Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: Crecimiento

Episodio 14: Resultados De Experimentos Y Cocina Noble

“Es casi la hora del almuerzo”, murmuró Lulunese, después de haber recopilado una buena cantidad de datos a través de la experimentación.

“¿Ya? Entonces, tal vez deberíamos dejarlo todo. Supongo que tendrán eso de qué preocuparse”.

“Entendido.” Lulunese se volvió para transmitir el mensaje al grupo.

Mientras los veía empacar en el patio, noté que Elise parecía bastante abatida. “¿Está bien, señora?”

“Oh, Ryoma. Sí, por supuesto” respondió ella en su tono habitual.

No parecía que estuviera tratando de ocultar ninguna dolencia. ¿Fue la expresión que vi de ella solo mi imaginación? “Su ánimo parecía un poco bajo. Me preocupaba que no te sintieras bien”.

“Qué considerado de tu parte… Pero no es gran cosa. Es solo sobre el almuerzo…” ¿Almuerzo? Mi confusión debe haber estado escrita en todo mi rostro, mientras ella continuaba riendo.

“Recordarán que en invierno, especialmente durante el Año Nuevo, la alta sociedad está en temporada. Asisto a muchas fiestas de todos los tamaños cada año y, a menudo, ceno con extraños. Pero a decir verdad… Sus platos son simplemente repugnantes”.

“Ahora que lo mencionas…” Parecía que habían pasado eones, pero en realidad apenas había pasado un año desde que habíamos celebrado una fiesta para celebrar la apertura de mi tienda. “Me dijiste algo similar en ese entonces. Acerca de lo noble que es el horrible sabor de la cocina en proporción directa a lo cara que es”. Cuando elogiaron tanto mi cocina, había comentado que la familia ducal debió haber comido mejor comida que la mía con la suficiente frecuencia, solo para encontrar una fuerte negación. Por supuesto, todo lo que había tenido desde que llegué a la mansión era delicioso y lujoso…

“La comida de la fiesta no es lo mismo…”, explicó Elise. “Algunas familias principalmente los comen, insistiendo en que son comida verdaderamente noble… Pero yo, o mejor dicho, no suscribimos esa línea de pensamiento. Por eso comemos platos normales la mayor parte del tiempo. Incluso cuando tenemos invitados, sopesamos ambas opciones según a quién estemos alojando”.

Ya veo. Evidentemente, era seguro asumir que los dos tipos de cocina eran de géneros culinarios completamente diferentes. “Supongo que lo mencionaste ahora porque hoy vas a almorzar platos de la alta sociedad”.

“Así es. Tenemos que decidir qué comidas servir cuando organizamos fiestas, y ya estamos invitados a muchas reuniones. No podemos muy bien no tocar los platos que nos sirven, así que intentamos acostumbrarnos de nuevo a esos platos cuando llega el invierno… ¿Te interesan?”

“Estaría mintiendo si dijera que no…” Los platos que Elise parecía despreciar rotundamente fueron los que llamaron mi curiosidad. Dicho esto, estaba seguro de que los platos de la alta sociedad costarían más que sus comidas habituales. Estuve tentado a pedir un plato, solo por curiosidad…

“No lo recomiendo, pero si quieres probar un plato… No, de verdad. No lo recomiendo, pero estoy seguro de que hay al menos una porción extra en la cocina que han preparado para degustar. Solo tendría que darle la palabra al jefe de cocina, aunque no puedo enfatizar lo suficiente lo mucho que no recomiendo hacerlo”.

“Si no te importa…” Mi curiosidad se había apoderado de mí.

Te veré más tarde, entonces. Enviaré a alguien por ti una vez que esté listo”.

Miré alrededor del patio para encontrar que había sido cuidadosamente empacado a mis espaldas.

***

Llegó la hora del almuerzo.

“Hola, Ryoma”, dijo Reinhart. “¿Cómo estuvo tu experimento?”

“Muy perspicaz, todo gracias a su ayuda”. Continué informándole los resultados a Reinhart mientras hablábamos, esperando a que se sirviera el plato. “Los resultados de esta mañana me señalaron en la dirección en la que quiero llevar los productos”.

Teniendo en cuenta cómo mis “voluntarios” habían terminado allí, me preocupaba que dudaran en compartir su opinión, pero estaban sorprendentemente abiertos a compartir sus pensamientos conmigo. Hubo dos respuestas que fueron particularmente frecuentes entre los voluntarios: el deseo de un exfoliante con aroma fuerte y el deseo de un exfoliante sin perfume. La cantidad de personas que expresaron cada opinión fue casi idéntica. Me sorprendió un poco, ya que no había dudado de si tenía que oler los exfoliantes hasta obtener los resultados.

Investigué los datos demográficos de cada respuesta y descubrí que los exfoliantes de azúcar fuertemente perfumados eran solicitados principalmente por las sirvientas de la clase trabajadora. Por otro lado, los hombres, una pequeña parte de las sirvientas, Elise, Lulunese, Libiola y las dos doncellas de Elise, que por lo general tenían un estatus superior, querían los uniformes sin perfume.

Les pedí a los voluntarios que explicaran su solicitud, y las mujeres que querían exfoliantes perfumados explicaron que los aceites perfumados eran un lujo que muchas de ellas no podían permitirse fácilmente. Algunos de los aceites eran absolutamente inalcanzables para las mujeres de la clase trabajadora, lo que le daba al exfoliante una cierta extravagancia. En tercer lugar, esperaban que el olor permaneciera en ellos después de usar el producto. Los aceites perfumados eran todo un lujo para ellos; de hecho, opinaron que se sentían rejuvenecidos después de que mezclé una sola gota en el exfoliante. Luego enfatizaron que cualquier olor persistente en su cuerpo era una gran ventaja.

Un individuo particularmente abierto había sugerido algunos usos sorprendentes, como tentar a los hombres después de bañarse. Pronto fue regañada por Libiola por entrar en detalles subidos de tono que, según ella, ningún niño debería hacerse oír, pero yo defendí a esa criada como si mi vida dependiera de ello. Esa fue probablemente la parte más agotadora de todo el experimento para mí.

“Suena a más trabajo del que esperaba…”

“Creo que sus opiniones fueron muy útiles en lo que respecta al diseño de productos”.

“Eso es bueno escuchar. Entonces, ¿por qué los demás querían los sin perfume?”

“Algunas razones diferentes. Si bien eran una minoría entre el grupo de voluntarios más grande, la mayoría de los hombres declararon que simplemente no les gustaban los aceites perfumados”.

“Ah, puedo ver eso. El maquillaje realmente no huele bien para mí”.

Eso fue algo en lo que ambos pudimos estar de acuerdo.

“Las mujeres, por otro lado, quieren ser hermosas para sus hombres…” murmuró Elise.

“Sé que trabajas duro en tu maquillaje, por supuesto”, respondió rápidamente Reinhart. No pude leer en la expresión de Elise si había dado la respuesta correcta.

Seguí explicando. “Algunas de sus razones también estaban relacionadas con el trabajo. Por ejemplo, aquellos que trabajan en la cocina expresaron que los exfoliantes con olor fuerte obstaculizarían su trabajo o provocarían que su jefe los reprendiera. Me imagino que las damas de mayor estatus ya usan aceites perfumados día a día, ya que me dijeron que usualmente usan un aceite de su elección, por lo que querían un exfoliante de azúcar sin olor para usar mientras se bañaban que no chocara con sus propio aroma. Una de las empleadas de la cocina mencionó que quería un exfoliante perfumado, pero que preferiría usar los sin perfume debido a su trabajo… Fue muy revelador escuchar cómo las opiniones variaban tanto según la ocupación y el estado de cada uno. Sin mencionar que lo encontré todo bastante interesante”.

Ya tenía una dirección general en mente para mis productos; Comercializaría matorrales fuertemente perfumados para las mujeres de la clase trabajadora, mientras que me quedaría con los sin perfume o ligeramente perfumados para las demás. Personalmente, esperaba poder usar las excreciones de los limos desodorantes para desarrollar el exfoliante sin perfume.

Los limos desodorantes provienen de limos más limpios después de desarrollarlos alimentándolos con carbón vegetal. Si bien había variaciones en los fluidos desodorizantes, sabía que eran todos negros e incluían minúsculas partículas de carbón. También verifiqué que esas propiedades perduraron, incluso cuando los limos se mezclaron con otros. El carbón extrafino puede tener propiedades limpiadoras además de las desodorizantes.

Aunque podría haberme dejado llevar… “Uh, lo siento por divagar”.

“No necesitas disculparte. Ciertamente es bastante interesante. Además, me parece impresionante cómo ha pensado en todo esto desde un solo experimento”.

“Todos han cooperado maravillosamente. Además, no había hecho algo como esto en un tiempo, así que terminé divirtiéndome”. Todavía hice un esfuerzo por investigar limos aquí y allá, pero después de dejar el bosque y abrir mi tienda…

“Desde que dejé el bosque, he aprendido mucho más y también más responsabilidades. Siento que tengo menos oportunidades para concentrarme en una cosa… Oh, pero no me arrepiento de dejar el bosque, sin embargo… Conocerlos a todos, y todo lo que me llevó a estar aquí son buenos recuerdos ahora. No tengo ninguna queja sobre mi situación actual”. Me apresuré a sacar lo último, asegurándome de sacarlo antes de que se perdiera el momento, y Elise y Reinhart parecieron darse cuenta de mi desesperación mientras mostraban sonrisas amables… Me sentí un poco avergonzado, de alguna manera.

“Discúlpame.”

“¡Sí, finalmente!” Me sentí aliviado de la atmósfera de piedad silenciosa. Los otros dos en mi mesa, sin embargo, claramente estaban comenzando a perder el ánimo, a pesar de sus mejores intentos por ocultarlo… “Hoy tenemos una ensalada albon, luego una sopa de carne…” Bahtz, el jefe de cocina, había sacado los platos él mismo, tal vez porque eran platos de la alta sociedad. Respaldadas por la descripción concisa de cada artículo del menú de hoy, las sirvientas sirvieron la habitación en silencio.

Luego llegó el momento de la verdad: mi primera probada de auténtica cocina noble. Mantuve la calma. Siguiendo el ejemplo de mis compañeros de mesa, comencé con la ensalada… Sabía bien, un poco a aguacate. El perfil de sabor fue un poco diferente, pero fue una buena ensalada. Nada inusual por lo que había notado, aparte de la pizca de polvo de oro.

“Esta es una buena ensalada. Realmente puedes saborear el albon”.

“Escuché que tuvimos un buen año para albon. Nutritivo y de temporada. Este plato solo costaría diez pequeñas monedas de oro, como mínimo”.

¡¿Diez?! ¡¿Diez pequeñas monedas de oro, solo para este pequeño plato?! Nadie podría haber comido más de cuatro o cinco bocados (o dos bocados si tuviera hambre) de ese plato. ¿Entonces esto significaba que mi primer bocado valía dos pequeñas monedas de oro? ¿Qué tan caros pueden llegar a ser estos alimentos?

“¿Estás bien, Ryoma?”

“Oh sí. Estaba delicioso. Me sorprendió un poco el precio”.

“Eso es bueno escuchar. Pero el precio está en línea con la comida que se sirve en las fiestas nobles. Y todos los invitados están servidos, por supuesto”.

“¿Cuántos invitados suelen estar invitados a una fiesta?”

“No lo sé… Todo depende, pero estamos hablando de cientos”.

Diez monedas de oro por una ensalada… multiplicado por cien. No podía imaginarme ser responsable de todo eso.

“No todos los días te veo nervioso”.

“No te burles de él, Elise.”

¿Me estaba tomando el pelo?

“¿Estabas bromeando?”

“Para nada.”

“Veo tu punto, Ryoma,” intervino Reinhart. “En cierto modo, sin embargo, es un deber de los nobles gastar dinero en fiestas. Así es como gira la economía”.

Eso estuvo bien y todo, pero el precio era demasiado alto para que yo lo comprendiera…

Antes de que me diera cuenta, mi ensalada se había acabado, sobre todo porque me había mantenido al día con mis compañeros de mesa. Como no pude evitar pensar que debería haberlo saboreado un poco más, me sirvieron la sopa. Un estofado de ternera con pimientos picantes, me dijeron. Tenía un color de aspecto peligroso, pero sentí una punzada de nostalgia al mirarlo…

En el instante en que puse una cucharada en mi boca, una sensación punzante se extendió por mi boca. Entonces, recordé… ¡Estaba tan caliente como esas comidas de “Whatever Challenge” donde es gratis si lo terminas todo en una hora!

Reinhart se atragantó con su sorbo. “Perdóname…” Mientras tanto, Elise parecía demasiado abrumada para hablar.

“¿Están bien ustedes dos?” Yo pregunté.

“Sí, simplemente había olvidado el impacto que tiene… ¿Y tú, Ryoma?” Reinhart pareció sorprendido de lo indiferente que estaba.

Tomé otra cucharada. “Podría terminar esto totalmente”. Mi jefe me había obligado a hacer esos desafíos picantes en mi vida anterior, después de todo… Además, la sopa tenía más que condimentos extremos.

“La especia es lo primero que te viene, pero puedo saborear el sabroso caldo de carne después de un tiempo. Es delicioso.”

Eso lo distinguía bastante de los platos que solo eran picantes por el simple hecho de hacerlo, para evitar que la gente se lo comiera todo. Si bien la sopa estaba picante, aún sabía que el chef quería que la disfrutara. Supongo que habría sido difícil para alguien que no fuera tan bueno con las comidas picantes, ¡pero podría manejarlo totalmente!

Para empezar, era una porción pequeña, por lo que vació mi tazón con bastante rapidez. Terminé la sopa sin tocar mi vaso de agua, lo que pareció desconcertar a la criada que estaba de pie con una jarra llena.

“Ahora de eso se trata todo…”, dijo Bahtz. “No pensé que notarías el sabor debajo de la especia. En las fiestas nobles se trata de los platos que utilizan los alimentos o las especias más caras. Existe la escala de especias tradicional de uno a diez pimientos, pero a veces me pregunto quién comería algo tan picante que resulte incómodo”.

De uno a diez pimientos… como en los restaurantes modernos. Coincidencia o no, nadie en su sano juicio podría llamar a eso “tradicional”. ¡Hablando contigo, antiguo viajero!

“Aun así, quería que los que tuvieran el atrevimiento suficiente para saborear el plato. Y ahora siento que mis esfuerzos valieron la pena. Gracias.” La gratitud de Bahtz me hizo preguntarme… ¿Un plato como este no era apetecible para la mayoría de la población? “Probablemente no, a menos que seas un noble que come este tipo de platos a diario. Si eres de clase trabajadora, para empezar, apenas puedes usar especias, por lo que el sabor puede ser demasiado fuerte. Es un poco divertido para mí decir esto, pero me impresiona que pudieras terminarlo”.

“He tenido algo como esto antes”, le expliqué vagamente.

“Así es”, intervino Reinhart. “Las especias crecen en tu tierra natal, ¿no es así?”

“Sí, sí. Tuvimos muchos pimientos rojos y negros”.

“En tu tierra natal, dices…” Bahtz profundizó. “Me gustaría saber más sobre ellos en algún momento, si no estás demasiado ocupado. Podría ayudar la próxima vez que quiera hacer algo que use muchas especias pero que aún tenga sabor”.

“Ciertamente no soy un experto, pero estaría feliz de compartir lo que sé”.

Eso concluyó mi conversación con el jefe de cocina. Habiendo salvado las apariencias jugando con ese malentendido, pasé al siguiente plato, todavía sorprendido de que la cultura japonesa (si se puede llamar así) de los platos súper picantes se hubiera llevado a cabo en este mundo como una noble tradición.

“Rosbif, con reducción de cacao”.

La salsa estaba terriblemente amarga. Se parecía vagamente a una salsa de chocolate sin dulzura ni suavidad alguna; el sabor era similar al del cacao puro.

Después de terminar todos los demás platos, supe que una cena noble tradicional incluía no solo platos que eran súper picantes y súper amargos, sino también súper ácidos y súper dulces. Si hubiera podido enviar una frase atrás en el tiempo… hubiera optado por “menos es más”.