Campione (NL)

Volumen 9

Epilogo: Alexandre Gascoigne

Alexandre Gascoigne era un hombre muy ocupado.

Para esta descripción, la mujer quien era su enemiga, una vez le había añadido más redundantemente, “Para ser precisos, su deseo es que el trabajo cree tareas interminables para sí mismo.” En cualquier caso, él estaba muy ocupado.

Después de todo, él tenía un titulo muy ostentoso.

¡El Asesino de Dioses, el Rey Demonio Campione, el comandante en jefe de la asociación secreta, [Royal Arsenal]!

A pesar de que no era una posición que él deseaba, de alguna manera se desarrolló de forma natural hacia este estado.

Un hombre por encima de todos los pueblos se había visto obligado a mostrar la ética del trabajo y el comportamiento de acuerdo a su estatura. Tal así era su ideal estético.

Casi doce años habían pasado desde que Alec se había convertido en un Campione. Durante este tiempo, llevó a cabo con vigor sus actividades con tales intenciones.

Gracias a eso, el nombre del Príncipe Negro Alec era ampliamente conocido como el Rey Demonio de la nueva era.

Como nota al margen, había sido apodado “El Príncipe”, debido a su evidente juventud en comparación con los Reyes Demonios de los viejos tiempos, como el Marqués Voban.

Sin embargo, incluso Alec tomaría aproximadamente unas vacaciones al año.

Siempre que fuera su destino, de alguna manera él siempre se reunía con conflictos problemáticos.

Envuelto en las conspiraciones de la Antepasada Divina. El encuentro con [Dioses Herejes]. Cómo salvar a los ciudadanos comunes y corrientes quienes estaban a punto de ser aniquilados por profundas y mágicas artes secretas. Robar tesoros antiguos cuyas existencias se enteraron de casualidad. Molestado por conocidas femeninas que le inducían dolores de cabeza.

Pensando de nuevo, nunca había tenido unas vacaciones tranquilas y relajantes… “Por lo tanto, voy a cambiar mi forma de pensar en su lugar.”

Durante mediados de otoño, eso fue lo que dijo Alec a su subordinado de confianza.

Como nota al margen, vacaciones europeas se tomaban generalmente durante el verano. Sin embargo, debido a todo tipo de trabajo y cosas que lo mantuvieron ocupado, sus vacaciones se habían retrasado hasta noviembre.

“Puesto que las cosas problemáticas van a suceder de todos modos, bien podría ir directamente a donde se avecinan los problemas. Voy a hacer una breve visita a Japón.”

“Oh. Si no recuerdo mal, es el lugar en el Lejano Oriente donde usted fue hace un mes.”

El otro participante de la conversación fue el guardaespaldas de Alec, Sir Iceman.

Un caballero legendario sin defectos (aparte de la aerofobia), que había pasado a la edad de treinta, con el rostro solemne que se sentia cada vez más que experimentaba el paso del tiempo.

“Sí. No ha habido informes de las actividades secretas de Guinevere. Creo que esta es una buena oportunidad para investigar los planes de esa mujer. Yo confío en que mantengas la vista aquí.”

“… Alec. He tomado esta idea desde hace mucho tiempo.”

Esta fue la escena cuando Alec le confió asuntos a su amigo subordinado y fiable. Sin embargo, Sir Iceman sacudió la cabeza como si se turbara por un dilema, y dijo:

“La razón por la que sigues corriendo en problemas radica aquí. Reprimiendo las brasas de desastres con gran esfuerzo cada vez, sólo para encontrar rápidamente otro, e incluso deliberadamente iniciar incendios por su cuenta, refunfuñandose a sí mismo como usted trata de ponerlo a cabo… Su personalidad es precisamente la número uno de los culpables”.

“Espera un minuto. Dejando eso a un lado, ¡¿no ha sido determinado que las personas causan muchos incidentes molestos?!”

“En ese caso, realmente debería reflexionar sobre su elección de amigos. No veo ninguna razón para mantener lazos de amistad de tanto tiempo con personas que mantienen metiéndose en problemas.”

Sir Iceman se opuso con una cara decepcionada y se encogió de hombros con sarcasmo.

Esa princesa y Antepasada Divina, así como el otro grupo de personajes sospechosos no eran sus amigos. Alec quería gritarlo, pero por el bien de su autoridad y dignidad, se abstuvo.

De todos modos, estaba actualmente de vacaciones.

Con el fin de evitar alertar a los involucrados en el mundo de la magia japonesa, necesitaba tomar precauciones durante la entrada. Usando un pasaporte con un nombre falso, él viajó como “un rey disfrazado.”

… En cuanto a los resultados, estas vacaciones resultaron ser bastante tranquilas.

La Ancestra Divina Guinevere, Lancelot, quien se había convertido en un [Dios Hereje], así como la conmoción causada por la diosa Athena, ninguno de ellos requirieron que Alec tomara medidas.

El campione de Japón, Kusanagi Godou, se había encargado de todo por el mismo. Durante este tiempo, Alec había observado esencialmente como un espectador. “Parece que Guinevere todavía no ha renunciado a ‘Arthur’ “.

Habiendo descubierto la hubicación de la Reina Bruja, en una voz baja murmuró para sí mismo.

El rey que se manifiesta al final de las eras. El dios de la guerra, cuyos orígenes se encontraban en las fantásticas leyendas heroicas. Debido a su investigación y aventuras por los últimos años, la investigación de Alec sobre él, había alcanzado nuevas profundidades.

“¿Le hubiera impedido del mismo modo que estuviera a punto de reanimarlo con éxito?”

La visión dogmática de Guinevere en realidad era bastante estrecha. A pesar de que Alec no creía que ella fuera capaz de resolver el misterio con facilidad, aún tenía que tomar precauciones…

Al mismo tiempo, no se olvidó de sus intereses personales.

Mientras que andaba alrededor de Tokio, investigó el funcionamiento interno del Comité de Compilación de Historia.

A pesar de que había dicho que quería una excursión relajante a Japón… Y tentativamente siguió considerandolo un viaje así, al final le dio prioridad a la recopilación de inteligencia. Esta era su adicción del trabajo al trabajo – se sentia ansioso cuando no había trabajo o investigación por hacer.

“Como siempre, todavía estás llevando una vida privada fatalmente carente de alegría, glamour o presencias de curación. Tu futuro me preocupa menos. Sin ninguna familia o amante para acompañar tus días, ¿no finalizarás tu vida en una solitaria soledad?”

Se acordó de las palabras compasivas ofrecidas por ese conocimiento femenino desde hace mucho tiempo que definitivamente no era su amiga. En cualquier caso, Alec seguía disfrutando de su estancia en Japón.

Por otra parte, incluso se convirtió en un villano en el camino.

La alabarda inversa Celestial que Guinevere había querido conseguir, era un interesante artefacto divino.

“Tal vez lo llamaría… Ganar algunos consejos, no está mal en todo.”

En silencio murmurando para sí, intentó escapar con un pequeño truco.

Su primera autoridad de la velocidad divina no sólo le permitia correr tan rápido como el viento, sino que incluso le daba la capacidad de convertirse en un rayo y tomar vuelo.

En realidad, había todo tipo de variaciones en la aplicación.

Tal como dejar imágenes residuales virtuales como los ninjas de las leyendas, dandole a las imágenes una velocidad divina, aparte de sí mismo, o entregarse en un rayo por un instante para desatar ataques eléctricos.

Entre estas diversas habilidades, podría también virtualmente borrar su presencia completamente, lo que le permitia realizar actividades secretas con la velocidad divina.

Mientras que desató la velocidad divina plenamente, se convertia en tan rápido como el rayo.

Sin embargo, los objetos que se movían a la velocidad muy elevada haría que los demás notaran que algo andaba mal. Es un poder que no era especialmente adecuado para permanecer escondido.

Usó la velocidad divina para moverse indetectablemente

Si eso se podía hacer, entonces él podría lograr la hazaña de ser infiltrarse en el entorno sin ser notado.

Alec era capaz de controlar la velocidad divina tan fácilmente como sus propios brazos y piernas… Bueno, para hacerlo tenía que eliminar todas las cargas que lo dificultaban. Incluso una capa no podía ser usada, ya que cualquier fuerza adicional ejercida causaría movimientos detectables. Así que las tareas físicas también tenían que ser evitadas. Pero ¿Qué pasaría con algo en el nivel de entregar una hoja de papel?

Alec se quitó el abrigo de invierno y comenzó a utilizar la velocidad divina con ropa ligera.

Luego se acercó a Kusanagi Godou mientras comía y dejó la nota allí.

Espionando en sus reacciones y conversaciones acerca de todos los asuntos posteriores, Alec confirmó con éxito la identidad del hombre que llevaba la Alabarda Inversa Celestial.

Un asistente y agente especial que parecía un poco desmotivado. Pero bastante competente en verdad. En esa noche, Guinevere había estado persiguiendo a este hombre, tratando de arrebatarle la Alabarda Inversa Celestial.

El hombre había utilizado hábilmente hechizos de ocultamiento, sacudiendo con éxito a la bruja en su camino.

Incluso Alec lo había perdido en un punto. Parecía como si fuera algún tipo de autoridad ninja.

Sin embargo, después de que comenzó la batalla de Lancelot con Athenea y Kusanagi Godou, Alec encontró al hombre cerca del campo de batalla.

Ante una situación tan tensa, incluso aquel hombre mostró una apertura. Eso hizo que todo lo que siguiera fuera bastante simple.

Convirtiéndose en un relámpago, Alec en silencio fue hacia la espalda del hombre e hizo ligero contacto. A medida que el hombre se derrumbó con convulsiones de la descarga eléctrica, Alec casualmente recuperó la Alabarda Inversa Celestial desde su traje.

En ese momento, el ninja mostró una expresión de sorpresa que permaneció consciente.

Matarlo para silenciar a un testigo… Era el tipo de decisión imprudente que Alec no tenía la intención de tomar. Él simplemente se encogió de hombros y se fue.

Era el caballero negro de Inglaterra y Kusanagi Godou el de Japón.

Con eso, se había establecido una conexión intrigante del destino entre los dos.

-FIN DEL VOLUMEN 09-