Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 7

Historia Extra 2: Los Adultos En Su Reunión Secreta

Mientras Ryoma se apresuraba a terminar los preparativos para la boda, el duque y la duquesa, así como los dos miembros de la empresa comercial, se habían reunido en una habitación en la mansión del duque para discutir el futuro de Ryoma.

“En su mayor parte, seguiremos igual que hasta ahora. Estaremos allí para apoyarlo si pasa algo, pero tendremos que tener más cuidado”, comenzó la duquesa.

“Afortunadamente, la mayoría de los comerciantes ven a Ryoma como un niño que tuvo algunos golpes de suerte: encontrar limos raros, que nos guste… Ellos prestan más atención a los limos y sus conexiones que el propio Ryoma”.

“¿En serio?” Preguntó el duque.

“Pioro lo simplificó un poco, pero el Maestro Ryoma no tenía antecedentes conocidos antes de conocer al Duque. Sin experiencia trabajando en ninguna tienda o empresa. Cualquiera que lo investigara encontraría que no hay ningún registro de que haya aprendido el oficio de ninguna manera; naturalmente, esto los llevaría a subestimar la destreza comercial del Maestro Ryoma”.

“Deja de andar por las ramas ya. Nadie esperará que un niño sin experiencia en los negocios dirija una tienda. Además de eso, lo ayudas a construir la tienda, Serge, y luego le entregas a tu propia gente para que lo ayude a administrar el lugar. Y esta es la prerrogativa de Ryoma, pero no está tan presente en la tienda cuando sale de aventuras. Me parece que Ryoma es la mascota de la tienda que se hace pasar por el encargado de la tienda, haciendo exactamente lo que le dices que haga. Esa es la imagen que querías enviar, ¿verdad? Por eso le dijiste a Ryoma que se instalara de inmediato. No hay necesidad de andar con rodeos con nosotros”.

“Entonces, ¿por qué hacer que parezca un bribón conspirador…?” El duque y la duquesa compartieron una mirada incómoda.

“El nombre de Serge mantiene las cosas tranquilas en el frente… Sin embargo, lamento mucho que sus clientes no estén juzgando de manera justa su tienda”, comentó el duque.

“Dada la cantidad de información peligrosa que lleva, cuanto menos interés tenga la gente en el lugar, mejor”, respondió la duquesa.

“El mismo Ryoma no es realmente… Bueno, simplemente se rio, diciendo que era una evaluación justa. No hay necesidad de preocuparse demasiado por eso”.

“Espera un minuto, Pioro. ¡¿Le dijiste a Ryoma?!”

“Uh, solo un poco, cuando lo conocimos en la posada. Entonces tenía algunas miradas indiscretas, ¿no? Estaba empezando a entenderlo, así que le di la mano”. Pioro continuó explicando que Ryoma de hecho se había reído de eso, haciendo que la multitud perdiera el interés al determinar que Ryoma no merecía más atención.

Los otros tres no parecían convencidos, por lo que continuó: “Si puedo. Por supuesto que no dejaremos de preocuparnos por Ryoma, pero ¿no estamos siendo algo sobreprotectores? También está siendo cauteloso y sabe con quién compartir información crucial y con quién no. No sé qué pasó en el pasado, pero él no es tan débil como para desmoronarse ante un pequeño comentario negativo”.

Después de unos momentos de silencio, Reinhart habló. “Tienes razón.

Estamos siendo demasiado… Bueno, egoístas”.

“¿Problemas en la sociedad noble, supongo…?”

Reinhart asintió en respuesta a la sugerencia de Serge. “Tratamos de no mostrarlo. Todo el mundo está ansioso por preguntar por mi padre. No pueden tomar medidas drásticas mientras mi padre aún esté vivo, incluso si está jubilado. Me había dado el ducado temprano para prepararme para lo que vendrá. Hay una parte de mí que comprende muy bien que el conocimiento y la investigación de Ryoma se pueden utilizar con gran efecto en ese frente”.

“Bueno, somos nobles. No somos más que esclavos de esa línea de pensamiento”.

“No puedo negar lo consciente que soy de cómo me beneficiará ayudar a Ryoma”, admitió Pioro.

Los cuatro compartieron una risita.

“Muy bien. Digo que los cuatro debemos mantener una relación de bondad y ayuda mutua con Ryoma”.

“Estoy de acuerdo. Si alguna vez necesita algo, debemos asegurarnos de que no dude en acudir a nosotros”.

“Parece ansioso por ayudarnos”, intervino Serge.

“Él es quien lo mencionó, así que yo, por mi parte, le doy la bienvenida con…” Pioro se apagó, atrayendo la atención de los tres restantes. “Bueno, no puedo evitar pensar que él felizmente nos ayudaría y propondría algo que ni siquiera habíamos imaginado…”

“Eso parece probable”.

“Puedo ver que está sucediendo… Él siempre hace más de lo que le pedimos”.

“Quizás por eso lo excluimos de esta conversación”.

Los cuatro compartieron otra risa amistosa pero incierta, luego continuaron su conversación como si no se hubiera mencionado nada fuera de lo común…

-FIN DEL VOLUMEN 7-