Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 12

Capitulo 5: Hacia el inicio de la Batalla.

Parte 1

Entonces, después de enviar a Gadra al Imperio, era hora del interrogatorio. No, no a Shinji y sus amigos. Sino a Ramiris.

Dijo algunas cosas que no podía dejar pasar, y dado que no parecía estar bromeando, estaba seguro de que también estaba escondiendo otras cosas.

“¿Eh? N-No… De ninguna manera. Estoy, eh, no estoy escondiendo nada…”

Ramiris se movió un poco. Claramente sospechosa. Ella obviamente tenía un secreto. Pero justo cuando la amenacé con no recibir pastel por el resto de su vida, ella comenzó a hablar a mil por hora.

“¡¿Qué—qué quiere saber, Comandante?!”

¿Comandante? Como sea. Es mejor no responder a sus tonterías. Seguí con mis preguntas.

“Así que Adalmann se ha vuelto mucho más fuerte desde la última vez que lo vi, pero… está bien. Puedo aceptar eso. Pero ¿qué pasa con los otros? No esperaba que Albert azotara al grupo de Shinji solo, y nunca escuché nada sobre un dragón de la muerte. No has estado jugando con ningún otro piso, ¿verdad?”

Albert era ahora mucho, mucho más que una especie de monstruo. Tenía las habilidades físicas de un Paladín de la Muerte, un rango SA y las habilidades técnicas para aprovecharlas al máximo. Ya estaba a la altura de Hakurou como caballero de la muerte, entonces, ¿qué tan fuerte era ahora?”

“Bueno, Albert estaba entrenando a ese niño Arnaud, creo, ¿no? Así que ahora están de vuelta en los pisos más profundos, probando su fuerza—”

“¡ESPERA!”

Me apresuré a poner fin a esto. ¿Albert entrenando a Arnaud? ¿Qué ocurre con todo esto? Arnaud era un líder de escuadrón en los paladines—no estaba seguro de que alguien pudiera enseñarle mucho. Entonces, ¿por qué era él quien se estaba entrenando? Simplemente no tenía idea de qué estaba hablando Ramiris.

“Está bien, um, bueno, después de que Hinata se enojó con Arnaud y los otros paladines por su debilidad, se levantaron y probaron suerte en el Laberinto una vez más. El Coloso Demoníaco aún estaba en desarrollo en ese entonces, así que pasaron al Piso 70”.

“Está bien. ¿Y luego?”

“¡Y luego esos niños volvieron a perder!” “¡Kwah-ja-ja-ja! ¡Y vaya espectáculo dieron!”

Ramiris claramente estaba disfrutando esto; Veldora asentía y reía con alegría. Estoy seguro de que debe haber sido hilarante.

Informe. Una grabación de la batalla está disponible.

¡¿En serio?! ¡Buen trabajo, Raphael-sensei! Guardaré eso para más tarde, pero mientras tanto, concentrémonos en Ramiris.

“Entonces, ¿hasta dónde llegó el equipo de Arnaud esta vez?”

Probablemente los nidos de dragón entre los pisos 96 y 99, pensé. También hay un montón de efectos de piso, así que creo que causarían muchos problemas a los exploradores humanos.

“Um, creo que fue—”

“Fueron destruidos por el siguiente jefe”, interrumpió Veldora. “¡Verlos llorar mientras huían fue simplemente un placer!”

Wow. Lamentable. Pero… ¿el próximo jefe? “¿Eh? ¿El jefe del Piso 80 era tan fuerte?” “¿Oh? ¿Por qué preguntas?” dijo Ramiris.

“Quiero decir, Arnaud es uno de los Diez Grandes Santos. Era tan poderoso como Clayman y los antiguos reyes demonio, ¿no?”

Encontré la respuesta a mi pregunta en cuanto la hice. Si lo piensas, incluso Adalmann o Albert probablemente podrían vencer a un Clayman durante su despertar. Tal vez incluso después de despertar, en realidad, si ese loco dragón de la muerte estuviera presente.

“U-umm…” murmuró Ramiris.

Si mal no recuerdo, nombré a Zegion como guardián del piso 80. ¿Evolucionó finalmente de su forma de pupa y llegó a la edad adulta? Veldora mencionó que lo estaba entrenando, y tampoco entendí a qué se refería con eso. ¿Cómo entrenas a un monstruo insectoide? Cualquiera que sea la postura de la muerte al estilo de Veldora, no tenía idea de cómo se supone que Zegion podría aprovecharla. Dejé que Veldora se saliera con la suya porque parecía estar divirtiéndose y todo eso, pero tal vez debería haberlo pensado más seriamente.

Zegion había usado mis propias células para curar sus heridas y cubrir su capa exterior con acero mágico. Quizás gracias a eso, tenía alta velocidad y movilidad, y también podía convocar a sus familiares. Treyni lo había afirmado, así que no tenía quejas… pero todo el concepto detrás de eso era poner nerviosos a los retadores con un jefe insectoide rápido y ágil después de todos esos gólems de movimiento lento.

“Oye, entonces, ¿qué pasa con Zegion en este momento?”

Intenté seguir interrogando a una Ramiris presa del pánico, pero Veldora habló primero.

“Ah, mi aprendiz Zegion ha sufrido su transformación completa. ¡Ahora, con las habilidades que heredó de mí, es un guerrero sin comparación!”

“…”

“¡Y lo que es más, Zegion ni siquiera necesitó levantar una antena contra el grupo de Arnaud! ¡Fueron derrotados por el guardián del piso 79!”

Ahora la imagen se estaba volviendo más clara. Arnaud se enfrentó a Apito, la reina avispa que actuaba como guardiana en el piso 79. Entre su hipervelocidad y su veneno, ni siquiera las bien afiladas espadas de los paladines de Arnaud podían tocarla. Luego, como me dijeron, todo el grupo fue picado un millón de veces por los sirvientes de la colmena de Apito, y salieron huyendo.

Asombroso. Apito por sí sola, ¿no?

“¡Infórmame estas cosas! ¡¡Tengo un trabajo que hacer, sabes!!” dije, exasperado. “¡Lo sé, pero no fui solo yo! ¡Shishou también estaba ‘entrenando’ a ese insecto!” “¡P-por qué tú…! ¡Maldita traidora!”

“¡Pero no es justo, Shishou! ¡Estás actuando como si no tuvieras culpa en esto!”

“Nnngh…”

Sí, estoy seguro de que Veldora estaba involucrado. Y no podía culparlo, una vez que te dieras cuenta de lo divertido que era esto, incluso yo habría caído. Aun así, sin embargo, me sentí un poco traicionado. Toda esta gente, haciendo el tonto a mis espaldas… Tal vez fue un error dejar que ellos manejaran estas cosas.

Sentí una punzada de arrepentimiento ahora—pero algo todavía me molestaba.

“Sabes, me he estado preguntando, Veldora—cuando dices que entrenaste a Zegion, ¿qué quieres decir exactamente?”

Es un insecto, ¿verdad? Por ‘transformación completa’, Veldora no quiere decir que se volvió humanoide o algo así, ¿o sí?

Resultó que mi corazonada era absolutamente correcta.

“Je-je-je… ¿Así que finalmente te diste cuenta? ¿Te has dado cuenta de lo equivocado que estás? Me estaba divirtiendo verte hacer eso, ¡así que no dije nada!”

¿Qué hice para merecer esto, Veldora…? Seguro que me atraparon esta vez.

Profundizando en los registros del Laberinto, hice que Raphael me mostrara algunas imágenes. Él estaba en lo correcto. Zegion ahora era humanoide, delgado y cincelado. Y… básicamente, él se veía como Razul, ese insectoide al que Shion derrotó en Ruberios. Se parecía mucho a ese increíblemente poderoso Razul, y gracias a eso, exudaba un aura intimidante.

Esta evolución bastante inusual le dio la oportunidad de aprender más movimientos de batalla—y resultó que lo mismo ocurría con Apito. Tenía una forma bien formada y femenina, y al mirarla, me di cuenta; debería haberme dado cuenta de que algo estaba pasando cuando Hinata comenzó a entrenarla. Pensé que era solo un simulacro de batalla, pero ella realmente la estaba entrenando. Y gracias al experto entrenamiento de batalla de Hinata, Apito era increíblemente refinada en sus movimientos. Ella también había estado entrenando con Zegion, y sus habilidades técnicas también estaban igual de pulidas.

El cuerpo enyesado de Arnaud era evidencia de eso, supongo. “Entonces el grupo de Arnaud decidió reevaluarse un poco, dijeron…”

Volviendo al punto de partida, abordaron el Laberinto una vez más, esta vez desde el primer nivel. Pero los paladines encontraron su fin en el Piso 60—en las tierras de Albert el Paladín de la Muerte, sirviente de Adalmann el Rey Inmortal y (hace unos siglos) el más fuerte de todos los paladines.

“Y desde entonces, ya sabes, Albert les ha pateado el trasero a diario”.

Después de patearles el trasero la primera vez, Albert se había burlado de ellos, diciendo “¿Paladines?

¡Más bien palurdos!” Al parecer, eso realmente enfureció a Arnaud, pero incluso después de sacar su Ether Break [Ruptura de Éter], fue derrotado por Albert. La combinación de toda una vida de habilidades con la espada y sus nuevas estadísticas basadas en su cuerpo de monstruo, hizo imposible que el grupo de Arnaud pudiera acercársele. Su cuerpo de no-muerto nunca se cansaba, e incluso si le cortaban partes enteras del cuerpo, podía recuperarse. Era hacer trampa, de verdad; si no usabas las debilidades elementales correctas, simplemente no podrías vencerlo. Peor aún, Adalmann tenía esa habilidad de Inversión Sacro-Demoníaca, que solo se sumaba a su invencibilidad.

Realmente, pensé, no se podía culpar a Arnaud por esto. Con todas las magículas que el equipo de Adalmann absorbía en el laberinto, simplemente se habían convertido en monstruos de nivel superior, y Arnaud los desafió en el peor momento. Pero piénsalo de otra manera—llegar a cruzar espadas con el caballero más fuerte de hace unos siglos, era una oportunidad increíblemente afortunada.

Y ahora, bajo la dirección de Albert, los paladines bajo Arnaud entraban y salían del Laberinto para entrenar.

***

Así que el piso 60 se había convertido en una especie de trampa mortal mientras yo no prestaba atención, pero…

“¿Qué pasa con los otros pisos?”

Podía ver a dónde iba esto. Adalmann y Zegion no podrían haber sido los únicos transformándose allí abajo. Y yo tenía razón. Ahora, por lo que decían, había un nuevo grupo en el laberinto, un equipo compuesto por nada más que los titanes definitivos. Se llamaban a sí mismos los Diez Señores del Laberinto, y realmente, creo que podrían enfrentar de frente a mis oficiales.

Adalmann estaba incluido, por supuesto, al igual que su asistente Albert. Apito, con su nuevo apodo de Reina Insecto, se había unido a las filas de los Señores, y al parecer, Zegion era ahora el clasificado más alto entre ellos. Y luego teníamos a Kumara—evidentemente, tomando el poder mágico de las bestias en sus nueve colas e infundiéndolas en su cuerpo, podría asumir la forma de una mujer adulta.

“¡Es hora de hacer el gran anuncio!” Ramiris gritó, y luego repasó la situación actual del Laberinto y las últimas noticias.

Comencemos de abajo hacia arriba. Ramiris, manteniendo su promesa a Milim, había criado cuidadosamente a los cuatro dragones elementales, todos ellos evolucionando con éxito en Reyes Dragón—como resultado de ser bombardeados constantemente por las magículas de Veldora. Por lo tanto, ahora teníamos un Rey Dragón de Fuego, un Rey Dragón de Hielo, un Rey Dragón de Viento y un Rey Dragón de Tierra en el fondo. No puedo decir que estuviera demasiado emocionado por saber eso, pero esos eran los hechos.

Y eso no era todo. El resumen completo:

Guardiana del piso 90: “Nueve cabezas” Kumara. Guardián del piso 80: “Emperador Insecto” Zegion. Guardiana del piso 79: “Reina Insecto” Apito.

Guardián del piso 70: “Rey inmortal” Adalmann. Avanzada del piso 70: “Paladín de la Muerte” Albert.

Eso, más una bonificación—Bovix y Equix como nuestros guardianes del Piso 50. Ellos, por desgracia, no eran realmente Señores del Laberinto. En cambio, habían incluido a Beretta, el mensajero/administrador que hacía que todo esto funcionara.

“Personalmente, me encantaría delegar—¡ejem!—Quiero decir, otorgar este gran honor a otra persona…” Beretta miró cuidadosamente a Treyni e Ifrit—ahora conocido como Charys.

“Lo siento, me temo que tengo el trabajo extremadamente importante de cuidar de Ramiris-sama”, respondió Treyni con una hermosa sonrisa.

“Sí, y yo soy el único confidente de Veldora-sama. Su cuidado ocupa toda mi atención”. Charys era bastante usado y abusado por Veldora, sentí, pero supongo que lo disfrutaba. De cualquier manera, ninguno de los dos estaba interesado en más trabajo. Me recuerda a cierto mayordomo que conozco, pensé mientras suspiraba.

“Parece que tienes un trabajo difícil, Beretta”. “¡¿Oh, simpatiza conmigo, Rimuru-sama?!”

Asentí en respuesta, recordándome el vínculo que compartíamos.

Mientras lo hacía, repasé algunas otras cosas. En primer lugar, ¿ante quién respondían exactamente los Diez Señores del Laberinto? El Laberinto era una instalación dirigida por todos nosotros, como pasatiempo y como una empresa para ganar dinero. Gran parte funcionaba con los poderes de Ramiris, y nunca funcionaría correctamente sin la energía de Veldora. Al considerar esto, pensaría que Ramiris, como gerente general, también asumiría el liderazgo de esos Diez, pero…

“¡Bueno, en ese sentido, realicé entrevistas con todos y ajusté las cosas según sus solicitudes!”

Ramiris me lo explicó todo. Primero, Beretta servía a Ramiris—sin cambios allí. Los cuatro Reyes Dragón también estaban bajo la autoridad de Ramiris; tenían un contrato redactado y todo, y dado que los Reyes Dragón son conscientes, se les permitió ejecutarlo.

Kumara se había hecho muy amiga de los niños y disfrutaba mucho de la vida aquí, así que supongo que su gratitud hacia mí se ha vuelto bastante amplia. Ella había declarado públicamente que era mi mascota, dejando a Ranga atrás. Zegion y Apito también me tenían cariño y dijeron que me tratarían como a su señor. Adalmann, bueno, yo era un dios para él. Esto se le había contagiado a Albert, y su lealtad ahora estaba conmigo, a través de su jefe. Así que esos cinco eran míos, por así decirlo.

Bovix y Equix, supuse, estarían mejor bajo Ramiris—estaban más contratados por el Laberinto que cualquier otra cosa. Lo apreciaron, me dijeron, pero expresaron su deseo de servir bajo mi mando. Que… bueno, ambas son especies que creen en el poder sobre cualquier otra cosa, así que con Ramiris, juzgaron totalmente ese libro por su portada.

“¡No, no lo hicieron! Tú nombraste a esos dos tipos, ¿recuerdas? Eso es más valioso para ellos que cualquier salario que reciban, ¡así que insistieron!”

Ah, ese tipo de cosas, ¿eh? Eso me hace sentir feliz, en realidad. Tendré que dejar algunas palabras amables la próxima vez que los vea.

Y mientras miraba a esos tres intrusos imperiales antes, en realidad tenía un asiento de primera fila para ver algunos cambios bastante sorprendentes en el Laberinto. ‘Aturdido en el silencio’ es la forma correcta de decirlo, pero en realidad, es genial ver a nuestros guardianes volverse más fuertes. Aun así, todas estas evoluciones imprevistas me pusieron un poco ansioso—un mal hábito para alguien tan tímido como yo.

Pero basta de eso. Con los Diez Señores del Laberinto en su lugar, un ataque imperial no sería motivo de preocupación. Sin embargo, les informé que trataran de contenerse un poco con nuestros retadores habituales. De lo contrario, pensé, sería prácticamente imposible para un tipo promedio avanzar por allí.

¿Por qué querrían enfrentarse a un laberinto con no uno, sino varios enemigos de clase rey demonio dentro?

Quería asegurarme de que el Piso 100 nunca fuera superado, como mínimo, pero Veldora podía encargarse de eso por sí mismo. ¿En cuanto a los otros pisos? Me gustaría dejar que la gente se abriera camino hasta el piso 80, al menos. Nos tomó mucho tiempo construirlo, así que me gustaría que la gente lo mirara. Pero podríamos pensar en eso durante tiempos de paz.

***

Después de obtener un resumen del estado actual del laberinto, fui con cada guardián de piso. Quería verlos a todos de cerca, ver cómo habían crecido y evolucionado. Los resultados estaban más allá de mi imaginación. Con tanta fuerza de combate, no podía ver cómo podríamos perder contra el Imperio.

Luego, unos días después, finalmente pude experimentar con nuestro sistema de monitoreo forestal completo.

Estábamos sentados en nuestro Centro de Comando de Batalla y Control Militar Estratégico, o Centro de Control para abreviar. Hablé sobre el nombre con Veldora y la pandilla, y dejamos volar nuestra imaginación… pero ahora, me arrepiento un poco de haberlo hecho tan largo. Probablemente lo debatí con

las personas equivocadas. Benimaru lo llamaba estrictamente el Centro de Control, por lo que no mucha gente conocía el nombre completo.

Esto se construyó al lado de la habitación personal de Veldora en el piso 100, y también establecimos un portal a nuestra sala de estrategia normal. Si ponemos en cuarentena la ciudad de la superficie dentro del laberinto, esto serviría como sede de Tempest. En caso de guerra, estábamos listos… pero, por supuesto, preferiría que nunca tuviéramos que usarlo.

Los resultados de nuestro sistema de monitoreo mágico fueron bastante impresionantes. Teníamos varias pantallas grandes instaladas, del mismo tipo que usamos para el torneo de batalla, y cada una mostraba una escena diferente. Ya fuera el Bosque de Jura, nuestras rutas comerciales con el Reino de los Enanos o cualquier otro sitio importante, ahora teníamos todas las imágenes que podíamos monitorear. Incluso podíamos observar las rutas marítimas en el Reino de Falmenas, o los picos de las Montañas de Canaat, sin ningún problema.

Funcionaba de una forma realmente sencilla. Usando la magia física Megiddo que inventé, el sistema alteraba y remodelaba sutilmente una gran masa de agua con forma de lente suspendida en la estratosfera, proyectando una imagen ampliada de un objetivo determinado. Reflejando esta imagen transmitíamos sus datos, como un video. Consultando con Moss, descubrí cómo usar mis propias réplicas, desplegadas en nuestro territorio, como invocadores. Estaban conectados conmigo a través de Dominación del Espacio, produciendo un enlace de datos que estaba perfectamente sincronizado en todos los puntos. Estas réplicas eran de un tamaño súper pequeño al punto de no poder verlas, por lo que no consumirían energía a menos que dirigiera mi atención hacia ellas. Transportarlos a un punto de vigilancia determinado no fue fácil, pero Souei, Moss y el resto de su equipo hicieron un gran esfuerzo.

En general, era un gran sistema que funcionaba a un bajo costo. Llamé a esta magia física Argos, el Ojo de Dios.

La salida que estábamos viendo actualmente en la pantalla estaba en alta resolución, siguiendo un procesamiento de imágenes proporcionado por Raphael. Esto nos permitía mantenernos al tanto de las cosas desde nuestro agradable y cálido Centro de control. Esta era una magia realmente increíble. Todos los demás también estaban entusiasmados con eso—especialmente Diablo, pero no entraré en detalles.

Con este sistema de monitoreo completo, me di cuenta de que proporcionaba otra ventaja clave. Hacía posible colocar un hechizo Megiddo en cualquier punto de las imágenes que veíamos en el Centro de control. Lo probé yo mismo y los resultados fueron asombrosos—no pensé que realmente funcionaría, así que simplemente lancé un tiro a los pies de Gobta mientras entrenaba en la plaza principal de nuestra ciudad. Saltó de la sorpresa, y no creo que pueda olvidar la cara que hizo. (Le grité —“¡Bajaste la guardia, idiota!”—Pero no pensé que él realmente tuviera la culpa).

Mi hechizo Megiddo también había mejorado. Ya había sido optimizado una vez por el Gran Sabio, pero parecía que Raphael no estaba del todo satisfecha. Después de algunas mejoras más escrupulosas, había desarrollado un sistema en el que podía mantener varios ‘satélites’ de lentes en el aire a la vez. Junto con Argos, incluso podíamos mantener a Megiddo activado durante la noche—no era tan potente, pero podíamos reflejar con éxito la luz entre los satélites para recopilar imágenes.

Hablando honestamente, me preguntaba un poco si no estábamos dedicando nuestros esfuerzos a las cosas equivocadas. Usamos un espíritu de alto nivel para generar estos lentes, por lo que se mantendrían funcionando mientras mantuviera intacto su suministro de magia. Raphael manejaba todos los cálculos complicados, por lo que todo era súper fácil de controlar—y dado que no consumía nada durante el día, podíamos ejecutarlo más veces, absorbiendo más energía de luz y calor y lanzando disparos de Megiddo como rayos de calor.

El mero alcance de estas mejoras me dejó asombrado. A este ritmo, podría acabar con un ejército humano sin siquiera tener que mover un dedo.

***

Tras confirmar el éxito de nuestro experimento, regresé a mi oficina. No mucho después, Shuna, mostrando una sincronización impecable, entró y dijo que tenía una visita.

Puede que no lo parezca, pero recibo a muchos invitados—realmente, esa es la mayor parte de mi trabajo. Más allá de eso, está el desarrollo mágico, la lluvia de ideas sobre nuevos productos divertidos y la asignación de las personas adecuadas a los trabajos correctos. Eso y la administración del laberinto, ayudar a Mjöll-kun con cosas… Muchas cosas. Después de todo, todo trabajo necesita un aspecto divertido. Pero, de todos modos, tratar con los invitados es la parte más importante de mi trabajo y trato de tomármelo con seriedad.

La sala de recepción a la que Shuna me guio ya contenía al trío de Shinji, esperándome nerviosamente. Iban a aceptar oficialmente asilo en Tempest, y en los últimos días, los había estado interrogando para obtener toda su información. Esto fue completamente voluntario, por supuesto, no era del todo un interrogatorio—solo estaban siendo entrevistados en diferentes salas. Les dejé usar su tiempo libre como quisieran, así que estaba seguro de que tendrían tiempo para trabajar en sus planes futuros—y era por eso que estaban allí ese día.

“Entonces, ¿han decidido lo que van a hacer?”

La banda de Shinji tuvo problemas para decidir si buscar un equipo en Tempest para trabajar o convertirse en aventureros independientes. Si seguían aventurándose, podrían abordar el laberinto y seguir siendo figuras ricas y populares—pero, por otro lado, ahora que conocían los límites de su fuerza allí abajo, no había mucho potencial de crecimiento. Nuestro Coloso Demoníaco estaba estacionado en el piso 60, pero parecía probable que el grupo de Shinji tendría serios problemas contra él—e incluso si derrotaban a ese tipo, el terrible grupo de Adalmann estaba solo diez pisos más abajo.

Era un callejón sin salida sin importar cómo lo vieras, y podría entender que no quisieran golpearse la cabeza contra esa pared el resto de sus vidas. Ver esa pared por sí mismos prácticamente derrumbó su motivación. Ganaban un buen dinero, sin duda, pero ¿no se convertiría en una rutina aburrida después de un tiempo?

Y realmente, Adalmann y sus amigos se habían vuelto mucho más fuertes de lo que había planeado. Ni siquiera era divertido. Nunca pensé que crecerían—o evolucionarían, supongo—tanto, y no había mucho que pudiera hacer al respecto. Pero lo que sea. Olvidémoslo—y no nos preocupemos por lo que pensarían los otros retadores del Laberinto.

Entonces, ¿encontrarían trabajo en otros lugares de Tempest? Les asignaría un lugar en función de sus talentos, y aun así les proporcionaría una vida estable y garantizada. Pero con la guerra contra el Imperio acercándose, estaba seguro de que estaban preocupados por ser arrastrados a eso de alguna manera. No tenía ningún interés en obligarlos, pero tampoco podía garantizar que nunca se involucrarían. Mejor evitar decir demasiado. Solo esperaría a ver su decisión.

“Bien, así que después de que los tres lo discutimos, Rimuru-sama, decidimos que queremos que nos deje trabajar aquí en Tempest. Nos enteramos de que Gadra-sama te estaría sirviendo, por lo que esperamos poder vivir y trabajar aquí también”.

Shinji parecía nervioso. Los otros dos asintieron solemnemente; supuse que estaban todos en la misma página.

“Me parece bien. En ese caso, bienvenidos”. “¡Muchas gracias!”

“¡Haremos nuestro mejor esfuerzo aquí!” “… Trabajaré duro para usted, señor”.

Y así la población de Tempest aumentó en tres personas. Luego venía la asignación de trabajos.

“Así que voy a hacer que el viejo Gadra se encargue de administrar el piso 60”, expliqué. “Él apoyará al Coloso Demoníaco, y en algún momento en el futuro, planeo que lo posea”.

Ese viejo tenía una gran sed de conocimiento y estaba súper entusiasmado con la idea. En el momento en que puso sus ojos en el Coloso Demoníaco, casi comenzó a hacer un baile. En ese momento estaba en manos de Adalmann, pero tal vez podría dejarlo ser el guardián del piso 60 más adelante.

“Ahora, ustedes no quieren unirse a la guerra, ¿verdad?” Le pregunté al trío.

“Um, cierto”, respondió Shinji, luciendo un poco reticente. “Conocemos a algunas personas del otro lado, así que de ser posible…”

En ese caso, en lugar de contratarlos en mi gobierno, sentí que era mejor asignarles trabajos de investigación en el laberinto. Así que decidí presentarles a Ramiris.

***

Abriéndonos camino a través del laberinto, llegamos al laboratorio de Ramiris en breve. “Oye, Ramiris, ¿crees que puedes encontrar trabajo para estos tipos en tu laboratorio?” “¡Ah, Rimuru! ¿Te refieres a los niños de antes?”

“Así es”.

Ramiris había estado buscando asistentes personales, pero era difícil encontrar a alguien calificado. No podía permitir que los investigadores de otras naciones se convirtieran en los juguetes de Ramiris, pero

los monstruos menos inteligentes no serían capaces de mantenerse al día con sus ideas. Tenía a Dino, sí, pero no era suficiente para tranquilizarme. Pero ahora teníamos al trío de Shinji y no podía pensar en una mejor opción.

“¡Vaya! Mi nombre es Ramiris. ¿Están interesados en convertirse en mis nuevos asistentes?” “Umm…” Shinji no sabía cómo reaccionar. No estoy seguro de que se diera cuenta de quién era

Ramiris.

“¡Oh, fantástico! ¡Mira, Shinji! ¡Un hada de verdad!” Mark gritó emocionado. ¿Quizás era la primera vez que veía una? No sé cuánto tiempo había pasado en este mundo, pero si un hada lo puso tan nervioso, debe haber sido un tipo bastante puro.

“Así que ya ves, estoy buscando algunos asistentes capaces. También les pagaré por ello. ¿Qué piensan? ¡Tenemos una gran escasez de personal por aquí, y Rimuru dijo que los de visitantes de otro mundo completamente educados son la solución para ahorrar tiempo!”

No tenías que decir todo eso, Ramiris. Es cierto, aunque—tienen habilidades técnicas, mentes flexibles y pueden saltar directamente al mundo. Realmente esperaba que estuvieran interesados en asumir esto.

“… Bueno, lo haré. La investigación parece mucho más pacífica”.

Zhen es ciertamente honesto. Y supongo que él fue el punto de inflexión para Shinji. “¡En ese caso, estaremos encantados!”

Ramiris revoloteaba alegremente en el aire, inflando su—inexistente—pecho con orgullo.

“¡Hmph! Parece que tienen mucho potencial. ¡Bueno, está bien! ¡Calificaciones aprobatorias para todos ustedes! Pero van a tener que seguir todas mis órdenes, ¿de acuerdo?”

La forma en que puede cambiar su actitud en cualquier momento siempre me sorprendía. ¿Dónde estaba toda la incomodidad de antes? Ciertamente era propio de ella, al menos.

Dejando al estupefacto Shinji y sus amigos aturdidos, Ramiris rápidamente comenzó a presentar su oferta. Su salario sería de tres monedas de oro al mes, treinta y seis al año, más bonificaciones. Por supuesto, Ramiris tendía a pagar a su personal en función de sus propios caprichos—como yo—así que no confiaría demasiado en esa bonificación. Sin embargo, parecía que Ramiris les estaba ofreciendo alojamiento y comida. Estaba seguro de que ella esperaba que usaran mi propio comedor, pero eso no era un problema.

Así que Shinji y su grupo arreglaron sus documentos de inmigración en poco tiempo.