Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 12

Capitulo 3: Los Invitados Imperiales.

Parte 5

 

 

Encontré a Ramiris y Veldora ya allí.

Al parecer, Dino y Vester tenían el día libre. Vester realmente se veía demacrado últimamente (Dino, no tanto), así que quería que descansara tanto como pudiera. Ramiris y Veldora, mientras tanto, no podrían haber estado mejor. No estoy seguro de que supieran cómo estar cansados. Nunca se detenían—como niños, si algo les llamaba la atención, simplemente seguían adelante.

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“¡Bueno, mira quién está aquí! ¡Hola, comandante!”, Chilló Ramiris. “¡No hay cambios que informar todavía!”

¿Sin cambios en qué? Ah bueno. Estoy seguro de que solo está jugando a ser capitana de la marina en su mente.

Miré la gran pantalla instalada en la habitación. Actualmente mostraba a tres jóvenes, el grupo que había estado asaltando el laberinto.

Su estilo de lucha, debo decir, era extremadamente único. Uno de ellos parecía estar agarrando el aire mismo, recogiéndolo y arrojándolo con una fuerza intensa. ¿Quizás algún tipo de explosión de aire comprimido? Definitivamente no es algo que una persona normal pueda lograr. El hombre era grande, de complexión fuerte, cabello castaño y rostro cincelado, y vestía una camiseta sin mangas y jeans. Leíste bien: una camiseta sin mangas y jeans. Definitivamente moda de otro mundo, pensé.

Ahora para los otros dos. Uno era pequeño, delgado y mayormente escondido dentro de una gran túnica negra. El otro era un hombre joven que vestía una cota de malla con una bata de laboratorio encima. Sí, una bata de laboratorio—de las que se ven en laboratorios y hospitales, aunque no del todo en este mundo. Su rostro sugería que era asiático—y casi seguro que japonés. No podía adivinar sobre el tipo de la bata, pero la bata de laboratorio y la camiseta sin mangas me parecían de otro mundo.

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Independientemente, aún estaban peleando mientras miraba en la pantalla. Se enfrentaban a un desafío bastante difícil; una manada de seis lobos no-muertos, que se abalanzaban sobre ellos más rápido de lo que una persona normal podía responder. Deben haber calculado que permanecer lejos los dejaría abiertos a ataques sin forma de responder. Una vez que te sumergías por debajo del piso 50, incluso los enemigos de nivel de súbdito tenían inteligencia real.

Un lobo de la muerte, por cierto, era un monstruo B+, y eso era para uno solo de ellos. Seis a la vez era un encuentro extremadamente peligroso—y, al ser del tipo fantasma, eran inmunes a los ataques cuerpo a cuerpo fuera de las armas sagradas o mágicas. Sus cuerpos estaban hechos completamente de magículas, por lo que incluso si los enviabas a volar, simplemente se regeneraban y saltaban de nuevo. A menos que tuvieras una buena manera de manejarlos, no podías ganar—muestra debilidad por un momento, y serías destrozado.

Pero:

“¡No se metan con nosotros, estúpidos perros! ¡¡Hraahh!!”

Este fue el de la camiseta sin mangas, el lanzador de aire. Ahora sacó el hacha de batalla de aspecto siniestro en su espalda y comenzó a balancearla. Un solo golpe eliminó a tres a la vez, sus cuerpos se desvanecieron en partículas de luz.

… ¡Vaya, esa hacha! Recuerdo esa cosa de aspecto siniestro. Es el Minos Bardiche, ¿no? Una vez que entrabas en el reino de armas de clase Única, la fuerza mágica aumentaba. Eso hizo de este un tipo de arma mágica, fácilmente capaz de dañar a los tipo fantasma; la magia podía herir a los monstruos por sí misma. También trabajamos mucho en los materiales para ese bardiche; si mal no recuerdo, los fabricamos con

mithril, una mezcla especial de acero mágico y plata. Eso inculcó el atributo sagrado, diseñado para atravesar enemigos muertos vivientes y fantasmas.

“Hombre, el Minos Bardiche puede acabar con esos lobos de la muerte de un solo golpe”, murmuré. “Sí, creo que Bovix deja caer eso”, respondió Veldora con un asentimiento. “Y mira lo acostumbrado

que está a esa arma, tan pronto después de recogerla. Tiene buena cabeza para la batalla”.

Mientras observaba la pelea del trío, escuché a Veldora y Ramiris resumir el progreso de este grupo para mí. Hubiera sido bueno haber tenido algunas papas fritas para picar.

Por cómo lo expresaron, el de los jeans había estado derrotando a la mayoría de los monstruos hasta ahora, y al mirarlo, podía creerlo. Él era fuerte.

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Sin embargo, ¿qué pasa con las trampas? El tipo de la túnica negra tenía la habilidad de encontrarlas rápidamente, avisando a sus dos compañeros. Nuestras trampas más complicadas e ingeniosas comenzaban a aparecer en el piso 51, pero mientras miraba, túnica negra marcaba con precisión las posiciones de cada trampa que encontraba. Debe haber sido su habilidad única—él era el hombre ideal para llevar contigo en una carrera en el laberinto.

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Finalmente, Bata de Laboratorio solo había tomado acción una vez, realmente, según mis compañeros, durante la batalla contra Bovix. La descripción de los eventos de Veldora era demasiado críptica para entenderla, así que le pedí a Raphael que leyera los recuerdos pasados del laberinto para mí. Cuando los mencionó, bueno, sí, fue extraño. Todo lo que realmente hizo fue sacar una jeringa de un bolsillo, inyectar a sus dos compañeros—y luego Bovix disminuyó visiblemente a paso de tortuga. ¿Era esto algún tipo de dolencia de estado?

Entendido. Según un análisis, el ataque sufrido por el sujeto Bovix involucraba un veneno para los nervios. La habitación estaba llena de gas venenoso, impidiendo el movimiento de aquellos que no se resistían a él. Ya no está en vigor.

Oh, ¿gas venenoso? Y parecía que también podían personalizar este gas para lograr la máxima letalidad en el objetivo.

Muy ralentizado, Bovix fue una presa fácil para Camiseta sin Mangas—pero Bata de Laboratorio dio el golpe final, sacando un bisturí plateado del bolsillo de una camisa y cortando la vena yugular. Bata de Laboratorio era el líder, al parecer, desempeñando un papel de torre de control en lugar de involucrarse mucho en el combate real. También era bueno en eso, capaz de pelear si era necesario, por lo que Camiseta sin Mangas al frente era bastante libre de ir a donde quisiera. Era un grupo muy inteligente y bien equilibrado.

De repente, llamaron a la puerta. Se abrió silenciosamente, revelando a Shuna; ella había traído consigo un archivo con información sobre estas tres personas.

“Aquí están los datos de inmigración que tenemos sobre este trío”. Con una ligera reverencia, me entregó el papel.

Shingee: 23 años, mago. Mark: 26 años, guerrero.

Zhen: 17 años, maestro de caza.

Contenía una breve lista de sus nombres y profesiones. Sus perfiles los enumeraban como pertenecientes a una pequeña provincia del Imperio. Cuando se les preguntó qué los trajo a Tempest, dijeron que un comerciante les habló sobre el laberinto y vinieron a probar su habilidad. Sí claro. Eso era una gran mentira.

Raphael, mientras tanto, me estaba dando su propio análisis. Como dijo Beretta, cada uno de ellos tenía su propia habilidad única. La idea de que estos tres se reunieran al mismo tiempo y formaran un grupo me sonaba bastante descabellada.

Eso, y sus profesiones enumeradas despertaron mi interés. El término mago estaba reservado para los lanzadores avanzados que aprendían al menos dos familias de magia—en el caso de Shingee, esta era magia espiritual y elemental. Un joven inteligente, seguro. Mientras tanto, un guerrero tenía que ser un maestro tanto de las armas como de las artes marciales—para ser exactos, un arte marcial central y al menos un arma. Esto podría ser una espada, un arco y una flecha, o incluso armas arrojadizas como cuchillos o piedras; eras libre de elegir el que más te convenía, pero luego tenías que dominar los niveles más profundos. En el caso de Mark, era un luchador con habilidades arrojadizas y de asta, un verdadero talento multifacético.

Finalmente, un maestro de caza era el apodo aplicado a aquellos en el pináculo de la profesión de caza. Requería un dominio de la caza con arco, así como desmantelamiento, una de las artes más difíciles de aprender. También tenías que dominar la habilidad Detectar Peligro y, en general, se necesitaba mucho más que talento en bruto para convertirte en un maestro de caza. En un gremio de cazadores, eran venerados como socios fiables. Simplemente no había muchas personas con habilidades para descubrir trampas y monstruos, ambas partes vitales de cualquier misión de búsqueda. Los maestros de caza casi siempre procedían de clanes orientados a la caza y, de lo contrario, era una clase extremadamente difícil de conseguir.

Así que aquí teníamos tres personas con tres trabajos esotéricos de alto nivel formando un grupo. Era casi pedirnos que sospecháramos de algo.

“Estos realmente parecen espías que mordieron el anzuelo”.

“Ciertamente… ¿pero los espías tomarían el centro del escenario tan descaradamente como este?”

Diablo, de pie desapercibido en el fondo, se dio cuenta de mi murmullo. Me había ofrecido asistencia en el desarrollo mágico, esperando ansiosamente mis nuevas aventuras en la magia de monitoreo, y yo cancelé nuestra próxima reunión al respecto lo que realmente lo enfureció. Sus ojos me dijeron que estaba resentido con el trío en pantalla por eso, pero creo que los estaba juzgando correctamente.

“Oh, yo también me preguntaba eso. Pensé que podría ser una táctica de distracción, pero las cosas están tranquilas en la ciudad en este momento”.

Sin duda eran un grupo muy sospechoso, pero toda la información que dieron parecía ser la pura verdad. ¿Serían tan estúpidos como para no cubrir sus huellas en absoluto? ¿O era una finta inteligente, ideada para que empezáramos a sospechar de todo menos de ellos?

“Estoy seguro de que estás pensando demasiado en esto, Rimuru”, dijo Veldora. “¿No me estás diciendo siempre que la honestidad es la mejor política?”

“Bueno, lo es. ¡Pero tenemos que descubrir cómo manejamos a estos retadores!” respondió Ramiris. Me alegro de que no tengan ninguna preocupación. Realmente comencé a envidiar a Veldora y

Ramiris por eso. Pero, oh, bueno.

No importa quiénes fueran, teníamos que tener cuidado con ellos. Shingee era el hombre de pelo negro con la bata de laboratorio—voy a suponer que está usando un nombre falso, y el verdadero es Shinji.

Mark era el chico de la camiseta sin mangas de cabello castaño, y hacía más que lanzar aire. Ya fuera un cadáver de monstruo o un guijarro en el suelo, podía arrojar cualquier cosa que pudiera agarrar. Lo vi arrojar un monstruo (aún vivo) a una manada de guerreros esqueléticos, aplastando a dos de ellos, y casi me hizo escupir el té. Probablemente no estaba mintiendo sobre su trabajo de guerrero; me di cuenta por la forma en que manejó con pericia su Minos Bardiche, derribando un fantasma tras otro.

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Zhen era el tipo de túnica negra, y estaba seguro de que podía usar sus ojos para detectar trampas. Al principio pensé que era Detectar Peligro, pero a juzgar por cómo podía evitar cualquier lugar peligroso antes de que se activara, supuse que una habilidad única le otorgaría eso. Para la mayoría de los grupos que se enfrentaban al piso 50 e inferiores, ni siquiera los monstruos eran un peligro tan feroz como las trampas. Los muertos vivientes no necesitaban respirar, así que ajustamos el aire en esos pisos para asegurarnos de que todo fuera normal. También había algunas habitaciones libres de oxígeno, lo que garantizaba una muerte rápida incluso si tropezabas sin darte cuenta. A esto añadimos lagos envenenados, pantanos ácidos, cuartos con gas corrosivo, etc, etc. Te dañarían tanto a ti como a tu equipo, lo que lo convertiría en un desafío realmente atroz para que los retadores rechinaran los dientes.

Todas estas eran trampas ingeniosas que decían mucho sobre la personalidad de su creador, y todo el concepto de los pisos más allá del 50 era usarlos para evitar que la gente avanzara. Pero si alguien pudiera ver a través de todos ellos, serían inútiles. Además, Zhen tenía un excelente sentido de la orientación; fácilmente podía encontrar la ruta más corta a través de algo, sin dejar que los pisos giratorios o cualquier otra cosa lo detuviera.

Todo este laberinto no tenía sentido para este trío. Si alguien resultaba herido, el Dr. Shingee podría curarlo. Incluso podrían curar el veneno, así que no podía esperar que funcionara demasiado. Es posible que solo hayan sido un trío, pero no podrían haber sido más adecuados para inmersiones profundas.

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Pasaron tres días. Veldora, Ramiris y yo chillamos de alegría mientras veíamos al grupo de Shingee avanzar. No, no estábamos buscando pistas que pudiéramos usar para nuestra propia conquista. Realmente, no era eso. Los estábamos mirando con asombro, eso es todo.

Diablo estaba sentado en un rincón de la habitación leyendo mientras Shion estaba aprendiendo nuevas habilidades para hornear de Shuna, quien sirvió más té para nosotros—té negro, con un agradable sabor a manzana.

“Por cierto, Rimuru”, comenzó Veldora, “mencionaste que ‘mordieron el anzuelo’, pero ¿qué quisiste decir con eso?”

¿Eh? … Oh, espera, ¿te refieres a nuestra conversación de hace tres días? El cerebro de Veldora a veces funcionaba tan rápido como el de un dinosaurio, pero claro, eso tenía sentido para él.

“Ah, no te preocupes por eso”. “Oh, no seas egoísta. ¡Dime!”

Por lo general, nunca se preocupaba por cosas como esta, pero hoy simplemente no se quitaría de encima. Así que…

“Está bien, bueno, a decir verdad…”

Decidí contarle. “Cuando dije que mordieron el anzuelo, eso es exactamente lo que quise decir”. Habíamos agregado un poco de entrenamiento de evacuación antes porque se nos había hecho posible,

por loco que me pareciera, secuestrar la totalidad de la ciudad dentro del laberinto. La habilidad intrínseca

de Creación de Laberinto de Ramiris era realmente increíble. Sabía que podía reordenar y reorganizar libremente cada piso, pero resultó que podía tratar el nivel del suelo sobre el laberinto como otro ‘piso’ para sus propósitos.

Una vez que la ciudad estaba en cuarentena adentro, permanecería allí durante veinticuatro horas, pero cosas como el suministro de aire y agua no eran un problema. De hecho, aún podíamos ver el sol, así que pensé que esta ‘cuarentena’ no pondría mucho estrés en nuestros ciudadanos. Esto tomaba una cantidad gigantesca de energía, por supuesto, pero ¿y qué? Tenemos a Veldora.

Esencialmente, estábamos elaborando nuestros planes de guerra basados en la suposición de que nuestra ciudad podría ser guardada para su custodia. Esto fue algo que probamos varias veces, y ese fue el cebo destinado a atrapar espías imperiales. Todo lo que dejamos atrás en la superficie fue la puerta de entrada del laberinto, que tenía que parecer increíblemente sospechosa. En mis conversaciones con Benimaru y el resto de mi gabinete, llegamos a la conclusión de que alguien del lado opuesto estaba obligado a investigar.

“¡Ah, ya veo! Shishou también me ha dado mucho poder, ¿eh? ¡Me alegra ver que estoy contribuyendo un poco!” dijo Ramiris.

“Je-je-je… Así que esto es gracias a mí, ¿verdad? Je je…”

Veldora me miró, descaradamente buscando cumplidos. No quería admitirlo, pero realmente fue gracias a él.

“Sí, has sido de gran ayuda para todos nosotros, Veldora”.

“¡Kwaahhhh-ja-ja-ja! ¡Sí! ¡Sí, me imagino que lo he sido! Entonces, ¿puedo tener un poco de ese pastel?”

¡No!

Estaba esperando ese trozo. “Por favor, toma el mío”. “¡Ahhh, gracias, Diablo!” “Lo siento por eso”.

“Para nada. Si le sirve de ayuda, Rimuru-sama, esto no es nada”.

Una gran asistencia. Bien podría complacer su amabilidad esta vez.

Saboreando mi trozo de pastel, miré la pantalla. El grupo estaba a punto de enfrentarse al guardián al final del piso 60.

“Bueno, sí sabemos que son espías, ¿no deberíamos detenerlos?”

“No. Quiero probarlos, así que pensé que podríamos ver qué tan lejos llegan. Odio pagarles tanto dinero, pero están generando mucho revuelo, así que puedo vivir con eso”.

En el peor de los casos, siempre podría arrestarlos y confiscar sus ganancias. Quería parecer increíblemente generoso por ahora, pagar lo que prometí y luego exprimir todo lo que pudiera obtener de ellos a cambio.

“Un buen plan, Rimuru”.

“¡Qué malvado! Eres un verdadero genio, ¿lo sabías?”

Veldora y Ramiris también tuvieron palabras amables para mí, aunque no puedo decir que me hicieran sentir muy feliz. Shuna, mientras tanto, solo puso los ojos en blanco.

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“Tengo que decir, sin embargo, que esto no resultó como quería. No esperaba que consiguieran un Minos Bardiche en el primer intento”, dije. “Esa es un arma de atributo sagrado, y simplemente atraviesa fantasmas y muertos vivientes”.

“No deberíamos haber ofrecido esa caída garantizada la primera vez…” se lamentó Ramiris.

El piso 60 estaba custodiado por Adalmann. Le pedí que usara el apodo de Rey Inmortal con la esperanza de que ahuyentara a los retadores como en sus días de rey espectro… pero en realidad, su fuerza residía principalmente en comandar ejércitos. Era más débil que Bovix o Equix solo, y tenía la sospecha de que estaríamos decepcionados una vez más hoy. Como espectro, también, era ridículamente débil contra los atributos elementales sagrados y de luz. Mientras Mark usara ese Minos Bardiche, realmente no me gustaban las posibilidades de Adalmann.

Le había dado a Adalmann todos los consejos que pude, pero se suponía que las trampas eran las protagonistas principales en este grupo de pisos. Nunca esperé una actuación de gran éxito del propio jefe, y por eso me sentí bien al darles a los retadores un arma que golpeaba su punto débil. Ahora sentía que no era justo con Adalmann.

Lamentablemente, no lo vi detener a este trío. Me gustaría pensar que estoy asumiendo lo peor… pero sí, espero que no me guarde rencor por esto. Así que dirigí mis expectativas hacia el guardián del piso 70.

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***

 

Al darse cuenta de que había intrusos en su dominio, Adalmann el Rey Inmortal dejó que una sonrisa cruzara sus labios descarnados. Sus dientes se rasparon suavemente, haciendo un ligero sonido de repiqueteo. Puede haber sido difícil saberlo, pero esta era la versión de Adalmann de una sonrisa malvada.


“Parece estar de buen humor, Adalmann-sama”.

Hablaba Albert, un antiguo paladín y el socio más cercano de Adalmann, siguiendo sus pasos incluso después de que su jefe cayera en una trampa y muriera. Después de unirse a la fuerza de Rimuru, Albert había sido degradado hasta el nivel de luchador esquelético, un monstruo de tan bajo nivel como podría ser, pero al menos no fue borrado por completo. Normalmente no podría hablar en absoluto, pero demostró una fluidez perfecta. ¿Por qué? Simple—el Albert de ahora ya no era un simple esqueleto. Ni siquiera era un caballero de la muerte. No, era un Paladín de la Muerte, muy por encima de cualquiera de esos—y aunque era un espectro y no poseía un cuerpo material, se veía igual que antes de morir. Es cierto que estaba bastante pálido y había fuegos fatuos azules flotando a su alrededor, por lo que estaba claro que no estaba vivo y respirando, pero tú me entiendes.

Mientras tanto, Adalmann no tenía ningún apego particular a su cuerpo de carne—de hecho, le gustaba ser nada más que un esqueleto. Pero Albert no compartía su punto de vista, y dado que su fuerza mágica superaba con creces la de un caballero de la muerte normal, tenía la capacidad de construir libremente cualquier cuerpo que quisiera con magículas. Y Albert tenía tanto afinidad como orgullo por su antiguo aspecto, un joven fresco y de aspecto enérgico (o tan enérgico como podría parecer un muerto). Este cuerpo estaba protegido por una armadura de aspecto siniestro, lo que dejaba claro de un vistazo que no se podía subestimar a Albert.

“Sí, Albert. De muy buen humor. Parece que tenemos invitados”.

Albert asintió alegremente. “Ah. ¿Así que nuestro momento por fin ha llegado?” Se conocían tan íntimamente a estas alturas que casi no necesitaban palabras.

“Por supuesto. Finalmente ha llegado el momento—de servir al rey demonio que nos concedió esta pacífica morada. Con todo el poder que se nos ha dado, sabes que no se permitirán errores”.

“Por supuesto que no. Yo, Albert, soy plenamente consciente de ello”.

“Je-je-je… Perdóname por repetirme, entonces. Toda esta emoción debe estar aflojando mi lengua”. Los dos se miraron y sonrieron. Luego se sumó otro.

“¡¡Groorrrrggghh!!” Un grito espeluznante resonó en la ciudad de los muertos.

“Ah, veo que no somos los únicos emocionados aquí. Muy bien. Hoy tendrás la ocasión de desplegar plenamente tus poderes. ¡Demuestra tu lealtad a nuestro dios!”

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En silencio, pero densamente, el área estaba inundada por el ardor del trío entrante. La fe de Adalmann había muerto una vez, solo para ser reconquistada por su nuevo dios—el rey demonio Rimuru. Habían pasado varios meses desde que saboreó la amarga derrota. Esperaba fervientemente poder ayudar a Rimuru, y así, en solo esos pocos meses, Adalmann había recuperado sus poderes como un rey espectro, más poderoso incluso que en el pináculo de su vida. Así de profunda se extendía su fe.

Tensei Shitara Volumen 12 Capitulo 3 Parte 5

 

Para Rimuru, por supuesto, esta fe era tan excesiva como asfixiante. De hecho, ya había pensado Lo siento, muchachos, pero no tienen ninguna oportunidad y fijó sus expectativas en el próximo guardián— pero Adalmann no lo sabía y estaba ansioso por pelear.

Esta vez, seguro—y cada vez después de esta—la derrota no era una opción. Tenía que ganar—y seguir ganando. Y así, Adalmann y sus secuaces esperaron a los tontos intrusos que vendrían en cualquier momento, discutiendo cuidadosamente su estrategia mientras anticipaban lo que estaba por venir.

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