Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 3

Capítulo 55: La Decisión Del Ex-Señor Demonio, La Elección De La Campeona… Y El Dolor De Un Señor Demonio

Una cabellera de color blanco plateado.

Una complexión que era un poco más alta que el promedio de una mujer. Un rostro hermoso como ningún otro.

Esos eran los rasgos que representaban a la campeona Lydia.

“¡¿Por-por qué está Lady Lydia aquí…?!” Con los ojos muy abiertos, Ireena murmuró esta pregunta como para sí misma.

Lydia sonrió y la miró. “Fueron los adornos para el cabello que te di. Tienen hechizos de búsqueda. Por eso pude rastrear tu ubicación”.

“¡Y-Ya veo…! ¡No puedo creer que haya tenido tanta previsión, Lady Lydia…!”

“… ¿Qué?”

“¿Qué?”

Silencio. Estuvo en silencio por un rato.

Ginny abrió mucho los ojos. “No podría ser que… estos accidentalmente se convirtieron en la clave para nuestro rescate, ¿verdad? No nos diste esto para… acecharnos, ¿verdad?”

“¡P-P-P-Por supuesto que no, tonta! ¡De ninguna manera h-h-h-haría algo así! ¡Soy la Campeona…! Obviamente, tuve la premonición de que les iba a pasar algo malo. ¡Duh!”

Y se fue esa fachada heroica. Ireena y Ginny suspiraron y sus preocupaciones parecieron desvanecerse. Digamos que la Campeona las hizo sentir seguras y déjelo así.

… Había alguien más frente a estos dos. “¡L-Lady Lydia…! ¡¿Por qué estas…?!”

Latima estaba temblando de la cabeza a los pies, pero no parecía ser de miedo. No parecía temer el castigo que se avecinaba por traicionar a Lydia… Había una inquietud de que perdería algo. La expresión de su rostro lo hizo obvio.

“… Latima,” Lydia llamó a la chica bronceada. No había ira en sus ojos por la traición de su subordinada.

En cambio… rebosaba de afecto maternal. “Ríndete”.

Eso fue todo, la más corta de las frases.

Ni Ireena ni Ginny pudieron entender su significado. Sin embargo, parecía ser suficiente para que Latima lo entendiera todo.

“¡No…! ¡Incluso si es usted, Lady Lydia…! ¡Especialmente porque eres tú…!

¡No te escucharé!” Las lágrimas brotaron de los ojos de Latima. “Si es por usted, Lady Lydia, ¡este mundo entero puede perecer!” Más monstruos manifestados rodearon a Latima, reuniéndose a su alrededor como para protegerla.

Fue una escena intimidante, pero Lydia habló sin pestañear. “…Si. Supuse que ambos se pondrían así. Pero…” Con una expresión algo triste, hizo su declaración. “Yo tampoco voy a dar marcha atrás”.

Fue silencioso, pero contundente.

Todo se resolvió en un abrir y cerrar de ojos. Con un fuerte vendaval, todos los monstruos fueron derribados, e incluso su invocadora, Latima, perdió el equilibrio.

Era imposible para los ojos de Ireena o Ginny registrar lo que había sucedido.

Este era el poder de una Campeona.

La pareja estaba llena de respeto y asombro. Y luego, ante sus ojos, Lydia atrapó el esbelto cuerpo de Latima mientras caía.

“… Idiota”, dijo Lydia en voz baja con una pequeña sonrisa en los labios. Sus ojos se llenaron de dolor.

Y eso era todo lo que Lydia podía ofrecer a su subordinado traidor. “Lady Lydia… yo…”

Toda la fuerza abandonó el cuerpo de Latima como si hubiera exhalado su último suspiro. Colocando su cuerpo suavemente en el suelo, Lydia suspiró, mirando el objeto flotando en el centro de la habitación.

La enorme joya roja. Se acercó lentamente a él mientras pulsaba con una luz extraña.

“…Honestamente. Bastardos, cada uno de ustedes”.

Con la joya roja que contenía el espíritu astral del Señor Demonio justo frente a ella, Lydia dejó escapar otro suspiro.

“Estaría mintiendo si dijera que no estoy feliz. Pero… está bien si ese es mi destino. Me lo encargaré, sea lo que sea. Soy el Campeón, después de todo. Pfft.” Ella rio suavemente.

¿Por qué? Para Ireena, su sonrisa parecía increíblemente triste.

Entonces… Lydia continuó. Parecía estar regañando a alguien que no estaba allí.

“Para proteger las esperanzas y los sueños de todos. Luchar para crear un mundo en el que vivir y reír. Ese es el propósito de una Campeona. Pero nunca podré ser uno de ustedes. Mis ideales pueden ser elevados, pero eso no cambia el hecho de que soy una pecadora”.

La única expresión en el rostro de Lydia era pura resolución.

“Para que estos sueños se hagan realidad, debe haber sacrificios y sangre derramada. Incluso tenemos que matar a aquellos que claman que no quieren morir… Luego, asumimos ese crimen y asumimos esa responsabilidad, hasta el día en que nos vayamos al infierno… Creo que ese es el deber de una Campeona”.

Levantó la Espada Sagrada Vald-Galgulus de su hombro y la preparó.

“Antes de ser tu amiga… yo era una Campeona. Por eso viviré como una Campeona y moriré como una. Nadie me hará cambiar de opinión”.

Y finalmente, escupió, “Deja de vivir tu vida en el pasado… ¡gran tonta!”

Sin dudarlo, Lydia blandió la Espada Sagrada con todas sus fuerzas. La hoja de Vald-Galgulus cortó a través de su objetivo… que se astilló en un millón de pedazos.

Con esto, el Señor Demonio ya no era inmortal.

Con esto, el Señor Demonio probablemente sería reprimido.

Seguramente, ahora se salvarían muchas vidas. Ard, Ireena y Ginny podrían regresar a su propia era y disfrutar de su vida diaria nuevamente.

Y sin embargo… Para Ireena, era un intercambio que parecía venir a costa de la vida de Lydia. Sus ojos se llenaron de lágrimas—

***

“¡¿Por qué…?! ¡¿Por qué…?! ¡¿POR QUÉ?!”

Los gritos recorrieron el aire como una onda de choque, y el espejo formado por magia se hizo añicos, esparciendo fragmentos en todas direcciones.

“¡Lydia…!” Rogue gritó, temblando. Llamé a mi otro yo y compartí su dolor. “Se acabó. Tu plan—”

“¡No ha terminado!” Rogue espetó mientras me miraba. “¡Todo lo que hizo fue robarme mi inmortalidad! ¡No significa nada más que volver a realizar la ceremonia y recuperarla! ¡Seguiré adelante y diré que perdí esta guerra!

¡Pero ya consideré todo eso! ¡Es por eso que esto no ha terminado! ¡Tienes que unirte a mí! Entonces este asunto…”

“¿Pero no sabes ya mi respuesta?” Lo interrumpí, dejando que mis palabras lo atravesaran. “Mi otro yo. ¿De verdad deseas salvar a Lydia?”

“… ¿Qué fue eso?” Los ojos desdeñosos que me miraban destellaron de rabia. Sin embargo, no pude contenerme. No importaba lo que sucediera siempre que pudiera decir lo que había estado pensando durante mucho, mucho tiempo.

“¿Estás seguro de que… no quieres simplemente huir? Mataste a Lydia. Te has arrinconado. ¿No deseas escapar de esa culpa? Dices que quieres salvarla, pero en realidad…” Sabía que mi declaración también me atravesaría. Causaría un dolor insoportable. Pero… esto ya no era algo que pudiera ignorar.

“¿No solo quieres salvarte a ti mismo, perdonarte a ti mismo y morir fácilmente? ¿No estás usando solo a Lydia para lograr ese objetivo? … Al final, ambos somos completamente egoístas… y pensamos solo en nosotros mismos”.

Eso estuvo bien.

No quería admitirlo, pero esa era la verdad. Había sido egoísta; Solo me había levantado por el bien de la humanidad… porque quería que alguien me amara. El único ímpetu fueron las emociones retorcidas de un niño que había crecido sin ser amado. Fue porque estaba consciente de esto…

… Que esta vez. Solo esta vez.

“Por primera vez en tu vida, ¿no harías algo por el bien de otra persona?

… Para defender el deseo de Lydia, nosotros…”

“¡CALLATEEEEEEEEE!” Gritó, lo suficientemente fuerte como para reventarme los tímpanos.

Rogue apretó los dientes, gruñó y me miró con la muerte en los ojos. “¡Ah, tienes razón! ¡Quiero perdonarme a mí mismo! ¡Quiero ser salvado!

¡Esa es la pura verdad! ¡Pero! ¡No dejaré que descartes mis sentimientos

por Lydia!”

Al instante siguiente, todo su cuerpo comenzó a temblar con la intención de matar, a diferencia de ningún otro.

“¡He terminado con esto…! ¡Nunca uniré fuerzas contigo! ¡Voy a consignar a un viejo enemigo odiado al olvido!”

Era como un niño pequeño con sus desvaríos y desvaríos. Señalar sus propias faltas para hacerlo consciente de sí mismo lo había enviado a una furia voladora. Su patético acto de niño pequeño… fue realmente difícil de ver. Y el hecho de que él fuera yo lo hacía mucho peor.

Ser como él, como mi otro yo, la existencia frente a mí… Nunca lo permitiría.

Entonces, mientras nos miramos, extrañamente comenzamos a hacer exactamente los mismos movimientos al mismo tiempo.

Todos los caminos conducen a la desesperación. Esa es la forma de vida de un hombre lamentable.

Fue nuestra mayor magia y el as bajo la manga. Ambos comenzamos el encantamiento de nuestra técnica Original.

En completa soledad está él.

Porque hay quienes siguen su ejemplo Pero nadie que gobierne junto con él.

A medida que continuamos, toda una serie de patrones geométricos destellaron a nuestro alrededor…

No hay quien entienda.

Todos están ansiosos por dejar su lado.

En el centro de nuestra contundente contienda, vi este campo de batalla, donde nuestras voluntades chocaban, distorsionarse.

Desechado por su única amiga,

Se hunde en un mar de locura y aislamiento.

Esta batalla solo terminaría con una de nuestras muertes. Lo sabía más que nunca y volví a reflexionar sobre mis propias intenciones.

Descanse sin paz.

Ahogarse en la angustia y la desesperación.

… Yo ganaría. Definitivamente ganaría. Estaba seguro de ello. Aprieto los dientes.

Eso que guía este cuento.

Y canté el verso final.

Reino Privado: la historia de un rey solitario.

En un instante, ella apareció ante mí y junto a él.

Lydia. Era una parte de su alma que había tomado la forma de días pasados. En ese momento siguiente, se transformó en una enorme espada para cada uno de nosotros: hojas negras con la línea roja tallada como un vaso sanguíneo… pero la de Rogue estaba dañada. Las grietas lo recorrieron como si reflejara su forma de vida.

Ambos agarramos nuestras armas.

“… ¡Hah!”

Con el mismo espíritu, nos apresuramos hacia adelante. Nuestra fuerza perforaba profundos canales en el suelo, haciendo que gigantescos terrones de tierra volaran hacia el cielo.

Antes de que volvieran a caer sobre nosotros, comenzó nuestro primer encuentro.

“¡Argh!”

“¡Tch!”

Desenvainamos nuestras espadas oscuras, respirando agitadamente, apuntando cada golpe a los signos vitales. Cada golpe fue fatal. No usamos magia.

Bueno, sería más exacto decir que no podemos usar magia.

Nuestra técnica original tenía el poder de analizar y controlar. Deconstruimos la magia de nuestro enemigo y luego nos adueñamos de ella. Por eso… toda la magia sería anulada antes de ser lanzada, o se volvería contra el lanzador. Dado que ambos teníamos el mismo poder, nuestra única batalla real podría ser una pelea de espadas dependiente de la habilidad física.

Dicho esto, esta no fue una batalla ordinaria. “¡Ngah!”

“¡Ggh!”

Cada vez que intercambiábamos golpes, el aire retumbaba por el impacto de nuestras espadas y las fisuras se abrían paso a través de la tierra.

Ambos éramos conocidos como el Señor Demonio. Incluso si nuestra lucha fue física, causó graves daños al mundo.

… Esta podría ser la batalla de cualquiera. En ese caso… Lydia. Fase II, Listo”.

ENTENDIDO.

CAMBIO A LA ETAPA II DE TRANSFORMACIÓN DE CUERPO COMPLETO.

ACTIVANDO EL VALIENTE DEMONIO.

Mientras respondía, un aura oscura se instaló en todo mi cuerpo.

… Parecía que mi enemigo había llegado a la misma conclusión. Justo cuando completé mi propia transformación, él cambió a la Etapa II.

Cabello blanco puro. Un atuendo tan negro como la noche. Se veía exactamente como yo. Bueno, excepto que la armadura de Rogue había sufrido tantos cortes como su espada y se veía peor por el desgaste.

“¡Ahora voy…!”

“¡Toma esto!”

La pelea anterior ni siquiera se pudo comparar. El sonido de nuestras espadas resonó lo suficientemente fuerte como para reventar los tímpanos, y un agujero gigante se abrió en la tierra en la que estábamos parados. Con dinamismo supersónico y acercándonos a la velocidad de la luz, corrimos por el suelo, tallando cicatrices de batalla en toda la Tierra en ruinas.

… Todavía estábamos igualados. Esta batalla nunca se resolvería mediante el dominio de nuestras habilidades compartidas. El factor decisivo en esta batalla tenía que ser… preparación.

¿Quién de nosotros tenía la fortaleza mental más fuerte? ¿Qué tan fuerte fue nuestra voluntad en la batalla? Eso decidiría al vencedor.

“¡Aaaagh!” “¡Ngh…!”

El equilibrio finalmente comenzó a romperse. El que cayó como el inferior fui yo.

“¡Gah…!”

Lentamente, la punta de su espada comenzó a hacer contacto con mi cuerpo. Por fin, aterrizó un golpe en mi mejilla, enviando una pizca de sangre por el aire.

Cuando el corte fresco se posó en mi rostro, grité: “¡¿Por qué te quitaste la vida?! ¡Sé que no lo habría hecho! ¡No podías soportar la soledad! ¡¿Me equivoco?!”

Su intensidad aumentó. Por otro lado… gradualmente me volví más lento. Solo puede haber una razón.

“¡¿Cómo te atreves?!” él gritó. “¡¿Cómo te atreves a hablarme de escapar?!”

Llegó hasta nuestros corazones y la diferencia entre ellos.

Él continuó. “¿Eso era todo lo que Lydia significaba para ti? ¿Fue por eso que la mataste? ¿Para poder seguir adelante y ser tan egoísta en otro mundo? ¡Tú soledad era mayor que la culpa de asesinar a Lydia! ¡Fuiste maldecido por cosechar lo que siembras, por eso buscaste consuelo en la próxima vida y te reencarnaste! ¡Tú ego es suficiente para enfermarme!”

No tuve ningún argumento. Después de todo, tenía toda la razón.

“¡¿Cómo terminaste sirviéndote solo a ti mismo?! ¡No lo entiendo en absoluto! ¡¿Honestamente olvidaste las últimas palabras de Lydia?! “

“¡¿Cómo pude… olvidarlo?!”

Nuestras espadas se encontraron y cerramos las espadas. Mientras nos miramos el uno al otro desde más allá de nuestras armas, recordé el pasado.

… Habíamos estado en las etapas finales de una larga guerra. Después de repetidos dolores, nuestro objetivo estaba justo ante nuestros ojos: la destrucción de los Exteriores para volver a poner la soberanía humana en nuestras propias manos.

Honestamente, ya se podría haber dicho que se había cumplido en ese momento. Habíamos recuperado el control de la mayor parte del mundo… y solo quedaba uno de ellos. Ya estaba satisfecho.

Bueno, por ciertas razones, se podría decir que estaba cansado y harto.

Había perdido a muchos amigos y caído en la soledad… Al final, Lydia era la única que quedaba. Ella era mi única salvación. Cuando enfrenté mis propias circunstancias, me cansé… y quería evitar pelear. No quería arriesgarme a perder a Lydia.

El último Exterior era su líder, un ser de extraordinario poder. Si intentáramos derrotarlo, teníamos que estar preparados para perder aproximadamente la mitad de nuestro ejército, que nos incluiría a mí ya Lydia.

Asumiendo el peor resultado, había llegado a esta conclusión: “Ya no hay necesidad de luchar. Cumpliré sus demandas, reconoceré su dominio como un territorio independiente y permitiré que los demonios restantes formen su propia nación. Además… aceptaremos un alto el fuego y formaremos un pacto de no agresión”.

Estaba seguro de que con esto, nuestra larga guerra finalmente llegaría a su fin.

… Lydia se apresuró a saltar sobre mí sobre esto.

“¡Deja de jugar! Si los dejamos en paz, ¡volverán a hacer lo mismo! ¡Por eso tenemos que prevenirlo! ¡Ahora! ¡Deberíamos devolver el golpe!”

En ese momento, la maldición estaba afectando el cuerpo de Lydia y había desarrollado una gran sed de batalla. Cualquiera que la conociera de antes se daría cuenta de que ella nunca diría tal cosa… y su nueva disposición había sido otra fuente de mi irritación.

“Di todo lo que quieras, pero mi mente no cambiará. Acéptalo.”

Nuestras diferencias en la política crearían una profunda fisura entre nosotros… si tan solo me hubiera dado cuenta en ese entonces. Ahora lo entendía, pero en ese momento, no tenía idea de que Lydia era como un aire para mí. Su existencia a mi alrededor era natural, pero yo no podría existir sin ella.

Aunque la necesitaba para vivir, no podía entender completamente la bendición que tenía. Por eso…

“¡¿Por qué no entiendes cómo me siento?! ¡¿No compartimos el mismo objetivo?!” ella me había preguntado.

Y luego, le había respondido de la peor manera posible.

“¡¿Cuantas veces?! ¡¿Cuántas veces he llorado?! ¡¿Cuántas veces me he maldecido?! ¡Si tan solo hubiera respondido a Lydia honestamente en ese entonces! ¡Si tan solo le hubiera dicho que no quiero perderte! ¡Nada de esto hubiera sucedido nunca!” Rogue explotó, hablando desde mi corazón.

En ese entonces, me había preguntado egoístamente por qué ella no podía entender mis sentimientos. Y elegí no contarle mis verdaderos sentimientos.

“Si quieres pelear, adelante. Ya he terminado contigo.”

Eso fue lo que dije. Esas fueron mis últimas frases para ella cuando todavía era humana. Nuestro intercambio final había terminado en una pelea.

“¡Nunca aceptaré un final como ese! ¡Salvaré a Lydia! ¡Y cuando finalmente lo haga, haré que ella me condene! ¡Me disculparé por mi estupidez y me lanzaré directamente al infierno! Entonces… ¡Lydia puede vivir feliz con Varvatos!”

El hecho de que no se elegiría a sí mismo, sino a una versión completamente ajena de sí mismo en este mundo… me mostró la profundidad de su autocondena y de sus sentimientos por Lydia. Si había una diferencia en nuestra fortaleza mental, era eso.

Todo lo que tenía era repugnancia, por mí y por los cortados de la misma tela. Eso era todo lo que me estaba impulsando en esta lucha contra mi otro yo.

Pero luchó con eso y sus pensamientos inquebrantables por Lydia.

… Mientras tanto, todavía dudaba. ¿Fue la elección correcta permitir que Lydia muriera? Eso fue lo que me obstaculizo.

Después de todo, ¿no era natural? Incluso si eso era lo que ella deseaba… quería que ella fuera feliz.

“¡Ggh…!”

Mi vacilación me había puesto en desventaja. “¿Ngrah…?”

Y nos había llevado a una conclusión.

De todas las cosas, tropecé con el suelo irregular y perdí el equilibrio. Esa apertura fue solo por un instante, pero fue más que suficiente para quitarle una vida.

“¡AAAAAAAAAAARGH!” Rogue vino hacia mí con un grito de guerrero. La punta de su espada preparada apuntó directamente a mi pecho… En cuestión de momentos, atravesaría mi corazón.

… Por extraño que parezca, no me arrepiento. De hecho, incluso sentí que así debería ser.

Ireena y Ginny estarían tristes, pero… Rogue seguía siendo yo. Imaginé que no les pasaría nada malo. No sabía si Rogue lograría su deseo después de mi muerte… pero si salvó a Lydia, me alegraría por ello.

Mi muerte vendría

Sucedió justo antes de que aceptara completamente la peor parte de su ataque.

“¡¿Ack…?!”

La hoja se detuvo a punto de perforar mi pecho; la hoja oscura tembló como si intentara no moverse.

¿Qué era esto? ¿Qué está pasando?

“¡Gah…!” Rogue parecía desconcertado; la vacilación recorrió sus rasgos llenos de cicatrices.

“¡Esto…! ¡No puede ser…!” Cuando dijo eso, abrí los ojos.

¿Fue esto una ilusión?

Vi una forma de Lydia parada detrás de Rogue, sujetando sus brazos hacia atrás para evitar que se moviera.

Protege mi deseo, pareció suplicar con sus ojos mientras me miraba. Al menos, eso era lo que había reunido.

“¡Lydia…! ¡Si es lo que quieres…!” Aprieto los dientes y, cuando las emociones brotaron dentro de mí… liberé mi espada con todas mis fuerzas.

“¡¿Gah?!”

Cortando desde el hombro, fue un ataque destinado a cortar mi objetivo en dos. Antes de que pudiera, se las arregló para saltar hacia atrás de alguna manera. Pero ya era demasiado tarde; mi espada le había perforado el pecho.

“¡Argh…! ¡Detente, Lydia…! ¡Incluso en un momento como este…! ¡¿Te vas a interponer en mi camino…?!”

Todo el mundo tenía claro qué había provocado este cambio de roles. Hasta ahora, la batalla había sido uno contra uno, pero… ahora, era dos contra uno.

El deseo de Lydia debe haber entorpecido sus movimientos. Junto con la severa herida que le hice, la ventaja se volvería a mi favor en un instante.

“¡Como si fuera a perder…! ¡Como si aceptara la derrota…! ¡Ya juré… que nunca volvería a fallar…! ¡Yo… yo…!”

Pero Rogue todavía luchó en serio. La pesada carga de su arrepentimiento y su desprecio por sí mismo le dieron fuerzas, pero no cambiaron nada.

“U-ugh…”

Finalmente, Rogue cayó sobre una rodilla. Mi otro yo estaba completamente cubierto de heridas, la sangre cubría su oscuro atuendo y manchaba el suelo. Me quedé en silencio, listo para quitarle la vida y terminar con todo esto.

“… Se acabó, Disaster Rogue. Mi otro yo”.

“¿De verdad crees… que está bien… que las cosas sigan así…?” Con la respiración entrecortada y los hombros agitados, Rogue me miró. Había miedo en sus ojos. Pero no era miedo a la muerte.

Fue miedo al fracaso.

Y luego, suplicó por su vida.

“Recuerda… tus días junto con Lydia… ¿No eran… tan preciosos para ti…?”

Comprendí sus sentimientos, empatizando ya que estos sentimientos eran míos.

Este hombre era yo. Nunca alguien que suplicara por su vida. Preferiría sufrir una tortura eterna. Aunque su orgullo lo distorsionaba, se había aferrado desesperadamente a la vida.

Todo fue por Lydia.

… Este lado de mí me hizo llorar. No pude evitar que las lágrimas cayeran.

“Esto es lo único… que… no puedo fallar… no entendí… mis sentimientos por Lydia… hasta que la perdí… Por eso yo… quería salvarla… yo… yo…

“¡Estaba enamorado de ella…!”

Cuando escuché esas palabras, todo mi cuerpo se convulsionó. Mi agarre en la espada se aflojó ligeramente.

“¡Aah…! ¡AAAAAAAAAAARGH!” Dejé escapar un poderoso grito, dejando de lado toda vacilación.

Bajo el cielo nublado, perforé el corazón de Rogue en un solo aliento.