Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: Crecimiento

Episodio 23: Vinculación

Esa noche…

“Y luego nos despedimos. Ahora que lo he pasado, me pareció mucho más largo que unas pocas horas”.

“Oh, lo siento mucho”.

Por cuarta vez esa noche, le había contado los eventos del día, esta vez a Elise. Parecía comprensiva y familiarizada con el carácter de Orest. La conversación comenzaba a derivar hacia otro tema cuando me di cuenta de algo, después de tanto tiempo. “Um… Todos ustedes…”

“¿Sí?” Preguntó Reinhart.

“Esta puede parecer una pregunta incómoda… ¿Pero todos ustedes tratan de no hablar de mi pasado?” El tiempo se congeló en la habitación, ya que las expresiones de todos se volvieron muy pétreas. Lo figuraba…

“¿Qué te hizo pensar eso?” Reinhart preguntó sin rodeos.

La idea se me ocurrió por primera vez cuando Orest me preguntó varias cosas en la Compañía Moulton. Siempre que Orest intentaba hablar de mi pasado, uno de los tres adultos allí lo interrumpía. Incluso cuando pedí convertirme en técnico, la sala se sentía pesada (pensé que estaban a punto de decirme algún otro inconveniente del trabajo) antes de que me preguntara cómo adquirí mis conocimientos y habilidades. Habían imaginado una historia de fondo en particular para mí después de ver cuán alta era mi tolerancia al dolor. Siempre sentí su preocupación por eludir el tema, y Gain dijo que la gente normalmente no pregunta por ellos. Después de todo este tiempo, me tomó el encuentro de hoy para finalmente darme cuenta de que tal vez se estaban tomando el asunto de mi pasado más en serio que yo.

“Um… agradezco la idea, pero no creo que me esté molestando tanto como a todos ustedes”.

“¿Estás seguro? ¿No solo estás diciendo eso?” Preguntó Pioro.

“Sí, no lo estoy restando importancia ni nada por el estilo. Por supuesto, no disfruto que me interroguen, pero si es con personas en las que puedo confiar como tú, independientemente de mi puesto…”

De hecho, los dioses se habían tomado la molestia de prepararme una historia de fondo. No mencionarlo yo mismo podría haber empeorado su malentendido, pero en lo que a mí respecta, podrían haberme preguntado en cualquier momento.

“Lamento ponerte en un aprieto … Pero si no lo mencionaba ahora, pensé que perdería la oportunidad …” Ahora que lo he notado, no los quiero seguir sintiéndome mal por mí cuando simplemente podía decirles … Todavía era una historia de fondo fabricada, por supuesto, pero solo quería tranquilizarlos.

“Está bien, Ryoma. No es necesario que te disculpes”, declaró Reinhart.

“En efecto. Fuimos un poco dramáticos, ¿no?” Serge intervino y la habitación se llenó de risas forzadas. Qué incómodo.

Elise se aclaró la garganta. “Bueno, entonces, Ryoma. Me gustaría escuchar tu historia, al menos tanto como te sientas cómodo contándonos. Como tus abuelos que te criaron, por ejemplo”.

“Por supuesto.” Preparé mi tablero de estado y visualicé dos títulos que nunca antes le había mostrado a nadie. “Nada especial; esto fue en mi pueblo. Me criaron, me ayudaron a estudiar y me enseñaron a pelear. Pero me han dicho que eran bastante famosos fuera del pueblo. Estos podrían explicar las cosas”. Le entregué a Elise el tablero de estado y ella dejó escapar un grito ahogado antes de que lo tomara. Una vez que lo hizo, se cubrió la cara con la mano libre.

“¿Elise?” Preguntó su marido.

“Sólo echa un vistazo…” Le entregó el tablero a Reinhart, quien tuvo una reacción similar. Luego, la tarjeta se pasó a Serge, seguido de Pioro.

“¿Aprendiz de S-Sage?”

“¡¿Aprendiz de Champion?! ¡¿En serio?!”

“Lo dice ahí mismo, ¿no es así…?” Había oído que se suponía que eran famosos, pero ver su reacción me hizo darme cuenta de que eran algo realmente importante. A los cuatro les tomó un tiempo calmarse, luego de lograr deducir quién me había criado de esos dos títulos.

Reinhart suspiró. “Ryoma… ¿Le has mostrado esto a alguien más?” “No, eres el primero en verlo”.

“Bien…” Respondió con evidente alivio, claramente con la señal tácita de que no debería estar agitando dichos títulos.

“A juzgar por sus reacciones, creo que eso causaría un gran revuelo si se publicara”.

“Maldita sea”, exclamó Pioro. “¿No me digas que no sabes quiénes eran esos dos?”

“Tuve algunas inclinaciones mientras me enseñaban que eran personas extraordinarias… Pero nunca fueron del tipo de presumir de eso, o hacer alarde de historias”. Le expliqué que solo los consideraba una pareja de ancianos que eran un poco más fuertes y tenían más conocimientos que la mayoría.

“Tiene sentido ahora”, asintió Reinhart. “Esto deja las cosas bastante claras”.

“Su humildad no te hizo ningún favor, en este caso”, intervino su esposa.

“No es de extrañar que tengas todo tipo de información allí… Y no es de extrañar que seas tan pateador de traseros”.

“Dado que esos dos son su único marco de referencia en un entorno aislado, nadie podría culparlo por no reconocer sus propios talentos”.

Los cuatro adultos volvieron a suspirar por enésima vez esta noche, luciendo bastante agotados. Continuaron enumerando algunas de las numerosas leyendas que habían escuchado sobre la pareja de ancianos.

Según ellos, mi abuela, la Sage Meria, fue una mujer brillante que sobresalió en la mayoría de los campos de estudio, pero especialmente en medicina y magia. Había asistido a la academia en la capital, habiendo publicado muchas tesis y trabajos de investigación desde esa temprana edad; cada campo de la academia contenía una secta de eruditos “Merian”, y sus estudios todavía eran muy elogiados hasta el día de hoy.

Mi abuelo, el Champion Tigral, nunca había perdido un encuentro contra nadie de su edad, incluso antes de recibir entrenamiento. Comenzó a cazar monstruos a los siete años y se dispuso a buscar a los más fuertes que él para buscar su tutela. Con talento y dedicación, rápidamente creció para superar a todos los maestros. En el momento de su muerte, la leyenda que dejó atrás era que ningún arma podía resistir toda su fuerza y que siempre destruía sus propias armas. Si bien esta historia no fue verificada, el hecho era que él era un herrero, y además uno excelente; cualquiera de sus piezas alcanzaría el precio de una casa de tamaño decente.

En cualquier caso, los adultos pasaron el resto de la hora del té hablando de cuán respetados eran y cómo estaban en otro nivel de su luchador o erudito promedio. Fue interesante para mí, ya que pude escuchar muchos más detalles de los que me dijeron antes, y estaba agradecido por eso, ya que iba a visitar el lugar donde habían vivido. Además, me sentí más cerca de los que estaban en la sala por poder hablar sobre mi pasado. Habiendo dicho eso…

“Para que quede claro… Si alguien con intenciones nefastas se entera de esto, entonces…”

“Estarás en peligro”.

“Vendrán a por ti”.

“He dicho esto un montón en los últimos días, pero los que están en el poder no pueden obtener suficientes conocimientos y habilidades”.

“Tu historial de estudios con esos dos es muy valioso”.

Me pregunté si Gain y los demás inventaron esta historia de fondo porque pensaron que podría salirse con la suya si les decía que estudiaba con esos dos. Mientras regresaba a mi habitación, resolví preguntarles sobre eso la próxima vez que los viera.

***

Llegó el día siguiente, y cuando comencé mi quinto día en la residencia del Duque, me estaba acostumbrando a la extravagancia de mi habitación.

Aparentemente, los sirvientes también se estaban acostumbrando a mí. “Oh, Maestro Takebayashi, el jefe de cocina te estaba buscando hace un momento. Quería saber si estabas disponible para asistir a una degustación de ofrendas de comida para bodas alrededor del mediodía”.

“Gracias. Me encantaría estar allí.”

“¡Oye! ¿Vas a terminar el local esta tarde? Escuché a algunos muchachos discutir si iba a estar terminado hoy o mañana”.

“Terminamos la base ayer, y creo que la mitad superior se terminará hoy en su mayor parte. Pero todavía tenemos que decorar, por lo que no estará completamente terminado hasta que esté fuera del camino”.

Cuando caminaba por la mansión, me hablaban mucho más a menudo. Hasta ahora, aunque habíamos estado preparando la boda juntos, los sirvientes siempre habían mantenido una distancia adecuada para un invitado. Si bien aún mantenían un umbral de profesionalismo, me sentí un poco más cerca de ellos.

“El experimento que comenzó el otro día está haciendo maravillas”, dijo Lulunese. “La forma en que trataste con las chicas que casi fueron despedidas se extendió por la vid, junto con los rumores de tu amabilidad. También les he oído decir que sienten que pueden preguntarte cualquier cosa”.

¿Preguntarme lo que sea…? ¿No era eso algo normal para la mayoría de la gente? Pensándolo bien, reconocí que muchas personas no compartirían mi sentimiento. De todos modos, ¿qué significa normal? “Me alegro de que no me tengan miedo”.

Caminamos casualmente hacia los campos de entrenamiento mágico, donde el experimento para mejorar los exfoliantes de azúcar ya estaba en marcha. Vi a Fay y Ox cerca de la esquina.

“Gracias por esperar”, les dije a los voluntarios que se habían reunido en el patio. Era hora de comenzar el experimento de exfoliación con azúcar.

“Ahora bien, probamos combinaciones de aceites perfumados la última vez, pero quería concentrarme en mejorar el exfoliante en sí. Qué aceite usar, qué tan finas deben ser las partículas de mumiteau, etc. Compare dos muestras en las mismas condiciones y tome nota de todo lo que observe, por insignificante que sea”.

Llamé a Ox y Fay. Aquellos que trabajaban para el Duque, especialmente aquellos que habían trabajado bajo las órdenes de Fay, eran muy diligentes, así que me sentí seguro delegando la supervisión en ellos. Si todo lo que necesitaba hacer era recopilar comentarios, no tenía que involucrarme en cada paso del camino; ergo, había decidido realizar varias tareas al comenzar a preparar el proceso de elaboración de pociones mágicas para Ox. Con la boda acercándose rápidamente, quería ser lo más eficiente posible.

“Gracias por esperar.”

“He traído mis armas y el tablero de estado como me lo pidió, Maestro”.

“Y un suministro de pociones mágicas también.”

“Gracias.” La mejor manera de ajustar la poción mágica a Ox era equilibrar la cantidad de recuperación de la poción con el gasto de magia de Ox mientras empuñaba su espada. Si la poción era demasiado ineficaz, su magia se agotaría eventualmente, pero si la poción recuperaba demasiada magia demasiado rápido, Ox se volvería sobremagia por el exceso de energía mágica. Para encontrar el equilibrio adecuado, necesitaba averiguar cuánta energía mágica almacenaba y cuánta gastaba cada segundo. Por suerte para nosotros, el tablero de estado mostró el valor numérico exacto de la energía mágica de esa persona.

Le expliqué todo esto a Ox y le pedí que me mostrara su tablero de estado. “Tu recuento de energía mágica es… 315. No estoy seguro de si es menos o más de lo que esperaba”. Había escuchado que incluso aquellos que usaban principalmente armas físicas podían lanzar suficientes hechizos complementarios con un recuento mágico de aproximadamente 500.

“Nunca solía confiar en la magia… Esto es todo lo que tengo, después de entrenarme tanto como pude una vez que perdí mi mano. Dudo que sea una cantidad significativa”.

Cuanto menor era su recuento total de magia, más fácil le resultaba sobredosis en las pociones. Tendría que empezar poco a poco y escalar las pociones. “Bueno, veamos cuánto tiempo puedes mantener ese hechizo por ahora. Señorita Lulunese, ¿tiene el reloj?”

“Aquí mismo”, dijo, sacando un objeto mágico en forma de reloj de bolsillo.

Le encargué que llevara el tiempo y le entregué el tablero de estado a Fay.

“Me han dicho que el gasto mágico se ve afectado por el estado mental de uno. Mediremos esto repetidamente y encontraremos el valor medio. Más adelante, también me gustaría explorar diferentes escenarios. Pero comencemos con un combate de fuerza completa”.

“¡Entendido!” Ox obligado.

Seguimos midiendo la resistencia mágica de Ox hasta el mediodía. Los probadores de exfoliantes de azúcar evidentemente habían estado mirando furtivamente en nuestra dirección. Me sentí mal por cómo Libiola tuvo que correr para reprenderlos. No es de extrañar que toda la conmoción les hubiera hecho sentir curiosidad…