Jimi na Kensei (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: El Que Reclama Los Cielos

Parte 9: Cielo y Tierra

“¡Suiboku, ¿qué te pasa?! ¿Vas a dejar al Maestro Kacho e ir a entrenar con otro Inmortal?”

“Sí, voy a estudiar alquimia. No es como si tuviera otra opción, ya que nuestro Maestro no es particularmente hábil en ese campo”.

“¡Ese no es el punto! ¡No entiendes lo que significa ser inmortal! ¡Pareces estar bajo la ilusión de que un Inmortal es simplemente alguien que usa las Artes Inmortales! ¡Pero las verdaderas artes inmortales, el verdadero camino del inmortal, es buscar la armonía con la naturaleza! ¡Estás borracho de tu talento y te estás perdiendo en tus técnicas!”

“¡Hahaha! Eso simplemente suena como el ladrido de un perro que no tiene el talento ni la técnica para ahogarse. ¡Me avergüenzo de ti, Fukei! Además, ¡la razón por la que estoy aprendiendo las Artes Inmortales es para convertirme en el hombre más fuerte de la historia! ¡No tengo tiempo para tus divagaciones!”

“¡¿Cómo te atreves?! ¡No puedo simplemente dejarte ir y usar las sagradas Artes Inmortales para algo tan indigno como el conflicto! ¡Te detendré, en nombre de nuestro Maestro Kacho!”

“¡Hahaha! Fukei, ¿en serio crees que puedes derrotarme?”

Habiendo presenciado la abrumadora capacidad de combate de Mizu Saiga, el as de la Casa Batterabbe, los que estaban a bordo de Noah se quedaron en un silencio de asombro. En cierto sentido, Saiga era una existencia tan o incluso más ridícula que Shouzo.

“Eso es Saiga. Tiene talento para todas las Artes; no solo el misticismo, sino todas las Artes Raras. Cuantas más artes aprende, más fuerte se vuelve. Si agrega Eckesachs a eso, entonces…”

Quizás no había nada más aterrador para los habitantes de este mundo. Incluso el individuo más talentoso solo tenía la capacidad de manejar un solo Arte, pero Saiga pudo usar todos y cada uno de los que existían.

“Saiga tiene suficiente poder para ser considerado un as”, dijo Happine, temblando ante el poder del hombre que había elegido, mirando hacia la tierra que había explotado.

El enfoque de Saiga había demostrado una comprensión básica de las tácticas, usando el Arte necesario en el momento necesario, en lugar de simplemente usar sus diversas Artes al azar. No había ganado por pura casualidad, y no había sido una victoria fácil. Saiga, Ran y Tahlan se habían enfrentado a un oponente superior, le habían cortado la capacidad de luchar y se habían asegurado de acabar con él.

“Saiga… es tan bueno como cualquiera de los otros ases”. “Si. Realmente ha crecido… “

Zuger no pudo evitar llorar al escuchar las palabras de Happine. Estaba conmovida por el hecho de que los contratiempos y esfuerzos de Saiga no habían sido en vano. Saiga nunca habría podido obtener este nivel de fuerza si hubiera permanecido tan dependiente de su talento como lo había hecho al principio. Fue porque había enfrentado reveses y decepción, y se recuperó después, que pudo superar sus debilidades. Eso era lo que le había permitido crecer.

“Mi hermano y Ran también lo hicieron bien… Lo más impresionante”, dijo Sunae, elogiando no solo a Saiga, sino también a Tahlan y Ran.

Era cierto que esta habría sido una batalla mucho más arriesgada si Saiga hubiera estado sola. Tahlan y Ran habían llevado cada uno su propio peso en todo momento. Los tres habían logrado no solo evitar meterse en el camino del otro, sino que se habían cubierto y apoyado a la perfección. Una vez más, eso no fue una cuestión de talento, sino más bien el fruto de sus esfuerzos.

“Sí, eso es cierto… Bien hecho, Maestro Tahlan”.

Los guerreros que se habían entrenado con Tahlan también estaban profundamente conmovidos. Tahlan, que era el que podría describirse como el más común de los tres, se había mantenido firme y contribuido a la batalla. Tahlan no había pisado el campo de batalla para morir, ser protegido por sus aliados o avergonzarse a sí mismo. Su participación valió y tuvo sentido.

“Sabes, me preocupé cuando supe que era de la misma escuela que Suiboku, pero parece que no era tan duro como pensábamos. Pero bueno, al menos todo ha terminado ahora. ¿Vamos a recoger a esos tres?” Douve, que intentó mantener una fachada de indiferencia, todavía tenía una expresión de alivio y felicidad en sus rasgos.

“¡Espera! ¡Aún no ha terminado!” Dijo Dainsleif con una mirada de sorpresa. “¡Todavía está vivo!”

Dainsleif, que podía detectar a sus enemigos, informó de la supervivencia de Fukei, aunque ella misma no parecía creerlo del todo. No había forma de que Fukei todavía estuviera vivo. Había recibido tanto castigo que era difícil pensar que incluso había partes de él esparcidas por los páramos. Muchos de los que escuchaban a Dainsleif no podían creer sus palabras.

“Oye, Shouzo. Esto se siente como uno de esos, ¿no?” “Sí, definitivamente se siente así”.

Ukyo y Shouzo, que habían estado observando el proceso con cierta indiferencia, ahora sintieron una punzada de miedo recorrer sus espinas.

“He visto este tipo de escena desarrollarse tanto en manga como en novelas ligeras, donde el personaje realmente poderoso se está conteniendo y subestimando a sus oponentes”.

“Si. Todo el asunto de ‘esto ni siquiera es mi forma final’, ¿verdad? “

Para bien o para mal, ni Shouzo ni Ukyo vieron las cosas a través del lente de lo que pasaba por sabiduría aceptada en este mundo. Como tal, debido a que no estaban restringidos por la sabiduría aceptada, no habían asumido automáticamente que la batalla había terminado como lo habían hecho los nativos.

“… ¡¿Whoa?! ¡Realmente está usando sus Artes Inmortales! ¡La presión atmosférica está cayendo y la temperatura también está en caída libre!”

Noah, que los llevaba, también sintió el peligro a su alrededor. El Inmortal que tenía el poder de manipular libremente los cielos y la tierra estaba a punto de desatar su Arte en el mundo.

Los tres en tierra no escucharon la conmoción a bordo del Noah. Había una gran distancia que separaba a los tres del barco en la distancia; además, estaban situados en un páramo abierto, y la explosión masiva los había ensordecido temporalmente.

“De alguna manera se las arregló para salir adelante…”

Saiga respiraba con dificultad. Debido a que había estado luchando con todas sus fuerzas, también estaba completamente exhausto. Si no hubieran podido terminar la batalla rápidamente, es muy posible que hubieran perdido. El problema de la fatiga fue el mismo para Tahlan. Ran era el único que parecía imperturbable.

“Dada la forma en que pudo soportar mis patadas, fue bastante duro. Pero eso es todo lo que era. No era tanto como para que no pudiera manejarlo”.

“Lo sentí varias veces durante la pelea, pero parecía un paso lento. Comparado con el Maestro Sansui, era demasiado laxo al permitirnos atacar. Parecía obsesionarse con demasiada facilidad con un objetivo y no estaba aprovechando al máximo sus habilidades de detección de presencia”.

Quizás así era como Sansui los miraba a todos. Los tres se habían dado cuenta de que no era solo que todos los Inmortales eran poderosos, sino que Sansui y Suiboku lo eran especialmente.

“Poner tanto esfuerzo en ello debería desgastar el poder del Divino Ginseng. Ahora solo necesitamos recuperar a Vajra y la batalla ha terminado…”

“… ¡No, ya viene!”

Como provocado por las palabras de alivio de Eckesachs, Saiga vio el peor futuro posible aparecer en su mente. Inmediatamente creó un escudo brillante lo suficientemente grande como para rodear a todos que usaran sus Artes Místicas.

Un momento después, una enorme inundación de agua que parecía haber salido de un balde increíblemente grande cayó sobre los páramos. El agua llovió tanto sobre Noah como sobre los tres en el suelo.

“¡Guh…!”

Saiga sostuvo desesperadamente su Muro Místico contra el enorme peso que caía sobre ellos desde arriba. Si no podía contener el agua, los tres serían aplastados rápidamente bajo la presión y luego arrastrados por la corriente. Debido a que su precognición le había mostrado esa imagen, estaba haciendo todo lo posible por aferrarse.

“¡¿Estás bien, Saiga?!”

“S-Sí… aguantare… ¡por ahora!”

Antes de que la resistencia de Saiga alcanzara su límite, el enorme aguacero se detuvo. Incluso más exhausto que un momento antes, Saiga se propuso desactivar la pared de luz.

“Uh oh… he usado demasiado poder sagrado…”

Los tres que estaban en el suelo vieron que las áridas tierras baldías en las que habían estado parados un momento antes se habían transformado en un pantano lleno de barro. El torrente de agua había alterado literalmente, más que figuradamente, el terreno mismo.

“… ¿Es esto realmente el trabajo de un humano?”

“Así que este es el verdadero poder de un Inmortal que puede controlar los cielos…”

Ran y Tahlan miraron conmocionados ante la gran cantidad de poder destructivo que se había desatado contra ellos. La técnica Estilo Venenoso Explosivo que Saiga había usado antes era casi increíblemente poderosa, pero la inundación repentina había borrado todos los rastros de esa destrucción. El gran volumen de agua casi había borrado las cicatrices que Shouzo había dejado en la tierra.

“… Este era el poder que el Estilo Testudo había temido”.

Fenómenos meteorológicos que estaban mucho más allá del límite de los seres humanos con los que lidiar … Los tres no solo se habían convertido en enemigo del hombre que podía ejercer el poder de los desastres naturales como quisiera, sino que lo habían enfurecido por completo. Esa comprensión hizo que los tres se estremecieran.

“Están todos bastante bien entrenados. Solo tenía la intención de ver lo que eran capaz de hacer, pero no esperaba recibir tanto daño. No había creído que había estado descuidando mis técnicas mortales”.

Allí estaba Fukei, luciendo como si nunca lo hubieran lastimado. Con Vajra en la mano y rodeado de tornados, parecía ser el amo de los cielos y la tierra. Había recuperado la indiferencia confiada que había perdido momentáneamente mientras mostraba la enorme brecha de fuerza que había existido desde el comienzo de la pelea.

“No pensé que lo harías tan bien, incluso teniendo en cuenta el hecho de que había tres de ustedes contra mí solo, o con sus diversas habilidades. Veo por qué el aprendiz de Suiboku los consideraba estudiantes dignos”.

No había forma de que Fukei no estuviera enojado, pero parecía tener su ira bajo control. A diferencia de antes, estaba estudiando cuidadosamente a Saiga, Tahlan y Ran. Aunque todavía estaba enojado, había recuperado la calma y, a partir de sus observaciones, especuló sobre la situación actual de Suiboku.

“Aun así… veo que Suiboku ha caído lejos. Más de lo que creía posible”.

Desde el punto de vista de Fukei, simplemente estaba expresando su opinión. Pero para Tahlan y Saiga, sus palabras fueron un insulto imperdonable.

“No sé cuánto ha mejorado sus habilidades, pero parece que ha hecho lo que ningún Inmortal debería hacer y se ha hecho un nombre en el mundo mortal, ganando fama y estatus mundano. Luego, a pesar de su propia falta de dominio, tomó un aprendiz, luego obligó a su aprendiz a tomar aprendices él mismo para ganarse el favor de los reinos mortales”.

Era cierto que, por lo que Tahlan y Saiga entendían de los Inmortales, ponerse del lado de la autoridad no era algo a lo que se sonriera. Pero tanto Suiboku como Sansui eran hombres humildes y admirables. No podían soportar el hecho de que un hombre que atacaría el castillo de un mortal y robaría su tesoro ahora estuviera insultando el nombre de Suiboku.

“… Entonces no tengo más remedio que matarlo”.

“No tengo más remedio que matarlo con mi propia mano”.

Pero la ira de Tahlan y Saiga no tenía ningún sentido, incluso cuando la rabia llenaba sus pensamientos. No tenían forma de comunicar o expresar esa ira a un oponente que era mucho más poderoso que ellos.

Los pequeños tornados que se habían formado alrededor de Fukei comenzaron a acumularse, enmascarándolo dentro de la nube de embudo mientras se combinaban en un tornado mucho más grande.

“¡Explosión! ¡Todos ustedes, aléjense de él ahora!” Eckesachs, que una vez había sido blandido por Suiboku, dijo. Ella supo de inmediato lo que Fukei estaba tratando de hacer, probablemente usando una combinación de Vajra y sus Artes Inmortales.

Los tres le dieron la espalda al Inmortal y comenzaron a correr. Como Tahlan tenía menos habilidad física que los otros dos, Saiga lo tomó del brazo para tratar de ayudarlo a mantener el ritmo.

“Ugh… ¡Me duelen los oídos! ¡¿Qué está pasando?!”

Ran se tapó los oídos con las manos. Con sus sentidos intensificados, ella más que nadie sintió los cambios en el entorno que la rodeaba. Aun así, no era como si saber lo que estaba sucediendo le permitiera hacer algo al respecto. Frente a la realidad de que un tornado gigante había surgido alrededor de Fukei y que las nubes de tormenta arriba habían comenzado a girar rápidamente en un remolino, ella, como simple humana, estaba impotente ante él.

“¡Escucha, ignora lo que sucede detrás de ti! ¡Ese tornado no está ahí para atacarte! ¡El aire que nos rodea está siendo absorbido! ¡Su intención es enviar el granizo que está preparando en las nubes para montar el flujo de viento hacia el tornado!”

“¡No me extraña que haga frío…!”

Las nubes de tormenta que habían cubierto todo el reino durante los últimos días eran tan densas que bloqueaban el sol. Eso había causado que la temperatura en el Reino de Arcana y la República de Domino cayeran. Pero ahora rápidamente se estaba poniendo aún más frío.

“¡La caída de temperatura funcionará a su favor! Incluso si no puede congelarte, ¡es fácil para él usar el frío para hacerte más lento! ¡Solo concéntrate en alejarte de ese tornado por ahora!”

“… ¡Eckesachs! ¡Mi precognición dice que el suelo se levantará y será absorbido por el tornado!”

“¡¿Qué?! ¡Eso es imposible! ¡Las Islas Flotantes deberían ser una técnica a gran escala que solo se puede usar en una tierra familiar! Incluso si hubiera consumido un melocotón enrollado, ¡todavía debería haber límites!”

Ignorando por completo la incredulidad de Eckesachs, partes del suelo comienzan a flotar como lo había hecho en la visión de Saiga. No era que todo el suelo se estuviera levantando de una vez, sino que se estaban levantando trozos lo suficientemente grandes como para que una persona o dos se pararan, haciendo que el terreno ya embarrado fuera aún más difícil de atravesar.

“¡Sal de ahí! Está a punto de… ” “¡Esta aquí!”

Tal como lo había advertido Eckesachs, desde arriba empezaron a caer piedras de granizo del tamaño de cabezas humanas. La magnitud de la granizada solo podría describirse como un desastre natural. Las bolas de hielo, lo suficientemente grandes como para atravesar el techo de un edificio o dañar la pared de un castillo, eran lo suficientemente poderosas como para que un solo golpe directo significara la muerte inmediata de un ser humano normal.

“Grr… ¡Maldita sea! ¡Salta a los agujeros que dejan las rocas flotantes!

¡Esta técnica no levantará la tierra desde debajo del nivel del suelo! Una vez que toma la superficie de una ubicación, ¡esa área debe ser una zona segura!”

En el entorno de amenazas en constante evolución, Eckesachs presentó una opción que Saiga no había podido ver a través de su precognición.

“… Pero seguro que el enemigo es consciente de los agujeros que deja su técnica”.

“Así es. ¿Estás seguro de que no va a hacer un seguimiento cuando entremos en ellos?”

“De cualquier manera, ¡habremos terminado si nos mantenemos al aire libre! ¡Entra ya!”

Saiga convenció a Tahlan y Ran para superar su desgana y todos saltaron a un agujero. Luego creó una pared delgada de luz en lugar de un techo. Las piedras de granizo gigantes cayeron sobre la pared de luz, pero no tenían el peso suficiente para atravesarlas.

“Eso estuvo cerca… Si nos hubiéramos quedado allí, Tahlan, él te habría sacado primero”.

Si bien Saiga soltó un suspiro de alivio por haber evitado el peor resultado posible, la situación aún no mostraba signos de mejorar.

“Aun así, aunque hay muchas cosas que no tienen sentido, parece que está completamente comprometido a derrotarte … Ya que está usando dos técnicas de esta escala a la vez, dudo que pueda decir con quién está derrotado y qué mientras maneja los dos.”

“… Ciertamente no se siente como si estuviéramos frente a un simple mortal”.

Ante la observación de Eckesachs, Tahlan, que estaba temblando de frío, se quedó a un pelo de quejarse. Los tres juntos habían logrado arrinconar a Fukei hasta cierto punto cuando simplemente estaban participando en un combate cuerpo a cuerpo, pero una vez que Fukei había hecho todo lo posible, no podían hacer nada más que huir como ratones.

La diferencia de escala entre ellos y el enemigo era tan grande que casi se sentían avergonzados al creer que habían estado dando una buena batalla. Ahora entendían por qué Eckesachs parecía tan aterrorizado desde el principio cuando descubrieron la identidad del atacante.

“Si lo hubiéramos dejado pasar, lo habría hecho cerca de la capital real, ¿No es así…?”

La técnica manipuló el clima a una escala tan enorme que habría tenido un impacto calamitoso en la capital real. Cuanto más fuerte era el enemigo, menos podían permitirse correr.

“No es de extrañar que la Villa Tempera fuera destruida…” se lamentó Ran, a pesar de estar todavía en su estado de Berserker.

La mera enormidad de lo que enfrentaron le había sacado ese comentario. Este no era el tipo de enemigo que se podía combatir con meras artes marciales. Incluso si las tormentas podrían terminar teóricamente si el Inmortal que las controla fuera asesinado, era evidentemente absurdo intentar luchar contra un desastre natural de esta escala.

“Cuando luchamos contra la Villa Tempera, el clima era demasiado bueno para usar este tipo de ataque. Es por eso que, además de usar mi ayuda, Suiboku luchó contra ellos con su propia fuerza. Aun así… Hay algo extraño aquí. Incluso si la manipulación del clima se debe a los poderes de Vajra, manipular la tierra hasta este punto cuando nunca ha estado aquí antes no debería ser posible a menos que sea un área volcánica activa”.

Las Artes Inmortales eran, en esencia, técnicas que usaban el poder de la naturaleza. Si hubiera nubes de lluvia en el cielo, podría usarse para controlar la lluvia hasta cierto punto; si hubiera un volcán cerca, podría usarse para sacudir intencionalmente el suelo. Pero controlar el terreno en esta zona con tanta facilidad debería haber sido imposible. La tierra aquí se había convertido en nada más que un páramo vacío.

“Su regeneración antes también… Incluso si hubiera consumido un Ginseng Divino, debería haber límites en la frecuencia con la que puede revivirse. Dado que su objetivo era Suiboku, debería haber estado luchando para conservar ese poder hasta que se enfrentó al mismo Suiboku… ¿Por qué esperó hasta que sufrió una herida fatal para comenzar a controlar el clima?”

Habiéndose calmado por el momento, los tres escucharon a Eckesachs en silencio. Si bien es posible que Fukei no necesite usar su ki para manipular el clima porque tenía Vajra, debería haberlo agotado para hacer levitar grandes trozos de tierra a la distancia. Eckesachs no podía entender de dónde estaba obteniendo Fukei el poder para regenerar y mover la tierra al mismo tiempo. Dado que esas cosas eran posibles con las Artes Inmortales, pero imposibles a la escala que Fukei las estaba haciendo, no tenía ningún sentido para ella.

“… Realmente no quiero plantear esta posibilidad, pero… ¿tal vez tiene alguna habilidad que le permite regenerarse y mover la tierra al mismo tiempo? ¿Quizás usando una reserva infinita de ki?”

Saiga mencionó la posibilidad de una habilidad de trampa que podría explicar la situación, como si la idea le acabara de ocurrir. Tal cosa era bastante común en las historias que había consumido. La situación tendría sentido si, como en una de las novelas ligeras que solía leer, un enemigo tuviera habilidades que fueran totalmente engañosas para los estándares normales del mundo.

“Eso es fundamentalmente imposible. O, al menos, Suiboku dijo que no era posible. Pero si ese es el caso, eso podría ser lo que él cree que le permitirá vencer a Suiboku”.

“¿Así que ha pasado los últimos tres mil años entrenando de esa manera?

¿No mejorando sus habilidades físicas, sino dominando las posibilidades que ofrecen las Artes Inmortales?”

“¡No es de extrañar por qué parecía tan arrogante incluso después de que le dimos una paliza! ¡Maldita sea!”

Tanto Tahlan como Ran parecieron comprender por qué su enemigo había estado tan seguro de la victoria. Para empezar, no habían tenido ninguna posibilidad contra él. No había forma de que lo mataran. En cambio, deberían haberse centrado en recuperar Vajra.

“Ah, entonces todavía estás vivo”.

El tornado desapareció y el granizo se detuvo. Reprimiendo su impulso de correr, los tres salieron del agujero.

A pesar de haber utilizado técnicas de enorme poder, Fukei tenía la confianza fácil de un hombre al que todavía le quedaba mucha energía en reserva. No mostró signos de verse afectado al ver que los tres estaban bien y completamente ilesos.

“Mm, bien soportado… Tú, Eckesachs, ¿verdad? Así que parece que les dijiste cómo escapar. Veo por qué Suiboku era tu portador”.

“Y tú, parece que no estabas simplemente soplando aire caliente cuando dijiste que estabas aquí para matar a Suiboku”.

Fukei salió del tornado que se desvanecía. Los tres luchadores se veían pálidos cuando se enfrentaron a él. A diferencia de antes, ahora se encontraban en una situación en la que les resultaba difícil siquiera acercarse lo suficiente al Inmortal para atacar, y sabían que no lograrían nada incluso si lograban hacerlo.

“Tanto la técnica como el terreno están de mi lado. Con la Lanza Divina en mis manos, no hay forma de que pueda fallar”.

El mordisco en el aire adquirió un tono aún más duro. Debajo de las nubes de tormenta que bloqueaban el sol, otro frente frío estaba minando el calor de la tierra.

“Lo mataré. Para eso he pasado tres mil años preparándome”.

Había comenzado a nevar. La nieve que caía y se amontonaba sobre el suelo fangoso empeoró aún más el equilibrio. La visibilidad, que ya era baja debido a la falta de luz solar, se redujo aún más por la caída de los copos. El terreno ahora estaba lleno de agujeros lo suficientemente grandes como para que tres personas se refugiaran. Tener que luchar en tales condiciones…

Los tres eran muy conscientes de lo desesperada que era la situación. “Permíteme darte las gracias. Prueba mis Artes Inmortales”.

No deberían haberlo subestimado. No deberían haber subestimado los tres mil años que había pasado preparándose. No deberían haber subestimado la vida interminable que habían pasado preparándose para matar a un solo hombre.

“Y sepa ahora que las Artes Inmortales son la única forma en que los humanos pueden mover cielo y tierra”.

Aquellos que no eran inmortales ni siquiera eran dignos de ser considerados enemigos. Esta era la creencia más arraigada de Fukei y era lo que explicaba su confianza inquebrantable, su certeza de que derrotaría al as de la Casa Batterabbe. No importa qué habilidades pudiera tener su enemigo, no había forma de que él, un Inmortal que controlaba el cielo y la tierra, pudiera perder.

“Si bien es posible que no pueda recorrer todo el país, al menos puedo limpiar esta región”.

Pero, había otro as presente, uno que estaba aquí para proteger a Caputo. El as que estaba sobre la cubierta del más defensivo de los Ocho Tesoros Sagrados, Noah.

Shouzo Okabe, el Loco con Cicatrices, el mago supremo.

A bordo de Noah, Shouzo usó su poder para crear una enorme torre de llamas. El intenso calor de las llamas derritió la nieve, secó el barro, aumentó enormemente la temperatura e incluso había aclarado la visibilidad.

“… ¡Imposible!”

El hecho de que se sintiera incómodamente caliente por las llamas le dijo a Fukei que la columna de fuego sobre él era mágica. Sin embargo, Fukei no podía creer que un humano pudiera lanzar magia a esta escala. La enorme llama que se había creado bajo el cielo lleno de nubes hizo que la nieve que caía se evaporara y se apoderara de los cielos que Fukei había creído que eran suyos.

“Entonces, todavía hay quienes han aprendido de las enseñanzas de Suiboku…”

Parecía que Fukei creía que todas las desigualdades del mundo provenían de Suiboku.

Furioso como aún más se atrevió a desafiarlo, Fukei comenzó a manipular la tierra. Los grupos de tierra y roca que había levitado del suelo antes comenzaron a girar alrededor de Fukei como satélites.

“…”

En combate cuerpo a cuerpo, el tiempo que le tomó a Fukei preparar su próximo ataque habría sido una eternidad. Sin embargo, no había forma de interrumpirlo desde donde estaban ahora y, lo que es más importante, no tenían forma de matar a un oponente imposible de matar. Ante ese hecho, Saiga se vio obligada a tomar una decisión.

“¡Todos, corran!” Gritó con una voz mejorada mágicamente hacia la gente a bordo de Noah.

Afortunadamente, habría sido difícil, incluso con los poderes de Fukei, destruir a Noah. Pero era dudoso que Fukei simplemente los dejara a los tres subir a bordo del barco e, incluso si subieran a bordo, eso solo motivaría a Fukei a intentar destruir su nave de escape.

“¡Vamos a ganar tiempo para ti! ¡Date prisa y sal de aquí! “

La gente a bordo de Noah no pudo evacuar rápidamente, incluso después de haber escuchado su orden. Saiga entendió todo esto, sudando profusamente mientras se colocaba en una postura sosteniendo a Eckesachs.

“En cuanto a ustedes dos… lo siento.”

Ante la disculpa de Saiga, Tahlan y Ran volvieron a tomar conciencia. Recordaron que estaban aquí para luchar.

“No tienes nada por qué disculparte. ¡Me preocupé por un momento de lo que haría si me dijeras que corriera!”

“¡Sí, lo que dijo! ¡Vamos a patearle el trasero de nuevo!”

No importa cuán poderoso sea el enemigo, aún pueden luchar. Como tal, seguirían luchando hasta el amargo final. A pesar de que sabían que su emoción solo estaba allí para enmascarar su miedo a la muerte, sus tres corazones laten como uno.

“El tiempo de juego ha terminado”, dijo el Inmortal, descartando su compromiso con un bufido burlón.

Fukei parecía casi aburrido, evidentemente no estaba interesado en participar en una pelea en términos mortales mientras lanzaba un aluvión de islas flotantes contra los tres.

“Manipulación Mundial: La ruina y el abismo”.

Cada pedazo de tierra, cada isla flotante, era más grande que un ser humano. Los tres lucharon desesperadamente para avanzar mientras las masas gigantes volaban hacia ellos en un enjambre. Aunque ahora estaba bien iluminado, el suelo todavía estaba cubierto de agujeros gigantes. Les dificultaba correr y restringía las rutas disponibles para el movimiento.

Aun así, los tres continuaron avanzando hacia Fukei mientras esquivaban las rocas lanzadas hacia ellos.

“Inútil.” Fukei permaneció inmóvil incluso mientras observaba su desesperada carga. “No tienes nada que ganar”.

Fukei se agachó y se concentró. Su respiración era tranquila y pudo activar su habilidad sin interrupciones.

Un latido, luego Flash Step. Fukei apareció de repente frente al Tahlan corriendo.

“¡No!”

Saiga y Ran notaron el movimiento repentino, pero no iban a lograrlo. Los tres se habían separado mientras avanzaban mientras evitaban las rocas que los atacaban.

“…”

Tahlan ya había comenzado a reaccionar, pero no importa cómo se moviera, era demasiado tarde para responder con eficacia. Tahlan era un hombre corriente. No tenía una velocidad o durabilidad sobrehumanas. Físicamente, era el más débil presente. No había nada que pudiera hacer en estas circunstancias.

“Si debes maldecir a alguien, maldice a tu maestro. Maldito Suiboku.” “…”

Tahlan no maldijo a nadie y no se avergonzó ante la muerte. Aceptó el golpe que se le dirigió con los ojos abiertos. Observó el golpe que lo mataría, un golpe que tenía detrás la ira de tres mil años.

“Pobre de mí…”