Slayers (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: El Momento Ha Llegado: Hellmaster Hace Su Movimiento

Parte 4

 

 

No tuve tiempo de cantar un hechizo; Acabo de cambiar la dirección de mi carrera tan rápido como pude.

“¡Ríndete!”, Dijo Rashatt detrás de mí cuando comencé a recitar mi siguiente hechizo. Volví a desviarme justo a tiempo para evitar un conjunto de luces que explotaban a mis pies.

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A través de esquivar y tejer, logré evitar una ola de ataques y poner algo de distancia entre Rashatt y yo. Y tal como esperaba, esa era la señal de Moldirag de aparecer justo delante de mí.

Era exactamente lo que había estado esperando.

Le solté mi hechizo.

“¡Drag Slave!” Grité.

El Drag Slave, como probablemente ya sabrás, obtiene su poder del Demon Lord de mi mundo: Ruby Eye Shabranigdu. Estaba segura de que mataría a Moldirag o al menos la heriría lo suficiente como para dejarme acabar con ella. La luz carmesí brotó de la oscuridad para converger en Moldirag.

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Algo rugió como un animal salvaje detrás de mí. En el mismo instante en que escuché eso, la luz del Drag Slave se disolvió en la oscuridad.

Me quedé mirando el aire vacío en shock y horror. De ninguna manera, pensé. ¡Realmente necesitaba esa!

“¡No debes hacer eso!”, Gritó Rashatt victorioso.

Apreté los puños tan fuertes, mis nudillos se pusieron blancos.

¡Ese estúpido Rashatt había sacado mi precioso Drag Slave! No era tan raro para un demonio de alto rango como él, pero … no le haces eso a Lina Inverse, ¡maldita sea! ¡Simplemente no está bien!

Salté de la sartén y me metí en el infierno. No pude vencer a Moldirag y no pude correr, así que eso me dejó con una opción: morir.

Mi mente corrió por una mejor idea. Un Ragna Blade definitivamente trabajaría en los dos demonios, pero me joderian si lo esquivaran, especialmente porque agotaría mi energía mágica y me dejaría tan débil como un gatito. Entonces, ¿Qué me deja eso?

Moldirag me lanzó otra lanza. Como lo había estado haciendo, modifiqué mi rumbo para esquivar, pero eso también me hizo pisar algo mojado. El suelo se resbaló de debajo de mí y el mundo se puso en cámara lenta.

¡Ahora no!

Antes de que incluso tocara el suelo, logré apretar mis dientes y torcer mi cuerpo hacia la derecha. No fue lo suficientemente bueno.

Me atraganté cuando una onda de choque me recorrió la pierna izquierda. Con mi equilibrio completamente tirado, caí al suelo como un saco de ladrillos.

Un dolor me bañó. Sabía que me había lastimado bastante la pierna; mi bota se había convertido principalmente en ceniza alrededor del tobillo. No podría sentir ni mover nada por debajo de eso, lo que nunca es una buena señal.

Oí pasos. Levanté la vista cuando Rashatt se acercó, sus pasos lentos y deliberados sobre el suelo lleno de basura del bosque.

“Parece que al fin has llegado a tu fin, Lina Inverse”. Se detuvo a poca distancia de mí, con los ojos en mi tobillo.

“No te moverás más lejos con esa pierna”.

Moldirag flotó silenciosamente un poco lejos. Estaba tan silenciosa como siempre, y era más espeluznante que nunca.

“Si bien eres formidable para un humano”, admitió Rashatt,

“Este es el fin para el que estabas destinado. Una muerte pacífica sería …”

Rashatt se detuvo de repente a mitad del discurso.

Dirigió su cabeza al demonio blanco flotando cerca.

“¡Moldirag!”, Gritó.

“¡Ra Tilt!” Gritó Amelia.

El fantástico momento de Amelia (que se estaba volviendo más común en aquellos días) no era lo suficientemente bueno. Moldirag se fundió en la oscuridad justo antes de que ella pudiera arder en llamas azules.

Rashatt chasqueó la lengua y se volvió hacia mí.

“Parece que tenemos invitados no invitados”, dijo humildemente.

“Escaparás con tu vida por ahora, pero aún queda tiempo. Dudo que llegues a Sairaag con buena salud”

Su declaración villana completa, el general Rashatt desapareció en la oscuridad.

Buen viaje, pensé amargamente. Dejo escapar el aliento que inconscientemente he estado conteniendo.

“¡Lina!” Gritó Amelia.

Levanté mis ojos de mi tobillo lastimado. Amelia y Zelgadiss vinieron a través de un matorral, llamándome, pero mientras lo hacían.

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“¿Estás bien?”, Fue el grito de Amelia.

Froté un poco de suciedad de mi mejilla mientras corría hacia arriba.

“Mi pierna quedó bastante destrozada”, le expliqué.

“Pero, uhm … ¿qué están haciendo aquí?”

“Cualquiera hubiera escuchado todo este ruido tan cerca de la aldea”. Amelia hizo una mueca mientras miraba mi pierna, luego comenzó a recitar un hechizo de Resurrección.

Eso envió un mensaje claro: mi herida era tan mala como parecía. La Recuperación es el hechizo para las lesiones normales; Resurrección es para todo lo peor.

El hombre que desapareció antes de que llegáramos aquí. Zelgadiss miró hacia el espacio vacío.

“Ese fue Rashatt, ¿verdad?”

Asentí.

“Dijo que quería venganza por Gaav”, murmuré.

Zel arqueó las cejas.

“¿Venganza?”, Repitió.

Me encogí de hombros.

“Supongo que es un tipo honorable. Para un demonio”

Amelia hizo una tensa línea con la boca.

“¿Seguro que suena de esa manera. Él trajo ese “Moldirag” Mazoku blanco con él?”

Zel hizo una pausa.

“Supongo que debería decir ‘ya veo’“, dijo después de un momento.

“Sí”, murmuré mientras miraba tristemente hacia el cielo nocturno

“Y parece que nuestro viaje se ha vuelto mucho más difícil”

***

 

Vagones tirados por caballos resonaban a lo largo del ancho camino de Lualdo City. El área estaba llena de multitudes de personas agresivas. Las tiendas se alineaban en la calle y los gritos de los vendedores de artículos de cerámica se superponían ruidosamente.

Lualdo es la ciudad más austral del Reino de Dilse, una ciudad comercial cercana a la frontera del Reino de Ralteeg. Planeé que pasáramos de Lualdo a Ralteeg, ingresáramos al Imperio Lyzeille y finalmente nos dirigiéramos a Sairaag. Entrar temporalmente a otro país puede sonar como la ruta escénica, pero es el camino más corto hacia Sairaag. Y no, no estoy siendo sarcástico.

“Está bien”, le dije, volviendo del bullicio a mis compañeros.

“Vamos a alojarnos aquí por hoy”

Los ojos de Amelia se convirtieron en platos de comida.

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“¡¿QUÉ ?!”, Gritó en su tono especialmente fuerte.

“¡Gourry-san, todavía en manos del enemigo, Lina-san! Y con Rashatt detrás de nosotros, ¡no tenemos tiempo para tomar un descanso!” Ella señaló al azar hacia el cielo con determinación.

“Rashatt no puede hacernos daño en Sairaag, ¡tenemos que llegar tan pronto como sea posible!”

Me aclaré la garganta e intenté fingir que no la conocía. Sabía de dónde venía, pero todo ese chillido y posando en una multitud fue completamente embarazoso. Le envié a Zelgadiss una mirada que decía:

“Imagina que tú tampoco la conoces”

Zelgadiss me ignoró y en cambio se inclinó para susurrarle al oído.

“Espera”, le dijo, tal vez en respuesta a sus gritos o al hecho de que ella me agarró con su mano libre.

“Sairaag definitivamente nos protegerá de Rashatt, pero eso es solo porque tendremos que enfrentarnos a Fibrizo allí”

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El nombre de Hellmaster borró la mirada decidida de la cara de Amelia.

“Oh,” ella murmuró, soltando mi manga.

A ninguno de nosotros nos gustaba Rashatt, pero él era preferible a Fibrizo. Nos dejaron elegir entre lo malo y lo peor.

“Sé que tenemos que darnos prisa”, le dije.

“Y sé que es temprano, pero piénsalo de esta manera: llegará el anochecer antes de que lleguemos al próximo pueblo o ciudad, y acampar al aire libre es como poner un cartel que dice ‘ven, mátanos’ Y solo esperando que Rashatt se muestre. Estará sobre nosotros, y rápido”.

Negué con la cabeza.

“E incluso si no nos persigue, estaremos tan cansados de la caminata extra y el sueño horrible que comenzaremos a disminuir la velocidad”. Eso tampoco es bueno”.

“Supongo, pero…” Amelia me miró sorprendida y decepcionada.

“Lina-san”, dijo en voz baja.

“¿No estás preocupada por Gourry-san?”

Por alguna razón, sentí la necesidad de mirar hacia otro lado y rascarme la mejilla.

“Bueno”, respondí.

“Estuve cerca de matar a Gourry docenas de veces, pero siempre tuve la sensación de que matarlo no lo mataría realmente. No sé si Fibrizo podría matar al tipo, ¿sabes? Y se siente como si Gourry estuviera a salvo” Hice una pausa.

“Por alguna razón.”

Amelia, extrañamente, esbozó una débil sonrisa.

“Ya veo”, comentó ella.

“Entonces supongo que nos alojaremos aquí por hoy”

“Correcto”. Ignoré su extraño acuerdo y comencé a escanear el área.

“Primero, necesitamos encontrar un lugar para dormir. Entonces necesitamos suministros y …” Me detuve en seco. Por un segundo, en la multitud de la gente, podría haber jurado que…

“¿Qué pasa, Lina-san?”

La pregunta de Amelia me sacó de mi concentración.

Me gire bruscamente hacia ella.

“Tal vez estoy loca”, dije.


“O tal vez tiene un gemelo. Pero creo que lo acabo de ver allí…”

“¿Vio a quién?”

“Una cara familiar”, respondí mientras me volvía hacia la multitud.

“¿Vio a quien, Lina-san?!”

Hice una pausa, luego croé dos palabras:

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“Hellmaster Fibrizo”.

“¡¿QUÉ?!”

Lo sé, pensé. Me sacaste la palabra de la boca.

“Pero … ¡eso no es posible!” Gritó Amelia.

“¡Dijo que estaría esperando en Sairaag! ¡¿Por qué estaría aquí?!”

“Podría estar viendo cosas”, admití.

“No tiene sentido que …” Cuando la figura una vez más pasó por mi línea de visión, sentí que las palabras morían en mi garganta.

Solo fue visible por un segundo, a través de un hueco en la multitud. Pero no había forma de confundir a ese chico afeminado de pelo oscuro que se arrastraba en su manto negro.

Y sus ojos, brillantes con una luz penetrante y helada, se encontraron brevemente con los míos.

Fibrizo. EL joven Mazoku una vez más se desvaneció en las olas de personas.

“¡Por aquí!” Grité mientras corría en su dirección.

Me abrí paso a través de la gente hasta que alcancé el lugar donde lo había visto, pero toda la velocidad que había ganado al empujarme no era lo suficientemente buena, no quedaban señales de Hellmaster.

Zelgadiss me alcanzó un minuto después. Su mirada se lanzó en todas direcciones.

“¿Estaba realmente aquí?”, Preguntó.

Tragué.

“No”, dije, aunque no sonaba convincente.

“Supongo que era solo… alguien más”

Tenía que ser otra persona. ¿verdad? El chico se veía exactamente como Fibrizo, pero también lo había visto solo por una fracción de segundo. Y ya había …

“¡Allá!” Amelia de repente gritó, apuntando hacia un lado de la carretera.

Una persona pequeña con un manto negro se dirigió a un carril de la calle principal.

Él no se iba a escapar de nuevo.

“¡Síganlo!” Declaré, abriéndome camino a través de la multitud de nuevo. Hellmaster o no, tenía que averiguarlo!

El carril era un pequeño callejón espaciado entre dos edificios, solo lo suficientemente ancho para una sola persona. Las altas paredes de ladrillo a cada lado enterraron el camino en la oscuridad. Como había una débil luz que se filtraba desde algún lugar más allá de la entrada, probablemente había algo en el otro extremo del callejón.

La pequeña silueta, como un punto negro contra la luz de adelante, se encogió mientras se alejaba de nosotros. Incluso desde su espalda, podría decir, ese niño era Hellmaster Fibrizo.

“¡Espera!” Corrí hacia el carril, pero la silueta negra seguía caminando.

Lo perseguí con Amelia y Zel pisándome los talones. En el estrecho callejón, mis protectores de hombros estaban un poco en el camino, pero no tuve tiempo de quitarlos.

¿Qué está haciendo? mi mente giraba mientras corría. ¡No es que no pueda sentirnos! Si el niño realmente era Fibrizo, sabía que éramos nosotros, y que él no se diera la vuelta para matarnos o hacer un discurso más fuerte de lo que no tenía sentido. ¿Qué está pasando?

La figura continuó en otro carril que se bifurcaba a la derecha. Lo seguimos mientras cortaba el callejón delgado y oscuro.

No importa lo lento que caminara, todavía no podíamos ponernos al día … lo que significaba, al menos, que no estábamos persiguiendo a un humano. No habíamos avanzado mucho hasta que el espacio se expandió de repente frente a nosotros.

Me deslicé, con los ojos muy abiertos. Estábamos repentinamente en un área abierta lo suficientemente grande como para adaptarse a una pequeña casa. No parecía una plaza construida conscientemente ni nada por el estilo; el lugar estaba rodeado por altas paredes de ladrillo sin ventanas que bloqueaban gran parte de la luz solar.

El chico se había ido. Escaneé el lugar e incluso busqué el carril que se extendía hacia adelante, pero no los dados.

Zel suspiró a mi lado.

“Así que se desvaneció”, murmuró.

“Tal vez. Pero…”

Algo sobre la situación todavía no estaba bien. Era fácil (y predecible) que Fibrizo desapareciera saltando a través del espacio, pero si hubiera querido evitarnos, ¿por qué no lo había hecho antes? ¿Por qué nos había atraído a esa zona?

No tuve que esperar mucho para obtener una respuesta.

“Es bueno que hayas venido, Lina Inverse”, sonó una voz desde el carril que acabábamos de dejar. Era una voz sin cuerpo que realmente estaba empezando a odiar.

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Maldita sea.

Me di la vuelta.

El chico con un manto negro estaba allí detrás de nosotros, y seguramente se parecía a Hellmaster Fibrizo. Pero la voz que salió de su boca era mucho más vieja y más pretenciosa.

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“Estaba seguro de que me seguirías si tomara esta forma”, dijo la voz de Rashatt desde la boca de Fibrizo. Su forma se estremeció, luego vaciló ligeramente.

Su cuerpo se transformó en su forma habitual un segundo después. Rashatt dirigió su mirada hacia mí, la débil luz reflejada en su armadura de escamas de dragón.

Gemí profundamente en mi garganta.

“No puedo creer que nos enamoremos de eso”, murmuré.

Fue un error de aficionado. Para un Mazoku de alto rango, una forma humana es solo un disfraz, la mayoría de ellos probablemente puede tomar la forma que quieran. Convertirse en un niño pequeño probablemente había sido un paseo para Rashatt.

Buen trabajo, Lina. ¡Saca tu cabeza de tu trasero!

Rashatt se aclaró la garganta.

“Fui interrumpido antes”, dijo. “Pero no puedes escapar de este lugar”.

Basándome en el hecho de que correr por el camino nos dejaría abiertos a cualquier cosa que enviara volando, estaba dispuesto a creerle. También estábamos:

A) En una ciudad que esperaba no destruir con hechizos gigantes,

B) ir contra el Dragón General,

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C) Probablemente a segundos de un ataque sorpresa de Moldirag.

En resumen, significaba que todos moriríamos.

No teníamos más remedio que intentar luchar. Amelia y Zel ya se habían dado cuenta, porque todos comenzamos a recitar hechizos al mismo tiempo.

“Ahora”, llamó Rashatt, su voz haciendo eco en la amplia área.

“¡Empecemos!”

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