Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 4

Extra: De Dragon Magazine

Parte 2

¡Mi corazón estaba a punto de estallar de anticipación!

“¡Sí! ¡Amigos! ¡Creo que tenemos algunas cosas en común! ¡Me imagino que podemos llegar a entendernos y hacernos amigos! Y—”

Estaba ferviente.

Pero ella inmediatamente apagó el fuego en mi corazón. “… ¿Crees que puedes entenderme? Dame un respiro.”

Me miró como si hubiera asesinado a sus padres. Sus ojos mostraban dolor, odio, disgusto y… resignación.

Instintivamente retrocedí.

“¿Qué crees que sabes de mí…?” escupió, como si le hubiera dejado un mal sabor de boca.

Su cabello plateado se erizó y salió corriendo.

Podría haber sido un producto de mi imaginación… pero juré que había visto lágrimas en sus ojos.

Me quedé allí un rato antes de finalmente arrastrarme a casa.

Estaba lejos de lograr mi objetivo original y aliviar mi estrés. Me quedé solo con el recuerdo de esa hermosa elfa…

Aunque me habían rechazado, no tenía planes de rendirme. Me aseguraría de que nos hiciéramos amigos, incluso si eso me mataba.

… Y no me dejaría fallar. No otra vez.

Mi siguiente viaje fue hacerme amigo de esa elfa.

“¡Hola, Ireena! ¡Pareces estar de excelente humor!” Grité.

“… ¿Cómo diablos sabes mi nombre?” espetó cuando nos volvimos a encontrar accidentalmente en las montañas.

“¿No es normal investigar a un amigo potencial?” Yo pregunté. “Pequeño mundo, ¿eh? Pensar que eras la hija de Weiss…”

“¡Ew! ¡Ew! ¡Piérdete, acosador!”

Ella me miró como si fuera basura.

“¡Feliz cumpleaños, Ireena!” Gorjeé durante otro encuentro. “¡Traje tus rosas rojas favoritas de Celine!”

“… ¿Cómo lo supiste?”

“Ha-ha-ha. Sé todo sobre ti, hasta el número de lunares en—” “¡Espero que mueras, pervertido!”

Quemó mi regalo hasta convertirlo en cenizas.

“¡Buenas noches, Ireena!” La saludé cuando nos volvimos a encontrar. “¡La luna está preciosa esta noche!”

“… Oye, ¿por qué sabes dónde vivo?”

“¡Ha-ha-ha, simple! ¡Te seguí a casa desde las montañas!”

“Ah, ya veo. Y… ¿por qué estás en mi habitación? Está cerrado y no se suponía que nadie pasara por aquí hoy”.

“¡Quería sorprenderte! ¡Entré por la ventana!”

“… Estás más allá de lo espeluznante, me está empezando a asustar”.

Después de eso, Ireena tapó su ventana con un trozo de madera para que yo no pudiera entrar.

En su lugar, intenté cruzar la puerta principal.

“Ard”, advirtió su padre. “No vayas al extremo. Sea más… consciente”. Por alguna razón, estaba enojado conmigo.

¿Qué hice que era tan malo? ¡Todo lo que hice fue espiar a Ireena las veinticuatro horas del día, tratando de persuadirla de que aceptara mi propuesta de amigo!

… Había pasado un año desde que conocí a Ireena, y nuestra relación apenas había progresado.

De hecho, estaba empezando a tener la sensación de que ella me estaba evitando. Estaba empezando a hablar mal de mí y a darme la espalda, lo cual fue duro, viniendo de un posible amigo.

Pero me negué a dar marcha atrás.

Necesitaba más determinación en tiempos difíciles. Solo entonces pude encontrar una solución.

¡Necesitaba creer en mí mismo!

Si perseguía mis sueños, estaba seguro de que algún día se harían realidad. Me había aferrado fielmente a esta convicción desde la antigüedad.

Pero… sabía que no vería ningún progreso si continuaba con mi enfoque actual.

Era de noche. Me dejé caer en mi cama, tratando de devanar mi cerebro.

“Mmm. ¿Qué tengo que hacer? Basado en mi vida anterior, tal vez podría…”

Hurgué en mis recuerdos. Alba me vino a la mente. Una triple amenaza: había sido un sordomudo, un piojo y un mujeriego.

“¡Su Majestad! ¡A todas las mujeres les encanta una buena sorpresa!”

Me había acercado a mi subordinado ya que necesitaba atraer mujeres por… ciertas razones… en ese momento.

“Una sorpresa, eh. Ya le di un regalo ‘solo porque sí’ y nada cambió. Quiero decir, salí de mi camino para traerle el alma de un Dios Maligno. Imagínense mi sorpresa cuando dijo que no estaba interesada en lo más mínimo”.

Él había sonreído, haciéndome preguntas. “No tienes ni idea. A las chicas les encantan las situaciones románticas más que las cosas. Has peleado una buena cantidad de batallas, así que imagino que conoces algunos lugares a los que ir con vistas enfermizas. Si la llevas allí como una sorpresa y susurras algunas cosas dulces, ¡será totalmente tuya, amigo!”

… Hmph. Esta situación fue similar a la instancia anterior.

Tal vez necesitaba cambiar de dirección y encontrar un lugar pintoresco para sorprenderla.

Todos necesitaban un buen subordinado en su vida.

… Oh, sí, había olvidado que Alba había sido virgen hasta el día de su muerte, a pesar de que hablaba mucho de conocer a las mujeres por dentro y por fuera.

Recuerdo que nuestros compañeros solían reírse de él a sus espaldas. Incluso después de su muerte, había sido el blanco de sus bromas. Ha-ha, se reirían entre dientes. No puedo creer que muriera virgen.

… ¿Era seguro seguir sus consejos?

Mis recuerdos eran confusos. Otra razón más por la que esto me hizo pensar. ¿Había conseguido a la chica después de seguir su consejo? Existía la posibilidad de que hubiera sido tan traumático, mi mente había borrado todo rastro de eso…

Pero la verdad es que no tenía más ideas. Seguí diciéndome a mí mismo que esto funcionaría bien y que no estaría de más intentarlo.

“Por ahora, debería comenzar eligiendo un buen lugar para mostrárselo.

¿Quizás una escena del viejo mundo…? Mmm. Pero tendré que prepararme para todos los monstruos para eso. Pero los bosques y las montañas alrededor del pueblo no tienen tantas bestias…”

Estaba empezando a pensar que debería comprometerme y elegir otro lugar.

“¡AAAAAAAAAGH!”

Alguien estaba gritando.

Bajo el cielo anaranjado de la tarde, los espíritus malignos arrasaban la aldea.

“¡¿E-eeeek?!” “¡Ayúdame!”

Gritos espeluznantes y gritos enojados comenzaron a surgir, fusionándose con monstruosos gritos de guerra.

“¡¿Qué demonios…?!”

¿Qué era esto? Mientras inclinaba la cabeza, vi a una chica de mi edad luchando por escapar en mi periferia.

Un monstruo lobo estaba a punto de abalanzarse sobre ella por detrás, listo para atravesarla con sus garras.

Por supuesto, no podía permitir que eso sucediera. Justo cuando estaba a punto de lanzar magia sobre la bestia…

“¡RAAAH!” alguien rugió, partiendo al monstruo en dos. Fue mi padre, Jack.

Agarrando su espada de doble filo, salvó a la niña, dejando escapar un grito feroz. Después de decirle algunas palabras, se volvió hacia mí.

“¡Ard! ¡Permanece en el interior! ¡Sé un buen chico y llévate a esta chica contigo!”

Su expresión era tensa, cubierta por el sudor que le corría por la frente y las mejillas.

Por lo que pude ver, esto no era nada por lo que preocuparse, pero sí, el aldeano promedio podría considerarlo una situación de emergencia.

“Por cierto, padre. ¿Por qué está pasando esto?”

“¡¿Ard…?! ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! Escúchame. Date prisa y…”

“Antes de eso, le agradecería que respondiera a mi pregunta”. Lo miré hacia abajo.

Debió haber pensado que no me echaría atrás, o se había asustado por mi intensidad. De cualquier manera, rápidamente explicó la situación.

“Sabes acerca de las mazmorras en las montañas, ¿verdad? Bueno, aparentemente, el núcleo se volvió loco”.

¿Mmm? ¿Un núcleo de mazmorra salvaje?

Sabía todo sobre ellos. Se volvieron locos por cualquier motivo, lo que provocó que la población de monstruos en la mazmorra explotara. Como resultado, el desbordamiento de criaturas sería expulsado de la mazmorra, devastando el área circundante. Se conocía como un “peligro de mazmorra”, pero… era extraño. Si esa fuera la situación, debería haber habido diez veces más monstruos.

“¡Los aldeanos predijeron que no se volvería loco hasta dentro de un año…!

¡¿Por qué ahora…?!” se lamentó mi padre.

Sentí un poco de culpa al ver su rostro angustiado.

Ireena y yo… habíamos sido responsables de este desastre.

El núcleo de la mazmorra no se habría activado si solo hubiera sido yo, pero los dos habíamos estado cazando monstruos como una forma de desahogarnos. Le había advertido que no se pasara por la borda, pero estaba claro que no había escuchado.

…Lo que sea. Este tipo de cosas estaba en mi camino.

“¡H-Hey! ¡¿A dónde crees que vas?!” Mi padre me tiró hacia atrás por los hombros mientras trataba de pasar.

“Ver a Ireena, por supuesto—”

En ese momento, vimos una figura corriendo hacia nosotros desde la carretera y me detuve a mitad de la frase.

Mi padre gritó. “¡Weiss! ¡¿A dónde vas?! ¡Se supone que debes interceptar a los monstruos con nosotros!”

Nosotros. Excluyendo Ard Meteor.

Se refería a él y a su esposa. Weiss también era parte de este equipo, pero… claramente se dirigía fuera de la aldea.

No imaginé que estuviera tan asustado como para intentar escapar. Por el miedo en su rostro, existía la posibilidad de que tuviera que ver con—

“¡Ireena! ¡Mi hija está en las montañas!” Eso me convirtió en piedra.

… Esto fue malo.

La cantidad de monstruos en el pueblo no se puede comparar con los que corren salvajes en las montañas. Aceptarlos sería una carga pesada para alguien del nivel de Ireena. Estábamos viendo el peor de los casos… pero podría declarar con seguridad que no llegaría a eso.

Después de todo, me tenían de su lado.

“¡Déjame ir, Jack! ¡Voy a salvar a Ireena!” Weiss gritó. “¡Cálmate! ¡Ella estará bien! ¡Ella puede escapar por su cuenta!”

Los vi empujar y empujar por el rabillo del ojo antes de lanzar un hechizo para llevarme a Ireena. Un hechizo de vuelo. Sky Walker.

Mi cuerpo comenzó a flotar en el aire.

“Por favor dejen de pelear. Llevaré a Ireena a casa”, declaré. “¡¿Qué?! Qué estás sa… “

“… ¿Eh?”

Toda la energía que habían tenido hace un momento pareció salir de ellos. Me miraron boquiabiertos.

Sin embargo, no tuve tiempo para entretenerlos más. “Bueno, entonces tengo que irme”.

Salté hacia el cielo anaranjado, dirigiéndome hacia las montañas cercanas. “… Oye, Weiss. Eso fue un hechizo de vuelo, ¿verdad?

“Uh-huh. Sky Walker, una Habilidad Perdida”.

Solo pude recoger fragmentos de esta conversación. Tenía que estar equivocado.

No había forma de que un hechizo de vuelo aleatorio fuera una Habilidad Perdida.

“Espera, Ireena. Cuando finalmente te salvare… “

… Tendré una sorpresa divertida esperando, pensé para mí mismo, apuntando a las montañas y cortando una línea recta a través del cielo.

***

Tenía que ser maldecida.

Ireena maldijo a la escena frente a ella, rechinando los dientes. En lo profundo de la montaña, podría haber sido en cualquier momento del día.

Los monstruos estaban entrelazados entre los árboles y las malas hierbas, acampando a su alrededor. Sus números tenían que sumar una suma ridícula…

Su situación fue más que suficiente para que la niña aceptara su muerte inminente.

“Heh-heh. Mira lo que tenemos aquí. Una linda dama…”, arrulló un goblin, dando un paso hacia ella.

Ireena se sorprendió. Era raro que los monstruos nacieran con un mínimo de inteligencia… excepto los superpoderosos. Eso significaba que este goblin podría destruir fácilmente una aldea o dos, a pesar de que los goblins eran los que se alimentaban en la parte inferior de la cadena alimenticia de los monstruos.

¡Si esta rara raza tuviera alguna forma de compasión, se salvaría…!

“¡Ah! Tengo tanta suerte… No pensé que encontraría carne fresca tan pronto después de nacer…” Su rostro verde se contrajo con sadismo y éxtasis.

…Esto es para mí.

Quizás este era su castigo. Ella venía a las montañas todos los días, sacrificando para aliviar su estrés. Ella debe haber enojado a los dioses aquí.

Si ese era el caso… hacía que los despreciara aún más.

No era como si alguien tuviera el hábito de matar solo por diversión. Ireena estaba segura de que otros se encontrarían en su posición si hubieran sido maldecidos desde su nacimiento como ella.

Había sufrido por la mano que los dioses le repartieron, que imaginaba seguiría dándole dolor hasta el día de su muerte.

Comparado con eso, ser devorado vivo no parecía tan malo.

“Está bien… ¿Hm? ¿Qué? ¿Ustedes también quieren un trozo de esta carne? Lo suficientemente justo. Pero déjame un poco”.

El ejército de monstruos ululó, haciendo que la tierra retumbara. Ireena aceptó su muerte.

“Está bien, niña. Resiste y déjame divertirme”.

Una sonrisa vulgar se extendió por el rostro verde del goblin, pero ella no iba a complacer. Ella ya había aceptado que iba a morir.

Se preparó para el dolor, sabiendo que solo serían unos minutos como máximo.

Fue un final mejor que pasar décadas en el infierno en la tierra.

El goblin la miró con decepción. “Esperaba que gritaras pidiendo ayuda a tus amigos y familiares”.

Amigos, eh. A Ireena le dolía el corazón. “No tengo a nadie. Todos… me dejaron”.

No siempre había estado sola. Cuando era más joven, había tenido sus propios amigos durante una época de su vida en la que podía ser despreocupada.

Sin embargo, las cosas cambiaron en el momento en que sus secretos salieron a la luz…

“¿Qué…? De ninguna manera…” “Ireena…”

Ella les había confiado su secreto a sus amigos, pero el disgusto estaba escrito en sus rostros… lo cual se sentía como la máxima traición.

“¡¿No dijiste que siempre seríamos amigos?!” ella había preguntado. “… ¿Estás bromeando? ¿Por qué seríamos amigos de un monstruo?”

Desde ese momento en adelante, Ireena supo que nunca volvería a ser amiga de nadie.

“… Aburridoooooo. Hagan lo peor que puedan, muchachos”, dijo el goblin. Los monstruos gritaron antes de atacar.

Mirando a la horda de la muerte, Ireena frunció los labios.

Ella estaba mejor de esta manera. Ella sería liberada de su maldito destino. Pero… ella no estaba feliz. Al contrario, estaba triste… y asustada.

Puedo acabar con todo, pero…

… Pero la perspectiva de la muerte era demasiado aterradora. Por eso tuvo que dejar que sus labios pronunciaran la frase que había estado susurrando toda su vida.

“¡Alguien ayúdeme…!”

En ese instante… una pared dorada translúcida apareció ante la manada de monstruos que se lanzaban hacia ella. El loco diluvio se estrelló contra él, chillando como cerdos aplastados cuando se detuvieron repentinamente.

“Eh. No hay tantos como esperaba”, comentó una voz familiar, sin ningún miedo.

Cuando ella conjuró su rostro en su mente, se posó frente a ella. “¿A-Ard…?”

“Es la primera vez que me llamas por mi nombre”. Él le dedicó una sonrisa. “¡¿P-Por qué estás…?!” Ireena murmuró beligerantemente.

El giro de los acontecimientos fue tan increíble que no pudo ordenar sus pensamientos. Sus frases estaban fragmentadas. Incluso Ireena no sabía lo que quería decir.

Fue entonces cuando el goblin inteligente se frotó la barbilla con interés.

“Los humanos son como polillas a una llama. Nunca pensé que vendrían voluntariamente a ser comidos—”

Cierto. Todavía estaban en una situación desesperada. A este ritmo, morirían.

Ella no podía permitir eso.

Aunque Ard estaba loco, ella no lo odiaba. De hecho… a ella le gustaba que él se quedara, incluso cuando ella era mala con él. Ireena no quería que muriera.

Estaba a punto de gritarle a Ard que corriera… pero antes de que pudiera… algo se sintió mal.

El goblin había estado parado allí, recto como una vara, sin hacer nada durante algún tiempo. Sus palabras fueron cortadas a mitad de frase y ni siquiera intentó hacer el menor movimiento.

¿Qué sucedió? Ella se preguntó.

“Eh. Espécimen inteligente o no, un goblin sigue siendo un goblin. Ni siquiera puede defenderse de este nivel de magia”.

¿Magia? ¿De qué estaba hablando?

Un momento después, rayos de luz atravesaron el cuerpo del goblin… convirtiéndolo en sangre y tendones, que cayeron al suelo.

No tenía idea de lo que estaba pasando. Su mente estaba llena de preguntas, pero nadie podría haber comprendido estos eventos.

Ard acababa de desatar un juego de manos que era imposible en esta era.

Mediante el uso del procesamiento de magia instantánea, se había formado un círculo a velocidad supersónica sin un cántico. Fue una maniobra que fue ultrarrápida… y mucho más allá del reino de lo normal.

Y Ard Meteor lo había logrado como si fuera un juego de niños.

Le ofreció una sonrisa fácil. “Hay algo especial que me gustaría mostrarte”.

No tenía idea de qué estaba hablando. De hecho, no sabía nada de nada, como si hubiera estado atrapada en un trance.

Ard la miró antes de volverse hacia los monstruos.

En ese instante, sus instintos de supervivencia entraron en acción. Todo el grupo se escapó, girando para ser el primero en escapar, pero…

“El Señor Demonio sabe que nunca podrás escapar de mí”.

Los monstruos no parecían ser capaces de moverse ni una pulgada más. No estaba claro qué había hecho.

Mientras huían para salvar sus vidas, habían sido congelados por algún truco cruel, como el duende… Era demasiado difícil de entender, así que Ireena dejó de intentarlo.

Ard le dio otra mirada de reojo. “Hmm, los árboles parecen estar estorbando. Esta no es una muy buena vista”, murmuró para sí mismo.

Con esas palabras, la densa vegetación desapareció en un instante. Desde este espacio abierto, podrían inspeccionar el área a su alrededor. La extensión del cielo estaba despejada.

Por supuesto, Ireena tampoco intentó procesar esto. Fue inútil intentarlo.

“Bueno, entonces, Ireena.”

Ireena saltó cuando él la devolvió a sus sentidos.

Ard extendió su palma derecha hacia el ejército de monstruos, luego la levantó hacia arriba. Las bestias se sincronizaron con su movimiento, zumbando alto en el cielo.

“Pensé que esto podría hacer sonreír”, murmuró Ard, sonriendo. Apretó la palma de la mano abierta.

En ese momento siguiente, un destello brillante atravesó los cielos oscuros.

Los monstruos explotaron al mismo tiempo que el gesto de Ard. Fue espectacular. El mundo se había ido anocheciendo, pero ahora brillaba como el día.

Fue de otro mundo.

“¡¿Qué piensas, Ireena?! ¡Mira! ¡Fuegos artificiales! ¡Ha-ha-ha! ¡Nunca envejecen!”

Ard Meteor tenía una sonrisa que podría haber hecho florecer las flores. Era como… un gran héroe del mito. Un monstruo en un cuento de hadas. Él era como… el Señor Demonio Varvatos.

***

Logré salvar y sorprender a Ireena.

Sin embargo, lejos de estar encantada, parecía haber sido empujada más lejos.

¿Qué hice mal? Me preguntaba.

Ireena apretó la mano en un puño y me miró. “¡¿Por qué… por qué me salvaste…?! ¡Quería morir…!” Ella chasqueó.

Me quedé mirando sus ojos llorosos.

“… Por favor, no digas eso. ¿Por qué querrías morir? Si lo  deseas, podemos hablarlo juntos…”

“¡No, gracias! ¡Nunca entenderás! ¡Apuesto a que ni siquiera sabes lo que se siente estar solo!”

Las lágrimas rodaron por sus mejillas.

Respondí con toda seriedad. “… No conozco tus circunstancias. Sin embargo, cuando se trata de soledad, la entiendo mejor que nadie. Es por eso…”

“… Quiero ser amigo contigo”.

Llegaremos a comprendernos unos a otros, pensé. No estaba seguro de si eso se cumplió.

Porque Ireena… rechazó mi solicitud.

“¡No…! ¡Apuesto a que algún día me traicionarás también…! ¡Cómo todo el mundo! Por eso yo—”

“Nunca me rendiré contigo. Nunca volveré a traicionar a un querido amigo”, declaré, lanzando un cierto hechizo.

Un círculo mágico apareció ante nosotros, transformándose en una lanza.

“Yo, Ard Meteor, juro que nunca haré llorar a Ireena Litz de Olhyde. Si rompo esta promesa, la pagaré con mi vida”.

Tras este voto, atravesé mi pecho con la lanza mágica, haciendo que se desvaneciera dentro de mí.

“¿Eso era…?”

“¿Un hechizo de contrato? Si. Originalmente estaba destinado a esclavos y prisioneros de guerra. Sufriré si vuelvo a cumplir mi promesa. Si te traiciono, moriré. Eso es todo.”

Ireena se puso nerviosa. “¡¿E-Eres estúpido?! ¡¿P-Por qué irías tan lejos… por mí…?!”

Podía sentir mi pecho apretarse…

Bajé la cabeza. “No puedo entrar en detalles, pero una vez traicioné a una amiga. Por eso, ella…”

No quería ir más lejos. Negué con la cabeza, mirando directamente a los grandes ojos de Ireena.

“Me recuerdas a ella. Ella fue la única persona que me entendió. Eres prácticamente idéntica en apariencia y personalidad. Es por eso que quiero ser amigo tuyo… Sé que puede que me encuentres molesto, pero creo que podemos relacionarnos el uno con el otro a nivel personal. Nunca te traicionaré. Y no creo que me vuelvas a hacer eso. ¿Quieres ser mi amigo, por favor?” Imploré.

Tenía las mejillas empapadas de lágrimas. “Pero yo tengo una personalidad podrida”. “No me importa”.

“Soy egoísta… y estúpida… y aburrida”. “Mentiras. Eres maravillosa, Ireena”.

“D-Definitivamente… terminarás odiándome algún día…”

“Imposible. Nunca te odiaré, ni siquiera por un instante. Puedo hacer un voto si quieres”.

“¡P-Pero yo-yo…!”

Ella debe haber estado lidiando con su propio conjunto de circunstancias, pero elegí no investigarlas. Todo lo que me importaba era su respuesta.

Después de un tiempo, Ireena pareció resolver la discordia en su corazón.

“¿E-Estás seguro de que quieres ser… mi amigo?” Ella le tendió la mano nerviosamente.

Nunca soñé que vería este día. Mis ojos se abrieron de golpe y esbocé una sonrisa tonta. Abrumado por mis emociones, tomé la mano de Ireena y asentí con entusiasmo.

“Por supuesto. No puedo esperar a lo que nos depara el futuro, Ireena”. “S-Sí… ¡Y-Yo también, Ard!” Ella me ofreció una sonrisa incómoda.

Pensé que era adorable.

Y supe que recién estaba comenzando la vida en este mundo.

Habían pasado años desde que hice mi primer amigo. Tenía quince años.

Ireena seguía siendo mi única amiga, pero no sentía que me estuviera perdiendo nada. De hecho, ella era tan linda, era todo lo que realmente necesitaba.

No podía permitirme el lujo de escribir mis buenos recuerdos de ella. Necesitaría millones de palabras para hacerle justicia, y nuestras familias se estaban reuniendo esa noche.

A los quince, todos los ciudadanos se convirtieron en miembros productivos de la sociedad y comenzaron a planificar sus metas de vida. Por eso Ireena y Weiss se unían a nosotros para una reunión familiar.

Eran las siete de la tarde. Llamaron a la puerta. Respondí por mi madre, saludando a nuestros dos invitados.

“Hola, Ard. Espero con ansias nuestra charla de hoy”. Weiss me dedicó una sonrisa radiante.

“¡Buenas noches, Ard!” chilló Ireena a su lado, sonriéndome.

Había sido una rareza cuando nos hicimos amigos por primera vez, pero ahora, ella sonrió libremente.

Ireena era tan adorable… más que nadie en todo el mundo. Buena suerte para convencerme de lo contrario.

Los acompañé al interior para que todos se sentaran a la mesa del comedor.

“Hice tu favorito hoy, Ireena. Curry.” “¡Hurra! ¡Te amo, Ard!”

“Eso me hace muy feliz.”

Investigando mi curry, Ireena era básicamente un ángel en la tierra. Después de que todos terminamos de disfrutar de nuestra comida juntos… “¿Por qué no empezamos?” sugirió mi padre.

“Así que sobre su futuro…”, comenzó mi madre.

Los dos miraron a Weiss. Él se encogió de hombros. Santo cielo, imaginé que estaba pensando.

“Odiaría obligarte a tomar un camino en contra de tu voluntad. Piense en esto como mi sugerencia personal”, adelantó Weiss.

El me miró.

“Ard… ¿Cómo te sientes acerca de asistir a la Academia de Magia?”

A lo que respondí…

-FIN DEL VOLUMEN 4-