es! ¡Con eso, podemos ganar seis dólares en un día! ¡Lo que nos asegura una comida adecuada esta noche, mi señora!”

“¡Absolutamente! ¡Oh, Dios te bendiga, Luna!”

“… Heh-heh-heh… Oh, eso es extraño… ¿Por qué el monitor está borroso?” Rintarou estaba tratando de contener las lágrimas después de ver al maestro y al sirviente genuinamente extasiados frente a él.

“¡Así que tenemos que ir a cumplir su petición!”

“Es una búsqueda difícil, pero… haremos el trabajo, ¡como si nuestro título de caballero y rey dependiera de ello!”

“¡Sí! ¡Inmediatamente!”

Felicia y Sir Gawain salieron de la sala del consejo estudiantil muy animados.

“Ahhhh…”, suspiró Rintarou, viendo a los dos irse por el rabillo del ojo.

Caray… No tenemos tiempo para esta mierda…

Solo en la habitación una vez más, Rintarou tomó su ratón y volvió a trabajar.

Clic-clic, fue, mientras estaba perdido en sus pensamientos.

Por el momento, la Batalla de Sucesión del Rey Arturo estaba progresando en esta isla artificial de New Avalon. Terminaría con una enorme ceremonia mágica para revivir al Rey Arturo en la actualidad. Todo esto era para prepararse para la catástrofe, el inminente apocalipsis que acabaría con toda la humanidad.

Luna era uno de los once reyes que participaban en la batalla por el trono, y Rintarou la estaba aconsejando como vasalla. Ya había pasado un mes, lo que significaba que se habían producido algunos acontecimientos importantes.

La facción del Sr. Kujou y Sir Lancelot había sido aplastada.

El grupo de Emma y Sir Lamorak había sido suprimido.

Hitoshi Kataoka y Sir Tristan habían sido sometidos.

Reika Tsukuyomi y la facción de Sir Dinadan habían sido expulsadas.

¿Quién hubiera imaginado que Luna y Sir Kay, el grupo más débil al comienzo de la batalla, manejarían estas luchas de vida o muerte contra los candidatos más fuertes?

Prácticamente fue un milagro.

No soy lo suficientemente ingenuo como para pensar que somos los únicos luchando contra los Reyes… Me imagino que otros están luchando entre sí en algún lugar de esta isla… Tal vez otras facciones hayan sido eliminadas…

Rintarou había pedido a las hadas que vivían en la isla que recopilaran información en su nombre. Según ellos, Ainz y Sir Bedivere ya se habían retirado después de sufrir ataques de la facción de Hitoshi.

Once reyes en total. Sabemos que cuatro de ellos han sido retirados de la batalla, lo que significa que nos quedan siete. Reste a nuestro aliado temporal, Felicia, y Reika, que es MIA, y nos quedan cinco Reyes.

Si han estado involucrados en una batalla como nosotros… deberíamos tener menos de la mitad de los Reyes compitiendo por el trono…

En cuyo caso, la batalla de sucesión pasaría a la siguiente fase.

El meollo de esta Batalla de Sucesión del Rey Arturo fue la búsqueda de los cuatro tesoros.

Los cuatro tesoros del rey Arturo son la espada, la maza, el diamante y el corazón: la espada sagrada, la lanza sagrada, la piedra sagrada y el santo grial. El que tenga éxito en obtener los cuatro se convertirá en el Arturo del último asalto… En otras palabras, la verdadera lucha es excavar estos tesoros y secuestrarnos unos a otros en el proceso…

Hasta entonces, no había habido ninguna señal de que esta búsqueda comenzara.

Su mejor conjetura fue que el número de participantes tenía que descender por debajo de cierto umbral. Estuvo muy cerca de confirmar su teoría.

En otras palabras, estos fueron solo los preliminares. Ahora comenzaremos con lo real… con el anuncio de la misión.

En el futuro, las peleas solo se intensificarían. Después de todo, los cuatro tesoros eran artefactos que ocultaban poderes tremendos. Tener la ventaja de uno solo podría ser la diferencia entre ganar o perder.

Como si no tuvieran suficiente en qué pensar, parecía haber una bruja maquinando detrás de las escenas de esta pelea… Y estas travesuras sospechosas solo aumentaban a medida que avanzaba la batalla.

Incluso si lo intentara, Rintarou no podría predecir el futuro.

Necesitamos ponernos serios… y descubrir nuestros próximos movimientos, en los que somos cuidadosos pero audaces… Un error podría costarnos la vida…

Hizo clic con el ratón.

“…”

El monitor mostraba el póster de Luna, que acababa de terminar de retocar.

No se dio cuenta de que sus pechos se habían vuelto tan grandes. Prácticamente podía oírlos salir disparados desde la pantalla. La edición final fue impecable, con un aspecto tan natural que era difícil creer que estaba editada.

Rintarou miró su propio trabajo con los ojos medio cerrados…

“¿Qué demonios estoy haciendo…?”

• Finalmente, golpeó su cara contra el escritorio.

Sin audiencia para escucharlo, estaba atrapado en un ciclo de sus propios pensamientos.

“Buen trabajo, Rintarou.”

Alguien puso una taza de té humeante frente a su nariz.

Sus ojos se alzaron. “¿Nayuki?”

¿Cuándo había vuelto?

Nayuki Fuyuse, la secretaria en jefe del consejo estudiantil, se paró frente a él. Ella sonrió gentilmente.

“Ah-ha-ha. Pareces agotado… ”

“Estoy exhausto. ¿Por qué este es mi trabajo…?” Rintarou señaló la pantalla.

“… Uh… Eso es mucho pecho…”, observó Nayuki, mirando la imagen y sonrojándose. Ella le sonrió, luciendo preocupada. “Um… supongo… ¿te gustan las chicas tetonas, Rintarou…?”

“¡¿Qué?!”

“Bueno, estas cosas pueden reflejar las preferencias del editor… Oh, eso es una lástima… Me temo que realmente no tengo mucho que ofrecer… Waah…” Nayuki fingió sollozar.

“¡Esperaaaaaa! ¡Dejemos las bromas! ¡Esta fue el ofrecimiento de Luna! ¡No tiene nada que ver conmigo!”

Mientras Rintarou trataba desesperadamente de excusarse, Nayuki le sacó la lengua juguetonamente.

A pesar de que se acababan de conocer, se habían sentido muy bien el uno con el otro. A veces, se sentía como si fueran viejos amigos.

Por alguna razón, Rintarou se llevaba bien con Nayuki.

“¡De todas formas! ¿Por qué me quedo con el trabajo de jugar con los senos digitales? ¿Soy un asqueroso pervertido? ¡Maldita sea! ¡Debería estar recopilando información sobre las facciones supervivientes! ¡O descubrir más información sobre las misiones del tesoro! ¡Hay otras cosas que debería estar haciendo! ¡¿Cierto?!”

“C-Cierto…”

En realidad, Nayuki Fuyuse había sido miembro de Dame du Lac, el grupo que organizaba la Batalla de Sucesión del Rey Arturo. Eso significaba que era una hechicera con un maná increíble. En una de sus batallas, había armado estas habilidades y las había combinado con su habilidad con la espada para llevar al grupo de Luna a la victoria.

De hecho, le debían la vida a Nayuki. Ella era la razón por la que podían seguir con sus travesuras.

“Ugh… ¿No estás de acuerdo conmigo, Nayuki? ¿No quieres que Luna se tome estas cosas más en serio? Si sigue así, se encontrará a dos metros bajo tierra…”

“Míralo desde otro ángulo. Luna puede perder el tiempo porque sabe que te tiene. Estoy seguro de que ella tiene fe en ti, Rintarou”.

“Dame un respiro… Piensa en la carga que esto pone sobre mis hombros…” Se despeinó el cabello, luciendo molesto, aunque no parecía tan infeliz. “Caray. Supongo que no hay forma de evitarlo. Soy el único que puede proteger al Rey Cabeza Hueca… y no es como si pudiera abandonarla ahora. Si ella pateara el cubo, no podría descansar tranquilo. Supongo que solo tengo que cuidar de ella… ¡Oh, bueno!”

“…” Los ojos de Nayuki estaban distantes mientras lo miraba con una sonrisa que parecía solitaria. “Hee-hee, me alegra ver que te has estado divirtiendo últimamente, Rintarou”, chilló.

“… ¿Nayuki?”

Había algo claramente diferente en el tono de su voz.

Cuando se volvió para encontrarse con su mirada, descubrió que ella lo miraba directamente como si estuviera tratando de apelarle por algo. No sentía que Nayuki estuviera bromeando o bromeando, simplemente basado en su comportamiento.

Rintarou estaba nervioso a pesar de sí mismo… “D-Dame un descanso. ¿Crees que estoy disfrutando esto?”

Rintarou miró hacia otro lado, eligiendo hacer una broma para calmar el aire extraño entre ellos. “¡No ha salido nada bueno de unirse a su facción! ¡Ella ha estado abusando de su poder, obligándome a atender sus necesidades todo el día! Francamente, la batalla por la sucesión no es la parte más difícil, ¡la está protegiendo! ¡Ugh, nunca debería haber aceptado este trabajo!”

“…”

“Puede que no lo parezca ahora, pero todos solían tenerme miedo, ya sabes. ¡Eso es porque tengo poderes más allá de cualquier humano! Obviamente, nadie se atrevió a pisarme los dedos de los pies, ¡porque estaban demasiado ocupados lloriqueando en sus botas!

“¡Ahora, la gente me confunde con el aprendiz de Luna o algo así! ¡Y nuestros compañeros de clase están coqueteando conmigo! ¡El consejo estudiantil ni siquiera se inmuta al imponerme quehaceres! Toda esa seriedad… ¡por el desagüe!

“¡Mi suerte se debe haber acabado en el momento en que Luna me vio!”

Rintarou expresó sus quejas. Nayuki lo miró con ternura.

“Rintarou… creo que estarás bien sin mí”.

“…?”

“Mientras tengas a Luna… estoy segura de que estarás bien”.

Esta no era su broma normal.

Rintarou inclinó la cabeza hacia un lado, cuestionando su extraño comportamiento. “… Nayuki, ¿qué te pasa hoy?”

“¿Eh? Oh… no es nada, de verdad. Ah-ha-ha. Perdón por ser tan críptico”.

Trató de reírse, pero Rintarou no era del tipo que deja pasar algo tan fácilmente.

“…No, lo siento. Realmente lo estoy. Todavía debes estar molesta por el pasado, ¿eh?” él dijo.

“!”

En el pasado, Rintarou había arremetido contra Nayuki cuando se enteró de que ella había sido parte de la Dame du Lac. Después de todo, él había sido una vez Merlín, el hechicero más antiguo y fuerte del mundo, y había sido engañado para que lo encerraran y muriera a manos de cierto miembro de su organización.

Este amargo recuerdo de su vida pasada le dejó un mal sabor de boca sobre la Dame du Lac. Era difícil hacer justicia a su absoluto disgusto hacia su organización con palabras.

“¡No se trata de eso! ¡No me importó! ¡Sé que tienes una razón para odiarnos!” Nayuki lo negó, sacudiendo la cabeza con furia. “¿No te traicionó a pesar de que confiabas en ella? Eso es tan terrible… Apuesto a que nunca podrás perdonarla…”

“Supongo. Pero estaba mal hacer enemigo de toda la Dame du Lac por los trucos de un miembro. Y estuvo mal que me desquitara contigo, como un niño pequeño. Lo siento.” Rintarou ofreció una disculpa formal.

Sin embargo, Nayuki le dio una pequeña sonrisa y parecía completamente abatida.

Uh-oh… supongo que realmente la lastimé… no puedo decir que la culpo…

Insulté a Nayuki y volví mi espada hacia ella después de que ella reveló su

identidad para salvarnos… Maldita sea. Odio ser tan inmaduro…

¿Qué podía hacer para compensarlo?

Había una respuesta obvia que trascendía el tiempo y el espacio.

“Oye, Nayuki… te considero una amiga”.

Tenía que hablar de ello y abrirse. No importaba si estaba avergonzado o si se sentía mal al comunicar sus sentimientos. No debería suponer que ella podía leer su mente. Tenía que ser honesto y decirlo con sus propias palabras.

“… ¿R-Rintarou…?”

“Después de todo lo dicho y hecho, hemos estado juntos desde el principio, desde que llegué aquí. Paso la mayor parte del tiempo contigo, después de Luna. Puede que no me creas, pero… no me importa que ya estuvieras en la Dame du Lac.

“Además, nunca pensé en ti como un extraño, por alguna razón… y yo…

eh… creo que quiero seguir pasando tiempo contigo”.

Rintarou se dio la vuelta, tratando de jugar con su vergüenza volviéndose gruñón.

“Yo… ¡no lo digo de una manera extraña! ¡Quiero decir, no puedo ser el único que controle a Luna! ¡Necesito una mano amiga!”

“…” Nayuki le devolvió el parpadeo, aturdida y confundida.

“Y… te aprecio, ¿sabes?” Admitió Rintarou.

“… ¿Eh? ¿Me aprecias…?”

“Me acabo de dar cuenta… me has estado cuidando desde el principio…”

Eso estuvo bien. Cuando pensó en ello, Nayuki siempre había sido constante.

Se conocieron inmediatamente después de que él llegara a la isla artificial de New Avalon para unirse a la Batalla de Sucesión del Rey Arturo. Ella era quien lo había alentado a vincularse con Luna.

Cuando Rintarou rompió los lazos con Luna por una diferencia ideológica, Nayuki encontró una razón para que él hiciera las paces.

Cuando un enemigo sin precedentes estuvo a punto de destruir al grupo de Luna… ella reveló su identidad como miembro de la Dame du Lac y arriesgó su propia vida para salvarlos.

Además de eso, Nayuki era quien había creado una oportunidad para controlar al ‘diablo’ dentro de él.

Ella había estado cuidando a Rintarou todo el tiempo… Por eso exactamente sospechaba de ella. “… ¿Por qué haces todo lo posible por mí?” No había nada complicado en su pregunta.

“Así que eres miembro de Dame du Lac. Imagino que me conoces más que yo mismo… Incluso has tratado de hacerte amigo de un mocoso como yo”.

“…”

“… Realmente quiero saber porque… te considero un amigo… ¿Por qué una chica decente haría todo esto por mí? No me sienta bien… que no tenga idea de por qué me tratas tan bien…”

Tan pronto como dijo eso, Rintarou trató de fingir que no sucedió intentando abrumarla con la palabra vómito.

“¡P-Pero lo entiendo si no quieres hablar de eso! ¡Imagino que tienes tus razones! ¡No volveré a mencionarlo!”

Nayuki le dio una sonrisa gentil, como si pudiera leerlo como un libro abierto.

“¿Soy… uno de tus amigos ahora? ¿En serio?”

“Obviamente. Hemos luchado en el mismo campo de batalla y arriesgaste tu vida contra el mismo enemigo, ¿verdad? Incluso si eso no hubiera sucedido, siempre estamos pasando el rato y jugando… Si no somos amigos, ¿entonces qué somos?” Rintarou estaba tratando de ocultar su vergüenza hablando con ella de manera brusca.

Nayuki miró fijamente a Rintarou por un rato… antes de que finalmente hablara.

“… Amigos, ¿eh…? Entonces somos amigos. Soy tu amiga…”

“¿Nayuki?”

“Mm-hmm, gracias. Esto me hace tan feliz… aunque no tengo derecho a tu amistad… Pero tú piensas en nosotros como amigos… Nada podría hacerme más feliz”.

Por alguna razón… Rintarou se sintió un poco incómodo al ver su alegre sonrisa.

“Está bien, Rintarou… te diré una cosa. Te explicaré quién soy realmente y por qué te ayudé”.

Sintió que su corazón se saltaba un latido.

“Nayuki… ¿Estás segura? Sé que fui yo quien preguntó, pero no tienes que hablar de eso si no quieres. No te molestaría por eso. No soy un niño.”

“No… quiero decírtelo. Esto puede ser egoísta de mi parte, pero… realmente quiero decirte… quiero que sepas…”

Nayuki dio un paso hacia Rintarou, casi rogándole con la mirada.

“Pero estoy asustada. Necesito… coraje… La más mínima cantidad”.

“… ¿Coraje?”

“Sí. Oye, Rintarou… ¿tienes algo de tiempo?”

“Hmm… bueno, la escuela terminó, y acabo de terminar esta estúpida tarea, y realmente no tengo nada planeado. Supongo que tengo tiempo”.

“Okay. Entonces… ¿irás a una cita conmigo, los dos? Sólo una vez…”