Fushi no Kami (NL)

Volumen 5

Capítulo 1: Flores En Ciernes

Parte 7

Al ver el elegante comportamiento de su nieta, la expresión facial solemne del conde Gentoh volvió instantáneamente a la de un abuelo adulador. Probablemente podría aprender un par de cosas de su nieto. Al igual que el tío de allí.

“Ejem. Correcto. Ahora, aunque estoy feliz de ver que todos esos desarrollos provienen de nuestra región, tampoco puedo negar que todo ha estado sucediendo demasiado rápido. Realmente no entendí el panorama completo con solo leer sus cartas en la capital, así que decidí realizar esta reunión”. El conde Gentoh levantó una taza de sake mientras hablaba. “Pero no es como si quisiera regañarte o algo así. Como dije antes, hablemos del futuro de Sacula con una comida deliciosa”.

Siguiendo el ejemplo del anfitrión de buen humor, aunque un poco demasiado informal, también levanté mi taza. “¡Salud por el futuro de Sacula!”

Y así, la conferencia de líderes de la región de Sacula tuvo un comienzo alegre.

“El mayor problema será cómo difundir toda la nueva tecnología. El acuerdo de la receta del jabón funcionó bastante bien: debería ser un modelo para todos los acuerdos futuros. Eso es lo que estamos aquí para abordar”, el Conde Gentoh comenzó la discusión después de beber su taza.

Al mismo tiempo, Lady Maika, que conocía el tema de hoy de antemano, asintió mientras se llenaba las mejillas con pollo tsukune. “La Oficina de Promoción de la Reforma del Territorio estaba pensando en compartir todas nuestras tecnologías actualmente en desarrollo relacionadas con las industrias de fabricación, agricultura y construcción”.

Lady Maika pudo haber estado hablando de una manera formal y educada, pero también se adhirió a la declaración anterior de Su Excelencia de discutir mientras comía comida deliciosa. Como abuelo, como nieta. Permítanme reiterar, esta es la cumbre de liderazgo de Sacula.

“Oh, esa es toda la resolución”, murmuró el Conde Gentoh mientras se acariciaba la perilla. Parecía intrigado. Aunque es posible que simplemente haya estado adulando a su nieta nuevamente. “Sin embargo, ¿no es eso demasiado generoso?”

Lady Maika había dicho que estábamos dispuestos a revelar todos nuestros secretos excepto los militares. Naturalmente, eso sonaba preocupante para un político. De hecho, Lord Itsuki también frunció el ceño al escuchar la propuesta por adelantado. Ahora, el conde Gentoh estaba expresando las mismas preocupaciones que su hijo.

“Cada uno de los logros de la Oficina de Promoción de la Reforma Territorial es un gran problema por derecho propio. Todos ellos tienen el potencial de contribuir en gran medida al desarrollo de la región. Entonces, aunque no sería el fin del mundo, sería una pena dejar que todo cayera en manos de otros territorios. ¿Qué dices al respecto?” preguntó el conde.

“Bueno, déjame citar a nuestro jefe de planificación”, respondió Lady Maika y me miró con una sonrisa orgullosa antes de que sus hermosos labios repitieran mis palabras. “Nuestra tecnología actual es simplemente la base; lo mejor está por venir, por lo que no hay necesidad de ser frugal. Y cuanto más anchos son los cimientos, más espacio hay para expandirse sobre ellos, construyendo cada vez más alto y más rápido”.

Lady Maika inspeccionó la habitación y sonrió al ver la reacción de su abuelo. El conde Gentoh la miraba asombrado, inclinado hacia atrás en su silla. Se parecía a un niño que acababa de ver una lluvia de meteoritos por primera vez.

“¡Me encanta esto!” dijo finalmente el hombre de mediana edad, sonriendo. “En la capital, siempre esperaba con mayor interés las cartas de la Oficina de Promoción. Debí haberlo anticipado mucho considerando lo impresionante que ya sonaba por escrito”. Se sentó de nuevo con la espalda recta con una sonrisa traviesa. “Parece que tengo mucho más que esperar, ¡y solo mejorará!”

“¡Por supuesto!” Lady Maika respondió con una sonrisa igualmente descarada. “¡Mientras Ash esté con nosotros, no tendremos tiempo para aburrirnos!”

“¡Maravilloso! ¡Me alegro de estar vivo desde el fondo de mi corazón!” En ese momento, el orgullo y la alegría del territorio, la especialidad local de Noscula, yo, finalmente había sido reconocida oficialmente por el conde. “¿Bien? ¿Qué es exactamente lo que ha planeado para el futuro?” Preguntó el Conde Gentoh mientras se lanzaba hacia adelante con ojos brillantes.

“Me temo que no podemos contarte ningún detalle aquí, padre”, susurró Lord Itsuki mientras fruncía el ceño. Miró hacia la puerta, señalando que las azafatas que estaban fuera de la habitación probablemente formaban parte de la reconocida red de inteligencia del vizconde Sukuna.

Por supuesto, eso no fue de ninguna manera sorprendente. Cualquiera que tuviera un resort con clase como este lo habría utilizado para recopilar información. Cuando comenzó la cumbre de liderazgo, el vizconde se fue por su propia voluntad, pero era seguro asumir que cada palabra que se dijera dentro de esta sala eventualmente llegaría a los oídos del vizconde.

“Pero Itsuki, es posible que puedas discutirlo después de regresar, pero eso no se aplica a mí. ¿No puedes hacer algo?” preguntó el conde.

“Es más fácil decirlo que hacerlo. No podemos subestimar al vizconde Sukuna. Tú, más que nadie, deberías saber eso”.

El conde Gentoh se hundió en un hosco silencio al escuchar la respuesta de su hijo. Incluso a partir de las breves interacciones que tuve con el vizconde hasta ahora, me di cuenta de lo hábil que era. Aun así, había algo que se podía hacer.

“¿Qué tal si hacemos del vizconde nuestro aliado?” Yo propuse.

“¿Nuestro aliado?” Lord Itsuki y el Conde Gentoh inclinaron la cabeza hacia un lado al unísono.

“Mientras consideremos al vizconde Sukuna como un forastero, tendremos que discutir estos asuntos en secreto, pero si él fuera nuestro aliado, podríamos simplemente decírselo abiertamente”.

“Tienes razón, pero él no es de nuestro territorio”, gimió Lord Itsuki. “Pero él es un ser humano como nosotros”.

No era un demonio más allá de la razón. Como tal, tenía mérito tener una discusión y probar las aguas para ver si podía convertirse en un aliado. No había necesidad de considerar a todos como hostiles desde el principio.

Sin embargo, parecía que mi clasificación había sido demasiado amplia para los dos políticos. Sus bocas se abrieron de par en par por la sorpresa. Solo Lady Maika asintió sonriendo. Pude ver cómo pudo parecer una sugerencia descuidada dado que se refería a asuntos confidenciales del territorio.

“No creo que el vizconde Sukuna se convierta en un problema. La estabilidad de su región es una prueba de que sabe cómo manejar adecuadamente la información confidencial”.

Si fuera malo en eso, no habría pasado tanto tiempo sin incurrir en la enemistad de un señor vecino, causando su propia caída. Utilizó constantemente la información para obtener una ventaja mientras evitaba pérdidas. Tenía poder y sabía cómo manejarlo. En ese sentido, era un socio comercial extremadamente confiable. Si bien seguramente intentaría regatear, tampoco cruzaría ninguna línea.

“Estoy de acuerdo con la declaración anterior del Jefe Maika de que deberíamos compartir toda nuestra tecnología actual con los otros territorios. Basta pensar en los ricos comerciantes que solían monopolizar el jabón”.

En la actualidad, los comerciantes adinerados se habían visto desordenados por la noticia de la producción de jabón emergente de varias regiones. La gente a regañadientes se les había acercado sigilosamente por detrás, mientras que su camino hacia adelante fue bloqueado por más personas que habían jurado vengarse de ellos. Hasta ahora, los comerciantes de la clase alta habían podido ahuyentar a esas personas usando su riqueza como escudo y su influencia como arma, pero su autoridad había comenzado a menguar ahora que el jabón, la fuente de su poder, también estaba disponible en otros proveedores.

Además, el nuevo jabón venía en una variedad de surtidos y era mucho más barato que el que vendían los comerciantes más ricos, que se habían sentado en los laureles y mantenían un precio fijo y alto debido a su monopolio. Incluso había comenzado a proyectar una sombra inquietante sobre sus patrocinadores. Mis condolencias. Esto mostró cómo un monopolio traía consigo muchas desventajas. Los rencores sonaban especialmente aterradores.

“No estoy seguro de si los aspectos positivos de un monopolio superan sus aspectos negativos para garantizar los costos laborales y los gastos financieros necesarios. Por lo menos, no lo creo. Si tiene el presupuesto y la mano de obra disponibles, también podría distribuir la tecnología de manera más generosa y obtener cooperación a cambio”.

Mi punto de vista difería del de los ricos comerciantes de jabón. No tenía ninguna intención de acaparar codiciosamente ninguna tecnología que eventualmente se filtraría de todos modos mientras retrasaba el crecimiento de la civilización y me hacía enemigos en el proceso. Al contrario, quería ganarme el favor de los demás y aumentar mis aliados. En última instancia, los incentivos requerían menos esfuerzo y proporcionaban más beneficios que la coacción, como ya había demostrado con Lady Reina.

“¿Y no deberíamos aprovechar la oportunidad para crear aliados poderosos dando a las personas influyentes acceso temprano a nuestra tecnología?”

Un beneficio especial limitado a cualquiera que se convierta en miembro de nuestra alianza. Mientras pagaran dinero, se les daría acceso anticipado. Pude ver esta oferta tentando a muchos nobles. Además de los recursos monetarios, humanos y materiales, también serían más que bienvenidos como pagos. ¿Cómo suena eso? Mi plan básico es ampliar mi círculo de bondad (y recompensas) más allá de la región de Sacula.

Al principio, el conde Gentoh parecía perplejo, pero cuanto más escuchaba mi explicación, más interés mostraba. “Eres realmente otra cosa, Ash. Por lo que dice, parece el mejor curso de acción. Cualquier pérdida potencial puede de hecho ser beneficiosa si consideramos que podemos ganar aliados en lugar de enemigos”, reflexionó el conde mientras se acariciaba la perilla. Tenía una expresión un poco traviesa en su rostro, como un pequeño mocoso planeando una broma. Parecía más apropiado de lo que debería haberlo hecho: un delincuente juvenil barbudo. “Pero veo que hay un pequeño sinvergüenza escondido detrás de toda esa lujosa hospitalidad. Si quien nos brinda los mayores beneficios obtendrá acceso a la tecnología más nueva más rápido, eso seguramente conducirá a la competencia entre nuestros aliados”, señaló el Conde Gentoh.

“Oh, no había pensado en eso. Solo basaba mi razonamiento en el principio de devolver la bondad con bondad”.

Cualquier gran favor tenía que reembolsarse con un favor de igual valor. No era mi intención en absoluto convertir esto en una guerra de ofertas, sería un efecto secundario verdaderamente lamentable. Y no, mi sonrisa no indica en absoluto un complot malvado de mi parte.

“Muy bien, me gusta”, dijo el Conde Gentoh. “¿Supongo que accediste a compartir la tecnología por adelantado, Itsuki?”

“Sí… Bueno, no pude evitar estar de acuerdo después de escuchar la explicación de Ash…”

“¡Ha ha ha, comprensible! Ahora que lo pienso, ¡a menudo también mencionas propuestas de la Oficina de Promoción en tus cartas!”

“Realmente me conseguí algunos subordinados confiables. Aunque no hemos discutido con quién compartiríamos la información. Mi corazón casi se detuvo cuando mencionaste al vizconde Sukuna,” bromeó Lord Itsuki.

“En ese momento, realmente no conocía a ningún administrador de otras regiones, por lo que no pude tomar una decisión adecuada”, respondí.

“¿Pero ahora te has encontrado con uno y has tomado una decisión?” “Sí, parece una gran elección”.

La forma en que el vizconde Sakuna recopilaba y trataba la información era admirable. No solo había buscado la tecnología en sí, sino también el desarrollador. Amaba a cualquiera que pudiera apreciar el verdadero valor de las cosas. Además, sería bueno tener siempre una fuente termal disponible para un pequeño descanso.

“Si es posible, también me gustaría hablar con sus sucesores y cualquier otra autoridad local”, agregué.

Aunque dudaba en decirlo en voz alta, el vizconde Sukuna era bastante mayor. Tenía que asegurarme de que se pudiera confiar tanto en sus sucesores como en su séquito antes de ofrecer grandes favores. A juzgar por mis interacciones con Lady Seire, que actualmente trabajaba entre las azafatas de esta posada, el vizconde parecía estar rodeado de gente igualmente entusiasta.

El conde Gentoh se sintió aliviado al escuchar mis preocupaciones. “Al principio, parecía un movimiento audaz y descuidado, pero veo que ha considerado cuidadosamente los puntos importantes”.

“Después de todo, también soy un cazador entrenado. Y los cazadores se enorgullecen de su prudencia, que en su mayoría es un término más agradable para la cobardía”.

“¿Me estás diciendo que el héroe que luchó contra un hombre lobo uno a uno y subyugó a ocho treants es un cobarde?”

“Sí, de hecho. Porque si me muero, no podré terminar mis proyectos y lograr mi sueño”.

Si bien estaba dispuesto a dar mi vida por el resurgimiento de la civilización antigua, no estaba dispuesto a renunciar a mi sueño. Necesitaba estar vivo para perseguirlo. Entonces, mi vida puede no haber sido particularmente valiosa en sí misma, pero era extremadamente importante para mí seguir con vida. No podía permitirme perder la vida debido a un error por descuido.

Por alguna razón, el Conde Gentoh estalló en carcajadas haciendo eco en toda la posada después de escuchar mi conclusión lógica. “¡Qué tipo más encantador! He visto a muchos guerreros imprudentes preparados para morir, ¡pero nunca he visto a un héroe que valore su vida de esta manera!”

¿Es eso realmente tan extraño como para justificar la risa?

“Supongo que estás mirando el mundo a través de una lente completamente diferente a la nuestra. Ahora también entiendo por qué Arthur, quien generalmente desconfía de los demás, le tomó cariño a usted”, dijo el Conde Gentoh y se cruzó de brazos. Saludó con la cabeza a Lady Maika y posteriormente a mí también. “Me encantaría seguir hablando contigo, Ash, pero probablemente sea mejor si arreglamos las cosas con el vizconde Sukuna primero. Una cosa más que esperar. De todos modos, eso debería ser todo por hoy”, concluyó el Conde Gentoh.

Sin embargo, no rompió oficialmente la reunión. Leyendo entre líneas, dejé mi asiento por mi propia iniciativa. “Estoy seguro de que todavía tienes muchos asuntos familiares de los que hablar, así que me despediré”. No estaré en el camino de sus charlas privadas.

Después de hacer una reverencia, el Conde Gentoh me despidió con una sugerente declaración. “Perdón por hacerte salir temprano. La próxima vez, puede unirse a nosotros”. Por alguna razón, sus amables palabras fueron acompañadas de una sonrisa carnívora.

“Será un honor”, respondí y atravesé la puerta.

Lady Seire, que me había estado esperando, me mostró el camino de regreso a mi habitación. Dimos un pequeño desvío, probablemente siguiendo las órdenes del vizconde Sukuna, quien se unió espontáneamente a nosotros.

“Sir Fénix, ¿puedo hablar con usted un momento?”

“Sí, por supuesto. Mis deberes han terminado, por eso estoy a su disposición. ¿Quieres hablar en privado?” Sugerí, tratando de pescar en busca de información.

Sin embargo, el vizconde se acarició la barba y negó con la cabeza. “No, no podemos hacer eso. Solo conduciría a un malentendido con el conde de Sacula si hablamos en privado. Y da miedo cuando está enojado”, se rio el vizconde Sukuna.

“Ya veo. Gracias por su consideración. Entonces, ¿qué querías decirme?”

“Informaré oficialmente a Su Excelencia el Conde Sacula más tarde, pero como me encontré con usted, pensé en avisarle con anticipación”.

“¿Acerca de?”

“Estaba pensando en organizar una cena con la casa de Sukuna y la casa de Sacula, incluido usted, Sir Fénix”.

“Oh, eso es maravilloso”.

Parecía que mi declaración anterior sobre “querer hablar con sus sucesores y cualquier otra figura de la autoridad local” lo había llevado a organizar una reunión. Qué respuesta tan rápida.

Si bien todos sabían que el contenido de nuestra discusión se había filtrado al vizconde, no pudo haberlo admitido oficialmente. Sin embargo, la cena implicaba en secreto que la casa de Sukuna estaba muy abierta a unir fuerzas con la casa de Sacula. Tenía un buen control sobre las cosas.

“Entonces estoy deseando que llegue la cena. He traído un poco de alcohol, que recientemente elaboramos en Sacula, y me encantaría escuchar tu opinión al respecto”.

Después de hacerle saber que acogía con entusiasmo la propuesta, el vizconde Sukuna aplaudió y me dio una amplia sonrisa en respuesta. “¡Eso es maravilloso! También te prepararé un banquete”.

De inmediato, el anciano vizconde caminó con entusiasmo por el pasillo con pasos ligeros para hacer los preparativos.

“El vizconde es una persona muy enérgica”, le comenté a Lady Seire.

“Esta es la primera vez que lo veo disfrutar tanto. Todo gracias a usted, Sir Fénix”. Inclinó la cabeza con una sonrisa que reveló su amor y respeto por su abuelo.