Fushi no Kami (NL)

Volumen 3

Capítulo 4: Papel, Tú Que Estás Con Nosotros

Parte 1

Antes del comienzo del invierno, mi habitación compartida se había convertido en una habitación individual. Como alguien que creció en un pueblo pobre, tener una habitación privada era un lujo de ensueño, pero no podía alegrarme.

Una sonrisa amarga apareció por reflejo en mi rostro. Cuando éramos nosotros dos, la presencia de una segunda persona nunca me había molestado realmente, pero ahora esa presencia se desvanecía día a día, siendo reemplazada por una fría tristeza. Era extraño teniendo en cuenta que aún no se había instalado el fuerte frío del invierno.

Dejando escapar un suspiro por mi cuenta, escuché un golpe en la puerta antes de ver el rostro de Lady Maika asomarse. “Ash, ¿tienes un momento?”

“Si seguro. ¿Qué es?”

“Solo quería hablar un poco”.

Sentándose en mi cama, sonrió como una gran flor. Esa sonrisa me pareció un poco fuera de temporada, pero probablemente fue solo porque me sentía deprimido.

“Se siente raro después de todo”. Mientras me sentaba en la silla frente a ella, Lady Maika miró alrededor de la habitación mientras murmuraba. “Todavía no estoy acostumbrada a que estés solo cuando vienes a tu habitación”.

“¿En serio?”

“Si. Siempre estabas sentado en tu escritorio inclinado hacia adelante con Arthur mirando desde atrás. O estabas sentado en esta cama”. Dio unos golpecitos en un lugar cerca de donde estaba sentada con la palma de la mano. “Ambos parecían serios, pero se estaban divirtiendo hablando el uno con el otro. Ese era el escenario de esta habitación”.

De hecho, así era como habíamos pasado la mayor parte de nuestro tiempo. No recordaba haberme quedado sin temas de qué hablar. Solo estaba en silencio si uno de nosotros estaba profundamente perdido en sus pensamientos, y ese proceso de pensamiento eventualmente se convirtió en nuestra próxima conversación de todos modos.

“Estaba extremadamente celoso de Arthur”. Lady Maika infló las mejillas. “Quería hablar contigo así durante todo el tiempo que quisiera… Y cuando estaba cansado, podría haberme ido a dormir y hablar contigo de nuevo cuando me despertara…” Sus mejillas hinchadas se desinflaron con un suspiro. “Arthur debe haberse divertido mucho. Espero que no se sienta solo ahora”.

Parecía que la propia Lady Maika se sentía triste porque uno de sus amigos se había ido. Su fuera de temporada, gran sonrisa como una flor era solo su fingir estar bien.

“Estoy segura de que Arthur ya nos extraña”, le dije.

Al final, Lord Arthur había tratado de contener sus lágrimas el día de su partida, pero no lo logró.

“Además, yo también lo extraño. ¿No te sientes sola?” Le pregunté a Lady Maika.

Después de escuchar mi pregunta, sus labios comenzaron a temblar. Debió haber estado esforzándose por ocultar sus emociones por consideración hacia mí, quien asumió que se sentía mucho más sola. Ella realmente era una chica amable. Sin embargo, teniendo en cuenta mis recuerdos de vidas pasadas, tenía más libertad mental, así que quería que ella lo dejara salir todo.

Cuando asentí con una sonrisa para indicar que estaba bien, Lady Maika desvió la mirada y admitió que se sentía sola.

“Eso es natural. Muestra cuánto tiempo pasamos juntos hablando y haciendo varias cosas. Si un buen amigo así se va a algún lugar lejano, no hay forma de que no te sientas triste”.

No hace falta decir que también habría arrepentimientos. Sin embargo, también podrías alegrarte de haber hecho un amigo que significó tanto para ti que su ausencia te hizo sentir solo. Esta fue otra ilusión que te ayudó a superar la dura realidad.

Mientras frotaba la espalda de Lady Maika y le decía que no había necesidad de contenerse, ella asintió levemente antes de presionar su rostro contra mi brazo. “Extraño a Arthur, Ash…”

“Yo también.”

Mirando la cabeza temblorosa de Lady Maika, sentí como si mis pensamientos internos estuvieran a punto de ser ahogados por una gran ola. Una chica llorando estaba apoyada contra mí en mi cama en mi habitación privada. Esta situación tuvo un gran poder destructivo. Incluso el caballero más grande habría revelado al hombre lobo debajo de su piel de oveja al enfrentarse a tal situación. Mantente fuerte, Ash. Si la hubiera coaccionado ahora, toda la confianza que había acumulado se habría convertido en nada.

Me senté allí durante mucho, mucho tiempo, mostrando solo amabilidad hacia el calor de mi brazo derecho. Me pregunté qué habría pasado si ambos fuéramos un poco mayores. Si ambos tuviéramos alrededor de quince años, mi patetismo interior y su encanto podrían haber producido una situación clasificada para adultos.

Después de que sus sollozos se calmaron, Lady Maika me miró con sus ojos borrosos. Aunque todavía era joven, era extremadamente linda. Si hubiera tenido veinte años, no habría tenido más remedio que pedirle que se casara conmigo.

“Ash…” habló con voz ronca, con los labios aun temblando, “No vas a ir a ningún lado, ¿verdad? Te quedarás aquí en la ciudad, ¿verdad?”

Al verla hacer estas preguntas con los ojos vueltos hacia arriba mientras agarraba con fuerza mi manga, sentí la necesidad de tranquilizarla de inmediato. Sin embargo, mi razonamiento, famoso por su intelecto y calma, reprimió mi impulso emocional precipitado.

“No estoy… seguro de lo que sucederá”.

Me sentí mal al decirle esto a una chica que se sentía sola, pero dije la verdad.

La mayoría de los estudiantes de intercambio, incluida Lady Maika, iban a trabajar en la ciudad durante varios años después de pasar dos años en la academia militar. Se consideró entrenamiento de campo para repasar lo que habían aprendido y ponerlo en práctica.

Sin embargo, solo me habían aceptado en la academia como una excepción gracias a la amabilidad de la Sra. Yuika. A diferencia de Lady Maika y los otros estudiantes de intercambio, yo estaba en una posición en la que se suponía que debía regresar a la aldea. Solo le causaría problemas a la Sra. Yuika si me quedaba aquí sin vergüenza.

Además, tenía que pensar en mis padres. Mi padre todavía estaba en el mejor momento de su vida laboral, y todos los aldeanos se ayudaban entre sí, pero el hecho de que su hijo primogénito estuviera jugando al aire libre a la edad en la que se suponía que debía comenzar a trabajar correctamente debió de ser una tarea considerable carga para él.

De alguna manera, había podido hacer todo lo que me complacía durante los últimos dos años, así que ahora debería haber regresado a casa al menos una vez.

Dejé escapar un suspiro ante esos dos pensamientos. Mi preocupación por la Sra. Yuika me desgarró especialmente el corazón. “Teniendo en cuenta mi posición social, probablemente debería volver a la aldea”.

En el lado opuesto de ese razonamiento sensato, todavía quería quedarme aquí. Todavía tenía la intención de quedarme aquí.

Todos mis proyectos inconclusos se estaban volviendo gradualmente más interesantes y todavía no había leído todos los libros del templo.

Tampoco quería renunciar a todas las conexiones personales que había hecho aquí. De hecho, una de las razones por las que había ayudado a Sir George como ayudante y ayudado con el trabajo administrativo del conde era aumentar la probabilidad de que me quedara aquí. Esperaba que alguien me dijera: “Es posible que hayas ingresado a la academia en circunstancias especiales, pero eres bueno en este trabajo, ¡así que sigue trabajando con nosotros incluso después de que te gradúes!” En ese caso, podría haber usado su solicitud como excusa con la Sra. Yuika, mis padres y cualquier extraño. Y sobre todo, si hubiera logrado conseguir un trabajo, podría haber vivido mi vida sin una mesada.

Si bien tenía ingresos de los negocios del Sr. Quid, la mayor parte se usaba para honorarios de investigación, por lo que no quedaba mucho para pagar los gastos de vida por mí mismo. Hasta ahora, había vivido de la asignación que la Sra. Yuika nos había estado enviando tanto a Lady Maika como a mí.

En otras palabras, utilicé el dinero de los impuestos del pueblo para mis estudios. Y me divertí mucho. Los contribuyentes debieron estar furiosos porque el dinero que tanto les costó ganar se usó de esta manera, pero como la persona receptora, fue una sensación inmensamente placentera. Sabía a fruta prohibida.

En cualquier caso, cuando la academia militar estaba a punto de llegar a su fin, había estado esperando ansiosamente una invitación, pero fue en vano.

Estaba bastante desanimado. Pero no pude haber hecho nada. Lord Itsuki y Sir George deben haber estado ocupados lidiando con el incidente de Lord Arthur. Estoy seguro de que esa es la razón. No quería pensar en ninguna otra explicación posible.

Me di cuenta de que era un bicho raro, pero no quería considerar la posibilidad de que hubiera sido políticamente más seguro tenerme trabajando en un lugar más alejado para evitar problemas.

Bueno, las cosas se habían calmado de nuevo y aún faltaba un mes para la graduación. Todavía era posible que alguien me invitara de aquí en adelante. Seguramente. Probablemente. Quizás.

Si eso fallaba, tendría que hacer uso de mi límite y tener algunas discusiones. Como tal, asumí que era casi seguro que me quedaría en la ciudad, pero aún no estaba resuelto.

Mientras señalaba con una sonrisa a Lady Maika en un intento de tranquilizarla, me encontré con la mirada de un animal carnívoro que perseguía a su presa. Ya no quedaban rastros de sus anteriores lágrimas y escalofríos de soledad. Parecía un animal dispuesto a usar toda su fuerza vital para derribar a su presa.

“Ash, tengo que irme. Tengo algunos asuntos urgentes que atender”.

“… Ah… Claro.”

Su voz tranquila envió escalofríos por mi espalda. Ella realmente era la hija de la Sra. Yuika. Ser amenazado con ese tipo de voz casi hizo que me enamorara de ella. Creo que realmente prefiero a las mujeres fuertes que me llevan por la nariz a las mujeres que lloran y confían en mí.

Imaginar que Lady Maika no había llorado antes me hacía feliz. Pero me pregunté cuál podría haber sido su asunto urgente.

A partir de ese día, comencé a recibir invitaciones para cenar casi a diario. Primero, fui invitado por los guardias que estaban bajo el mando de Sir George. Como su ayudante, de hecho también eran mis subordinados, pero como no fui nombrado oficialmente, no estaba seguro de cómo tratarlos. En general, eran mayores que yo y también tenían mucha más experiencia. Sin embargo, si iban a pagar mi comida, estaba más que feliz de acompañarme con este amable grupo de hermanos mayores y hombres de mediana edad.

“¡Señor ayudante Ash!”

En la taberna habitual del guardia, Roland, que era el líder de los soldados bajo el control directo de Sir George, me llamó con la cara roja. Al contrario de lo que sugería su físico fornido y musculoso, tenía un cerebro bien organizado almacenado dentro de su cabeza calva, que utilizó para ayudar a Sir George a administrar el equipo. Si bien muchos soldados se suscribieron a la supremacía del cuerpo y la fuerza bruta, él fue una valiosa excepción al hacer uso de su cerebro.

“Si, ¿qué es eso?”

“¡Señor ayudante, he oído que está a punto de graduarse de la academia!”

“Sí, ya han pasado dos años”.

“¡Felicidades!”

“Gracias.”

Cuando respondí, Roland puso su jarra de cerveza boca abajo y la presionó contra sus labios antes de acercarse fácilmente a mi cara.

“¡Entonces, qué dice, sir ayudante! Después de graduarse, ¿le gustaría unirse oficialmente a las tropas regionales? ¡Todos estaríamos más que felices!”

Todos los demás se acercaron, de acuerdo con su declaración.

“Eso ciertamente no sería una mala elección, pero no puedo decidirlo por mi cuenta. Primero tendría que aprobar el examen de alistamiento”.

“¡No necesitas eso! Y si alguien tiene un problema con eso, ¡le pondremos los tornillos!”

Los demás estuvieron de acuerdo enérgicamente con su declaración extrema.

La densidad muscular en la habitación era otra cosa. Los subordinados de Sir George eran todos más o menos buenos en el trabajo no manual, con Roland a la cabeza, pero sus músculos tampoco eran meras decoraciones. Los más propensos a expresar cualquier queja habrían sido todos en el departamento de recursos humanos, pero todas esas eran personas influyentes con las que era preferible no meterse. Y el gran jefe a cargo de todos seguía siendo el propio conde.

“Bueno, por favor cálmate por ahora. No quiero desperdiciar sus carreras”.

“¡Nuestro éxito realmente no vale tanto! ¡Es gracias a usted que la gestión del equipo, esa tarea dolorosa, se ha vuelto mucho más fácil…!”

Por alguna razón, el hombre calvo de mediana edad rompió a llorar. Los otros también estaban derramando lágrimas mientras agitaban sus puños apretados.

“¡Sir ayudante, por favor siga trabajando con nosotros!”

“¡Te necesitamos!”

“¡Sin su capacidad de procesamiento, el trabajo volverá a ser más difícil…!”

“¡No nos abandones! ¡Por favor, haremos lo que sea!”

Me hubiera encantado escuchar esas líneas viniendo de mujeres jóvenes y hermosas.

Como si los tres dioses hubieran escuchado mis deseos, mi siguiente invitación fue de un grupo de chicas, compuesto por las compañeras de servicio de la Sra. Rihn que trabajaban en los pasillos administrativos.

Llevaban una sencilla túnica bordada de color azul oscuro. El diseño era similar al de los uniformes que usaban los sacerdotes. Estos puntos en común demostraron cómo la profesión de sirvienta tuvo su origen en los sacerdotes de la Iglesia.