Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 10

Capitulo 7: Preocupaciones

Episodio 6: Escaramuza De Los Ricos

Al frente de la gran sala de conferencias había un podio y una pizarra, con filas de escritorios y sillas ante ellos para acomodar a la multitud, como para los estudiantes en un salón de clases.

Una vez que todos los asistentes estuvieron sentados, el hombre que había iniciado formalmente la reunión tomó su lugar detrás del podio. “Gracias por compartir su precioso tiempo con nosotros hoy. Mi nombre es Wanz y soy el organizador de esta conferencia. No tengo tanta experiencia como la mayoría de ustedes, pero intentaré llevar a cabo una reunión productiva”.

Los aplausos resonaron entre la multitud.

“Gracias. Permítanme comenzar con esta pregunta: ¿cómo se sienten acerca de la seguridad de nuestra ciudad?” Con esa pregunta, comenzó su discurso enfatizando cuán desesperadamente la ciudad requería nuestra acción coordinada.

El discurso se encontró con momentos ocasionales de resistencia.

“Los guardias de la ciudad saben lo que están haciendo. Escuché que aumentaron su número y reforzaron las patrullas”.

“He oído lo mismo, y no discuto la competencia de los guardias de nuestra ciudad. ¡Pero déjame ser claro! ¡Esas medidas fueron tomadas por los guardias porque su número era insuficiente para prevenir los crímenes que ahora asolan nuestras calles!”.

“Bueno…”

“El aumento de los guardias que patrullan es una medida desesperada para contrarrestar el aumento de la delincuencia. Como resultado, hay cada vez más casos en los que los perpetradores se escapan o bajan la guardia porque los nuevos reclutas no están capacitados adecuadamente. Están haciendo todo lo posible, estoy seguro. Pero sus mejores esfuerzos no pueden borrar el hecho de que cada vez más guardias encargados de proteger nuestra ciudad se están convirtiendo en víctimas. ¿Puedes estar tan seguro de que todos estaremos a salvo en sus manos? ¿Puedes confiar plenamente en los guardias como están hoy?”

“P-Pero—”

“¡Pero nada! Cuando sucede lo impensable, cuando se traiciona la confianza en ellos, podrías ser tú o tus seres queridos quienes sufran las consecuencias”.

Cualquier crítica u oposición fue silenciada rápidamente por Wanz, de una manera que dejó bastante intimidados a los asistentes.

Tuve un proceso de pensamiento similar al considerar el peor de los casos; tal vez eso me ayudó a sentir una fuerte repulsión hacia Wanz, a pesar de seguir su lógica. Cuando traté de diseccionar ese sentimiento, encontré una diferencia fundamental entre Wanz y yo. Si bien no pude evitar pensar en el peor de los casos y siempre me preparé lo mejor posible para ello, nunca sentí la necesidad de transmitir mi miedo a los demás. Por otro lado, Wanz, bajo el pretexto de una súplica apasionada para que reconozcamos la situación y nos preparemos en consecuencia, parecía estar avivando el miedo en los asistentes pintando vívidos retratos de la pendiente resbaladiza que podría surgir de no escucharlo.

“Justo este año, mi mentor finalmente me aprobó abrir mi propia tienda: un pájaro joven recién salido de su nido, ahora en la desconocida ciudad de Gimul. Desafortunadamente, no soy un hombre con la confianza necesaria para simplemente sentarme y poner mi propia vida en manos de los guardias de la ciudad. Me costó mucho trabajo abrir mi negocio, y los cambios en nuestra ciudad me han dado muchas noches de insomnio; sin duda ellos también han hecho lo mismo por ti.”

“Él tiene un punto; el crimen es definitivamente un problema”.

“Estoy de acuerdo en que no podemos quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada”.

A lo largo de su discurso, Wanz se aseguró de pintarse a sí mismo como “uno de nosotros”, mientras expresaba su preocupación por la ciudad. Cada vez que llegaba un comentario comprensivo de la multitud, más y más personas parecían aceptar el discurso de Wanz.

La forma en que jugó con el miedo de los asistentes recordó las tácticas utilizadas por los estafadores. Estaba empezando a reconocer el aire en la sala de conferencias. Esta reunión fue una mera formalidad, ya que se utilizó para volver a empaquetar algo que el comité ya había convertido en un hecho consumado. A pesar de que aparentemente se trataba de una conferencia, no hubo oportunidad de compartir nuevas ideas o tener una discusión real. Cualquiera que se atreviera a cuestionar a Wanz era silenciado o ridiculizado. Es posible que también nos hayan enviado a todos una carta en su lugar.

Sentar las bases era importante para cualquier empresa, pero esta conferencia seguía un guion. No tenía ninguna duda de que las primeras personas que saltaron para estar de acuerdo con Wanz o defenderlo lo hicieron por su paga. Wanz había alimentado sus miedos y podía dirigir la habitación en la dirección que quisieran. Cuanto más pensaba en ello, más banderas rojas veía surgir. Ya se rumoreaba que el aumento de la delincuencia había sido instigado por un grupo de nobles. Si Wanz y sus lacayos estuvieron involucrados en el aumento del crimen, ¿fue esta conferencia una trampa? ¿A qué nos iban a obligar bajo el pretexto de “cooperación”?

“¡En estos tiempos difíciles, nosotros, los comerciantes locales, haríamos bien en mantenernos unidos y superarlo todo!”

Sonaron los aplausos, esta vez con mucho más entusiasmo que antes.

“Carme” susurré.

“¿Sí?”

“Perdón por esto.”

“¿Qué?”

Dejando a Carme confundida, levanté la mano. “Si me permites.”

Los ojos de los asistentes se centraron en mí, pero Wanz tardó un poco en verme en la última fila.

“Uh, ¿quién está, allá atrás…? No puedo ver tu cara, tengo miedo.”

“Mi nombre es Ryoma Takebayashi. Dirijo una lavandería llamada Bosque de Bambú en el lado oeste, cerca de la zona residencial”.

“¡Gracias! Incluso yo soy consciente de su reputación como propietario de un negocio joven y talentoso. Me disculpo por no reconocerte antes.” La sonrisa amistosa y la disculpa provocaron un hilo de risas comprensivas entre la multitud.

“No te culparía. Después de todo, aquí soy un niño rodeado de adultos”. “Soy consciente de eso. ¿Tenías alguna pregunta?”

“Sí. Me gustaría agradecerles por celebrar esta conferencia. Acabo de abrir mi tienda la primavera pasada, así que he estado escuchando con gran interés. Siendo yo mismo una cara nueva en Gimul, no tengo mucha conexión con otros comerciantes aquí, así que esperaba con ansias la oportunidad de conocer a aquellos de ustedes con más experiencia. Naturalmente, tengo mis propias preocupaciones sobre la seguridad de la ciudad, así que esperaba fortalecer los lazos dentro de nuestra comunidad y trabajar juntos para combatir el problema”.

Eso, al menos, era cierto. No había conocido a muchos otros dueños de tiendas en Gimul y quería construir una buena relación con la comunidad. Probablemente podrías atribuirme eso a que yo era japonés en mi vida pasada; luchar por la armonía entre las personas era parte de mi cultura.

“¡Maravilloso! Estoy seguro de que—”

“¡Así que debo preguntarte algo! Dices que debemos mantenernos unidos para luchar contra el crimen, pero ¿cómo se supone que lo hagamos exactamente?”

Por un breve instante, la sonrisa de Wanz se desvaneció. Si no hubiera estado observando su expresión cuidadosamente, probablemente no lo habría notado en absoluto. ¿Mi yo normal se habría dado cuenta de eso? No podría decir con certeza.

“¡Por supuesto! Una pregunta natural para hacer. Disculpe.” Wanz continuó con su discurso, más trabajando en la multitud que respondiéndome directamente. Solo mezclaba algunas ideas que sonaban a soluciones (intercambio de información, comunicación frecuente, patrullajes nocturnos, clases de defensa personal, seminarios de capacitación para empleados, etc.) con comentarios que explotaban el orgullo y sentido de responsabilidad de los asistentes como “Nosotros ¡Ya no puedo confiar en los guardias!” Las cuatro o cinco plantas de la multitud se turnaron para dar su aprobación.

“Esas son mis sugerencias”, concluyó Wanz. “¿Qué piensan todos ustedes?”

“Absolutamente bri—”

“Inútil”, dije en voz alta, interrumpiendo al hombre que saltó para estar de acuerdo con Wanz. La sala de conferencias se congeló e incluso sentí animosidad por parte de algunos de los asistentes.

“¿Sin valor? ¿Qué quieres decir, Ryoma?”

“Quiero decir lo que dije. Tus sugerencias solo serán efectivas a largo plazo. A corto plazo, son casi inútiles”.

“Por supuesto, sus efectos no serán inmediatos. ¡Pero nada arriesgado, nada ganado!”

“¡Exactamente!”

“¿Cuál es el punto de rendirse antes de intentarlo?”

“Lo juro, los niños de hoy en día son solo…”

Como era de esperar, algunos de los asistentes comenzaron a atacarme. Tuve que clavar mis talones. “¿Todos ustedes son realmente tan estúpidos?”

Aparentemente, las personas que intentaban derribarme no esperaban un insulto tan contundente.

“¡¿Señor?!”

“Cállate, Carme.”

Lo siento, Carme, pero realmente no es el momento. Siempre fue intuitivo y parecía darse cuenta de los momentos en que rompía flagrantemente mi carácter. Si bien no parecía saber a dónde iba con esto, depositó su confianza en mí de todos modos.

“Estamos aquí porque necesitamos una solución urgente para combatir el crimen”.

“¡Cualquier solución es mejor que nada!”

“¿Cuál es el daño en aprender defensa personal?”

“¿O patrullando las calles?”

Escuché algunos acuerdos entre murmullos a mi punto, pero fueron rápidamente ahogados por los perritos falderos de Wanz.

“Por favor, todos, cálmense. Agradezco su entusiasmo y he escuchado algunas buenas ideas. Creo que patrullar es una de las soluciones más inmediatas que se mencionaron, y tampoco veo el daño en aprender defensa personal”.

“Bueno, entonces intenta hacer eso si estás tan seguro de ello. Pero hablando de defensa propia, Wanz, ¿no te mencionaste a ti mismo que los guardias recién reclutados están mal entrenados y es más probable que los criminales los dominen?”

“Bueno—”

“Es un buen punto. Pagar a los guardias para que nos mantengan a salvo es discutible si no están lo suficientemente bien entrenados para lidiar con un ataque criminal. ¿Pero ahora les está diciendo a comerciantes como nosotros que aprendan defensa personal mientras trabajamos en nuestras tiendas y tratamos con esos mismos criminales? ¿Alguien cree seriamente que podría protegerse de esa manera? Seguro que no. Además, dijiste que no cuestionas la competencia de nuestros guardias. Estoy de acuerdo de todo corazón; mi postura en las patrullas nocturnas no es diferente. Creo que los testigos potenciales pueden prevenir crímenes antes de que sucedan. Pero si la patrulla se encuentra con alguien sospechoso o es testigo de un crimen, podrían ser atacados de inmediato. Así como algunos delincuentes pueden planear matar durante su robo, algunos de ellos pueden enfurecerse e intentar atacar a los testigos. ¿De verdad crees que todos nosotros podríamos manejar una situación como esa? Mira a tu alrededor.”

Los asistentes eran una mezcla de hombres y mujeres, algunos de ellos corpulentos, otros delgados y varios de ellos claramente en su vejez. Eran comerciantes, no luchadores. Más de la mitad de ellos probablemente ni siquiera hacían ejercicio regularmente.

“Y patrullar de noche significa poca visibilidad, con pocos peatones o testigos fuera del equipo de patrulla. Algunos de ustedes pueden saber que también soy un aventurero. Y así, hablando en mi calidad de aventurero… realmente no tienes idea de cómo es el combate real”.

Este mundo estaba plagado de espadas y magia, pero estos mercaderes nunca salían de la ciudad. Con guardias prácticamente en cada esquina, parecían ajenos a cualquier situación de vida o muerte. Miré de los hombres de confianza de Wanz al resto de los asistentes, como para ver si realmente entendían cuán peligrosas eran realmente estas “soluciones”.

Mientras que la mayoría de ellos se alejaron de mi mirada, un hombre se puso de pie dos filas delante de mí y me devolvió: Darson. “Entiendo lo que estás diciendo, Ryoma, pero cálmate. Nadie va a hablar si los intimidas así”.

“¿Por qué hay que intimidarse? Solo soy un niño, ¿no? Además, creen que pueden simplemente tomar una clase de defensa personal y lidiar con los delincuentes ellos mismos, así que no veo el problema aquí. La gente que no ha dicho nada está dispuesta a tomar las armas y arriesgar su vida, la de sus familias, la de sus empleados… O matar al agresor. ¿Alguno de ustedes está listo para hacer eso?”

“No eres un niño ordinario… Pero cuando lo dices así…” Darson hizo una mueca y se volvió hacia el podio.

“Hey, Wanz. Debo decir que, como antiguo aventurero, Ryoma tiene razón. No importa cuáles sean tus intenciones, si te involucras en una pelea, es la supervivencia del más apto. No tengo nada en contra de que todos aquí aprendan tácticas de defensa personal, pero es demasiado optimista decir que es suficiente”.

“Las tácticas de defensa personal están diseñadas para tipos limitados de situaciones, en las que has agotado todas las demás opciones, salvo luchar por tu vida. Es un último recurso. Necesitas mantener el peligro lejos de ti. Si estás planeando una pelea, eso no es defensa personal, es solo entrenamiento de combate. No es lo mismo” añadí.

“Ya veo, ya veo… Sí, apreciamos el aporte de los aventureros con experiencia en el mundo real”.

Empezaba a ver que Wanz mantenía su actitud amistosa mientras fingía aceptar una opinión diferente antes de denunciarla. Supongo que esta no fue su primera estafa. “En ese caso, permítanme preguntarles a los expertos: ¿qué sugieren que hagamos?”

“¡Sí, vamos a escucharlo!”

“Seguramente están llenos de ideas”.

“Contratar aventureros o mercenarios”, respondí sin perder el ritmo. Acababa de discutir esto el otro día, después de todo. “Sácalos de la jubilación si es necesario. Solo necesitamos contratar a un buen número de personas que ya estén entrenadas para luchar y establecer un sistema que permita patrullas regulares y respuestas de emergencia. Si compartimos el costo, debe ser menor que cada uno de nosotros contratando nuestra propia protección. Todos somos comerciantes aquí, ¿verdad? Así que será mejor que actuemos como tal. Jugar guardias contra ladrones por nuestra cuenta sin entrenamiento no tiene sentido”.

Algunos asistentes parecían estar de acuerdo y algunos de ellos comenzaron a conversar entre ellos, cuando Wanz dejó escapar un suspiro dramático. “Esperaba algo mejor”, dijo.

“¿Te importaría explicar?”

“Establecer un fondo y contratar aventureros traería suficiente poder de combate a la ciudad a un costo relativamente bajo… ¡Pero hay un gran problema con esa idea!” enfatizó.

“Solo escúpelo”, le dije.

“Hablando sin rodeos, atraerá la ira de los nobles”.

Los murmullos de los asistentes se hicieron más fuertes.

“¿Alguna vez has considerado por qué existen los gremios?” Wanz continuó. “Para los nobles, podría agregar”.

“Para manejar el poder y las armas que tienen los plebeyos”. Otro tema que había oído hablar el otro día. Como estaba siendo tan dramático al respecto, pensé que terminaría su línea de pensamiento.

Por primera vez, Wanz mostró una inquietud visible. “Si sabes eso, ¿por qué te molestaste en hacer esa sugerencia?”

“¿He tocado un nervio?” respondí.

“¡Oye! ¡¿Quieres explicarnos al resto de nosotros?!”

“¡Orden!” La autoridad de Wanz como líder de esta conferencia fue ciertamente fuerte.

“Lo primero que quiero aclarar es que los nobles siempre temen una cosa: una revolución. Intentarán protegerse con su oro y poder, por supuesto. Sin embargo, la población noble es una mera fracción del tamaño de la población plebeya; menos de una décima, para ser exactos. Hay numerosos relatos históricos de plebeyos que se unieron para rebelarse contra la opresión interminable de los nobles. Y los nobles temen la revolución porque puede ocurrir en cualquier momento. Entonces, ¿qué hacen para protegerse? Nos impiden unirnos”.

Wanz continuó con su soliloquio, jugando para los asistentes. “Todos los gremios son administrados por el gobierno, con el permiso de Su Majestad el Rey, lo que evita que los nobles interfieran directamente, pero siguen siendo los que gobiernan el país. De forma indirecta, los gremios también están gobernados por los nobles. El Gremio de Comerciantes puede rastrear las finanzas individuales, y los Gremios de Aventureros y Mercenarios pueden rastrear el tamaño de las fuerzas individuales. Pagamos el precio de los beneficios que recibimos trabajando a través de los gremios y dando nuestra información a los nobles. Si terminamos concentrando demasiado poder en una ciudad… Bueno, está claro como el agua lo que harán los nobles. Prácticamente pueden matar una revolución desde sus cunas”.

“P-Pero Wanz, nadie aquí está tratando de iniciar una revolución, ni siquiera ese chico Ryoma”.

“¡Por supuesto que no! Si bien ninguno de nosotros tiene la intención de iniciar una revolución, los nobles desconfiarían de una organización que consolide tanto poder. Podemos argumentar que es por seguridad, pero de todos modos sospecharán una intención revolucionaria. Así es como piensan los nobles. Nuestras intenciones, en el gran esquema de las cosas, no importan. ¡Lo que importa es cómo aparecerán nuestras acciones ante los nobles! ¡No hay duda de que, si reunir tales fuerzas llamara la atención de los nobles, todos los que contribuyeron al esfuerzo serán vistos como cómplices de la revolución!”

Su teatralidad no hacía que las cosas fueran más fáciles de seguir para los asistentes.

“¿En serio?”

“No irían tan lejos…”

“¿Lo harían?”

“Y si…”

Murmullos de preocupación zumbaron por toda la sala de conferencias.

“Odio llover sobre tu desfile, pero eso no va a suceder”, dije.

“¿Disculpa?”

“Cualquiera que tenga la cabeza bien puesta entendería que solo buscamos defender nuestras tiendas, y con mucho gusto nos permitiría hacerlo”.

La entrada de Wanz se sesgó hacia el peor de los casos desde el principio. De hecho, había oído hablar de ejemplos en los que la gente había reunido fuerzas suficientes para despertar las sospechas de los nobles. Pero también era común que la gente juntara su dinero y contratara aventureros o mercenarios. Para algunas aldeas y asentamientos más pequeños, esa era la única forma en que podían protegerse de monstruos y bandidos. Realmente, no necesitábamos contratar a más de ellos de los necesarios.

“Algunos de ustedes sabrán que tengo una relación amistosa con el duque y su familia. Estaría feliz de informarles claramente de nuestras intenciones de antemano”, dije con confianza.

“¿Y cómo ayuda eso a alguien más que a ti mismo?”

“Si incluso ayudaría en algo”.

“Claro, he oído que tiene conexiones con el duque…”

“¿Un niño como tú resolviendo eso? Como si eso alguna vez pasara.

Camina por el camino, no hables por hablar”.

Recibí un poco de rechazo a cambio. Sin embargo, nada que no esperaba.

Wanz se rio entre dientes. “Ryoma, muchacho. No creo que entiendas cómo nos sentimos los comerciantes comunes como nosotros.”

“Sí, si tuviera un noble que me respaldara, también sería bastante relajado con las cosas. Yo debería ser tan afortunado.”

“No es de extrañar que un pequeño punk como tú pueda manejar un negocio”.

“Bien por ti, no tienes que preocuparte por nada. ¿Qué tal si te callas y dejas que los adultos hablen ahora?”

Correcto. Ahora veo cómo es.

Estas personas eran técnicamente dueños de negocios, pero no en la forma en que lo eran Serge, Pioro y Orest. Esos tres tuvieron el descaro de enfrentarse a los nobles cuando se trataba de sus asuntos; eso seguramente les debe haber ayudado a llegar a donde estaban ahora. Pero no podría decir lo mismo de las otras personas en esta sala. Sus tiendas estaban en la ciudad y se ganaban la vida decente y establemente con ellas. Si bien sin duda trabajaron duro para ganarse el pan de cada día, no tenían el impulso para expandir su negocio. Tratar con nobles no era más que un riesgo adicional a sus ojos. Tuvieron éxito, pero no tanto como para poder estar con los peces gordos. Y parecía que tratar de convencerlos de que dejaran de lado su miedo a los nobles era un ejercicio inútil.

“Bueno, creo que estamos en un callejón sin salida, así que me iré”, dije mientras me levantaba de mi asiento.

“¿Oh? ¿Se van tan pronto?” preguntó Wanz.

“Sí. No estoy interesado en perder más tiempo, y parece poco probable que podamos encontrar una solución de todos modos”.

“Apuesto a que nunca quisiste trabajar con nosotros en primer lugar”.

“Seguro que no suenas como el tipo cooperativo”.

Eso lo hizo. No estaba dispuesto a dejar que los hombres de Wanz tuvieran la última palabra.

“Y muchos de ustedes son faros tan destacados de compañerismo, ¿verdad? No quiero señalar con el dedo, pero definitivamente percibí mucho juicio de ustedes en el momento en que entré aquí”.

Miré alrededor de la sala y muchos de los asistentes miraron hacia otro lado. Nada diferente de cuando entré. Me recibieron con una sonrisa, pero seguro que no sentí ningún sentido de respeto, ni nada más que un aire de completa condescendencia. Esa era otra diferencia entre ellos y Serge o Pioro. En mi defensa, yo era un niño y dependía mucho de Carme cuando se trataba de administrar la tienda. Pero sabía que no era un dueño de negocio muy hábil por mi cuenta de todos modos, así que no lo vi como un punto en mi contra. Tenía la esperanza de que este primer encuentro les permitiría entenderme mejor, y ahora iba a asegurarme de que lo hicieran.

“Déjenme explicarles las cosas a todos ustedes. Soy un niño, y Carme aquí me ayuda mucho cuando se trata de administrar mi tienda. Y definitivamente he tenido suerte; Me las arreglé para conseguir conexiones con el duque. Dicho esto, al ver cómo me invitaron a esta llamada ‘Unión de pequeñas empresas de Gimul’, debe saber que la escala y las ganancias de mi tienda son comparables a todas las suyas. No me importa si quieres pensar que todo se debe al duque o que solo soy un gamberro que tuvo suerte. Te sugiero amablemente que no me jodas. ¿Qué te importa que tenga dinero y conexiones, de todos modos? Si no entiende lo importantes que son en los negocios y cómo me da una gran ventaja, entonces está en la línea de trabajo equivocada”.

Terminé mi perorata y me encontré con un silencio helado. Aquí estaba esperando que al menos uno de los perros entrenados me ladrara. Ah bueno. Sin piel de mi nariz.

“Vámonos de aquí, Carme.” Sacudí a Carme, que estaba congelada en su asiento.

“¡S-Sí, señor!”

Y con eso, los dos salimos del Gremio de Comerciantes.