Campione (NL)

Volumen 10

Capitulo 5: Príncipe Negro versus Kusanagi Godou.

Parte 5

Lancelot y Guinevere avanzaron hacia el laberíntico Mar del Diablo.

Con vistas al inmenso mar por debajo de ellos, estimularon el caballo blanco divino volando. Sentada en la silla de montar, Guinevere entró en una postura frente al caballero que llevaba las riendas.

“Amada hija, es casi la hora de convocar al falso minos.” “Entendido, señor caballero.”

Guinevere asintió en reconocimiento al protector que estaba una vez más totalmente armado.

“¡Oh Santo Grial! ¡Oh Fuente de la vida, el legado de la diosa blanca! ¡Os ruego que respondas a su hija la descendiente de la diosa!”

La urna de oro apareció en frente del caballo divino volando.

Ese era el Santo Grial que había absorbido toda la esencia de Atenea. De repente se manifestó desde el espacio vacío que flotaba en el aire.

“El rey de Creta, padre del minotauro, Su Alteza Real el sacerdote de los sacrificios vivos. Guinevere le implora al cielo, rogando a la tierra, pidiéndole al océano para que su alteza real traiga a nosotros la gracia con su presencia una vez más. ¡Por favor, escuche las suplicas de una joven muchacha, y envíe vuestros fragmentos a la tierra!”

Guinevere usó el poder del espíritu [Invocación Divina]. Esta era la técnica secreta única de las antepasadas divinas, para manifestar secuaces que en su día les servían cuando aún eran diosas – las bestias divinas de agua y la tierra.

Sin embargo, el hechizo que Guinevere estaba usando actualmente involucraba un paso adicional.

Las palabras de hechizo para convocar a una bestia en el nivel de los dioses, se envolvieron en el Santo Grial. A continuación, la urna de oro empezó a cambiar en su forma. La cabeza de un toro feroz con la figura desnuda de un hombre debajo del cuello estaba de pie en diez metros más o menos.

Esta era la semejanza del dios Minos a quien Alec había matado en Creta hace ocho años.

Usando el poder mágico del Santo Grial para manifestar un dios falso – se requería volver el propio Grial en un dios. Durante este tiempo, las funciones originales del Grial se perderían, desactivando así la lanza divina Excalibur que se basaba en la conexión con el mismo.

El falso Minos pausadamente voló por el cielo, al lado del caballo divino en alza.

Ellos avanzaban hacia Avalon quien había sido planteado por Alec. Por otra parte, el Mar del Diablo que habái sellado a esta isla a lo lejos – era la autoridad que Alec había usurpado al dios Minos.

Incluso si este mar que se había convertido en un laberinto fuera disputado abiertamente desde el aire, aun así tomaría días romperlo.

Sin embargo, si el poder fuera tomado del Minos falso que poseía la misma autoridad–

Bajo la dirección del falso Minos, Lancelot y Guinevere finalmente entraron en el territorio del Mar del diablo. ¡Avalon, junto con el ‘Rey del Fin’ que supuestamente dormían allí, era la meta!

En la batalla actual, el Príncipe Negro Alec mantuvo una ventaja absoluta a través de su velocidad divina.

Incluso alguien que no fuera Kusanagi Godou habría llegado a una conclusión tan instantánea. Pero las observaciones de Godou de su enemigo se fueron un poco más allá.

El Príncipe Negro Alec era un hombre que amaba mostrar su ingenio. En lugar de utilizar la velocidad divina como un “arma para la batalla,” lo más probable es que fuera vista como “una herramienta para establecer la ventaja táctica” en su lugar.

Él llevaba a cabo una ventaja de velocidad abrumadora sobre sus enemigos.

Como resultado, la ofensa y defensa dependía por completo de la velocidad. En su lugar, utilizaba la velocidad como una ventaja para mantener el dominio en la batalla.

Mediante el uso de la velocidad, la acción podría ser tomada a menudo más rápida que el enemigo.

Los tiempos de movimiento también podrían acortarse considerablemente, lo que permitia la movilidad casi instantánea y la opción de retirarse de la batalla.

Los ataques entrantes podrían eludirse mediante la velocidad divina con absolutamente ninguna posibilidad de ser contrarrestada.

Agarrando con firmeza este predominio en sus manos, las batallas podrían terminar en un solo golpe. Este era el método y el camino hacia la victoria habitual de Alec.

Él hizo grandes esfuerzos para acortar el tiempo que se movía a la velocidad divina, como tratando en lo posible de no malgastarla.

Probablemente porque la velocidad divina era una autoridad difícil de controlar, que estaba siendo utilizado de esta manera.

Experimentado con la misma capacidad, Godou entendía este punto. En primer lugar, se colocaba el cuerpo y la mente bajo una gran tensión. Particularmente en el caso de Godou, esta carga se manifestaba en la forma de un límite de tiempo.

Además, los movimientos precisos eran muy difíciles.

Aprender a cambiar entre movimientos rápidos y lentos le había permitido luchar con eficacia. Sin embargo, cada vez que aceleraba o desaceleraba, Godou tenía que desviar una cantidad sustancial de concentración…

Independientemente de la forma de uso, era evidente que Alec era un experto en la velocidad divina.

Godou no tenía ninguna esperanza de ganar una batalla decidida por la velocidad solo. Sin embargo, el [Raptor] – la encarnación del dios de la velocidad seguía siendo necesaria.

La ventaja del rival era evidente en efecto, pero mirando a la inversa, ¿era realmente imposible exponer una abertura–¿

Así como Alec hizo un empuje con su pluma de nuevo, Godou activó el [Raptor]. Al igual que su oponente, sólo aplicaba la velocidad de Dios por un instante, evadiendo la punta del lápiz tan rápido como un rayo.

Como resultado, el [jabalí] arrasando en el mar desapareció.

“Me preguntaba si habías finalmente utilizado esto. Ahora es el momento, ya veo.” Siendo testigo de la velocidad de dios de Godou, Alec comentó con gran interés.

Por fin, Alec levantó la velocidad al máximo y comenzó a correr por la cubierta. Godou también aceleró a la misma velocidad para ir tras él.

Una vez que se enredó con el Príncipe Negro, probablemente sería capaz de imitar esa “manera eficiente” de ataque.

Con este objetivo en mente, Godou corrió detrás de Alec. Pero no podía ponerse al día. Aunque era cierto que sus velocidades eran iguales, su habilidad en la regulación de la velocidad se diferenciaba demasiado.

Alec había estado con una velocidad divina totalmente desatada. Godou lo persiguió a la misma velocidad.

Entonces Alec repentinamente cambió de marcha a baja velocidad, causando que Godou quien lo seguía a toda velocidad superara al desacelerado Príncipe Negro.

Esto dio lugar a una inversión en posición con una enorme brecha de separación. A continuación, Alec saltó por los aires.

Godou corrió hacia el lugar donde Alec estaba a punto de aterrizar. Pero Alec redujo su velocidad de dios, ignorando así las existencias de caída libre y la gravedad, y descendió a una velocidad reducida.

En consecuencia, Alec aterrizó tranquilamente en un lugar donde Godou ya había pasado.

Sí. La llamada velocidad de dios en realidad no era la capacidad de “moverse a gran velocidad del punto A al punto B.” Más bien, era la capacidad de “ridículamente acortar el tiempo necesario para viajar del punto A al punto B.”

Como resultado, era capaz de realizar movimientos que eran físicamente imposibles.

En ejecución el movimiento de una persona común se unía a un plano bidimensional. Cuando se utilizaba el [Raptor], el cuerpo de Godou se convertia excepcionalmente ligero, lo que le permitia moverse en tres dimensiones.

Sin embargo, la velocidad de dios de Alexandre Gascoigne era de cuatro dimensiones.

Con el tiempo, incluso bajo su control, era realmente el movimiento de cuatro dimensiones. ¡Ponerme a un rival como este hombre era imposible!

Por lo tanto el tiempo marcó la distancia infructuosamente.

“Bueno, entonces… Su condición actual significa que las cosas han llegado a su fin, ¿no?”

Alec finalmente declaró ante Godou.

Kusanagi Godou estaba en cuclillas en el suelo, su mano presionando contra su pecho. Durante la persecución, el límite de tiempo del [Raptor] se agotó. Como un intenso dolor llenó su corazón, el cuerpo empezó a paralizarse.

“La velocidad de dios que posees, resulta ser el tipo donde la cepa se acumula con el uso persistente. Del hecho de que puedes llegar a la máxima velocidad en un instante, ya sospechaba mucho.”

Alec explicó con calma. ¿Estaba diciendo que había asegurado la victoria? En ese caso, esta era probablemente la mejor oportunidad…

“Por el contrario, el tipo que aumenta su velocidad gradualmente generalmente sufre mucho menos tensión. Bueno, ya que esto es algo que no se puede elegir, no hay nada que puedas hacer al respecto… O más bien, su forma de uso no es buena.”

En realidad no. Godou miró a su presa, esperando el momento oportuno.

Agachado en su estado rígido, Godou no estaba en condiciones de combate directo. Sin embargo, esto era precisamente por lo que podía tentar a Alec para volver descuidado… Esperando.

“Así como he dicho, no soy un alma benevolente que renunciaría a la oportunidad de establecer una paliza de un solo lado de alguien indefenso. No importa qué, tengo que coger a esa ingenua Guinevere y terminar el show.”

El Príncipe Negro declaró y sacó su pluma estilográfica.

De hecho, era el momento de Godou para revelar su carta de triunfo real. “Ah, sí, de verdad… Es hora de terminar las cosas. ¡Id, Ama no Murakumo!”

Soportando el dolor de su corazón, Godou convocó a la pareja que residía en su brazo derecho.

Ama no Murakumo no Tsurugi de repente se manifestó. Godou rápidamente cortó usando la espada divina – o no. No fue capaz de depender de este cuerpo rígido para llevar a cabo tal acción. Sin embargo, la espada divina consciente de sí mismo voló por sí misma hacia Alec.

¡La punta de la hoja iba a perforar el corazón de Alec!

Sin embargo, Alec sostuvo naturalmente la rapidez de la velocidad de dios. Incluso contra un ataque tan de repente, él simplemente podría evadirlo.

Como era de esperar, las chispas estallaron por todo el cuerpo. Esta fue la señal de que estaba a punto de utilizar la velocidad de dios.

“¿¡Qué!?”

Alec mostró un shock en su lugar.

Todo ocurrió como Godou había planeado. Este [acero] tenía el poder para copiar la autoridad de un enemigo. Usando ese poder, Godou copió la velocidad divina de Alec.

Como resultado, Ama no Murakumo estaba volando actualmente con una velocidad de rayo–

Incrustándose en el pecho del Príncipe Negro–

Sin embargo, la imagen del caballero vestido con una chaqueta negra elegante se disipó como un espejismo.

“… Fracasó eh.”

“Naturalmente. Un hombre que podría incluso matar a un dios, no puede ser sacrificado tan fácilmente. Por supuesto que habría sospechado una trampa. “

En lo que Ama No Murakumo se había ensartado, no era más que una imagen residual dejada por la velocidad divina.

Este hombre, ¿es incluso capaz de hacer [Señuelos] a través de la velocidad de dios?

“Es un poco pronto para que puedas inmovilizarte a ti mismo por esta trampa. Una apuesta admirable, pero fue demasiado descuidada en el último segundo. Esto es jaque mate. Has perdido.”

“No en realidad no…”

A pesar de ser incapaz de levantar un dedo, Godou sonreía. Sus labios se formaron en una sonrisa salvaje.

“Te derrotaré y tendré el duelo con Lancelot. Esta maldición me obliga a hacerlo. En ese caso, todavía tengo otras potencias que puedo usar.”

Las palabras mágicas fueron pronunciadas por la boca en un instante.

Godou podía sentir el poder divino de Lancelot surgiendo sucesivamente desde el fondo de su corazón.

“¿¡Qué!?”

Alec debió haberlo notado, por lo que un grito de sorpresa se escapó de sus labios.

“Ese Lancelot poseía la autoridad para hacer que los demás o uno mismo se volvieran locos e hicieran un alboroto de acuerdo con el deseo latente. Ingiriendo este tipo de cosas, ahora estoy saboreando nuestra batalla. Después de todo, esto es una maldición que libera los deseos de uno.”

“¿¡Y así es como abandonaste tu enorgullecida hipocresía!? ¿¡Al aceptar tal maldición problemática!?”

Godou se puso de pie mientras que él ignoró la pregunta de Alec. El cuerpo y mente de Kusanagi Godou estaban actualmente en un estado frenético. Al ser sometidos a los deseos magnificados por Lancelot – estaba completamente abrumado por la idea de que “tengo que luchar contra ese dios de la guerra.” Por otra parte, la maldición se convirtió en la orden de “Derrota a Alec” en su poder.

La maldición de Lancelot era la autoridad para hacer que uno se volviera loco por el bien de los deseos de satisfacción. Cuando el cansancio y las lesiones llevaban a uno a sus límites, esta maldición restauraba la ferocidad del cuerpo y la mente, proporcionando un nuevo poder – daba la fuerza necesaria para levantarse una vez más.

Por supuesto que no era ilimitado, pero para el nivel actual de exhaustividad de Godou–

Usando el poder divino de Lancelot, el cuerpo que había alcanzado sus límites comenzó a moverse de nuevo. Todas las lesiones sufridas de la lucha a este punto fueron sanadas al instante. A pesar de que las encarnaciones de Verethragna sólo podían ser reutilizados después de que había pasado un día completo, se restauraron todas.

El dolor y la parálisis de la utilización del [Raptor] también habían desaparecido.

¡No había nada para detenerlo de luchar ahora!

“Gascoigne, creo que más o menos conozco todos tus trucos ahora. Empieza la segunda ronda… Las cosas no han ido bien para ti eh. Por otra parte, estás siendo retrasado aquí mientras que Guinevere y Lancelot se acercan a su destino. Creo que ya no tienes mucho tiempo que perder”.

“Tsk. ¿Es que la batalla desde ahora se va a repetir de nuevo?”

Captando las intenciones de Godou, Alec hizo una mueca como si fuera a escupir. Desde que en realidad no realizaba un acto, se las arregló para preservar la dignidad de un caballero.

Pues bien, la verdadera batalla comienza ahora. Godou gritó con entusiasmo:

“¡Lo siento, pero por favor, juega conmigo hasta que esté satisfecho, Gascoigne! Una oportunidad de luchar contra un hombre que ha matado a dioses es muy raro.

¿¡No sería estúpido dejar que una experiencia tan emocionante se fuera tan fácilmente!?”

Pero en este momento, Godou descubrió que intrusos habían llegado.

Godou chasqueó los labios. No fue una sorpresa, pues era concebible, era hora de que se apresuraran hacia aquí. Aun así, no pudo evitar sentirse un poco molesto.

Esto era claramente una oportunidad para divertirse sin obstáculos, sin embargo, esas chicas tenían que venir e interferir–

Las chicas entrometidas. Godou se encogió de hombros. ¿Estaba obligado a apaciguar su descontento en la forma de temperamento que prefiriera? Él debía salir rápidamente de esta situación…

La luz azul descendió sobre la cubierta. Naturalmente, fue el vuelo mágico de Liliana Kranjcar.

A medida que la luz se calmó, no sólo el caballero de cabellos plateados y Erica Blandelli emergieron, sino que Mariya Yuri también. Los rostros de las tres chicas parecían estar diciendo “¿En qué clase de lío consiguió meterse otra vez?…” mientras que llevaban expresiones llenas de preocupación.