Campione (NL)

Volumen 9

Capítulo 4: Metrópolis Petrificada.

Parte 3

La cuarta encarnación de Verethragna, el [Camello].

Para poder usar esta encarnación se requerían lesiones graves más allá de un cierto nivel.

A cambio, se le conferían habilidades de combate bestiales, patadas para poder enviar a los dioses volando, resistencia al dolor y una curación excepcional.

Godou sintió el dolor hundiéndose en su flanco mientras que se preparaba para continuar la batalla.

“¡Tú has estado ocultando tal poder! ¡Como era de esperar de la autoridad usurpada al jefe militar de las formas siempre cambiantes, que maravilloso, un espectáculo para la vista!”

Athena soltó una carcajada mientras comenzaba a balancear la guadaña gigante que había convocada para usarla como un arma de combate.

Oscilando la guadaña con las dos manos, la vista era una reminiscencia del arma digna de la parca. La hoja era negra como la noche más oscura.

Basándose en los atributos [Camello], Godou la evadió con éxito.

Tales habilidades de combate estaban más allá de la capacidad humana. Más bien, estas habilidades no se hicieron esperar como una bestia salvaje, sino que controlando su perceptivo cuerpo, perforaba con los ataques de patadas.

Patadas que podían destrozar la piedra. Sin embargo, Athenea consiguió bloquearlas usando el eje de la guadaña de color negro azabache.

¿Fue un éxito debido a que era el arma sobrenatural de un dios, o era debido a las propias habilidades divinas de Athena? Golpeada por la patada del [Camello], el eje de madera no se rompió, sino que absorbió el impacto en su lugar.

“Maldita sea, asi que no funcionó, ¡¿eh?! -“

Godou soportó el dolor en su costado mientras se dedicaba desesperadamente al combate a corta distancia.

Evadiendo la oscilante guadaña de Atenea, contraatacando con patadas, evitando sus habilidades con movimientos bestiales y atacandola a cambio.

Godou no tenía conocimiento de las artes marciales.

Pero los instintos guerreros de un Campione le decían que el [Camello] era ridículamente fuerte. Incluso alguien de gran talento como Lu Yinghua sería eliminado en un golpe. Podría ganar la ventaja sobre Doni e incluso luchar contra Luo Cuilian en un punto muerto. Eso era lo que era.

Perseo era igual y ahora Athena también.

Sus artes marciales podrían considerarse el pináculo de los humanos por defecto.

Pocos genios podrían llegar a ese reino divino aunque soportaran el dolor y el sufrimiento con la formación de un loco por sí mismos hasta que tosieran sangre, debido a que el nivel de lo divino era completamente ridículo.

Más bien, uno debía expresar los más altos elogios hacia Doni y la jurada hermana mayor quienes lograban igualar a los dioses con sus cuerpos humanos.

“Sin embargo, Kusanagi Godou.”

La diosa osciló la guadaña con un poder absoluto. Incluso el [Camello] de Verethragna no podía soportarla por completo a la altura. Los cortes y las incisiones se multiplicaron en todo el cuerpo de Godou haciéndole sangrar a la distancia.

Como resultado, Athena declaró con calma:

“¿Crees que una podría competir contigo como un ser humano? ¡Usando autoridades poderosas para vencer a los enemigos, esa es la clase de camino de una!”

“-“

Godou tembló. Si ese fuera el caso, podría no durar.

Él se había precipitado en una batalla de combate cuerpo a cuerpo, porque el [Camello] sólo era adecuado para un intercambio de golpes físicos.

Había sido así como se las había arreglado para mantener una batalla aún. Sin embargo, si la magia se mezclara en ello –

“O Sombra, sumérgete.”

Athena habló en voz baja con las palabras de hechizo.

Detrás de ella, una sombra negra se retorcía como una serpiente. “¡Conviertete en los colmillos que desgarran el hierro con toda la prisa!”

¡Al mismo tiempo, Athena recortó con su guadaña desde el lado! “¡Peligro, Su Majestad!”

Ena al instante apretó su camino en el medio.

¡Ka! La Hime-Miko de la Espada bloqueó la guadaña de Athena usando Ama no Murakumo no Tsurugi mientras que Godou se sacudió desesperadamente hacia los lados para escapar de los negros colmillos.

“… ¿Miko? ¿Tienes la intención de invadir nuestro territorio sagrado como una muchacha humilde?”

La primera vez –

Athena miró a Seishuuin Ena por primera vez.

Entró en la vista de la diosa por primera vez. Sin embargo, no hubo alguna acusación que recibiera.

“Lanzas desesperadamente tu vida humana a la distancia, simplemente confias en la gracia divina, esa miseria de poder no se puede comparar a la clase de una.

Conoce tu lugar.”

“Incluso si se trata de órdenes de un dios… ¡Ena no las escuchará!” Ena levantó Ama no Murakumo no Tsurugi ante ella.

Al parecer, había estado esperando la oportunidad de intervenir.

“Kusanagi Godou es el marido que Seishuuin Ena ha decidido proteger con su vida.

¡A pesar de que sé que eres la reina del Mediterráneo-! ¡Ena no dará marcha atrás!”

Murmurando en voz baja, el cuerpo de la Hime-Miko rebosaba del poder divino de Ama no Murakumo no Tsurugi.

La posesión divina. Incluso en una escala muy pequeña, era una técnica mística que confería el poder divino.

“¿Cómo está eso?, Su Majestad Ena puede luchar a su lado. ¡Seguramente voy a demostrar mi valor!”

“Ah, sí. Yo definitivamente no puedo ganar contra esta diosa por mí mismo. Gracias.”

Godou inmediatamente le respondió afirmativamente.

Los seres humanos que podrían luchar junto a los Campiones eran prácticamente inexistentes.

En las batallas anteriores contra los dioses, todos habían estado proporcionando apoyo a su espalda. La única excepción había sido probablemente Erica cuando estaba bajo la protección de Verethragna. Sin embargo, ¿qué pasa con Ena bajo la posesión divina?

“¡Por la bendición de los arcos y las flechas, otorgen dignidad sobre esta gran espada!”

Ena cantó palabras de hechizo y levantó su amada espada en lo alto.

Ama no Murakumo no Tsurugi. La hoja de color negro azabache comenzó lentamente a curvarse. Esta era una técnica para aumentar su poder.

La espada divina hereje que había vencido a los invasores extranjeros desde la antigüedad.

“¡Canto de la muerte, guía de la muerte, danza de la muerte – Hazte siervo de Athena, los mensajeros del hampa de la muerte!”

Athena también recitó una canción de calamidad a su vez. Detrás de ella, la serpiente negra reanudó su postura.

No había solo una, sino que sus cabezas en forma de hojas de guadaña se levantaron una tras otra.

Dos, tres, cuatro – un total de nueve serpientes finalmente se manifestaron a las espaldas de Athena. Sus cuerpos eran largos, llegando a 10 metros o menos de longitud.

Estas serpientes negras se extendían desde la espalda de Athena como los pétalos de una flor carnívora, retorciéndose mientras se movían.

Y luego se reanudó la batalla. Mientras que la diosa avanzó blandiendo su otra arma, la icónica guadaña de la parca y las nueve serpientes negras atacaron juntas.

Mostradno sus colmillos y levantando las cabezas en forma de la guadaña, parecía como si fueran a devorar a todos en la tierra.

“¡Seishuuin! ¡No ataques imprudentemente, vamos a establecer una defensa sólida primero!”

“¡Lo tengo! Esta situación está empeorando.”

Plenamente consciente de la voz de Godou, Ena al instante respondió.

Como le correspondía a la Hime-Miko de la Espada, comprendió sus intenciones a partir de una simple instrucción.

¡Desde que Athena poseía una mano superior, el enfoque correcto sería soportar la crisis con paciencia y esperar la oportunidad de revertir el rumbo de la batalla hacia su favor!

Godou y Ena cooperaron, coordinándose entre sí para hacer frente a la diosa. Hombro con hombro a veces, espalda con espalda en otras ocasiones –

Con el [Camello] se defendía pateando lejos la guadaña de Athena.

Ama no Murakumo no Tsurugi reducía las fauces abiertas de las serpientes negras. Ama no Murakumo no Tsurugi desviaba la guadaña de Athena.

Godou utilizaba el [Camello] para enviar una serpiente negra volando con una patada de su talón.

A pesar de que su trabajo en equipo fue improvisado, se coordinaron extraordinariamente bien.

Ena sólo trató de actuar con un solo propósito sirviendo como un “escudo”. Siempre que Godou enfrentaba un ataque que no podía manejar solo y mostraba una apertura, la espada divina iba al rescate.

Aparte de eso, era esencialmente una batalla defensiva.

Evitando extenderse demasiado a sí mismos para atacar a Athena. Ellos no atacaron sino que sólo tomaron medidas pertinentes para contenerla.

Ena probablemente lo sabía muy bien. Incluso con la posesión divina no podía hacer frente a Athena en una confrontación directa. Pero el estar actuando como un “escudo” estaba perfectamente dentro de su poder.

Ya veo – Godou no pudo evitar darse cuenta.

Ena era diferente a Erica quien era experta en armamento, o Liliana que siempre le prestaba mucha atención a los detalles.

Instintivamente entendía las diferencias de potencial de combate entre amigos y enemigos, situaciones de combate, y qué medidas se debían tomar, teniendo así acciones con audacia. Esta no era la notable inteligencia, sino un instinto natural para la victoria.

Esa era la disposición de Seishuuin Ena.

Tener una disposición parecida probablemente era uno de los factores que contribuyeron a que Kusanagi Godou matara a un dios. Ella era una compañera con sensibilidades similares. En ese caso, era probable que pudieran tener éxito en producir un increíble trabajo en equipo.

“Glorioso soy, victorioso soy, Ahura concédeme la creación. Caza a los enemigos mientras huyen, golpea a los enemigos desde el frente. Canta mi nombre para el encantamiento de la victoria!”

Actuaban con la táctica de retirarse a una formación defensiva temporal, entonces atacaban y contraatacaban.

Godou cantó las escrituras de Verethragna para elevar su poder mágico. Con el fin de recuperar la iniciativa y darle a Athena un golpe crítico.

El [Caballo] sería el más adecuado. En su batalla anterior, el avatar de fuego había sido el paso decisivo que le había asegurado la victoria.

Pero eso también había sido bloqueado en la última vez. Sin la suficiente preparación, al usarlo podría perder su carta de triunfo más grande. Debido a que las diez encarnaciones de Verethragna no podrían ser usadas durante un día completo después de cada uso.

‘¡Ven! Ahora es el momento de hacer uso del Santo Grial. Por favor vence libremente a Athena!’

Godou miró con gran sorpresa.

Podía oír vagamente la voz de Guinevere – o más bien, sentirla.

“¡Fu! ¡Tú eres un hombre bastante resistente! Excelente, Kusanagi Godou. ¡Deja que la propia autoridad de una aplaste la fortaleza que has construido! Miko que no conoces tu lugar, si le temes al castigo divino entonces vete de este lugar!”

Athena llamó en voz alta.

Sin darse cuenta, el campo de batalla se había desplazado fuera de Umihotaru.

Debido a la maldición de la diosa serpiente, el mar había sido petrificado. De pie sobre las olas que originalmente ofrecían ningún punto de apoyo, Godou y Ena, así como Athena se dedicaron a la batalla.

Los tres poseían una agilidad sobrenatural. Gracias a la fuerza de las piernas otorgada por el [Camello], Godou era capaz de saltar casi 10 metros sin ninguna preparación.

Saltando alrededor cuando se enfrentaban, habían hecho su camino hacia este lugar en el mar.

“Ahora una compondrá la canción del invierno. Todas las plantas se marchitarán, la fruta caerá de los árboles, los pétalos se esparcirán. ¡Así se anuncia la temporada de la muerte y la oscuridad!”

Las palabras de hechizo de Athena resonaron a través del mar petrificado.

Ena frotó la Ama no Murakumo no Tsurugi contra el suelo y la sostuvo en una postura preparatoria. Esta espada divina tenía la capacidad de absorber y destrozar todo tipo de hechizos y poderes espirituales.

No importa qué autoridad utilizara la diosa, todos se dirigiría en aras de la protección de Godou.

Esta determinación de ella era evidente. Sin embargo, ¿sería exitosa?

Una frialdad aterradora emanaba del cuerpo de Athena. El solo hecho de estar cerca de ella daba escalofríos hasta los huesos. Era la temperatura de congelación del permafrost.

*(Permafrost: es una capa subsuperficial de espesor en el suelo que permanece congelada durante todo el año, se produce principalmente en las regiones polares.)*

Ella era la reina de la oscuridad y del inframundo. La parca de las parcas que difundía el invierno y la muerte.

¿Seishuuin Ena sería capaz de someter tal poder con su cuerpo mortal? ¿Podría Godou, quien no era omnipotente, defenderse contra ello?

“¡Como aquel que tiene toda la victoria en sus manos, yo soy el más fuerte del hombre y los demonios! A todos los enemigos, todos los que albergan la enemistad serán vencidos”

Pero aún así, había que hacer algo no importa que.

Fortaleciendo su determinación, Godou levantó su poder mágico en este momento.

“En los días pasados, la Diosa Blanca creó un buque sagrado entre las diosas madre tierra, la inmortalidad, la sabiduría, todos fueron derramados en el. De ahí que el Santo Grial nació…”

La voz de Guinevere definitivamente podría ser oída.

No era un sonido transmitido sino una voz que venía desde dentro de Godou, una voz desde el corazón.

“El artefacto conocido como el Santo Grial, era el recipiente para absorber la fuerza vital de las diosas de la madre tierra. A veces, a partir de los cuerpos de aquellas diosas muertas, otras veces de las diosas vivas, el Santo Grial devoraba sus vidas para alimentarse…”

Este era el hechizo que le había enseñado en el encuentro anterior. El [Santo Grial] mencionado por Guinevere, ¿era esto?

“Sólo mediante la realización de algunos procedimientos, no hay diosa madre tierra que pueda escapar del Santo Grial. Además, este tesoro sagrado actualmente permanece latente dentro de Athena…”

¿Qué? Godou miró haci Athena con sorpresa.

La diosa de la oscuridad tenía la intención de liberar plenamente su autoridad. Se podía sentir claramente. Tal vez debido a la activación del [Santo Grial], sus acciones se podían discernir con claridad.

¡Ingerido dentro del cuerpo de la hermosa diosa, había un objeto parecido a una urna – el cual debía ser el Santo Grial!

¿Cómo debe ser revivido ese artefacto divino? Era muy probable que Athena intentara contramedidas. Todo esto estaba claro para Godou.

Su mente reflexionaba libremente acerca de cómo se podría utilizar ese artefacto para hacer pivotar la batalla a su favor.

¿Por qué ese tipo de objeto está dentro de Athena?

¿Por qué Guinevere me dijo cómo usarlo?

Estas preguntas de duda se arremolinaban en un vórtice. Sin embargo.

La vista de Yuri y Liliana, convertidas en hermosas estatuas surgió en su mente. Si él no derrotaba a Athena aquí, no podrían ser salvadas y Ena probablemente sería sacrificada.

La victoria debe obtenerse. ¡En aras de salvar a todos, Athena debe ser derrotada!

El espíritu de lucha disipó todas las dudas. Godou le gritó a Ena quien respondió rápidamente.

“¡Voy a encargarme de las cosas pequeñas más tarde! Tenemos que terminar las cosas aquí. ¡Seishuuin, dame esa cosa!”

“¡Entendido, está listo!”

Al ver a Godou precipitarse hacia Athena, Ena entendió inmediatamente. Ama no Murakumo no Tsurugi. Le entregó su amada espada a Godou.

Godou agarró el Ama no Murakumo no Tsurugi que le había prestado y continuó corriendo. La diosa estaba creando con un solo propósito su poder divino. Fue como el instante antes de capturar a una presa.

Las nueve serpientes detrás de ella trataron de morder a Godou al mismo tiempo. Godou hizo un empuje hacia adelante con Ama no Murakumo no Tsurugi.

La espada divina, también conocida como la “Espada Kusanagi,” comenzó a moverse de forma autónoma lagrimeando a través de las serpientes negras. Mirando desde la parte de atrás, Ena se movía hasta su pareja a través de sus pensamientos.

“¡Oh Mensajero del invierno! ¡Extiende tus heladas manos y roba el calor de la vida!”

En eso, las palabras de hechizo de Athena también se cantaron al instante desatando su autoridad.

Una ventisca violenta comenzó a soplar con la diosa en su centro.

No era sólo una tormenta de nieve. Era el viento salvaje y desenfrenado que soplaba desde el inframundo, con unas temperaturas más frías que el permafrost al nivel del suelo.

Un viento mágico que congeló todo completamente a su contacto pasando a través de ellos directamente. Esta ráfaga de aire frío podría muy bien ser equivalente a la temperatura del cero absoluto.

Incluso el Campione excepcionalmente resistente no sería capaz de soportar el mismo.

“¡Lamento de la Reina Blanca, conviértete en mi poder ahora!” Godou gritó las palabras de hechizo sin dudarlo.

Este fue el conjuro para despertar el Santo Grial. Las palabras mágicas para absorver la fuerza vital de una diosa de la madre tierra.

“¿¡Qué!?, ¿¡Para usar esto!?”

En medio de la liberación de una tormenta de nieve, Athena se sorprendió. Todo su cuerpo comenzó a brillar con una luz dorada.

Era como la débil luz de luciérnagas en la víspera de un pleno verano. Venía desde la urna sagrada enterrada profundamente dentro de Athena – el Santo Grial.

Una ventisca helada demoníaca fue violentamente soplada, acumulando un llano cubierto de nieve en la llanura de roca.

Al mismo tiempo, el brillo de oro se elevó verticalmente hacia arriba. Era como un pilar vertical luminoso.

“¡Antiguo Grial, ahora es el clímax de la batalla! ¡Conoce tu lugar!” Athena le ordenó a la columna de luz que se elevaba hasta las nubes.

Ella tuvo que desviar su atención para suprimir la acción del Santo Grial. Si esta luz continuaba brillando, la fuerza vital de Athena se drenaría rápidamente.

La altura de la columna de luz se redujo hasta la mitad, pero esto también significaba que su atención se desviaría del control de la ventisca.

“¡Por favor, Seishuuin! ¡Ama no Murakumo!” Godou rápidamente la llamó.

Ama no Murakumo no Tsurugi tenía la capacidad de absorber los hechizos y poderes espirituales cortándolos.

Era probablemente ineficaz cuando Athena estaba a plena potencia. Sin embargo, el objetivo de Athena cuya concentración había sido interrumpida por la crisis repentina, con una simple abertura, la tormenta fue cortada en pedazos.

Ena respondió adecuadamente a las órdenes de Godou.

De pie por detrás y dirigiendo Ama no Murakumo con sus pensamientos, el poder divino de Athena fue cortado.

“¿Q-Qué-?”

Athena se sorprendió. Al tener éxito al cortar la ventisca, ofreció un ligero respiro. Godou soltó la espada divina y saltó con la fuerza del [Camello] en sus piernas.

Saltando en el aire, desató una patada descendente. Era como una estrella fugaz volando desde el cielo.

¡Un saque de potencia completa desde lo alto terminó golpeando a Athena en su hombro izquierdo!

“¿¡Ooh!?”

Godou podía sentir por debajo de su pie la ruptura del hombro de la diosa.

Golpeada por este ataque, Athena empezó a girar como un trompo y salió volando. Ella debió haber sufrido una buena cantidad de lesiones. Con eso, el rumbo de la batalla debería haber vuelto al favor de Godou!

Decidido, Godou hizo una postura.

La luz emitida por el cuerpo de Athena casi había desaparecido. El Santo Grial debió haberse suprimido una vez más. En la jerga de la lucha, este fue el Nekodamashi.

Simplemente con su juego en la mano. Godou no creía que la misma táctica podría funcionar de nuevo.

De repente, el cuerpo de Athena comenzó a emitir la luz de nuevo.

Aumentando como si estallara a través de los cielos. Tal contundencia fue empequeñecida ante los ojos por un momento.

¿Qué demonios estaba ocurriendo?

Cuando Godou observaba en estado de shock, el brillo que irradiaba, había iluminado las llanuras petrificadas al mar y Umihotaru con un color dorado.

“¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH-!”

Athena gritó de dolor.