Last Round Arthurs (NL)

Volumen 3

Capítulo 7: Un Nuevo Comienzo

—

“… ¡¿Gah?!”

Cuando Sir Mordred abrió los ojos, estaba en un callejón entre algunos rascacielos. Su espalda estaba presionada contra una pared. Apoyó su cuerpo golpeado contra él mientras se desplomaba en el suelo.

“… ¿Estás despierta?”

A su lado, Sir Dinadan estaba apoyado contra la pared, fumando un cigarrillo.

“¿Cómo se siente, Sir Mordred? … Oh, deberías quedarte quieto un rato. Te unté con un bálsamo de recuperación, pero no hizo nada por tus heridas más grandes…”

Sir Mordred echó un buen vistazo a su cuerpo… Estaba cubierta de vendas descuidadas.

“… ¿Me salvaste, Sir Dinadan?”

“Más o menos. Soy tu Sirviente… y siempre he estado orgulloso de mis rápidos escapes”.

Sir Mordred lo miró con incredulidad. Él sonrió.

“Rompí nuestros lazos con la facción de Hitoshi Kataoka. Imagino que está fuera de la batalla de todos modos. Y de ahora en adelante, nosotros… ”

Sir Dinadan comenzó a exponer sus planes…

“… ¿Por qué?”

Sir Mordred siguió agachando la cabeza.

“Por qué… ¿Sir Dinadan…? Por qué te… ¿preocupas por mi…? ¿En el pasado… y ahora?

Entrecerró los ojos, en silencio.

“¡Te mate! ¡Y también por motivos egoístas! Te maté, ¡aunque me cuidaste desde que era una niña! ¡¿Por qué?! ¿Por qué…?” Preguntó Sir Mordred.

“… Parece que no puedo dejarte sola”.

Mientras la miraba, Sir Dinadan dejó que su mente se deslizara hacia el pasado.

“… Es hora de separarnos, Sir Dinadan… Adiós…” Habías escupido esa línea, mirándome…

“¿Cómo esperas que te deje… después de que sollozaras cuando me apuñalaste? De hecho, te fallé por no reconocer tus sentimientos cuando estaba contigo. No sabía que te habían arrinconado… soy yo quien lo lamenta… Tristie siempre me decía que soy malo con las mujeres”.

Sonrió amargamente, dejando que el humo saliera de sus labios.

“Dina… dan…”

Su cabeza se hundió. Ella comenzó a sollozar y llorar.

“Ugh… lo siento… lo siento mucho… Dinadan… yo… yo… Hic…”

Enterró su rostro en sus rodillas. Ella parecía de su edad.

Sir Dinadan colocó una mano sobre su cabeza.

“… Rehagamos esto. Desde el principio. La pelea acababa de comenzar”.

“… Rehacer… ¿qué…?”

“No creo que estés completamente equivocada. No creo que estuvieras mintiendo cuando dijiste que querías salvar el mundo. Creo que descubrirás tu propio camino como rey. Algo que sea cierto para ti. Vamos a encontrarlo juntos en los tiempos modernos… Nunca es demasiado tarde”.

“Sniff… Dinadan… Okay… Gracias… a ti… Hic…”

El tiempo empezó a pasar para la pareja que sufrió una gran pérdida al inicio de la batalla de sucesión.

Sus momentos juntos no fueron melancólicos. Había algo de luz y aire en ellos.

Abrió los ojos.

“… Hmm…”

Su conciencia resurgió después de vagar por la oscuridad. Luna estaba despierta.

Se encontró en una cama en la enfermería de la escuela.

Un grupo de siluetas se reunieron a su alrededor, asomándose a su rostro.

“¡Luna…! ¡Qué alivio…!”

“Nos tenías preocupados allí”.

Felicia y Sir Gawain dejaron escapar un suspiro, finalmente consolados…

“Ha-ha-ha. Supongo… que la suerte no estuvo de nuestro lado, Luna… ”

Emma se había despertado antes que ella. Ella sonrió con ironía.

“¡L-LUNA! ¡Estoy tan feliz! ¡Estaba tan preocupada cuando eras la única que no se despertaba!”

Sir Kay estaba llorando, finalmente se materializó de nuevo cuando Luna recuperó sus fuerzas…

“En serio, te dije que ella estaría bien…”

Y… Rintarou estaba allí, con una sonrisa sarcástica plasmada en su rostro.

“¿Qué pasa? ¿Cómo estuvo tu siesta, rey?”

“……”

Luna se levantó lentamente de la cama. Ella no se sentía tan mal.

“Rompí esa espada blanca. Toda la sangre de tu rey debería estar de vuelta contigo ahora. Pero supongo que eso no ayuda en nada a tus heridas físicas… ¿Cómo te sientes?”

“…Estoy bien.”

Luna parpadeó sorprendida, examinando su cuerpo.

“!”

De repente, notó algo. Llevaba una cruz de espino en la mano. No era el que Luna le había dado a Rintarou. Este había sido hecho hace muchos años… por su querido amigo de la infancia.

“……”

Una sonrisa apareció en el rostro de Luna.

Se sentía como si se hubiera despertado de un sueño agradable.

“Oye… Rintarou, ¿siempre estarás conmigo? ¿Estarás siempre a mi lado?”

“Uh huh. No se preocupe. Estaré allí hasta el final. Voy a despejar el camino hacia tu futuro”.

… no creo que haya sido un sueño…

“Eh, ¿Qué pasa contigo? ¿Luna? ¿Qué pasa? Tu sonrisa me está dando escalofríos”. Rintarou frunció el ceño.

“Hmm.”

Luna usó su dedo índice para indicarle que se acercara.

“¿Hmm? ¿Qué? ¿Quieres contarme un secreto?”

“¡Solo ven aquí! Préstame tu oído”.

“Está bien… ¿Qué te pasa…?”

Rintarou se acercó a la cama de Luna, dándose cuenta de que no tenía

otra opción. Se acercó un poco más para ofrecer una oreja…

Luna le dio un gran abrazo.

“¡¿Qué?! ¡¿Espera—?!”

Rintarou no fue el único que se sorprendió.

““ …… ””

Felicia y Sir Gawain se sorprendieron de manera similar por el repentino desarrollo.

“¿Qu-qu-qué…?”

Toda la sangre salió de Emma, que comenzó a temblar…

“¡¿AAAAAH?!”

Sir Kay chilló.

La habitación se estaba incendiando…

“H-Hey… ¡¿Luna?!” Él la miraba boquiabierto.

Luna acercó sus labios a su oído.

“Bienvenido de nuevo”, susurró.

“!”

No supo qué hacer por un tiempo. Se rascó la cabeza.

“¿Bienvenida? ¿No debería decirte eso?”

“Tal vez. Pero… bienvenido de nuevo”.

“……”

Se quedó en silencio, buscando las palabras adecuadas.

“…Gracias. Estoy en casa “, respondió incómodo.

“¡¿Espera un segundo?! ¡Luna! ¡No tienes vergüenza! ¿Tienes alguna idea de lo que estás usando ahora mismo?” Emma interrumpió, intentando alejar a Luna de Rintarou.

“¿Hmm? ¿Qué? …… ¡¿Aaaah?!”

Luna se miró a sí misma. Ella estaba en nada más que ropa interior y vendas…

“¡Aaah!”

“¿Ah?”

“¡AAAAAAH! ¡Rintarou! ¡Pervertido! ¡Idiota! ¡Hombre lascivo! ¡Mañoso! ¡Mirón!”

Su rostro se sonrojó instantáneamente, un verdadero vapor saliendo de sus oídos. Ella lo empujó antes de envolverse en una sábana.

“¡Gah! Pero yo… yo no hice nada… ¡AAAAH!”

¡BAM! ¡RATTLE-RATTLE! ¡CRAAAAAAASH!

Rintarou chocó de cabeza con el botiquín.

La habitación estaba hecha un desastre. Este era su modus operandi.

“Caray…”

Luna le gritó, sujetándolo por el cuello con lágrimas en los ojos. Él la miró, exhausto.

Joder… Supongo que seguiré protegiendo a este tonto Rey y estaré a su lado… Hola, antiácidos, viejos amigos.

Dejó escapar un suspiro y se encogió de hombros.

Pero… no le importaba esto. De ningún modo.

No le importaba este sentimiento vergonzoso…

Miró a su alrededor y vio a Emma y Sir Kay en pánico. Felicia y Sir Gawain parecían abatidos.

Todos estaban ahí. La gente a la que no se atrevía a odiar.

Bueno, siento que finalmente lo he recuperado… aunque no es mi estilo.

Rintarou podía sentir una sonrisa seca en su rostro.

“Oh, cierto, Nayuki.”

Trató de encontrar a la persona que lo había hecho posible: Nayuki. “Me salvaste esta vez. Gracias a ti…”

Él se detuvo.

“… ¿Nayuki?”

Ella no estaba por ningún lado.

“Creo que… es… mejor así…”

Nayuki podía oler el aire nocturno llevado por una brisa helada, que despeinaba su cabello.

Ella miró al cielo. La vista panorámica la hizo sentir como si estuviera en caída libre por el cielo.

Caminó   por   los   terrenos   de   la   escuela,   tomándose   su   tiempo.

Holgazaneando.

“Rintarou estará bien con Luna… Es mejor así”, repitió, como para convencerse a sí misma, sin hablar con nadie en particular.

• Nayuki caminó hacia adelante. Sin rumbo fijo. Sin un destino en mente. La escena íntima entre Rintarou y Luna parpadeó en su mente.

Se movió como para huir de ellos, como para sacudirlos.

• Caminó hacia adelante.

……

“¿Por qué…?”

Frente a la fuente de agua en el patio delantero, Nayuki se detuvo en seco.

Ruido cancelado por el suave lamido de la fuente… gotas silenciosamente cayeron a sus pies.

No estaba hablando con nadie.

“Esto es lo que quería… Este es nuestro final feliz… Entonces… ¿por qué…

no puedo… yo… dejar de… llorar?”

Nayuki miró hacia las estrellas, que estaban lo suficientemente cerca como para tocarlas. Ella estaba llorando.

Los recuerdos lejanos pasaron ante sus ojos.

“Tch… me sacas de mis casillas…” “Hee-hee-hee… Buen chico, Merlín… te acariciaré la cabeza”.

“No puedo volver al pasado… ya no me llamo Nimue… ahora solo soy su compañera de clase… ¿Entonces por qué…? ¿Porque estoy…?”

¿Estaba pensando en deshacer el hechizo de Enmascaramiento que ocultaba su identidad?

¿Estaba pensando en decirle que era Nimue?

Pero fue imposible.

Ella no tenía derecho a hacer eso.

Sabía que todo terminaría cuando rompiera el hechizo.

Sabía que eso significaría que tendría que dejar su lado…

Sabía que incluso podría matarla si la revelación salía mal…

“Ya lo dejé ir… para expiar mis acciones… decidí desear su felicidad…

pensé que podía dejar a Rintarou en las manos de Luna…” Nayuki se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

Pero siguieron llegando, incluso cuando se frotó los ojos.

“… ¿Entonces por qué…?”

No había nadie que respondiera a su pregunta.

Su pequeño pecho se inundó de emociones, aplastando su corazón.

La inundaron como mareas en una tormenta.

Mientras pensaba en sus felices recuerdos, las lágrimas continuaron rodando por su rostro, desamparada y abandonada.