Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 3

Capítulo 46: El Ex-Señor Demonio Y La Verdad Inminente

 

 

El autoproclamado dios nos había dado dos objetivos. Encuentra la singularidad para arreglar la historia.

Y conoce al Señor Demonio.


Pensamos que lograr estas dos cosas nos permitiría volver a nuestro propio tiempo, por lo que habíamos hecho de conocer al Señor Demonio nuestra principal prioridad y decidimos trabajar con Verda para recopilar información sobre la singularidad o lo que sea. Como resultado, nos reunimos inesperadamente con Lydia y encontramos un éxito inesperado… logrando así nuestro segundo objetivo.

O eso creía yo.

“¿Hay otro Señor Demonio?” Estaba tratando de reconstruir lo que mi yo pasado antes que yo acababa de decir.

… Para mí, el Señor Demonio era mi yo pasado. En otras palabras, Varvatos. No recordaba a nadie más que a mí usando ese apodo.

“… ¿Qué ocurre?” preguntó mi yo pasado simplemente.

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“No es nada. Lamento muchísimo haber dejado escapar esas tonterías”, respondí rápidamente, ansioso por terminar la conversación. Mi yo pasado parecía sentir algo, pero esa también debe haber sido la razón por la que no presionó más.

… Era mejor que evitara tener que explicar a este otro Señor Demonio desconocido tanto como fuera posible. Por la reacción de Varvatos, todos sabían sobre este “Señor Demonio”. Si hubiera sido una noticia para él, inevitablemente habrían surgido preguntas sobre la identidad del Señor Demonio.

E incluso si este yo pasado mío me creyera… era difícil saber cómo reaccionaría. En esta era, yo era un rey ante todo. Haría cualquier cosa para proteger a mi nación y a mi gente.

Es decir… me había vuelto despiadado. Cómo reaccionaría ante alguien del futuro que viniera a cambiar la historia… ni siquiera yo podría decirlo.

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Él podía verme como una amenaza, ponerme bajo vigilancia o, si realmente tenía mala suerte, intentar asesinarme.

Y entonces… ella era la única a la que le pedía detalles.

Y con eso, me refiero a ese genio y al desastre natural andante.

Después de eso, terminamos nuestra charla y regresamos a la Ciudad de Primera Línea, Aether. Ireena y Ginny estuvieron en silencio todo el camino. Como yo, estaban desconcertados por el asunto del Señor Demonio.





Por eso nos dirigimos a Verda con la esperanza de que pudiera aclarar las cosas. A Lydia y Sylphy les ofrecí una excusa plausible: “Lady Verda es nuestra maestra temporal, y es nuestro deber informar sobre los acontecimientos del palacio”. Nos habíamos despedido.

Y ahora, de vuelta al presente.

Estábamos en una sala de recepción de la combinación de mansión y laboratorio de Verda, explicando la situación mientras ella yacía en una cama.

“Ah, lo sabía”, dijo sin comprender. “¿Qué quieres decir?”

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“Nuestro Señor Demonio y el que llamas por el mismo nombre no es la misma persona. Cuando dijiste por primera vez que querías conocer al ‘Señor Demonio’, estaba confundido, pero ahora lo entiendo”.

“… Si lo supiste, ¿por qué no dijiste algo antes?”

“¿Lo intenté? Pero entonces, Sylphy entró irrumpiendo y perdí mi oportunidad. Bueno, podría habértelo dicho varias veces después de eso… pero seamos honestos, ¡realmente no me importaba de ninguna manera!” Verda rodó sobre la cama. Me molestó… pero si la golpeaba cada vez que me estresaba, nunca me detendría.

Aclaré mi garganta y traté de presionar a Verda para obtener más información sobre el Señor Demonio.

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Esto fue lo que logré recoger:


Primero, el Señor Demonio apareció repentinamente unos tres años antes del área entre el dominio de los Externos y el nuestro. Esta figura tomó el control de la tierra cerca de las fronteras de la nación, sin permiso. Esa tierra estaba increíblemente cerca de nuestra ubicación actual, Aether.

En segundo lugar, el Señor Demonio tenía el poder de producir monstruos. Por lo tanto, sus fuerzas militares estaban compuestas en su totalidad por bestias… E incluso si esas tropas fueran eliminadas, podrían reponerse rápidamente.


En tercer lugar, el objetivo del Señor Demonio no estaba claro, con enemigos tan amplios como los Externos y demonios… para nosotros. Incluso todas las propuestas de negociación fueron denegadas. Además, estas acciones cambiaron la línea de tiempo histórica como la conocía… A partir de esta situación, la “singularidad” mencionada por el autoproclamado dios parecía apuntar hacia este “Señor Demonio”.

Cuarto, este enemigo nos vigilaba de cerca. Varvatos había atacado una vez pero no pudo derrotar al Señor Demonio. Desde entonces, esta misteriosa figura nos vigilaba sin provocar ningún conflicto innecesario.

El Señor Demonio tenía el poder de la inmortalidad y estábamos tratando de encontrar una explicación para este secreto. O íbamos a encontrar la razón de su inmortalidad… o… Hm. Bueno, no imaginé que tendríamos que subyugarlo mientras nos mantuviéramos en nuestro carril.

… Entre estos cuatro puntos, el factor más importante para nosotros fue el cuarto.

“Hemos entendido mal a este ‘dios’. Encuentra la singularidad para arreglar la historia. Y conoce al Señor Demonio. Habíamos entendido estos como objetivos separados, pero… parece que son uno y lo mismo”, dije.

Por eso el “dios” lo había dicho así… En cuanto a la condición que teníamos que cumplir para volver a nuestro tiempo…

“Tenemos que conquistar al Señor Demonio, que está cambiando la historia, y devolver este mundo a la forma en que debería ser. Esa es nuestra condición, pero…”

“Si Lord Varvatos no pudo vencer al Señor Demonio, ¿cómo podemos…?” Ireena murmuró abatida con las cejas fruncidas.

Ella tenía razón.

Si incluso Varvatos en su altura no podía matar a este enemigo, no había forma de que pudiera salir y hacerlo por mi cuenta ahora. Lo que significa que necesitaríamos refuerzos para derrocar a este Señor Demonio.

“… Nos ocuparemos de ellos utilizando las fuerzas combinadas del Imperio Vardia, Su Majestad y los Cuatro Reyes Celestiales. De lo contrario, derrotar al Señor Demonio será imposible”.

En cuanto a la inmortalidad del Señor Demonio, que Verda había mencionado, tuve una idea. Incluso mi yo pasado ya había dado con algo: podía eliminar al Señor Demonio, si estaba dispuesto a asumir los riesgos.

Sin embargo, estaba dejando en paz al Señor Demonio, lo que solo podía significar una cosa.

Mi yo pasado no veía al Señor Demonio como una amenaza. Como siempre, consideró la eliminación de los Externos la máxima prioridad.

…Fue una buena llamada.

A diferencia de los Externos, que reinaban sobre nosotros como enemigos mortales, el Señor Demonio no era más que una amenaza menor. En ese caso, esta cifra no era un objetivo que valiera la pena correr el riesgo de aplastar. No era solo eso: sería natural para él pensar que el Señor Demonio ni siquiera era el que debería estar reprimiendo.

Si el Señor Demonio poseyera el poder de engendrar continuamente un ejército, naturalmente se convertiría en una guerra de desgaste. Incluso suponiendo que logramos ganar al final… el ejército de demonios probablemente lanzaría un asalto contra nuestras agotadas fuerzas en un instante. Si se llega a eso, ¿tendríamos suficiente poder para repeler al enemigo? Nadie pudo decirlo.

Lo importante era que existía un riesgo, incluso si era el más pequeño del mundo. E indudablemente era un riesgo que mi yo anterior no tenía ningún interés en correr.

Ya fuera en el pasado o en el presente, era más cauteloso que nadie y tan cobarde como un cervatillo.

“… Motivar a Su Majestad para que actúe no será fácil”.

“Tienes razón. Después de todo, Var tiene un sentido de la responsabilidad estúpidamente fuerte. Se preocupa por la vida incluso de nuestros soldados más bajos. Bueno, es un buen tipo, así que supongo que no puedo odiar eso de él… Va a ser muy difícil conseguir que Var haga lo que tú quieres, ya sabes”.

No pudimos evitar guardar silencio ante las palabras de Verda. Una cortina cayó sobre nosotros durante algún tiempo… Finalmente, fue Ginny quien rompió el silencio.

“¿Por qué no le decimos al Señor Demonio… quiero decir… Su Majestad sobre nuestras verdaderas identidades? Si podemos explicar el peligro del Señor Demonio de esa manera…”

Acaricié mi barbilla mientras mis pensamientos se agitaban en mi mente.

El riesgo de que nuestras identidades salgan a la luz siempre sería algo que tendríamos que considerar. Sin embargo… ya no teníamos otra opción. Como había dicho Ginny, aparte de salir corriendo, no había mucho más que pudiéramos hacer. Sin embargo…

“Vayamos con la sugerencia de Ginny. Sin embargo… todavía no nos hemos ganado lo suficiente de su confianza para llevarlo a cabo. Su Majestad es una persona cautelosa. No hay forma de que preste oído a aquellos que no tienen su plena confianza”.

“¿Así que quieres decir… deberíamos trabajar aún más duro para gustarle?”

“Eso es correcto. Una vez que nos hayamos distinguido, será necesario persuadirlo… pero déjeme esa parte a mí”.

Él era mi yo pasado en todos los sentidos. Yo fui quien supo convencerlo. Si pudiéramos acumular logros, podríamos conquistarlo… Eso era lo que esperaba de todos modos.

“El problema es encontrar una oportunidad para estos grandes logros. Ya nos hemos secado ese pozo”.

Oh, sería fantástico si algún enemigo importante pudiera venir a golpear convenientemente, pero… justo como pensé que era imposible…

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“¡OYE! ¡¿ESTÁS AQUÍ, ARD?!” tronó una voz violenta.

La puerta se derrumbó. En la habitación entró… Lydia, luciendo algo agitada. Ella me fulminó con la mirada.

“¡Es guerra! ¡Nos vamos mañana! ¡Lucha conmigo en el frente!” ella ladró.

Su tono no me dio mucho espacio para discutir. Tomando todo esto en cuenta, le dediqué una sonrisa.

“Entendido. Si bien poseo muy pocas habilidades, enfrentaré la situación con determinación y convicción”. Di mi consentimiento sin dudarlo. Fue increíble cómo la oportunidad de avanzar en nuestro éxito acababa de caer en nuestras vueltas.

Por la forma en que actuaba Lydia, el enemigo era un luchador muy conocido. Si pudiera recuperar su cabeza, podría traerla de regreso como un recuerdo convincente para mi yo pasado.

“Entonces… ¿quién podría ser nuestro oponente?”





No importaba quién fuera. Definitivamente los derrotaría. Pero pensé que también podría saberlo.

“Mevilas. El Rey Maldito, Mevilas”.

Ante ese nombre, mi respuesta fue instintiva. “¡¿Dijiste ‘Mevilas’…?!”

El Rey Maldito.

Y una de las razones por las que maté a Lydia.

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