Campione (NL)

Volumen 5

Capítulo 7: Ama No Murakumo No Tsurigi

Parte 3

Por lo tanto, Erica dio una patada al suelo.

Ante la retirada de Ena, Erica se lanzó al ataque como un caballo de guerra.

Una secuencia de continuos ataques como la arremetida de furiosas olas. Ena rodó por el suelo, evadiendo las decenas de ataques de la punta de la lanza. Mientras seguía rodando, Ena se las arregló para intentar cortar las pantorrillas de la incesante Erica.

Con reflejos excepcionales, Erica la evadió dando cortos pasos hacia un lado.

Al detener la ola de ataques de Erica, Ena se levantó rápidamente.

“Qué increíble, luchar de manera pareja contra Ena-san, que está siendo controlada por Ama no Murakumo no Tsurugi, y es la viva imagen de una entidad sobrenatural.” Amakasu sonaba muy impresionado.

Yuri y Liliana, que había recuperado la conciencia, también observaban la batalla con sorpresa.

“Kusanagi Godou… ¿Ese es el efecto de la encarnación final del Joven? Qué temible poder. De todos modos, debo quejarme de que Erica lo haya tomado primera.” Bajo el cuidado de Yuri, Liliana parecía un poco arrepentida.

El proceso de otorgar la protección definitivamente debe mantenerse en secreto. Godou se lo juró a sí mismo mientras asentía con la cabeza ligeramente.

Entonces se produjo un sorprendente giro de los acontecimientos, Ena se echó a reír.

“¡Ha!, ¡ha, hahahahaha! Demasiado genial, Erica-san, estoy realmente impresionada, nunca pensé que podrías ser tan fuerte como yo, que he absorbido el poder divino.” La alegre voz de soprano que había estado ausente durante tanto tiempo.

Ama no Murakumo no Tsurugi le ha permitido a Ena decir eso, pues era diferente a la fría y clara voz de antes.

Esta era la voz original de la bella espadachín que disfrutaba relajadamente de todo el caos que era producido. Godou se preguntaba si se debía a que había sido liberada de la posesión divina, pero inmediatamente supo que estaba equivocado.

Esto se debía a que el espíritu de batalla infundido en ella, de Susanoo y Ama no Murakumo no Tsurugi, se había vuelto aún más elevado.

“¡¡Muy bien, entonces tengamos un verdadero duelo una vez más, a partir de ahora!!” Gritando, la hoja divina de color negro azabache de Ena brilló intensamente.

Con chispas dispersándose ruidosamente, Ama no Murakumo no Tsurugi despedía rayos blanco azulados. Teniendo el poder divino del dios conquistador de acero, hijo celestial de las tormentas y rey de Susa ―Susanoo, su poder era cada vez mayor.

Ena blandía la espada con tanta facilidad como si se tratara de su propio cuerpo, sujetándola firmemente con ambas manos en frente de su pecho.

Hasta ahora, ella había estado completamente dominada por el poder divino y su espíritu, sin una pizca de emoción.

Sin embargo, a través de la alegría y la emoción de la batalla, Ena finalmente recuperó sus emociones.

¡Y entonces entró en un estado de resonancia con Ama no Murakumo no Tsurugi!

“La última vez te derroté con este movimiento, ¿qué pasará esta vez? ¡Ama no Murakumo! ¡Apodérate de eso!”

Ena señaló el arma de Erica, y lanzó un temible pulso que atacó al caballero femenino.

Muy claramente, era un ataque que absorbía energía mágica.

“¡Es inútil, tu técnica no funcionará por segunda vez!”

Erica agarró el borde inferior de su prenda de color rojo y negro y la ondeó.

Esto bloqueó el ataque de la espada divina. Esa pieza de tela parecía poseer una capacidad mágica defensiva comparable a la de un Campione. Ena sonrió imperturbable, levantando la espada divina.

Mientras Erica defendía su cuerpo con su escudo, apuntó la lanza contra Ena. Era la postura para una carga frontal.

―Una conclusión directa para el duelo.

Cuando Ena declaró, ambas partes se prepararon para el final.

Las dos arremetieron hacia adelante al mismo tiempo y chocaron violentamente.

¡Mientras la espada divina era blandida verticalmente, la lanza fue empujada hacia adelante!

Ama no Murakumo no Tsurugi golpeó el hombro de Erica, pero el punto de contacto de la hoja fue una parte cercana a la empuñadura.

Cuore di Leone perforó el cuerpo de Ena, pero fue sólo un ligero golpe en izquierda de su abdomen.

Ningún golpe fue decisivo.

La embestida de Erica fue demasiado rápida y por eso no fue cortada por la parte más afilada de Ama no Murakumo no Tsurugi; con movimientos propios de una bestia salvaje, Ena logró escapar por poco del ataque fatal de Erica en el último segundo.

Sin embargo, este duelo no había terminado.

Era cierto que el ataque de la lanza fue evadido.

Sin embargo, con el escudo en alto, Erica arremetió con todo su cuerpo. ¡Esta era la verdadera embestida frontal!

El delicado cuerpo de Ena fue lanzado como si hubiese sido impactada por un auto.

“¿Hmm―!?”

“Este es el estilo de un caballero… Una arremetida frontal para romper las filas enemigas. ¿Lo captas?”

Ante la derribada Ena, con respiración entrecortada, Erica declaró su victoria.

Sin embargo, ella también se arrodilló inmediatamente.

Su capa y Cuore di Leone habían vuelto a la normalidad, y parecía que ella también estaba en sus límites.

“Sí, lo capto… me rindo.”

Ena trató de usar la Ama no Murakumo no Tsurugi como una muleta… pero finalmente se rindió.

Sosteniendo la hoja divina, quedó tendida sobre el suelo. Aunque su cuerpo estaba inmóvil, su cara mostraba una expresión de satisfacción.

Parecía una de esas primeras películas durante el período Showa, una presentación propia del final de un duelo junto al río. Godou se encogió de hombros, pero de repente se dio cuenta.

La tormenta, que apareció con Ena, no había disminuido. De hecho, parecía hacerse cada vez más fuerte.

Mientras el viento violento soplaba, enormes gotas de lluvia golpeaban a Godou y a la superficie de la carretera.

“―Mariya!!”

“¡Godou-san, esto todavía no ha terminado! ¡Ama no Murakumo no Tsurugi tiene la intención de seguir luchando!”

En el instante en que le preguntó a Yuri, obtuvo la respuesta.

Godou corrió hacia la espada divina con la intención de partirla por la mitad_― pero fue un paso demasiado tarde.

Ama no Murakumo no Tsurugi comenzó a expandirse en tamaño.

La hoja de aproximadamente un metro se amplió sin parar y empezó a cambiar su forma.

…Muy larga. A sola vista, debía tener aproximadamente veinte metros.

La hoja de color negro azabache se convirtió en un cuerpo, formando los brazos y las piernas. Ama no Murakumo no Tsurugi se había transformado en un gigante.

Una espada con el peso original de la herramienta de un leñador, apuntaba ahora hacia el cielo para formar un cuerpo vertical.

Conectadas a los dos lados de su cuerpo había  dos hojas― los brazos, y alrededor de la posición cercana a lo que serían sus codos había incluso articulaciones para doblar sus brazos.

Incluso tenía piernas, hechas de acero sólido, más gruesas y pesadas que el cuerpo y los brazos.

En comparación con la longitud de su cuerpo, sus piernas eran bastante cortas, dándole un aspecto un tanto desagradable. En general, desprendía una sensación muy amenazante.

La espada, Ama no Murakumo no Tsurugi se ha transformado en un gigante de hojas que podría cortar a través de cualquier cosa con un simple giro. El cuerpo de Ena estaba atrapado dentro de lo que correspondería al hombro.

“Su Majestad…”

Desde el interior de Ama no Murakumo no Tsurugi, se escuchó una voz tranquila.

“Seishuuin, ¿estás bien? ¿Puedes escapar de allí?”

“No― parece no… Ena no tiene fuerzas. ¿Puede Ena hacer una petición?”

Era la voz habitual de Ena, esta vez ella realmente parecía estar liberada de la posesión divina.

“Si me estás pidiendo que te salve, sólo tienes que esperar un poco, ya estoy pensando en cómo salvarte.”

“No, Ena no quiere traerle más problemas…”

Ena respondió a Godou con un tono filosófico.

Mientras conversaban, la espada gigante_―Ama no Murakumo no Tsurugi comenzó a moverse sobre sus cortas y gruesas piernas, ¡se dirigía hacia Godou!

“Ama no Murakumo sigue con deseos de batallar contra Su Majestad. Como ese es el caso, ¿podría Su Majestad por favor derrotarlo rápidamente con su poder? Debería ser una tarea simple, ¿verdad? Por favor, no se preocupe por Ena…”

“¿¡Qué quieres decir, qué no me preocupe por ti!?”

“Después de todo, todo es culpa de Ena… Su propia obstinación. Pero al final, Ena llegó a tener una batalla muy interesante y significativa, por lo que Ena no tiene arrepentimientos. Por favor, no lo piense y derrótelo rápidamente. Adiós.” Casi en el final, la voz de Ena ya no se escuchaba.

En su lugar, Ama no Murakumo no Tsurugi se aproximaba. A pesar de que se había convertido en un gigante de espadas, sus piernas eran muy cortas y no tenían ninguna articulación, por lo que se deslizaba, como si estuviera de rodillas.

Godou miró a todos los presentes.

Erica ya había agotado todas sus fuerzas en la intensa batalla de hace un momento. La protección del Joven había desaparecido, y toda su magia y energía estaba agotada. Aun así, todavía estaba dando todo de sí para proteger a Godou.

Liliana, que había sido noqueada antes por el ataque de Ena, estaba tratando de usar su tembloroso cuerpo para invocar a Il Maestro y del mismo modo prepararse para la batalla.

Por otra parte, Yuri estaba mirando con ojos preocupados la hoja divina que había devorado a Ena.

Y además, Amakasu murmuraba con calma cosas como ‘Ara ara, que molesto’. A pesar de que hablaba así, estaba claro que no tenía el poder para derrotar a la embravecida Ama no Murakumo no Tsurugi.

Lo primero que había que hacer era salir de este lugar y mantener a los demás a una distancia segura.

Tras decidir eso, Godou empezó a correr.

Las piernas de Ama no Murakumo no de Tsurugi eran cortas y su movilidad era pésima. Sin importar que tan gigantesca fuera, huir de ella debería ser una tarea sencilla, pero justo cuando este pensamiento cruzó la mente de Godou…

Justo cuando estaba corriendo, el monstruo de espadas de repente lo alcanzó con una velocidad inesperada.

Debido a un mal presentimiento, Godou observaba hacia atrás mientras seguía corriendo. Gracias a eso, se confirmaron sus sospechas de como Ama no Murakumo no Tsurugi dirigió un corte hacia abajo con su brazo derecho.

Un chasquido. Este era un sonido que podría partir el aire, e incluso el agua de lluvia.

Si la hoja se hubiera dirigido hacia adelante unas pocas decenas de centímetros más, el cuerpo de Godou habría sido cortado limpiamente por la mitad. ¡Qué espada tan afilada, y su rango de ataque es muy amplio!

“De ninguna manera, Su Majestad… Ama no Murakumo no Tsurugi actúa sin piedad, así que por favor destrúyala rápidamente… ¡Dese prisa, o de lo contrario lo alcanzará!”

Era la voz de Ena nuevamente, y parecía no haber perdido el conocimiento. Pero no había tiempo para escucharla.

Godou dejó de mirar hacia atrás.

Si corre a toda velocidad, sin duda no será capturado.

Corriendo a través de Chidorigafuchi, el Palacio Imperial podía verse al otro lado.

Sobresalientes árboles decoraban los bordes del foso del palacio, eran los muy bien conocidos arboles de flores de cerezo.

Habiendo aumentado la distancia entre ellos, Godou finalmente dejó de correr.

El monstruo de espadas surgido de Ama no Murakumo no Tsurugi estaba persiguiéndolo a un ritmo torpe. Siendo honesto, era muy lento y sería fácil simplemente seguir huyendo, pero eso sólo sería aplazar el problema sin resolverlo.

“Kusanagi-san, sólo queda una solución. ¿No la dijo Ena?” De pronto, la voz de un hombre se acercó a su lado.

En cuanto a la fuente, Godou se vio asustado. Amakasu estaba allí de pie, sin signos de falta de aire.

“¿C-cuándo me seguiste?”

“He estado siguiéndolo desde atrás todo el tiempo. Puedo correr muy rápido, ya sabe. De todos modos, eso no es lo más importante, si dejamos libre a esa gigantesca espada divina, quién sabe cómo acabaría la situación…”

Amakasu presentó una queja muy razonable.

Pero Godou señaló el detalle que había pasado por alto.

“¿Está bien dejar que Seishuuin quede atrapada en el medio? ¡Actualmente está estrechamente ligada a la espada!”

“Mi opinión es que no se puede evitar. Como dijo ella misma, todo es su culpa. En este tipo de situación, incluso mi jefa, Sayanomiya Kaoru, lo aprobará como la responsable del Comité de Compilación Histórica. Porque no hay otra forma.”

(No hay otra forma… ¿Realmente es así?)  No, Godou no estaba de acuerdo.

Él no había hecho lo que debía. No había intentado nada. ¡En esta situación, concluir ‘no hay otra forma’ sería demasiado apresurado!

“Si es así, sólo diré esto. No importa qué, salvaré a Seishuuin primero, y manejaré al monstruo después. ¿Qué opinas?”

“Oh, ¿hay un plan tan conveniente? ¿Cómo va a hacerlo?”

“¡Todavía no tengo un plan! ¡Lo idearé mientras estoy en ello! ¡Esto es peligroso, así que retírate primero!”

Al oír la respuesta de Godou, Amakasu mostró una expresión de sorpresa.

Pero no había tiempo para atender a Amakasu. Godou centró su atención en la Ama no Murakumo no Tsurugi mientras se aproximaba.

Una vez más, bajó su brazo derecho. El enorme filo se acercó a la cabeza de Godou. ¡Muy rápido! A pesar de su inmenso tamaño corporal, sus ataques de espada eran extraordinariamente hábiles.

Sin embargo, fue precisamente por eso que podría ser utilizada. La encarnación que se desbloquea cuando enfrenta un ataque de alta velocidad.

Godou utilizó al Halcón.

Aparte de él, todo el mundo era más lento, y sólo Godou aceleró.

Esquivó con calma el gigantesco bloque de acero que estaba a punto de cortar su cabeza, y luego corrió hacia el cuerpo de la espada con su tremendo aumento de agilidad y capacidad de salto.

Fácilmente corrió a lo largo de la superficie de la hoja que estaba actuando como un brazo, y llegó al lugar en donde estaba sujetada Ena.

La Hime-Miko atrapada mostraba una relajada expresión que parecía decir: ‘Mi vida no tiene lamentos―’

Qué tipa más preocupante, y sin embargo está actuando tan tranquila… Un poco sorprendido, Godou sujetó de los hombros a Ena.

Tirando con fuerza, aunque parecía estar pegada fuertemente, su cuerpo se desplazó con facilidad.

(Muy bien, ahora tiraré de nuevo con toda mi fuerza. Excelente, finalmente está libre.)

Incluso en este momento, Ena todavía llevaba esa vacía expresión. Eso era natural considerando que Godou todavía contaba con su tremenda velocidad. Llevando a la miko uniformada en sus brazos, Godou saltó de la parte posterior de Ama no Murakumo no Tsurugi.

En un principio quería atacarla por la espalda.

Lamentablemente, la encarnación del Halcón no tenía el poder destructivo para derrotar a esta cosa, así que Godou abandonó la idea. A lo lejos, vio a Yuri corriendo hacia él.

Jadeando, ella se detuvo para recuperar el aliento. Para Godou en su estado acelerado, Yuri parecía completamente inmóvil.

Erica y Liliana también los siguieron.

Debido a sus lesiones, incluso Yuri llegó más rápido que ellas. Godou dejó a Ena ante ellas. Entonces, ¿cómo debe hacerse cargo de Ama no Murakumo no Tsurugi?

A pesar de que había pensado en una forma, ¿funcionaría como estaba previsto? Godou se preparó para usar la próxima encarnación.

El estado acelerado terminó y volvió a la normalidad.

“¡Mmm…esto no es bueno. M-mi pecho!”

Godou presionó su mano contra su corazón mientras caía de rodillas y se desplomaba hacia adelante.

Usar la encarnación del Halcón generaba secuelas de dolor en su corazón y un estado temporal de inmovilidad. Su intención era demasiado ingenua. “… ¿¡G-Godou-san, por qué está aquí!? ¿¡Incluso Ena-san!?”

“¿Eh? Ena estaba claramente atrapada en Ama no Murakumo no Tsurugi ¿Por qué Ena y Su Majestad estamos aquí?”

Se escucharon las voces de las dos Hime-Miko.

Sin embargo, Godou no tuvo tiempo para prestarles atención. Soportar el dolor de por si estaba consumiendo toda su fuerza.

Antes de que se diera cuenta, el dúo de Hime-Mikos lo sostuvo en sus brazos y lo ayudó a sentarse.

“Ha utilizado la encarnación del Halcón, ¿no es verdad? Por ello pudo rescatar a Ena-san…”

“Sí, es cierto. Puedo destruir la espada si mi condición mejora un poco, pero en este momento, es imposible. Ustedes dos deben huir…”

Godou sugirió mientras asentía a la excelente observadora de Yuri.

El dolor en su corazón era insoportable, pero por lo menos, debe asegurarse de que estas dos estén a salvo―

Habiéndolo perdido de su vista, Ama no Murakumo no Tsurugi se giró a la izquierda y a la derecha buscando algún signo de Godou. En esta situación, siempre y cuando no lo lleven con ellas, deberían ser capaces de escapar con éxito.

Sin embargo, Ena dijo en voz baja a su lado.

“No, Ena no escapará. Debido a que las cosas acabaron así, Ena es responsable, y Ama no Murakumo es la socia de Ena… Ena la retrasará, ustedes escapen primero.”

“¡¡Idiota!! ¡Incluso si pones tu vida en riesgo, no serás capaz de detenerlo por mucho tiempo!” Aunque era cierto, la Hime-Miko de la espada no fue disuadida.

(Maldita sea, puse mucho esfuerzo para salvarte) ―mientras Godou rechinaba sus dientes, Yuri habló con decisión:

“Godou-san, sólo necesita la capacidad para moverse temporalmente, ¿verdad?” Yuri preguntó con una severa expresión.

Esa implacable belleza hizo que Godou y Ena se retractaran de sus protestas.

“Sí, sí, siempre y cuando pueda concentrarme por un tiempo…”

Concentrar su espíritu y su poder. A menos que lo hiciera, él no sería capaz de controlar muy bien esa encarnación en particular. Sin embargo, el dolor en su pecho lo hacía incapaz. ¡Estaba tan cerca de la victoria!

Mientras Godou rechinaba los dientes…

De repente, el rostro de Yuri se acercó. No, no sólo su rostro, incluso se acercaron sus labios.

¿Un breve contacto? ¿Labios con labios?

¡Cuando Godou se dio cuenta de lo que estaba pasando, ya estaba siendo besado por Yuri!

El poder mágico fluía junto a su dulce aliento, y el dolor en su pecho era aliviado. ¿Por qué?

“Claro, si no aplicas los hechizos al interior de su cuerpo, no van a funcionar en los Reyes Demonio. ¡Conque eso era!”

“Sí, eso es correcto. Justo ahora ofrecí magia de restauración a través de mi boca…” Temblando de vergüenza, Yuri conversó con Ena.

Mientras Godou permanecía en shock, observaba en silencio a la Ama no Murakumo no Tsurugi.

Parecía haberse dado cuenta de su ubicación, y avanzaba deslizándose, a unos veinte metros de distancia.

“¡Entendido! ¡Entonces Su Majestad, aunque Ena no lo entiende por completo, también le ayudará. Así que usted debe ganar!”

“¿E-Ena? ¿Por qué?, no hay necesidad de que usted también…” Llegó de nuevo, esta vez fue Seishuuin Ena quien se acercó a sus labios.

Esta era la tercera persona a la que besaba este día.

Con el sonido de ‘Chuu ~’, sus labios apretándose emitieron un sonido como de una ráfaga de viento ligero.

Su dolor se calmó casi por completo, pero los extremos de sus brazos y piernas estaban entumecidos y todo su cuerpo se sentía agotado. El otro efecto secundario del Halcón ― el estado de inmovilidad había comenzado. Pero todavía no era el momento para usarlo.

El poder de la encarnación del Jabalí― ¡la habilidad para invocar a la gigantesca bestia de color negro azabache del otro mundo!

“¡Tú que has violado el pacto y pecado en la tierra! El Lord a hablado- el pecador debe ser castigado. ¡Su columna podrá ser aplastada; sus huesos podrán ser rotos, sus tendones desgarrados, su pelo arrancado de su cráneo; su sangre podrá ser derramada sobre la tierra y ser revuelta en una espuma sangrienta! ¡Me convertiré en aquel que entierra los colmillos en la carne del pecador, que la voluntad del Lord sea seguida!: ¡Serás purgado!” Después de rugir con toda su fuerza, toda la vereda se volvió negra.

El Jabalí negro con su cuerpo fornido, arremetió y comenzó a correr. La encarnación que sólo podía ser llamada para destruir un enorme objeto, su objetivo era ahora la gigantesca Ama no Murakumo no Tsurugi.

El enorme monstruo, cuyo largo medía aproximadamente veinte metros, empequeñeció a la extraña espada gigante.

Chidorigafuchi se había convertido en el escenario de la batalla entre dos monstruos: el gigante de espadas y el Jabalí.

El gigante utilizó su hoja afilada y pesada para cortar y abrir la gruesa piel y los músculos de la enorme bestia de color negro azabache, pero se dio cuenta inmediatamente de que era inútil.

En términos de poder destructivo, no había comparación.

Del Jabalí sangraba sangre azul oscura, y mientras rugía con alegría, empujaba sus colmillos, que no perdían ante su oponente en lo afilados que eran, y usaba la totalidad de su peso corporal para embestir, patear y arrollar.

Al final, de su boca salió un rugido mezclado con ondas supersónicas.

Sufriendo estos violentos ataques, Ama no Murakumo no Tsurugi salió volando una y otra vez.

“¿Quién podría haber pensado que había una diferencia tan grande entre un mensajero de dios y algo controlado directamente por un dios o un Campione…”

Godou exclamó ligeramente mientras seguía acostado e inmóvil por el momento.

No había nada que pudiera hacer para escapar del campo de batalla o apartar la mirada de la horrible imagen.

Persiguiendo a la Ama no Murakumo no Tsurugi en Chidorigafuchi, el Jabalí saltó al foso del palacio, volviéndose así una batalla en el agua. Los muros de piedra que rodeaban al Palacio Imperial se derrumbaron, ya que sufrieron los impactos del cuerpo del monstruo y los ataques cortantes de la espada gigante. La destrucción sin límites no había más que empezado. El paisaje de Chidorigafuchi estaba siendo destruido completamente por los eventos actuales.

Cada vez que la bestia gigante y la espada gigante chocaban violentamente, enormes cantidades de agua se elevaban del foso del palacio.

El foso en sí estaba siendo demolido, excavado, rajado, y pisoteado por el monstruoso poder.

Los arboles de flores de cerezos que traían alegría a la gente cada primavera estaban siendo seriamente destrozados. Quebrados, triturados, pulverizados… La famosa imagen de las flores de cerezo en Tokio estaba desapareciendo gradualmente.

“¡Increíble, Kusanagi-san! ¡Quién hubiera pensado que Su Majestad podría ser tan poderoso!”

Ena estaba viendo a Godou con los ojos brillando, mientras que Yuri y Godou suspiraron profundamente.

“Lo siento, Mariya, acabó así de nuevo…”

“No, no, esto era inevitable… Haré penitencia junto a usted.”

“Terminó así de nuevo, de todos modos, sólo digamos que era de esperarse.”

“Sí, considerando que algo creado por los dioses luchó directamente contra un Campione, este lúgubre estado es lo más natural. No puede haber otro resultado.”

Mientras la destrucción continuaba siendo forjada, Erica y Liliana exclamaron con ligereza tras reunirse con el grupo.

Estas dos no mostraron ni el más mínimo sentimiento de culpa en su tono de voz.

Por otro lado, Amakasu había desaparecido en algún momento, probablemente para comenzar una operación de encubrimiento por este incidente.

Y así, los culpables de esta tragedia se quedaron mirando, mientras el Jabalí negro azabache disfrutaba de su tiempo destruyendo a la Ama no Murakumo no Tsurugi, pisoteando Chidorigafuchi y soltando rugidos de victoria que resonaron a través del cielo.