Oukoku wo Tsukuru Koto ni Shimashita

Volumen 1

Capitulo 6: El Territorio Más Grande En La Historia Del Clan

Después de convertirme en señor del dominio, estuve ocupado por un tiempo con varios deberes.

Primero, debido al cambio de gobernante, tuve que enviar cartas de protección territorial a mis vasallos y varias instituciones en el dominio, como los templos. Como las promesas de protección estaban a nombre del señor anterior, mi hermano, tuve que volver a emitirlas todas por mi cuenta. Realmente, solo tenía que verificar su contenido, por lo que no requirió mucho pensamiento.

Pero reunirse con otros inevitablemente requiere tiempo y energía. Todo tipo de personas venían a presentarle sus respetos al nuevo señor, así que tuve que recibirlos. No podía hacer que todos igualaran sus horarios con los míos, y enviar un enviado sin pensar sería grosero.

Además, Laviala siempre estuvo a mi lado como asesora, por lo que estaba tan agotada como yo. “Ah, mi cuello está tan rígido… Lord Alsrod…” Ella estaba constantemente sosteniendo su cuello. Cuando estábamos solos, ella era un poco más.

Por cierto, no había hecho de Laviala mi esposa oficial. Debido a mi estado, era crucial que tuviera un matrimonio político, por lo que sería una mala idea celebrar abiertamente una ceremonia con ella. Además, lamentablemente, dado que Laviala era medio élfica, si la anunciaba como mi esposa, algunas personas dirían que no era apropiado para alguien de mi estado.

Aun así, nadie criticaría a un gobernante por tener varias amantes. Más bien, como ya tenía dieciocho años, no podía permitirme no tener hijos por mucho tiempo. Quería tener un hijo con Laviala lo antes posible.

“¿Qué otra alternativa tenemos? Un trabajo aburrido como este también es el trabajo de un señor”.

“Pensé que tal vez viviríamos un poco más lujoso que esto ahora que eres un vizconde, pero supongo que no sería… Ah, nunca pensé que mi cuello sería tan rígido antes de cumplir los veinte…”

“Déjame masajearlo, entonces. Somos solo nosotros dos, así que no tengo que actuar como un vizconde”.

“¿Me vas a masajear, Lord Alsrod?! ¡No pude!” Ella se sonrojó y agitó la mano. En cierto sentido, ella era mi esposa, pero nunca fue más allá de su lugar como mi sujeto.

“¿Por qué actuar con timidez si te lo estoy ofreciendo? Vamos, déjame intentarlo”. Un poco a la fuerza, puse mis manos sobre sus hombros. Ella era más rígida de lo que había imaginado. “¿Qué tan tensa has estado, ayudándome con mi trabajo…?”

“Nunca podemos estar seguros de que algunos delincuentes no estén al acecho para matarte… ¡Ah, eso es, justo allí…!” Los hombros de Laviala se aflojaron, y ella pareció relajarse significativamente.

Decidí perder el tiempo un poco y soplé en esas distintivas orejas semielfas, no tan puntiagudas como los elfos, pero definitivamente todavía puntiagudas.

“Ffff”.

“Ah, por favor detente… N-No mis oídos, no allí…”

Laviala se dejó caer al suelo cuando sus piernas cedieron debajo de ella.

Eso fue más efectivo de lo que había imaginado.

“Lo siento. No pensé que eso pasaría… ”

“N-No hagas ese tipo de cosas en este momento… E-E-Espera hasta que sea de noche…”, dijo ella, sonrojada, lo que comenzó a hacerme sentir avergonzada también.

“Está bien… Hasta la noche…”

Tener este tipo de relación con Laviala me recordó lo rápido que pasó el tiempo. Hasta unos años antes, habíamos estudiado y practicado la lucha con espadas y arcos juntos.

Justo en ese momento, uno de mis vasallos se detuvo para decir que alguien había venido a reunirse conmigo. “¡El sacerdote del Primer Templo ha venido a presentar sus respetos!”

El nombre Primer Templo se refería al templo designado por el señor local como el más importante en su dominio. Como había muchos templos en un condado, teníamos un sistema de clasificación para su regulación.

Incluso ahora muchos de ellos (como el más grande de una prefectura) tenían un poder como el de la nobleza; sin embargo, a nivel de condado, todos necesitaban la protección de su señor. Por cierto, este templo fue donde recibí mi profesión.

“Muy bien. Déjalo entrar.”

El sacerdote que vino a presentar sus respetos fue el mismo que me otorgó la profesión de Oda Nobunaga. Lucía una espesa barba blanca.

“Es bueno verte de nuevo, mi señor. Soy el sacerdote Elnarta. Nunca hubiera imaginado que te levantarías ante el vizconde.”

“Bueno, mi hermano cayó enfermo, como sabes. Nada más que un giro del destino.”

La historia oficial era que mi hermano había muerto por enfermedad, y no pensaba salir de mi camino para ser conocido por fratricidio. Lo más probable es que él también preferiría eso para que las generaciones futuras sepan que fue asesinado tratando de asesinar a su hermano, incluso si solo lo deseara en el más allá.

“¿Te está sirviendo bien la profesión de Oda Nobunaga? Como oráculo, tenía mis preocupaciones.”

“No había necesidad de preocuparse. De hecho, debería agradecerte. Básicamente tenía que agradecer mi profesión por convertirme en gobernante.”

“De nada, Lord Alsrod. Si pudiera tener un momento de su tiempo, me gustaría realizar una evaluación fonética de las palabras Oda Nobunaga”.

Una evaluación fonética fue un tipo de adivinación realizada usando los sonidos que se hizo un nombre.

 Ha, que broma. Si la adivinación realmente funcionara, nadie perdería una batalla. Todos los señores de la guerra de mi época tenían sus propias supersticiones cuando entraron en la refriega.

Mi voz interior se quejaba. Sin embargo, tenía un punto. Generalmente en la guerra, los señores de todas partes pensaban en la suerte al decidir qué día u hora ir a la batalla. Si pudieran ganar haciendo eso, entonces nadie perdería jamás. Ciertamente, nadie le daría a su hijo un nombre obviamente desfavorable; Según esa lógica, nadie sería infeliz. Pero en realidad, innumerables personas habían caído en la guerra o habían muerto jóvenes de enfermedades. Sin embargo, tenía verdadera curiosidad sobre qué tipo de resultado obtendría sobre este Oda Nobunaga.

“Muy bien, mira lo que puedes hacer. No es que vaya a llevar horas ni nada”.

“Si mi señor.”

El sacerdote Elnarta extendió una tela en el suelo y roció arena sobre ella en forma de un cuadrado mágico. Luego escribió el nombre de Oda Nobunaga en el centro.

“Me pregunto cuál será el resultado”, dijo Laviala, también observando con gran curiosidad. Siempre estuvo más interesada en mí que en ella misma.

“Oh, vaya…”, murmuró Elnarta. “Increíble…”

“¿Qué es?” Yo pregunté. “¿Fue la respuesta tan inusual?”

“El sonido que hace Oda Nobunaga significa esencialmente el Rey Demonio…”

“¿Rey Demonio? ¿El que se supone que debe conducir a los monstruos a la dominación mundial, ese Rey Demonio?” En este mundo, así como había razas minoritarias como elfos y enanos, también había seres malvados como duendes y orcos. Pero un Rey Demonio que comandaba monstruos no era más que una leyenda.

“Sí… en términos de un nombre de profesión como Guerrero o Hechicero, Rey Demonio sería el nombre más apropiado, creo… Me disculpo por cualquier ofensa, Lord Alsrod…”

 Rey Demonio, ¿eh? Un sacerdote que vale su sal, ya veo. ¡De hecho, una vez me llamé Rey Demonio solo por diversión!

Mi voz interior se rio. Sin pensar, me reí también.

“Disculpe, mi señor, pero ¿por qué se ríe…?” preguntó el sacerdote.

“Oh, no, son tan buenas noticias”.

Laviala pareció entender cómo me sentía. “Un Rey Demonio sigue siendo un rey. Estás apuntando al trono, no solo a Nayvil. ¡Esta es la profesión perfecta para ti!”

“Exactamente. Por supuesto, como rey, haré todo lo posible para evitar ser visto como un demonio”.

Oda Nobunaga realmente era una profesión especial después de todo. Laviala fue acertada: un Rey Demonio seguía siendo un rey. Era inaudito recibir una profesión que incluyera la palabra rey. En un mundo con una dinastía más poderosa, podría haber sido castigado por irreverencia.

“Um… No importa cuánto hayan declinado en los últimos años, la familia real todavía existe… Por favor, trata de no decir nada demasiado descarado”, me advirtió Elnarta; tal vez solo era manso. Por supuesto, si hubiera intentado ser agradable asegurándome de que podría ser rey, habría perdido la confianza en él. Probablemente no entendía qué tipo de profesión era Oda Nobunaga.

“No te preocupes. Si tengo la oportunidad de mantener a la familia real, eso es exactamente lo que haré. Pero todavía soy solo un gobernante a nivel de condado, así que estoy muy lejos de eso”. Afirmar que estaba protegiendo a una dinastía en quiebra, solo para seguir tomando el poder, era un viejo truco para usurpar un reino.

Pero entonces tuve una idea.

“Dime, Laviala, todavía no has recibido tu profesión, ¿verdad?”

“Sigo posponiéndolo, sí… simplemente no puedo encontrar el tiempo libre para hacerlo”.

Era cierto que Laviala, como mi asistente, tenía problemas para reservar tiempo, con los cambios repentinos en mi posición.

“Tenemos un sacerdote aquí mismo. Si está bien usar la capilla del castillo, debería tener su ceremonia de entrega de profesión allí”.

“Si la capilla está en orden, entonces el tamaño no hace ninguna diferencia”, coincidió Elnarta. Por supuesto que no; después de todo, la mayoría de los campesinos obtuvieron sus profesiones de una pequeña capilla del pueblo.

“Muy bien. Espero que sea algo bueno… ”

Así, nos dirigimos a la capilla. Me preguntaba si ella también obtendría una profesión extraña como Oda Nobunaga. Seguramente dos veces seguidas era demasiado… Y sería especialmente incómodo si el de ella fuera el nombre de uno de sus señores enemigos.

La ceremonia procedió como lo había hecho para mí. Lo llamo una ceremonia, pero Laviala simplemente se arrodilló mientras el sacerdote transmitía las palabras de los dioses.

“Tu profesión es… Arquero”.

“Aw, eso es más normal de lo que pensé que sería”, dijo Laviala con sinceridad.

“En realidad, Arquero es una profesión bastante rara…”, respondió Elnarta.

“Es mucho más normal que Oda Nobunaga”, respondió ella.

Quiero decir, probablemente soy el único en el mundo con ese.

Como Laviala había hecho un buen uso de sus habilidades de tiro con arco, era una profesión respetable para ella.

“Se dice que Arquero aumenta tu poder de ataque de arco en un treinta por ciento en la batalla, y además de eso, aumenta enormemente tu precisión. Esencialmente, será imposible que pierdas tu marca”.

“Ya veo. Me encantaría probarlo en un objetivo de inmediato”.

Queriendo atacar mientras el hierro estaba caliente, Laviala decidió disparar a objetivos en un campo de tiro con arco que instalamos en el patio. Tal vez fue mi imaginación, pero vi lo que parecía un aura dorada de su cuerpo mientras preparaba su arco.

“Esto es increíble. Estoy perfectamente tranquilo y, sin embargo, siento una sensación de concentración que me lava suavemente… Estoy seguro de que nunca me había sentido así antes”.

Luego disparó una flecha.

¡Fwthoooom!

El sonido era diferente a cualquier flecha normal que había escuchado. Efectivamente, había golpeado el centro del objetivo, dejando grietas y fisuras donde golpeó. El poder detrás de esto habría sido imposible para cualquier flecha normal.

“Maldición… Parece que un golpe sería suficiente para matar a una persona…” Tal poder era más aterrador que sorprendente.

“No lo entiendo completamente todavía, tampoco…”, dijo Laviala.

“Con Arquero, se dice que si tienes tanto el enfoque como la técnica, a veces la magia de tu cuerpo se agrega a la flecha, y el daño se triplica …

Esto solo sucede con los mejores Arqueros, así que nunca lo había visto antes, o …” Incluso el sacerdote estaba conmocionado.

Laviala ya era una arquera de primer nivel, y con la ayuda de su profesión, se estaba acercando al estado divino.

“Lo probaré un poco más”. Laviala disparó a un objetivo diferente esta vez.

¡Fwbaaaaaam!

Tan pronto como la flecha la golpeó, el objetivo estalló en pedazos.

“¡Vaya, es como si usaras un hechizo de explosión en él!” Exclamé Obviamente había más poder en ese golpe que lo que podía producir una flecha ordinaria.

“Nunca he usado magia de ataque, pero tuve la misma sensación que cuando uso hechizos de curación… supongo que tenía magia…” Sus hombros se agitaban un poco mientras respiraba; tal vez ella se había tensado. Aun así, su poder era casi obsceno.

Laviala había sido entrenada con un arco y una flecha desde la infancia, y como había esperado para recibir su profesión, había tenido que pulir sus habilidades lo suficiente como para luchar en la batalla sin ninguna bonificación. Como resultado, el impulso repentino la había hecho mucho más fuerte.

“¡Laviala, esto es asombroso! ¡Serás un terror en el campo de batalla ahora!”

“¡Sí señor! ¡Seguiré luchando a tu lado y dispararé a cualquier enemigo que crucemos!”

Incluso con el sacerdote allí, acaricié la cabeza de Laviala. Podría haberme encontrado la mejor tiradora del mundo.

“Me alegro de haber logrado obtener una profesión tan increíble”.

“Ahora eres lo suficientemente fuerte como para liderar a todos los elfos y semielfos en el dominio; no te preocupes Puedes mantener la cabeza en alto, o incluso ser arrogante.

Ahora también teníamos una nueva y útil habilidad de lucha. Mientras me ocupaba de asuntos oficiales, no me había olvidado de la expansión territorial. Ahora deberíamos ser capaces de aplastar a los señores cerca de nosotros cuyos dominios eran de tamaño cercano, uno por uno.

 Precisamente. Primero debes cuidar a tus enemigos cerca de casa, uno a la vez.

Oda Nobunaga estuvo de acuerdo, así que no podía estar equivocado. Ya fuera Rey Demonio o Rey Conquistador, iba a ser rey.

“Laviala, practica tu tiro con arco todos los días. Lo usarás de verdad en poco tiempo”.

“¿Quiere decir…?”

“Planeo tener el territorio más grande de cualquier Vizconde de Nayvil en la historia”.

Reuní a mis tropas y avancé hacia el este. El vizconde de Nayvil (en otras palabras, yo, Alsrod Nayvil) tenía el condado de Nayvil, hogar de la capital del condado, Nayvil, y la mitad del vecino condado de Hidge.

El resto del condado de Hidge y el condado de Kinaseh justo al lado estaban en manos del vizconde de Marle. Como su capital estaba en la región rural de Marle, lo había tomado como su nombre. Había habido tensiones entre nuestros clanes por generaciones, ya que los señores vecinos generalmente se metían en disputas territoriales. Hubiera sido extraño si hubiéramos tenido relaciones amistosas a largo plazo.

Entonces iba a eliminarlo primero. No importaba la excusa que solía atacar, pero dije que era insultante que no hubiera venido a presentarle sus respetos al nuevo gobernante.

Fui con cuatrocientos soldados. Podría haber ido con más, pero este fue realmente mejor. Con estos números, los señores de los alrededores supondrían que era solo una pequeña escaramuza entre países vecinos. (No eran países por nombre, pero en esta época, todos los dominios eran tan independientes como los países).

Nuestras tropas se enfrentaron en una llanura plana dentro de la región de Marle del condado de Hidge.

“Kivik y Laviala, les doy a cada uno cien hombres. Ve y aplasta a nuestros enemigos de inmediato. Esto no es suficiente para exigir mi participación, todavía”.

“¡Sí señor! ¡En comparación con los días infernales del Fuerte Nagraad, será pan comido!”

“Será un poco solitario no estar a tu lado… ¡Pero destruiré al enemigo y volveré enseguida!”

Ambos estaban ansiosos por pelear, y ese entusiasmo vio resultados.

Momentos después de que comenzara la batalla, el general enemigo fue golpeado por una flecha que aparentemente había salido de la nada, enviando a su unidad al caos. Era solo una flecha, pero el daño se parecía más al cuerpo del general que había sido perforado por una roca gigantesca: murió instantáneamente.

Era claramente el trabajo de Laviala, ampliamente impulsada por su nuevo trabajo de Arquero. Podía atacar al enemigo en lugares que creían que estaban a salvo. Ella había logrado golpear a su general con un disparo que nunca debería haber encontrado su marca.

Los soldados enemigos temblaron, tal vez pensando que teníamos un Gran Mago raro en nuestras filas, e intentaron huir de nuestros reclutas campesinos. Los soldados sin comandante eran simples chusmas. La compañía de veteranos de Kivik cargó, por lo que es más una cacería que una batalla. La mayoría de los enemigos priorizaban huir en lugar de luchar contra nosotros, no fue una gran pelea.

“¡Mi arco es más preciso que nunca!” Con el enemigo vencido en su mayoría, Laviala había regresado.

“Sabía que eras tú. Te recompensaré más tarde. De hecho, te daré todas las unidades de elfos y semielfos del dominio. Seguiré adelante y te otorgaré el rango de baronesa también. Nadie tendrá nada que decir al respecto con la forma en que peleas”.

Había esperado promocionar Laviala por un tiempo ahora. Quería que se uniera a mí en los escalones superiores.

“¡Gracias, Lord Alsrod!”

“Gracias después de la batalla, cuando te he recompensado. Ahora usa tu próximo tiro en sus miembros del clan.”

“¡Sí señor! ¡Estaré encantado de hacerlo!”

Dando recompensas aquí y allá, reunimos a nuestras tropas y capturamos todo el condado de Hidge. Pensando que esto sería una pequeña escaramuza como siempre, el vizconde de Marle no había preparado las defensas de los fuertes del condado de Hidge contra nuestro ataque. Por lo tanto, el enemigo no tuvo más remedio que abandonar el condado de Hidge y retirarse a su base de operaciones en Kinaseh.

Con vistas al río en Kinaseh había una ciudad mercantil llamada Maust. Sería un golpe mortal para el enemigo perder esa área, por lo que tomó posición en la llanura por delante. Claramente estaban tratando de detener nuestra invasión de cualquier manera que pudieran. También apareció el vizconde de Marle; la moral habría sufrido si el gobernante no hubiera venido.

Por el momento, todo iba según lo planeado. Capturar el castillo requeriría tiempo, pero si lucháramos en los pisos, todo se resolvería en un día.

Habían tomado formación para que su señor se estableciera en una colina baja en los pisos.

Realmente no hace falta decirlo, pero el lado con el terreno elevado tiene una ventaja abrumadora en la batalla. Al luchar con arcos o hondas, también, el bando que dispara hacia abajo gana velocidad y, por lo tanto, potencia.

Incluso en nuestro consejo de guerra, muchos dudaron en pedir un asalto total contra ellos, debido a todas las bajas que causaría. Esa fue la reacción natural. Pero por alguna razón, realmente sentí mi corazón latir de emoción.

“No esperan que nos acerquemos directamente a ellos colina arriba. Eso es exactamente por qué estarán desprevenidos”.

 Entonces tienes un don para esto. Sabes cuándo una oportunidad te mira a la cara.

Oda Nobunaga estaba impresionado.

 Golpeé a Imagawa Yoshimoto en un lugar no muy diferente a este. En aquel entonces, el enemigo probablemente había bajado la guardia debido a la lluvia, pero aquí tienes el poder de tu profesión para compensar eso.

Estaba hablando de mi bono de trabajo. Con la profesión de Oda Nobunaga, cualquier enemigo dentro del alcance de mi arma redujo sus habilidades en un veinte por ciento. Los enemigos se encogieron al ver a un conquistador.

Además de eso, la habilidad especial El poder del Conquistador duplicó todas mis habilidades durante la batalla. Francamente, mientras no hubiera un maestro espadachín frente a su señor, era imposible detenerme.

“Entraré”, declare resueltamente.

Varias personas gritaron: “¡Es demasiado arriesgado!” “¡Por favor, mi señor, no seas tan imprudente!”

Eso era precisamente lo que necesitaba escuchar de mis vasallos: me habría preocupado si me hubieran dicho que me apresurara allí, sin restricciones.

“Exactamente, es arriesgado. Y es por eso que el vizconde de Marle definitivamente no cree que vaya. Ninguno de ellos tiene las agallas para enfrentarme. No importa cuántos haya si no tienen la voluntad de pelear. Su defensa está plagada de agujeros, tanto que sería un desperdicio no atacar”.

Cuanto más lo explicaba, más convencido estaba de que podía ganar.

“Tienen la ventaja del terreno. Pero eso solo significa que una vez que subamos la colina, será una pelea regular, y entonces nadie tendrá la ventaja. Así que escucha: necesito que alguien use su escudo para protegerme lo mejor que pueda hasta que llegue a la colina. Después de eso, eliminaré a su señor. ¿Tengo algún voluntario para mi escudero?”

Laviala levantó la mano de inmediato.

“Laviala, necesito que me cubras desde lejos. Tu arco no sirve de nada en el combate cuerpo a cuerpo”.

“Sí señor…”

Parecía infeliz, pero esos eran los hechos.

“¡Déjame ser tu escudo!”

Un hombre levantó la mano; había vuelto a ser mi oficial cuando solo tenía un pueblo. Todos aquí eran del tipo aventurero, después de todo.

“Muy bien, ¡cuento con el coraje de todos! ¡Atacaremos por la noche, cuando no puedan coordinar un ataque!”

Para ser sincero, los riesgos deben estar razonablemente justificados. Había justificación más que suficiente para esta guerra. Si pudiera eliminar al vizconde de Marle, un señor vecino con aproximadamente la misma cantidad de territorio que tenía, sería tan famoso que sería aclamado como un héroe. Sería mucho más famoso que cuando defendí el fuerte con un pequeño número de hombres. Los guerreros fuertes no seguirán a un comandante en cuya fuerza tampoco creen. Si demostrara que era el señor más grande de toda Fordoneria, mi fama duraría por generaciones.

Por eso era absolutamente necesario tener éxito, no, tendría éxito. Mi objetivo era convertirme en rey. Esa fue la mejor manera de hacer felices no solo a mí, sino también a Laviala y a mi gente.

Este reino actualmente tuvo muchos pequeños enfrentamientos que ocurren casi todos los días, porque los señores independientes de facto se dividieron en innumerables facciones. Si expandiera mi territorio, las disputas ya no ocurrirían en mi parte de la tierra. Iba a establecer una nación pacífica.

Y así, llegó la noche.

Podía sentirlo en el aire: el enemigo estaba tranquilo. El vizconde de Marle y su clan no habían estado en una guerra real en bastante tiempo. Y en una guerra adecuada, el lado que sufrió una derrota aplastante se enfrentó a la ruina absoluta, por lo que a menos que tuvieran mucha confianza en ganar, la gente tendía a evitar la guerra por completo.

En particular, había muchos dominios de tamaño pequeño a mediano al este de mi territorio. Casi ninguno de los señores allí controlaba una prefectura como lo hizo Mineria al oeste. Por eso todos evitaron la guerra en toda regla y apenas lograron proteger su propia tierra. Muchos señores siguieron una especie de acuerdo tácito: “No te atacaré con toda mi fuerza, así que solo mira para otro lado”.

Incluso con eso, era solo cuestión de tiempo antes de que los dominios más pequeños fueran eliminados por una fuerza más grande como Mineria. Las reglas solo tenían sentido cuando había poder para respaldarlas. Una sola mantis religiosa que intentaba imponer reglas a una vaca grande todavía no tenía ninguna posibilidad.

“Comenzamos el plan ahora. Rezo para que podamos vernos de nuevo sonriendo por la mañana.”

Mi unidad se dirigió a la cima de la colina donde estaba el señor enemigo. Por supuesto, dado que el enemigo tenía vigías, se dieron cuenta de que estábamos allí y dispararon flechas en nuestro camino, pero nuestros soldados los bloquearon con sus grandes escudos.

Poco a poco nos acercamos a ellos. Cuando estábamos cerca, el enemigo cambió a espadas y lanzas, tratando de alejarnos. Aparentemente, decidieron que no podían alejarnos con flechas.

Por fin, el combate cuerpo a cuerpo comenzó y rápidamente se convirtió en un baño de sangre. Nuestros enemigos tenían la ventaja del terreno, pero estaban tan nerviosos como sorprendidos por nuestro ataque. Y ahora nos tenían subiendo la colina también. Ahora el lado que se sentía como si estuvieran en el ataque tendría una ventaja psicológica.

El área cerca de mí también se vio envuelta en el combate cuerpo a cuerpo.

No estaba lejos de su señor ahora.

“¡Todos, buen trabajo bloqueando sus flechas! ¡Ahora solo preocúpense por protegerse!”

Salté de la pared del escudo y me zambullí, espada en mano. A corta distancia, las flechas eran inútiles debido al riesgo de fuego amigo. Sin embargo, en una pelea de espadas, prácticamente no podía perder. Uno por uno, derribé a cada enemigo que intentó atacarme.

La mayoría de ellos todavía no parecían darse cuenta de quién era yo. Como me había acercado al señor enemigo, consideré gritar mi nombre. El efecto sobre la moral amiga sería mayor. Además, necesitaba establecer mi heroísmo.

“¡Mirad! ¡Mi nombre es Alsrod Nayvil, vizconde de Nayvil! ¡Saca el vizconde de Marle! ¡Arreglemos esto con un duelo!”

Cuando los soldados enemigos, que habían estado vacilando, se dieron cuenta de que estaba allí, sus ojos se iluminaron. Matarme sería una gran hazaña. Por supuesto, no tenía miedo en lo más mínimo; Esta había sido mi decisión, después de todo.

Estaba tan tranquilo como siempre, algo que el otro lado no podía manejar por sí mismo. Solo necesitaba acercarme a mi objetivo, un enemigo a la vez.

Cuanto más se esforzaban por atacarme, más se desmoronaba su formación, protegiendo a su líder. Ya sería muy fácil romper.

Por supuesto, había otros atacantes a nuestro lado además de mí empujando al enemigo hacia atrás. Si pudiéramos llegar a la cima de la colina, seríamos más que un rival para ellos, ya que todos de nuestro lado luchaban con todo su corazón.

Seguí escindiendo a todos los que se interponían entre su señor y yo. Contra mí, sus habilidades se redujeron automáticamente, gracias a la bonificación El que toma el poder. Entonces, a menos que fueran mucho más hábiles de lo que esperaba, no había forma de que pudieran ganar.

La gran mayoría que se enfrentó a mí tenía una expresión de temor en sus rostros. No era solo un simple sentimiento de terror, más bien como si estuvieran presenciando a alguien de un calibre completamente diferente de ellos.

“¡No, no soy como ninguno de ustedes!”

Mi espada no era nada especial, pero eso no era un problema. Corté a los enemigos delante de mí. Los corté, corté y los corté hasta que hubo un gran agujero en sus defensas.

Y finalmente, ensarté al enemigo final ante su señor. La visibilidad era buena gracias a la luz de la luna, y mis pasos eran ágiles y rápidos. Mi respiración era más o menos igual.

“¡Ven, vizconde de Marle! ¡Duelo!”

Mi oponente era un hombre de mediana edad de aproximadamente cuarenta años. Estaba asustado por el miedo al verme.

“¿Cómo… llegaste hasta aquí…?”

 Solo un empujón después de todo. No es un vizconde como tú. Sin ambición alguna, él no conocería una oportunidad si le golpeara en la cara. Al menos Imagawa Yoshimoto luchó con todo lo que tenía, por lo que escuché.

Mi voz interior era correcta. Para empezar, este hombre no tenía intención de pelear. Ni siquiera le importaba hacerse una reputación matando a mí mismo.

“Mierda… tengo que salir de—”

Increíblemente, me dio la espalda. Mis expectativas eran bajas, pero no tan bajas. En ese momento, debería haber abandonado por completo el título de vizconde. En mi incredulidad, me tomó un segundo comenzar a perseguirlo.

Por supuesto, no importaba. Una flecha lo golpeó en el pie, y él cayó rápidamente. La flecha era grande, y se había perforado hasta el suelo, con lo que ahora estaba bien familiarizado.

“¡Soy la mano derecha del vizconde de Nayvil, la Laviala de ojos de águila! ¡Esto es lo que sucede cuando disparo a cobardes! ¡Incluso en la oscuridad de la noche, nunca fallo!”

Podía escuchar la voz de Laviala resonando desde lejos. Mi siempre confiable hermana lechera.

Solo me tomaré mi tiempo para terminar el trabajo.

“Lo siento, pero tu tiempo ha terminado, por mi mano”.

Cortando poderosamente de lado con mi espada, corté la cabeza del señor enemigo de un solo golpe desde atrás. Inmediatamente levanté su cabeza cortada, no debía haber sido muy respetado por sus subordinados, ya que ninguno vino a recuperarlo.

“¡Tengo la cabeza del vizconde de Marle! ¡Es nuestra victoria, la victoria de Nayvil!”

Los enemigos que escucharon mi grito rompieron filas, huyendo en pánico.

Mis hombres cargaron desde atrás, cortándoles la espalda.

Justo como pensaba, estaban tan acostumbrados a pequeñas escaramuzas que parecían no tener un plan para cuando un enemigo los atacó con toda su fuerza. Por el aspecto de las cosas, también podría poner a todos los oponentes similares bajo mi control.

 Ah, esto me trae recuerdos de mi propio apogeo.

Oda Nobunaga estaba perdido en sus pensamientos sobre algo. Él también debe haber sido imparable alguna vez, poniendo su patética oposición de rodillas.

 Aunque quizás podrías haber usado un poco más de agallas, ¿eh, Alsrod?

Bueno, nosotros ganamos, así que no me quejaré.

Con la caída de su patriarca, el clan Marle cayó en disfunción y se rindió sin siquiera una muestra de resistencia. Por el momento, decidí darle a su clan un poco de tierra e incorporarlos como vasallos. Si matara incluso a aquellos que admitieron la derrota, alentaría a otros señores a resistir hasta el final. Eso solo retrasaría la unificación de la prefectura y de lo contrario no lograría nada.

Por lo tanto, pude poner a los condados de Hidge y Kinaseh completamente bajo mi control. En total, eso hizo tres condados que había tomado. Con eso, mi objetivo de tener el territorio más grande en la historia del clan Nayvil se había logrado fácilmente. Aun así, eso no significaba que no quedara nada por hacer.

Me aseguré de que las noticias se extendieran por toda la tierra que yo mismo había cargado contra las líneas enemigas y tomé la cabeza del vizconde de Marle. No hay nada malo en hacerse un nombre; Además, si los guerreros venían con ganas de servirme, mucho mejor. Preferiría asustar a los señores de los alrededores tan a fondo que me ofrecieron someterse, pero incluso si no lo hicieran, los eliminaría yo mismo. A veces las personas solo fingían ser leales, por lo que la represión directa por la fuerza era más segura.

A mi regreso al castillo de Nayvil, una vez más había un sinfín de personas que querían venir a felicitarme. Aunque fue doloroso, no había forma de salir de él. Me tomé un tiempo para ver gente cuatro veces ese día.

“No es de extrañar que mis hombros estén tan rígidos últimamente…”, gemí.

“Bueno, entonces, ¿debo masajearlos por ti?” Laviala dijo juguetonamente.

“Claro, simplemente no me soplen en los oídos”. “¡Oye, pero ya me hiciste eso antes! ¡Eres tan egoísta!”

Laviala jugó conmigo por un tiempo, pero ya no estábamos en el campo de batalla, divertirse un poco no podía doler.