Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 4

Prólogo: El Comienzo Del Viaje Escolar

A pesar de haber renacido en el futuro, mi rutina diaria no era menos caótica.

Todo eso había llegado a un clímax con una aventura que acabábamos de establecer, cuando un autoproclamado “dios” nos había arruinado a mí, a Ireena y a Ginny en el tiempo… donde cada uno de nuestros corazones fue tocado por recuerdos inolvidables.

Sinceramente, creo que la experiencia me hizo envejecer algunos años. Solo podía esperar que nuestro viaje escolar transcurriera sin problemas.

No es que hubiera razón para preocuparse. A pesar de que viví una vida extraordinaria, no era como si estuviera constantemente acosado por problemas. Solo iba a estirar las piernas y seguir la corriente.

Caminé por la calle principal de la antigua capital, Kingsglaive, con mis compañeros de clase. Nos dirigíamos hacia nuestra primera ubicación, uno de los institutos de investigación de élite del país.

La cúspide del conocimiento se puede encontrar en estas instalaciones.

Los ciudadanos comenzaron sus viajes educativos en academias, donde experimentaron por primera vez ser estudiantes. Durante algunos años, todos se dedicaron a sus estudios hasta la graduación, cuando los que buscaban una educación superior avanzaron a las universidades. Solo a los estudiantes que cumplieron con las calificaciones y condiciones previas se les ofreció la oportunidad de unirse a un instituto de investigación, donde podrían dedicar sus vidas a la búsqueda del conocimiento.

Estas instalaciones investigaron una variedad de cosas… aunque el enfoque principal estaba en la magia. Aparentemente, el de Kingsglaive era el instituto de investigación más prestigioso de la nación, conocido por publicar nuevos descubrimientos cada año.

El hombre que vino a recibirnos era el director del Instituto de Investigación Kingsglaive y era conocido universalmente por su conocimiento de la magia. El enano anciano lucía una cúpula calva y un bigote muy impresionante.

“Como estoy seguro de que sabe, soy el Dr. Norman. Genio del milenio”.

Estaba de pie frente a la entrada del patio del instituto, la luz del sol brillando en su cabeza.

Los genios autoproclamados no eran nada especial… pero Norman fue una excepción. Se las había arreglado para hacer lo imposible, incluida la recreación de las Habilidades Pérdidas que nadie había sido capaz de usar mediante el desarrollo de ecuaciones mágicas modernas.

Norman nos guio por el instituto. El edificio fue diseñado con el único propósito de investigación, y ni una pulgada del edificio quedó sin usar. Los aparatos de investigación se desbordaron de las habitaciones, llenando los pasillos.

“El diagrama de esta pared representa la primera Habilidad Perdida que recuperé: extracción de magia. Esto transformó completamente nuestro mundo. El resto es historia.”

No es exagerado decir que su investigación fue revolucionaria a escala mundial. Este descubrimiento había llevado al desarrollo de bienes impulsados por minerales mágicos, que se han vuelto indispensables para la vida moderna.

“Y este diagrama es sobre energía electrotérmica. Este es sobre conversión de energía. Y esto—”

Norman se jactó de sus propios logros.

Noté que todos lo miraban con total veneración.

Basado en los estándares de esta generación, sus hazañas fueron excepcionales. Aun así, seguía encontrándome deseando que hubiera más.

Debo haber sido un libro abierto, porque Norman de repente me miró en medio de su humilde fanfarronería… quiero decir, su explicación.

“Tú… eres Ard Meteor. Prodigio en ciernes. Ya famoso en la capital real. Tú eres… Desearía que este no fuera el caso, pero eres el genio que se rumorea que me sobrepasa… ¡Yo!”

“¿Qué? Um… Erm. No, debes estar equivocado…”

“¡Tienes razón! ¡El mayor genio de la historia! ¡Un maestro mago! ¡Mi Ard!” Ireena se jactó.

“Nuestro Ard”, aclaró Ginny. “Una existencia superior que avergüenza a los demás. Desafortunadamente, incluso el Dr. Norman no puede lidiar con él. Uh-huh. ¡Nuestro Ard es una maravilla para la vista!”

Ireena y Ginny se miraron con furia entre elogios.

… Su actitud debe haber tocado un nervio, porque la sien de Norman comenzó a temblar, haciendo que sus rasgos de enano se volvieran más duros.

“Oh-ho. Eso me hace menos iluminado que una lombriz de tierra. ¿Es eso lo que me estás diciendo?

“¡Para nada! Yo—”

“¡Bien! ¡Te mostraré un verdadero genio!” “Ah, de hecho, yo—”

“¡Sígueme! ¡Te obsequiaré con una investigación inédita! ¡Veamos si puedes declararte más grande entonces!”

Escucha cuando la gente está hablando. Norman ni siquiera me estaba dando tiempo para una respuesta adecuada.

“… No está en el horario, pero ¿por qué no?” Olivia decidió ser nuestra maestra y acompañante.

Los estudiantes siguieron obedientemente a Norman para comprobar su investigación en curso, serpenteando por el pasillo hasta una habitación de la instalación—

“¿Q-Qué es esto?”

“No tengo idea, pero… es realmente asqueroso…”

Los estudiantes susurraron entre ellos. Evaluaban su nuevo entorno con cautela y disgusto.

La habitación estaba revestida de tubos que conducían a una serie de contenedores que albergaban crías de animales.

Burbujas de aire brotaban de sus bocas en la solución verde semitransparente en la que estaban inmersos… A primera vista, cualquiera haría una mueca ante la visión enfermiza.

Dicho esto, no fue nada especial para mí. Pero… estaba un poco sorprendido.

“¿Qué tienes que decir por ti mismo, Ard Meteor? Estos son—” “Homúnculos, ¿verdad?” Terminé su frase, lo que debió molestarlo.

Norman chasqueó la lengua con disgusto y dio una patada en el aire. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que me lanzara una mirada triunfante.

“Hmph. Un niño prodigio, eh. No eres como esos plebeyos. Inmediatamente comprendió mi investigación. Es por eso que no puedes evitar temblar ante mi genio, ¿lo supongo?”

“…Sí tienes razón.”

No le estaba adulando ni nada. Realmente pensé que merecía mi elogio.

¡Pensar que un humano moderno estaría investigando el mismo campo que yo! Apenas podía creerlo.

“¡Este es el trabajo de mi vida! Si tengo éxito, ¡nos enfrentaremos cara a cara con los dioses! ¡Seremos capaces de crear vida! ¡Produzca capital humano ilimitado! ¡Viva en la inmortalidad! Basado en referencias históricas, ¡incluso el Señor Demonio se rindió en este desafío! ¡Es este mismo problema el que estoy intentando resolver!” El enano anciano soltó una carcajada y estiró los brazos.

Su pequeño discurso contenía un error: de hecho, no me había rendido en este experimento.

Había completado mi investigación. De arriba a abajo. Hasta que no me quedó nada para estudiar.

Por eso había girado en espiral y destruido mis hallazgos.

Había estudiado Homúnculos en un esfuerzo por revivir a mis compañeros perdidos. Tenía la impresión de que eso me liberaría de mi soledad.

Pero… aunque las formas en las que renacieron eran las mismas, sus personalidades no podrían haber sido más diferentes.

Obviamente.

Después de todo, sus espíritus no coincidían. Dado que el espíritu contiene toda la información que compone a una persona, solo pude recrear especímenes que tengan un parecido accidental con mis compañeros.

Con mis esperanzas frustradas, había abandonado mi investigación para descargar mi rabia desenfocada.

… Bueno, el pasado estaba en el pasado. Era hora de seguir adelante. La conclusión importante fue que el Dr. Norman era un genio indiscutible.

Según cierta teoría, cualquiera podría crear homúnculos mediante el dominio de todos los temas mágicos. Fue el punto final natural y me tomó más de cien años llegar allí. Este hombre lo había logrado en meras décadas.

Realmente era algo más—

“¡Bwa-ha-ha! ¿Sin palabras? ¡No te culpo! ¡Aunque tu cerebro es de segunda categoría, sé que puedes verme por el genio que soy! No me tomó mucho tiempo entender la teoría del caos, que, debo agregar, ¡le tomó años al Gran Señor Demonio desarrollarla! He perfeccionado mi magia y…”

“Espera. ¿Teoría del caos?” Accidentalmente dije en voz alta.

… Sabes, los humanos tenían la tendencia a intentar corregir sus errores. Por alguna razón, incluso hicieron todo lo posible para corregir los errores de otras personas. Probablemente fue atribuible a un pecado en particular: el orgullo.

Eso debe haber sido lo que me motivó…

“¿Por qué sacar a colación la teoría del caos?” Yo pregunté. “Los Homúnculos se basan en la Tercera Ley de la Imprevisibilidad”

Solo me tomó medio latido darme cuenta de que había dicho algo que debería haberme guardado para mí.

“Espera. ¿La Tercera Ley de la Imprevisibilidad? Eso es— ¿Eh?”

Norman se congeló por un momento antes de mirar hacia abajo y agarrarse la cabeza.

“No… Espera. Aplicando la teoría del caos a la Ley del Inframundo… Espera. ¿Es la Tercera Ley más eficiente…? ¿Qué? En ese caso…”

Algo malo estaba a punto de suceder. Con esa premonición, traté apresuradamente de escapar.

“¡Aaaaard Meteooor! ¡¿Estás insinuando que el espíritu creado a partir de la teoría del caos está incompleto?!”

“Um, no, yo, eh—”

“Me estás diciendo que conoces los defectos de la teoría del caos, ¿eh?

¡Por eso mencionaste la Tercera Ley! ¡Dime que me equivoco!” “No, um—”

“¡Estás bien! Usando la Tercera Ley… Espera. Apoyo. Si aplicamos la Tercera Ley, el límite… ¿Eh? ¿Es diferente a mi hipótesis…?”

… El médico anciano era un genio. Una rareza. Si hubiera nacido en la antigüedad, habríamos oído hablar de él en los mitos.

Por eso había logrado llegar a la misma conclusión que yo.

Básicamente, sabía que el trabajo de su vida era más trillado de lo que pensaba.

“Pero eso es solo si aplica la Tercera Ley… Entonces solo usaré otra… No… No hay otra teoría para aplicar… En ese caso… De ninguna manera. No puedo creerlo…” Continuó murmurando. “Heh. Hee-hee-hee… Hee- hee-hee-hee-hee…”

Miró al techo con los ojos muy abiertos y se rio.

“¡Heh-heh-heh! ¡Heh-heh-heh! ¡Bwa-ha-ha-ha! ¡Ya veo…! ¡Supongo que esto fue lo único que pudo lograr mi investigación…! Décadas de trabajo,

¡por nada…! ¡Decir ah! ¡Perdí mi juventud en busca de una respuesta…!

¡Sin nada que ganar…! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha…!”

… Oh, Norman. Yo simpatizo. Una vez estuve en tus zapatos.

Mala suerte. Apestaba gastar todo el tiempo en algo, solo para descubrir que no valía nada. Basura.

“¡Ah! ¡Eso es! ¡Tengo una idea! ¡Dejaré de ser un investigador y volveré a ser un niño! ¡Reviviré mi juventud! ¡Muy bien! Primero: ¡a la caza de insectos…! ¡AH-HA-HA-HA-HA-HA!” Norman empezó a agitar los brazos.

“¡Buzz! ¡Buzz!” tarareó, saliendo de la habitación. “¡Ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡La vida es una gran burbuja!”

“¡D-Doctor! ¡Por favor pare!”

“¡Buzz! ¡Buzz! ¡Buzz! …¡Oye! ¡¿Quién puso esto aquí?! ¡No puedo buscar insectos con esto aquí! ¡Hi-yah! ¡Toma esto!”

“¡E-Ese es nuestro experimento del año pasado!”

“¡Deténganlo! ¡Alguien! ¡Cualquiera! ¡Detengan al doctor!”

… Qué lío tan caliente.

“M-Maldita sea, Ard. ¡Sabía que eras increíble, pero esto es algo más…!” “¡No puedo creer que fuera el dueño del Dr. Norman!”

“¡Tiene cerebro y hechizo…! ¡Ard Meteor…!”

Los estudiantes se volvieron hacia mí con respeto.

“¡Heh-heh! Te lo he estado diciendo todo este tiempo. ¡Ard es lo mejor de lo mejor! ¡No hay nadie delante de él y nadie detrás de él!”

“¡Talento de Ard, para Ard y gracias a Ard!” Ginny gorjeó detrás de Ireena. Brillaron grandes sonrisas, diciendo lo incomprensible.

“… ¿Crees que estos animales son comestibles con un poco de calor?” Sylphy preguntó, babeando.

“Lo sabía.” La figura hermana de mi vida, Olivia, me agarró del hombro, sonriéndome. “¡Esto me trae buenos viejos recuerdos! Recuerdo cuando ese mocoso destrozaba las almas de los eruditos y las añadía a su creciente pila”.

Aunque su sonrisa podría haber pertenecido a una diosa… sabía que algo acechaba detrás de ella, y no era bonito.

“Ha. Ha-ha…”

Ofrecí una risa seca mientras Norman arrasaba por el pasillo.

… Dado que estas sorpresas nos desviaron, nos habíamos retrasado. A esta hora, teníamos programado visitar el siguiente lugar, pero habría sido demasiado imprudente dejar a Norman en su lamentable estado.

Lancé un hechizo para restaurar su psique, y al instante se relajó… Sin embargo, tan pronto como dejó de enloquecer, me miró a través de las lágrimas.

“¡M-Maldito seas…! No te atrevas a olvidar: ¡no eres nada comparado con mi amo!” Norman aulló, la piel de su calva enrojeciendo. Me señaló con el dedo. “¡Tiempo perfecto! ¡El venerado erudito nos está visitando! ¡En cualquier momento! ¡Eso marcará tu final!”

Mi maestro. El erudito venerado.

… Si su maestro fuera de esta generación, nadie podría sorprenderme.

Pero por alguna extraña razón, tuve un mal presentimiento. Un sexto sentido, por así decirlo. Una alarma sonaba en mi cabeza, advirtiéndome que saliera de allí.

“Desafortunadamente, no podemos permitirnos retrasarnos más en el calendario. Odio molestar a mis compañeros de clase, así que si me disculpas—”

Traté de terminar las cosas y salir lo más rápido posible…

“¡Yoo-hoo! ¡Dios está bendiciendo este pequeño mundooooo!”

… pero mi destino debe haber sido grabado en piedra, porque la maestra en cuestión estaba ante mí, irrumpiendo por la puerta y haciendo su entrada.

Aunque tenía la forma de una niña encantadora, pude ver una astucia en sus ojos que estaba más allá de sus años.

Norman la saludó con una sonrisa superficial. “¡Oh, maestra! ¡Ha sido tan largo!”

“¡Gweh-heh-heh! Calvo como siempre, Nor… Erm, ¿cómo te llamas?” “¡Norman! ¡No debería llevarte tanto tiempo recordarlo!”

Ella se agarró el estómago de la risa. No tengo ni idea de qué le pareció tan gracioso. Sus cabellos dorados se balancearon, y Norman, adulador, corrió hacia ella.

“¡¿Bien, Ard Meteor?! ¿Lo sientes ahora? Esta es mi maestra. ¡La persona más inteligente de la historia! ¡Dios entre los eruditos! ¡El divino prodigio!

¡El que supera a cualquier genio! Su nombre es—”

¡Verda! ¡Al! ¡Hazard! ¡O llámame Dios para abreviar! ”, cantó Verda, mirándome boca abajo en una pose de puente como si estuviera lista para hacer una voltereta hacia atrás. Por cualquier razón.

Ella me dedicó una sonrisa perlada. Verda Al-Hazard.

Un genio. Un desastre natural. Invasor de la esfera divina. El último cerebrito… No había forma de evitar a la chica con muchos apodos.

Después de todo, ella solía ser mi subordinada.

Verda Al-Hazard. En la antigüedad, ella era uno de los Cuatro Reyes Celestiales.

“Oh yo, oh vaya. ¿Qué tenemos aquí? … Bueno, ¡si no es Livvy! ¡Ha sido una eternidad! ¿Cómo estás?”

“… Bien”, respondió Olivia, luciendo como si hubiera envejecido unos años. Sus orejas de bestia estaban pegadas a su cabeza con irritación, pero Verda le sonrió antes de mirarnos.

Ireena y Ginny se sacudieron en su lugar. Después de todo, Verda les había hecho pasar un mal rato durante nuestro viaje al pasado.

Era natural para ellos estar en guardia para que no volviera a ocurrir lo mismo.

“¡Y mira lo que trajo el gato! ¡Sylphy! Un pequeño reencuentro hoy, ¿eh?” “Cielos. No puedo creer que me encuentre contigo…” gimió Sylphy.

No parecía que hubiera ninguna conexión entre este mundo y el antiguo al que nos habían enviado recientemente. Deben haber sido líneas de tiempo paralelas, lo que significa que este marcó nuestro primer encuentro con Verda. En consecuencia, no había ninguna razón para que ella hiciera todo lo posible para despeinarnos… o eso pensé.

“¿Hmmmm?” Verda se centró en mi dirección, ladeando la cabeza.

“… ¿Puedo ayudarte?” Pregunté en una postura relajada, pero era una bola de nervios por dentro.

Esto estuvo mal. Con Verda, no sería extraño que descubriese mi identidad. Si eso sucediera, ¡mi personaje de aldeano ganado con tanto esfuerzo no habría servido de nada…!

Verda se quedó mirando mientras mis manos se llenaban de sudor.

¿Se daría cuenta?

“¡Todo un genio! ¿Cómo te llaman?” preguntó mientras una sonrisa se extendía por su rostro joven.

… No me han atrapado todavía. Eh.

Dejé escapar un gran suspiro de alivio por dentro. “Ard Meteor. Estar en presencia de la grandeza, Lady Verda, ha sido mi mayor fortuna”.

Me incliné ante ella… y ella no me presionó más.

¿Tengo razón al suponer que ella no descubrió mi identidad? Miré su rostro, sudando.

Por otro lado, Norman corrió hacia ella llorando. “¡Maestra! ¡Ese mocoso tiene ego! ¡Con mis propios oídos, lo escuché proclamarse a sí mismo como un dios entre los eruditos! ¡Muéstrale a este niño rudo quién es el verdadero prodigio!”

“¿Oh? No puedo simplemente dejar eso”. Verda me miró fijamente y sonrió. “¡Okay! ¡Acepto tu reto!”

“No, por favor espere, lady Verda. Yo—” “¡Pero no ahora! ¡Necesito unos días!” “¡Espera! Yo no—”

“¡Heh-heh-heh-heh! ¡Disfruta el viaje escolar al contenido de tu corazón!

¡El último día será tu fin! ¡Ha-ha-ha-ha!”

Como maestro, como alumno. Ninguno de los dos escuchó una maldita cosa que salía de mi boca.

“¡Oye! ¿Se enteraron? Ard se metió en una pelea con Lady Verda”. “Realmente está de acuerdo esta vez”.

“¡Nuh-uh! ¡Ard le mostrará un par de cosas!” “¡Si! ¡Nadie puede oponerse a él! “

Nadie a mí alrededor podría haberse preocupado menos por mis sentimientos.

“¡Heh-heh! ¡Este viaje escolar nos va a conectar con la adrenalina!” Ireena predijo.

“Derribar a un Rey Celestial… Whoops, estoy babeando solo de imaginarlo”, murmuró Ginny.

“¡Haz tu mejor esfuerzo, Ard! ¡No puedo esperar a que Verda se ponga nerviosa! Ha pasado un tiempo”, vitoreó Sylphy.

Conseguí una risa seca mientras me miraban expectantes.

—En este momento, ninguno de nosotros sabía que Verda no sería la única que deletreara problemas para mí, comencé a narrar en mi cabeza, pretendiendo presagiar los eventos por venir.

Recé en mi corazón para que mis pensamientos no se hicieran realidad.