Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 8

Capitulo 6: Talento

Episodio 6: Lanzamiento De Ventas De Ryoma

Por la tarde, la playa, una vez vaciada después de la cacería de la mañana, volvió a estar abarrotada, con muchos niños y ancianos entre los pescadores y aventureros. La presencia de esta multitud se debió sin duda a la horda de mil venenos y limos pegajosos que me rodeaban, así como a los miembros exhaustos del muelle de Sikum a su lado.

“¿Qué opinas? Mis limos no son ni la mitad de malos, ¿verdad?”

“P-Podrías decir eso,” dijo Shin.

“¡¿Estás seguro de que son limos?!” dijo Kai.

Thane gruñó. “Nunca había visto limos moverse así…”

“Yo tampoco”, estuvo de acuerdo Peyron.

Kai también habló. “¿No se supone que los limos son lentos, suaves y débiles… y no usan armas?”

A pesar de su perplejidad, podía asegurarles que mis familiares eran ciertamente limos. “Solo les enseñé algunas cosas”.

“Debes ser un gran maestro…”

“Son mucho más fuertes de lo que esperaba. Nunca pensé que vería limos sostener lanzas y hacer movimientos coordinados”.

“Hay muchos de ellos”.

“Solo puedes defenderte de tantos a la vez, así que cuando siguen atacándote así… se aseguran de esquivar los ataques hasta el fondo, de alguna manera”.

“¿Cómo planeas usarlos, Ryoma?”

¡Esa es la pregunta que estaba esperando, Kai!

“Pueden moverse más rápido que los salvajes, pero su movilidad no es su fuerte, así que me gustaría que protegieran la estación de procesamiento. Como acabas de ver, los limos venenosos pueden formar una barricada de lanzas de múltiples capas para defenderse de las salamandras furiosas; esto debería eliminar un buen número de ellos. También puedo hacer que dejen algunos huecos en la barricada para reducir la ruta de ataque de las salamandras, permitiendo que los limos pegajosos las embosquen. Sus palos son lo suficientemente pesados como para generar una fuerza decente. Con una pila para perros de cinco o diez limos por salamandra, deberían poder vencerlos. ¡Incluso si los limos pegajosos no pueden terminar el trabajo, deberían debilitar la salamandra lo suficiente como para facilitar nuestro trabajo!”

“Claro…”

“Nunca había visto a Ryoma tan emocionado”.

“Excepto tal vez por la primera vez que lo conocimos”.

“Emboscada y amontonar, ¿eh? Ellos podrían hacer el trabajo”.

“Incluso si no pueden matar a las salamandras, solo tienen que reducir la horda o ralentizar su ataque”.

Tanto Thane como Shin habían cubierto lo que quería decir. Para lograr eso, los limos necesitarían atraer con éxito a las salamandras a través de los huecos en la barricada, así como también mantener la barricada en sí. Para asegurarme de que eso sucediera, tenía un truco más bajo la manga.

“Dimension Home”.

Convoqué a la bandada familiar de seis pájaros limour a la playa, así como a los limos mágicos: tierra, viento, oscuridad, luz y sanador. En su mayoría habían apoyado mis cosas del día a día fuera del combate, por lo que nunca habían tenido un lugar para brillar hasta ahora. Aun así, habían estado practicando su magia todos los días.

“Los limos sanadores recuperarán los otros limos y los limos de luz brindarán apoyo. El resto proporcionará respaldo con sus respectivos hechizos”.

“Escuché que los monstruos lanzadores de hechizos son de alto rango o difíciles de encontrar… Pero tienes muchos de ellos”.

“Y son prácticamente todos limos”.

“No puedo evitar estar impresionado, en varios niveles”.

Podía sentir la impresión del equipo de mí cambiando ante mis ojos… ¡pero aún había más que decir!

“¡Estos limos oscuros finalmente aprendieron el hechizo intermedio, Dark Mist!”

A diferencia de otros elementos, la magia de ataque oscura lanzada por los limos oscuros no dañaría físicamente al enemigo, sino que drenaría su fuerza vital. Dark Mist era un hechizo que esparcía una oscuridad que chupaba la vida como una nube de niebla, atacando a múltiples enemigos a la vez… O al menos, eso era lo que había leído en un libro sobre magia oscura que me había encontrado en casa del duque. Ver las palabras ‘Editado por el Gremio Mágico’ fue suficiente para ganarme mi confianza hasta que pude observar el hechizo en acción.

“Para ser honesto, los limos oscuros solo aprendieron el hechizo recientemente, así que no he podido encontrar un enemigo adecuado para practicarlo”.

“Pero no nos hará daño, ¿verdad?”

“Veré que no. No debería haber ningún daño colateral si los mantengo en primera línea. Además, solo afecta a un área de unas cinco o seis personas alineadas hombro con hombro, por lo que es posible que deba intentar contener a las salamandras furiosas dentro de ese rango…”

Con el veneno de las armas y los limos pegajosos ayudados por la magia, dudaba que mi pequeño experimento afectara negativamente la caza en general. Hubiera sido perfecto si los limos de metal y hierro, que podían moverse con mucha agilidad, pudieran unirse al flanco. Pero, por desgracia, el peso de esos limos se convirtió en un obstáculo mayor de lo que pensaba cuando estaban sobre la arena.

Se movieron transformando ligeramente la parte trasera de sus cuerpos, casi saltando en un rollo. Sabía que la playa no sería el lugar ideal para tal maniobra, pero después de probarla en acción, apenas podían moverse en línea recta. Aparentemente, eso les tocó un nervio, lo que los llevó a comenzar a trotar (si es que puedo llamarlo así) en la arena. Aunque habían continuado mientras yo presentaba al equipo los limos venenosos, pegajosos y con magia, los limos metálicos apenas habían mejorado… No podían luchar en esta condición. Cuando traté de decirles eso, quizás porque siempre habían tomado parte en el combate como mis ‘armas’, sentí cierto descontento en ellos.

¿No hay alguna forma de que pueda incluirlos…? ¿Quizás podrían transformarse y servir como parte de la barricada…?

“¿Hola?”

“Genial, perdido en sus propios pensamientos”.

“Es un buen chico, pero definitivamente un poco raro”.

“Oigan, ¿ven esa multitud…?”

“Dejemos a Ryoma en paz y les digamos lo que está pasando”.

Salí de mi trance y me di cuenta de que la mayoría de los aldeanos ahora habían comenzado a referirse a mí como ‘el fanático del limo’… ¿Dónde me equivoqué?