Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: Crecimiento

Episodio 3: Reunión

Parte 2

Al día siguiente, unos minutos después del mediodía, estaba en un carruaje inestable.

“No pensé que volvería a ver a la familia Jamil tan pronto”, dije.

“Carme me escribió cuando te fuiste de la ciudad”, respondió Serge. “Dijo tus planes y la fecha prevista de llegada, y se lo dije a la familia del duque. Me dijeron que podríamos venir hoy si se adaptaba a nuestros horarios. Yo mismo estoy un poco sorprendido”.

“Normalmente, probablemente no podrías programar tiempo con ellos tan fácilmente”, dijo Pioro.

“Probablemente no.” Había prometido reunirme con Serge en tres días, así que quería llegar un poco antes, pero no esperaba visitar a la familia Jamil de inmediato.

“Estoy seguro de que están ansiosos por verte”.

“Esa es la única razón que se me ocurre”, dijo Serge. Me reí torpemente; sabiendo lo amables que eran, tal vez eso fuera cierto. Me alegré de que todavía se preocuparan por mí después de que nos separamos.

“Esta parte de la ciudad se ve diferente”, señalé. El carruaje subía lentamente la colina. Cuanto más alto subíamos, menos tiendas pequeñas y casas veía, reemplazadas por grandes negocios y restaurantes.

“Nos estamos acercando al distrito noble. No hay tanta gente por aquí”, explicó Pioro.

“Esta ciudad está compuesta por una pequeña colina rodeada por una llanura”, agregó Serge. “Y más arriba en la colina están los vecindarios y las tiendas más caras. Pero no dejes que te haga sentir demasiado tenso. Se llama el distrito noble, pero aquí también viven plebeyos algo adinerados y no restringen la entrada a nadie”.

“Bueno, tampoco andaríamos vagando por aquí sin una razón. Nos dirigimos directamente al lugar de Jamil, así que no hay nada de qué preocuparse allí. Su finca está en la cima de la colina”.

“Podría haberlo imaginado,” dije. “Me pregunto cómo será. Tendría que ser grande, considerando quiénes son”. Imaginé algo así como un castillo en cierto reino mágico.

“Cálmate, lo verás pronto”, dijo Pioro.

“Disfrute de la anticipación”, dijo Serge.

Entonces ambos dijeron: “Por cierto”, a la vez, aparentemente por accidente. Discutieron sobre quién debería comenzar hasta que Serge fue finalmente el que lo hizo. “Ryoma, debo comentar sobre tu ropa.”

Llevaba el traje azul marino que me compró el sastre en Gimul. Se hizo exactamente como lo pedí, por lo que personalmente quedé bastante satisfecho con el atuendo.

“¿Es demasiado simple?” Yo pregunté. El sastre y todos mis empleados también se sintieron decepcionados cuando me vieron vistiéndome.

“Bastante sencillo, sí. Sin embargo, no será visto como un insulto”, dijo Pioro.

“Podrías haber hecho algo más llamativo”, dijo Serge.

Desde mi perspectiva, sus atuendos eran absurdamente chillones. Pioro vestía una camisa cubierta de encaje con volantes y un abrigo con algunas aberturas que mostraban una tela de colores brillantes debajo. En cuanto a Serge, bueno, la tela parecía cara, pero el diseño de la ropa era relativamente normal. Aunque también tenía un cuello con volantes alrededor del cuello y una boina de plumas en el regazo que presumiblemente se había puesto cuando salimos. Después de que el sastre me mostrara tanta ropa como esa, no debería haber sido una sorpresa que fuera popular. El hecho de que estos dos lo llevaran no era extraño, pero preferí el traje.

“Sin embargo, me gustó este diseño. Y es fácil moverse”, dije.

“Ya veo. Es bueno tener preferencias, especialmente cuando se trata de ropa”, dijo Serge.

“Si simplemente persigues las tendencias, normalmente no recibes muchos elogios por tu sentido de la moda”, dijo Pioro.

“No diría que tengo tanta confianza en mí sentido de la moda”, dije riendo.

“Oh, pero te ves bastante refinado”, argumentó Serge. “Esos materiales son de primera clase y se adaptaron bien. De hecho, me gustaría tener uno para mí. ¿Dónde lo compraste?”

“Un sastre en el lado oeste de Gimul. Gire a la derecha en la quinta esquina de la calle principal”.

“¿Esa tienda? Escuché que todavía eran nuevos, pero parece que has descubierto un buen negocio”.

“Carme me lo encontró. Conseguí toda la ropa que necesitaba sin problemas, gracias a él”.

“Ya veo. ¿Eso incluye el alfiler de la corbata?”

“La joya es una reliquia de mi abuela. Se lo llevaron al artesano más confiable y talentoso que conocen”.

El soporte del alfiler de corbata tenía muchas capas de hilo dorado que representaban enredaderas, y en el medio había una flor que rodeaba el gran diamante. No era tan extravagante como algo que mostraba innumerables joyas, pero el artesano lo hizo funcionar.

“Ciertamente está maravillosamente hecho. Este detalle solo podría haber sido logrado por un artesano con cierto grado de talento en la magia del metal”.

“Si alguien hubiera podido adivinar eso, serías tú, Serge. Eso sí lo mencionaron cuando me lo dieron”.

La magia de metal era un apodo para una combinación de magia de tierra y fuego que se usaba para trabajar con metal. Era más difícil trabajar con varios elementos a la vez, y el uso de la magia para la elaboración requería mucha precisión, por lo que se utilizaron algunas habilidades de alto nivel para producir esto. Al menos, eso es todo según el sastre, que me contó todo esto con ojos brillantes. Los usuarios expertos en magia de metal tenían una tendencia a ser contactados por la oficina de la menta u otras organizaciones nacionales, por lo que rara vez estaban desempleados. “Nunca escuché que un artesano así estuviera en Gimul”, dijo Serge. “Me encantaría conocerlos”.

“Estaba pensando en comprar algo para mi esposa”, dijo Pioro.

“Oh, ¿para celebrar tu aniversario? Estoy seguro de que Clana estará encantada”.

Mi conversación con ellos fue a las mil maravillas. Mientras el tema se expandía, el carruaje alcanzó el nivel del suelo.

“Parece que hemos llegado a la cima”, dijo Serge. “Preparémonos para desembarcar”.

“Ya puedo ver la finca desde la ventana”, dijo Pioro.

“¿Dónde?” Yo pregunté. Señaló la ventana de la derecha, pero todo lo que vi fue un muro alto construido con piedra. En realidad, parecía el muro de un castillo. Serge, Pioro, ¿llamas a esto una finca? ¿No es un castillo?

Traté de mirarlo desde otros ángulos para obtener una imagen más completa, pero parecía un castillo. Sin embargo, no era tan blanco, hermoso o fantástico como el del reino mágico mencionado anteriormente. La pared más alta tenía guardias apostados alrededor, y podía ver las cimas de las torres sobresaliendo por encima de la pared como piezas de ajedrez. Parecía mucho más una fortaleza.

El carruaje cambió de dirección y se dirigió hacia la puerta donde estaban los guardias. “Soy Serge Morgan, presidente de la Compañía Comercial Morgan, y vengo con dos visitantes. El cochero y los dos de los asientos traseros son sirvientes. El equipaje es un modesto regalo para Su Excelencia. Solicito permiso para aprobar”.

“Te hemos estado esperando. Dirígete a la finca. Alguien te guiará una vez que llegues”.

Pensé que la seguridad sería más estricta, pero fueron sorprendentemente rápidos en dejarnos entrar. Cuando el carruaje se puso en movimiento nuevamente, noté algo. “¿Qué podría ser eso?” “¿Te pasa algo?” Serge preguntó.

“Simplemente sentí algo extraño”.

“¿Te refieres a la barrera?” Preguntó Pioro. “Hay un hechizo de magia espacial para mantener alejados a los criminales”.

“¿Una barrera?”

“Escuché que si eres sensible a la magia, puedes experimentar una sensación incómoda al pasar”, dijo Serge. “La finca Jamil usa objetos mágicos y sus propios magos de barrera personales para desplegar muchas capas de barreras”. Aun así, tenía experiencia con la magia de barrera y nunca había sentido algo así. “En cualquier caso, casi llegamos”.

Revisé mi ropa por última vez y me puse en orden.

***

“Buen trabajo”, le dije al cochero de Serge, luego me bajé del carruaje.

Lo primero que me llamó la atención fue la fila de veinte sirvientes que estaban allí para saludarnos, hombres a un lado y mujeres al otro. Se movieron a ambos lados para dejarnos pasar y se inclinaron cuando pasamos. Vi escenas como esta en manga y cosas por el estilo todo el tiempo, pero nunca soñé que lo experimentaría yo mismo.

Lo que fue más sorprendente fue el edificio más allá. Parecía una fortaleza desde fuera, pero desde aquí pude ver que había una hermosa mansión de estilo occidental. La muralla y las torres me hicieron pensar en una fortaleza, pero la finca en sí parecía casi un palacio. Estaba hecho de piedra gris que parecía antigua, pero bien cuidada. No había señales de suciedad. De hecho, se sintió de buen gusto e histórico.

“Bienvenido”, dijo uno de los mayordomos. Es de suponer que ocupaba el puesto más alto entre los sirvientes.

Dijo que primero nos llevarían a una sala de espera para reunirnos con la familia Jamil. Fay y los otros dos sirvientes tendrían que esperar en una habitación diferente. Nuestros regalos debían ser llevados para ser revisados. Una vez que se confirmara que estaban a salvo, serían devueltos a la sala de espera antes de que comenzara la reunión. “Por aquí, por favor”, dijo una sirvienta. La seguimos. “Espera aquí un momento”.

Había dos mujeres conocidas en la sala de espera. “¿Araune? ¿Y Lilian?” Dije.

“Ha pasado algún tiempo, Maestro Ryoma”, dijo Araune.

“Te hemos estado esperando. Me alegra ver que goza de buena salud”, dijo Lilian.

La criada los miró, confundida en cuanto a por qué me conocían. “Ellos hicieron mucho por mí en el pasado”, le expliqué.

“¿Es eso así? En cualquier caso, debo irme. Si necesita algo, dígaselo”, dijo la criada antes de irse. Me sentí un poco aliviado.

“¿Le gustaría algo de beber?”

“Tenemos agua, té, jugo de frutas y un poco de alcohol”.

“Creo que me gustaría un poco de jugo de frutas”, dijo Serge.

“Té para mí”, dijo Pioro.

“Tomaré agua, por favor”, dije.

Araune y Lilian se sintieron perfectamente naturales en este entorno.

“Aquí estás.”

“Gracias,” dije, tomando un sorbo de agua. Hacía frío y refrescante. “¿Qué, estás nervioso?” Me preguntó Pioro.

“Por supuesto.”

Yo mismo pensé que era un poco extraño, pero no fue el encuentro con la familia Jamil lo que me puso tan ansioso. Más bien, esta era la primera vez que visitaba la mansión de un noble. Y como líder de una empresa, sentí que tenía que comportarme con cierto nivel de dignidad. En mi vida pasada, sin embargo, nunca fui nada más que un empleado. Todavía era nuevo en esta posición de liderazgo, y a veces me estresaba tener que desempeñar el papel. Pero si trataba de actuar demasiado engreído, solo agravaría a la gente.

La conducta adecuada para mostrar en ocasiones como estas fue bastante vaga para mí. Siempre fue lo suficientemente claro en otras situaciones, dependiendo del entorno y las posiciones de los que te rodean, pero en estas situaciones tendría que cambiar mi conducta dependiendo del estado de ánimo en la habitación y la personalidad de quien tuviera que hablar. Dicen que debes observar cómo actúa la otra persona y acercarte a ellos con confianza, pero cuando lo intenté en el pasado, me decían que estaba siendo irrespetuoso, arrogante u orgulloso, por alguna razón. Entonces intentaba ser más cuidadoso y me decían que estaba actuando demasiado servil o incómodamente humilde. No tenía idea de cómo satisfacer a la gente.

“¿Maestro Ryoma? ¿Estás bien?” Serge preguntó con una extraña frustración mezclada. Tal vez todavía estaba molesto por mi traje.

“Sí, estoy un poco nervioso”.

“¿En realidad? Tus ojos parecían muertos”, dijo Pioro.

“Siempre y cuando no estés enfermo. No tienes que estar tan ansioso”, dijo Serge. “Si pasa algo, Pioro y yo te ayudaremos. Pero por lo que he visto de ti, no necesitarás la ayuda”.

Araune y Lilian también dijeron que me veía lo suficientemente tranquilo, especialmente en comparación con algunos otros invitados. Agradecí su apoyo y esperaba cumplir con sus expectativas.

Charlamos un rato, y las dos sirvientas se unieron para ayudarme a dejar de pensar en las cosas. La conversación se centró en ellos, en realidad. Hablamos sobre cómo nos conocimos, qué habíamos estado haciendo desde que nos separamos y noticias recientes sobre el matrimonio de compañeros de trabajo. La variedad de temas nos ayudó a pasar el tiempo.