Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 8

Capitulo 5: Crecimiento

Episodio 31: La boda

El día siguiente…

“¡Oye! ¡¿Están listos los novios?!”

“¡Están esperando, listos para comenzar!”

“¡No tenemos suficientes bolsas de pétalos!”

“¡Los movimos ayer! ¡Ve y revisa!”

“¡El ochenta por ciento de las comidas están en el plato!”

“¡La mayoría de los invitados de la mañana ya están aquí!”

“¡Tenemos menos de veinte minutos! ¡Muévete, muévete, muévete!”

La gente corría por toda la mansión desde la madrugada, y el caos solo se intensificó a medida que se acercaba el comienzo de la ceremonia.

Mientras tanto, caminaba hacia el lugar en mi traje. Afortunadamente, el sol estaba en el cielo despejado, radiando rayos más cálidos de lo que justificaba la temporada. Al atravesar el bosque a lo largo de su camino, pude ver una gran congregación en el lugar. Cuando me acerqué a la estructura que habíamos construido todos juntos, sentí una presencia de magia y el cambio de temperatura. Me habían dicho que los voluntarios estaban colocando barreras mágicas contra la lluvia y el frío para la recepción al aire libre.

Cuando digo ‘voluntarios’, me refiero a miembros de la guardia del duque; se especializaron en establecer barreras defensivas alrededor de la mansión, por lo que sabían lo que estaban haciendo. Naturalmente, sus barreras eran de alto calibre y cubrían un área grande. Yo mismo podría usar un poco de magia de barrera, pero experimentar el efecto de cerca me hizo darme cuenta de cuánto más efectiva era la magia cuando la lanzaba un grupo en lugar de un individuo.

“¡Diez minutos, gente!”

Parecía que se me estaba acabando el tiempo para admirar los hechizos mágicos. Me abrí paso entre la multitud en movimiento hacia el altar.

“¡Ryoma!”

“Uf, lo lograste”.

“Nos preocupaba que te pudiera haber pasado algo”.

Camil, Jill y Zeph me esperaban allí, junto con el duque y la duquesa, Araune el ama de llaves y Bahtz el jefe de cocina. Los ocho, cuatro a cada lado del altar, hicimos las veces de fiesta de bodas. Me sorprendió bastante escuchar que me incluyeron en dicha fiesta de bodas esa misma mañana. Menos mal que tenía un traje adecuado para ponerme… Y un limo más limpio a mano.

“Hm…” murmuró Jill. “La ceremonia está comenzando”.

La campana situada frente a nosotros al otro lado del lugar dejó escapar un sonido singular, lo que provocó que los invitados se callaran y se separaran por el medio para formar el pasillo. La campana volvió a sonar. Un anciano salió del bosque, vestido con una túnica blanca y apoyado en un bastón. Era el oficiante de la ceremonia, el caballero mayor de la mansión del duque.

Las ceremonias de boda en este mundo se servían para buscar la aprobación de los dioses, donde la novia y el novio se paraban ante un testigo y declaraban su sincero amor y compromiso mutuo. Dicho testigo no necesitaba ser clérigo; podría ser cualquier persona con un alto estatus en la comunidad, como el líder de la aldea, un herrero prominente o simplemente un anciano respetado.

El oficiante de esta ceremonia era aparentemente un elfo y un joven enérgico de 198 años. También fue el técnico médico del duque, así como un erudito bien informado en muchos campos de la academia, y se desempeñó como asesor de varios departamentos.

Se dirigió hacia el altar, acompañado por un asistente que parecía listo para atraparlo si caía. Intercambiamos amables asentimientos cuando pasó a nuestro lado y se situó en el centro del altar.

Una vez que se le presentaron los tableros de estado de los novios, anunció: “Ahora comenzaremos el matrimonio entre Hughes y Lulunese”. Aunque no habló en voz alta, la profunda voz del elfo atravesó el lugar. “Los novios se acercarán, con la bendición de los presentes”.

La ceremonia comenzó con la procesión de los novios. Jill se rio entre dientes. “¿Qué está haciendo…?” “Hughes está terriblemente nervioso, ¿no?”

“Está tan rígido”.

“Los invitados también lo ven. Están tratando de no reírse”.

Hughes había entrado primero, recibido con aplausos y lanzamientos de pétalos de la multitud. Llevaba una prenda a medida similar a un esmoquin que nunca había visto antes. Mientras se acercaba solo al altar, seguía pareciendo un robot que necesitaba un poco de aceite en sus articulaciones. ¿Estaba teniendo… miedo escénico? Hughes finalmente se detuvo justo antes de los escalones del altar y se dio la vuelta.

Entonces, Lulunese salió del bosque, paso a paso, con su vestido de novia blanco perla ondeando al viento. Ella también parecía nerviosa mientras caminaba hacia su futuro esposo. Se tomaron de las manos y subieron al altar con los brazos entrelazados.

Escuché un sollozo y me volví para ver que Araune había comenzado a llorar, apoyado por Bahtz, quien parecía estar luchando por contener las lágrimas.

“Hace muchos años, no había nada en el mundo… Entonces, los dioses crearon los cielos y la tierra, el sol y la luna, la luz y las tinieblas”.

El oficiante comenzó a contar la historia de la creación, una parte de la enseñanza de la iglesia y una historia que todos en este mundo deben haber escuchado en algún momento. Finalmente, pasó al evento principal de la ceremonia.

“Hughes, ¿tomas a Lulunese como tu esposa, para bien, para mal, para la riqueza, para la pobreza, en la enfermedad y en la salud, para amar y cuidar, hasta que la muerte te separe, y le prometas tu corazón? ¿Lo juras ante los dioses?”

“Lo juro.”

“Lulunese, ¿tomas a Hughes como tu esposo, para bien, para mal, para la riqueza, para la pobreza, en la enfermedad y en la salud, para amar y cuidar, hasta que la muerte te separe, y le entregues tu corazón? ¿Lo juras ante los dioses?

“Lo juro.”

“Muy bien. Yo, Araflal, soy testigo de tus promesas. Los dioses han aprobado la unión de… ”

Espera, ¿qué?

Araflal, el oficiante, estaba parado allí, congelado. En este punto de la ceremonia, la pareja debería haber ganado nuevos títulos en sus tableros de estado: “Casado” y “Esposa / Esposo de (Insertar nombre aquí)”. Estos títulos sirvieron como prueba de que los dioses aprobaron la boda, legitimando toda la unión.

Pasaron los segundos, pero Araflal permaneció inmóvil, salvo por sus ojos que seguían yendo y viniendo entre los dos tableros de estado… Esto no se veía bien.

“¿Me pregunto qué ha pasado?”

“¿Los títulos no aparecieron? Eso no puede ser… ¿Podría ser que los dioses no lo aprobaron…?”

“Eso es ridículo. He oído hablar de una historia en la que detuvieron a un novio falso cuando el título en su tablero de estado lo traicionó, pero fue una rara casualidad. Y vamos, estamos hablando de Hughes…” Divagó Jill, claramente nervioso.

¿Podría ser que los títulos no hubieran aparecido? ¿Habían aparecido algunos títulos más preocupantes en su lugar? Al ver cómo Araflal seguía mirando las tablas, comencé a convencerme de esto último. Por lo menos, no parecía que su visión se hubiera debilitado por su edad.

¡Solo di algo ya!

“¿Hm?” Como si se hubiera escuchado mi súplica silenciosa (o los crecientes susurros de los invitados), Araflal finalmente miró hacia arriba. “Um. Disculpen, todos… No se preocupen. ¡Los dioses aprueban su matrimonio!” El alivio se extendió por el lugar y me quedé preguntándome qué había estado mirando.

“De hecho…” declaró, “ambos han recibido una bendición de la trinidad de los dioses. Este es un hecho que no he presenciado a menudo en mis muchos, muchos años de vida. Espero sinceramente que los novios sigan siendo fieles a sus promesas y a los dioses, y que formen juntos una familia maravillosa”. Araflal hizo una transición bastante suave de explicar el retraso al curso habitual de la boda.

Parecía que yo era el único que se dio cuenta de la gravedad de lo que había dicho, ya que estaba familiarizado con esos dioses. La “Trinidad” en este escenario podría haber sido Kufo, Lulutia y Wilieris, a quienes les había dedicado esas estatuas.

“Quienquiera que fuera, estaban mirando…”

Los invitados se descongelaron lentamente de su conmoción, comenzando a hervir con vítores que pronto culminaron en una erupción de exuberancia. La feliz pareja se abrazó, aunque un poco desconcertada por las rugientes felicitaciones de la multitud ante ellos. A este paso, la recepción iba a ser una fiesta para recordar.

“Oye, ¿puedes creer eso? Los dioses nos han bendecido, dijo”, dijo Hughes.

“Sí… supongo que estábamos destinados a estar juntos”.

La novia y el novio se susurraron entre sí, casi llorando lágrimas de alegría. La bendición fue una sorpresa, pero ayudó a que la ceremonia fuera memorable. Estaba increíblemente feliz por ellos… Y solo un poco preocupado por la recepción más tarde.

“Eso fue todo un fiasco…”

La ceremonia había concluido con la multitud enloquecida por el regalo de bodas sorpresa de los dioses. El resto de la fiesta de bodas y yo seguimos a los recién casados fuera del altar y directamente a la recepción festiva…

y rápidamente me perdí en el mar de gente. Me llevaron lejos de los novios como si estuviera en las alas de un pájaro, donde me sentí abrumado por todos los invitados que no podían acercarse más a la pareja, todos ellos extasiados de que la feliz pareja acabara de llegar bendecida por los dioses.

Los invitados a la boda, casi delirando de emoción, deliraban sobre todo lo que posiblemente pudo haber complacido a los dioses: los propios novios, el vestido de novia, los adornos, la comida… La tormenta de alabanzas incluso me llegó, una vez que se enteraron Construí las estatuas y supervisé la construcción del altar. Me agotó un poco, ya que no podía emocionarme tanto como un ex japonés sin mucha religión en mi vida o cultura (aunque ahora creía en los dioses, por supuesto).

En todo caso…

“Gracias por la ayuda”, le dije.

“No hay necesidad de agradecerme por eso. Simplemente estaba en mi camino de regreso de recoger algo de comida y me encontré contigo”.

Yo tampoco iba a dejar de creerle. La autoproclamada casamentera, Yui el hada, terminó rescatándome de la avalancha de personas. Como una camarera experimentada, llevaba cinco platos en total, con ambas palmas, ambos antebrazos e incluso la parte superior de la cabeza ocupada con un plato grande lleno de comida cada uno. Dejó los platos en una mesa misteriosamente desocupada, tomó asiento y comenzó a comer. Había otras personas alrededor, pero parecían completamente desinteresadas en nosotros, lo que atribuí a lo que debe haber sido su poder. Cuando me concentré, pude sentir algo similar a una Barrera Oculta… Aunque era tan débil que nunca me habría dado cuenta sin sospechar su existencia.

“¿Por qué no tomas asiento hasta que se calme la conmoción?” ella ofreció.

“Claro, si no te importa”.

Tomé la silla al otro lado de la mesa de ella. “¿Es raro que la pareja reciba una bendición de los dioses como esa?”

“Raro y bastante honorable, pero no inaudito. Les ha pasado a algunas de las parejas que he formado, pero la última fue hace treinta años. Por supuesto, no puedo hablar del porcentaje de parejas que lo reciben a escala mundial… Lo sorprendente es la cantidad de bendiciones que han recibido”.

“¿Entonces es más de lo usual?”

“Hasta donde yo sé, la mayoría de las parejas no reciben ninguno, y las que lo hacen generalmente solo reciben uno. Pero nuestra pareja… Me acerqué a hurtadillas y pregunté. Ambos fueron bendecidos por Lulutia, el novio por Kufo y Tekun, y la novia por Wilieris y Gain. Son cinco bendiciones en total”, explicó el hada en detalle, consciente de mis orígenes japoneses.

¡¿Así que recibieron bendiciones de algo más que de aquellos con los que hice estatuas?!

Yui se burló de mí. “¿Qué pasa con esa mirada engreída? Eso no fue obra tuya, ¿verdad?”

“Yo no hice nada, pero tengo un presentimiento sobre por qué tuvimos tanta bendición esta vez… Ya que eras un familiar para mi predecesor, siento que puedo confiar en ti. Tuve la oportunidad de hablar con los dioses usando mi habilidad de Oráculo; observan a los de nuestra especie de vez en cuando. Es posible que estén mirando para ver si nos llevamos bien en el nuevo mundo, o porque algo sobre nosotros captó su interés, o tal vez para asegurarse de que no abusamos de los poderes que nos han dado para el mal”.

“Ya veo. Así que tenían sus ojos puestos en ti, y la boda fue como un bono gratis, por así decirlo”.

“Eso creo.” Si Tekun está allí, definitivamente se lo están bebiendo en el reino divino, y fácilmente podría imaginarme a Kufo y Gain repartiendo bendiciones como si fueran dulces… Además, los humanos parecen tomar esas bendiciones mucho más en serio que los dioses.

“Pareces muy cercano a ellos”.

“Siempre me esfuerzo por hablar con ellos cuando visito una capilla”.

“No diría eso con la mayoría de la gente si fuera tú. Especialmente no los clérigos. Tengo entendido que pasan años entrenando solo para recibir algunas palabras breves de los dioses de vez en cuando. Puede que no te crean y te consideren un mentiroso, y estarían más que celosos si te creyeran”.

“No lo soñaría. De hecho, agradecería que mantuviéramos esa información entre nosotros”. Además, ¡seguro que no iba a mencionar que los dioses y yo beberíamos copiosamente cada vez que nos encontráramos!

Hablando de eso, me di cuenta de que la autoproclamada hada casamentera había limpiado dos de sus grandes platos durante nuestra conversación.

“¿Querías un poco…?” preguntó, dándome una mirada amenazadora.

“No, solo estoy impresionado por tu apetito. Nunca imaginé que las hadas fueran grandes devoradoras”.

“La mayoría de las hadas son más pequeñas que yo, después de todo”.

“Hablando de eso, te ves indistinguible de cualquier persona. ¿Alguna forma de transfiguración, supongo?”

“Ustedes, los terrícolas, son un grupo astuto. No es que haya conocido a nadie de la Tierra aparte de Shiho y tú, pero aun así… soy un poco más pequeño de lo que parezco, pero puedo difuminar esa línea con mis poderes, y esto hace que sea mucho más fácil para mí mezclarse con la gente. Sin embargo, no es muy eficiente en combustible”.

“Ya veo. Si no le importa que le pregunte, ¿qué tipo de comida le gusta?”

“He vivido aquí durante tanto tiempo que rara vez como algo crudo. Cuando vive en la naturaleza, sus opciones son decididamente limitadas. La mayoría de nosotros preferimos nueces, frutas, néctar de flores y miel. A algunas hadas les gusta comer cosas menos convencionales, pero todo depende del individuo, al igual que con los humanos. En cualquier caso, las hadas pueden sobrevivir sin comer, siempre que tengamos energía mágica de la naturaleza. Cualquier otro alimento o bebida es para disfrutar más que para nutrirse. Nuestros cuerpos pueden convertirlos en energía, por supuesto”.

“Bueno, eso explica mucho. Gracias.”

“De nada… Por cierto, ¿terminaste el regalo del que hablamos?”

“Lo hice. No diría que todo fue viento en popa, pero estoy contento con el resultado”.

“Muy bueno escuchar. Parece que mi sugerencia no fue en vano para ti”.

En ese momento…

“¿Ryoma?”

“Me pregunto a dónde viene…”

Escuché a Reinhart y Elise llamar desde algún lugar detrás de mí. Me volví para encontrarlos entre la multitud, aparentemente buscándome.

“Parece que me buscan. Será mejor que me vaya ahora, Yui”.

“Seguro. Dudo que la multitud te vuelva a tragar si estás con ellos”.

“Gracias de nuevo.”

“Espero verlos recibir su regalo”.

Me separé de Yui y me uní al duque y la duquesa. Tampoco les habían dado su regalo a los recién casados. Saqué mi regalo del Item Box y nos unimos a la línea de obsequios. Pero como los trabajadores de la mansión en la fila seguían dejándonos cortar frente a ellos, apenas tuvimos que esperar hasta que estuviéramos al frente de la fila, justo a tiempo para ver a Bahtz, el jefe de cocina, entregar a Lulunese una caja y una rebanada de pastel.

“Esto trae recuerdos…”

“Mi pastel de lamon. Te horneé uno cuando era sólo un segundo de cocina.

No dejarías de charlar sobre lo mucho que lo disfrutaste”.

“Me encantó ese pastel, pero este es aún mejor”.

“¡Naturalmente! Después de todo, no he perfeccionado mis habilidades para convertirme en jefe de cocina. Pensé que te podría haber gustado la receta anterior, pero no pude resistir la oportunidad de intentar superarme yo mismo”.

“No esperaría menos de ti, Bahtz. Este también es maravilloso. Es tan esponjoso.”

“Oh, Ryoma me dio nuevos ingredientes para eso el otro día. No podía esperar para probarlo”.

Elise volvió la cabeza hacia mí. “¿Le diste un consejo, Ryoma?”

“No lo llamaría consejo. Tal vez una pequeña charla sea más precisa… ¿Recuerda la bomba de baño que le hice, señora? Todos los ingredientes son realmente comestibles. Le dije a Bahtz que también podrían usarse para hacer bizcochos de pastel más esponjosos”. También le había dado los ingredientes sobrantes, pero no esperaba que ya los hubiera usado.

Entonces Bahtz pareció darse cuenta de nosotros y dijo: “Bueno, te veré más tarde. Hay mucho más de donde vino eso en la caja, así que disfrútenlo, ambos. Y Hughes, cuídala bien… ”

“Gracias.”

“Puedes apostar”, respondió Hughes.

Cuando Bahtz se retiró al grupo de espectadores, su regalo fue entregado a una doncella; ella parecía estar a cargo de almacenar los regalos.

Luego, hice un gesto hacia el duque y la duquesa. “Después de ti.” Ellos dieron un paso adelante. “Felicitaciones, Hughes y Lulunese”. “Gracias, excelencia”, respondieron los recién casados al unísono. “¿Qué te pasa, Hughes? No estás actuando como tú mismo”. “Heh, solo pensé que sería un poco más oficial, ¿sabes?”

“Difícilmente puedo culparte, aunque me parece extraño… tengo algo que darte, de nosotros dos”. Reinhart le entregó a Hughes la caja de madera de aspecto caro que había estado cargando, que el novio abrió de inmediato.

“¡Oh vaya!” Exclamó Lulunese.

“¿Una armadura… hecha de escamas de dragón?”

“El familiar de mi padre acababa de quitarse las escamas, así que las puse en uso. Espero muchos años más de trabajo de tu parte, Hughes, y ahora también tienes que pensar en Lulunese; Con eso en mente, queríamos hacer todo lo posible para asegurarnos de que regresara de trabajos peligrosos. Además, tendrás que destacar una vez que te asciendan”.

“Wow… Gracias”, dijo Hughes. “Haré que valga la pena su tiempo en el campo”.

“Estoy deseando que llegue. Lulunese, vigila a Hughes, ¿quieres? Está actuando de forma estoica ahora, pero no siempre mira por dónde pisa”.

“Sí, Su Gracia. Siempre apoyaré a mi esposo lo mejor que pueda y seré la mejor sirvienta que pueda estar a su servicio”.

“No hay nada de qué preocuparse, Lulunese”. La duquesa sonrió. “Siempre me has sido de gran ayuda. Y espero que así sea durante muchos años”.

Las lágrimas se formaron en sus ojos y, naturalmente, los aplausos se elevaron entre la multitud. Reinhart y Elise decidieron no prolongar su conversación y se hicieron a un lado para dejarme pasar.

“Felicitaciones a ustedes dos”.

“Gracias, Maestro Ryoma.”

“Has hecho mucho por nosotros, Ryoma. No puedo agradecerles lo suficiente como está… ”

“Esto es algo que quería darte”. Le entregué la caja de madera que había sacado del Item Box.

Inmediatamente abrieron mi regalo también.

“¡Oh vaya!” Exclamó Lulunese.

“¡Qué belleza! ¿Es de vidrio? Hughes sacó un par de vasos, cada uno de color rojo translúcido y azul cada uno y grabados con intrincados patrones de líneas blancas, al estilo del kiriko de Edo. La multitud se quedó en silencio por un momento, antes de mostrar dos reacciones diferentes.

Parte de la multitud parecía genuinamente interesada en la cristalería; este grupo incluía a Serge y Pioro, junto con personas que supuse que no eran tan supersticiosas. La gran mayoría, y muchos de ellos mayores, parecían querer hacer un comentario; eso no fue muy sorprendente. Al igual que en Japón, la cristalería y otros objetos frágiles se consideraban de mala suerte para las bodas, ya que cualquier cosa que pudiera cortarse o romperse se interpretó como una alusión a la ruptura del matrimonio.

Había esperado esto, por supuesto, así que saqué un vaso adicional que había preparado d Item Box.

Hughes, Lulunese. Echa un vistazo a esto.”

“¿Ese es otro vaso?”

“Aunque parece un poco raro”.

“En efecto. Es de una de mis prácticas fallidas antes de hacer esas dos… ¡Ahora mira lo que sucede cuando hago… esto!” Con eso, arrojé el vaso de práctica sobre las baldosas de ladrillo macizo debajo de nuestros pies.

Con un ruido sordo, el vaso rebotó un par de veces sin romperse y rodó hacia una de las sirvientas que estaba cerca.

“Disculpe, pero ¿podría traernos eso?”

“¡Oh, ahora mismo!”

Le di las gracias a la criada mientras recogía el vaso para mí. “Sé que parece vidrio, pero en realidad no lo es”.

El material solo parecía vidrio; en realidad, era una especie de solución endurecedora y pegajosa con la forma de una taza, que actuaba como un plástico duradero. Esta fue la gran idea de Yui; si las cosas frágiles traían mala suerte, entonces mi regalo tenía que ser irrompible. En consecuencia, se le ocurrió la idea cuando vio las vidrieras falsas que había hecho coloreando la solución pegajosa que se endurece. Fui a explicar mi regalo a la pareja, como Yui me había aconsejado.

“Esos dos están hechos del mismo material, por lo que son bastante difíciles de romper. Desafortunadamente, nada hecho por el hombre puede durar para siempre. Si bien son muy duraderos, estos anteojos eventualmente perderán su forma si continúa tratándolos sin cuidado o si los tira. Pero si los usa con cuidado, creo que su brillo le durará toda la vida. Piense en ello como un recordatorio para tratar su matrimonio con el mismo nivel de cuidado. Que su relación brille para siempre tan brillantemente como lo hace hoy”.

La multitud se agitó en comprensión, luego estalló en aplausos.

“Ryoma… ¡Gracias por un regalo tan atento!” Dijo Hughes.

“Lo juro, los mantendré bonitos y brillantes”, siguió Lulunese, y los novios volvieron a llorar.

La mayor parte de la perorata vino directamente de Yui, pero el regalo y las intenciones detrás de él vinieron directamente de mi corazón. No podría haber estado más feliz de poder darles algo que les gustó.

***

Más tarde…

“Maestro Ryoma. ¿Alguna vez has pensado en venderlos?”

“Espera, Serge. La cristalería también tiene mucho que ver con mi negocio. Las personas ricas también son muy particulares acerca de lo que comen y beben”.

“Lo siento, los dos, pero eso toma mucho tiempo para hacer. No hay forma de que pueda soñar con ponerlos en los estantes de mi tienda”.

El Edo kiriko, como sugiere su nombre, era una forma de arte tradicional que se originó hacia el final del período Edo. Hice mis gafas Edo kiriko de imitación colocando una capa delgada de solución pegajosa endurecedora de color sobre la solución pegajosa endurecedora transparente, luego grabé la capa exterior para dibujar un patrón usando Disc Grinder, un nuevo hechizo que desarrollé al hacer que Polish Wheel sea más delgada y redonda . Había inventado un nuevo hechizo mágico que requería más concentración, y logré superar el difícil proceso de tallar impecablemente un patrón agradable en los vasos. Apenas logré terminar los dos que le di a la pareja después de pasar toda la noche con ellos. No había forma de que pudiera producirlos en masa para la venta.

“¿No dormiste nada anoche, Ryoma?” Preguntó Reinhart.

“¿Es por eso que la multitud te arrastró antes? Te juro que te vas a meter en una tumba prematura… ”

“No, no es nada de eso. Además, Serge, ¿Pioro? Podría enseñarle a alguien cómo hacerlos, por lo que subcontratar la producción a un artista del vidrio podría ser una posibilidad”.

“No me importaría eso”, dijo Serge.

“Quería venderlos como un juego de regalo de bodas, con una tarjeta de tu lanzamiento en la caja… Pero si fueran de vidrio, no creo que pudiera hacer que eso funcionara”.

Los cuatro habituales, ahora muy interesados en el falso Edo kiriko, continuaron conversando conmigo mientras disfrutamos de la recepción con todo el contenido de nuestro corazón, dándoles a los recién casados nuestras mayores felicitaciones.