Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 12

Capitulo 3: Los Invitados Imperiales.

Parte 3

El día después de esta reunión, la secretaria de Yuuki, Kagali, guio a Shinji y a sus amigos a las afueras de Tempest.

Diez días después de eso, Gadra partió solo hacia otro destino. Después de ver a Yuuki amonestar a los tres, pensó que, para empezar, los dejaría manejar la misión solos. No creía que Yuuki realmente los viera como desechables, solo era una pequeña charla difícil para ponerlos en el estado mental correcto.

Yuuki-sama tampoco es exactamente un hombre honesto. Se cree muy talentoso y espera lo mismo de todos los demás.

Eso estaba claro para Gadra—y también era cierto para él.

Gadra no tenía intención de enviar a sus aprendices a que los mataran. Si se metían en problemas, podía acercarse a ellos. Pero en realidad nunca expresó esto. En cambio, simplemente amenazó en silencio a los que lo rodeaban, haciendo que la gente pensara que era un anciano aterrador.

Pero Gadra estaba felizmente inconsciente de todo esto mientras se dirigía al antiguo Reino de Falmuth. Había recordado a un antiguo aprendiz suyo y decidió llamarlo para recopilar información sobre Rimuru. Volando hacia la antigua capital de Falmuth, Maris, se dirigió rápidamente al palacio.

Razen, trabajando en su oficina, prácticamente salió disparado de su silla cuando se enteró. Mucho antes de que Gadra llegara al palacio, se dio cuenta de la presencia cercana de su gran maestro, un hombre que pensó que había muerto hace mucho tiempo.

“Yo… no puedo creer que esté vivo”, murmuró—y mientras lo hacía, se dio cuenta de que esto iba a ser un problema. Incluso si no conocía las intenciones de Gadra, Razen sabía que Gadra había venido aquí para verlo y claramente no era solo para reavivar una vieja amistad. Y había otro problema; los guardias del palacio de Falmenas no conocían a Gadra. Si no se hacía algo, sin duda comenzaría una pelea en las puertas del palacio y mataría a cualquiera que lo desafiara. Y si Razen alguna vez se pone del lado malo de Gadra…

No, no, no… Si eso alguna vez sucediera, nunca podría contener a Gadra-sama.

Al llegar rápidamente a esa conclusión, Razen entró en acción e hizo una llamada mágica a uno de sus nuevos aprendices.

「Puedes oírme, ¿no? 」

「Tch… No me llames así de la nada」

「También debes haber notado lo que está pasando」

「Sí. Grigori aún no lo ha hecho, pero sentí esta presencia extraña de la nada. Va a llegar a la puerta del palacio, ¿sabes? 」

「Bueno, si sabes todo eso, únete a mí en la puerta ahora」

「… Está bien. Después de todo, te debo una」

Razen había contratado recientemente a dos nuevos aprendices—Saare y Grigori, antiguos Sabios de batalla y parte de las Torres Maestras asignados al Papado en el Sacro Imperio de Ruberios. Llegó a conocer a los dos hombres mientras recorría el país como inspección; habían cometido errores que hicieron que ya no fueran bienvenidos en el papado, por lo que los recogió como nuevos discípulos. Esto no fue porque se cayeron bien. Razen simplemente simpatizaba con ellos—especialmente con Saare, quien tuvo que admitir su épica derrota ante reporteros de periódicos de todo el mundo. Fue Diablo quien le entregó esa derrota, y para Razen, eso golpeó demasiado cerca de casa.

Saare podía ser un impetuoso, pero aun así aceptaba a Razen como su maestro. Grigori, por su parte, tenía momentos en los que se aterrorizaba por algo, pero con el tiempo, su intrepidez natural estaba regresando. En términos de fuerza pura, eran talentos atractivos, por lo que Razen planeó entrenarlos como agentes detrás de escena en el futuro. Manejar incidentes potencialmente peligrosos como este era parte de ese entrenamiento.

¿Saare, Grigori y yo? Si puedo hacer que Grucius-sama se una a nosotros, eso debería ser suficiente para encargarnos de Gadra-sama.

La infantería regular sería inútil contra un hechicero tan excepcionalmente poderoso. El Reino de Falmenas carecía de talentos de clase campeón en este momento, una gran debilidad. El jefe Folgen del antiguo Cuerpo de Caballeros de Falmuth y sus hombres ahora eran cosa del pasado, y el principal problema de Falmenas era encontrar personas para reemplazarlos.

Al recordar esto, Razen apretó los dientes por lo tarde que era para reaccionar.

Cuando llegó a la puerta del palacio, Saare y Grigori ya estaban allí—y miraban fijamente a Gadra al otro lado.

“Oye, hombre, no sé qué te trae a este castillo, pero aquí es donde vivimos, ¿de acuerdo? Sabes que no podemos dejar entrar a extraños, ¿no es así?”

“Tiene razón, viejo. Escúchenos—será mejor que regrese por ahora. Si está aquí para ver a alguien, pregúntele a un empleado y obtendrá una respuesta en dos o tres días”.

Los dos fueron bastante educados (según sus estándares) mientras bloqueaban el camino de Gadra.

La vista hizo que Razen sintiera que le estaban quitando años de la vida. “¡Deténganse!” gritó Razen. “¡Dejen pasar a ese hombre!”

“¿Eh? ¿No quieres que lo detengamos?” dijo Saare. “Entonces, ¿para qué nos llamaste?” exigió Grigori.

No apreciaron mucho la orden, pero a Razen no le importó.

“Qué bueno verlo de nuevo, Gadra-sama. Me temo que no sabía que todavía estaba vivo. Me disculpo por no haber sido lo suficientemente digno de llamarlo antes”.

Se arrodilló frente a Gadra mientras hablaba con reverencia.

Razen tenía un motivo para querer quedarse en buenos términos con Gadra. Si llegaba el momento, pondría todo lo que tenía para detenerlo—pero no parecía que llegaría a eso.

“De hecho, ha pasado bastante tiempo, Razen. Te ves diferente, pero parece que realmente eres tú, ¿eh?”

“Sí señor. A diferencia de ti, he sobrevivido gracias a asumir un nuevo cuerpo—”

“No hay necesidad de ser tan formal. No te estoy regañando. He venido aquí hoy porque necesito preguntarte sobre algunos asuntos. Y tú, el hombre bestia escondido allí—no hay necesidad de tener tanto cuidado conmigo. Si fuera hostil con alguno de ustedes, no habría venido aquí solo”.

Las palabras de Gadra finalmente aliviaron la tensión. Pero Razen y sus aprendices no bajaron la guardia y pidieron tiempo para establecer un espacio para reuniones antes de irse.

***

Al día siguiente, su conferencia comenzó en una habitación dentro del palacio. Los asistentes eran Yohm, Grucius y Razen, con Saare y Grigori cerca como guardaespaldas de Yohm.

Myulan también quería unirse, pero fue rechazada—acababa de dar a luz y Yohm insistió en que se quedara en cama y descansara. Su recién nacido era una niña llamada Mieme, linda y parecida a Myulan. El príncipe Edgar le estaba dando a la pequeña todo su cariño.

“Entonces, Maestro, ¿sobre qué quería preguntarme?” dijo Razen.

“Mmm… Bueno, antes de abordar el tema, me gustaría señalar algunas cosas primero. Tú… Saare,

¿verdad? Pareces decentemente fuerte… pero la magia es una de tus debilidades, ¿no es así? Lanzar magia no se trata de memorizar un hechizo, ¿sabes? Debes aprender a manejar correctamente la fuerza mágica dentro de ti. Y este hombre bestia, Grucius—en cuanto a ti…”

Así, Gadra comenzó a señalar las debilidades de todos en la sala. Grucius, como dijo, necesitaba aprender a medir las capacidades de sus enemigos antes de atacarlos. ‘Transformarse frente a tu enemigo’, como lo expresó con severidad, ‘es casi cederles el primer golpe’. Para Yohm, si bien era ‘más poderoso que la persona promedio, por lo que parece’, le sugirió centrarse más en proteger su propio cuerpo, ya que confiar demasiado en sus armas y armaduras sería su perdición. Con Grigori, por otro lado, adoptó un tono amargo, simplemente ordenándole que puliera más sus habilidades.

Finalmente, los ojos de Gadra se posaron en Razen.

“Razen, veo que has sido bastante diligente. Tu magia se basa en la posesión, ¿No es así?”

“Si señor. El Arte Secreto de la Posesión, basado en la teoría detrás de tu Arte Místico de la Reencarnación”.

“Mmm. Un experimento muy interesante. A diferencia de mi hechizo, no requiere que el objetivo pase tiempo como un niño debilitado e indefenso”.

“Es un honor escuchar—”

“Pero todo es inútil a menos que hagas el mejor uso de él. Hiciste todo el esfuerzo para apoderarte de ese cuerpo, y no estás extrayendo todo lo que puedes de él”.

“¡Si señor!”

Razen se inclinó ante el consejo, comenzando a sudar. Esto era algo que ya sabía sobre sí mismo. Lo obligó a admitir que Gadra probablemente tenía razón acerca de todos en la sala.

Verdaderamente una figura temible. En el espacio de un día, ha juzgado perfectamente cada aspecto de nuestras habilidades…

Se quedó en silencio, incapaz de poner nada en palabras. Pero Saare y Grigori estaban menos agradecidos.

“Whoa, ¿De dónde sacas el señorío sobre nosotros de esa manera? ¿Cómo puedes mirarme y soltar todas esas tonterías?”

“¡Sí! Tengo una gran deuda con Razen-dono, pero no tengo ninguna razón para doblegarme ante su maestro también. Si tienes tanta confianza en ti mismo, qué tal si tú y yo tenemos una pequeña lección juntos, ¿eh?”

Ahora estaban listos para pelear. Razen quería gritarles que se callaran, pero al ver la mirada en los ojos de su maestro, se contuvo. Para Gadra, esto era lo que se esperaba, y anticipó completamente mostrar sus habilidades a Saare y Grigori.

Si es así, pensó Razen, tal vez todavía haya un final amistoso para todo esto. Sigamos el juego con mi maestro.

Entonces, en una especie de calentamiento antes de la reunión, Gadra libró una batalla contra Saare y Grigori. Esto se llevó a cabo en los campos de entrenamiento del palacio, y Gadra, naturalmente, los destruyó.

“D-De ninguna manera…”

“Este viejo está loco… Ni siquiera sudó azotándonos a los dos…”

La abrumadora fuerza de Gadra aplastó por completo su orgullo como antiguos Sabios de Batalla. Su intención era mostrar su poder y luego usarlo para suavizar sus negociaciones, y Saare y Grigori reaccionaron exactamente como esperaba. Lo que sucedió después de eso, sin embargo, no siguió el guion.

“Pero no eres tan bueno como ese demonio”, dijo Saare.

“No está mal, ¿eh? Por otra parte, diría que el perro con el que peleé es tan fuerte como tú, viejo”, agregó Grigori.

“… ¿Mmm?”

Acababan de perder abrumadoramente, pero extrañamente parecían aceptarlo—y, a pesar de ver la fuerza de Gadra, no actuaron demasiado sorprendidos.

—¿Tan fuerte como yo? ¿Y un demonio por ahí es incluso más poderoso que yo…?

La reacción inesperada confundió a Gadra, pero no parecía que Saare y Grigori fueran malos perdedores. Deben haberlo dicho en serio. Y Gadra quería preguntar con más detalle…

“Podemos discutir esto más tarde, Gadra-sama. Por ahora, permítanme responder a sus preguntas”.

… pero Razen puso fin rápidamente a dichos procedimientos.

***

Al regresar a la sala de recepción, la reunión se reanudó.

“Hombre, realmente eres el maestro de Razen”, comentó un jovial Yohm. “¡Qué monstruo! No creo que pueda vencerte”.

Grucius asintió emocionado. “Sí, el demonio Razen se hizo un gran nombre por aquí, pero nunca escuchamos muchas historias sobre su instructor. Myulan dijo que creaste un nuevo sistema de teoría mágica, y por la forma en que luchaste, lo creo”.

La magia de Gadra era estupenda, como era de esperar. Interfería con la energía mágica de sus oponentes, bloqueando sus hechizos mientras lanzaba dos de los suyos simultáneamente, ambos con fuerza ofensiva. Era una hazaña espectacular, diseñada para servir como una demostración deslumbrante. Saare y Grigori eran mucho más poderosos que incluso un Grucius cargado y listo para la batalla, y Gadra los trató como juguetes. No había duda de su fuerza.

Por lo tanto, mientras Yohm y Grucius disfrutaban del espectáculo, los perdedores parecían bastante desanimados mientras regresaban obedientemente a su servicio de guardia.

“Entonces”, preguntó Razen, “¿qué es lo que te trajo aquí?”

“… Quería mostrarte mi fuerza para asegurarme de que nadie intentara resistirse a mí inútilmente. Como creo que sabes, Razen, mi ira está totalmente dirigida al luminismo. No tengo ningún interés en nada más, por lo que no puedo soportar que esta nación esté expuesta a una invasión imperial y bajas incalculables”.

Fue una declaración siniestra a pesar del tono casual de Gadra. “Invasión Impe—”

“¿De verdad? Vamos, hombre”, dijo Yohm. “No vayas a irrumpir aquí mientras yo sea el rey”.

“Tú lo dijiste. Nunca te venceríamos, y no quiero que Myulan o mi bebé estén expuestos al peligro”, agregó Grucius.

“Ella no es tuya, maldita sea. Métete eso ya en la cabeza. ¡Ella es mi tesoro!”

“¡¡Ah, cállate!! Ella no es mía por sangre, pero es mi hija. He decidido que voy a vivir como un padre a partir de ahora”.

“¡¡Eso no te corresponde a ti decidirlo!!”

Fue una discusión bastante dolorosa, librada entre Yohm y Grucius. Razen se aclaró la garganta para callarlos.

“Cierto. Ahora veo, Gadra-sama, por qué vino aquí. ¿Te gustaría que Falmenas cambiara de bando al Imperio, a cambio de no ser tocado durante la guerra?”

“Así es. ¿Sabes perfectamente lo poderoso que es el Imperio, me imagino? Soy parte de ese paquete, por supuesto, y si Falmenas se uniera a nuestras fuerzas, capturar a Dwargon sería un trabajo simple. Esa nación es extremadamente vulnerable a morir de hambre. Evita que cualquier cosa entre o salga, y rápidamente tirarán la toalla”.

Por supuesto, eso solo funcionaría si se hiciera algo con Tempest. Razen se apresuró a señalar eso. “Me temo, Gadra-sama, que eso no es posible. Se ha construido un ferrocarril entre el Reino de los Enanos y Tempest que permite el transporte de alta velocidad. Incluso si detuviéramos todas las exportaciones de alimentos hoy, pueden abastecerse lo suficientemente bien a través de esa ruta”.

“Y es por eso que te pido que los traiciones. Tempest en sí tampoco es terriblemente autosuficiente en cuanto a alimentos. Lo que cultivas aquí podría—”

“¿Gadra-sama?”

Razen interrumpió a Gadra, tan grosero como sabía que era. Se había dado cuenta de que Gadra se basaba en información desactualizada—que no estaba al día. Las tendencias mundiales operaban mucho, mucho más rápido que antes. Si traicionaban a las naciones occidentales en este punto, serían excluidos de la economía mundial y eso significaría la perdición de su reino. Incluso si el Imperio les ofreciera protección y apoyo generoso, no podían esperar tanto lujo como el que disfrutaban en la actualidad. Así de influenciado estaba Falmenas ahora por Occidente—o, en realidad, por Tempest.

“… Ya veo”, dijo Gadra después de que Razen explicara todo esto. “Estaba al tanto, aunque quería escucharlo directamente de la boca de un local. ¿Pero de verdad crees que el rey demonio Rimuru no teme a la fuerza imperial? Supongo, por supuesto, que incluso podría derrotar a un ejército de ángeles con su poder, pero causaría un daño incalculable a todo lo que ha construido. El Imperio ha estado considerando un sistema de trenes propio, pero hemos tomado un enfoque de esperar y ver por esa misma razón…”

Así fue como respondió a la noticia de una red ferroviaria que unirá las ciudades más grandes del mundo.

“Rimuru-sama, se lo aseguro, no teme a los daños colaterales”.

“No, en absoluto. El tipo odia perder a la gente, pero por lo demás, no creo que realmente le importe mucho”.

“Sí. Y diablos, tal vez le guste. Le da a la gente más trabajo que hacer”.

Razen, Grucius y Yohm expresaron sus opiniones. Las palabras de Yohm, en particular, tenían un peso real detrás de ellas. Las personas encuentran felicidad en que se confíe en ellas; quieren usar sus habilidades para ayudar a otros. Si no hay trabajo ni nada que hacer en todo el día, eso le quitaría el impulso a cualquiera. Algunos de ellos podrían convertirse en delincuentes. Por lo tanto, era el trabajo de un buen líder—o empleador—encontrar un nuevo trabajo para ellos.

“Una vez que todo este trabajo de construcción esté terminado en cada país, solo quedará la reparación y el mantenimiento. Mi amigo Rimuru ha estado preocupado por lo que hará después de eso. Estábamos bebiendo juntos hace un tiempo, y él estaba como ‘Ohhh, quiero hacer esto, quiero hacer aquello, pero nuestras habilidades técnicas no están a la altura…’”.

“Y si los ángeles atacan en un momento como ese, generará una gran demanda de reconstrucción y recuperación. Apuesto a que Rimuru actuaría bastante enojado por eso, pero tal vez en realidad estaría contento en el fondo”.

Incluso Grucius estaba de acuerdo con Yohm. Saare y Grigori parecían exasperados, pero no parecían ansiosos por refutarlos.

“Pero incluso si es un rey demonio, si comienza a entrometerse demasiado en los territorios humanos del Oeste, los Rozzo no lo aceptarán sentados, ¿verdad?”

La historia de Razen generalmente coincidía con la información que reunió Gadra, pero aún faltaban algunas piezas del rompecabezas. Gadra quería aprovechar esta ocasión para ordeñar a Razen por toda la inteligencia que tenía. Los Rozzo no esperarían a que las cosas se desarrollaran; tomarían medidas para proteger sus inversiones. Si la economía se involucra, razonó Gadra, participarían en un sabotaje no militar para salirse con la suya.

Su pregunta para Razen, por supuesto, se enmarcó para que pudiera aprender tanto como fuera posible sobre el estado actual de los Rozzo. Razen, leyendo correctamente esto, le dio a Gadra lo que quería.

“Los Rozzo, mi maestro, están acabados. El Reino de Doran sigue siendo fuerte, y los sobrevivientes están reunidos en él, pero nunca dominarán el Consejo en este momento. Las naciones vecinas continúan haciendo negocios solo porque Rimuru-sama lo permite. El rey Doran también se ha rendido ante él.

Mientras Razen explicaba esto, decidió divulgar la verdad detrás de por qué el ejército de Falmuth perdió tanto. Esa fue la primera revelación del día que realmente sorprendió a Gadra.

“… ¿Así que el rey demonio Rimuru arrasó con el ejército de Falmuth él solo? ¿Y los Rozzo ya no están…? ¡Pero espera un momento! Si esos no son meros rumores, ¡¿qué hay de Gran—de Granbell Rozzo?!”

Granbell el Héroe era, en la mente de Gadra, el hombre más poderoso del mundo. Había sido tan cuidadoso en sus planes de campaña contra Occidente porque sabía que dirigía el Clero de los Siete Días. Pero ahora Razen afirmó que los Rozzo se habían ido.

“Entonces, ¿los rumores de que el Clero de los Siete Días fue asesinado…?”

“También son ciertas, Maestro. El Clero de los Siete Días se opuso a Rimuru-sama, por lo que intentaron enfrentar a Hinata de los cruzados contra él. Pero se descubrió el complot y fueron destruidos poco después”.

Ahora incluso Gadra se quedó atónito en silencio. Razen había declarado claramente que todos en el Clero de los Siete Días estaban muertos. Incluso Gran, el sacerdote del domingo, encontró su destino a manos del cardenal Nicolaus. Hizo que Gadra se diera cuenta de lo débil que era su red de inteligencia. Si Granbell estaba muerto, eso daba crédito a la supuesta caída de la familia Rozzo. Si hubiera sabido eso antes, pensó Gadra, podría haber revisado mucho su plan para esta campaña.

Y también:

“Ese pequeño chivato… Él lo supo todo el tiempo, y nunca me lo dijo…”

Gadra recordó el rostro de Yuuki mientras entonaba amargamente las palabras. Tal vez el joven pensó que decírselo apagaría su sed de venganza; si es así, a Gadra no le agradaba ni un poco.

“Por ‘pequeño chivato’, ¿te refieres a Yuuki Kagurazaka?” preguntó Razen. “Ese hombre también se ha aprovechado de nosotros, así que creo que entiendo cómo te sientes”.

Ser consolado por su aprendiz puso a Gadra en un estado de ánimo difícil de describir: mitad frustración, mitad vergüenza. Y tal como lo expresó Razen, Yuuki también era una espina en el costado de Rimuru, aunque el rey demonio eligió ver cómo se desarrollaban las cosas antes de declarar a Yuuki su enemigo.

Maldito seas, Yuuki… Ocultándome cosas una vez más, ¿verdad? Sabes muy bien que estoy aquí para destruir el luminismo, y no me das más que vagos informes de la Santa Iglesia Occidental. ¿Hay algo que te causaría problemas si me enterara de eso…?

Ahora Gadra se dio cuenta de que estaba siendo utilizado—y allí, frente a Razen y el resto, se encontró inseguro de cómo se desarrollaría su futuro.

***

“Qué complicado es esto. Ahora que sé todo esto, realmente debo reconsiderar nuestro enfoque hacia este Rimuru”.

El rey demonio Rimuru era una amenaza mayor de lo que Gadra imaginaba. ¿Cuál era la forma correcta de abordar esto? Gadra había perdido a su amigo; así que no detendría su cruzada contra el luminismo. Pero ahora todos en el Clero de los Siete Días—el objetivo más urgente de su venganza—ya estaban muertos.

Ahora no había ninguna razón para abogar por la caída de Occidente con tanta pasión. Gadra y el Imperio trabajaron juntos porque tenían objetivos comunes… y si eso ya no estaba sobre la mesa, Gadra no tenía ninguna obligación real con el Imperio.

… No. Todavía hay otro. El dios, el que está en la parte superior—la reina demonio Luminous aún está viva.

La creencia de su amigo en su dios lo mató. No había forma de que una reina demonio que tomaba prestado el nombre de una deidad pudiera permanecer con vida. La comprensión hizo que Gadra renovara su impulso para seguir adelante.

O le hizo intentarlo.

“Gadra-sama, perdóneme si estoy fuera de lugar, pero siento que detener esta campaña es su mejor opción”.

“¿Hohh?”

Pero ver a Razen preocupado por él hizo que Gadra volviera a dudar de su determinación.

“Incluso ahora, mi maestro, me veo a mí mismo como nada más que un fiel servidor. Sin embargo, ahora he dedicado aún más de mi lealtad a otro. Y si vas a hacer la guerra contra su país, también me obligará a convertirme en tu enemigo”.

“¿No querrás decir Rimuru…?”

“No. Es Diablo-sama, uno de los muchos que lo sirven, quien ahora es mi maestro”.

Esto más que sorprendió un poco a Gadra. Razen era su aprendiz, uno del que estaba bastante orgulloso, y escucharlo servir a alguien que también servía a un rey demonio fue una píldora difícil de tragar.

“Odio interrumpir”, dijo Saare sin preguntar, “pero voy a aprovechar esta oportunidad para decir algo.

Diablo es el tipo… um, quiero decir, el demonio que me derrotó”.

¿El demonio que era más fuerte que yo? Me cuesta creerlo, pero si Razen le sirve ahora, no puedo descartarlo como una mentira…

Todavía no creía que perdería, pero Gadra se aseguró de mantener el nombre de Diablo en su mente. “Y déjame decirte esto también, Gadra-sama”, agregó Razen. “Diablo-sama es un demonio antiguo”.

“Me imagino que sí. Si pierdes contra él, tendría que ser un Antiguo. Tal vez incluso un Prehistórico— una raza rara de hecho”.

Si él fuera tanto eso como una criatura con nombre, sus poderes fácilmente podrían superar los de un rey demonio.

“No, nada de ese nivel”, dijo Razen. “Él está muy, muy por encima de eso—” “Dijo que era un Duque Demonio”, interrumpió Saare.

“¡¿Que…?!”

Eso es ridículo, Gadra casi gritó. Los demonios solo podían evolucionar hasta un cierto nivel establecido—esa era una regla estricta y, hasta donde él sabía, solo un demonio la había desafiado alguna vez. Este Archidemonio encontró una manera de mejorarse a sí mismo hasta Duque Demonio, y lo convirtió en el más poderoso y más malvado de todos los reyes demonio—Guy Crimson, el Señor de la Oscuridad.

“Gadra-sama, la duración de la vida de mi maestro, Diablo-sama, no es un tema de debate. Confío en que entiendas lo que quiero decir con eso”.

Las palabras de Razen parecían estar a un planeta de distancia para Gadra. No podía creerlo; no quería creerlo.

“¿Un—un Progenitor?” murmuró. “Sí”.

La afirmación llegó cruelmente a sus oídos. Trató de calmar su corazón al discernir cuán cierto era esto.

Ciertamente parecía haber muchas razones para dudar de Razen. Si un demonio progenitor hubiera tomado forma física nuevamente, no sería nada extraño ver a uno renacer como un duque demonio. Si Razen fuera sincero, significaría una reescritura masiva de la campaña del Imperio. Mirando a Blanc, el Progenitor Blanco y los dolores de cabeza que le había causado al Imperio, no había necesidad de explicar cuán terrible era esta amenaza.

Pero… espera un momento. Si un Progenitor ha adquirido un cuerpo físico, ¿por qué no se ha producido ninguna tragedia?

Gadra se había recompuesto ahora. Pero incluso él sabía que la pregunta no era importante.

Ahora espera solo un minuto. ¿Importa siquiera si Diablo es un Progenitor? Ciertamente ha tomado a Razen como su discípulo—eso es obvio—y eso podría significar que ya es al menos un Duque Demonio…

Luego, al escuchar a Yohm y los demás charlar entre ellos, se congeló.

“Sí, pero ese tipo, Diablo, ¿no es el mayordomo de Rimuru o algo así? Por ejemplo, cuando fui a la ceremonia de inauguración de nuestro ferrocarril antes, escuché que ya no quería lidiar con las cosas personales de Rimuru por su cuenta, así que buscó a algunos amigos y los trajo a bordo.

“¡Oh, sí, vi a uno de ellos! Rimuru la nombró su enviada diplomática especial, así que nos reunimos en el Consejo. Ella tiene este cabello blanco como la nieve, estos ojos de color rojo oscuro… como rubíes”.

Gadra se hundió débilmente en su asiento.

¡No—no puede ser! Esos son los rasgos físicos exactos de Blanc…

Cada vez se parecía más a la verdad, pero para Gadra no era más que una pesadilla. Miró a Razen, actualmente asintiendo sabiamente para sí mismo.

“¿Todo esto es cierto?”

“Nunca te mentiría, mi maestro”.

Entonces Gadra se dio cuenta de algo. Razen y sus secuaces decían la verdad. Y fue puramente por preocupación por la salud de Gadra que lo instaron a detener esta guerra.

“¿Es tan malo?”

La pregunta de Gadra fue recibida con asentimientos silenciosos en la sala. Y cuando vio esto, un nuevo pensamiento hizo que la sangre se drenara de su rostro.

¡Ah! ¡El grupo de Shinji podría estar en peligro!