Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: La Estúpida Marcha De Sylphy

Parte 2

Después de que Sylphy se fue, devolví el restaurante a su estado anterior. El gerente lloró lágrimas de alegría… lo que me molestó aún más.

Sylphy seguía causando problemas dondequiera que fuera, y yo tenía que correr limpiando detrás de ella cada vez.

“Cielos… ¿Cuál es el punto de vivir…?”

“B-Buen trabajo, Ard.” Ginny trató de animarme.

“¡H-Hey! ¡Ánimo! Descubrimos algo siguiéndola. Y ahora sabemos lo que busca”.

Ireena tenía razón.

Sylphy estaba llegando a lugares que habían estado en el área durante generaciones. En otras palabras, quería apoyar a la comunidad.

… No hay nada extraño en eso. Kingsglaive fue su segundo hogar. No podía culparla por intentar ser voluntaria.

… Pero eso no explica los incidentes en la catedral o el Coliseo.

¿Estaba actuando por capricho?

Incluso mientras trataba de ordenar mis pensamientos, Sylphy cruzaba la ciudad pisando fuerte.

Debe haber tenido hambre, porque pasó por un vendedor y compró un montón de pan de miel antes de continuar su camino.

Cuando llegó a su próximo destino, todas nuestras teorías anteriores se volvieron al revés.

Sylphy no estaba tratando de contribuir al vecindario. Después de todo, ella acababa de entrar…

… la prisión más grande de Kingsglaive.

Su extraño exterior se cernía sobre ella. “Om-nom… ¡Dis hunny bwead es delicioso!”

Sylphy estaba paseando por los jardines como si fuera su propio jardín personal.

Después de verla entrar, lancé el espejo mágico por tercera vez para observarla.

Se dirigió a cierta habitación con un solo mostrador de recepción. Estaba abarrotado de mesas y sillas, donde la gente estaba sentada y charlando entre ellos.

Sin embargo, estos no eran ciudadanos promedio. Entre ellos había prisioneros.

Parecía ser una especie de sala de visitas. Sylphy se acercó al mostrador mientras continuaba masticando su pan.

“Om-nom. ¿Tengo permiso para ver a Daniel?”

El hombre del escritorio parecía estresado. “Me temo que eso no será posible”.

Sylphy frunció el ceño. “… ¿Por qué no?”

“Como les informé el otro día, es un peligro para la sociedad… esperando su ejecución, que es en unos días. No hay forma de decir lo que hará”.

“No hay problema. Asumiré toda la responsabilidad por sus acciones. Déjame verlo”.

“… A menos que tenga un permiso explícito, me temo que no puedo permitirlo”.

“Por favor”, suplicó.

Sacudió suavemente la cabeza.

Su rostro joven se agrió cuando golpeó los barrotes de la ventana. “¡Tengo todo el derecho a verlo!”

“¿Cómo?”

“¡Soy la Campeón Furiosa! Sylphy Marheaven! ¡Vine a redimirlo! ¡Déjame verlo!” Continuó golpeando los barrotes que los separaban.

El hombre chasqueó la lengua silenciosamente ante el niño con problemas.

“…Escucha. Incluso si fueras Lady Sylphy, por algún milagro, no podrías redimirlo”.

“¡No lo sabes! ¡Tiene buen corazón!”

“Las personas con ‘buen corazón’ no se convierten en violadores ni asesinos en serie. Su corazón está podrido, por eso lo van a ejecutar”.

“¡Eso no es cierto! Yo—”

“Suficiente. Su solicitud es rechazada. Para siempre. ¿Podrías dejar que los adultos se ocupen de los asuntos de adultos?”

Trató de cortar la conversación, pero Sylphy no lo hizo.

En cierto momento, debió haberse dado cuenta de que no lograría comunicarse con él.

“… Nunca me rendiré”, declaró Sylphy, y con los hombros caídos, salió de la prisión.

***

Sylphy comenzó a caminar hacia atrás abatida.

Debió haberse dado cuenta de que esto estaba fuera de lugar, porque se detuvo en seco y respiró hondo.

“¡¡AAAAAAAAAH!!” chilló desde el fondo de su pecho.

Esto pareció ayudarla a sentirse mejor con la situación. Un poco de ánimo volvió a su paso.

Mientras agarraba su bolsa llena de pan de miel, Sylphy se dirigió a su siguiente parada.

Era un rincón de los suburbios. El aire estancado cubría este centro para los vagabundos.

Había una razón por la que Sylphy había venido aquí. “¡He vuelto, viejo!”

“… Hmph. Eres la rara”.

Era un anciano de cabello blanco, barba blanca y cejas blancas. Sylphy se unió a él, sentada en el suelo desnudo.

“Aquí tienes, viejo. Te traje algo de comida”. “¿Pan de miel? Gracias.”

Lo aceptó de su mano extendida y hundió los dientes en un trozo. “… Sabes, deberías dejar de venir por estas partes”.

“¿Porque es peligroso?” “Uh-huh.”

“Hee-hee. ¡No me conoces! ¡Soy súper fuerte!”

“No lo parece. Me pareces una niña débil… Algo en ti me recuerda a mi esposa. Ella—”

“¿No vas a comer tu pan?”

“Sí. Gracias. Ya sabes, mi esposa—” “¿No vas a comer tu pan?”

“Uh-huh. Un segundo. ¿Dónde estaba? Ah, sí. Mi—” “¿No vas a comer tu pan?”

“… Oye, no me vas a dejar hablar, ¿eh?”

“Culpable de los cargos”. Sylphy le sacó la lengua juguetonamente. El anciano se encogió de hombros y dio otro mordisco.

“Hff… no me quedan muchos años. Déjame contarte uno o dos viejos cuentos”.

“Lo siento. No se puede hacer. No tengo ganas de escuchar historias tristes… Pero si quieres contarme tus sueños para el futuro, estaré feliz de prestarte un oído”.

“Heh. ¿Mis sueños para el futuro?” El anciano se aclaró la garganta, ahogando su risa. Fue autocrítico. “No puedo decir que nuestras conversaciones sean aburridas. Nunca me sentí de esta manera antes.”

“… ¿Eres una especie de pedófilo?”

“Diablos no. Me pongo nostálgico cuando te hablo”. “Eh.”

“Bueno, supongo que es extraño que algún mocoso me recuerde los buenos tiempos”. Se rio entre dientes, abriendo los ojos para ver bien a Sylphy. “¿Alguna vez te dije que solía ser un caballero?”

“Si.”

“Ya veo. Heh. No quiero envejecer. Dejas de recordar las cosas que dijiste ayer… Pero hay algunas cosas que nunca olvidarás incluso cuando mueras: tus sentimientos de orgullo y nostalgia”.

“……”

“Oye. Dijiste que eres Sylphy Marheaven, ¿verdad?” “Sí.”

“¿La verdadera Sylphy Marheaven?” “Sí.”

“En ese caso… Por favor, concédeme un deseo. ¿No me matarás aquí mismo?”

Sylphy no respondió.

El anciano se rio entre dientes. “Me convertí en caballero porque admiraba a Sylphy de los textos sagrados. Pero mírame ahora. Un gran caballero se ha convertido en un mendigo en las calles”.

“……”

“Oye. Si eres la verdadera, quiero que te pongas en mi lugar. Mi ego no me dejará consumirme y morir fracasado… Prefiero ser asesinado por alguien a quien admiro”, explicó.

“¿Eres estúpido?”

Sylphy se puso de pie de un salto y lo miró.

“Un ego que te devora por dentro no vale una mierda. Escucha. Se enorgullece de vivir. No necesitas el orgullo para morir… Lydie también está de acuerdo conmigo”. Sylphy miró a los ojos del anciano. “Jugar sucio. Sea feo. Lucha hasta el final. Sigue luchando… y luego puedes morir”.

Una sonrisa apareció en los labios de Sylphy. Y cuando llegue ese momento, me reiré de tu muerte. Así es. La Campeona Furiosa te despedirá con una sonrisa”.

La luz del sol brillaba sobre los barrios bajos, iluminando a Sylphy… que parecía la imagen de un caballero digno de su título.

“… Heh. Ya veo. Me despedirás, ¿eh? No podría pedir un final mejor”.

“¡Hee-hee! ¡Deja de hablar de mierda y vive! ¡Aférrate por tu vida! ¡Prometo visitarte de vez en cuando!”

Con esto, Sylphy comenzó a alejarse, alejándose de él.

Su rostro de querubín instantáneamente se puso cabizbajo. Sin mirar atrás, le habló al anciano, ofreciéndole la súplica de un niño pequeño.

“… Espero que estés maldito con una vida muy larga, viejo”.

***

Sylphy continuó su caminata hasta que anocheció.

Parecía no haber conexión entre las paradas. Inicialmente sospechábamos que ella estaba revitalizando la comunidad local, pero habíamos abandonado por completo esta teoría… sin otras pistas.

Nuestro tiempo libre estaba terminando. Imaginé que esta tendría que ser su última parada.

Cuando se acercó al edificio… de repente me di cuenta de sus intenciones. Había llegado a un mausoleo de piedra rodeado de tumbas.

Yo fui quien mandó construir este lugar. Fue el lugar de descanso final de nuestras fuerzas… incluida Lydia.

“… Seguí diciéndome a mí misma que pasara por aquí, pero no podía animarme a venir”, admitió Sylphy en voz baja, acercándose al monumento de piedra con un ramo de flores en la mano.

Ella colocó suavemente el paquete frente a él.

“Ha pasado un tiempo, muchachos. No siento que haya pasado tanto tiempo para mí, pero… supongo que han pasado miles de años, ¿eh?”

Sylphy logró sonreír, pero… fue trágico.

“Todavía se siente como un sueño. Y cómo desearía que fuera… todavía no puedo creer que hayan pasado miles de años cuando regresé. Entrené muy duro para ustedes. Daría cualquier cosa por despertar de esta pesadilla”.

…Oh. Había pasado por alto su terrible carga porque parecía muy alegre todo el tiempo.

Sylphy se había ido en su propio viaje para entrenar… justo antes de que nuestras fuerzas fueran aniquiladas en la batalla.

Casi no había sobrevivientes. Pero… hubo algunas personas que se salvaron. Ésos habían sido los que Sylphy daría todo por proteger.

Pero ya no estaban aquí.

Habían pasado miles de años. Habían pasado a la siguiente vida, incluida Lydia, que era como una hermana mayor para ella…

Sylphy fue la única superviviente. Ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse. Ella fue la última en pie.

“… Este lugar fue nuestro segundo hogar. Pensé que habrías dejado una parte de ti atrás. Te busqué por todas partes”.

Esto explicó su comportamiento errático.

“Salí y conocí a sus descendientes. No se parecen en nada a ustedes… Bueno, algunos de ellos lo son”.

Quería ver a sus viejos amigos de alguna manera, sentir su presencia. Esa era la verdad detrás de su locura.

“Bueno, no es ninguna sorpresa… No están aquí. Después de todo, son solo sus descendientes”.

Los labios de Sylphy temblaron y extendió la mano para tocar el monumento.

“Oye. ¿Cómo fue su vida después de que me fui? ¿Cómo murieron? A veces, me pregunto… si pensaron en mí”.

Nadie dijo nada.

Esta ciudad no tenía más que débiles rastros de sus amigos. Haría cualquier cosa por verlos, pero ya no existían en ningún lado.

“… Lydie, siempre nos dijiste que sonriéramos a pesar de todo. Ese era nuestro lema. Nos enseñaste a darle una palmada en la espalda a cualquiera que estuviera ansioso. Nos aseguramos de hacer eso. Pero… no hay nadie aquí para darme una palmada en la espalda. Y honestamente…”

Sus puños estaban apretados. Las lágrimas se acumularon en sus grandes ojos.

“¡No estoy triste en absoluto! ¡Ni un poco!”

Sylphy no lloró. En cambio, puso una sonrisa gigante.

“¡Todavía tengo a mis viejos amigos! ¡Como Olivia! Y Verda… algo así. ¿Y Alvarto y Lizer…? Si pudiera encontrarlos. ¡Lo que sea! Tengo a mis viejos amigos… y nuevos de esta generación”.

Sylphy se frotó los ojos y sonrió.

“¡Y es por eso que no estoy nada triste! Sé que deben extrañarme, ¡pero no estoy lista para unirme a ustedes! ¡Mis nuevos amigos son todos tontos!

¡Estarían totalmente perdidos sin mí!” Ella miró al cielo.

“¡Mírame triunfar! ¡Estoy desesperada por vivir! ¡Quiero aferrarme a la vida tanto como pueda! Y cuando haya tenido suficiente, patearé el cubo con una sonrisa… “

Su sonrisa estaba dirigida a sus amigos.

“Entonces… ¡quiero que todos me saluden y se rían de mi muerte!” Sylphy cerró los ojos y comenzó a rezar.

… Sabía que no podíamos dejarla así.

“¡Sylphy…!” Ireena gritó y todos corrimos hacia ella.

Queríamos consolar a nuestra amiga, que se había convertido en una hermana pequeña para nosotros.

Beep.

Justo cuando dimos un paso hacia el mausoleo, un extraño sonido resonó bajo nuestros pies.

¡BOOOOOOOOOOOM!

… Fuimos atacados por una explosión descomunal.

Sylphy se giró hacia nosotros. “¡Bien, bien, bien! ¡Les tengo ahora, demonios! ¿Protegeré… este… lugar…?”

¿Proteger qué? ¡Había volado las tumbas del suelo…! Tuve que contenerme para no gritarle.

Sylphy nos miró sin comprender. “¿Qué están haciendo aquí? ¡Miren su ropa! ¡Están prácticamente hecho jirones! ¿Es esto lo que llevan los niños estos días? No les está haciendo ningún favor, si te soy sincera. Creo que deberías—”

“”¡CÁLLATE!””

“¡¿Qué?!”

Ireena y Ginny se abalanzaron sobre Sylphy. La explosión les había chamuscado el pelo. La empujaron al suelo.

“¡Manera de arruinar el estado de ánimo!”

“¡No puedo creer que me emocioné! ¿Para qué? ¡Exijo un reembolso!”

“¡¿De qué estás hablando?!”

Mientras luchaban, las tres levantaron una violenta nube de polvo. El mausoleo se acercaba cada vez más a la completa aniquilación, pero… imaginé que sus residentes probablemente se estaban riendo de nosotros.

Suspiré y miré hacia el cielo, enviando un sentido mensaje a mis compañeros juramentados.

Nos ocuparemos de esta tonta. Solo… cuídenos y ríanse.

… Dentro de mí, el espíritu de Lydia comenzó a latir.

“Ella nunca cambiará”, pareció reír Lydia. “…Dime sobre eso.”

Le devolví la sonrisa.