Fushi no Kami (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Flores Fantasmas

Parte 2

 

 

“Sigues siendo tan descarado como siempre, solo que te has vuelto más alto, Ash”.

“Te ves más saludable que nunca a pesar de ser mayor. ¿Qué pasó con los círculos oscuros debajo de tus ojos y tu ropa andrajosa?”

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Se sintió extremadamente extraño ver al padre Folke lucir más saludable y vestido mejor que nunca en el pueblo. Me asustó un poco verlo con un elegante traje de tres piezas en lugar de su gastada túnica de sacerdote.

“¿Eres un impostor?”

“Ya hiciste esa broma la última vez”.

“Supongo que, después de todo, eres el verdadero padre Folke, si lo recuerdas. En ese caso…” Una vez que estuve seguro de quién era, miré el edificio detrás de él. “¿Tu apariencia inusual se debe al hecho de que aprendiste un nuevo truco además de estudiar?”

“Podrías decirlo. De alguna manera me obligaron a construir un orfanato y terminé convirtiéndome en un ciudadano modelo mientras cuidaba a los niños”. Sonaba agradablemente molesto.

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“Mi más sentido pésame”, lo felicité. “¿Pero realmente estás cuidando a los niños? ¿No de la otra manera?”

“¡De ninguna manera! ¡Eres el primer y último mocoso que me cuidará!

¡Los niños aquí no son pequeños diablillos como tú!”

“¿Ninguno de ellos está en camino de convertirse en pequeños diablillos?” “Bueno… Uhm…” El entusiasmo del padre Folke se desvaneció de repente.

Para nosotros, “diablillos” se refería a niños inteligentes y confiables a quienes les gustaba estudiar. Y parecía que los huérfanos de aquí se estaban tomando el nombre de “Instituto de Educación” en serio, como buenos diablillos. Tenía muchas ganas de ver lo que tenían en la tienda.

“Por cierto, ¿puedes cambiar el nombre del orfanato?”

“Definitivamente no. Es una de mis pocas alegrías “, escupió el padre Folke con un tono de voz de delincuente.

Probablemente era la última persona que alguien hubiera esperado que abriera un orfanato. Lady Maika ingenuamente había dicho que sonaba “como algo que haría ese tipo”, pero como alguien que conocía la verdadera naturaleza de “ese tipo”, no me dejaría engañar. No era una persona tan benévola.

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Al verlo como una señal del apocalipsis, le pregunté rápidamente en la primera línea de mi carta de respuesta cómo había sucedido. Según el propio padre Folke, el orfanato fue el resultado del gran éxito de su investigación desde su regreso a la capital. En sus propias palabras, “Todo salió tan bien que me quedé con mucho tiempo libre en mis manos”.

Siempre que era posible, se reunía con colegas investigadores del idioma antiguo y otras disciplinas, pero eso todavía no era suficiente para llenar su agenda. Fue en ese momento que apareció en su puerta un sacerdote con los ojos llorosos que solicitaba ayuda para un orfanato.

El padre Folke estuvo de acuerdo y dijo: “Siempre que sea de vez en cuando para matar el tiempo”. Sin embargo, eventualmente llegaría a lamentar esa decisión, maldiciendo a su yo pasado como el mayor idiota y tonto en la historia de la humanidad. Una valoración precisa, si me preguntas.

El orfanato resultó ser un campo de batalla lleno de tribus salvajes. Dado que las raciones de alimentos eran escasas y terribles, los huérfanos habían recurrido a diversas perversidades para obtener alimento. En el proceso, también habían comenzado a hacer cosas problemáticas por otras razones.

Los sacerdotes de la capital real habían perdido el juicio al enfrentarse a esos niños traviesos pero hábiles. Como miembros de la intelectualidad, muchos de los sacerdotes procedían de las altas esferas de la sociedad. Habían dejado la crianza de sus propios hijos a sus sirvientes y, como resultado, no estaban más que preparados para tratar con huérfanos cuyo comportamiento requería una atención especial.

Al mismo tiempo, nuestro querido sacerdote delincuente de mediana edad, el padre Folke, tenía mucha experiencia tratando con niños traviesos de su tiempo en el pueblo. Después de señalar rápidamente al líder del grupo, lo desafió y lo derrotó en el acto. Bastante literal. Como no había sido posible razonar con el líder, el sacerdote delincuente lo había hecho llorar con los puños desnudos.

Naturalmente, los niños traviesos habían declarado posteriormente al padre Folke enemigo exterior y habían llevado a cabo varios contraataques. Desafortunadamente para ellos, el sacerdote delincuente inmaduro había respondido seriamente con el doble de fuerza.

Si bien su conducta había sido impropia de un sacerdote, había sido eficaz contra los niños traviesos, cuya organización territorial estaba más cerca de los animales salvajes que de los humanos. Después de numerosos enfrentamientos, finalmente se habían rendido ante el párroco delincuente infantil, que fue declarado su nuevo líder.

Como tal, el padre Folke había expresado su preocupación con respecto a las necesidades de sus nuevos subordinados. “Necesitamos un poco más de comida”. Habiendo trabajado como cura del pueblo, sabía muy bien que no era justo esperar la buena conducta de alguien que padecía hambre.

Por lo tanto, el padre Folke había decidido aprovechar la experiencia de su aldea y educar a los huérfanos mayores, y especialmente obedientes, utilizando el “estilo Ash”. Mientras tanto, también les había hecho pedir disculpas a las víctimas de sus pérfidas acciones. Y si una víctima no los había perdonado la primera vez, les había hecho pedir disculpas una y otra vez.

Aunque reacios al principio, los huérfanos pronto cambiaron de opinión al escuchar el decreto de su jefe. “No te estoy diciendo que te disculpes desde el fondo de tu corazón, solo haz que suene sincero. Y una vez que te perdonan, es tu victoria”.

Nada podría haber resonado más en esas mentes jóvenes que la palabra “victoria”. Podían ganar contra los adultos, mostrarles quién tenía la ventaja. Y así, los huérfanos lo habían dado todo. En cierto modo, ya habían sido veteranos experimentados, ya que habían entrenado su astucia a través de sus malas acciones anteriores.

Aunque sus intentos habían sido torpes al principio, rápidamente se dieron cuenta de las debilidades de los adultos. Adoptando una actitud mansa, se disculparon con sus víctimas en áreas concurridas con todos los ojos puestos en ellos. Si era necesario, empezaron a llorar. De esa manera, lo más probable es que un adulto cercano acudiría en su ayuda si las cosas se salieran de control. Los huérfanos habían hecho un uso extensivo de esa técnica.

Una vez eliminados los prejuicios supuestamente justificados sobre el orfanato, comenzaron a aparecer los primeros huérfanos capaces de leer, escribir y calcular. Como alguien que vivía en Sacula, era propenso a olvidar que en este mundo la mayoría de las personas por debajo del estatus de jefe de aldea no tenían educación. Incluso el simple hecho de saber lo básico se consideraba impresionante.

Finalmente, ahora que el escenario estaba listo, el jefe dio nuevas órdenes. “¡Usa tu conocimiento para ir y arrebatarnos algo de dinero para comida de las personas a las que te disculpaste! ¡No están preparados, así que utilícelo a su favor!”

En otras palabras, les había dicho que buscaran empleo con las personas con las que se habían familiarizado durante su gira de disculpas, ya que sería fácil convencerlos. Y a pesar de que les había ordenado que “robaran dinero para comprar comida”, había querido decir que se lo ganaban de forma honesta. Por alguna razón, a ese sacerdote le encantaba hablar como un gánster. Sin duda lo había sido en su vida anterior.

En cualquier caso, el orfanato se había convertido de la noche a la mañana en el orfanato número uno de la capital real. Esto había llevado a los altos mandos de la Iglesia a invitar apasionadamente a la figura principal, nuestro sacerdote delincuente, a convertirse en supervisor de orfanato. Sin embargo, el padre Folke rechazó rápidamente la oferta, diciendo: “Primero soy un investigador de lingüística. Solo lo haré como pasatiempo”. Una respuesta obvia de un maníaco de la investigación como él. Cualquier otra cosa que no fuera su investigación equivalía a nada más que una mera diversión. Sin embargo, cierto miembro de la realeza con experiencia usó todo su encanto para hacer una petición excesivamente amistosa: “Te construiremos tu propio orfanato. Estoy seguro de que sería de gran ayuda para Ash”.

Frente a la realeza, parecía que incluso el padre Folke no se atrevía a exhibir su habitual insolencia y delincuencia. Como resultado, nació el Instituto de Educación Fénix. No importa cómo lo mires, ese nombre era una burla, que no podía tolerar. Tal vez debería decírselo a Su Excelencia el Conde Sacula, quien tan amablemente me otorgó este nombre.

“Bueno, no nos quedemos aquí. ¡Ven!” El padre Folke suspiró brevemente antes de sonreír amablemente. Honestamente, esa expresión no encajaba en absoluto con el delincuente de mediana edad. “No soy el único que te espera. No dejes que espere demasiado”.

Dentro del Instituto de Educación Fénix había un salón con una mesa redonda. Sirvió doblemente como aula para los huérfanos y como salón para los amigos investigadores del padre Folke. En ese salón, fui recibido por un rostro tan nostálgico como el del sacerdote.

“Oye, Ash. Ha sido un tiempo.” “Cuánto tiempo sin verte, Arthur.”

Al escuchar mi respuesta casual, Lord Arthur asintió brevemente y me saludó de nuevo. Entonces, ya no pudo contener su emoción.

“¡Te he echado de menos, Ash!” Lord Arthur saltó hacia mí, su cuerpo temblaba ligeramente. “¡Ha pasado tanto tiempo! ¡Eres realmente tú, Ash!”

“Quiero decir que no ha cambiado mucho, pero… ha pasado demasiado tiempo para eso”.

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La chica que sostenía en mis brazos estaba vestida con la misma ropa masculina que había usado cuando se fue de Sacula. Sin embargo, en ese tiempo su cuerpo se había desarrollado tanto que su ropa ya no podía ocultar completamente sus rasgos femeninos.

Si bien no había crecido mucho, sus rasgos faciales se habían vuelto aún más suaves y femeninos. Y aunque estaban ocultos por un acolchado, probablemente podría decirse lo mismo de sus caderas y hombros. Mientras nos abrazábamos, su feminidad oculta se hizo cada vez más evidente. Alrededor de su cuello llevaba un pañuelo para cubrir su nuez de Adán femenina.

“Te has vuelto muy linda, Arthur,” comenté con una sonrisa un poco avergonzada mientras mis sentidos eran estimulados por sus rasgos femeninos ocultos.

“L-Lo siento, estaba tan feliz de verte que salté sobre ti…” Lord Arthur saltó hacia atrás con una expresión nerviosa. Su cara roja se veía tan linda que me hizo sentir culpable hacia Lady Maika.

“También estoy feliz de verte. Solo ten un poco más de cuidado, ya no somos niños”.

En este punto, sería demasiado peligroso para nosotros compartir una habitación.

“Eso es un poco vergonzoso… pero tienes razón. Supongo que he crecido lo suficiente como para que te des cuenta incluso cuando estoy vestida así”. El mero gesto de pasar tímidamente sus dedos por su cabello parecía seductor.

“Sí, tanto que tengo miedo de verte en traje formal”.

“¿Miedo? Esa no es una buena forma de decirlo”. Lord Arthur expresó su insatisfacción haciendo pucheros en las mejillas, pero volvió a sonreír poco después. “No puedo creerlo. Realmente estoy hablando contigo de nuevo, Ash. Hay tanto que quiero preguntarte y decirte…”

“Yo también. Maika también estaba deseando volver a verte, pero…”

Siempre que llegaba una carta de la capital, Lady Maika recordaba nuestro tiempo juntos en la academia. Había asumido que aprovecharía la oportunidad de reunirse con Lord Arthur durante nuestro repentino viaje a la capital, pero me había dejado solo.

“Lo he oído. No te preocupes por eso, Ash. Hablaré con Maika más tarde”.

“¿Está segura? Quiero decir, no me importa, pero…”

Mientras mostraba preocupación por su relación, Lord Arthur me tocó el hombro con una mirada solitaria en su rostro.

“Me siento un poco mal por Maika cuando digo esto, pero estoy feliz de que estemos solos nosotros dos en este momento. Puedo tenerte todo para mí”, declaró, y me instó a tomar asiento. Después de que me senté, me miró desde atrás. “Heh heh, ha pasado un tiempo desde que te vi desde este ángulo. Sí, esto se siente bien. Me hace sentir a gusto”.

Fushi no kami Volumen 5 Capítulo 2 Parte 2 Novela Ligera

 

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“Se siente como si estuviéramos de vuelta en el dormitorio”.

“¡Hablemos como antes! En primer lugar, hábleme de la Oficina de Promoción de la Reforma Territorial. ¿Escuché que tú y Maika están a cargo?”

“Sí, de hecho. Hermes y Reina también están trabajando en el laboratorio adyacente”.

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Siempre que mencioné un nombre familiar, su rostro se iluminó con nostalgia. Siempre que mencionaba a alguien que no conocía, sus ojos brillaban con curiosidad. Parecía feliz de descubrir nuevos lados de sus viejos amigos y disfrutaba aprendiendo más sobre los extraños.

“Haa… desearía poder estar allí…”

También parecía increíblemente frustrada por no ser parte de mis historias.

Unas voces emocionadas resonaron en el patio del Instituto de Educación Fénix. Hubiera sido una molestia para el vecindario si los vecinos no hubieran estado ocupados animándose a sí mismos. La mayoría de los gritos consistían en “oh” y “wow” con el ocasional “asombroso” o “loco”. Aparentemente, el vocabulario de todos se había secado.

Los ojos ardientes de todos estaban fijos en el avión impulsado por tendones. Cuando se decidió que iríamos a la capital real, le pedí a la empresa Quid que me entregara algunos artículos que pudieran ser útiles. Este era uno de ellos.

Lamentablemente, Lord Arthur ya había dejado el instituto debido a su apretada agenda, pero antes de irme me había pedido que mostrara el modelo de avión a los huérfanos. Por lo tanto, había montado un pequeño espectáculo, dispuesto a sacrificar un avión. ¿Por qué “sacrificarse”? Porque era evidente para mí que los niños eventualmente lo aplastarían con su entusiasmo. Aunque actualmente, solo lo estaban haciendo volar cuidadosamente como les había instruido. Incluso estaban esperando su turno. Me pregunté cuántos minutos más duraría.

Mientras los observaba con una sonrisa agridulce en mi rostro, noté a un hombre y una mujer de veintipocos años parados a mi lado. O más bien, el hombre estaba de pie mientras la mujer saltaba emocionada y gritaba: “¡Wow! ¡Esto es increíble! ¡Loco! ¡Oh!” Ella era efectivamente parte de la multitud de niños. No solo parecía más joven por su cara de bebé, sino también porque su comportamiento imitaba al de los huérfanos. Ella estaba retozando con los ojos muy abiertos. También había sido la primera en dejar volar el modelo de avión ante todos los huérfanos. Entonces, otro adulto inmaduro.

“Tris, entiendo que estás emocionado, pero ¿podrías calmarte un poco? Solo un poco…” El hombre de pie amonestó a la mujer mientras esquivaba sus brazos agitados. Era uno de los pocos que no se había unido a la mafia.

“¡Míralo, Lusus! ¡Es asombroso!”

“Sí lo es. También estoy profundamente impresionado, pero tranquilo. Puedes seguir gritando si quieres, pero ¿podrías al menos dejar de moverte?”

“¡Oh vaya! ¡Esto es una locura!”

El hombre dejó escapar un suspiro tan pesado como una piedra, consolándose a sí mismo por sus esfuerzos desperdiciados. Luego, al ver mi comportamiento tranquilo, sonrió pacíficamente.

“Por favor, perdónela, Sir Fénix. Eso es lo que es Tris. Su abierta curiosidad también es la base de su vasto conocimiento, por lo que no es del todo malo”.

“Sí, Tris es una investigadora brillante. Ella me ha ayudado muchas veces. Como tú, Lusus.”

La Srta. Tris era la mujer que retozaba, el Sr. Lusus el hombre que la cuidaba. Ambos eran amigos investigadores del padre Folke, habituales aquí en el salón. También fueron mis aliados, aunque solo por correspondencia hasta ahora.

“Me siento honrado por su elogio, Sir Fénix. Y profundamente agradecido de que nos hayas mostrado algo tan fascinante”.

“Nada comparado con toda la información útil sobre hierbas medicinales que me ha dado. Con mucho gusto les mostraré algunas cosas más”.

“El sentimiento es mutuo.”

El Sr. Lusus fue un investigador de ciencias médicas y aprendiz de sacerdote. En un mundo donde no existían anestesia y esterilizadores, la mayoría de los médicos solo confiaban en recetar medicamentos para uso interno. Si bien no hace falta decir que el Sr. Lusus tenía un amplio conocimiento de esos medicamentos, había estado investigando procedimientos quirúrgicos, un campo de estudio inusual en este mundo. Tan inusual, de hecho, que sus autopsias humanas de prueba se consideraron un problema y, posteriormente, su patrón cortó todos los fondos. Ese debería haber sido el final de su carrera investigadora y un boleto de ida a una iglesia en una aldea agrícola remota, a pesar de que acababa de pasar por la molestia de tratar de averiguar la anatomía del cuerpo humano.

Sin embargo, en su desesperación, el Sr. Lusus se había encontrado con un sacerdote de mediana edad que de alguna manera había logrado regresar de su exilio en el campo. Ese sacerdote le había hecho una oferta. “¿Te he oído cortar un cadáver para investigar el cuerpo humano? Conozco a este mocoso raro que quiere hacer lo mismo. ¿Interesado?”

Por lo tanto, con el padre Folke como intermediario, un dudoso Sr. Lusus había escrito una carta a este mocoso extraño y aparentemente de ideas afines. No hace falta decir que ese mocoso raro era yo. Además, la declaración del padre Folke fue un poco engañosa ya que yo no “quería hacer lo mismo” pero “había hecho lo mismo” en la ciudad de Itsutsu.

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El mocoso extraño—yo—había respondido felizmente a la carta.

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“¡Los dibujos anatómicos de las revistas médicas aquí en la biblioteca del templo de Itsutsu están llenos de errores! ¡Son inútiles! ¿Cómo son los dibujos en el templo de la capital real? ¡Oh, también te envié jabón y alcohol, que puedes usar para desinfectar!”

“¡Es lo mismo aquí! ¡Dios mío! ¡A este paso, la cirugía es un sueño dentro de un sueño! ¡Ah, y gracias por el caro jabón y alcohol! ¡Ahora puedo desinfectarme y desinfectar mis pertenencias antes de los exámenes médicos!”

¡Nos llevamos bien al instante! Desde entonces, intercambiamos los resultados de las autopsias y comenzamos a elaborar nuestro propio mapa anatómico. Hasta ahora, nuestras fuerzas conjuntas habían producido resultados bastante precisos, ¡si lo digo yo mismo!

Mientras tanto, también se han resuelto los problemas financieros del Sr. Lusus. Al principio, el padre Folke y el conde Sacula lo habían apoyado con préstamos de sus propios fondos de investigación, pero finalmente, cierto miembro de la realeza había decidido generosamente convertirse en su mecenas.

“Entonces, Sir Fénix … ¿Dijo que podría obtener anestesia luego de su intercambio con Tris?” El Sr. Lusus, que había mantenido la calma mientras admiraba el avión, de repente comenzó a inquietarse. Su mirada nerviosa se parecía así a la de un niño que pide dulces.

“Sí. Como ella me dijo dónde podía encontrar azufre, pude producir ácido sulfúrico”.

Si mezclaba ese ácido sulfúrico con etanol, una especie de alcohol obtenido por destilación en seco de carbón vegetal, terminaba con éter dietílico, el primer anestésico genuino en este mundo. ¡Al final!

Si bien era un anestésico débil, solo producía efectos secundarios temporales y tampoco era adictivo, perfecto como primer paso. Los narcóticos como el opio pueden haber tenido un efecto anestésico más fuerte y, en consecuencia, eran fáciles de usar, pero sus propiedades adictivas daban miedo. Además, era difícil calcular las cantidades correctas para esos.

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“¡Oh! ¡Como se esperaba de usted, Sir Fénix! ¡Haber conocido a ustedes fue realmente la mayor alegría de mi vida!” El Sr. Lusus agarró firmemente mi mano con una mirada de fuego en sus ojos.

“Es solo una pequeña cantidad de prueba, pero les traje un poco. Te lo daré más tarde”.

“¡Lo aprecio! Ahora solo necesito probarlo de alguna manera… Tengo un tratamiento programado pronto, tal vez pueda usarlo allí. Hm, si todavía estás por aquí, me encantaría que te unieras, no, espera, si él está aquí en la capital ahora mismo, ¿tal vez debería participar?”

Al escuchar al Sr. Lusus emocionarse solo, la Srta. Tris de repente vino volando hacia nosotros como una flecha.

“Le escuché decir algo sobre el ácido sulfúrico y la anestesia. ¿Lo terminaste, Ash?”

“Es solo un prototipo, pero sí”.

“¡¿En serio?! ¡Eres increíble! ¡Es una locura lo que logras hacer! ¡Eres el chico más loco que conozco! ¿Puedo verlo?”

“He traído algunas conmigo, así que también te daré algunas”. “¡Sí! ¡Gracias! ¡Te amo, Ash!”

La Srta. Tris, que siempre fue sincera sobre sus sentimientos, me abrazó sin reservas. Tuve que admitir que el contacto físico con una mujer mayor fue una experiencia bastante valiosa.

“¡Oye, Tris! ¿Puedes parar? ¡Lo estás molestando!” Después de volver a sus sentidos, el Sr. Lusus agarró a la Srta. Tris por la nuca para detener su comportamiento excéntrico.

“¡Ow! ¡Me duele el cuello!”

“¡Idiota! ¡Tienes que mostrar un poco más de decoro frente a Sir Fénix!

¡Ahora es un caballero!”

“¿Qué? Pero sigue siendo Ash, ¿verdad?”

Daré fe de que nada en el interior ha cambiado.

“Sí, Sir Fénix sigue siendo la misma persona amable y educada. También siento mucho cariño por él”.

“¿Cierto? ¡Es fácil hablar con él, razonable y muy hábil!”

“Sin embargo, Tris, ha madurado bastante desde que nos conocimos. Y con alguien tan talentoso como él, muchas personas, incluida la casa de Sacula, lo considerarán un futuro novio”.

“¡¿Qué?! ¿Te vas a casar, Ash?

“¡No le preguntes directamente, idiota!”

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Al escuchar la pregunta contundente de su colega de investigación, el Sr. Lusus levantó el puño, con el que realizó autopsias, y asestó un golpe fuerte y preciso contra el cráneo de la Srta. Tris.

“¡Ow! ¡Eso duele! ¡Como el infierno! ¡Me daré un golpe en la cabeza!”

“¡Ese dolor es una consecuencia natural de tu rudeza! Santo cielo, no estoy diciendo que necesites entender el mundo aristocrático, pero al menos cuida tu lengua—”

“Entonces, si usara el anestésico ahora, ¿ya no dolería? ¿Puedo probarlo?”

La Srta. Tris seguía saltando de un tema a otro, sin dejar al Sr. Lusus tiempo para regañarla. Completamente perdido, solo suspiró. Parecía un hombre acostumbrado a esto de ida y vuelta.

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