Slayers (NL)

Volumen 12

Capítulo 1: Enredados de nuevo en el destino del Rey Demonio.

Parte 1

 

 

Slayers Volumen 12 Capítulo 1 Parte 1 Novela Ligera

 

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La oscuridad lo cubrió todo y sólo trajo silencio a la ciudad. Aunque ya era media noche, en una ciudad de este tamaño, algunas de las tabernas seguían abiertas, con algunos borrachos dando tumbos en las oscuras calles. Como era normal, ya no había ninguna tienda abierta.

… Está claro que era una hora muy peligrosa. Naturalmente las calles estaban vacías, así que me encontraba sola. Mi capa, del color de la oscuridad, ondeaba en la noche, mientras yo caminaba con pasos cautelosos para no hacer ruido, aunque con prisa. Entonces escuché una voz a mi espalda.

-¿Otra vez vas a meterte con unos bandidos?

“¡Porras!”

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Al oír la repentina voz, mi cuerpo reaccionó con un escalofrío. Asustada, me giré para ver a quien me hablaba.

-O…oye… No te acerques a mí tan silenciosamente, Gourry…

Y allí estaba él, bajo la pálida luz de la Luna, de pie con un gesto de disgusto en la cara. Gourry, mi compañero de viaje. Un espadachín de primera categoría, alto, guapo y rubio. Si bien su habilidad con la espada era indiscutible, su cabeza estaba llena de algas. Ya me temía yo que si me escapaba de la habitación del hostal, me descubriría y me seguiría.

-No pretendía asustarte, pero que te hayas escapado de la habitación tú sola otra vez…

-¿Y, por casualidad, no me habrás seguido para ayudarme a saquear bandidos?

-No hay motivo para eso.

Lo dos comenzamos a discutir entre susurros porque seguíamos estando en mitad

de la calle de una ciudad en mitad de la noche. Me hubiese encantado ponerme a gritar, pero no era muy buena idea ponernos a hacer mucho ruido.

-Pero Gourryyyyyyy~ ¡Si no saqueo no puedo costear nuestros gastos de viaje, y no dejaré de sentir esta sensación rara en el estómago!

-¿Aún… estás molesta por aquello? – Dijo Gourry, estupefacto.

-Pues sí. – Dije llanamente, a lo que él respondió con un breve suspiro.

***

 

-…Déjame que te pregunte… ¿estás segura de que lo que dice este informe es absolutamente cierto…? – Eso era lo que la cara y el tono del viejo hechicero decían, pero seguramente en su mente pensaba ‘¡No exageres tan a lo loco, niña! ¡Mira que traerme una historia tan absurda…!’ o algo por el estilo.

Hacía unos diez días de eso. Había terminado mi informe detallando el incidente en la ciudad de Crimson, y lo había entregado en la Asociación de Hechiceros de Telmode. Lo había descrito al detalle, ocupando cinco pergaminos. Pero, una vez lo había leído, eso era todo lo que el hechicero tenía que decir.

-Sin ninguna duda, señor.

Entonces me habló con una voz desilusionada, y preocupación en su rostro.

-¿Es este… tu testigo?

– …

Cuando me preguntó eso, me quedé callada. Si había un solo testigo vivo de lo que ocurrió, ese era Gourry. En realidad sí que había sido un testigo, pero la capacidad de memoria de Gourry era similar a la de un vegetal. Mi “testigo” y compañero, en una situación como esta, podría decir algo tan estúpido como ‘¿Y qué es lo que pasó?’, y entonces yo quedaría como una total y absoluta mentirosa. Así que me lo pensé durante un rato.

-… Es mi compañero de viaje… Bueno, la credibilidad de su testimonio es discutible. Como dije en mi informe, el número de testigos supervivientes es cero.

-Hm… ya veo…

El hechicero se quedó callado durante un rato, decepcionado.

-A decir verdad… puedo creer parte de lo que pone, y con eso quiero decir las partes auténticas… como la espada mágica del General. Pero la relación entre esto y el incidente ocurrido en Bezerd… tu historia no tiene ningún sentido.

Miré al hechicero con una mirada indecisa, mientras notaba que mi frente se volvía azul. Era demasiado esperar. Si lo pensaba detenidamente, era lo que me temía que iba a ocurrir. En este mundo la palabra “mazoku” es demasiado importante. Cuando hablamos de mazoku de alto rango, esa importancia alcanza su nivel máximo. Así que es natural que en los documentos oficiales sobre ellos se necesite una confirmación legítima. Por encima de todos los mazoku de este mundo reina el Señor Oscuro, Shabranigudu. Bajo él están sus cinco sirvientes, y bajo ellos se encuentran sus generales y sus sacerdotes. Así se estructura la sociedad de los mazoku de “alta cuna”. Para algunos hechiceros esto sólo es una leyenda. Incluso yo, durante un tiempo, no estuve segura de si la historia del Señor Oscuro sellado en las montañas de Kataart era cierta o no. Si mi “yo” de aquel entonces hubiese leído un informe como este, de una desconocida, hubiese pensado que lo había escrito sólo para hacerse famosa. Así que puedo entender la reacción del hechicero.

Eso pienso pero…

Eso significa que probablemente está muy enfadado.

-Bueno… sea como sea… tu informe ha sido recibido. La asociación sólo pide una cosa, y es que los informes sean verídicos. Pero, si hay algún tipo de solución a un informe como este, sería imposible de conseguir. – Dijo el hechicero, con un claro tono sarcástico en la voz.

***

 

Y así fue como me ordenaron que investigase los recientes ataques de horas de lesser demons y brass demons. Para empezar iría hacia el reino de Dills, donde habían sucedido los incidentes más recientes. Pero, como todos los encargos de las asociaciones de hechiceros, el pago por el trabajo, teniendo en cuenta los gastos del mismo, era muy poca cosa. Por supuesto yo no quería aceptar este tipo de trabajo.

Si tienes algo en contra, te puedes negar. La investigación previa no da ningún tipo de pistas o indicios a seguir. Y no tengo ni idea de cuánto tiempo tardaré en recopilar los testimonios de todas las personas involucradas. Meterse en un tema así de estúpido y problemático, sólo por el pago de la asociación, es un gran error. Y aún así… aún así tuve que aceptar. Si me hubiese negado ellos podrían haber dicho ‘¿te dan miedo los demonios? Entonces, como imaginaba, tu informe es falso’ O algo por el estilo.

Así que me tragué mis lágrimas y acepté este horrible encargo. Por supuesto, después de aceptar, exigí el pago íntegro por adelantado. No tenía ni idea de cuánto iba a sufrir para completarlo teniendo en cuenta que no había ninguna pista que seguir, y sin dinero. Yo no puedo vivir así.

El presidente de la asociación me dio una carta de presentación. Cualquier sucursal de la Asociación de Hechiceros que viera ese documento nos daría cobijo y comida para nuestro viaje. En sí el cobijo y el alimento se pueden considerar como parte del pago, pero la verdad es que la comida que nos darían sería muy pobre y de poca calidad, como mucho. Decidimos comenzar a cumplir el encargo, y hemos estado viajando desde entonces, recopilando información aquí y allá.

El pago por adelantado que nos dieron se esfumó en seguida. En esas circunstancias era imposible terminar el trabajo con una sonrisa. Así que, para desquitarme, masacré a un grupo de bandidos… Bueno, más bien saqueé su tesoro. Sólo estaba intentando llenarme los bolsillos para pagar el viaje. ¿Quién sería capaz de culparme por algo así?

-Oye… acabar con bandidos no es exactamente algo MALO, y supongo que es, en parte, lo tuyo, y no me atrevería a decirte que lo dejaras, pero…

-¿Lo… mío…? Los que actúan como criminales… – Me detuve a media frase y tragué saliva.

-Lina…

-Lo sé. – Dije mientras asentía brevemente con la cabeza. Podía sentir una presión que creía en los límites de la oscuridad que nos rodeaba. Y no era sólo porque la luz de la Luna estaba siendo bloqueada por las nubes. Había una presencia allí, mezclándose con la oscuridad. Odio, tristeza, celos, desesperación… Los sentimientos negativos de los seres vivos… se combinaban a nuestro alrededor para formar una presencia en el aire… algo malvado. La presencia flotaba en el aire, eso significaba…

-Oye, Lina… tengo la sensación de que estamos a punto de meternos en otra locura, ¿no crees? – La pregunta de Gourry fue rápidamente respondida.

¡¡¡BOOM!!!

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Escuchamos el sonido de un gran impacto a lo lejos.

-¡Por allí!

Gourry y yo nos pusimos a correr a la vez.

-Viene de este lado…

-¡Lina, por allí!

Nos detuvimos en una esquina, y Gourry señalaba justo a donde yo estaba mirando, los escombros esparcidos en la calle.

“La presencia era… ¡¿una persona?!”

Corrimos hasta encontrar a un hombre tirado en el suelo. Tenía unos veinte años. Un líquido oscuro fluía desde uno de sus lados, brillando de un tono escarlata debido a la luz de la Luna. Lo sostuve en mis brazos en sus últimos momentos, pero estaba claro que no sobreviviría al golpe recibido en su pecho.

-…Qué demonios… – Estaba tratando de decir sus últimas palabras, cuando sentí una sed de sangre a mi alrededor. Gourry reaccionó.

¡Clang!

El sonido del metal al chocar delataba la presencia de una espada. Rápidamente me moví hacia el lado contrario de donde venía el sonido. Desde mi nueva posición pude ver una sombra oscura que parecía que pudiese enfrentarse de igual a igual con Gourry. He dicho “sombra”, pero sería más preciso decir que todo su cuerpo era negro, y en su mano derecha portaba una espada negra. Aún estando iluminado por la Luna, su cuerpo era negro como el alquitrán, pero pude observar un extraño patrón blanco que lo adornaba. Parecía un shaman armado de una extraña religión. Pero su presencia no dejaba lugar a dudas.

Mazoku.

Había aparecido de la nada… pero eso no era posible. Había un edificio cercano, probablemente un hostal. Una ventana del segundo piso había sido destruida desde dentro. Seguramente este hombre se encontraba en el hostal cuando el bastardo del mazoku le atacó, y se aseguró que muriera tirándole por la ventana.

-Tengo asuntos que resolver con ese hombre. – Dijo con una voz amortiguada y torpe, como si tuviera algo en la boca, mientras señalaba al hombre en el suelo.

-Ya está muerto.

– …

Cuando le contesté eso hubo un momento de silencio antes de que volviera su cara sin rasgos hacia mí.

-¿Ya… está muerto…? – Repitió inclinando la cabeza un poco, como si estuviera pensando –. Ya veo… muerto… – Murmuró antes de volver a guardar silencio e inclinar la cabeza.

No parecía muy brillante aunque, después de todo, era un mazoku. Hubo más de ese silencio incómodo, hasta que, de repente, levantó la cara.

-Tú eres la única… que me ha visto.

“¡Ey, ey, un momento! ¡Yo sólo estoy de paso! ¡Será mejor que me libre de esto cuanto antes!”

Entonces el “Shaman” negro saltó en un instante, colocándose junto a mí antes de que pudiera reaccionar.

“¡Es rápido!”

¡Clang!

Intentó acabar conmigo con un ataque lateral. Apenas tuve tiempo de sacar mi espada corta, bloquear su ataque y saltar hacia un lado. ¡Era muy fuerte! Si hubiese dudado un instante en sacar la espada, me habría matado fácilmente. Ni siquiera tuve tiempo de sacar por completo la espada de su vaina, y fue mejor así. Sólo con la espada no podría haber soportado la fuerza de su ataque, y habría acabado atravesándome el estómago.

Cuando “Shaman” vio que había detenido su golpe, se quedó quieto un momento, como si no entendiese lo que había ocurrido. Entonces saltó hacia atrás para evitar que yo le atacase, y miró a su espalda. Allí vio a Gourry, que le apuntaba con su espada. Si “Shaman” me atacaba de nuevo, Gourry le atacaría desde atrás y acabaría con él.

¡Clang!

Gourry golpeó a “Shaman” en ese momento, que rodó por el suelo, dándome la oportunidad que necesitaba para saltar hacia Gourry y poner distancia entre el mazoku y yo.

-¡Lina, ten mucho cuidado! ¡Este tipo es muy hábil!

Por supuesto, no hacía falta que me lo dijera. Además todo este tiempo había estado recitando un hechizo. Entonces “Shaman” volvió a enfrentarse a Gourry. El mazoku cargó con su espada sobre la cabeza, y Gourry se lanzó contra él. Pero en ese momento, Gourry dudó.

Probablemente hubiese sido capaz de golpear directamente el estómago de “Shaman” pero, con una espada como esa, ¿sería capaz de hacer algún daño real al mazoku?, eso es lo que le hacía dudar.

¡Clang!

Gourry elevó su propia espada sobre su cabeza, deteniendo el golpe de “Shaman”,

¡pero entonces el mazoku volvió a cargar contra él! ¡Usando las dos espadas entrechocadas como punto de apoyo, giró en el aire y saltó por encima de la cabeza de Gourry para lanzarse contra mí! ¡Pues lo llevaba claro!

-¡Fireball!

¡¡CABOOM!!

¡El hechizo de ataque que había estado recitando impactó de lleno y lanzó al mazoku por los aires! No podía matar a un mazoku con un hechizo así, pero al menos la fuerza de la explosión le había apartado de mí. Al aterrizar, bastante alejado de Gourry, puso de nuevo su vista sobre mí.

-¡Espera! – “Shaman” parecía a punto de volver a atacar, así que intenté no sobresaltarle –. Oye, ¿dijiste que ibas a matarnos, porque no querías dejar ningún testigo?

“Shaman” se quedó callado un momento y entonces inclinó la cabeza.

-Así es… testigos… matarlos a todos…

-¿Y no sería mejor, entonces, que te fueras ahora mismo? Con el ruido que ha hecho la explosión de mi hechizo, este lugar se va a llenar de gente en cualquier momento. ¡Si te quedas el número de testigos no va a parar de crecer más y más!

Volvió a quedarse en silencio, probablemente pensando en la posibilidad de tener que matar a todo el mundo. Entonces, sin decir ni una palabra más, dio un gran salto en el aire, y desapareció en la ventana rota del hostal.

-¿Se… ha rendido? – Murmuró Gourry sin bajar su espada, mirando a la ventana.

¡KABOOM!

Entonces oímos una gran explosión proveniente de la habitación.

***

 

-… Bueno… ¿qué crees que deberíamos hacer? – Me preguntó Gourry la tarde del día siguiente. Estábamos en mitad de la comida.

-Qué deberíamos hacer… ¿sobre qué?

-Lo de ayer…

-¡Sssh! – Hice callar a Gourry rápidamente metiéndole una alita de pollo frito en la boca, mientras miraba disimuladamente a la mesa de al lado.

-Estás hablando demasiado alto… ¡¿Qué vamos a hacer si nos escuchan?! Incluso con la alita frita en la boca, y el sonido de la gente comiendo y bebiendo,

Gourry pudo entender lo que le estaba susurrando.

-¿Qué haremos si nos escuchan…? Pero ninguna de estas personas parece particularmente malvada… Y parece que los guardias aún están buscando pistas sobre lo que pasó. ¿Por qué no se lo contamos?

Las palabras de Gourry me hicieron soltar un breve suspiro. Ya estaba al tanto de todo eso. Anoche, tras el ataque, Gourry y yo salimos corriendo del lugar. Naturalmente el sonido de la explosión hizo que la gente acudiese allí a ver qué había pasado, y se formó un tumulto. Aún por la mañana el sonido de los guardias recorriendo la ciudad en busca de pistas era continuo. Por supuesto, no pensaba ir directamente a ellos y contarles los detalles.

-Oye, Gourry, si se lo contamos, ¿Qué crees que pasaría?

-Los guardias nos ayudarían.

“…Uuuuughhh…”

Cada vez me atacaba los nervios más y más.

-Me gustaría creerte pero… el que nos atacó ayer, ¿qué crees que era?

-Un mazoku, ¿no? Tenía ese tipo de presencia.

-Seguramente. Eso es lo que yo también pensé. Bueno, era un mazoku, pero no es típico de ellos destrozar una habitación para destruir las pruebas. La persona a la que mataron ayer estaba durmiendo cuando fue atacado, porque aún llevaba puesto el pijama. Cuando su habitación, con todas sus cosas, fue destruida, destruyeron también toda posibilidad de descubrir su identidad. Sí, podríamos decirles a los guardias lo que sabemos. Pero si lo vemos desde su punto de vista…: Una explosión en un hostal, un cuerpo sin identificar… Si una hechicera con la ropa manchada de sangre, y un mercenario, fuesen a los guardias y les dijesen ‘ha sido un mazoku’, ¿qué crees que harían los guardias?

-Lo primero que harían sería agradecednos nuestra colaboración.

-¡Pues claro que no! ¡Si viesen a dos personas sospechosas…! Bueno, resumiendo, se nos quedarían mirando y dirían ‘¿un mazoku lo ha matado? ¡No seáis ridículos! ¡Habéis sido vosotros!’ y nos arrestarían en ese mismo momento. No se molestarían en escuchar lo que les dijésemos, y ahí acabaría todo.

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-Supongo… pero si se dan cuenta de que es un error, nos dejarían marchar. Puse mi dedo índice delante de su cara y lo agité mientras hacía ‘tsk tsk’

-Eso sería muy bonito por su parte, ¿verdad? Pero cuando la gente se enfrenta a situaciones difíciles, es muy fácil etiquetar a los más sospechosos como culpables, sin ninguna prueba, y olvidar el tema. Encima se sentirían muy satisfechos con su trabajo. Así son las personas. En su día yo también hice cosas así, ¿sabes?

-¿…Que tu qué?

-Además, ¿cómo demonios crees que íbamos a hacerles comprender que nosotros no somos los culpables? ¡Cuando pasó lo de Solaria tardamos siglos en testificar hasta que se quedaron satisfechos…! Vale, seguro que no te acuerdas, ¿verdad?

-Sí… sí que me acuerdo…

Puse una cara larga a las palabras de Gourry.

-¿No puedes recordar ni el nombre de esta ciudad, pero recuerdas la conversación sin fin que tuvimos entonces?

“Hm… supongo que incluso Gourry recordaría algo así.”

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-Da igual, sea como sea, desde el punto de vista de los guardias somos personas extrañas. Además, aún no conocen la identidad de la víctima. Mientras no tengan pistas, por mucho que investiguen, no van a conseguir relacionarnos a nosotros con lo que ocurrió. ¿Pero cuánto crees que va a durar eso? Quizás, mientras seamos sinceros, no tendremos problemas al dar nuestro testimonio sobre lo que ocurrió ayer pero, ¿crees que nos ayudarán a investigar? Somos sospechosos, así que tendremos que pasar por todo el proceso de interrogación, y si se cansan de nosotros no nos gustará el rumbo que tomarán las cosas. Sea como sea, no nos vendría bien para nuestra propia investigación. ¡Pero ahora mismo, que nadie sabe nada de nosotros, sería el mejor momento para huir de la ciudad!

-¿…Y eso te parece bien?

-¡Claro que sí!

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Estaba claro que no me entendía.

-Sea como sea, que ayer nos ocurriese ese incidente no significa que nos veamos arrastrados por lo que suceda a continuación, ¿vale, Gourry?

Gourry simplemente encogió los hombros. Pero yo sabía que se lo estaba pensando.

El mazoku de ayer… estaba claro que nuestros caminos se cruzarían de nuevo. Parecía que yo tuviese una conexión con los mazoku, o una mala suerte increíble. Podía sentirlo en mi corazón, y sólo pude expresarlo con un suspiro melancólico.

***

 

-… Un gigante… ¿blanco? ¿Dice que entró volando de repente? – Pregunté mientras arrugaba el entrecejo notablemente.

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Habíamos salido de aquella ciudad al día siguiente. Mientras investigábamos más sobre las hordas de demonios, llegamos hasta una pequeña aldea. Sabíamos que habían sufrido ataques, pero cuando llegamos hasta allí, los aldeanos estaban prácticamente indemnes, y se comportaban con normalidad. La aldea había contratado a cinco o seis mercenarios para encargarse del problema, pero los aldeanos no podrían haber huido hacia el sur, o se habrían encontrado a un grupo de demonios.

Nos encontrábamos en un comedor tomando un aperitivo extravagante, y hablábamos con un anciano con la cara como el trasero de un animal, que gesticulaba exageradamente.

-Esos malditos demonios… Los vi desde que entraron pero… No, no les tenía miedo. Pensaba que habían muerto todos aquella vez.

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-¿Entonces por qué tenían mercenarios?

Ante la pregunta de Gourry, el anciano inclinó la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro.

-Había probablemente más de cien demonios en la zona.

-¡¿Cien?!

-No sé si aquellos mercenarios eran muy hábiles o no, pero cinco o seis de ellos no podían acabar con todos. No paraban de aparecer más y más demonios, así que se quejaron y simplemente se marcharon. Y no me sorprende, en serio. Pero cuando pensaba que íbamos a morir todos, oímos ese ruido que venía de…

-¿Un ruido? ¿Por la aparición del gigante blanco?

-Eso parece. Ah, ¿os parece bien que pidamos pescado frito?

-Pues claro. ¡Señora! ¡Tráiganos un plato de pescado frito, tres platos de fritura variada, un plato combinado C, y el especial de ensalada, por favor!

-¡Y ya que está, yo me tomaré un plato de salchichas con beicon, patatas, huevos y los platos combinados de la A a la C!

-¡Vaya, Gourry! ¡No te aproveches! ¡Pues ya que estamos, añada un plato de lechón asado, paté de pescado, y sopa de huevos de pato! Bueno, hablábamos del gigante blanco, ¿no?

-…Vaya, sí que cambiáis de tema rápidamente… Bueno, como decía, los ataques de los demonios no paraban. Entonces vimos una luz muy brillante que venía de todas partes.

-¿Una luz brillante?

-Como si algo brillase intensamente. Y entonces los demonios fueron barridos del mapa.

-¿En serio…?

-Como os lo cuento. Pero aún quedaban algunos bastardos con vida. Entonces los árboles de alrededor empezaron a arder, y poco después de la aparición del gigante, los demonios que quedaban se marcharon.

– …

¿Qué tipo de reacción podría mostrar alguien tan confusa como yo, tras escuchar la historia del anciano?

-Era tan grande como una montaña pequeña. Y su cuerpo era de un blanco inmaculado. Durante el ataque brilló dos o tres veces, y los demonios quedaban totalmente destruidos. Contraatacaban con flechas de fuego, pero no tenían ningún efecto en el gigante. Pero, en lo que a mi respecta, toda esta historia de un “dios de la montaña” es una locura.

-Ya… ya veo… – Respondí vagamente a su reflexión.

Los lesser y brass demons son los rangos inferiores de los mazoku, pero acabar con cien de ellos con unos pocos golpes… No podía creer la mitad de lo que me decía. Nada de lo que escuchábamos de los testigos era creíble.

Pero, la verdad es que al llegar a la aldea pudimos ver los restos de la batalla en la entrada. Había una gran zanja humeante, y la tierra junto a ella parecía haber sido derretida y solidificada después. Lo que fuera que lo había causado no era humano, y yo no tenía ni idea de lo que podría haberlo hecho. ¿Era la marca del ataque gigante? Entonces, ¿qué demonios era ese ser…?

-Es una historia muy detallada, ¿verdad?

-¿Una historia detallada? Supongo que sí… – Dijo el anciano con una cara seria


–. El gigante desapareció de repente. Y eso que se veía desde lejos. Imagino que los demás habitantes de la aldea te dirán lo mismo…

-Hmm, ¿y qué hay de los mercenarios? Creo que ya hemos oído suficiente sobre el gigante y cómo aparecieron los demonios.

-¿No os lo he dicho ya? Ya habían huido. Y no iban a asomar sus caras por aquí después de que otro ser había hecho su trabajo.

-¿Y a dónde fueron, entonces? No lo sabrá por casualidad, ¿verdad?

-Bueno… quizás…

-¿Quizás?

-Oí el rumor de que en Gairia están reclutando mercenarios a diestro y siniestro.

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Quizás se hayan dirigido hacia allí.

-¡¿Qué…?! – Exclamé en cuanto el anciano dijo nombre de la ciudad.

***

 

Slayers Volumen 12 Capítulo 1 Parte 1 Novela Ligera

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